Tía y sobrina

Mi regalo de cumpleaños era un trio, mi pareja y su sobrina casi virgen. y todo eso, en un mismo fin de semana.

Hola

En estas semanas comencé a recordar la época que estuve de novio con Nina, y además cogía con su madre, Majo.

El fin de semana era para mi novia, y en la semana venia mi suegra. Yo terminaba vacío de leche, y cansado.

Lo más loco, era que para Nina su mama era “una vieja cogotuda, frígida, que ni sexo debe tener”, y para Majo, su hija era “una pendeja que no disfruta de la vida.

La realidad era que ambas eran muy sexuales, y hubiera sido lindo hacer un trio, pero se lo propuse a mi suegra, y no la convenció.

Continuo con mi relato de aquella época. Yo cogía con ambas, y llego septiembre y mi cumpleaños. Festeje con amigos, con Nina, y obvio, debía hacer algo con Majo.

Me regalo un fin de semana en unas cabañas de Lujan, cerca de Buenos Aires. Ella pagaba todo, seria como una luna de miel, pero de sexo.

Llego el sábado a la mañana, pase a buscarla temprano.

-hola, amorcito, vamos?? Y me dio un beso en la mejilla

Arranque.

-espera, primero tengo que pasar a buscar algo por XXX…y me dio una dirección.

Pensé, ok, seria algún regalo.

Llegamos al edifico en cuestión. En la puerta una chica. De unos 18 años, más o menos. Majo bajo la ventanilla “hola Barbie, veni”

La nena se acercó, vestía un top sin corpiño que dejaban ver sus tetas por debajo. Un short de jean agujereado, que traslucía una tanga negra. Una piel muy blanca, contrastaba con sus ojos celestes cielo, y sus rasgos perfectos. Majo le abrió la puerta. Se sentó atrás.

-hola Bárbara, él es Sergio. las presentaciones de rigor.

Yo no entendía nada. La nena subió, dijo “hola “y se colocó los auriculares y casi no hablo en el resto del viaje.

  • ¿Vamos a pasar el finde los tres juntos, te gusta la idea?

un trio?, y con una nena hermosa. Siiii!!!! Iupiiii….

Como Barbie estaba en su mundo, Majo aprovecho para contarme. La nena era hija de una amiga de ella, que era muy cerrada, que no tenía charlas de sexo, que era muy conservadora. Y por eso, Barbie había empezado a hablar con Majo, hacía muchos años, y ésta la había adoptado casi como una tía.

Resulta que la “nena” tenía poca experiencia en sexo, y sobre todo malas. Algún compañero de colegio, un preceptor muy brusco y no mucho más; y esto había hecho que se cerrara un poco, y no tuviera ganas de volver a coger, por eso Majo había decidido que la acompañaría en lo que pudiese. Y como llego mi cumple, pensó que yo podía ayudar también.

llegamos a la cabaña, la habitación tenía 3 camas, dejamos las cosas, me puse mi short y me fui a la pileta climatizada. Las chicas iban a demorar un poco más, para acomodar sus cosas.

Me zambullí para mojarme un poco, mientras las esperaba. La pileta tenía 4 o 5 personas, cada uno en lo suyo, apenas un saludo de “buen día”, solo eso.

Al rato llegaron las dos, Majo con su malla enteriza negra, muy cavada, que cubría su cuerpo firme, duro, trabajado con muchas horas de gimnasio. Yo había acariciado ese cuerpo muchas veces, así que no me sorprendió.

Pero Barb sí.  Era chiquita, no tendría más de 1.60 mts, un cuerpo elástico, con cada movimiento se movían sus pechos. Se había puesto una bikini roja, la parte de arriba eran dos pequeños triángulos que apenas cubrían los pezones, otra vez sus dulces pechos quedaban casi al aire, y por debajo un cavado hermoso, que finalizaba con un hilo dental que separaba sus nalgas en forma perfecta. Los hombres que estaban en la pileta, también se dieron vuelta para mirarla. Era una pequeña bomba.

Demás está decir que la vi, y se me paro hasta el pelo. Por suerte estaba en el agua y no se notaba mi erección. Barbie se tiro en una reposera a tomar sol, seguía en su mundo de auriculares y música.

-tranqui, amor, vas a poder comerla toda. Y yo te voy a ayudar. Quiero que la debutes, los chicos con los que salió la lastimaron, y nunca la pudieron amar como se debe.

Dentro del agua, Majo metía su mano dentro de mi short, me acariciaba la verga, cuando se daba cuenta que yo estallaba, la sacaba.

-shhh…te estoy preparando. No quiero que acabes todavía, Tenes que guardar toda la leche para esta noche. Vas a tener que trabajar mucho, porque las dos te vamos a vaciar.

Barbie hacia la suya, se tiraba a la pileta, hacia la plancha, boludeaba. Se acerco. Nos pusimos a charlar, mientras Majo iba al bar a buscar unas bebidas. Estaba en último año del secundario, había repetido. Eso hizo, además que la madre le cortara las salidas, por ende, Barb aprovechaba y salía con su “tía “Majo, que la ayudaba a escaparse.

Había debutado con un novio, pero no había funcionado. Después salió con un preceptor del cole, y algún pendejo más, pero poca experiencia, según propias palabras. Me hablaba como si yo también fuera su tío.

Salimos del agua, para ir al bar a comer algo sencillo, para retornar después a la pileta.  Barbie regreso a la cabaña. Con Majo nos quedamos tomando algo de sol.

-que hacemos a la noche? ¿Salimos a cenar o qué?, pregunte.

-había pensado pedir comida, y quedarnos, es una noche importante, y no quiero salir a perder tiempo, me respondió.

Por momentos nos metíamos al agua, Majo metía mano cada vez que el agua lo permitía. A la tarde regreso Barb a la pileta. Se vino adonde estábamos nosotros.

-hable con mama, me pregunto como la estaba pasando, le dije que bien. ¿No?

La tarde caía, la pileta casi vacía, nos quedamos en un rincón. Majo me quito el short, dentro del agua, y acariciaba mi verga. Casi imperceptible, solo llevaba su mano desde la cabeza, por todo el tronco, hasta mis huevos.  Barbie se acerco con ganas de charlar.

Al verme, a través del agua, se sorprendió. “tía, no es muy grande, para mí?”, pregunto.

-no, Barb. Sergio es mi pareja, tiene experiencia. La vamos a pasar muy bien, tranquila.

Y acto seguido, tomo su mano, y la puso sobre mi verga. Su mano estaba tibia, apenas la apoyo, solo acaricio un par de centímetros, se dio media vuelta y salió de la pileta, como avergonzada.

-espera, quédate acá, voy a hablar con ella, dijo Majo.

Me quede un rato más, solo. Y después de aburrirme, decidí volver a la cabaña. Las chicas estaban encerradas en uno de los dormitorios, así que aproveche para darme una ducha y cambiarme. Sobre la mesa del comedor había una bandeja de fiambres y quesos, seguro seria la cena. Me tire, en toalla, sobre el sillón a mirar la tele.

Escuche que Majo me llamaba. Entre al dormitorio, se notaba que Barbie había llorado y que Majo también. “esta todo bien”, me dijo mi chica. “podes ir a dar una vuelta, y volver en una hora?”.

Ok, me cambie y sali sin rumbo fijo. Termine tomando un café, en el centro comercial cercano. Había pasado algo mas de una hora, cuando Majo me envió un mensaje “venite”. Pague y sali.

Llegué, fui directo a la cabaña. La puerta de nuestro dormitorio estaba abierta y entre.

Estaban las dos acostadas, sobre las sabanas, vestidas para matar. Majo tenia un bodi negro, que resaltaban sus tetas, apenas cubría su vulva, y por detrás la tela se perdía en medio de ese culo goloso y redondo. En cambio, Barb era diferente. De color blanco, angelical,un corpiño de encaje y una tanga, que terminaba en un moño sobre su culo. Eran Dios y el diablo juntos, cada una por separado.

Ambas se pararon, vinieron hacia mi y me fueron quitando la ropa. Cuando llegaron al bóxer, Barb se sentó en una silla y Majo continuo.

Mordió mi pija sobre la tela, mi cabeza ya había mojado algo, y al descubrirla, con mucha delicadeza, metía mi glande en su boca, limpiando con la lengua cada gota que iba saliendo. Yo traía “la carga completa”, todo el día habían jugado con mis huevos y pija, que ya no daba más.

Se arrodillo y comenzó a mamar, muy despacio. Por momentos la miraba a Barb, que había metido su mano en su tanga. Iba y venia por mi tronco, llegando a la bolsa de huevos, metiéndose de a uno por vez en la boca. Majo se paró, y compartió mis jugos, dándome un beso. “veni”, le dijo a Barb. La nena se acercó.

Mi chica se coloco a mi espalada, Barb de frente a mí. Su cuerpo menudo, parecía que temblaba como una hoja. La bese en los labios, con mucha delicadeza y amor. Ella quedo con sus ojos cerrados y su boca carnosa, apenas abierta. Abrió los ojos. Me devolvió el beso, esta vez metió parte de su lengua dentro mío. Majo por detrás, no dejaba de masturbarme, muy despacio, casi sin notarlo.

Gire a Barb, para poder desabrochar su corpiño. Besaba su cuello, el comienzo de su espalda, me agaché para tomar su tanga, de ambos lados, y la fui bajando, mientras observaba esa cola hermosa que tenía. Me pare, la puse de frente a mí. La volví a besar, y sentí esas tetas duras, con sus pezones hirviendo, sobre mi pecho. Majo le tomo una mano, y la puso sobre mi verga, que ya pedía fiesta.

Fue como un shock eléctrico. Barb solo la acariciaba con los dedos, yendo desde el tronco hasta la cabeza. “sentate”, le pedí.

Ambas se sentaron en la cama. Me acerqué, y puse mi pija a la altura de su boca. Barb me miro a los ojos, bajo la vista y le dio un beso a la cabeza. Majo tomo otra parte, y besaba el tronco. Esto le dio confianza y la nena abrió su boquita para meter una parte de ella. Yo estaba en la gloria. Majo se dedico a mis huevos, y Barb a reconocer esa verga que en un rato estaría dentro suyo.

Continuara….