Tiempo de libertad 14
Se descubre en la oficina la relación entre Miguel y Helena, descubriendo esta a causa de ello, ciertas cosas sobre Miguel que hacen que no se muestre nada contenta
TIEMPO DE LIBERTAD – 14
Cuando llegue el lunes el día empezó bien, para ir torciéndose poco a poco de mala, de muy mala manera. A media mañana me llego Carol pidiéndome de forma disimulada que le acompañase a tomar un café donde las maquinas... su cara me pareció bastante preocupada, por lo que no dude en hacer lo que me pidió, pensando en que tuviese algún problema. Y no, no era precisamente ella quien los tenía, sino Helena y yo, además un problema de los gordos, de los que son bastante gordos tal y como sé por experiencia.
Carol me pregunto a bocajarro mientras miraba en todas direcciones para asegurarse que nadie nos podía oír, me pregunto...
- Carol : Mira, no es como preguntarte esto, así que lo hare así, a pelo. ¿Estás liado con tu jefa, con Helena?
- Miguel: ¿Y eso a que viene?
- Carol : A que es algo que he oído de refilón a una de las otras secretarias, concretamente a la del imbécil de González, sabes que ese y otros ejecutivos estarían encantados de poder enterarse de algo así para cargarse a nuestros dos jefes, y te recuerdo que posiblemente nosotros dos fuésemos detrás de ellos... así que dime, ¿te la estas follando? (Me pareció que empezaba a exaltarse)
- Miguel: Si, lo cierto es que si...
- Carol : (Me sacudió un guantazo) Eres un cerdo, no tenias suficiente con follar conmigo y con Estela, no... Tenias también que follarte a tu jefa... nos has jodido a todos con no saber tener la polla dentro del pantalón...
- Miguel: Pues creo recordar que en eso también tienes tu bastante culpa, ¿no?
- Carol : Si, pero a nadie le importa dos mierdas que dos secretarios o un secretario y la recepcionista estén follando como conejos... pero deberías de saber ya que en caso de los ejecutivos y con la guerra que hay entre ellos eso os puede costar la cabeza a los dos... eres un...
- Miguel: Tranquila que todo tiene solución, hazme el favor, ve a mi mesa y dile a mi jefa por el interfono que he tenido que salir un momento a un recado urgente... que regreso en media hora o poco mas...
- Carol : ¿Que vas a hacer?
- Miguel: Supongo que por lo que me acabas de decir están preparándose para cargarse a Helena y de paso arrastrar a tu jefe. Por lo que me has querido dar a entender de forma bastante clara todo el problema es mi relación con Helena... así que voy a joderles un poquito los planes...
- Carol : Claro que sí, que fácil, tu y en solo media hora, estás loco de atar... me parece que todavía no te has dado cuenta de lo que te he dicho...
- Miguel: Tu haz lo que te he pedido... enseguida vuelvo.
Sabía que si esto llegaba a la dirección la carrera de Helena estaba totalmente acabada, y además sus enemigos se encargarían de que así fuese. Pero también sabia de sobra que hasta el plan de ese estilo mejor planeado podía ser anulado con cierta facilidad si se sabía de antemano. Y desde luego estos parecían muy torpes, cuando hasta sus secretarias sabían lo que querían hacer.
Regrese cuarenta minutos después, Helena me llamo a su despacho nada más aparecer con una cara de enfado de no te menees. Fue bastante dura conmigo por desaparecer de aquel modo... pero que muy, muy, muy dura. Además que se la veía muy nerviosa, supuse que quizá también supiese que sus enemigos sabían de nuestro lio, de modo que no me corte ni un pelo con ella, igual que ella conmigo, por cierto...
- Helena : ¿Se puede saber de qué coño vas? Aunque estemos follando tu aquí sigues siendo mi puto secretario, y no te mueves de tu sitio sin que yo te lo mande, ¿estamos?... una mas como esta y te pongo en la puta calle... no te equivoques conmigo...
- Miguel: ¿Ya terminaste de decir gilipolleces? ¿Sí?, pues ahora siéntate calladita y pon atención a lo que te voy a decir yo a ti, que parece mentira que a estas alturas todavía no seas capaz de conocerme ni un poquito tan siquiera... (Salto como un resorte con la cara roja por la cólera)
- Helena : Pero quien cojones te... (La calle la boca con un beso que hizo que abriera mucho los ojos por no esperárselo, y porque nos debía de haber visto besarnos la mitad del personal de nuestra oficina)
- Miguel: González, el imbécil de Rodrigo, sus padrinos y unos cuantos mas que no te nombrare porque sabes perfectamente quienes son, saben que tú y yo estamos liados, o que tenemos un lio, como quieras llamarlo. Supongo que mañana lo destaparan en la reunión que tenéis con la directiva para preparar la negociación de la semana que viene con los americanos (No pude evitar sonreír para mí al pensar que esos Americanos eran mi hermana, mi hermano, mi cuñado y mis primos, alguno se iba a llevar una desagradable sorpresa la semana siguiente, sobretodo en cuanto yo hablara detenidamente con mi hermanita del alma sobre la negociación y ciertos posibles negociadores)
- Helena : (Se sentó en su sillón, blanca como la cera, consciente de lo que eso significaba para ella) Estoy acabada, y tu iras a la calle detrás mío... (Se llevo las manos a la cabeza) Joder, joder... además hemos arrastrado con nosotros a Salgado y a los que me apoyaron con lo de las cuentas que quisieron darle al hijo de puta de Rodrigo.
- Miguel: Por eso mismo te acabo de besar... toma y lleva esto siempre contigo, pero no te lo pongas o mejor hazlo, pero dale la vuelta y que quede hacia la palma de tu mano, si alguien se da cuenta y te pregunta sobre ello, le dices que ha sido todo este fin de semana cuando estuvimos los dos en Toledo. Pero procura en lo posible que nadie te lo vea claramente.
- Helena : (Abrió lo ojos como platos y la boca como un buzón de correos cuando vio el anillo que acababa de poner en su mano) Pero, pero, pe... pero...
- Miguel: Nada de peros, soy tu prometido desde este fin de semana, nuestra escapada fue planeada por mí para pedir tu mano... pero no deben de ver los anillos (le mostré el mío, a juego con el suyo) hasta que tiren de la manta delante de los jefazos... después de pararles los pies ya veremos cómo nos encargamos de ellos, pero de momento creo que con esto servirá, debería de ser suficiente para frenarlos en seco y situarnos a salvo por el momento...
- Helena : De dónde has sacado estos anillos, deben de costar al menos 12.000€ cada uno...
- Miguel: Concretamente los dos anillos valen sobre unos 45.000€, pero si quieres saber su precio exacto te lo digo mañana, no hay problema (Aunque lo cierto es que llevaba la factura en el bolsillo, tras haber salido a comprarlos a una joyería cercana cuya dependienta cuando me fui me dio la impresión de que todavía no se creía la venta que había hecho, ni la velocidad con que la había hecho. El precio exacto de ambos fue de 47.800€)
- Helena : De donde los has sacado... como es que tienes algo de este valor... (Sus ojos se entrecerraron)
- Miguel: Digamos que soy una especie de niño rico que se escapo de su casa en EEUU por no poder seguir aguantando la presión familiar para que fuese algo que no quería ser, que vino a España buscando algo de libertad... ¿Te vale la respuesta, o quieres más? (La mire muy serio a los ojos, vi como desviaba la mirada incomoda y también creo que se quedo un pelín conmocionada por la respuesta)
- Helena : No, creo que es suficiente con eso, gracias... ahora entiendo lo de los billetes de avión cuando fuimos a EEUU... ciertamente tu familia debe de tener dinero (su voz era fría)
- Miguel: Ya vale de tonterías Helena, tú estabas conmigo, estabas follando conmigo, con Miguel, no con mi familia, tenga dinero o no tenga dinero... y yo creo que ya te demostré que estaba follando con Helena o con la Leona, pero no con mi jefa... no creo que a ninguno de los dos nos interesara el otro por quien era o por quien pudiese ser... de modo que no tiene sentido que te cabrees como claramente estas ahora mismo conmigo...
- Helena : ¡Ahhh!, ¿entonces crees que no tengo motivos, no?
- Miguel: ¿Sinceramente?, no... y te digo aun mas, aunque posiblemente todavía te enfades más todavía conmigo si cabe, el único motivo por el que he admitido esto es porque para salvarte el culo a ti y a tu carrera he tenido que conseguir esos dos anillos deprisa y corriendo. Además que te conste también, que si te estoy diciendo esto es porque no había forma de poder colarte una bola sobre alguna herencia o algo así por falta de tiempo para organizármelo de forma creíble... Mira Helena, si me gustas como mujer, en gran parte es porque soy yo quien te gusto, yo, la persona que contrataron como tu secretario, y no el nene cuya familia tiene dinero... no lo jodas ahora con estupideces… Helena, por favor...
- Helena : Vale, no diré que no te entiendo, pero que te conste que sigo muy enfadada contigo... y te aseguro que no se me va a pasar con facilidad, de modo que procura no darme... "más sorpresas..."
No pude evitar pensar para mí algo del estilo de... "y eso que no sabes de la misa a la media sobre mí y mi familia", y el termino tener dinero no hace honor a la verdad, se queda cortísimo, pero que muy, muy, muy cortísimo. Me volví a mi puesto comportándome como el secretario ejemplar, procure no darle el más mínimo motivo a Helena para que pudiese echarme alguna bronca por nada. Nuestro beso era la comidilla de todo el mundo, no os cuento los cuchicheos que se escuchaban por todos lados, la noticia había corrido como la pólvora. Estaba seguro que los enemigos de Helena a estas alturas debían de estar frotándose las manos. Cuando esa tarde salimos para casa, cada uno nos fuimos a la nuestra, sabía que Helena por ahora querría tenerme lejos de ella con el cabreo que llevaba encima la señora, aunque creo que nunca puedes llegar a conocer bien a las mujeres, cuando crees que las tienes caladas siempre te terminan por sorprender.
Ese mismo lunes Carol y Estela tuvieron las dos varias palabritas conmigo a colación del beso que nos... o más bien, yo le había dado realmente a Helena. Con Estela me tuve que poner serio y recordarla que ella tenía novio, de modo que lo de llegar exigiendo explicaciones como que no quedaba muy bien. Por parte de Carol tuve que frenarla en seco con sus diatribas contra mí y mi especial tendencia a cagarla bien cagada, explicándola que no se preocupara tanto, que la cosa estaba casi solucionada, que el beso fue aposta, dirigido a esa panda de inútiles que estaban con el capullo de Rodrigo. No dijimos nada mas, pero tuve de lo más claro que con ellas dos los días de follar como animales se habían terminado de forma abrupta… y suerte que ninguna me había intentado arrancar la cabeza… claro que todavía no sabían nada sobre “el compromiso”... cuando se enterasen ya veríamos como se lo tomaban.
Esa misma noche para mi sorpresa, apareció por mi casa Helena, estaba preparándome la cena cuando entro por la puerta con una botella de vino con el que acompañar al pescado que sabía que estaría preparando, ya que era lo que teníamos previsto para cenar los dos esa noche, antes de que todo esto se liara como se lio y cada uno termináramos yéndonos a nuestras respectivas casas. Termine de preparar el pescado y de sacarlo al salón cuando llame a Helena para que supiese que la cena estaba servida, pensando que estaría en el servicio... cuando me llego su voz desde mi habitación llamándome. Cuando entre en ella me la encontré con la puerta de uno de mis armarios abierta, mientras con los brazos cruzados sobre su pecho me miraba a mí, y luego miraba a la ropa guardada allí...
- Helena : ¿Qué es esto Miguel?...
- Miguel: (Mantuve una expresión seria) Ropa mia, evidentemente...
- Helena : Eso me lo supongo, ¿pero tú tienes una leve idea del dinero que hay aquí en ropa... de lo que vale esta ropa?
- Miguel: Evidentemente sí que lo sé, ya que toda ella me la compre yo personalmente... fue en Nueva York, si quieres que sea mas preciso.
- Helena : ¿Quien coño eres tu realmente Miguel?
- Miguel: Alguien que en este momento se está muriendo de hambre... vamos a cenar y después hablamos si quieres... venga (le tendí la mano)
- Helena : (Pareció vacilar pero al final acepto mi mano) Vale, pero no te pienses que con esto pienso olvidarme de que tienes que explicarme bastantes cosas, mas de las que yo pensaba... de momento vamos a cenar, que también yo estoy hambrienta... pero después...
Pensé para mi, "después ya veremos, pero de momento he logrado cortar esto". Cenamos en absoluto silencio, solo mirándonos fijamente. Helena no entraba en ninguna conversación larga conmigo, era evidente que quería que termináramos de cenar y tuviese que explicarme. Por lo que vi no estaba dispuesta a empezar ninguna conversación conmigo por temor a que lo aprovechara para escurrir el bulto del asunto, estaba centrada en lo que quería saber y en no permitirme en salirme por la tangente. Según terminamos de cenar me ayudo presurosa a meterlo todo en el lavavajillas para empezar de nuevo con las preguntas nada más ponerlo en marcha. Podía intentar atacarla por el hecho de haber fisgado en mi armario, pero lo cierto es que más de una y de dos veces le había dicho que se comportara como si estuviese en su casa, que si quería algo lo cogiera directamente… no pensé en mi ropa en ningún momento, la culpa era mia por no haber cerrado con llave esa puerta en concreto de mi armario.
Viendo que no me iba a poder escapar de esto suspire, y cogiéndola por la mano la conduje a mi habitación empezando a dar un amago de explicación... Se dio cuenta de mi jugada cuando ya era demasiado tarde para ella. Cuando llegamos ante el armario lo abrí, me puse tras ella acariciándola mientras me pegaba a su espalda empezando a dar alguna que otra explicación... o más bien a marear la peonza. Para cuando se quiso dar cuenta de la maniobra, mis labios estaban sobre su cuello, besándola, mientras que su cabeza reposaba descansando sobre mi hombro y de sus labios empezaban a escapar gemiditos. Mis manos le acariciaban, la izquierda sus pechos mientras que la derecha se perdía por dentro de sus pantalones, acariciándola lentamente su rajita... Para cuando quiso reaccionar ya estaba completamente mojada, poco a poco iba dejando de ser Helena para ser mas la Leona, su deseo empezaba a ganar claramente la partida a sus ganas de respuesta.
Aun así intento evitar todo esto, se incorporo intentando poner distancia entre los dos y recuperar el control, pero desgraciadamente para ella era muy tarde para que pudiese hacerlo... o incluso para que yo se lo permitiese, ya que todo este jueguecito del gato y el ratón entre los dos también me había puesto al límite con ella, la deseaba casi con desesperación, me moría por poder tenerla. Cuando vi que intentaba escapar, aproveche para meterle dos dedos en el coño mientras que le daba un mordisquito en una oreja, causándola escalofríos al sentirlo, un largo y prolongado gemido de placer escapo de sus labios.
Tras esto se dio la vuelta como una fiera, mordiéndome el labio inferior al besarnos, mordiéndomelo hasta hacerme sangrar... me dijo...
- Leona : Ni por un momento pienses que esto va a terminar aquí... me vas a tener que dar explicaciones antes o después... te guste o no... Pero por el momento... eso será después, ahora fòllame cabròn, fòllame de una vez... y más te vale follarme hasta que me revientes... o me las pagaras por esta encerrona que me has echo... o pensabas que no me iba a dar cuenta de la jugada...
- Miguel: De eso no tengas la menor duda, se que te darías cuenta... pero estate tranquila Leona, que te pienso reventar del todo a pollazos...
- Leona : A ver si es verdad que lo haces... o eres un medio eunuco... que solo sabe hablar…
La mano izquierda que al darse la vuelta le había pasado por la cintura para abrazarla y sobarla el culo, se movió bajo sus pantalones cuando me dijo eso, terminando también por meterle dos dedos por detrás, haciendo que gimiese y que pegara sus caderas aun mas contra mí, restregando su sexo contra mi durísima polla.
- Leona : Venga cabròn... dame mas caña... a qué esperas...
No me hice de rogar mas, sabiendo que debía de aprovechar esta ocasión para dejarla totalmente rota y evitar la incómoda conversación que ella quería mantener a toda costa conmigo, además... que me moría por tenerla para mi, por volver a disfrutar de la Leona en mi cama. En tres minutos nos medio arrancamos los dos la ropa, y quedamos sobre la cama, ella tumbada boca abajo sobre ella y yo encima buscando poner la punta de mi polla en su culo mientras que Helena se retorcía intentando evitarlo sin demasiado interés en ello, por cierto. Al final, principalmente debido a su escaso interés por zafarse, gane yo, cuando sentí que me encontraba en el sitio preciso empuje con fuerza... entrenado lentamente en el culito de Helena, haciéndola dar un chillido de dolor al sentirse atravesada de ese modo.
Normalmente hubiese dejado que se acostumbrara, pero en primer lugar esta era la Leona, no Helena y en segundo lugar si quería dejarla para el arrastre y darme margen con la conversación, debía de ser lo más salvaje que pudiese con ella a fin de dejarla rota del todo. Nada más llegar hasta el fondo de su culo empecé a embestirla lo más duro que podía, mientras ella a su vez acompasaba sus caderas para también follarme a la vez con su culo... era algo realmente salvaje del todo la forma en que nos fóllabamos mutuamente, era la Leona en estado puro. Gritaba de dolor, llamándome de todo, insultándome de todas las formas que se le ocurrían, pero no por ello yo dejaba de romperla el culo con unas embestidas salvajes o ella de acudir con su cintura a mi encuentro cada vez que la embestía... poco a poco note como sus gritos y gemidos empezaban a variar, empezaban a dejar de ser de dolor, para empezar a ser de placer.
Entonces fue cuando me eche sobre ella pasando mi mano por su cintura con el fin de llegar a su coño, le metí de golpe y por sorpresa cuatro dedos en el, empezando a moverlos dentro suyo, de nuevo volvieron los gemidos y grititos de dolor por su parte, dejándola en esta ocasión más o menos inmovilizada. Pero como sabía que pasaría, poco a poco empezó a acostumbrarse a ello y a moverse de otro moda para seguir ella también follandome... Pocos minutos después alcanzaba un orgasmo demoledor que la hizo derrumbarse por completo sobre la cama. Caí sobre su espalda sin dejar en ningún momento de darla con fuerza por el culo, de seguir moviendo mis dedos dentro de su coño... haciendo que sintiese todas las molestias que podía tras el orgasmo, incluso empecé con mi otra mano a retorcerlas los ahora tras el orgasmo, hipersensibles pezones... haciéndola gemir mezcla de dolor, molestias y el inicio de nuevo del placer, que poco a poco la iba empezando a llegar.
Seguí machacándola sin piedad ninguna, logre que alcanzase un nuevo orgasmo pese a que cuando estaba llegándola saque mis dedos de su coño y le apreté el clítoris en el mismo momento de correrse... lanzo un aullido mezcla de dolor, mezcla de intenso placer... se le saltaron las lagrimas y por un instante quedo como ida del todo... boqueando como si no le llegase el aire a los pulmones. Tras eso y con el fin de poder descansar, ya que por un lado mis abdominales me estaban matando, y por otro estaba al borde de correrme si seguía solo unos segundos mas fòllandomela... baje entre sus piernas, poniendo mis labios sobre su coño, metiendo la lengua dentro en su interior.
Empezó otra vez a agitarse al sentir mis labios y mi lengua sobre su sexo. Intento sacarme de allí sin conseguirlo, ya que poco a poco logre que de nuevo fuese alcanzándola las sensaciones placenteras que mi lengua le transmitía al lamerla su raja todo a lo largo, incluyendo húmedas caricias con ella sobre su clítoris. Empezó a decirme que era un cabròn sádico, que no pensase que por destrozarla hoy se pensaba olvidar de que tenía que darle explicaciones... dejo de decirme esto según aumentaba su placer, aun así me di cuenta que de cualquier modo, estaba obcecada por completo en pedirme explicaciones y no se iba a olvidar de ello hiciese lo que hiciese, pero por lo menos de este modo lograría retrasarlo lo suficiente como para poder pensar con relativa calma el que decirla.
Después de llevarla a alcanzar un nuevo orgasmo dejándola derrengada, me tumbe también para descansar un poco, momento que aprovecho para abalanzarse sobre mi polla y empezar a chupármela como una desesperada, empleando los dientes para arañarme la polla de un modo que era la hostia como te hacía sentir. Me gano la partida rápidamente, tenía la pija que explotaba, llevaba mucho tiempo evitando correrme, aguantando como buenamente podía. Su boca hizo estragos en mi, en menos de tres minutos logro que me corriese en lo más profundo de su garganta, juraría que la punta de mi polla debía de estar incluso dentro de su traquea cuando empezó a soltar chorros de semen... saco mi polla de su boca mientras esta lanzaba todavía los últimos estertores, llenándose la cara de leche... recogiéndola con los dedos, poniendo una cara de golfa que hizo que al verla mi primo volviera a erguirse de nuevo casi de forma instantánea.
Esta vez sin embargo fue ella la que se lanzo también sobre mí, me pego un empujón cuando trate de levantarme para ir sobre ella que me derribo de espaldas otra vez, aprovechando para subirse sobre mí y empalarse con fuerza. Me hizo incluso daño al sentarse tan bruscamente sobre mi mástil, incluso ella también se lo hizo por el gritito de dolor que soltó al entrar mi polla en ella de ese modo. No espero a acostumbrarse ni nada, empezó a moverse como una desesperada, machacándome la polla con sus músculos vaginales, comprimiéndomela mientras se movía sobre mí. Para intentar aguantar lo más posible empecé a pensar en otras cosas, agarrándome también a sus pechos, masajeándoselos con fuerza o retorciéndola suavemente los pezones mientras cabalgaba sobre mí, algo que parecía enloquecerla del todo.
Varios minutos después de haber empezado así ambos nos encontramos al borde de un nuevo orgasmo que nos alcanzo de modo demoledor. Caímos rendidos sobre la cama, ella sobre mí, abrazados y besándonos... poco a poco nos fue venciendo el sueño a los dos. No os cuento el cuerpo que teníamos ambos al día siguiente cuando sonó el despertador para ir a trabajar. Estábamos los dos reventados, yo había logrado mi propósito de destrozarla, pero a cambio de que ella hiciese lo mismo conmigo, casi no podía con mi alma... creo que tenia agujetas hasta en las pestañas tras el tute que nos dimos por la noche follando, pero al menos logre evitar momentáneamente dar explicaciones. A la mañana siguiente se fue a trabajar sin que hubiésemos hablado aun, sobre todo porque antes de empezar me asegure de retrasar el despertador lo suficiente como para tener que salir por patas… se fue gruñendo, pero se fue, y me quede con algo de tiempo de margen hasta nuestra siguiente charla para poder pensar en que explicarle.
El Martes estuvo de lo más entretenido, a las dos horas de estar trabajando Helena recibió una llamada para que se presentase ante uno de los consejeros delegados de la entidad, a mi me llamo el jefe de personal para que acudiese a su oficina a verle. Cuando entre en su despacho me le encontré allí con uno de los abogados de la empresa, de modo que supe en el acto cuando abrió la carpeta que tenia ante él, y me tendió una serie de documentos, que estaban despidiéndome sin molestarse en preguntarme nada de nada. Con toda la parsimonia del mundo cogí los papeles que me tendían y vi que era mi finiquito junto con un documento en el que según parece, yo pedía mi baja voluntaria... el jefe de personal me dijo que lo sentía pero que debía de firmarlo por mi bien... sonriente le pregunte...
- Miguel: ¿Y esto porque?
- JefedePersonal : No lo haga mas difícil por favor, sabe de sobra porque es, por lo que pasa entre usted y su jefa, la Srta. Helena... como vera aquí está el Sr. López, es uno de los abogados de la empresa, él le explicara si quiere el porqué de todo esto y las consecuencias legales de lo que han hecho los dos...
- Sr. López : Si quiere le digo porque es mejor que acepte la generosa oferta que le han echo...
- Miguel: Pues me gustaría saberlo la verdad, no creo que el comprometerme con mi novia para casarnos sea motivo de despido, la verdad (Tranquilamente levante la mano mostrando en mi dedo ante sus ojos el anillo de compromiso que había comprado el día anterior)... decidimos no llevar los anillos muy visibles para evitar chismes, pero veo que aquí se dejan llevar ustedes por rumores maliciosos...
- Sr. López : ¿Perdone pero que acaba de decir?
- Miguel: Que Helena y yo, estamos comprometidos, que vamos a casarnos... creo que tengo que rechazar su "generosa oferta", prefiero esperar a su carta de despido y a que argumenten debidamente que me despiden porque tengo intención de casarme con mi prometida, con la que por cierto me pusieron a trabajar ustedes... Por si usted (dirigiéndome al abogado) lo desconoce, ni yo me presente a ese puesto de secretario, ni ella me reclamo en ningún momento, incluso intente que me cambiasen de él en varias ocasiones antes de empezar en el, siéndome siempre denegado. Por cierto que ella solicitó también en alguna ocasión el cambio de secretario sin conseguirlo tampoco... creo que cuando me den mi carta de despido mi abogado se va a divertir mucho con todos ustedes.
Me levante sin atender a nada de lo que me dijeron ambos hombres, solo les indique que sobre todo esto no pensaba hablar más, que si querían algo me lo dijeran por escrito de manera oficial o a través de mi abogado. Que recogería sin problemas mis cosas y me marcharía de allí en cuanto ellos me presentasen el despido de la forma adecuada... que mientras, se termino todo lo que teníamos que hablar entre nosotros. Cuando Helena regreso me dijo riéndose que más o menos había sido como lo mío, que lo tenían todo perfectamente medido, preparado y atado para despedirla haciéndola firmar su renuncia voluntaria... me dijo que al abogado de la empresa y al consejero les cambio la cara cuando dio la vuelta al anillo en el dedo, más todavía cuando el abogado pidió verlo y se dio cuenta del valor del mismo... Por lo que dijo estuvo a punto de partirse de risa en sus morros cuando vio la cara que puso al darse cuenta del patinazo, por el valor de anillo a ojo, debió de pensar que nadie se gastaría semejante cantidad de dinero si no iba completamente en serio, ambos hombres perdieron el color ante la que les podía caer si Helena llevaba el caso a juicio... mas cuando nosotros no habíamos dado ningún escándalo en la empresa, siendo ellos además quienes nos habían puesto juntos. Para colmo, estaba el hecho de que solo estábamos comportándonos como novios fuera de la empresa y además nuestra relación era formal, y no un lio como les habían vendido a ellos.
Tal y como yo había sospechado desde el principio, una cosa era un lio entre los dos, y otra muy distinta de cara a la legalidad ante un juez, el que fuésemos una pareja consolidada y en cierta forma, a punto de darnos el "si quiero". Sabía que la situación era exactamente la misma que de ser un lio entre dos personas sin compromisos de ningún tipo con otras personas, pero los matices que habíamos puesto en ella la convertían en algo completamente diferente a lo que ellos se pensaron. Le dije a Helena que pidiese a su abogado igual que yo pensaba hacer al mío (porque realmente tenía un abogado), que solicitase de forma adecuada la información a la dirección sobre quien había sido el que había levantado tales calumnias contra nosotros, dañando seriamente nuestra "reputación", era una vuelta de tuerca mas... pensaba que de este modo podríamos poner contra las cuerdas al grupito de enemigos de Helena... craso error por mi parte.
Nos las prometíamos muy felices los dos, o por lo menos yo, acabábamos de darles a los enemigos de Helena en toda la línea de flotación. Algo que me llamo la atención es que pese a estar alegre por ello, Helena me miraba de forma extraña cuando pensaba que no estaba pendiente de ella, como evaluándome, como intentando decidir cómo o cuando hablar conmigo de alguna cosa, y me dio la impresión de que por cómo me miraba ese algo por algún motivo no me iba a gustar en lo más mínimo y no era de mi ropa precisamente, o por lo menos no del todo.
Logramos salvar la situación como dije, tanto Salgado como los demás salieron reforzados después de esto, fue un patinazo de los gordos para su adversarios, la metedura de pata había sido monumental. Ciertamente de habernos despedido sin más, por las bravas, las consecuencias tanto en publicidad para la entidad, como legales por el hecho en si... podían haber supuesto que alguien hubiese perdido la cabeza, o como mínimo gran parte de sus influencias... Sabía cómo funcionaba ese mundillo, y sabia que a esa panda de listos, esto les iba a pasar factura antes o después, y yo me encargaría de que fuese más antes que después. Para eso contaba con mi querida y adorable hermanita… si al principio solo pensaba en mantenerlos apartados de nuestro dinero, ahora pensaba seriamente en hundirles por completo en la entidad.
Esa noche en lugar de irnos juntos a cualquiera de nuestras casas a celebrarlo, Helena no quiso, argumento estar muy cansada para que cada uno nos fuésemos a nuestra casa a descansar. Lo malo de esto es que durante todo el tiempo me estuvo rehuyendo la mirada... algo estaba pasando con ella, hasta el punto de haberse olvidado por completo de pedirme explicaciones sobre los anillos, mi ropa o cualquier otra cosa que se le hubiese ocurrido tras todo este embrollo. Creedme que Helena me empezó a preocupar en serio, pero que muy enserio. Aunque no tardaría mucho en saber que era lo que le pasaba exactamente a mi flamante "prometida de pega", o quizá no tan de pega.
El miércoles paso sin pena ni gloria, mi querida Helena, mi adoradísima jefa, estaba un plan de ser más jefa que nunca. Volvió a sus tiempos iniciales, cuando se cargaba secretarios o secretarias día sí y día también. No cometí el error de intentar pedirla explicaciones sobre su actitud en el trabajo, ni siquiera durante la hora de la comida, en la que comimos fuera juntos, con el Sr. Salgado y Carol. Por cierto que estos dos también parecían un poco nerviosos por algún motivo, estuve dándole vueltas sobre a que se podía deber todo esto. Decidí que esa misma tarde cuando saliéramos iría a su casa a que me explicara que pasaba... lamentablemente me entere antes de la hora de salir, cuando exploto de nuevo todo otra vez en mis morros, y esta vez el despido de ambos fue fulgurante... e instantáneo, sin paliativos.
CONTINUARA.