Tiempo de libertad 6
Llega el día después de la Leona. Miguel se mete en un viaje no previsto a Nueva York junto con Helena y su compañera Carol Allí saltaran chispas, chispazos y rayos
TIEMPO DE LIBERTAD – 6
El lunes acudí a la oficina con ganas de ver por dónde me salía Helena, mi jefa, si intentaba deshacerse de mí tras nuestro encuentro o por el contrario permanecía como siempre. En principio entro como siempre y actuó como era habitual en ella, la diferencia fue la cantidad de veces que me llamo para cualquier chorrada, yo me limitaba a cumplir con mi trabajo y punto, ni el más mínimo comentario, alusión, mirada rara o referencia por mi parte a lo sucedido esa noche entre los dos.
Ese mismo día me llamo al móvil mi hermana Susan, sorprendiéndome con su petición, quería que me tomara unos días libres y fuese a EEUU a verla, según ella era importante, muy importante… que por favor procurara no demorarme mucho. Tanta “comprensión” sobre el no demorarme mucho, viniendo de Susan, quería decir que me quería en casa, ya mismo, para ayer a ser posible. Era un problema cojonudo no os penséis, tuve que moverme para mirar de cuantos días podría disponer para cogerme. Según parece tenia a mi disposición un total de cinco días acumulados en horas para disponer de ellos, pero la condición indispensable es que me jefa me los autorizara todos juntos... y eso si que me podía suponer un problema. Lo cierto es que estaba un poco mosca, en todo el día no había hecho mención, acción o puesto cualquier situación con referencia a lo que paso entre los dos, fue como si visto que yo no tenía intención de abrir la boca hubiese decidido dejarlo correr… El problema de esto, es que si bien en Helena no me extrañaba, en la Leona si, y mucho, lo que teniendo en cuenta que ambas son la misma mujer… estuve todo el día con pies de plomo en todo lo que hiciese referencia a ella, no fuese que me la tuviese guardada, y me la colara por cualquier resquicio si me confiaba.
Hasta el miércoles no tuve oportunidad de hablar con ella sobre mis días, y cuando lo intente, además no fue en el mejor momento que dijéramos, fue como se suele decir, en el peor momento, en el peor lugar y con la peor persona. Quise hablar con ella sin darme cuenta de la presencia de uno de los directivos, cuando me percate rectifique disculpándome y diciendo que no había problema que volvería después. Helena me dijo que no pasaba nada, que le dijese lo que fuera... creo que estaba buscando como digerir lo que fuese que le hubieran notificado... y yo la vine de perlas para conseguir ese tiempo, como me vio dubitativo, me dijo un...
- Helena : Adelante, dime...
- Miguel : Necesito los cinco días que tengo acumulados por un asunto de familia...
- Helena : (Por cómo me miraba me di cuenta de que realmente no me hacía caso, solo contestaba por inercia) Y no podrían ser solo dos o tres días...
- Miguel : No, imposible, tengo que ir a EEUU, por eso necesito los cinco días...
Me mosqueo el respingo que pegaron los dos, Helena y el directivo. Helena se me quedo mirando con una cara muy rara, el directivo también... no me gusto en lo más mínimo la cara que pusieron los dos, pero que para nada.
- Helena : ¿Como que a EEUU?
- Miguel : Pues porque es donde vive mi hermana... por eso.
- Directivo : ¿Pero para qué?
- Miguel : (Eso sí que no me hizo ninguna gracia) Perdón, pero no creo que tenga obligación de responder a nada, es un problema familiar que no le importa a ninguno de los presentes excepto a mi...
- Directivo : En eso tiene razón, pero que le parecería ir de viaje a EEUU, a Nueva York mañana jueves y volver el miércoles siguiente. Desde el viernes hasta el lunes podría tomárselo libre para ir a ver a su hermana... así mata dos pájaros de un tiro... supongo que tendrá el visado para poder entrar en EEUU, ¿no?
- Miguel : Por supuesto que si... claro. (Vi la sonrisa del directivo y la cara de pocos amigos de Helena)
El directivo se marcho y Helena me mando de regreso a mi sitio, con la misma cara de pocos amigos que antes o peor, me dio la impresión de que tenía ganas de morderme, de modo que me batí en retirada. No tenía ni idea de en qué demonios me acababa de meter, pero me habían solucionado el viaje para ir a ver a mi hermana a Washington, que desde Nueva York en avión no estaba nada lejos. El otro problema es que tendría que ponerme serio con Susan para que no me mandara el Jet como ella quería hacer, más que nada porque si no quería hacer ostentación de mi dinero lo de que me mandaran un avión privado cantaría un poquito, ¿qué no?
El jueves aparecí en el aeropuerto con toda la parsimonia del mundo, Helena estaba que mordía, según ella, llegaba muy retrasado. A Nueva York íbamos tres personas, Helena, Carol y yo, mi gozo en un pozo. Helena y Carol iban en primera, Carol se había movido en la empresa y había sacado el billete de clase superior, yo en cambio había pagado la novatada, no me moví por desconocer que podías sacar de la empresa ese cambio de billete. De modo que iba en turista, pero con una discreta llamada a Susan en un despiste, hice que me pasara el billete a Business. No es que no pudiese haberlo hecho yo, pero dado el sobre costo y que no quería dar explicaciones a ninguna de las dos y que si me iba a la ventanilla las tendría que dar, considere a Susan la mejor opción. Era un 747 en el que la primera clase iba en el morro y el Business en el domo superior del avión, con lo que en teoría no nos tendríamos porque ver ninguno de los tres, como así fue. Ellas no se enteraron de donde viajaba yo, o eso esperaba, que no las diese por ir a clase turista a ver si me veían, aunque dudaba que hiciesen algo así cualquiera de ellas.
Al llegar a Nueva York supe que ninguna de ambas había tenido la delicadeza de acercarse por clase Turista a ver qué tal iba, más que nada porque las dos fueron hasta el hotel dándome puyitas sobre lo incomodo de los asientos de clase turista mientras que yo sonreía para mí y les seguía el juego haciéndome la víctima. Por lo menos con el hotel se habían portado, nos alojaron en un hotel de cinco estrellas a los tres, más que nada por la comodidad de poder estar juntos por si teníamos que trabajar hasta tarde o algo de ese estilo, estando en diferentes hoteles podría haber sido imposible del todo hacer eso.
Gracias a todos los dioses yo no contaba para sus visitas, era más bien el encargado de trabajar una vez que ellas volvieran de sus reuniones. Digo que menos mal porque el primer sitio al que fueron es a las oficinas de la empresa perteneciente a la familia del marido de mi hermana Susan, si llego a aparecer por allí la liamos porque me hubiese reconocido cualquier ejecutivo sin el menor problema... La segunda fue aun peor todavía, esa fue a las oficinas de la empresa de mi familia... os aseguro que no me lo creía, me estaba salvando por tablas, dejo de parecerme gracioso lo de aprovechar el viaje por cuenta de la empresa para ver a mi hermana. Ellas volvían sobre las cuatro y a mí me tocaba estar liado hasta las ocho o las nueve preparándolo todo para la siguiente reunión mientras ellas se relajaban. Lo que no terminaba de entender es porque era Carol la que iba con Helena y no yo como su secretario, Carol también era secretaria, pero de otra persona… os aseguro que era algo que no entendía para nada, aunque gracias a dios estaba pasando así y desde luego no pensaba abrir la boca al respecto.
El viernes por la noche tenía pensado irme a ver a mi familia, y evidentemente no dije a ninguna de las dos de venir conmigo, ni se me ocurriría, además las dos parecían que habían hecho buenas migas por algún extraño motivo. Era como si Helena lejos de la oficina cambiase y se relajase muchísimo, parecía otra persona. La noche del jueves era la última de esa semana que pasaría en el hotel con las dos, era la oportunidad perfecta, ya que el viernes solo iban a ir a un almuerzo de compromiso pero sin negocios de por medio.
La noche del Jueves nos fuimos a dormir pronto Carol y yo, dejamos a Helena en el bar, por su expresión y mirada creo que la leona estaba intentando salir a cazar, no tenía muy claro que se lanzara a ello allí, pero veía que ganas no la estaban faltando, pero eso no era asunto mío, mi asunto era otro distinto. Subimos al piso de nuestras habitaciones, cuando llegamos a la puerta de Carol esta se despidió de mi con un buenas noches, no hizo más que terminar de abrir cuando sintió mis manos en sus hombros haciéndola girar para enfrentarme... en ese momento la abrace, uniendo mis labios a los suyos, pillándola completamente por sorpresa. Viendo que no hacía nada por rechazarme una de mis manos bajo a su culo, acariciándoselo, masajeándoselo con suavidad y apretándola contra mí.
Por los labios de Carol solo escapo un "uhmmmm" y después su lengua salió al encuentro de la mia, devolviéndome el beso con deseo. Entonces me puse en marcha entrando en su habitación mientras nos comíamos los morros, cerrando la puerta con el talón tras de nosotros. Lo que yo no sabía en ese momento es que la Leona había perdido la partida ante una cansada Helena, y esta subió tras de nosotros en el otro ascensor, viéndonos de esa guisa entrando en la habitación de Carol.
Desde la puerta hasta la cama nos dio tiempo más que de sobra para desnudarnos ambos, para manosearnos a gusto e incluso para sacar nuestras conclusiones. Por ejemplo esto me demostró que Carol estaba totalmente mojada, algo que me encanto, de hecho cuando llegamos a la cama la hice tirarse encima, pero en lugar de meterme entre sus piernas para follàrmela directamente como sin duda suponía, metí mi cabeza, usando mi lengua con su coño, arrancándola un orgasmo en unos pocos minutos.
Estuve pasándola mi lengua todo a lo largo de su sexo, para abrírselo con dos dedos, introduciéndola mi lengua todo lo posible en su interior, moviéndola como si fuese una culebrilla, arrancándola gemidos y ahogados jadeos de placer. Carol no sabía muy bien qué hacer con las manos, no parecía atreverse a cogerme por la cabeza por temor a que rompiese el contacto con su sexo. Mi lengua seguía torturándola el coño, mientras que mis dedos pasaron de sujetar a introducirse también poco a poco, moviéndose por libre hasta el momento en que se tenso, arqueo su cuerpo, lanzo un largo y profundo gemido de placer, un rio de liquido surgió de las profundidades de su sexo para ir directo a mi boca, llenándola de un néctar que deguste y paladee antes de tragármelo por entero...
Nada más terminar su orgasmo trepe sobre su cuerpo, usando la lengua sobre ella a modo de cuerda de escalada, lamiéndola el estomago, torturándola el ombligo, jugando con sus pechos, martirizando con mis dientes, con mi lengua, con mi saliva sus enhiestos y desafiantes pezones. Tras esto mi boca encontró el camino que llevaba a la suya, mis labios acudieron a los suyos. Se abrazo a mí con los ojos brillantes, sin decir nada, pero la entendí perfectamente, me arquee un poco, situé mi pene en la entrada de su coño y la penetre de golpe, hasta el fondo.
Su cara de placer al sentirse penetrada fue digna de ver, parecía que estuviese en éxtasis... sus jadeos empezaron casi desde el mismo momento en que me empezaba a mover dentro de ella. Seguía fòllandomela con todas mis ganas, moviéndome rápido y contundente en su interior, sus gritos eran escandalosos, se agitaba como una posesa mientras me la follaba sin piedad. Alcanzo un primer orgasmo rápido victima de su propio deseo y excitación, pero no cedí en la follada ni un minuto, al poco tiempo estaba otra vez gimiendo y jadeando como una posesa, rogando que la diese más fuerte, que disfrutase mas de ella.
Estaba al borde del orgasmo cuando ella llego a uno nuevo, dejándome apuntito con ello, decidí probar otra cosa. Hice que se incorporara y la puse a cuatro patas, situándome tras ella mientras se sujetaba el cabecero de la cama. Empecé a embestirla como un bestia mientras ella gritaba de gozo, era casi peor que tumbada en la cama, su excitación se la veía mayor. Al final decidí darla lo más rápido que pudiese buscando solo correrme en ella. Al final Carol y yo nos corrimos otra vez mas casi a la vez... quedando exhaustos sobre la cama, deshechos por completo, y al día siguiente teníamos trabajo, leve, poco, sin importancia, pero trabajo al fin. Me levante no sin antes comérmela un poquito a besos, recogí mi ropa medio vistiéndome para ir a mi habitación, que estaba justo al otro lado de la de Helena, pase con cuidado de no hacer ruido con destino a mi habitación.
Al día siguiente, después de que las dos regresaran de sus visitas a probables clientes, Carol y yo estábamos de lo más relajaditos, pero Helena andaba de lo más irritable, pensé que la Leona la noche anterior había vuelto a fallar la caza una vez más, y eso acumulado a las visitas, imaginad. No fue hasta ultimas horas de la tarde tomando café los dos solos, ya que Carol decidió subir a darse una ducha porque según ella seguía empanada con el cansancio del día anterior, de esa misma mañana, el Jet Lag por el cambio de horarios y nuestra pequeña aventura, que por supuesto no menciono, que me entere de que Helena nos había visto...
- Helena : Desde cuando Carol y tú os acostáis...
- Miguel : ¿Cómo?
- Helena : Lo que has oído, os vi anoche mientras entrabais en su habitación besándoos...
- Miguel : ¿Y?
- Helena : Como que ¿Y?
- Miguel : A ver Helena, que pasa, eso no influye en nuestro trabajo como has podido ver, ella está separada y yo no tengo pareja, de modo que no veo el problema...
- Helena : Pero como no vas a ver el problema, trabajáis juntos joder...
- Miguel : Y que... no soy su jefe o ella es mi jefa, solo somos compañeros, punto, no hay nada impropio como podría haberlo en el otro caso por presiones...
- Helena : Ósea que la guarra soy yo por follar contigo, ¿no?
- Miguel : No se a que viene ahora esto de sacarnos a los dos a colación, pero creo que no me escuchaste cuando hablamos... yo no folle contigo, es más, no quiero follar contigo. Yo folle con la Leona que es muy distinto, y sinceramente, tampoco fue para tanto, me quede con las ganas... una muñeca hinchable me lo habría hecho pasar mejor que ella... porque sinceramente, allí el único que hizo algo por follar fui yo, desde luego no sé de donde coño viene esa fama de fiera, menuda decepción.
Dios que cara que puso, si las miradas matasen me hubiera descuartizado vivo en ese mismo instante. Le sostuve la mirada sin desviarla ni un milímetro, os juro que en su cara se podía ver clarísimas las ganas de lanzarse a por mí para follarme allí mismo y así darme una lección, sin olvidar la ristra de guantazos que seguro que también se estaba muriendo de ganas de meterme. Helena le había dejado paso a la Leona en todos los aspectos, daba un poco de miedo el cambio. Pagamos y nos levantamos para irnos a nuestras habitaciones para ducharnos y empezar a prepararnos para el fin de semana, en mi caso para irme a ver a mi hermana. Susan ya me había dicho cuando la llame para lo del cambio de billete, que a mi llegada tendría en el aeropuerto el jet de la familia esperándome, por lo que iba con todo el tiempo del mundo.
Llegamos al ascensor y lo cogimos los dos solos, pulsamos el botón de nuestro piso... nada más ponerse en marcha fue instantáneo, Helena salto a por mí, o más bien la Leona, porque esos ojos que me miraban queriendo devorarme indudablemente eran los suyos. Metió no sé ni cómo su mano por mi bragueta cogiéndome la polla y empezando a meneármela mientras sus labios buscaban los míos, mordiéndomelos. Mientras con mi mano levante su falda y aparte sus braguitas metiéndola dos dedos en el coño... en cuestión de segundos al ver lo encharcada que estaba decidí meterla un tercero, haciendo que se medio doblara escapándosela un gemido.
El escaso tiempo que el ascensor tardo en llegar a nuestro piso fue suficiente para que la hiciese correrse como una perra, y que en mi pantalón apareciese una enorme mancha fruto de mi corrida dentro de ellos por obra y gracia de la paja que me hizo la Leona, así de calientes íbamos el uno con el otro. La Leona salió del ascensor lamiéndose la mano que había sacado pringada de leche al correrme en ella, no pude evitar pensar que lo hacía casi igual que una Leona de verdad limpiándose las garras tras su cacería. Pese a su orgasmo se iba con aire de triunfo del ascensor, que por cierto olía a sexo cosa mala. Su puerta estaba antes que la mia, iba a abrirla para entrar cuando la sujete por la mano impidiéndola hacerlo, me situé tras ella. Pegue mi entrepierna a su culo, apretándola con mi polla en el contra la puerta, dándola apretones que le arrancaron algún que otro gemidito... mis labios se pusieron en su cuello pegándola un chupetón de escándalo y un mordisco que la arranco un jadeo ahogado, para terminar diciéndola al oído...
- Miguel : Te voy a domar Leona... te voy a romper a base de pollazos este culazo que tienes... vas a ser mia y solo mia...
- Leona : Atrévete si tienes cojones... tu atrévete a intentarlo y te convierto en mi perro para los restos...
- Miguel : Como me la pones de dura cacho puta... (Volví a apretarla otra vez contra la puerta haciéndola soltar un nuevo gemido)
- Leona : Igual que tú haces que me moje cabròn de mierda... te voy a tener comiéndome el chocho hasta que me aburra (Movió su culo con fuerza, haciendo que se me escapara un jadeo y casi me corriera otra vez en ese instante)
El ascensor decidió por nosotros, sonó la campanita que señalaba que se iban a abrir las puertas en la planta, sino llega a ser por eso no se bien como hubiésemos terminado, porque lo cierto es que en esos momentos me moría de ganas de follàrmela por todos sitios y en todos lados. Creo que ella también estaba más o menos en ese plan conmigo cuando llego el ascensor haciendo que nos separásemos y termináramos cada uno en nuestra habitación. No puedo hablar por ella, pero yo desde luego tuve que darme una ducha y hacerme una paja para descargarme en ella, porque no con agua fría, estaba a mil con lo sucedido.
Coincidimos los tres en la salida del hotel, parecía como si nunca hubiese sucedido nada entre ninguno de los tres, éramos la normalidad personificada. Cada uno nos fuimos por nuestro lado para hacer lo que ese fin de semana nos apetecía. Yo llegue al aeropuerto de nuevo y embarque en el jet rumbo a la visita a mi hermana en Washington, concretamente en la mansión familiar en un pueblo cercano a la capital, por suerte no había nadie de la familia en ella salvo Susan.
El fin de semana con Susan estuvo genial, me lo pase a lo grande por lo menos hasta el domingo que fue cuando decidió decirme que era lo que quería de mí... menudo marrón, menudo embolado el de mi adorable hermanita, sin contar con la conversación que mantuvimos sobre la familia, que también se las trajo. Estábamos sentados en una especie de cenador que había en la parte trasera de la mansión... también había todo un enorme bosque, pero eso no viene a cuenta. Pues como digo estábamos en el cenador tranquilamente hablando cuando tras unas pocas preguntas tontas, entro en materia por sorpresa, así me ahogo al oírla...
- Susan : ¿Por qué no has querido que te mandase el avión?
- Miguel : Porque no hacía falta Susan, podía venir tranquilamente en vuelo regular, era un gasto innecesario
- Susan : Claro… Por eso quisiste que te cambiase el billete de avión de clase turista a una superior, ¿Por qué era más barato, a que si?
- Miguel : No Susan, eso fue por un error al pedir el billete, era más fácil que tu lo consiguieses directamente atraves de las oficinas centrales de la aerolínea que no yo en una ventanilla… por eso fue por lo que te lo pedí… (Empecé a prepararme para el interrogatorio, sabía que mi hermana no soltaría el hueso, pero me equivoque)
- Susan : (De sopetón me soltó) Robert y yo estamos pensando en divorciarnos...
- Miguel : … (Tosí, estornude, casi me ahogo... no puede decir nada mientras intentaba no morirme por la impresión)
- Susan : Hemos pensado en que seas tú quien hables del tema con los padres, tanto los nuestros como los suyos...
- Miguel : … (Y si, seguí tosiendo como un energúmeno, creo que en realidad estaba intentando ahogarme a como diese lugar para evitar este muerto que mi hermanita quería colocarme)
- Susan : (Se incorporo un poco y empezó a darme palmaditas en la espalda) Tranquilo, venga, toma un poco de agua para que se pase...
- Miguel : (Cuando me recupere) Ni que agua ni que ostias... pero estáis locos... pero a qué viene esto ahora, ¿y encima tengo que ser yo quien se lo diga a todos?, no jodáis... ¿Qué queréis, que en lugar de mataros a vosotros dos me maten a mi?... Me largo de regreso a España ahora mismito… (no me dio tiempo ni a retirar la silla antes de que mi hermanita me “sentase de buenas maneras”)
- Susan : Idiota… ¡¡¡Quédate quietecito que tenemos que hablar de ello!!!
- Miguel : Auhsssssschhhhhhhh… (Menuda patada en la espinilla que me dio la señora)
- Susan : Miguel, ¿escúchame, quieres?... Mira, lo cierto es que a ti por lo menos te escucharan los dos, sus padre y los nuestros. Si somos nosotros los que se lo decimos nos matan antes de que podamos hablar, y no solo ellos, los tíos y sus tíos...
- Miguel : Pero joder Susan... pero qué coño me van a escuchar, que oficialmente ya no pertenezco a la familia, ¿te has olvidado de eso?
- Susan : Pero que tonterías dices hermanito, tú eres y serás de la familia hasta que te mueras, y antes o después tendrás que volver otra vez.
- Miguel : Ah no... de eso nada...
- Susan : Ah sí, claro que si, por supuesto que sí que volverás, aunque Patrick, los primos y yo te tengamos que traer de regreso a rastras, pero tú vuelves... eso ya te lo digo yo... (Me quede con la boca abierta) y cierra la boca, que hace un efecto muy feo.
- Miguel : Pero, pero... (No coordinaba por la sorpresa, creía que mis primos y hermanos me apoyaban)
- Susan : Mira Miguel te voy a ser muy clarita. No te ofendas, pero aquí el único que le has echado siempre cojones para hablar con todos has sido tú, fuese papa, mama, los tíos, los padres de Robert, su familia e incluso con la abuela... (Cuando mentó a la abuela su voz se noto triste al recordarla, pero enseguida se repuso) con quien no se atrevía nadie más. Te importaba un pimiento lo que te dijeran o como se pusieran, si alguno teníamos algún problema siempre acudíamos a ti para que os los solucionases, créeme si te digo que no lo hemos apreciado en lo que vale hasta que no has estado y hemos tenido que apechugar nosotros... ¿sabes cuantas peleas hemos ganado contra alguno de ellos desde que tú no estás?... ninguna, cero, no nos han hecho ni caso a ninguno.
- Miguel : Y eso que, a mí tampoco me h...
- Susan : Tu ganaste la mitad de todas las discusiones y de la otra mitad medio saliste con acuerdos con ellos, o al menos algo que se le parecía mucho... puede que no te dieses cuenta, pero si íbamos a ti con una estupidez eras el primero en calentarnos las orejas, aunque luego nos fuéramos por ahí a divertirnos... pero si lográbamos que fueses con nuestra propuesta a ti te escuchaban con atención... y esto también lo saben ellos, y están tan deseando que regreses como los primos, Patrick y yo misma.
No atinaba con nada, mi mente era un caos completo, afortunadamente siempre he sido muy rápido recuperándome de las sorpresas, recuperando la compostura y siendo capaz de reaccionar enseguida a lo que fuese. La situación era complicada de narices, no me esperaba nada de esto, pero nada en absoluto. Por otro lado lo de Susan con su divorcio me parecía extraño, solo iba a estar ese fin de semana y había esperado hasta el mismo domingo para decírmelo, justo poco antes de volver a irme a Nueva York... cada vez iba todo a peor en mi mente, me estaba temiendo que esto pudiese ser una encerrona de mi hermana y lo del divorcio solo una añagaza para distraerme de lo que de verdad quisiese, y no dudaba en absoluto que lo de querer que regresara por parte de todos, eso sí que iba totalmente en serio. Decidí saltar a los caimanes y enfrentarme a lo que de verdad quisiese mi adorable hermanita...
- Miguel : Y si ahora me dices lo que quieres de verdad Susan...
- Susan : Ya te lo he dicho, Robert y yo queremos divorcio...
- Miguel : Es mentira, y lo sabes, también sabes que antes o después llegaría a esa misma conclusión también, nunca hubieses tardado tanto en decírmelo y menos como lo has hecho, que pasa Susan... me huele que estas esperando para soltarme algo bastante peor que eso, solo me estas poniendo la carnaza por anticipado... que pasa Susan, que nos conocemos...
- Susan : (Saco un sobre cerrado) Esto pensaba dártelo para cuando subieras al avión, pero ves como eres muy inteligente hermanito… no pensé que me pillases en menos de cinco minutos.
- Miguel : Vale, pero no pienso leerme nada, dímelo tu
- Susan : Robert y yo estábamos pensando en separarnos de verdad si no encontramos alguna solución a nuestro problema, es gay y además no puede dejarme embarazada, sus bichitos no sirven... aunque nos queremos, eso sí… también follamos los dos sin problemas, de modo que por ahí no preguntes, le gustan los tíos y del sexo femenino le gusto yo en exclusiva.
- Miguel : Joder, y por eso...
- Susan : Yo quiero ser madre y salvo que encontremos otra solución sí, nos divorciaremos... evidentemente no diremos nada de su condición sexual, ya sabes cómo es su familia de cerrada en determinados temas... y bueno, aunque en la nuestra cada uno luego… en fin, ya sabes. En definitiva, también se liaría.
- Miguel ; Joder, pues buscar un sustituto, seguro que alguno habrá, o un donante… yo que sé, buscar algo pero no os divorciéis por eso, menos si lo tenis tan claro…
- Susan : No queremos ningún donante anónimo, eso seria... un pequeño escándalo de descubrirse, te repito que ya sabes cómo es su familia o en la nuestra según quienes. Habíamos pensando en alguien de confianza, pero ya sabes dónde está la confianza en este mundo en que nos movemos, sería dejar una bomba de relojería suelta... antes o después podríamos joderla bien jodida… no podemos correr ese riesgo.
- Miguel : Pues ya me dirás entonces que... ahhhh no, ni de coña, de eso nada Susan, no te lo crees tú ni loca...
- Susan : Pues sería ideal hermano...
- Miguel : Que coño de ideal… estas como una puta cabra… además… que no coño, que no… y a todo esto ¿Robert que dice...?, porque seguro que no le has consultado, ¿a qué no?
- Susan : Pues te equivocas hermanito, la idea fue suya, de hecho... esa opción le encantaría, alguien de confianza, sin riesgos de que hable, sin otros riesgos añadidos... Además sería muy fácil, te corres en un botecito, se mete en el congelador y lo pasamos como de Robert... nadie sabría nada...
- Miguel : Joder que bien lo tenéis pensado... Susan que soy tu hermano coño...
- Susan : Realmente hermanastro, lo que más o menos a nivel genético equivaldría a ser primos poco más o menos... eso ya lo pensamos también y lo investigamos, no pienses que te lo digo por un impulso… además, solo sería un botecito...
- Miguel : Mira que bien, solo un botecito, nada mas... qué rica que es mi hermanita... qué raro que no se os ocurriera que lo hiciéramos por el método tradicional, es decir, follando tu y yo...
- Susan : La verdad es que también lo pensamos y nos encantaría que fuese así, sería todavía mejor, más discreto, aunque nos haría mas ilusión con un trió, podríamos ira a España a verte en mis días mas fértiles, mas una ayudita de la ciencia y allí nos podrías follar a los dos, a Robert y a mi... nos encantaría que nos rompieras el culo a los dos, sobre todo mientras el otro lo ve... a los dos nos gustas mucho hermanito, nos das mucho morbo…
- Miguel : Me cago en la puta Susan… joder coño, que soy tu hermano ostias… ¿cómo coño quieres que te folle? ¿Tú estás loca?
- Susan : ¿Y eso me lo pregunta la misma persona que jugaba conmigo a los médicos cuando éramos pequeños…?
- Miguel : No lo digas así que parece lo que no es… Que la que jugaba eras tú, la que hacías de doctora eras tú, yo siempre era el paciente manoseado… no me jodas Susan…
- Susan : No pude hacerlo, y no creas que no fue por falta de ganas en aquellos días… pero la abuela me pillo un día jugando así contigo y aunque a ti no te dijo nada, a mi casi me mata por abusar de ti… eras un poquito parado en esa época hermanito, ¿sabes?
- Miguel : (Preferí no indagar en lo de la abuela, miedo me daba, además de que podía ser una treta para desviar el tema) O sea, que es eso, soy un poco parado y por eso se te ocurrió esta… esta… (No me dejo encontrar la palabra adecuada)
- Susan : Hermanito, que eso fue cuando éramos críos, (sarcástica) que te conozco, que desde que cumpliste los dieciséis te has tirado a todas las que se te han puesto por delante… que hablamos mucho de Patrick y lo calavera que es, pero ojo contigo… eres cien veces peor que el, solo que no das esa impresión…
- Miguel : ¿Pero qué dices…?
- Susan : Pues eso, que tampoco creo que el follar conmigo atentara tanto contra tus principios, además, con el bote lleno de tu esperma me vale… aunque es una pena no poder catarte como todas las demás… te tengo unas ganas hermanito que no lo sabes tú bien… me han hablado maravillas de ti como amante, ¡sabes!.
- Miguel : Pero que tonterías dices de otras… es que… (Me cortó en seco, y me interrumpió con voz sarcástica)
- Susan : Venga Miguel, ya te he dicho antes que no te hagas el tonto conmigo, ¿quieres?, que soy yo, Susan, que te conozco como a mí misma. Que se que te has tirado a casi todas mis amigas, a parte de sus hermanas, supongo que incluso también habrá caído alguna de sus madres… si quieres te digo nombres… y por supuesto no hablamos ya de tus compañeras de universidad… o de tus amiguitas caza fortunas varias con alguna de las cuales por cierto, te has pasado tres pueblos… ¿sigo?...
Ni conteste, me levante bufando y me fui a la casa para irme al avión, llevaba un cabreo encima que ni os digo. Lo peor es que conocía a Susan de sobra como para saber que de broma nada de nada, había hablado completamente en serio todo el rato, y de todas las cosas. La muy zorra acababa de colocarme a mí la responsabilidad final de la decisión de su divorcio... pero que hija de puta que era mi hermanita... lo que me descoloco es que estuviese tan bien enterada de todas mis andanzas con sus amigas, hermanas de estas o como bien dijo, incluso algunas de sus madres. Pero que hija de…, pese a todo la quería un monton no penséis mal, pero en esos momento el termino que mejor la cuadraba es el de hija de puta sin lugar a dudas.
CONTINUARA