Tiempo sin salir

Llevo ya dos meses sin salir y quiero sexo.

Hoy tocaba salir de fiesta, llevaba mucho tiempo sin disfrutar de un poco de calle y hoy tocaba poder salir con los amigos, después de una semana de trabajo muy intensa, en la que no podía parar de trabajar, hacer ejercicio, entre otros quehaceres que debía hacer en mi casa. Además, ya que mi rutina laboral a veces no me permitía salir los fines de semana, puesto que doblaba turno por la noche, era algo que deseaba. Podríamos decir que llevaba, porque mis amigos eran de los que salían cada fin de semana, como si fuese una rutina para ellos, un trabajo al que deben de asistir, más de dos meses sin salir, una cantidad enorme, contando con que, hace un par de años yo era del mismo estilo que ellos, mucha fiesta, mucho alcohol, y mucho, mucho sexo. Es lo que tiene tener en propiedad una casa para uno solo, siendo un soltero cotizado por otros hombres, pero que, aunque muchos me quisieran pillar, yo no les iba a dar esa oportunidad. Se estaba muy bien con esta vida, se estaba demasiado bien pudiendo salir los fines de semana y aquel que se me apeteciese, poder llevármelo a casa, para darle un buen repaso. Cuando mis amigos me ofrecieron salir, no dude ni un segundo, llevaba demasiado tiempo parado, sin conseguir nada, y todo hay que decirlo, necesitaba un buen polvo con el que disfrutar de una noche o de una mañana, ya que a veces la cosa se prolongaba bastante tiempo y nos daban las tantas entre juegos preliminares, masajes tántricos masculinos y otra serie de delicias que me gustan practicar y que me hacen sentir del sexo, una actividad más que pasional, más especial, ¿para qué tener un orgasmo normalito, algo que puedes hacer al masturbarte, cuando puedes tener una corrida de las grandes, con un placer que te hace sentir como te vibra todo el cuerpo? Muchos con los que me he acostado no piensan lo mismo, y quieren ir directo al grano, un polvo, una corrida, y adiós muy buenas, me quedo dormido y hasta mañana. Pero no, yo no soy así, me gusta disfrutar del cuerpo, vivirlo con todos los sentidos, ver como siente mi cuerpo con el suyo, como se le ponen los pelos de punta con el roce de mis dedos, de mi miembro erecto sobre su espalda, sobre su trasero, esto en cocina se llama precalentar el horno, hacer que la tensión sexual crezca de una manera enorme, pero aguantando el momento de simplemente follar. Creedme, si de verdad queréis que un tío vuelva a vosotros, porque os pone a mil, porque os gusta mucho, estáis enamorados, hacedle unos masajes de tantra o jugad primero, demostradles quién tiene el control, pero, sobre todo, dejad para el final el plato fuerte. Reconozco que no siempre hago esto, pues a veces la pasión, el desenfreno puede conmigo. ¿No os ha ocurrido que estáis bailando o en la calle y miráis a alguien, lo desnudáis por completo y tenéis unas ganas inmensas de penetrarlo, de hacerlo tuyo, de descargar todo “tu amor” en él? Pues a mí también me ocurre, pero si puedo, intento siempre ir por el camino largo, ya se sabe, que a veces este camino es el que más placeres da.

Esta noche me han dicho que vamos a un pub que ya conocemos de hace tiempo, se pone muy bien en esta época del año y cuenta con una selecta colección de candidatos a Polvo de la Noche, porque suelen ir a conocer gente, a disfrutar un poco del ambiente, pero como todos, también tenemos ganas de un buen meneo. Quiero sentir un beso húmedo, una lengua que recorra mis labios para después morderme con desenfreno, quiero que me susurra al oído todo lo que me quiere hacer, pero que luego me lo haga, pero que me lo haga con tranquilidad, haciéndome pedir más lo que tengo entre mis brazos, me gusta disfrutar, saborear el momento, sentir cada impulso de la piel del otro, como también sentir como mi cuerpo se va calentando, me va pidiendo más hasta que los dos terminamos como bestias en la cama poseyéndonos, haciéndonos el uno al otro sin cesar, sin parar, viviendo cada milímetro de nuestra piel. Espero que esta noche, como dice la canción, sea de travesura, de placer, que me la ponga dura con tan solo mirarme a los ojos, que me haga sentir lo que hace ya tiempo que no siento en la cama, esto es lo que más deseo y anhelo del hombre que vaya a encontrarme en esta noche.