Tina, la madura y sus bragas

Experiencia fetichista con mi amiga Tina y una mujer madura propietaria de una tienda de ropa.

Lo primero que quiero deciros es que mi nombre es Carlos y tengo 28 años. Me considero una persona normal en mi vida cotidiana, pero tengo dos debilidades ocultas que intento saciar siempre que puedo: mi pasión por la lencería femenina y mi locura por las mujeres maduras. Voy a explicaros lo que me sucedió hace más o menos un año. Yo estaba tonteando con una chica que se llamaba Tina; nos habíamos conocido en un viaje a Tenerife ese mismo verano, y al ser los dos de Barcelona habíamos congeniado y quedábamos para ir a tomar algo y charlar un rato. La relación no había pasado de ahí, pero por mi mente se sucedían todo tipo de fantasías. Tina tenía 24 años y medía alrededor del metro y setenta centímetros. Tenía las tetas operadas y además le gustaba ir enseñándolas con unos escotes de vértigo. Su pelo era negro y lo llevaba cortito, ya que decía que así se le marcaban más sus labios (eran unos labios de vicio, carnosos y siempre humedecidos). Le gustaba llevar pantalones ajustados para marcar culo y muchas veces para marcar coño. Vamos que cada vez que quedaba con ella me ponía como una moto, pero por más que me insinuaba ella no acababa de ceder a mis pretensiones.

Una tarde estando solo en casa navegando por internet se me ocurrió llamarla para quedar,

Hola Tina, que haces?

Estaba vistiéndome que me voy de compras, necesito un par de tops para el veranito.

Vaya, yo te llamaba para ir a tomar un café, pero veo que estás liada

Hombre, si me quieres acompañar… yo iba a ir sola, así me ayudas a elegir.

Total que quedamos una hora más tarde al lado de mi casa. Tina llevaba una camisa blanca con los dos botones de arriba desabrochados que dejaban entrever el canalillo de sus tetas operadas y unos jeans bien ajustados marcando su culo inhumano. Sólo con verla se me puso dura y supe que iba a tener una tarde complicada.

Estuvimos de tiendas toda la tarde pero no se acababa de decidir. Yo ya estaba hecho polvo, me agota ir de compras. Cuando parecía que ya desistía me dijo que había visto una tienda pequeña de ropa al lado de mi casa y que podíamos ir a echar un vistazo. Me prometió que era la última tienda a la que íbamos a entrar; y no me engañó

Llegamos a la tienda, que estaba a escasos 50 metro de mi casa. Era una tienda muy pequeña, yo la verdad es que nunca me había fijado en ella. Eran las 20:30 y estaban a punto de cerrar. Cuando entramos no me creía lo que estaba viendo. La dependienta (que también era la dueña) era una madura de unos 45 años y estaba de muerte. Tenía el pelo rubio rizado hasta la altura del cuello, medía más o menos lo mismo que Tina. Su culo era espectacular, grande pero no gigante y muy en pompa. Además, llevaba unos pantalones apretados de color beige que aún se lo hacían resaltar más. Era espectacular, realmente tenía el cuerpo de una adolescente con los rasgos en la cara de una mujer madura. Y sus gafas le daban un aspecto de pureta que todavía me ponía más cachondo.

Tina se dirigió a ella preguntándole por unos tops que habían en el mostrador. La vieja se fue al mostrador y sacó un top rosa y otro amarillo con los que Tina se fue al probador. Nos quedamos solos la mujer y yo:

Acompañando a tu novia de compras no? Me dijo

Es una buena amiga a la que estoy acompañando… le contesté.

Pues es muy guapa, hacéis buena pareja.

Al momento salió Tina con el top amarillo. Estaba espectacular, de verdad. A la vieja se le salieron los ojos de las gafas al ver como le quedaba el escote a mi amiga.

Tengo unos pantalones a juego que te quedarán de maravilla. ¿Los saco? Preguntó la mujer.

Bueno, por probar no se pierde nada.

A los dos minutos salió del probador con los pantalones puesto. La vieja seguía teniendo los ojos fuera de órbita. Se agachó para ponerle bien los bajos del pantalón, y ahí es donde todo empezó. Al agacharse me dejó un primer plano maravilloso de su tanga amarillo. La imagen me provocó una erección al instante, porque además a la vieja se le notaba que le gustaba mirar a mi amiga. Tina se dio cuenta de que mi vista no se despegaba del tanga de la vieja y esbozó una sonrisa de complicidad. Entonces tomó la iniciativa,

Porque no te pruebas tú el pantalón? Le dijo Tina, así veo como queda en otra persona.

El cliente siempre tiene la razón. Contestó la mujer.

Tina se empezó a desabrochar el pantalón delante nuestro ante el asombro mío y de la vieja. Se quedó con unas bragas azules elásticas y con el top puesto.

Unas bragas preciosas, me encantan – susurró la vieja

Si quieres también te las puedes probar… dijo Tina mientras le quitaba las gafas.

La vieja se dio la vuelta sin decir nada y salió de la tienda. Echó abajo la puerta metálica del aparador y volvió a entrar, cerrando la puerta con llave.

Creo que así estaremos más cómodos – dijo con voz de vicio.

Se dirigió directamente a Tina, que la estaba esperando en bragas. La cogió por el pelo echándole la cabeza hacia atrás. Tina se dejaba hacer. Empezó a besarla el cuello de abajo hacia arriba hasta llegar a la barbilla y volvió a bajar. Con la mano izquierda empezó a sobarle el culo por encima de las bragas y con la otro mano le metió dos dedos en la boca,

Chúpame los dedos zorra que luego te los voy a meter por el coño.

Tina lamía los dedos de la mujer como si le fuera la vida en ello. Entonces se dirigió a mi y me dijo: - no vas a dejar que me coma yo sola a esta gallinita no? Me levanté para participar en la fiesta pero Tina me dio un empujón y me dijo que me quedara en calzoncillos y me sentara en la silla. Tomó la iniciativa; cogió a la madura del cuello y le dijo:

Abre la boca guarra, que quiero probar tu lengua.

La madura abrió su boca echando la cabeza hacia atrás, y Tina puso la suya a la altura de la de la vieja. Entonces mi amiga empezó a soltar un hilo de saliva que iba directo a la boca de la tía. Lo hizo durante unos segundos hasta que paró y empezó a besarla, mezclándose la saliva de las dos. Las manos de la vieja no se separaban del culo de Tina, se lo manoseaba por encima de las bragas cada vez con más fuerza. Entonces, sin sacar la lengua de la boca de la madura, Tina le desabrochó el pantalón dejándole al descubierto el tanga amarillo.

  • Te gusta mi saliva verdad zorra? Pues te vas a enterar de lo que es un buen polvo. Me encantan las viejas zorras como tu. Voy a hacer que te vuelvas loca!!!

Separaron sus bocas y acabó de quitarle los pantalones. Agachada, Tina empezó a lamerle las piernas de abajo a arriba hasta llegar al coño. Empezó a besarle el tanga por delante y a escupir en él. Yo estaba fuera de mi, acariciándome la polla por encima de los boxers, y apunto de estallar. Tina cogió a la vieja de la mano se dirigieron hacia mi. Las dos se quitaron los tops y se quedaron en ropa interior. Les hice un gesto señalando hacia mi polla. Me puse de pie y ellas se arrodillaron ante mi. Empezaron a pasar su lengua por mi polla por encima de los boxers. Me hacían sufrir. Yo quería sacarla de ahí pero no me dejaban. Entonces Tina se levantó y empezó a besarme como una loca y la vieja le quitó las bragas. Las cogió con la mano y me las puso en la boca. Casi no podía respirar pero aquello me encantaba. Me metió toda la braga en la boca y continuó besándome. Cuando me las sacó se dirigió a la madura y se las metió a ella en la boca besándola con desenfreno. Se pasaban las braguitas de una boca a otra. Tina me quitó los boxers y apareció mi polla totalmente empalmada. Le quitó las bragas de la boca a la vieja y me las empezó a poner a mi.

No me lo podía creer. Estaba de pie con unas bragas puestas totalmente mojadas. Mi excitación iba en aumento. Me sentaron y empezaron a comerme la polla por encima de las bragas. Por fin apartaron a un lado la braga y empezaron a comérmela de verdad. Tina tenía un hambre voraz, se la metía entera en la boca. Me puse de pie, quería tomar la iniciativa. Cogí a la vieja, la apoyé en la silla y empecé a follarle la boca. La embestía como si se la estuviera metiendo por el coño mientras la agarraba de la nuca para que no soltara mi polla. Le hice tragársela hasta los huevos. A la tía se le saltaban las lágrimas. A todo esto Tina me estaba comiendo el culo con la lengua y acariciándole el tanga a la mujer. Saqué la polla de su boca soltando toda la saliva del mundo. Tina se dirigió a la vieja y empezó a chupar toda la saliva que le caía de la boca por las tetas y el estómago y la volvió a escupir a la boca. Jamás hubiera pensado que Tina fuera tan guarra. Yo, desde lo alto también dejé caer mi saliva a la boca de la vieja; la muy zorra disfrutaba viendo como le llenábamos la boca de saliva. Me quité las bragas que aún llevaba puestas y se las metí en la boca a la mujer.

Cómete las bragas de mi amiga pedazo de zorra.

Ahora Carlos te la va a meter por el coño – dijo Tina.

La pusimos de pie. Yo le quité el sujetador mientras Tina le quitaba el tanga. Lo cogió con las manos y empezó a olerlo y a chuparlo. Tina estaba fuera de sí y empezó a meterse el tanga de la vieja por el coño. Puse a la mujer boca arriba en el suelo y empecé a metérsela por el coño. La tía no podía jadear porque tenía las bragas de Tina en la boca. Mi amiga seguía jugando con el tanga, masturbándose con él, chupándolo, escupiéndolo, mientras yo bombeada a la vieja. Al cabo de un rato, ésta, que no podía hablar me pegó un empujón y se quitó las bragas de la boca.

Me corro cabrones, me corro – dijo la vieja

Se dirigió a Tina y le puso el coño en la boca.

  • Prueba mis jugos putón. Abre la boca que me corro.

Tina empezó a comérselo hasta que empezó a brotar el líquido que le llenó toda la boca y la cara. La vieja tenía compulsiones de placer. Tina se levantó y le escupió todos los jugos a la boca de la vieja, que no paraba de tocarse el coño con las bragas en la mano. Estuvieron cerca de dos minutos comiéndose las lenguas y pasándose los jugos de la vieja de boca a boca mientras yo le comía el culo a Tina. Entonces Tina me dijo, "ahora me toca a mí, cabrón. Méteme la polla. La puse a cuatro patas y empecé a bombearla mientras se comían la una a la otra el coño haciendo un 69. Yo iba sacando la polla del coño de Tina y se la metía a la vieja hasta la garganta. Al rato, la vieja se incorporó y cogió el tanga con el que Tina se había estado masturbando. Lo estiró y empezó a metérselo por el culo a mi amiga que no paraba de gritar.

Dame más hijo de puta, metémela por el coño. Y tú vieja méteme tu tanga por el culo. SIIIIIIII, AHHHH, CABRONES. ME MATÁIS DE PLACER.

La vieja cogió el tanga y lo empezó a chupar pasándoselo de boca a boca con Tina. Yo estaba a punto de correrme pero no quería acabar, aquello era un espectáculo. La mujer se levantó, cogió el tanga y se lo puso:

Ahora quiero que te corras encima del tanga – me dijo.

Eres una puta, di que eres una puta.

Soy una puta, y tu amiga otra, pero quiero que te corras en mi tanga.

Saqué la polla del interior de Tina. La vieja estaba estirada en el suelo con el tanga puesto esperando a que yo me corriera encima de él. Cogí a Tina y la obligué a que me la chupara hasta los huevos. Al rato ya me iba a correr:

Cómele el tanga a la vieja – le dije a Tina.

Puso su cara en el tanga de la mujer y empezó a chuparselo con fuerza. Me puse a su lado y exploté. "ME CORRO ME CORRO. TOMA LECHE ZORRA". La eché toda encima del tanga de la vieja que Tina seguía chupando. Menuda corrida, jamás había soltado tanta leche. Tina chupaba del tanga guardando todo el semen en la boca hasta que no quedó ni gota. La vieja la cogió del pelo y Tina le pasó todo el semen a su boca poco a poco mientras la masturbaba por encima del tanga. Cuando ya se lo pasó todo, la vieja se sacó el tanga y escupió toda la lefa encima de él y se lo metió entero en la boca de Tina mientras le decía:

Toma leche de mi tanga zorra, que eres una zorra. Me encantas.

Yo ya la tenía dura otra vez y me iba a volver a correr. Así que cogí a Tina con el tanga metido en la boca y me corrí de nuevo en su boca. La vieja me chupaba la polla y escupía la boca de Tina. Que espectáculo. Tina tenía toda la boca llena de mi leche y el tanga de la vieja.

Finalmente, la mujer le quitó el tanga de la boca. Estaba hecho un trapo, y empezó a chuparlo y a relamerlo. La tía disfrutaba. Cogió los restos de semen que quedaban en él y se los tragó todos. Levantó a Tina y le puso el tanga. Nos empezamos a besar los tres hasta que decidimos ir a casa de la vieja. Pero eso ya es otra historia que os explicaré más adelante. Por favor, hacedme vuestros comentarios a mi correo electrónico: PANTYMADNESS@HOTMAIL.COM . Si alguna chica es una loca de la lencería y quiere ponerse en contacto conmigo que no dude en hacerlo. Un saludo.