Tía y sobrino
No fue planeado; la simpatía que sentían propició el acercamiento que desembocó en la más tórrida de las aventuras que Eva a sus casi cuarenta años había vivido; su sobrino la miraba como tía hasta que las circunstancias hicieron que juntos hicieran realidad aquella secreta fantasía.
Lunes 29 de junio.
Todo parecía normal, Juan marchó al trabajo, los gemelos se habían quedado con los abuelos hasta que fueran a pasar sus vacaciones y Eva libraba hasta el martes; se acomodó en una butaca con un café largo y llamó a su amiga Charo.
.- ¿Cómo estas bruja? Desde antes de la verbena no sé nada de ti.
Oyó la respuesta de su amiga pero continuó con su monologo.
.- Esta tarde tampoco nos veremos en el gimnasio.
.- Cuando me contaste que te enrollaste con tu vecino te prometí que cuando yo tuviera un lio te lo contaría y ¡YA! Ya tengo algo que contar.
— Más o menos esto es lo que sucedió.
.- La tarde de la verbena trabajé hasta las seis de la tarde y como no encontré a nadie que me lo cambiara, al día siguiente tuve que hacerlo de diez a dos. Mi hermana, su marido, Juan y los niños marcharon por la mañana a la casona que nuestros padres tienen en Peñíscola; pasaron allí la verbena y el día de San Juan por la noche regresaron sin los niños.
Bueno, el caso es que al salir me encuentro a mi sobrino en la puerta; es un chico guapísimo y la mar de simpático que al verme se abalanzó sobre mí para abrazarme y besarme y es que hacía meses que no coincidíamos; me contó mi hermana que su chica lo había dejado hacia unas semanas para irse a Colombia con su superior. Cuando me soltó le pregunté.
— ¿Qué haces aquí? Te hacía en Peñíscola con los demás, o eso me dijo tu madre.
• Esa era la idea, pero un amigo me pidió que le hiciera mañana un turno en el hospital y como es un buen tipo accedí. Mamá me dijo que estarías sola y si no tienes otros planes podríamos pasar la verbena juntos, te llevo a cenar donde digas y después si te apetece a bailar.
.- Habíamos comenzado a caminar y le respondí.
— No gracias, prefiero una velada tranquila, cenaré algo ligero y me acostaré temprano, así cuando los petardos lo permitan me dormiré, además ¿dónde vas tú con una tía casi cuarentona?
• Con una “tía buena” querrás decir y además desde este momento te llamaré Eva. Y por si no te gustaba mi primera opción, tengo un plan “B”; mamá me dejó unos cuantos tapers con algunas de sus delicatesen; los he recogido esta mañana; he comprado coca y tengo cava en la nevera por si lo que te apetece es una verbena “casera”.
.- No me podía negar, Pol es encantador y me contagió su entusiasmo; pero al detenernos junto a una enorme moto repare en que llevaba un casco en la mano y le pregunté azorada.
— ¿Has venido en moto? Jamás he subido en una y no sé si es una buena idea; me da algo de miedo.
• Perfecto; este será el primer día del resto de tu vida; iremos en moto a la playa y descubrirás que no es tan peligroso como muchos piensan.
— Pero si no tengo bañador, y además con esta falda no podré montarme en ella.
• No necesitamos bañador, vamos a una cala nudista que frecuentaba con Raquel y no te apures porque no encontraras a ningún conocido si es lo que te preocupa, y en el baúl de la moto llevo toallas y protector solar ¡estaba convencido que accederías!
— Lo que me preocupa es que voy sin depilar y además no tenía planeado ir a la playa.
• Te digo que no te apures; allí cada cual va a lo suyo sin inmiscuirse en lo que hacen los otros; además ¿Cuándo hiciste una locura por última vez? Sé espontanea hoy que puedes.
.- No estaba totalmente convencida pero me dejé poner el casco; me ayudó a subir a la moto y antes de sentarme tiró de mi falda lo necesario para que lo hiciera con facilidad; subió delante de mi haciendo una pirueta para pasar la pierna por encima del manillar y oí por el intercomunicador del casco.
• Agárrate fuerte y si crees que corro mucho dímelo y aflojaré
.- Me agarre a su cintura y arrancamos despacio; dio un poco de gas y parecía que me despegara del asiento; subí mis manos hasta su pecho y me aplasté contra su espalda y así, notando como el viento destapaba más mis piernas nos incorporamos al tránsito que salía de la ciudad; vi como los ocupantes de los coches que nos adelantaban se giraban a mirarnos y supe porque.
— Acelera un poco si quieres y puedes, de momento no tengo miedo y me estoy divirtiendo.
.- Sin responder dio gas y noté como aumentaba la velocidad; dejamos de ser adelantados y pronto comenzamos a superar a algunos de los vehículos que lo habían hecho antes; sentí una gran satisfacción al sentirme observada por esos desconocidos y realmente no me importaba que admiraran mis muslos.
.- Llegamos a la playa; la cala es preciosa, no había demasiada gente y todos los que vi iban desnudos; al vernos algunos y algunas saludaron a Pol con la mano sin aproximarse; tendió las toallas y sin más se despojó de la ropa; me resultó imposible no mirar y al ver su verga un escalofrío recorrió mi espinazo.
• ¡Vamos Eva! Vamos al agua antes de que se oculte el sol.
.- Faltaban horas para que eso sucediera pero viendo como me miraba me sentí intimidada; le di la espalda y me desnudé sin pensar en nada, solo en quitarme la ropa y dejar de hacer el ridículo; recordé la primera vez que hice toples después de que me crecieran las tetas y en aquella ocasión no tuve tantos remilgos.
.- Con una corta carrera y sin mirar a nadie me zambullí en el agua, al salir a la superficie y mirar a la orilla vi a Pol sonriendo y mis ojos fueron directamente a su verga; esa verga que me pareció imposible, aunque hace más de veinte años que dejé de cambiarle los pañales, ahora destacaba como un faro en la oscuridad; en nada se parecía a las que había disfrutado o incluso visto anteriormente; traté de apartar esos pensamientos y comencé a dar enérgicas brazadas, como si de ese modo pudiera conseguirlo; en uno de los giros choque con él que me seguía de cerca y como si de un imán se tratase, mi mano tropezó con su verga; me disculpé aunque él hizo como si no supiera de que se trataba y lo agradecí; de haberse reído o haber hecho algún comentario me habría muerto de la vergüenza.
• ¿Vamos fuera? Has sido muy valiente al desnudarte, pero ahora tienes que ponerte protector o mañana estarás tostada; este sol es muy traicionero.
.- Me dio la mano cuando el agua nos llegó a la cintura y así llegamos a las toallas; me ofreció el tarro y me tumbé en la toalla para aplicarme la crema; después lo tomó de mis manos y sin dudarlo continuó por mis muslos y bajó hasta llegar a los tobillos.
• ¡Date la vuelta!
.- Lo dijo con tal autoridad que lo hice sin dudar; comenzó por los hombros y siguió hasta la espalda, bajó por el lateral del cuerpo sin esquivar la parte del pecho que asomaba y continuó hasta las nalgas; aplicó crema en los cachetes sin inmutarse; por el rabillo del ojo comprobé que no estaba “empalmado” y eso me tranquilizó; no me estaba sobando.
.- ¡No! No me interrumpas porque no quiero perder el hilo.
.- Al poco me di la vuelta sin importarme quedar expuesta, pasaron algunas personas pero al parecer a ninguna le interesaba mi desnudez y es que al estarlo todos eso era lo normal. Comenzaba a notar calor y Pol me tomó de la mano y me arrastró al agua; nadamos un poco y en esta ocasión no me importó quedarme quieta bocarriba y dejarme mecer por el suave oleaje, consciente que estaba a mi lado y que mis pechos y sexo eran observados por él. Al salir nos fuimos directamente a la ducha y nos enjuagamos un poco antes de vestirnos, aunque en este caso prescindí de la ropa interior; me parecía extraño, pero ya no le daba tanta importancia a la desnudez.
Llegamos a su casa alrededor de las diez; me ofreció tomar una ducha y lo agradecí, notaba la piel tirante y es que el rato que estuve sin crema me quemé un poco; salí de la ducha desnuda y al ver mi piel enrojecida me aplicó un poco de crema hidratante tipo After-sun y como noté frio por causa de la quemazón, me ofreció una camisa suya que me quedaba enorme; dispuso las viandas en una bandeja y sirvió cava.
• Espero que sea de tu agrado; todo esto lo preparo tu hermana para llevárselo y seguro que a esta hora estarán comiendo lo mismo que nosotros aunque dudo que se hayan bañado del mismo modo.
.- Comimos y bebimos, el cava estaba fresquito y entró de maravilla; estaba eufórica y me sorprendí al oírme decir entusiasmada.
— Me apetece bailar ¿Pones música?
.- Su apartamento es chiquito pero al ser un ático tiene una enorme terraza que es donde cenamos; mientras entraba a por el portátil conectaba los altavoces y seleccionaba la música, me acodé en la baranda y vi que todos los demás edificios quedaban por debajo de ese.
• ¿Me concede este baile bella dama?
— Encantada caballero.
.- Me tomó por la cintura y apoyé mi cabeza en su pecho; sonaba una antigua balada y dejé de pensar; solo sentía ese cuerpo al que me había pegado y sin planearlo nuestros labios se encontraron; yo levantaba el rostro y él doblaba su cuello, me sentó sobre una mesa de jardín y resultó más cómodo para ambos; nos besábamos con desespero y me notaba mojada; cuando no pude soportar más le pedí que me tomara y cogiéndome en brazos me llevó a su habitación.
Sin dejar de besarnos me desabrochó la camisa y sin sacarla comenzó a acariciarme, notaba los pezones duros y sus caricias me excitaron tanto que le exigí.
— ¡Fóllame ya!
.- No se hizo de rogar y a pesar de que su polla es el doble de gruesa y más larga que la de Juan, fue muy delicado y al principio fueron lentas y suaves acometidas, hasta que me moví acompasadamente acelerando el ritmo que tomó una intensidad infernal; noté los primeros calambres y supe que esta vez “llegaría” con él y no como sucede con Juan, que en cuanto se corre se acabó y mientras va al baño a enjuagarse termino sola acariciándome el botoncito; en esta ocasión, cuando llegué a ese punto en que suelo quedarme quieta disfrutando el momento; Pol arremetió con brío y una serie de espasmos comenzaron a sacudirme violentamente aumentando por mil la sensación que conocía y que siempre supuse era lo máximo que se podía obtener; todos mis músculos se tensaron, me arquee mientras me oía jadear como jamás lo había hecho.
.- Traté de mirarlo y con la vista borrosa vi que sonreía, continuó moviéndose mientras todo mi cuerpo vibraba y los espasmos me zarandeaba como una hoja en un vendaval y le oí decir cosas preciosas.
•
<
Te adoro desde hace mucho >
.- Se detuvo momentáneamente y parecía que se había terminado; recobré la respiración y cuando fui a hablar retomó su tarea con más ímpetu si cabe; instantes después estaba otra vez en ese carrusel que me sacudía sin piedad; repitió la operación una y otra vez consiguiendo en cada ocasión más placer que en la anterior, hasta que comenzó a inundarme con su semen coincidiendo con un orgasmo que no me permitía terminar; un pequeño desvanecimiento me sumió en un limbo en el que no me habría importado permanecer por siempre.
Al recobrar totalmente la conciencia pregunté que me había sucedido.
• Me has mostrado dos cosas, que nunca antes habías llegado a disfrutar como mereces y que eres multiorgásmica. Podemos pasar momentos gloriosos si me aceptas en tu mundo.
— Ya hablaremos cuando despierte de este sueño, pero ahora quiero más; no más sexo de momento pero si más mimos.
.- Nos levantamos y nos dimos una larga ducha, hacía mucho calor y el intenso ejercicio había calentado nuestros cuerpos, y las caricias bajo el agua no permitieron que nos refrescáramos mucho; salimos desnudos a la terraza y Pol sirvió unas copas de cava fresquito que acarició mi garganta reseca por tanto jadeo y suspiro; se estiró en una tumbona y yo sobre él; le iba dando picos con cava y abrazada a él le dije.
— Me gusta cómo me acaricias y la cosas que me dices aunque pienso, que tengo mucho por aprender y espero que seas paciente conmigo; con Juan llevo casi veinte años y jamás he estado con otro; antes de conocerlo salí con un par de chicos con los que no pasé de caricias y besos, por tanto solo sé lo que aprendí junto a él y que se reduce a follar hasta que se corre y se acabó; lo de acariciarme lo aprendí viendo a una compañera de trabajo que lo hacía mientras hablaba con un amigo por teléfono porque según decía su marido no la satisface totalmente.
.- Nos apapuchamos y tardamos poco en comenzar otra vez esa danza que tanto me gusta; que tanto nos gusta y es que Pol es incansable; al rato le pedí que fuéramos a la habitación; nos tomamos de la mano y frente a la cama le pedí que me enseñara algo diferente.
.- Me hizo tender cruzada en la cama y comenzó a lamer mis ojos; bajó hasta los pechos mientras con la mano me acariciaba el monte de venus, comencé a temblar imaginando que seguiría y no me decepcionó; había visto algunas imágenes de sexo oral en internet aunque pensaba que eran “trucadas” al llegar al vientre parecía que quisiera meter su lengua por mi ombligo y eso me enervó.
.- Llegó el momento decisivo y cuando comenzó a chupar, mordisquear y lamer mi botoncito creí morir aunque lo que consiguió es que me viniera varias veces antes de que le pidiera “clemencia”; cuando logré reponerme supe que debía hacer. Me retorcí hasta que su polla quedó al alcance de mis labios y aunque solo lo había visto como “lo otro” en película, agarre su verga con ambas manos y comencé a pasar mi lengua por su capullo, al principio me pareció que no reaccionaba y entonces recordé que retiraban el pellejo que lo cubre; lo hice y ante mis ojos apareció ese capullo rojo oscuro y brillante con el que tanto me había deleitado. Entonces sí reaccionó; el tronco se ponía más rígido y Pol comenzó a bufar al ritmo de las ligeras mordidas que le fui haciendo; al rato noté que se tensaba y apoyó sus manos en mi cabeza tratando de apartarme; supe que estaba a punto de reventar pero no quise decepcionarlo y me apresté a recibir en mi boca y rostro lo que me obsequió que no fue poco, y al saborearlo con una mezcla de prudencia y miedo por si me resultaba repulsivo, resultó tener un sabor acre, semejante a cómo te queda la boca si estás muy cerca de donde explotan los cohetes.
• Eres una diosa y aprendes deprisa cielo. ¿Qué nos deparará el futuro?
.- No sabía muy bien cómo responderle, pero tenía claro que eso no podía quedar como una anécdota o el resultado de una noche loca; yo merecía lo que él me ofrecía y pensé que debía pasar tiempo con él antes de decidir nada drástico.
— Por el momento vamos a mi casa; necesito recoger ropa para mañana y después regresaremos aquí; quiero despertar junto a ti; pienso que la sensación será sublime si el primero despierta al otro de la mejor forma que imagine.
.- El paseo en moto por la ciudad resultó ser aún más estimulante que por la tarde y es que al llegar a casa no pude resistirme y prácticamente violé al atónito Pol que por otra parte sucumbió a mis deseos, ¡follar en mi cama! ese acto me convenció de cuál sería mi postura respecto al futuro.
.- Regresamos a casa cerca de las seis y nos echamos en la cama estaba agotada y me adormile hasta que Pol me despertó besándome; hicimos el amor una vez más y sin ducharme ni desayunar me acompañó al trabajo en la moto; una hora después de empezar hable con la supervisora y le pedí que me asignara al turno de tarde; aceptó de inmediato porque es un horario que nadie quiere y de ese modo podía encontrarme con Pol por las mañanas; al salir fui directamente a “Las Ramblas” y compre en un sex-shop un CD porno, para tomar “notas” de cómo hacen las mamadas las profesionales; a Pol le encantó a pesar de que reconozco que fue torpe y a mí me gustó casi más que a él al poder satisfacerlo; en casa lo vi varias veces y me pareció muy interesante y didáctico.
Charo debió decir algo gracioso por la sonrisa que se dibujó en su rostro, pero continuó con su perorata.
.- Esa noche llegó Juan pasadas las doce; me dijo que los niños estaban muy bien y que se acostaba porque estaba cansado y habían tomado algo por el camino; le di las buenas noche y me quedé levantada; llame a Pol y le pregunté si me dejaba ir a su casa por la mañana.
• Naturalmente tonta; te estaré esperando.
.- Llevé ropa para ir después al trabajo y ese día fue crucial; no solo disfrute tanto o más que en nuestra peculiar verbena; fue algo calculado y nada fortuito; al día siguiente viernes repetimos, y como trabajé hasta las diez, salimos Juan y yo el sábado temprano para ir a Peñíscola a ver a los niños; ese fin de semana lo pasamos en blanco; me visitó “la rojilla” y no tuvimos sexo.
Eva escucho con atención a su amiga que le hizo algunas preguntas y su respuesta fue ambigua.
.- Pues no sé cómo lo haré, pero estoy segura que quiero estar con Pol a pesar de las consecuencias, aunque tratare de organizarme con ambos; ha tenido que ir a Tarragona por un servicio especial que le pagan muy bien; pero como libro hasta el martes nos veremos esta tarde; por eso y por todo lo demás es por lo que no iré al gimnasio de momento.
Viernes 3 de julio
Antes de que Juan marchara a trabajar Eva le recordó que por la noche quería hablarle de un asunto y que posiblemente no podrían marchar hasta el sábado por la tarde o quizás el domingo por la mañana a ver a los niños; él la miró sin darle importancia al asunto, asintió y marcho sin apenas despedirse; Eva antes de marchar a casa de Pol llamó a Peñíscola y habló con su madre.
— Hola mama ¿Cómo estáis?
No pasa nada, pero este fin de semana no iremos a veros; Juan y yo tenemos algunas cosas que hacer y aprovecharemos que no están los niños. ¿Me los quieres pasar o ya están en la piscina?
Ya lo imagino, bueno, llamaremos esta noche cuando llegue Juan y así hablamos los cuatro.
¡SI! Nosotros también nos cuidaremos.
Corto la comunicación y marcho a casa de Pol que la esperaba; por la tarde, regresó con tiempo para pasar por casa de Charo a por unos documentos que esta había preparado y después, recibir algunas cosas que había encargado y entregaron a la hora prevista, unos ahumados, embutidos, pastas saladas y varias botellas de cava que mantenían en fresco, lo colocó todo en su lugar y se vistió para la ocasión; por su cumpleaños Juan le regaló un conjunto de lencería erótica que no había tenido oportunidad de lucir y esa era la oportunidad ideal, cuando llegó lo recibió con una copa de cava y lista para seducirlo; le desabotonó la camisa y esperó a que tomara un primer sorbo; después se desató el huracán
— Ven aquí que te voy a destrozar.
Esas simples palabras hicieron mella en el atribulado Juan que nunca había visto esa faceta en su esposa que comenzó a sobarle la pija mientras le soltaba los pantalones; él ayudó, y poco después estaba totalmente desnudo mientras ella parecía querer comérselo a besos, y en realidad esa era la idea “comérselo” aunque su plan era empezar por el cuello y terminar por la polla.
— Túmbate aquí cariño.
Lo había arrastrado literalmente hasta el sofá y él se dejó hacer; poco después miraba desconcertado como esa delicada mujer, la madre de sus hijos, la niña que él había modelado a su antojo para hacerla a su gusto le estaba comiendo literalmente la polla; igual que las profesionales que frecuentaba desde hacía un tiempo.
A pesar de las pocas que había hecho, Eva logró llevar al pobre Juan al límite en varias ocasiones aflojando el ritmo antes de permitir que se corriera, y cuando lo hizo no desaprovecho apenas nada, y cuando al fin este se repuso preguntó enojado.
< ¿Dónde has aprendido esto? ¡Conmigo no!
— “Tengo un amante cariño”
< Lo dices así y te quedas tan fresca.
Sin responder, Eva tomó el mando a distancia del televisor y pulso el play; en la pantalla aparecieron algunas imágenes y sobreimpresionado el título “ Tengo un amante cariño ” instantes después un hombre sorprendía a una pareja manteniendo sexo y ella dijo esa frase, añadiendo que lo necesitaba porque él no le daba suficiente; el recién llegado se colocó en un rincón de la habitación y empezó a masturbarse mientras la pareja retomaba su actividad; Eva pulsó el stop y cambió el mando por la polla de Juan acercándola a su boca para limpiar los restos que aún quedaban.
< Me habías asustado, por un momento pensé. Pero ¡No! Tú no harías eso.
— ¿No haría qué? Cuéntame, ¿cómo terminó lo de ese compañero que sorprendió a su esposa con otro en su cama?
< En realidad mejor de lo que imaginaba; él tiene ahora más y mejor sexo que antes, no discute en absoluto con su esposa, sigue yendo de putas cuando le apetece sin tener que esconderse y su vida familiar ha mejorado mucho y además, conoció al amante de su esposa y resulta que es un tipo estupendo.
Eva sonrió y arrodillándose en la cama de espaldas a él le preguntó.
— ¿Porque nunca me has pedido entrar por aquí?
Totalmente descolocado Juan pensó que a su esposa le pasaba algo raro y a su vez preguntó.
< ¿Qué está pasando? Tú no eres así. Nunca he intentado nada de esto porque te respeto
— ¿Te gustaría tener una puta como la de la película en casa? Puedo aprender todo lo que hacen ellas si me lo propongo, y pienso que lo he demostrado de sobras.
< ¿Dónde está el truco? Creo que no me lo has contado todo.
— No hay truco ¿Por qué no puedo disfrutar de lo mismo que otras mujeres?
< Insisto ¡dime que pasa! esto no es normal.
— Ya te lo he dicho todo, lo que pasa es que no lo quieres entender. Al decir “Tengo un amante cariño” me refería a que con el video traté de mejorar la técnica para ti, porque quiero satisfacerte en todo eso que sé que te gusta y que consigues por ahí, pero tengo un amante y ha sido, con él que he descubierto no solo lo que es un orgasmo de verdad; además que soy multiorgásmica y que. ¡Quiero! Disfrutar tanto cuanto pueda; voy a tomarme una copa tranquila en nuestra habitación; me gustaría que recapacitaras sobre esta propuesta, pero por si no te gusta, encima de la mesa tienes unos datos para la alternativa y si por el contrario piensas que podemos seguir hablando te espero en la habitación.
Eva se retiró a la habitación con un cubo de hielo, una botella de cava recién descorchada y dos copas; Juan se sentó en una silla y con la cabeza entre las manos se quedó inmóvil unos minutos, sin abrir la carpeta fue a la habitación y exclamó.
<¡ Me importa un huevo que tengas un amante! No creo que me vayas a dejar y si a partir de ahora voy a poder gozar de la puta que llevas dentro acepto encantado; ya sé que serás discreta y te aseguro que no me importa quién sea ese hombre que ha sido capaz de descubrir lo que tenías oculto bajo esa apariencia de niña buena.
— ¿Así no te importa quién sea? Podría ser una gran sorpresa, porque es conocido.
< ¡No! No me importa y cuando quieras ya me dirás quién es, me gustaría conócelo y poder darle las gracias; ¿De qué vale tener a una santurrona en exclusiva? Prefiero compartir a la mayor de las putas y disfrutarla siempre que quiera.
— Has de saber que tú eres el primero; siempre que me quieras me tendrás, evidentemente me dejaras tiempo para estar con él y puede que si lo acordamos y nos organizamos podemos pasar tiempo juntos los tres.
Unas semanas después fueron a cenar a un restaurante donde por fin Juan conocería al amante de Eva; ese hombre junto al que ella floreció y al que a fin de cuentas debía agradecerle la feliz etapa que estaba viviendo; vio aparecer a Pol y murmuró a su esposa.
< Joder, tu sobrino nos va a fastidiar la cena, seguro que tu amante, al verlo y si es tan discreto como dices no se acercará y tendré que esperar a conocerlo en otra ocasión.
Sin responder, cuando Pol se inclinó para besar a “su tía”, esta giró el rostro y sujetándolo se enredó en un magnifico morreo.
— Este es Pol y además de mi sobrino, te puedo asegurar que es el mejor amante que puedas imaginar, de hecho si quieres esta noche después de cenar podemos ir a su casa y pasar una alegre velada en la terraza juntos, sois las personas que más quiero y me gustaría que fuerais buenos amigos.
©PobreCain
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