TIC, TOC, TIC visita de una prima casada.
Mi participación en mi primera infidelidad y con conocimiento, no como otras veces que me paso pero sin ser yo consciente de que estaban casadas o en pareja. Lo peculiar de este relato es que tropecé en menos de dos días dos veces y con mujeres distintas. Este relato tendría que estar más en la categoría de INFIDELIDAD o de FILIAL, pero seguiré publicándolo en la misma categoría de siempre.
Resuelto los problemas de índole personal que hubo en el trabajo y una vez puesto orden, sería para un buen relato lo que sucedió con la mujer que hacía transmisiones en directo desde el trabajo en la web de esta página de shows en vivo. Pero lo dejaré para otro momento que todavía puede dar mucho de sí.
Recibo una llamada inesperada de mi prima Amalia. Ella tiene dos años más que yo, delgada, pecho pequeño, muy guapa de cara y aunque está delgada siempre ha tenido muy buen cuerpo. De estudiantes y sobre todo en el verano cuando las familias veraneaban juntas, siempre íbamos a todos los sitios juntos.
No era prima hermana, pero si prima y en esa época jugábamos mucho a la botella o la cerilla con más gente, lo que llevó a que en más de una ocasión nos morreamos y poco más, salvo algún roce o toqueteo muy esporádico. Terminó la universidad antes que yo, aprobó a la primera una oposición importante y en menos de un año y medio, se quedó embarazada y se casó antes de que se le notara. A su marido le conocía muy poco, más de referencia que personalmente.
- Hola primo, ¿A qué te acabas de llevar una sorpresa?
- Pues sí, porque nada más me llamas cuando hay una desgracia. ¿Quién se ha muerto?
- Jajaja… Que exagerado. No se ha muerto nadie que yo sepa. Te digo… Estoy en Valencia, me hospedo en el hotel… ¿Te viene bien que comamos juntos hoy?
- Vienes y no me avisas, que coño que tienes Amalia. ¿Has venido sola o con tu marido? Da igual, me quitó todo de encima y comemos, pero ya te aviso u os aviso, que os recojo y os venís a mi casa y antes de que te pongas a decir más tonterías, no es negociable.
- Eso ya lo hablaremos en la comida.
No había nada que hablar, que para eso soy muy cabezón. Nada más acabar la llamada, hablo con Victoria para que vaya ella a una comida que tenía programada y para que alguien me sustituyera en una reunión posterior. Para una vez que venía mi prima no iba a dejarla sola por ahí. Lo que no sabía era que la comida me iba a deparar más de una sorpresa.
Llegó al hotel, ella acaba de llegar y en la recepción me dicen que ya la han avisado. Como es tan arrocera como yo, he reservado mesa para tres en uno de los mejores sitios donde hacer arroz y si no es de los mejores, es donde más me gustan a mí. La primera sorpresa fue al verla, tenía pinta de loba, pero muy LOBA y destacaba un pechamen que no era ni normal. Lo mismo es que sus embarazos habían hecho que le aumentara el pecho más del doble.
Se quita la mascarilla, me da dos besos y mientras lo hace me dice… “No mires más, SI… me he puesto unas buenas tetas” mi respuesta fue… “Tú siempre tan romántica, jajaja…” Me preguntó si comíamos en el hotel y le dije que no. Nos montamos en mi coche y fuimos al restaurante. Al sentarse la falda se subió bastante y se la veía más esplendorosa que nunca, el ser madre le había sentado muy bien. Fuimos hablando de todo hasta que nos sentamos a comer, que la conversación fue más seria.
- Ahora prima… ¿Vienes por trabajo o por diversión?
- Ya quisiera que fuera por diversión. Me han ascendido y me han enviado aquí, mejor dicho he elegido aquí, que por lo menos ya que no puedo seguir en Madrid ir a un sitio donde conozca a alguien.
- Y Román ( Su marido y cinco años o seis mayor que ella ) ¿Viene contigo también?
- Si, ha conseguido una comisión de servicios y en enero estará aquí. Los niños se quedan con los abuelos hasta acabar el curso.
- Pero os quedáis definitivamente aquí o tenéis otra idea.
- A esperar hasta que en Madrid haya plaza. ¿Qué tal es Valencia?
- A mí me gusta y la gente es como en todos los sitios, gente maja y gente no tan maja, pero abunda con diferencia las buenas personas. Es un buen sitio para vivir, más tranquilo que Madrid, ya lo veras y como no te vayas rápido, aposentarás el huevo y te quedaras. Jajaja…
- Eso tú, que siempre has tenido la habilidad o la facultad de adaptarse a cualquier sitio y si tiene mar, mucho más. He estado mirando por internet pisos en alquiler y la verdad que no sé cómo son las zonas. Me tienes que aconsejar. Que tú entiendes mucho.
- Fíjate si entiendo, que ya te tengo un piso localizado y bien amueblado, aunque seguro que una vez que estés viviendo pones tu toque.
- ¿Lo dices en serio? ¿Cuándo lo podremos ver?
- Déjame hacer una llamada y esta misma tarde podremos verlo.
Hablamos de nuestras vidas y se interesó como siempre por mis amores. Que ella sabía todo o casi todo de mí. Se fue al aseo y a su regreso le comunique que ya había hablado con el del piso y que me había dicho que las llaves estaban en la portería. No nos dimos mucha prisa y una vez acabamos nos fuimos para mi casa. No podía aparcar en el garaje porque cantaría mucho. Aparqué donde pude y fuimos andando un poco hasta el portal, le iba diciendo que además tenía dos plazas de aparcamiento en el mismo edificio, eso le gusto. Como también le gusto la zona.
Dije de tomar un café antes de subir y que mientras me acercaba a ver si este había dejado las llaves, para no tener que esperar en el portal. En una cafetería que hay cerca, pedimos los cafés y me acerqué al portal, miré el buzón, saludé al portero y regresé con Amalia. Llegamos al piso y abro, la dejó pasar y nada más ver la entrada, el pasillo y sobre todo el salón… “PRIIIIMO… que te has creído que soy la Botín, esto parece el programa de los gemelos, te enseñan una casa de puta madre y luego te dicen, pues no es para ti” y le conteste no sé a qué gemelos te refieres, pero este piso es ideal para ti.
- Vamos a ver, mírame bien… ¿Me vas a decir que este piso tiene un precio para lo que estoy dispuesta a pagar? Porque te recuerdo así como quien no quiere la cosa, que el piso de Madrid hay que seguir pagándolo…
- Te miro bien y ahora mírame tú a mí. Lo primero que tendrías que hacer es ver el resto y mirar a ver si te gusta.
- No me hace falta, viendo esto y la terraza que estoy viendo desde aquí, ya te digo que si me gusta.
- Pues si te gusta ya está. No hay nada más que hablar.
- Como que no. Carlos que no estoy dispuesta a regalar un riñón ni a prostituirme… jajaja… ¿Pero qué crees que gano yo? Que si, que tengo un buen trabajo, pero te recuerdo que vivo de una nómina.
- Ni vas a regalar ni un riñón y menos prostituirte, que conozco al dueño y estará conforme con el alquiler.
- Venga vale, acepto pulpo como animal de compañía, ¿Cuánto es el alquiler?
- N A D A. Porque el piso es mío.
- Vale… y venimos a molestar Román y yo. Con la vida tan ajetreada que llevas. Jajaja… se puede escandalizar mi Román.
- Por eso no te preocupes, antes de acabar el año o como máximo la primera semana me voy a otro y este en principio lo iba a usar Ray, pero se le han torcido un poco las cosas y de momento no puede.
- No sé, le tengo que preguntar a Román, que es muy suyo. Que por mi encantada.
- Pues si pone alguna pega hablo con él y ahora vamos por tus cosas al hotel y te vienes.
- Es que… ( No la deje acabar )
- No te he preguntado.
- Siempre tan mandón y eso que eres más pequeño que yo.
Nos fuimos para el hotel, me quede esperándola en el coche, porque era imposible el aparcar. Cuando la vi salir con las maletas, salí del coche y se las lleve. Una vez que íbamos camino de mi casa, seguía con la mosca detrás de la oreja, porque aunque llevábamos mucho sin vernos, aunque hablábamos de vez en cuando, conocía bien a mi primea y sabía que algo le pasaba o algo quería contarme, el trajín de la casa la tuvo que descolocar y no sabía cómo entrame ahora.
Tuvimos un momento de silencio y lo rompí con una pregunta bien directa… “Vamos a ver prima, te conozco muy bien y algo te pasa, algo me quieres contar. ¿Te va todo bien con Román?” y ella sorprendía por mi pregunta me decía que si, que le iba muy bien. Insistí y esta vez más bruto… “¿Pero te folla bien, te tiene a gusto o tienes un amante? Porque algo me quieres contar” y esta vez soltando una risotada… “Tú siempre tan fino, tan diplomático y nada directo. Con mi marido eso va bien, por lo menos después de tantos años juntos. Tienes buena intuición pero has fallado por poco” seguimos hablando y lo que quería era pedirme un favor y según ella muy delicado. Pero me dijo que la dejara que ya me lo pediría.
Con mi prima podía ser cualquier cosa realmente importante o todo lo contrario la mayor de las tonterías. Aun así sin quererlo me vino a la cabeza lo que podía ser. Un problema económico y le daba corte pedirlo, aunque sabía que no era problema. tema de cuernos por parte de su marido o ella, que no lo creía porque lo hubiera dicho ya. Mediar para un acercamiento con parte de la familia que estaba distanciado y sabiendo que con ella la relación es buenísima, la estuvieran utilizando. “Prima para ahorrarte disgustos, si es un acto de conciliación con la parte de la familia que no me hablo, ahórratelo” y ella riéndose… “Que pesado, no es eso, nunca me metería. Es algo que no sé cómo planteártelo y es que me da corte a mí, tu déjame” y ya no dije nada más, que fuera ella la que empezara.
Ocupó una habitación y luego empecé a explicarle la domótica de toda la casa. Ella muy aplicada cogió un cuaderno mío y se puso a tomar nota de todo. Mil preguntas me hizo y finalmente hicimos las pruebas de voz para otra parte de la domótica. Muchas notas, mucha atención, pero de poco se enteró. Nada mejor que ponerse a practicar y como nos había llevado mucho tiempo, la deje sola practicando por toda la casa mientras hacia la cena. Durante la cena la vi con ganas de hablar, pero no se arrancaba en lo que quería hasta que nos quedamos sentados en el salón hablando de la familia y de algunos recuerdos pasados. Hasta que se decidió.
- Venga no me aguanto más, te lo voy a decir, aunque es un poco especial o íntimo. Aunque sé que para ti no, porque sueles estar de vuelta de todo.
- Tampoco tanto, que no estoy de vuelta de nada. Aunque cuando dices intimo…
- Pero ojito, yo te lo cuento pero aquí como tú dices no hay negociación, el favor me lo haces sí o sí. ¿Estás de acuerdo?
- Pues no lo estoy, el favor lo hare si creo que lo puedo hacer.
- Ya te digo que si quieres puedes, más siendo tan valiente y osado.
- Amalia, Amalia… suelta lo que sea.
- Mira, dos amigas mías que son muy vivas, que están casadas, siempre se meten conmigo, porque dicen que soy más corta que las mangas de un chaleco y que con lo bien que estoy no entienden…
- AMALIA… ve al grano, no me cuentes la vida de tuis amigas que me da igual.
- Siempre igual, directo. Vale, voy a ser directa. Quiero visitar un sitio de esos de intercambios de pareja y quiero que tú me lleves, que tú has estado en muchos. ( No me lo esperaba )
- JAJAJA… prima me has sorprendido. ¿Qué hacemos tú y yo en un sitio de esos? Ya te contesto yo, N A D A. Es verdad que hubo una época muy lejana que acudí a algún local de esos, pero hace años que no.
- Siempre se puede hacer una excepción y más conmigo. Que no quiero hacer nada, quiero ver lo que se “cocina” allí. Nos tomamos una copa y nos vamos.
- Me surgen varios inconvenientes… en Valencia no he estado en ninguno, con lo del COVID-19 me repele ir y te repito, si fuera en Madrid te podía decir buenos sitios incluso en Alicante, pero aquí estoy perdido.
- No te preocupes que he mirado por internet y he seleccionado ocho, tú los miras y con tu experiencia elige uno.
No era broma porque de su bolso saco una lista con varios nombres y direcciones. No me comprometí y lo deje en un principio en stand-by, aunque quien conociera a Amalia sabía que a ella cuando se le metía algo en la cabeza no había manera de hacerla cambiar de opinión, demasiado cabezona. Los días siguientes fueron normales salvo cuando me decía que si ya había elegido un sitio. Le decía que estaba en ello y en eso no le mentía, porque de todos, había uno que destacaba de los demás, en imágenes como en opiniones, aunque lo de las opiniones era muy relativo.
Siempre que he tenido relaciones sexuales con una mujer casada o con pareja ha sido seduciéndola delante del marido o sabiéndole el. Pero… también se me ha dado el caso de tener sexo sin saber que tenían pareja y aquí viene la madre del cordero. Seguía acudiendo a Aitana la fisio. A parte de porque me atraía un montón, porque era verdad que llevaba mucha tensión en los hombros y en el cuello, ella con sus manos pequeñas y alguna aguja de acupuntura empezaron a hacer maravillas.
La voy a describir mejor, con más detalle. Tendría mi edad o un par de años menos. Melena larga aunque siempre que la vi corriendo, llevaba una coleta y en el trabajo llevaba un recogido, quedándole el cuello al descubierto. Su pelo era de color muy oscuro sin llegar a negro. Ojos vivarachos y alegres. No llegaba al 1,70, tenía buena línea, delgada y como ya dije con las mallas que llevaba siempre a la hora de correr un culito fantástico. De pecho estaba bien, lo que pasa que con el top tan ajustado que llevaba siempre puesto, lo llevaba aplastado y difícil de poder calibra, luego en el trabajo, llevaba una casaca ancha de manga corta (me parece que se llaman así) solía variar el color, que tampoco me dejaba vislumbrar mucho.
Poco sabia de ella, aunque sabia por sus miradas antes de empezar la sesión y después, que existía una atracción física importante por parte de los dos. Al principio hice algún intento de acercamiento, hasta que me enseño un anillo de la mano y diciéndome que ya está comprometida y bien comprometida. Nos fuimos “confesando” en nuestras sesiones, aunque ella más que yo. Nunca la vi muy convencida de su relación aunque mi valoración lo mismo no era la adecuada, porque era lo que me hubiera gustado, hasta que en una sesión y por lo que escuche no se habían casado ya por culpa del COVID-19 y su compañera siempre andaba con las bromas de que era un señal.
Nunca hablamos de ello entre nosotros. Acudía los viernes a última hora. Entre el tiempo que llevaba sin follar, mi prima que andaba por casa de forma “veraniega” y Aitana que cuando me tocaba me ponía malo, llevaba un tiempo necesitado de una buena sesión de sexo y ya estaba pensando en alguna buena candidata, que con la excusa de estar preparando la fiesta de fin de año y alguna que se había ofrecido a ayudarme… podía ser un buen momento.
Ese viernes llegue igual que otros días, a última hora. Me sentaba, esperaba a que me llamara para pasar. Cuando llegue había un tío que estaba absorto con el móvil o era un mal educado, porque salude y ni levanto la cabeza. Me senté y no dije nada más. Sonaba música ambiental que me daba sueño. El tío que estaba no dejaba de escribir con el sonido de las teclas, algo que no entiendo que la gente lo lleve de esa manera. A mí me acaba molestando, pero bueno, hay que aguantarse.
Sale un hombre y al poco viene Aitana que le cobra, le da hora para otro día y se va. Aitana se dirigí al tío… “Jaume si quieres espérame en la cafetería, que todavía tengo para un rato y estarás mejor” , la respuesta de Jaume fue apenas levantando la cabeza, “ggrrrrr… da igual” muy simpático. Me dice de pasar, mientras me voy desnudando de cintura para arriba, ella se pone a echar con un pulverizador desinfectante en la camilla, luego se dispone a ajustar una sábana desechable y que como son un poco más pequeñas, le cuesta ajustarla, en eso y no es el motivo, veo un poco el culito en pompa, su cuello despejado para un buen “mordisco” y como si fuera Drácula y ya sin nada de cintura para arriba, me acerco por detrás y beso su cuello.
En el momento que mis labios acarician su cuello, me doy cuenta de lo que he empezado a hacer y me espero que se revuelva, que me dé un guantazo, que de un grito… no pasa nada de eso, siento como se deja, aunque me dice suavemente pero con contundencia… “PARA… no sigas y vete” ni paro, ni me quito, ni me voy. Esta vez abro bien la boca y mi lengua lame su cuello, su piel se eriza y ahora con menos convencimiento… “PARA; PARA… mi novio esta fuera, no puedo hacer esto, NO, NO, NO… no, no…” fue disminuyendo su intensidad, gira la cabeza hacia atrás… “por favor” y en ese momento beso sus labios, para luego mi lengua entrar en su boca.
No tarda nada en responder a mi beso y ya es un beso intenso, que se convierte en un muerdo en toda regla. Deja de besarme, mueve la cabeza y me dice que basta, que pare. Se queda apoyada en la camilla. Meto mis dos manos dentro de su pantalón, por la parte de atrás, de tal manera que mis grandes manos atrapan a la perfección sus dos nalgas, es un culito duro, bien formado y pequeño. Mis manos se mueven por dentro de su pantalón sin nada que lo impida y hasta que llegó a su coñito, se lo toco y ella se da cuenta de que ya se como esta, porque esta super mojada.
Hago que sus pantalones se caigan y luego me agacho. Bajo sus braguitas y se las quito, me pongo a comer su coñito en esa posición, estoy más de diez minutos por lo menos, le corto varias veces su orgasmo, hasta que sin que ella se lo espere hago que lo tenga. Se agita y pone la cabeza sobre la camilla, haciendo casi un ovillo con la sabana, que la muerde y se tapa la boca. Me ha gustado como la he sentido, me levanto, me desabrocho el pantalón y mi polla, aunque se siente muy ajustada entra dentro de ella a la perfección. En voz baja repite una y otra vez… “No, esto no, salte, salte… de verdad Carlos no sigas, salte, saaaalte…” y pocos segundos después… “Siiiiii… es fantástico, uufffff… como te arde, es increíble…” aguantaba los gemidos y eran tan bajos que parecían lamentos.
La follaba muy suave, lo ms que hacía era sacra casi toda la polla y luego, con lentitud la iba metiendo de nuevo y los últimos centímetros, los metía del todo con un ligero movimiento, que provoca en Aitana soltar por su boca, como un estallido de sus fuerzas. Al ver que se iba a correr, me pegue a ella todo lo que pude, metí mis manos por debajo de su casaca y pude acariciar sus tetas, que eran más grandes de lo que había pensado. Estando pegado, hice unos movimientos con todo mi cuerpo pero sin sacar la polla y tuvo un estallido de todo su cuerpo, quedándose completamente apoyada sobre la camilla. Como si se hubiera quedado sin fuerzas. Como quien no quiere la cosa habían pasado más de los cuarenta minutos de sesión.
Me quedaba un poco por correrme y por eso quise dejarlo en ese momento, no quería ponerla más en peligro. Quise ayudarla a vestirse y no me dejó, solo me dijo dos cosas… “Espero que no te hayas corrido dentro” y tratando de dar normalidad… “Te aseguro que no y no te miento, porque si me hubiera corrido te hubieras enterado” , ahora sin perder las compostura y casi no mirándome… “Sal de una puta vez, vete fuera” y una vez me vestí salí a la recepción, donde seguía el novio enfrascado con su móvil y su compañera despidiéndose de un paciente.
Se puso a hablar conmigo y justo cuando llegaba Aitana me pregunta… “¿Cómo te ha dejado hoy la despiadada Aitana?” y no lo dude y claro que lo dije con segundas y enviándole un mensaje directo a ella… “Pues la despiadada hoy me ha dejado casi como nuevo, que creo que hubiera venido bien otra sesión más”. Aitana me miraba asesinándome y le paso la tarjeta para que se cobre. Me mira indignada y después de hacer no sé qué, me dice que el datafono no va. Saco la cartera y tengo dinero para pagar, ella esta remisa a cobrar y tiene que decirle su compañera que estaba “tonta” y como excusa su propia compañera me dice, que ha sido una semana a tope. Aitana lo zanja de otra manera… “Pues bueno Carlos, ya estas perfecto así que ya no hace falta que te dé más citas”. Clara declaración de NO VUELVAS MAS.
Por la noche y en la soledad e mi cama, pienso en lo que ha sucedido con Aitana y no es que me arrepienta, sé que le he causado mucho placer, pero no es menos cierto que seguro que le he causado como mínimo calentura de cabeza, estará llena de remordimientos, follar con un tío y a dos pasos de su novio. Me quedo mal sabor y no solo por no haber podido acabar, también por haberlo hecho de esa manera, aunque por otro lado me excitaba recordar el contacto de su piel, como vibraba su cuerpo conmigo. Ese día llegue a casa y no hable a penas con mi prima, porque le puse la excusa de no encontrarme bien.
El sábado me levante y mi prima estaba esperándome, para salir a correr conmigo. Amalia siempre había hecho atletismo y había corrido muchos maratones. Por lo que salir a correr con ella no era problema. A mitad del recorrido le dije que esa noche iríamos a un sitio de los que ella quería ir. Llevándola el resto del camino preguntando y yo sin contestar. En la comida se puso tan pesada que mantuvimos una conversación.
- Prima te voy a poner unas condiciones, que de no cumplirlas, te quedaras sola y me volveré a casa.
- Ya me estas presionando, como sabes ponerme de mala leche, vamos a ver tus condiciones.
- Se hace lo que yo diga. Si digo nos marchamos en algún momento, no se discute y nos vamos. No se mantiene relaciones con nadie de los presentes. Estaremos como máximo lo que duren las copas que entran en la entrada y alguna más que se me ocurra. ¿Aceptas?
- SEÑOR SI SEÑOR (Saludándome con la mano de forma marcial)
- Jajaja… igual de loca que siempre.
En esa conversación le explique por encima como se comportaban las parejas, como se actuaba, las normas no escritas. También me pregunto sobre cómo iban vestidas las mujeres, le dije como solían ir, pero no era su caso, porque no íbamos a ir de “caza” solo a ver cómo era un sitio de esos. Que hasta última hora estuve tratando de convencerla para no ir y que yo podía ilustrarla como eran sin necesidad de hacer la visita. Pero no hubo manera de convencerla y quedamos en cenar algo ligero en casa. Mi intención era ir pronto porque estaría casi vacío y que se aburriera.
Cenamos algo suave y ella fue a vestirse. No tardo mucho, porque ya había estado duchándose, secándose el pelo… que por cierto se lo dejó suelto y con ondulaciones, que la hacían muy guapa. Salió por lo que pude ver, con un vestido negro, falda ancha y por encima de las rodillas. Medias o pantys negras y zapatos de tacón alto. Digo que suponía que era un vestido, porque encima llevaba un blazer de cuadros, entallada y más larga de lo habitual, el cuello lo llevaba prácticamente cerrado.
Como seguro que bebería algo de alcohol, esa noche no pensaba conducir y por eso esa noche iríamos en taxi. Al darle la dirección al taxista, nos miró por el retrovisor de manera especial. Llegamos al lugar y Amalia se frenó en seco. Se había puesto nerviosa y podía ser que dudara, que se arrepintiera, aproveche el momento… “Prima, no te preocupes, no es obligatorio entrar, si quieres nos vamos a tomar la copa a otro sitio y te cuento lo que quieras saber” pero no, ella dijo que de los cobardes no se había escrito nada.
Justo antes de llamar para que nos abrieran, le dije que si veíamos que el lugar era muy lúgubre, nos iríamos a otro. Nos abre una mujer de nuestra edad o más joven, nos da la bienvenida, nos solicita muy amablemente el certificado COVID se lo enseñamos y nos pregunta… “¿Es vuestra primera vez?” , iba a contestar pero se me adelanta Amalia, que dándose aires de estar introducida en ese mundo… “ Aquí si es la primera vez, que venimos de fuera y queríamos pasar un momento entretenido” y la que nos recibió, se puso a dar explicaciones básicas, que se dan en cualquier local de parejas, solo que nos quería hacer el tour por el local y le dije que un poco más tarde.
Había más parejas de lo que me pensaba para ser tan temprano y en otra parte había tres chicos jóvenes solos. Los tres con buena presencia, tanto físicamente como en su vestir. De entrada se veía limpio y estaba bien. Nos pedimos las dos primeras copas de las cuatro que entraban con la entrada. Se acerca de nuevo la chica que nos recibió, ofreciéndose para el tour y para que le dejáramos si queríamos, el blazer y mi cazadora. Al quitarse el blazer mi prima muchas miradas se posaron sobre ella, tanto de hombres como de mujeres. Porque llevaba un escotazo casi hasta la cintura, el vestido era de quedarse con la bocas abierta.
A mí me cogió desprevenido y ella sonriéndome me dijo al oído… “Ya que me ha costado una pasta el colocármelas, por lo menos hay que lucirlas” y para justificar mi sorpresa… “Es que como la última vez que te vi… estas como siempre…” y se reía mucho. Hicimos un tour rápido, todo estaba muy bien y colocado con sentido, con gusto y con comodidad. Lo que pasa que en esos momentos no había nadie haciendo nada. Lo que si se percibía era un olor penetrante a desinfectante.
Mi prima empezaba su segunda copa y había mucho movimiento. Nos apartamos de la barra y nos sentamos en un sitio con un asiento en L y una mesa baja. Enfrente se sentaron dos parejas que habían hecho amistad en la barra, porque los vino y los oímos. Poco después las parejas se habían intercambiado, morreándose las nuevas parejas formadas y una de ellas era muy lanzada porque no tardo nada en empezar a hacerle una mamada a su nuevo acompañante. Amalia miraba que no se lo creía. El resto de las parejas tampoco estaban a la zaga, se empezaba a ver de todo y bastantes estaban ya con toallas como única indumentaria.
Se puso pesada y esta vez hicimos el tour solos. Pasamos junto al jacuzzi que solo hay dos parejas desnudas hablando. Nos acercamos a la zona de BDSM, hay una mujer en el potro mientras dos hombres y una mujer “juegan” con ella, habían varias parejas mirando y acariciándose. Amalia estaba extasiada mirando y cuando oía los azotes que la daban y como ella no dejaba de gemir, me decía… “¿Cómo puede gustarle que la azoten el culo de esa manera? No lo entiendo” como se me escapo una sonrisa, me pellizca en el costado diciéndome que era tan pervertido como ellos. Quise seguir avanzando pero me dijo de quedarnos un poco más.
Hasta que la mujer se pone a comerle el coñito a la mujer atada mientras los hombres hacen que les coma la polla. Cuando se corre, Amalia dice de continuar. Se que esta cachonda porque no puede ocultar la erección de sus pezones. Ahora llegamos a la zona de reservados y hay uno con la puerta cerrada y el resto con las puertas abiertas. En los de las puertas abiertas, en uno hay dos parejas montándoselo, pero son muy sosas. En otro reservado hay una mujer y dos hombres follándosela, vamos a continuar cuando cambian de postura y le van a hacer una doble penetración, mi prima dice que quiere verlo.
Por mi experiencia y lo que veo, son tres que ya son veteranos en dobles penetraciones porque lo hacen muy bien. A Amalia solo le falta meterse en medio, esta que se sale. Estamos en la zona del cuarto oscuro y antes lo habíamos visto vacío, ahora debía de estar con gente. Le digo que si no quieren que la metan mano por todos los sitios que mejor que no entre, me llama exagerado y entramos, no estuvimos ni cinco minutos cuando salió escopetada. No me quiso decir nada. Lo siguiente que vimos fue el gloryhole. Entramos y rápido apareció una polla grande, ella la miraba y me decía con gracia que era de látex, que no podía ser tan grande. Me reía porque era grande pero tampoco para tirar cohetes.
Sabía que si la decía que lo comprobase la hubiera tocado, pero no quise provocarla ni animarla a nada. Si no estuviera pululando el COVID todo hubiera sido distinto. Ya habíamos recorrido casi todo, vimos la cama gigante donde había un número importante de personas desnudas a pleno sexo. Era una multi orgia. Se para se queda mirando y llega el olor a sexo que impregna el ambiente. Una chica joven unos 22 años, llama y nos incita para que nos unamos a ella y su al chico que supongo era su pareja.
Como no la hacemos casos se acerca y agarra la mano de Amalia que duda un momento. Hasta que se aparta y me dice que salgamos. Salimos a la zona de barra y no quiere ni terminar su copa. Nos piden un taxi y nos vamos. Como la veo cariacontecida o esa impresión me da, trato de sacra una conversación para que deje de pensar. No me contesta, girando un dedo en horizontal y sin decir nada me indica que luego. Ni en el ascensor hablo, al entrar en casa, se quita el blazer, me quito la cazadora y le digo que me voy a poner cómodo, no me deja, quiere hablar, entonces en vez de ir al salón, vamos a la cocina, porque tengo un poco de hambre y voy a prepararme un sándwich. Al final preparo dos y nos sentamos alrededor de la isla de la cocina.
- No se parece en nada a lo que me comentaron mis dos amigas, se guardaron muchos detalles evidentemente y la verdad me ha inquietado mucho.
- No es que se hayan guardado nada, te lo han contado por encima sin entrar en detalles. No es lo mismo hablar de ello con alguien que este en el mismo mundillo que a alguien que no y no digas te ha inquietado, te ha excitado y no sabes cómo responderte a ti misma con esa sensación.
- De eso nada, te equivocas. La sensación es de no comprender como parejas, casadas o no, pueden hacer todo ese tipo de cosas, sin luego estar llenas de remordimientos. Como tu… ¿Nunca te ha dado remordimientos acostarte con una pareja?
- Pues ningún remordimiento de momento, que eso no quiere decir que con algunas parejas luego me haya sentido defraudado, porque no fue lo que esperaba.
- Fíjate que creía que la única que sabía de tus andanzas en la familia era yo, pero había algo que em decía que los tíos sabían eso.
- Mis padres si lo sabían y alguien más de la familia.
- ¿NO TE DECÍAN NADA?
- En esa intimidad no se metían, aunque si hacían algún comentario entre sarcástico y punzante. A los que yo me limitaba a guardar silencio o a no darme por aludido.
- Por curiosidad… ¿Cómo haces para encontrar parejas que estén dispuestas?
- Jajaja… no creas que hace falta buscar mucho, que hay muchísimas más parejas dispuestas a este tipo de relaciones de lo que te puedas imaginar. Unas veces las encuentro yo y la verdad que más veces me han encontrado a mí.
- Y luego cuando os veis otro pasado vuestro encuentro… ¿Qué es lo que sucede?
- Pues como cuando te encuentras a unos amigos o unos conocidos. Saludas, les preguntas como les va, por la familia… y ya está.
- Hay que tener mucha sangre fría.
- Que va, hay que darle una normalidad y punto. Que ellos sacan el tema, entonces si entro, que no lo sacan, guardo el más absoluto silencio, ni una ligera insinuación.
- Cuéntame más.
Por hoy ya se ha terminado las clases, jajaja… mañana mas, ahora me voy a mi nido, que es bueno también descansar, buenas noches y me acerque a darle un beso en la mejilla, algo muy habitual cundo estábamos juntos. Lo único que esta vez me supo diferente y no quise darle más importancia. Me di una ducha rápida, me metí como siempre desnudo en la cama y como hago de forma habitual, leo algún capítulo de un libro, en este caso era el libro titulado “EL PODER DEL MITO” de Joseph Campbell.
Un libro especialmente indicado para esa noche, porque tenía un punto de intensidad adecuado para anular pensamientos inadecuados que bullían por mi mente esa noche. Estaba ya enfrascado en la lectura, cuando entra mi prima sin llamar. “Perdona que te moleste, pero es que no puedo dormir y tengo muchas preguntas por hacer” sigo con el libro en las manos, respiro profundo para decirle serio… “Prima… no es bueno que estes aquí, hazme caso, vete a descansar y mañana veremos todo de otra manera” y ella en plan bromista, como es ella de manera habitual… “Jajaja… te pones tan serio que ni te fuera a comer o algo peor” y se sentó en el borde de la cama.
Lo primero que me pregunta es de que va el libro que estoy leyendo, cuando le hago una breve sinopsis, me dice riéndose que no se lo deje, que no le gustaban los libros tan intensos. Paso por bromear de forma nerviosa y sabía lo que estaba pasando. De nuevo saco la conversación de lo que vimos esa noche, le pasmaba la tranquilidad que tenía y que no le diera importancia. Quiso saber qué opinaba de… las mujeres que participaban, de los maridos, que le intrigaba mucho que un hombre disfrutara viendo a su mujer con otro, de lo de dar azotes como en las películas XXX, si mi opinión en caso de conocer a la pareja variaba después, le conteste a todo sin guardarme nada y no se quedó conforme del todo, porque ahora me preguntaba lo que conseguía yo. Se lo respondí de la misma manera.
Viendo a Amalia, con ese camisón que le sentaba muy bien, con ese movimiento de sus tetas cuando se reía. Que aunque se las había operado, no las tenía como piedras. Alguien que no la conociera pensaría que eran naturales, quien le hubiera hecho la cirugía la había realizado de diez. Por eso y como me conozco, teniendo un momento de lucidez… “PRIMA y recalco lo de PRIMA… el ambiente está más que turbio. Ya sé que tu no, que tú no te has puesto cachonda con lo que has visto esta noche, que eso ya me ha quedado claro. ( Aunque sabio que tanto a ella como a mí el estar allí nos había puesto excitados ) Lo mejor es que te vayas, porque si sigues aquí, al final va a pasar algo de lo que luego nos arrepintamos y fíjate que en mi cara no hay ninguna sonrisa, que lo estoy diciendo muy serio” , la cara de Amalia hizo un gesto de tensión, de haberla pillado en su juego.
Después de mirarme intensamente unos segundos y con cara de mala leche, me dio las buenas noches como si las escupiera y se marchaba cuando dice… “LUZ UNO” y la luz de la habitación se puso en penumbra, que poco se veía. Se da la vuelta, me mira peligrosamente y como si de una película se tratase, deja caer el camisón, quedándose como Dios la trajo al mundo. La había visto más de una vez en bikini y ya entonces estaba buena, pero ahora estaba espectacular, se la veía fuerte, muy cuidada. Su coñito tenía abundante vello en el pubis. Ya se había liado es lo que pensé, se acerca a la cama y me dice… “¿Vas a dejar así a tu prima? ¿No me vas a invitar a entrar en tu cama? ” Y aparté completamente la sabana.
Al hacerlo se vio el resto de mi cuerpo y la erección fulminante que había tenido. Amalia se queda mirando… “VAYA PRIMO, siempre había oído dos cosas, el mito de que la tenías grande y se han quedado cortos y el mito de que eres un empotrador nato, voy a descubrir si exageran o no” , nos abrazamos y nos dimos un beso que no fue de los mejores que daba, porque no sé qué me pasaba y ella para animarme me decía… “Carlos no pienses mas, vamos a dejarnos llevar y además, no somos primos hermanos, somos primos segundos, hasta nos podríamos casar por la iglesia sin necesidad de pedir autorización” , era para reírse con su argumentación.
Pase de todo y me deje llevar. Amalia me acariciaba todo el cuerpo, sin dejar de tener agarrada mi polla con una mano, parecía como si fuera su trofeo. Me mordía el pecho, lamia mis pezones, iba bajando lentamente hasta llegar a mi abdomen, donde mordía con más ganas y por fin llegó a mi polla, pero solo paso lentamente la lengua y se fue a por mis testículos, que los lamio, se los metió en la boca e hizo virguerías con la lengua. Me gire y empecé a dejar de estar parado. Una vez la tuve encima, fui mordisqueando sus muslos y empezaba a darle de su propia medicina, por rozaba levemente su coñito con mi lengua, pero nada más.
Mi prima no se daba por vencida y al estar ella encima, se creía que iba a dominar la situación, porque intento sentarse en mi boba y lo digo literalmente, lo que pasa que con mis antebrazos, impedí que eso ocurriera. Cambio de táctica e inicio la mamada, que por cierto la inicio muy bien. Poco a poco y con algún esfuerzo se la metía hasta notarla en su garganta, si me movía lo más mínimo le daba un amago de arcada. Deje que se fuera colocando y ahora sí, cuando yo le decidí empecé a lamer su coñito. Me resulto muy fácil ponerla a mil con mi lengua.
Y también me fue fácil hacer que se corriera, pero también cuando quise, porque en eso soy un auténtico artista, la hic llegar al límite como unas cinco veces antes de permitir que se corriera. Es un auténtico gustazo notar y sentir como se aprieta contra la boca, soltándote una gran corrida por haber estado aguantándose. Me pedía con mucho entusiasmo que la follara, ya no era tan bien hablada. Lo que hacía más excitante ese momento. Se tumbo boca abajo, porque me decía que quería sentir la opresión de mi cuerpo sobre el suyo y sentir mi aliento por detrás. Me la iba a follar sin protección porque sabía que no se podía quedar embarazada y me fiaba de su salud.
Amalia que ya estaba colocada, rabiaba porque no se la había metido todavía y eso me gustaba… “Vamos primo, quiero sentirte dentro de mí, que si en la boca la notaba ardiendo dentro de mi tiene que ser la repanocha” no me pude contener y le di según ella, los primeros azotes de su vida y mientras se lo daba le decía… “Amalia, con lo puta que eres, que fina me has salido con lo de tenerme dentro de ti… muy fina” , eso y los azotes, que no hacía nada por evitarlos, provocaron su perdición… “No me llames Amalia, llámame prima eso lo primero y pedazo de cabrón FÓLLAME DE UNA PUTA VEZ” y entonces si empecé a follármela. Despacio y hasta que se desesperó… “Pero como puedes ser tan HIJO DE PUTA” y entonces termine de metérsela con un solo empuje, eso sí muy brusco.
Eso hizo que gritase y luego lanzase un sonoro… “SIIIIIIIIII… ASÍ CABRONAZO Y AHORA NO SE TE OCURRA PARAR” y como soy tan cabronazo según ella, baje al mínimo el ritmo, algo que la desespero y me gusto, la prueba de que la desespero, que alzaba su culito, agitándolo para todos los sitios. Empezó a decirme de todo menos bonito y llegó el momento de azotar ese culo de nuevo. Al hacerlo se enfurecía más y por fin la fui “domando” a mi gusto, cuando ya estaba más que rojo, empecé a empotrarla de verdad y no dejó de chillar, de gemir hasta que se corrió y como no pare, que seguí embistiéndola, se volvió a correr, afloje el ritmo, me deje caer sobre ella y sin dejar de follarla, me comía su cuello, sus hombros y le decía lo puta que era al oído.
Se empezó a relajar demasiado y ahora ronroneaba, hasta que saque mi polla de su coñito y la dirigí a la entrada de su culito. Aquí se espabiló… “Carlos ni se te ocurra, por ahí nunca lo he hecho y tu con esa polla me destrozarías, ni se te ocurra” , mi teoría es que un marido o un hombre en pareja con una mujer, si no se ha follado el culo ha sido por ser muy flojo y ceder rápidamente a la protesta de su mujer. Se quedo tranquila y regreso a su ronroneo cuando me aparte un momento, fue lo justo para estirarme y sacar de un cajo de una de las mesas de noche un lubricante.
Se lo empecé a poner y sus protestas continuaban y las acompañaba de amenazas. Cuando ya me di cuenta de que estaba bien lubricado, me embadurne bien mi polla. Después y aunque seguía protestando, encare mi polla en su ano y metí la cabeza, protesto como si no hubiera un mañana y me quede quieto, no porque hubiera protestado, para que su culito se fuera haciendo a mi polla. Me decía que se la sacara y no hacía caso. Espere el siguiente paso, que seria que ella se moviera para tratar de sacarla. No me equivoque, lo intento y eso llevo a que entrara algo más la polla y ya se quedó quieta.
Mi prima esta furiosa… “Cuando te quites de encima te voy a matar cabrón, me estas destrozando el culo” tumbado sobre ella le decía al oído… “Vamos putita, le vas a entregar el culito a tu primo y te lo voy a follar completamente. No querías follar, pues a follar” e introduje un poco más de polla. Entre lo estrecho y apretado que estaba su culito y lo esfuerzos por evitarlo, me estaba costando follármelo, pero se sentí muy bien dentro de ella. Paso de protestar a decir que le ardía el culito, paso de protestar a soltar algún tenue gemido y después de bastante rato mi polla estaba toda dentro.
Ahora era cuestión de esperar a que ella empezara a moverse, a tomarle gusto y ya estaba todo encauzado. Sus movimientos fueron muy suaves, de manera imperceptible, aunque poco a poco se fueron notando y las protestas desaparecieron para dejar paso al placer… “Coño primo, te noto muy dentro, te arde la polla y me está gustando, muévete pero muy despacio” y así lo hice, fui moviéndome muy despacio, hasta que la que empezó a moverse más deprisa fue ella. Le aconseje que metiera una mano por debajo de su cuerpo y se tocara, lo hizo a la primera y cuando note que se estaba poniendo muy cachonda, aumente mis embestidas hasta que ella me pedía más fuerza. Ahora si me estaba follando su culo.
Los dos nos movíamos con mucha calentura y deseando corrernos, ella al notar que está a punto me gritaba… “VAMOS PRIMO, LLÉNAME DE TU LECHE… NO TE PARES QUE ME CORRO TAMBIÉN, QUIERO QUE NOS CORRAMOS JUNTOS… AAAAAHHHHHHH…” y nos corrimos juntos. Ella me decía que me había sentido correrme que había sido una pasada y que no me saliese que me quedase como estaba. Un poco después me levante y fui al baño a lavarme. Al terminar y salir Amalia ya no estaba. Deje todo como estaba y no fui a verla, porque si se había ido la iba a dejar tranquila.
Me levante el primero y prepare el desayuno para los dos. Oigo que sale de la habitación y sin más me dice “No puedo pararme a desayunar que llegó tarde” y salió rápida por la puerta. No quise decir nada, aunque sabía que era mentira que llegaba tarde. Quise que tuviera su espacio y seguro que ya hablaríamos. Voy en el coche y a las 08:00 en punto suena mi móvil y en la pantalla del coche me sale un número que no tengo registrado porque no me sale de quien es. Y pienso quien puede ser a esa hora. Es Aitana… “Carlos podemos vernos esta mañana, es que me urge” la notaba preocupada, alterada, nerviosa… un poco de todo. Le contestó que sí, pero que tendrá que ser a las diez y media porque ahora voy justo de tiempo.
No le parece mal y quedo en una cafetería muy próxima a mi trabajo. Ya que voy muy pillado de tiempo como todos los finales de año, que el trabajo se acumula. La mañana esta complicada y ajetreada. A las diez y cuarto, le digo a todo el mundo que un descanso y que a las once todos aquí de nuevo. Me voy hacia la cafetería y llegó cinco minutos antes de la hora. Como siempre hay mucha gente, al contrario de otros días me siento en una mesa esperando a Aitana. Por primera vez la veo vestida de “persona” me refiero que no va en ropa deportiva ni de uniforme laboral. Va preciosa. Falda un pelín por debajo de las rodillas, unas botas altas de tacón fino. Una blusa semi escotada y una chaqueta que lleva abierta, el pelo suelto y como me pone verla de esa manera.
Le dedico la mejor de mis sonrisas, se acerca a la mesa y lleva algo en una de sus manos, que lleva el puño cerrado, no se corta y en voz alta y de enfado… “NO SOY NINGUNA PUTA, TOMA TU PUTO DINERO” y de un manotazo me deja varios billetes arrugados encima de la mesa. Se da la vuelta y se marcha dando pasos largos y moviendo ese precioso culito que Dios le había dado. Lógicamente todos los que estaban sentados en las mesas, que algunos trabajaban conmigo, se quedaron callados y mirando.
Al dar el golpazo que dio en la mesa, casi toda el café que estaba tomando se había salido de la taza. Se acerco el camarero a limpiar y me dijo que ahora me ponía otro, pero lo dije que no, que mejor me pusiera una cerveza y un pincho de tortilla que me había entrado el hambre. Me quede un poco más pensando en lo que había ocurrido y el motivo de tal desatino. Mi conclusión es que se sintió ofendida por haber pagado la sesión del último día sin haberla recibido, pero lo hice para que el novio no sospechara nada, nunca por hacerla un feo. En otro caso lo hubiera dejado pasar, pero me sabia muy mal. Me puse a pensar que hacer para subsanar ese mal entendido.
Llame y dije que me iba a retrasar un poco. Me fui a comprar una caja de 25 bombones Godiva, que son belgas y saben muy bien. Qué los iba a acompañar de un ramo de rosas de color rosa. Y con una tarjeta que decía… “Las rosas para demostrar mi sinceridad cuando te digo, que lo del otro día fue por no comprometerte ante tu novio y que te hiciera preguntas incomodas. Los bombones para que se te vaya el estrés, para que sonrías y para que endulces más si es posible tu vida” e hice que se lo llevaran a su trabajo. Regrese rápido al trabajo y ya estaba Victoria queriendo saber que paso y quien era según ella la “afortunada” que me había puesto las pilas. Mi contestación poco le aclaro, lo que si le dije que había sido algo injusto y que creo que no me lo merecía.
Tuve que apagar el móvil, porque era de esos días que recibes mil y una llamada de publicidad, copando las llamadas telefonía móvil y compañías eléctricas en especial una que son muy pesados. A eso de las seis de la tarde que ya había terminado encendí el móvil y no había ninguna llamada interesante.
Este relato lo aderezaría con A Thousand Kisses Deep ( youtu.be/13mrGDe2PRE ) de Leonard Cohen y una canción con bastantes años, pero que está acompañada por la imagen de una de la mujeres más hermosa que he visto, no diré título… ( youtu.be/lPlfbwae3vQ ) y para que no se diga una canción en español ( youtu.be/5ocOpgPezuU ) …Y vuelo de Vanesa Martín.
Aprovecho para felicitar las Navidades a quien las celebre y para quien no las celebre, que paséis unos días relajados y felices. Pero a unos y a otros o a unas y a otras, que las “sillas vacías” no os hagan perder la sonrisa, todo lo contrario que tengáis una sonrisa mas luminosa.