Tiempo de libertad 11

Las cosas se le empiezan a complicar a Miguel… Continúan sus aventuras con Carol y Estela… Cada vez está menos clara la relación de Miguel con Helena o con la Leona

TIEMPO DE LIBERTAD – 11

Esa tarde Carol iba conmigo en el coche, únicamente porque no había traído el suyo y yo tenía que hacer unos recados cerca de donde ella vivía, así que aprovecho para irse conmigo, estuvimos desde el principio de montarnos de cachondeo, incluso con coñas “cariñosas”. Pero como digo, me fije en la cara que puso Helena cuando nos vio irnos juntos en mi coche y desde luego no le hizo la menor gracia. Aunque debo de confesar que me invito a cenar, según me dijo no tenía esa noche al niño porque se quedaba con su padre y... bueno, digamos que al día siguiente también fuimos los dos a trabajar en mi coche. Si, reconozco que no era mi intención, pero cierto es que termine follando con ella esa noche y quedándome a dormir... que por cierto, cuando ambos nos bajábamos del coche para ir a nuestros respectivos puestos de trabajo entraba Helena con su coche, y si la tarde anterior puso mala cara al vernos ir juntitos, mejor no os cuento la que puso cuando nos vio salir juntos de mi coche.

Lo cierto es que ver su expresión me dejo un sabor de boca un tanto agridulce, no tenía muy claro que sentía al saber que me había visto con Carol y como nos miro, tenia sentimientos encontrados por esto. Ese mismo día, sobre media mañana, pase para que me firmara unos documentos y mientras estábamos con la firma me pregunto... y no sé muy bien porque decidí tensar la cuerda con ella...

- Helena : Vi esta mañana que llegaste con Carol, ¿pasaste a recogerla?

- Miguel: No, es que pase la noche en su casa, por eso vinimos juntos...

Durante unas decimas de segundo se quedo con la mano en alto sin firmar nada, pero se repuso enseguida y siguió con las firmas sin decir ni media más hasta casi haber terminado.

- Helena : Y esta tarde, ¿también te irás con ella?

- Miguel: No, tengo algo de prisa por llegar a casa, tengo mucho que hacer en ella... (vi como una sonrisita escapaba de sus labios)

- Helena : Vaya, un amito de su casa... así que tienes acumulado el trabajo de la misma, ¿eh?

- Miguel: Pues la verdad es que no es exactamente así, solo tengo un par de cosas además de adelantar trabajo del fin de semana. Voy a salir el vienes y como seguro que termino follando con alguien, quiero descansar esta noche y dejar listo todo lo que tenía que hacer el sábado y el domingo.

Ni os digo la cara que volvió a poner de nuevo Helena al escuchar lo de que pensaba follar el fin de semana y por eso quería irme pronto a casa ese día. Aun con todo esto no tenía nada claro ni lo que ella podía estar sintiendo por mí, ni lo que yo pudiese estar sintiendo por ella hasta el momento. En el trabajo ambos nos llevábamos muy bien, trabajábamos juntos también muy bien y manteníamos las distancias desde ambos lados, siendo únicamente jefa y secretario con la excepción de que surgiera cuando estábamos a solas alguna conversación como la anterior, pero solo conversación.

El viernes por la tarde a última hora informaron a Helena de que tendría una reunión el lunes que debería de preparar en ese fin de semana. Me disponía a salir para mi casa cuando me llamó, instándome a que me quedara a echarla una mano para preparar la reunión, como de costumbre en estos casos o bien se me abonaban las horas, o bien se me darían días libres después, como yo prefiriese. No tuve otra que aceptar, me acababan de joder todo el fin de semana, unas noches en las que pensaba haber salido con la gente de la oficina ya que mis vecinitas estarían fuera de la ciudad.

No había hecho más que sentarme cuando me sonó el móvil, al ver quien era me disculpe con Helena y salí de allí para poder hablar a solas. Era mi hermana Susan y como comprenderéis prefería no hablar con ella estando Helena delante... digamos que era simple precaución, y me alegre de haber contestado cuando estaba a solas. Mi adorable hermanita quería informarme de que llegaría el sábado por la tarde-noche al aeropuerto de Barajas porque tenía una reunión muy importante el lunes por la mañana, ya que según me dijo la familia estaba pensando en hacer algunos negocios en Europa y querían hablar con cierto banco para que fuesen los que llevasen la operación. Solo pude desearla buen viaje porque Susan se despidió diciéndome que tenía mucha prisa y me colgó. No intente hacer averiguaciones sobre sus motivos, ya que sabía que si venía de verdad por negocios no podría evitar ninguno de los riesgos que para mí iba a suponer su estancia aquí. Intentar controlar sus movimientos en lo más mínimo por mi parte solo serviría para ponerla con la mosca tras la oreja, aunque estuviese seguro que Susan no venia solo por los negocios… imaginaba porque venía aprovechando la coyuntura.

Cuando entre en el despacho de Helena para ayudarla no me sorprendí en lo más mínimo ver que todo lo que íbamos a preparar era para la reunión que ella tendría el lunes con mi hermana... de lo que se trataba ahora en mi caso era de ver como poder ayudar a Helena a prepararlo todo, para después quitarme de en medio tan rápido como pudiese y por su puesto esquivar la reunión como si fuese la peste. Susan sabía que yo estaba trabajando, pero ni de que, ni donde, ni con quien... de hecho para evitar eso no deje que ella tuviese acceso a la cuenta donde me ingresaban la nomina... y conociendo como conocía a mi hermana, mas me valía que no averiguara ninguna de esas tres cosas o tendría montado un pollo del quince con ella en cuanto se enterara. Estaba seguro que Susan pensaba que estaba trabajando como un autónomo haciendo inversiones, como ejecutivo o algo de ese estilo y que lo estaba haciendo de secretario.

La parte divertida y con la que empecé a sudar la gota gorda fue cuando vi las intenciones de Helena, pretendía tenerme muy, muy, muy cerquita en la reunión por si necesitaba cualquier cosa de mi, documentos, cafés, algo de picar, etc... De modo que pensaba monopolizarme todo el fin de semana para prepararme por si debía de entrar a la reunión... Dado que había visto que como responsable de la misma por la empresa iría el Sr. Salgado supuse que de todo eso se ocuparía Carol como secretaria suya y con mucha más experiencia que yo en esos asuntos, por lo que no me esperaba nada de todo esto con Helena.

Para mi tranquilidad esa misma noche me llamo Carol ya que a ella también le habían jodido el fin de semana y estaba trabajando con su jefe para preparar la reunión. Al preguntarla por el asunto para mi sorpresa me dijo que como siempre le habían cargado a ella con todo el tema de atender la reunión... Entonces pensando, pensando, creí entender la jugada de Helena. Ella me tenía todo el fin de semana pegadito a su lado informándola sobre los representantes que nos visitarían, dado que como había "trabajado con ellos" debería de saber bastante de por donde respiraban. Además con la escusa de prepararme por si tenía que atender la reunión, tendría que estar más tiempo con ella, con lo que podía evitar que me pudiese escapar de allí en algún momento e irme de juerga, de ese modo evitaba que acabara en la cama con alguna... sobre todo con alguna de mis compañeras con las que sabia por mí que había quedado ese fin de semana, y creo que a quienes tenía en mente Helena para pensar eso eran a Carol y a Estela. Una de ellas ya estaba fuera de juego, pero todavía quedaba la otra por ahí rondando.

Otro problema era mi hermana el fin de semana conmigo en Madrid... miedo me estaba dando, no había olvidado para nada lo que quería de mi y como quería conseguirlo además. El ser donante para que la inseminaran y pudiese tener su hijo... bueno, no es que me hiciese mucha ilusión, pero hasta cierto punto lo veía incluso con cierta lógica dada la situación, pero lo de follàrmela os aseguro que lo tenía atragantado, atragantado por completo. También estaba presente la posibilidad de que quisiese ver donde trabajaba yo... y eso tampoco podía permitirlo de ningún modo, así que veríamos como me las apañaba ese fin de semana para dar esquinazo a todos los problemas que se me acababan de presentar juntitos.

Dada la importancia que le daban a esa reunión, que yo sabía no dejaría de ser mas que una primera toma de contacto, tendríamos que trabajar todo el fin de semana para prepararla. En principio me iba a pasar todo el sábado y domingo metido en las oficinas trabajado, lo que no me hacía nada de gracia y mucho menos con mi hermana por allí... Afortunadamente cuando pude por fin hablar con ella el viernes por la noche, con toda la tranquilidad del mundo me dijo que no tenía que preocuparme por nada, que acudía con su marido, Robert, pero que se quedarían en un hotel porque pensaban estar en plan turistas el domingo... o más bien en plan parejita feliz y yo para eso les sobraba a los dos, ni para recogerlos en el aeropuerto me querían ver, lo que ya os digo que me plancho un poco bastante... aunque me resulto un poco sospechoso que mi hermanita del alma no quisiera verme enseguida, eso si que era raro. En fin, mis sospechas se atemperaron un poco ya que el domingo me embarcaron en una cena por la noche con los dos en su hotel, uno de los más lujosos de Madrid.

El sábado estuve hasta por la tarde trabajando con Helena, el Sr. Salgado y Carol, ya que cada uno de los otros ejecutivos que asistirían supuestamente estaban preparando la reunión por su cuenta, pero la realidad es que el peso de todo lo tendrían que llevar el Sr. Salgado y Helena, con lo que todo el trabajo recaía sobre sus hombros. No digo que el resto de ejecutivos no estuviese trabajando también, que conste, solo que se fueron a su casa a medio día mientras que nosotros cuatro seguimos hasta bien entrada la tarde. Para mi sorpresa el Sr. Salgado, Víctor, nos invito a todos a cenar en un restaurante del centro esa noche para relajarnos un poco, seriamos nosotros cuatro y su esposa. Durante la cena no paramos de hablar de la reunión, creo que la Sra. Salgado se aburrió de lo lindo, pobre mujer, menudo tostón que la debimos de dar entre todos.

La parte graciosa es que después de la cena, cuando nos estábamos despidiendo, por sorpresa, Carol me propuso irnos a algún sitio a bailar... Helena para sorpresa de ambos se apunto en el acto, no me lo esperaba para nada. El Sr. Salgado y su esposa ya se habían ido de modo que los tres nos dirigimos en mi coche a un local de moda de Madrid. Íbamos de camino cuando me llamo Susan para decirme que ya habían aterrizado y que se iban directos al hotel, recordándome la cena del día siguiente con ellos. Cuando llegamos a la discoteca tuvimos otra sorpresa, nos fuimos a encontrar allí con Estela, Marga, la compañera de trabajo de Estela, y sus respectivos novios. El novio de Estela estaba de lo mas formalito y agradable... supuse que seguiría así hasta que volviese a emborrachar, entonces volvería el bocazas número uno del siglo.

Estuvimos bailando todos con todos, pero evidentemente, quienes más bailaron entre sí fueron ambas parejas. El novio de Estela estuvo de lo mas formalito, casi no probo el alcohol, deduje que debía de haber tenido alguna charlita más que sería con su chica sobre ello. Llevábamos bastante tiempo allí adentro ya cuando me di cuenta de que me había dejado el teléfono móvil en el coche, por lo que me disculpe con todos y salí del local para ir a buscarlo, estaba cogiéndolo del interior del vehículo cuando sentí como alguien me abrazaba desde detrás y una voz que reconocí a la primera me decía...

- Estela : Estaba deseando que pudiésemos quedarnos a solas para que me follases... (Me di la vuelta encontrándome con un beso de tornillo de escándalo)

Dado que el coche estaba en una calle de transito muy escaso, y además en un lugar bastante discreto no hice preguntas. Me introduje en el coche, sentándome en el asiento del acompañante, tumbándolo totalmente, una vez colocado bien, me baje los pantalones y los bóxer, quedando con la polla completamente erguida... Estela miro en ambas direcciones, entonces con un rápido movimiento se quito las braguitas, tiro hacia arriba de su falda y se metió también dentro, sentándose a horcajadas sobre mí, cerrando la puerta tras ella. Apenas un minuto después mi polla entraba en su coño como un cuchillo en mantequilla, estaba muy mojada, empezó a moverse enseguida...

Enseguida coloque mis manos en su culo, masajeándoselo con fuerza, arrancándola algunos gemidos al sentirlas allí, acompañando sus movimientos con mi pelvis. Estuvimos follando durante bastantes minutos antes de corrernos los dos, primero alcanzo ella el orgasmo, aun tuve que moverme un poco más para poder correrme también. Después de recuperarnos, y antes de lo que nos hubiese gustado a los dos, nos arreglamos y nos dirigimos de nuevo donde nos estaban esperando el resto...

- Miguel: ¿No se dará cuenta tu novio de que has salido tras de mí?

- Estela : No te preocupes, está muy entretenido desnudando a Carol o a Helena, tu jefa, con la vista cuando cree que no le veo (En su voz se notaba cierto enfado)

- Miguel: Entiendo, esa es la razón de haber salido tras de mi...

- Estela : No te confundas Miguel, he salido porque me gusta follar contigo no por darle un escarmiento o por venganza... el que mi novio sea un gilipollas que se queda babeando por cualquiera no es suficiente motivo para engañarle… no mientras que no pase de ahí claro.

- Miguel: Pues lo disimulas muy bien, sabes Estela.

- Estela : Jajajajaja, a que sí. No, enserio Miguel, realmente quiero a mi novio, pero me encanta hacérmelo contigo, me gusta cómo me haces sentir cuando follamos… y como me follas…

- Miguel: Pero estas corriendo muchos riesgos Estela, hoy me has seguido casi en las narices de tu novio, una cosa es en la oficina que no nos puede pillar y otra si coincidimos saliendo por ahí

- Estela : Tu tranquilo, si hay tías que estén buenas cerca no se enterara de nada, es superior a él lo de quedarse babeando mirándolas

- Miguel: Por mucho que digas, al final va a terminar sospechando como sigas haciendo esto de querer que nos enrollemos en cualquier sitio...

- Estela : Bufff, pues no me gustaría, sabes, si empezase a sospechar tendría que dejar de follar contigo, aunque me judería mucho tener que hacerlo, créeme. Quiero a mi novio y no quiero perderlo, lo entiendes, ¿verdad?

- Miguel: Claro que sí, no te preocupes por eso...

Lo cierto es que pese a mi vasta experiencia con las mujeres, mujeres además de todo pelaje no la entendía ni por casualidad, pero nada en absoluto, para que negarlo, pero follando era la hostia y desde luego eso era algo que no iba a echarlo a perder. Si ella quería dejarlo en algún momento pues bueno, pero desde luego hasta ese instante tenía toda la intención de seguir fòllandomela donde y cuando pudiese.

Cuando regresamos lo hicimos por separado, aparentemente nadie se dio cuenta de nada, pero yo sí que me fije en la forma de mirarme de Helena, y os garantizo que no me dio buena espina los ojos con los que me miraba, tuve la sensación de que de algún modo, ella sabía perfectamente lo que había pasado entre Estela y yo en mi coche. Nos lo pasamos en grande pero decidimos irnos relativamente pronto ya que al día siguiente pese a ser domingo teníamos que ir también a la oficina, aunque afortunadamente eso sería a media mañana. Primero deje a Carol en su casa, después me puse en marcha rumbo a la casa de Helena... hicimos gran parte del camino silenciosos, sin hablarnos. En un momento dado...

- Helena : ¿Te lo has pasado bien?

- Miguel: Lo cierto es que si, me he divertido mucho...

- Helena : No me extraña, después de todo también te has follado a Estela en este mismo asiento en el que estoy sentada...

- Miguel: ¿Y eso como lo sabes tú?

- Helena : Porque te seguí con las mismas intenciones que ella, solo que se me adelanto... (Me miro fijamente con los ojos brillantes como los de una loba)

La mire fijamente a los ojos, vi como brillaban estos, como su respiración era levemente jadeante, como sus labios permanecían entre abiertos, como sus piernas se habían separado más de lo que antes estaban... en definitiva, junto a mi vi a la Leona, solo la estaba faltando rugir. Moví mi mano, introduciéndosela entre las piernas, llegando con ella hasta su coño y empezando a acariciárselo mientras algún que otro leve gemido empezaba a surgir de sus labios...

- Helena : Si no vas a subir a mi casa cuando llegamos será mejor que lo dejes ahora mismo... si sigues por este camino e intentas irte después soy capaz de violarte...

- Miguel: (Introduje dos dedos en su coño) Claro que si pienso subir contigo... estoy deseando follarte...

- Helena : ¿Y me aguantaras esta noche?, no te me vendrás abajo después de haber estado con Estela, ¿verdad?

- Miguel: Tranquila que no creo que te defraude... Leona... ¿Y tú me aguantaras después de estas noches que esta semana has pasado con otros?

- Helena : ¿Me has estado espiando?

- Miguel : No, pero conozco gente que me ha informado de que la Leona ha vuelto a aparecer cazando…

Me miro fijamente, su boca se torció en una sonrisita sin contestarme, al menos con sus labios… sus ojos en cambio decían muchas cosas. Sabia de sobra que la Leona había estado de caza un par de días desde que averiguo con cuantas me acostaba, de hecho estaba convencido de que lo de salir a cazar lo había hecho a posta y no precisamente por necesidad de sexo como siempre hacia antes, ya que se había preocupado de ligar exclusivamente en locales donde estaba gente del grupito de amigos de Alma y Sandra, gente con la que a mí me había visto estar anteriormente… también sabía que había estado en algún otro local esas mismas noche y sin embargo después de mirar y remirar había cambiado de aires a otros locales hasta lograr “alguien” que la pareciera satisfactorio para ella… o eso podría parecer. Obviamente estaba más que seguro que esperaba que yo me enterase de ello, ya que lo había hecho en sus morros para que no se perdiesen detalle de cómo ligaba y se marchaba con su conquista, pero inicialmente había pensado no decirle ni media al respecto… yo estaba follando con quien me daba la gana y no veía porque ella no podía hacerlo igual, mas si como me quedaba claro lo hacía para que yo me enterase. Eso sí, lo cierto es que no diré que no me jodìa saberlo, que me jodío lo suyo, todo ello sin admitir por supuesto, que lo que tenia realmente eran celos, unos enormes y dolorosos celos de saber que se había ido con otros.

Su mano se cerró sobre mi brazo, retirando mi mano de su coño mientras se reía diciéndome que más me valía recuperar fuerzas y energías para cuando llegase el momento, que me portara bien hasta que llegásemos a su cama. No dije ni media más, conduje hasta llegar a su casa, cuando aparque la impedí salir del coche aduciendo que yo le abriría la puerta a la dama. Mientras daba la vuelta al coche para abrirle como le dije, recurrí a algo que puse en mi cartera unas semanas antes viendo el trasiego que llevaba, esperaba no llegar a tener que usarla, pero ahora, viendo como estaba la Leona, porque tenía clarísimo que era ella y que pensaba matarme de agotamiento según el calentón que llevaba, pensé que me podría hacer falta para aguantarla el ritmo. De modo que me tome la pastillita azul que iba en mi cartera guardada.

Según entramos en su piso y cerró la puerta me lance sobre ella besándola, me encontré con que no me respondió al beso sino que me retiro de él, dándome un suave empujoncito hacia atrás. Me dijo un seco "ve desnudándote y sígueme" y empezó a andar hacia su habitación mientras se iba quitando la ropa por el camino. Como comprenderéis hice exactamente lo que me dijo que hiciese, me fui desnudando tras ella. Llegamos a su cama, totalmente desnudos, yo con mi polla en ristre amenazando con matar a alguien si chocaba conmigo al clavársele de lo dura que estaba... y eso que la pastillita todavía no había tenido tiempo de hacer efecto. Se paro frente a mí y con una mano me sujeto la polla, empezando a movérmela...

- Leona : ¿Serás capaz de aguantarme bien esta noche, o deberé buscarme después a alguien que sea mejor que tú?

- Miguel: Tranquila que no necesitaras a nadie mas...

Empecé a besarla de nuevo y a acariciarla los pechos mientras ella parecía estática, incluso paro de masajearme la polla. Al ver su actitud me aparte un poco, me empujo otra vez con suavidad para apartarme de ella, de modo que le pregunte...

- Miguel: ¿Pasa algo?

- Leona : Pues sí, pasa que quiero que me folles, no que me andes echando las putas babas encima... Si esto es lo que vas a hacer esta noche mejor será que le vayas y yo salga por ahí a por un hombre de verdad, así que ya s... (No le deje decir nada más)

Estaba claro que después de descubrirla que sabía que se había acostado con otros el que no la dijese ni media le había enfurecido lo suyo, y sin duda pensaba hacérmelo pagar, estaba más Leona que nunca. La sujete por ambos hombros, le hice darse la vuelta y la pegue un fuerte empujón derribándola sobre la cama. Intento levantarse enfadada pero no se lo permití, me situé tras ella, escupiéndome en una mano, pasándosela por el culito y mi polla para lubricarlos lo mejor posible, minutos después mi polla entraba en su culo sin piedad, barrenándoselo a lo bestia. Soltó un alarido intentando quitarse, pero con una mano la sujete del pelo pegándola un tirón para que se irguiese un poco y mejorar así mi penetración. Con mi otra mano la tenia sujeta por un hombro para hacer fuerza y así podérmela follar mucho más fuerte.

Sus gritos de dolor fueron escandalosos, pero pronto empezaron a pasar del dolor al placer lentamente. Cuando vi que empezaba a pasar eso me las apañe para moverme soltando su pelo, de modo que le metí tres dedos en el coño a lo bestia, haciéndola soltar otro gritito de dolor. Ni me lo pensé, continúe fóllandola el culo en plan salvaje mientras que movía los tres dedos dentro de su coño... Llego un momento en que Helena me preocupo ya que parecía como si estuviese totalmente ida por completo… aun así no deje mis manejos con los dedos o de embestirla de forma brutal, me estaba haciendo incluso daño al chocar mi pelvis contra su culo, sonaba como si la estuviera dando cachetadas, de la violencia con que se la metía.

Tuvo un orgasmo realmente brutal, demoledor, cayó sobre la cama como un juguete roto y el culo completamente enrojecido. No la di tregua, me situé sobre ella moviéndola para dejarla al borde de la cama, entonces colocándola en la posición adecuada se la metí en la boca. La hice erguirse hasta que se situó en cierta postura que me facilito el que pudiese empezar a follàrmela por la boca. Mi polla salía y entraba a toda velocidad entre sus labios, entrando hasta casi el fondo de su garganta, Helena emitía sonidos guturales mientras me la follaba. Estuve bastante tiempo así hasta que logre correrme en su boca haciendo que se tragara toda mi leche... Pese a semejante mamada y a que me corrí como un grifo mi polla seguía estando completamente dura y lista para seguir con la guerra, sin duda debido al efecto de la pastillita.

Durante esa noche me la folle en cuatro ocasiones más, dos de ellas fueron por su culito, reventándoselo sin ninguna piedad, de hecho no sé ni cómo podría ser capaz de sentarse al día siguiente. Cuando terminamos me dolía la polla, aunque esta todavía parecía seguir reaccionando ante Helena. Estábamos los dos desechos por completo, por lo que nos fuimos a la ducha apoyados uno en otro puesto que no nos teníamos casi en pie por el cansancio. En el enorme servicio que tenía vi una cabina de hidromasajes, no pude evitar pensar en cómo sería hacerlo en ella. Mi pene se puso otra vez en pie de guerra, de modo que la cogí por la mano y la lleve hacia ella, entrando yo antes. Me senté en la cabina, sentando encima de mí a Helena, metiéndosela por el coño según se sentó… ayudado por Helena, que por lo que vi también estaba excitada, pese a trote que llevábamos ya encima y estar agotados.

Puse la cabina en marcha, empezando a follàrmela de nuevo bajo los múltiples chorros de agua que golpeaban contra nosotros, fue algo de lo más morboso. Enseguida Helena se ocupo de marcar el ritmo al estar sentada sobre mi... de nuevo conseguimos los dos un nuevo orgasmo que nos dejo casi para el arrastre. La parte mala es que mi polla todavía quería más guerra sin duda debido a la dichosa pastillita y como he dicho, solo estaba casi para el arrastre... así que decidí complacerla. Según se levanto de la cabina la sujete con fuerza, haciendo que se sentase de nuevo, solo que una vez más volví a sentarla, únicamente que en esta ocasión mi polla perforo de nuevo su dolorido culo, moviéndome otra vez a toda velocidad dentro de ella, usando lo que me quedaba de fuerzas para darla todo lo fuerte que pude. Volvimos a corrernos ambos otra vez, quedando esta vez totalmente agotado, casi, casi ni semen había expulsado, mis huevos debían de estar totalmente descargados del todo y medio tumefactos o algo así por cómo me dolían también.

Esta vez terminamos definitivamente, nos duchamos y después de ello, medio muerto de cansancio me vestí con intención de irme... al ver lo que estaba haciendo helena me pregunto.

- Helena : ¿Se pude saber que haces?

- Miguel: Vestirme para marcharme a casa, ¿por qué?, ¿es que quieres que me quede?

Vi como se mordía los labios, indecisa, se estaba muriendo porque me quedará con ella esa noche, podía ver su lucha interna entre su deseo de que lo hiciese, y el de que me fuese a mi casa, no terminaba de decidir que debía de hacer. En cualquier caso esa misma situación de no saber bien que hacer, fue la que decidió por ella, ya que me dio tiempo a vestirme y salir por la puerta rápidamente, dejando tras de mí a una Helena que nunca había visto hasta ese momento. Creo que tenía una lucha interior entre su dedicación exclusiva a su trabajo, a su carrera, su autoimpuesta ausencia de ataduras y su cada vez más fuerte atracción por mí en todos los aspectos. Creo que eso era lo que causaba su indecisión conmigo, o mejor dicho para ser más exactos, su indecisión y su reacciones con respecto a mí en determinadas circunstancias. Helena claramente estaba muy preocupada con eso, lo que me hizo pararme a pensar en mi propia situación con respecto a ella… que no es que fuese mucho mejor que digamos.

Al día siguiente en el trabajo fue como si nada hubiese pasado, con excepción de nuestras ojeras, menos mal que estábamos todos más o menos igual después de haber salido juntos la noche anterior. Terminamos a media tarde, con el tiempo justo de que me fuese a casa, me duchase, me pusiese guapo y saliese camino a la cena con mi hermana en uno de los restaurantes más lujosos, que era casualmente el del mismo hotel en el que se alojaba. En esta ocasión no pretendía ocultarme de nadie, de modo que me vestí como siempre había hecho y me fui a la cena con mi chiquitín, con mi Shelby cobra. Suponía que tanto Susan como Robert querrían una respuesta por mi parte a lo que me pidió mi hermana... así que iba preparado para ello, o mejor dicho, todo lo preparado para ello que se podía estar.

Lo peor es que durante esa tarde y en gran parte debido a lo de Helena de la noche anterior, me relaje muchísimo y pude pensar con tranquilidad en todas las cosas que me habían pasado. Esa tarde también me di cuenta de algunos detalles que había pasado por alto con respecto a lo de Susan. Me di cuenta de que eso y de no haber sido capaz de verla venir en el acto. También tuve claro que eso me había pasado por estar más centrado en mi “juego” con Helena que en cualquier otra cosa… Empecé a pensar que la cosa realmente era seria, me estaba encontrando en el mismo problema que tenia Helena con respecto a mí, que me estaba empezando a atraer demasiado en todos los sentidos para lo que yo quería de ella, no obstante decidí aparcar ese asunto por el momento, evitar que interfiriera, para centrarme solo en Susan y su “problema”, por fortuna sabía y tenía muy claro lo que tenía que hacer con ello. Otra cosa seria el lunes… que ya veríamos como me las arreglaba para esquivar las “zona peligrosas” de la oficina y no acercarme a donde pudieran estar mi hermana o Robert.

CONTINUARA.