Tia Bety II
Continuación, Marta y Lorenzo se unen a la diversión.
Aquella mañana soleada, Bety estaba leyendo bajo la sombra de una especie de marquesina para chalets. Estaba en topless ya que hacia buen clima y pasaba la página con delicadeza. Al movimiento, sus pechos lo hacían muy suavemente dando una imagen sexy de aquel bellezón.
No estaba sola, sino con su amiga Marta. Una mujer muy similar a ella en cuanto a belleza pero rubia, con unos pechos un poco más pequeños pero regordetes y unas caderas de modelo. Algunos pelitos de su coño sobresalían por los lados y también estaba con los pechos al aire, pezones marcados y gafas de sol. Y junto a ella, su sobrino, Lorenzo. Se trataba de un chico un poco bajito, tímido y poco social debido a su timidez.
-Ya falta poco para terminar el verano-dijo esta estirándose y haciendo que sus pechos suban y bajen.
-Si, es una lastima-cerró la revista y bostezó-¿no te das un baño?.
El joven negó con la cabeza, aunque lo deseaba, estaba tan nervioso por la presencia de ambas que no sabía que hacer.
-Es muy tímido, anda ve al agua-este se levantó lentamente y se fue ante la mirada de las mujeres.
Como había distancia, se pusieron a hablar.
-Esta empalmado por vernos así-comentó Marta.
-No me extraña. Por cierto, ¿le has hecho eso como yo a mi sobrino?
-La verdad es que no. Pero tiene un pene...-miró al joven que estaba nadando-muy pequeño.
-¿En serio?-ella asintió.
-Mejor...más diversión-le guiñó un ojo.
Estuvieron charrando mientras este disimuladamente se llevaba la mano a su pequeño pene que apenas abultaba. Su corazón iba a salirse. Fue entonces llamado por ellas.
Salió de la piscina y algo más tranquilo por el frescor del agua.
-Oye Lorenzo-dijo Bety.
-¿Si?-preguntó rojo y tratando de no mirar sus tetas.
Ella sin decir nada, llevó sus manos al bañador azul de este y lo jaló hacia abajo dejando su pequeña polla al aire. Tenía una pequeña mata y unos huevos minúsculos provocando la risa de las mujeres al verlo.
-Oh dios...es más pequeño de lo que pensé-Bety miraba sonriente.
-Te lo he dicho.
-Parece la de un niño muy pequeño-dijo entre risas.
Lorenzo se cubrió como pudo con las manos. La mujer se puso en pie ante la mirada de Marte y el joven. Colocándose detrás, acarició sus nalgas, dando ligeros apretones e incluso metiendo su dedo índice en el culo. Los pezones duros se arrimaban en su espalda.
La pilila de este se puso un poco dura, ante la mirada de su tía que observaba todo con una sonrisa.
-Niño malo-susurró ella antes de sentarse y agarrarle del brazo.
Lo puso en posición para azotarle. Este apenas se resistió.
-Debes mirar bien Marta.
Con el pene entre sus muslos, el joven sentía en su glande la fina y suave piel, como cuando la metes entre los pechos. Aquella sensación era maravillosa. Entonces, Bety comenzó a azotarle en las nalgas con poca fuerza.
-Ouch-se quejó.
-Esto va para largo-dijo ella.
Cada azote golpeaba una nalga y luego otra, era sexy el ver como un joven así era dominado. Con cada golpe, su cuerpo subía y bajaba, al igual que su pene que temblaba y goteaba de placer.
-Ohhhhhhh-su pequeña cosa expulsó chorros de semen, demasiado para algo tan pequeño.
El chico dejó escapar su lengua mientras un hilo de baba resbalaba de ella. El líquido blanco mancho las piernas y pies de la mujer. Para su sorpresa, simplemente le dejó levantarse y se dio un agua para lavarse bien.
-¿Cómo se te ocurre correrte?
-Lo siento tía Marta-dijo avergonzado y con su virilidad muy encogida, casi desaparecida.
-Cielos...
Bety se acercó ya limpia y le dio una palmada en el culo.
-No te martirices, mi sobrino la tiene grande y adora ser empotadro-dijo feliz.
-Si, pero al menos no tiene...algo tan diminuto-dijo en referencia y mirando de reojo el pene del chico que era como un garbanzo.
-Anda, vamos a comer y dejemos el tema para luego.
Ya vestidos, comieron alegremente, luego de una siesta, llegó el momento del baño. Marta le quitó y obligo a Lorenzo a estar en pelotas. Como una especie de castigo. Mientras, ellas solo desnudas de cintura para arriba para poner sus tetas bien morenas.
El joven tocó el agua, estaba muy fría a pesar del sol y se introdujó despacio. Ambas mujeres desde su posición, pudieron ver como el frío iba encogiendo su pene haciendo que soltasen unas risitas.
-Hola chicas-dijo una voz.
Era William quien entraba desnudo, con su pene moviéndose de un lado a otro y con la glande ya al descubierto.
-Hola sobrino.
-Hola William...menudo amigo-dijo la rubia sorprendida de ver el tamaño no solo de su pene, sino de sus huevos.
Él, orgulloso se posicionó cerca de ambas y sobretodo, para que Marta viera bien su virilidad. Lorenzo estaba impresionado, aquello parecía una botella en comparación con la suya.
-Deja de sonreír-Bety le golpeó con la palma las pelotas haciendo que se retorciese un poco.
Lorenzo salió del agua y fue hasta allí. Se saludaron cuando estaba ya recuperado del manotazo. Bety tomó a su sobrino y lo puso en posición de cuatro patas. Este no entendió hasta que vio que la mujer se colocó un dildo en su cinturón.
-¿Le va a meter eso?-el picha corta estaba asombrado.
-Claro, le encanta-respondió acariciando el ano con sus dedos.
Tanto él, como su tía se quedaron viendo como la bella mujer comenzó a follar el culito de este, que lejos de resistirse, empezó a gemir como una perra en celo.
-¡Venga, haz que te lo coma!-dijo ella.
Marta se desprendió lentamente de lo que restaba de su bañador, dejando aquella vagina a la vista. Unos labios rosaditos y muy comestibles. Se colocó delante, y no tardó apenas en recibir la lengua del joven.
Lorenzo se acarició suavemente su pene, estaba empalmado y aún así era pequeña. Bety, que meneaba las caderas con orgullo, se fijó en ello.
-Toma-dijo dándole un dildo transparente con un agujero en la base-coloca el pene dentro y meteme ese dildo aquí-dijo mientras con una mano se apartaba el bañador dejando su coño al aire.
Este hizo caso y se lo puso, su picha se veía dentro del dildo.
-Ahora si puedes llamarte hombre-comentó Marta entre gemidos.
Siguiendo sus instrucciones, introdujó poco a poco aquella monstruosidad en el coño haciendo que Bety gimiera de placer y a su vez aumentase el ritmo con el que penetraba a su sobrino.
-Uoohhh...ohhh...diooooossss....voy a....-Marta llegó a un orgasmo intenso soltando todo en la boca del chico que tras recibir tantos embistes, soltó toda la carga al igual que Bety al ser embestida y ser ella quien diera por culo.
Los tres se dejaron caer sobre el frío suelo, sudados por el ejercicio y con una gran sonrisa en los labios. Lorenzo se desprendió de ello, ahora volvía a ser un picha corta. Aunque se había corrido con tan solo ver la escena.
Ambos se quedaron a dormir. Pero antes, Lorenzo se dio una buena ducha fría mientras pensaba en lo sucedido. Al salir, mientras terminaba de secarse, entró Bety. Ya no se cubría porque le había visto desnudo.
-Debe ser horrible-comentó.
-¿El qué?-preguntó él.
-Tenerla tan pequeña.
Aquello le puso rojo. Se dio la vuelta y sintió como ella le abrazaba.
-Mira arriba-dijo. Él obedeció cuando sintió algo frío en sus pelotas-¿sabes que tengo las tijeras justo en tus bolas?.
Aquello le provocó un escalofrío por el cuerpo.
-Tal vez...debería...cortarte los huevos...si...oh, se ha puesto dura-él no miraba por temor pero llevaba razón.
-No...
-Oh...creo que lo haré...tres...dos...shh...no llores-dijo al verle las lágrimas-estarás mejor sin ellas...uno...y...¡zas!-el joven se corrió tan fuerte que soltó un gran gemido de placer.
Luego, cayó al suelo, agotado por el intenso orgasmo.
-¿De verdad pensabas que te los iba a cortar?, es más divertido que los tengas-dijo.
-¿Por qué?
-Por esto.
¡PAM!, una gran patada en el centro de su escroto lo hizo doblegarse y aullar de dolor.
-¿Ves?, en fin, me voy a dormir.
Abandonó el baño para ir al cuarto. Al pasar por la habitación de su sobrino, vio algo de luz y estaba entreabierta. Marta penetraba a William quien mordía la almohada para contenter el placer.
-Oh sobrino, acabas de cometer un gran error-una sonrisa maliciosa se dibujó en su cara.
Lo peor estaba por venir.
Continuara...