Tiempo de libertad 7
El regreso de Nueva York Problemas con Helena a cuenta del billete en Business Class La situación de Miguel se enreda aun más
TIEMPO DE LIBERTAD – 7
Volvía a Nueva York en el avión privado de la familia, iba pensando en todo lo que había estado hablando con mi hermana Susan. Ciertamente me jodìa porque Susan era desde siempre mi favorita, era mi niña aunque durante mucho tiempo el crio realmente fui yo. Hubo incluso una época en que no tuve nada claro si lo que sentía por ella era solo pasión de hermano mayor agudizada por la pérdida de mi padre biológico, o por el contrario era pasión de otro tipo, de la que siente un hombre por una mujer. En esos días no podía dejar de repetirme a mí mismo que al fin y al cabo Susan solo era mi hermanastra, que en caso de estar enamorado de ella tampoco sería algo pecaminoso. Al final logre aclararme con respecto a mis sentimientos, quería a Susan, muchísimo, pero era mi hermana y como a tal iba dirigido mi amor, únicamente como mi hermana. Después de eso fue cuando entre en esa fase de follarme todo lo que se me ponía por delante… como bien dijo mi hermana, me tire a muchísimas chicas y no tan chicas en esa época...
Y ahora me salía ella con esto. No penséis que tenía un conflicto moral, que no, era consciente que era mi hermanastra no mi hermana, y como comprenderéis tras lo que os he contado eso no suponía ningún problema para poder acostarme con ella. Pero joder, es que una cosa era follàrmela y otra lo de dejarla embarazada, es que eso era muy fuerte. También estaba lo de Robert, por lo que me dijo Susan era Gay, y conociendo a su familia y como eran de ultraconservadores, sabia de sobra lo que eso significaría para él, de descubrirse sus tendencias seria repudiado en el acto, sin contar con algunos de nuestros familiares también... menudo embolado. Todo lo que mi hermana me había dicho era cierto y pensándolo con frialdad, sin duda lo que quería era la mejor opción para el problema, más cuando ambos deseaban seguir casados, pero eso no me ponía las cosas mas fáciles al respecto. Me había colocado la decisión de su divorcio entre las manos... joder con mi hermana.
Luego estaba también la forma de hacerlo... que joder también con mi hermana con esto, se podía haber ahorrado lo de su interés por tomar mis "soldaditos", como ella dijo, directamente del envase, mejor que por métodos artificiales. Susan quería follar directamente conmigo y quedarse embarazada de mi por el método tradicional, además había incluido también a mi cuñado Robert, al que por lo visto también le hacia tilín. Bufff, menudo marrón, y no por lo de mi cuñado precisamente, en alguna ocasión ya me había follado a los dos miembros de una pareja hetero, tanto a ella como a el... puestos en faena no suelo hacer distinciones, un culo es un culo, pero todo esto seguía siendo todo muy fuerte, a cada cosa que me fue diciendo todo el asunto se volvía mas fuerte todavía.
También estaba lo que me había dicho de la familia, conocía a Susan y no era de las que hablaban por hablar, si me había dicho que la familia daba por sentado que volvería con ellos por las buenas o por las malas... es que era así. Además también era consciente de que si todos ellos, mis hermanos y primos incluidos, estaban por que regresara, antes o después lo terminaría haciendo, antes o después se terminaría para mí este tiempo de libertad que me habían dado... quizá fuese a esto a lo que se refirió mi abuela, que viviera un tiempo sin agobios e intentara montarme mi vida en este periodo antes de que alguien lo decidiese por mí. Lo que tenía claro es que más que nunca, debía de aprovecharlo al máximo, debía de disfrutarlo todo lo que pudiera... y mis pensamientos se dirigieron en el acto a la leona, no esperaba que mi familia me reclamara tan rápido o Susan no me hubiese llamado, pero tenía muy claro que antes de que eso pasara, tenía que follarme a la leona, la tenía unas ganas locas… puede que incluso también a Helena… me empezaba a dar morbo también la situación con ella y sus dos personalidades por así llamarlo.
Cuando llegue al hotel era casi la hora de cenar, así que me fui a buscar a mis compañeras con una idea fija en la cabeza, idea que por desgracia resulto frustrada. Iba con la idea fija de follarme a la Leona esa misma noche como fuese, pero me encontré con que según Carol no estaría de regreso al hotel hasta bien entrada la noche, ya que iba a cenar con algunos amigos y amigas de la universidad que estaban trabajando en EEUU por lo que le dijo a Carol, mi gozo en un pozo. Me resigne a cenar con Carol a solas, aunque me vino bien porque así podría hacerle algunas preguntas que me sorprendían paro tampoco pude hacerlo antes por la presencia de la propia Helena.
- Miguel : Oye Carol, como es que has venido tu con la Sra. Helena como secretaria y no yo...
- Carol : Sinceramente no lo sé, es algo que decidieron entre el Sr. Salgado y la Sra. Helena... creo que algo se está cociendo y andan todos los ejecutivos con la mosca tras la oreja...
- Miguel : ¿Ah, sí?
- Carol : Si, algo raro hay, lo malo es que creo que la Sra. Helena pensaba dejarte a ti allí para que estuvieses al tanto y al decir de venirte la jodiste bien porque se quedo sin nadie que pudiese informarla de lo que allí se cocía, pero en lugar de eso, ahora estas aquí.
Me quede unos instantes meditando lo que me acababa de decir Carol. No dejaba de ser cierto que se veían cosas extrañas desde un par de semanas atrás, había algunos movimientos extraños entre los ejecutivos y los directivos de la consultoría. La impresión que saque de la charla con Carol es que se estaban temiendo que intentaran colocar un enchufado al que surtieran de algunas buenas cuentas de cada uno de ellos, dejándolo prácticamente por encima de todos ellos en rendimiento, algo desde luego nada descabellado.
- Miguel : Oye Carol, y que se supone que estamos haciendo aquí... he transcrito todas vuestras notas para los informes y no lo veo por ningún sitio, me parece todo una estúpida pérdida de tiempo.
- Carol : Realmente nada de nada, creo que alguien pensó que la Sra. Helena era con mucho la más peligrosa de todos los ejecutivos para hacer lo que pretendan delante de sus narices, y simplemente se la han quitado de encima mandándola esta semana aquí.
- Miguel : ¿Cómo?
- Carol : Mira, todas estas visitas son para ofrecer nuestros servicios a algunos de los mayores millonarios de este país, por si deciden invertir en serio en España, o intentar entrar en Europa que lo hagan atraves de nosotros, pero...
- Miguel : ¿Difícil, no?
- Carol : Casi imposible, y mas como en el caso nuestro que cualquier acuerdo al que llegáramos estaría supeditado a la aprobación de Madrid, con los que... bueno...
- Miguel : Entiendo, la han mandado para intentar negociar algo sobre lo que no tiene el menor margen de maniobra para poder llevar a término, es casi como lanzar a alguien al mar atado de pies y manos pretendiendo que pueda nadar de esa forma...
- Carol : Si, más o menos es así... aquí no hacemos nada más que perder el tiempo sin conseguir nada de nada, solo se la han quitado de encima.
- Miguel : Bueno, solo nos quedan dos días para regresar, ya veremos cuando volvamos que es lo que ha sucedido.
Dándole vueltas a todo esto lo cierto es que en el fondo la situación tenia su guasa, un éxito para Helena seria que alguna de las familias o personas que vería en esta visita abriera alguna cuenta con ella, ya que eso la situaría en línea directa con el resto de la fortuna, cualquier inversión en Europa la tendría ya a ella para llevarse a acabo, algo que para la empresa seria importantísimo, y resultaba que eso ya lo tenía en sus manos sin saberlo, mi propia cuenta que además iba asociada a mi fortuna personal independientemente ya de mi familia o de la familia de mi cuñado Robert, que también podría entrar a operar llegado el caso por esa misma línea abierta en nuestra banca. Irónicamente Helena sin saberlo, con mi cuenta tenía en sus manos toda una escalera de color máxima ante cualquiera que quisiese joderla o jugar con ella en la empresa.
Cuando terminamos de cenar Helena todavía no había regresado, así que decidimos retirarnos a dormir ya que al día siguiente ellas dos tendrían que madrugar por culpa de otra reunión. Cuando llegamos a la altura de mi puerta no deje que Carol se marchara, abrí mi puerta y la abrace besándola con suavidad, con la sana intención de despedirme de tan golosa forma sin ninguna otra intención, por lo menos hasta que por el rabillo del ojo vi aparecer a Helena por el pasillo.
Vi como su cara empezaba a cambiar al encontrarnos a Carol y a mi besándonos... al ver eso intensifique mi beso e hice que mis manos sujetaran a Carol por el culo, aferrándose a sus glúteos, masajeándoselos mientras la apretaba contra mi haciendo que sintiera la dureza de mi polla. Carol soltó un gemidito en mi oído, pero que fue plenamente audible en el silencio del pasillo, sus brazos pasaron por mi cuello apretándome contra ella. Vi de reojo como Helena, o mejor dicho, la Leona, porque esa que nos miraba, esos ojos que nos miraban con tanta intensidad eran sin duda los de la Leona. Me metí en mi habitación arrastrando a Carol conmigo, sin dejarla decir ni media al tener sus labios sellados con los míos en ese momento, beso con el que colaboraba plenamente.
Una vez dentro cerré la puerta tras de mí con el talón mientras seguía acariciándola el culo, tras cerrar la puerta la leona desapareció de mi mente para concentrarme solo en Carol. Cuando separe mi boca de la suya por entre sus labios escaparon varios gemiditos... mientras sus manos acudían apresuradas a mis pantalones para desabrochármelos, mientras que mis manos abandonaban su prieto culo para empezar también a desnudarla. Cuando llegamos a la altura de la cama íbamos los dos como la vez anterior en su habitación, completamente desnudos, solo que en esta ocasión fui yo quien termino tumbado todo lo largo que era sobre la cama, y quien acabo también con su sexo en la boca del otro. Cuando me quise dar cuenta tenia a Carol tumbada junto a mí con mi polla metida en la boca, succionándola y jugando con la lengua por el glande.
Carol siguió lamiéndomela sin parar, estuvo como tres minutos o cuatro haciendo diabluras con su lengua sobre mi polla, la avise cuando estaba a punto de correrme, ella se retiro y siguió meneándomela con la mano hasta que descargue en varios chorros. Tras esto la hice tumbarse a ella, me situé entre sus piernas, metiendo mi lengua en su coñito, moviéndola con rapidez en su interior, empezando a arrancarla gemidos sincopados. Poco a poco fui pudiendo saborearla, empecé con mi lengua a trabajarla toda la raja, jugando con la puntita de la lengua sobre su clítoris, dándole golpecitos mientras que introducía uno de mis dedos en su coño. En cuestión de poco tiempo le sobrevino el orgasmo, en ese momento le metí un segundo dedo, moviéndolos con rapidez y velocidad mientras Carol lanzaba un gritito de placer al correrse.
Una vez que se recupero me situé sobre ella, colocándome entre sus piernas, poniendo mi pene en la entrada de su coño, empujando suavemente hasta que estuvo dentro de ella por completo. Carol se abrazo a mí, soltando un largo y prolongado gemido a medida que mi pene se introducía por completo en su interior. Empecé a moverme de forma rápida, fòllandomela con ganas, besándola el cuello mientras la embestía con suavidad, en un momento dado me dijo en un susurro que la diera más fuerte y rápido, cosa que hice poco después.
Fui aumentando la velocidad y la fuerza de mis embestidas poco a poco, justo cuando más duro la estaba dando fue cuando nos corrimos los dos, intente salirme de dentro de ella pero me lo impido, nos corrimos los dos a la vez. Una vez me descargue por completo en su interior me tumbe junto a ella cogiéndola por una mano y llevándomela a la boca para besársela. Lo cierto es que aunque nos apetecía seguir, ambos decidimos dejarlo por esa noche, ya que al día siguiente ella tendría que madrugar y el domingo por lo que me dijo lo había tenido muy agitado y estaba cansada.
Cuando por la mañana sonó el despertador Carol ya no se encontraba en mi cama, debió de haberse ido por la noche. Lo cierto es que estaba tan cansado que ni note cuando se fue. Estuve toda la mañana poniendo en orden todos los papeles e informes que se generaron de todas las reuniones anteriores que ambas habían tenido con los diversos clientes potenciales. Llegaron sobre las cuatro de la tarde de su reunión, después de eso me toco trabajar a mí para pasar todo y prepararlo para su presentación a nuestro regreso a Madrid. A la hora de la cena volvimos a cenar los tres juntos, estuvimos hablando de todo un poco, también comentamos algo de nuestros fines de semana respectivos, yo hable francamente poco y eso que ambas claramente se morían de curiosidad por saber sobre mis parientes en EEUU.
El martes fue más de lo mismo, con trabajo extra para mí ya que me toco también pasar todo el resumen final en el que estuvo trabajando Helena sobre las entrevistas de la semana que habíamos estado en EEUU. Helena cuando estábamos trabajando se comportaba como la jefa, sin embargo cuando dejábamos eso de lado era una mujer realmente encantadora con apariencia de cercana, pero que paradójicamente se veía que sabia guardar muy bien las distancias con los demás. Ni una sola vez dejo entrever lo que pudiese pensar de lo sucedido entre Carol y yo excepto aquella conversación que ya os conté.
Hubo algo con lo que no conté y fue con el embarque, la vez anterior me hice el tonto y entre tras ellas, asegurándome que no supieran donde viajaría, sin embargo en esta ocasión no me di cuenta y entre con ellas, no os quiero decir la cara que pusieron las dos cuando vieron que a mí me conducían a Business Class mientras que ellas iban a primera clase, en sus caras se adivinaban toda una batería de preguntas sobre ello. No les di tiempo a nada, me despedí con un cariñoso gesto de la mano evitando que pudiesen decir nada de nada. Eso evidentemente me sirvió hasta llegar a Madrid vía Londres, porque incluso allí, en el transbordo de Londres me las apañe para esquivarlas.
Cuando llegamos a Madrid no me fue posible seguir esquivado a ninguna de las dos, y me llovieron las preguntas, obviamente.
- Helena : ¿Cómo es que has viajado en Business Class?
- Miguel : Pues muy sencillo, pagando la diferencia de un billete a otro de mi bolsillo...
- Carol : Pero que dices, ¿pero tú sabes lo que cuesta un billete de esos?
- Miguel : Te acabo de decir que he pagado la diferencia, de modo que si que se lo que cuesta.
- Carol : ¿Pero con tu sueldo?
- Miguel : Bueno si, con mi sueldo, he preferido gastarme dinero en el billete que no en zapatos (Hice alusión a los cuatro pares de carísimos zapatos que llevaban entre las dos, calculaba que valían al menos cuatro veces más que el cambio de billete)
- Helena : Bueno, como sea, solo era curiosidad.
La conversación fue de lo más breve y para mi sorpresa lo dejaron allí, pero me miraron con caras un poco raras, lo que no me gusto mucho que dijéramos, pero tampoco le di mayor importancia en esos momentos.
Cuando al día siguiente llegamos a la oficina nos encontramos con varios cambios, en primer lugar era como sospechaba Carol, habían colado de rondón como ejecutivo a un enchufado y le habían surtido de numerosas cuentas de cierto prestigio y nada complicadas de llevar, vamos lo necesario para que el enchufado despuntara entre los demás. Una de las más perjudicadas por ello fue Helena, perdió varios de sus mejores clientes, estaba que echaba chispas cuando vio lo que le habían hecho.
Al día siguiente me encontré con una muy desagradable sorpresa, Helena había solicitado un cambio de secretario que le había sido denegado. Mis autorizaciones para determinadas cuentas me fueron revocadas por su parte cuando la pregunte sobre ello con la mirada mas fría que le había visto hasta el momento me dijo que eso era asunto suyo, que me limitara a hacer mi trabajo, el trabajo que ella me solicitara y dejara de preocuparme por cosas que no me correspondían. Carol también me empezó a rehuir en la oficina, evitaba en lo posible tener que encontrarse conmigo. Helena tenía la sartén por el mango al respecto, pero Carol no, y a por ella me fui para que me explicara qué coño pasaba.
- Miguel : Me quieres explicar qué narices pasa... que de repente parezco un apestado...
- Carol : No lo sé, dímelo tu, ¿te pagan un billete en Business para que nos vigiles y todavía me preguntas que es lo que pasa...?, pero que morro que tienes...
- Miguel : Así que es eso, ¿no?, como me pague el billete y fui sin que me invitarais la conclusión es que soy un espía que os pusieron a las dos...
- Carol : Si de verdad lo pagaste tu es muy fácil, enséñanos la factura... lo tuyo canta mucho Miguel, no quería creerlo pero... (No dijo más, se alejo de mí)
El problema es que podía demostrar lo que decía, pero para ello tendría que referirme a mi cuenta "secreta" del banco, y eso sería todavía peor. Supuse que dado que tenía una cuenta normal en el banco donde me ingresaban mi nomina todos los meses, Helena como ejecutiva de la parte de banca privada tenía acceso a la banca normal y la habría mirado para ver cuánto me había costado el billete, encontrándose conque no había hecho ningún desembolso con dicha cuenta para pagar la diferencia de asientos. La sospecha normal es que me habían puesto ahí para espiarlas, ya que además el otro gran perjudicado fue el jefe de Carol, y esta se sentía culpable en cierto modo por haber confiado en mí.
Para rematarme la semana ni os digo cuando me entere de como se llamaba el enchufado al que le habían colocado esas cuentas. Resulto ser Rodrigo, el ex novio de Violeta, la adorada amiga de Alma, si, ese mismo al que le pusieron los cuernos en la fiesta conmigo y los dos camareros, fue lo que me faltaba por saber. Habían dejado un montón de buenos clientes en las manos de un autentico imbécil incompetente. El viernes, justo antes de irme de fin de semana, me lleve el siguiente susto, descubrí que una de las cuentas de Helena que habían transferido era la mia... no os hacéis a la idea la gracia que me hizo descubrirlo, mi cuenta en manos de ese inepto.
Bajando hacia el coche llame a Susan para informarla que la llamaría al día siguiente para hablar sobre mi cuenta, explicándola un poco por encima lo que había sucedido con la cuenta, y que se la habían quitado a la persona encargada para dársela a un inepto, no le respondí a su pregunta de cómo podía yo saber todo eso de los cambios internos del banco... le di largas achacándoselo a un contacto que me había puesto sobre aviso... por cierto que se me ilumino una bombillita por lo que le pregunte a Susan como había pagado el cambio de mis billetes, y resulto que como se lo había pedido con tampoco tiempo de margen, fue colgarme a mí y llamar a la compañía para arreglarlo, los había pagado con una tarjeta de crédito normal, asociada a su cuenta personal, la que usaba para gastos menores. Esto me daba lo necesario para que no pareciese como un traidor con Helena y que por mucho que esta quisiese investigar sobre mi hermana, salvo que lo hiciese en profundidad, no encontraría nada extraño ya que esa cuenta no llegaría mas allá de los quince o veinte mil dólares, le pedí a Susan que me enviase los comprobantes de ello.
Me volví de nuevo al despacho para imprimir una copia de esos pagos de la tarjeta de mi hermana, eso me daría las pruebas necesarias de mi inocencia al ser pagados por una tarjeta de crédito desde los EEUU, confiaba que no escarbara mas tras presentar esos tickets de fácil comprobación sobre la procedencia y cuando fue hecho. Después de ello me dirigí al despacho de Helena de inmediato, entrando en él y mostrándole las pruebas que había conseguido, solo esperaba que fuese suficiente para dejar tranquilas a Helena y a Carol con respecto a mi situación.
- Helena : Así que fue su hermana quien pago el billete, ¿y porque no lo dijo?
- Miguel : Es que tengo que ir explicando cómo va mi vida privada o algo así, mi hermana tuvo a bien pagarme la diferencia de billete con su dinero y punto... a ustedes dos les pagaron el billete en primera, a mi en turista, mi hermana decidió que ella podía ayudarme a ir mas cómodo a verla, no creo que necesite dar más explicaciones, menos cuando nadie me dijo nada sobre la posibilidad de cambiar de billete (Puse voz como de estar dolido, estuve apunto de reírme a carcajadas al ver su cara de apuro)
- Helena : Lo siento, no pretendía humillarlo con todo esto, veo que he sido injusta con usted, mis disculpas, le devolveré enseguida sus accesos...
- Miguel : Gracias. (Fui seco y cortante, tras eso salí del despacho haciendo esfuerzos por no sonreír bajo la mirada de Helena)
Me disponía a irme cuando me llamo Estela, por lo visto tenía que ir a entregar unos documentos al sexto piso y me pregunto si quería acompañarla a hacer la entrega... evidentemente dije que sí. Una cosa de la que no me di cuenta en ese momento es de que cuando salíamos los dos rumbo al ascensor alguien no nos quitaba ojo de encima, me refiero evidentemente a Helena. Creo que debió de haber salido tras de mí y sin duda escucho la pregunta de Estela, supongo que la entro curiosidad o algo y nos debió de seguir por otro ascensor o por la escalera, no sé de seguro.
Subimos a la sexta planta, estaba vacía a esas horas de forma que Estela dejo los sobre encima de las mesas con una sonrisita maliciosa. Después se giro apoyándose en una de las mesas, levantándose lentamente la faldita, dejándome poco a poco ir viendo sus piernas, llegando casi hasta sus braguitas y... nueva sorpresa, no llevaba braguitas, se las debía de haber quitado antes de ir a buscarme... no me hizo falta más con ella, me fui directo a su encuentro.
La cogí por la cintura alzándola sobre una de las mesas, me desabroche el pantalón sacándome la polla y se la encaje en el coño hasta el mango, soltó un jadeo y un profundo gemido. Nada mas abrazarse Estela a mí lo que más me preocupaba es metérsela sin parar, empezar a follàrmela una vez más. Estaba fòllandomela con ganas cuando por el reflejo de uno de los cristales de las ventanas pude ver la imagen de Helena espiándonos mientras fóllabamos, aunque no podría asegurarlo porque en el reflejo no se veía muy claro, juraría que quien nos miraba era la Leona y no la misma Helena. El morbo que me dio hizo que embistiera a Estela todavía con más saña, empezando esta a alzar la voz con sus gemidos.
Estuve metiéndosela sin parar durante bastantes minutos en los cuales se corrió dos veces, la segunda fuimos los dos a la vez los que nos corrimos, le llene el coño de leche. Después de eso nos quedamos unos segundos quietos recuperando el resuello, tras eso nos incorporamos arreglándonos para irnos de allí, logre que Estela no se diese cuenta de que nos habían estado mirando y que Helena pudiese salir de allí sin ser descubierta. Lo que no tenía tan claro es si la que mostraba interés en mi era solo como la Leona o también empezaba a mostrarlo como Helena...
Cuando llegue esa noche a casa me esperaba otra nueva sorpresa. Nada más llegar lo primero que hice fue desnudarme para meterme en la ducha cuando llamaron a la puerta, fui a abrir poniéndome un albornoz por encima y allí estaba mi vecinita Sandra. Me miro de arriba a abajo y me pregunto si podía pasar unos minutos para hablar conmigo, algo a lo que accedí. Me puse a un lado de la puerta invitándola a pasar y sentarse en el salón... Con Sandra caminando delante de mí, moviendo de una forma tan cadenciosa el culo no lo pude evitar, pese al polvazo que había echado con Estela esa misma tarde me empalmé, y al estar solo con el albornoz mi amigo salió por una rendijita, asomando la cabeza por una rendija de la parte delantera para risa de Sandra cuando lo vio... Intente disculparme por ello pero como contestación por parte de Sandra recibí un empujoncito para que sentase en el sofá... donde se me abrió por completo el albornoz, dejando mi polla al aire completamente erguida.
Antes de que me pudiese dar cuenta estaba sentado en el sofá y tenía a Sandra arrodillada en el suelo con mi polla en la boca, lamiéndola mientras me miraba con cara de golfa...
CONTINUARA