The Simpson Dark Stories 08
La nueva entrega de la historia. Lurleen Lumpkin, ex cantante campirana, y Tabitha Vixx, bailarina, cantante y ex clienta de Homero, se unen y buscan a un representante en la familia Simpson, pero el alcohol y el ritmo provocarán otras cosas. Participación especial de Moe.
THE SIMPSON DARK STORIES 08
Taberna de Moe a las 6 de la tarde.
-¿Y cómo te fue con tu enamorada, Lenny? -preguntó Homero, bebiendo un largo trago de cerveza.
-No tan bien como esperaba... llamó a la policía en serio esta vez.
-Tal vez si en vez de intentar propasarte le dijeras al menos tu nombre, ella aceptaría una cita -le sugirió Carl, con expresión de cansancio.
-Oye Homero, mira, ¿No es la muchacha que representabas? -preguntó Moe indicando el televisor. En ella aparecía una mujer del pasado de Homero, la cantante de country, Lurleen Lumpkin (de Coronel Homero ). Sin embargo, tocaba una canción mucho más movida en un programa de Kent Brockman, y se había cambiado el look por uno más destapado, mostrando mucho más piel.
-¿En serio? Es muy hermosa, Homero. ¡¡¡Beeerp!!! -eructó Barney, sin dejar de beber.
-Sí, lo es... pero no más que mi Margie -respondió el calvo.
-¿Y cuál será tu nuevo proyecto, Lurleen? Porque veo que tocas música distinta ahora -le preguntó Kent a su entrevistada.
-Bueno, voy a hacer un disco con la bailarina Tabita Vixx (de Deporte de parejas, con Homero y Marge ), y lo haremos con mi viejo representante, el ¡Coronel Homero! -respondió la rubia, mirando directamente a la cámara, como si supiera que Homero la veía. Éste quedó con la boca abierta y ojos como platos, impactado.
-¿Qué? Nunca me preguntaron... ¿O sí?
-Oye Homero, no creo que a Marge le guste tu idea... de hecho, si te concentras, creo que podemos oírla gritar -Moe y los demás agudizaron el oído, y se oía claramente el rugido de Marge Bouvier, a unas cuadras de la Taberna.
-Mejor vuelvo a casa, no quiero problemas... especialmente cuando no los he causado -en el momento en que Homero salió, Moe rió maliciosamente, ante la confusión de los otros clientes, Lenny, Carl y Barney.
-Sí... problemas... jejeje
Al día siguiente... Sábado. 9 de la mañana.
-Baaaart... tengo sed... -Lisa seductoramente se acercó a la cocina, donde Bart se tomaba su vaso de leche.
-Pues, toma desayuno hermana, ahí está la leche -Bart no la había visto, solo le indicó la caja con líquido.
-En realidad tomaré café... pero me gustaría algo de crema para ponerle -Lisa no se hizo esperar, y bajó el pantalón de pijama de su hermano.
-¡Lisa! ¿Qué haces?
-Papá fue arreglar el asunto de Lurleen, mamá fue con Maggie a pasear y olvidarse de todo esto... estamos solos Bart, tú, yo, y tu leche.
Lisa comenzó a pajear primero lentamente, y luego más rápido la verga de Bart, mientras éste se relajaba y leía un periódico. El periódico oficial de Krusty el Payaso, por supuesto. Pero casi se le cae cuando Lisa introdujo ese apéndice erecto en su húmeda boca, chupándolo aceleradamente. Bart se sentía en el cielo.
-Ay Lisa... qué bien lo haces, qué bien...
-Es que tengo mucha hambre Bart, y mi café se va a enfriar pero... parece que aquí viene.
Justamente, no pasaron muchos minutos hasta que por medio de convulsiones, Bart se vino, un poco en la boca de su hermana, pero la mayor parte ella lo derramó sobre su taza de café.
-¡Ay Caraaaaaaaaaaaaamba!
-Mmmm... Qué delicia Bart. Un desayuno nutritivo, sabroso, caliente... rico -Lisa se relamió los labios mientras bebía el líquido de cafeína con la “crema” de su hermano.
En ese momento tocaron el timbre, y Lisa, después de limpiarse los restos de semen de sus labios, fue a abrir. Sin embargo, un poco cayó en su pijama sin que se diera cuenta, derramándose sobre el tierno y corto vestido azul.
Por la puerta entraron, para sorpresa de la niña, Moe y Tabitha Vixx. Ver a un hombre tan feo, dueño de una taberna, totalmente repugnante junto con una bailarina de curvas pronunciadas, que irradiaba sensualidad, era bastante bizarro. Ella llevaba una diminuta blusa verde con un marcadísimo escote, y un mini-short pequeño que levantaba su perfecto trasero.
-Eres... ¿Lisa, cierto? ¿Me recuerdas? Soy...
-Tabitha Vixx, lo recuerdo. Tú y Lurleen Lumpkin quieren hacer un disco y obligar a mi papá a ser un representante a pesar de lo enfadada que pondrá eso a mamá... sí, te conozco -Lisa no se andaba con rodeos, pero la risa desagradable de Moe la asustó.
-Jajajaja, esta niña es súper inteligente. Un día encontró las ratas que perdí en la taberna solo a través de matemáticas, jeje... oye, ¿está tu papi?
-No, fue a hablar con Lurleen.
-Moe, ¿Qué haces aquí?... Ahhhhhhhhhhhhhhh -Bart se quedó con la boca abierta mirando la figura escultural de Tabitha, apoyada sensualmente sobre la puerta.
-Hola, Bart -ella le envió un beso por el aire que casi hace que se desmaye. Lisa se encogió de hombros, entre indignada y celosa.
-Vine porque... eh... soy el ayudante del representante de Tabitha y Lurleen. Hay que hacer negocios así que...
-¿Papá te eligió? -dudó Lisa con una ceja levantada.
-Todavía no.
Moe invitó a Tabitha a la cocina para comer. Pero antes de entrar, ella se dio vuelta y miró a Lisa, haciéndole un gesto con los dedos, indicando su pijama.
-TIE-NES LE-CHE, LIM-PIA-TE -Lisa pudo leer los labios de Tabitha, y se fijó que tenía el semen de su hermano en la camisa. Ella sonrió lascivamente, mientras Lisa corría a cambiarse.
Bart, mientras tanto, logró cerrar la boca y recuperar los sentidos cuando Homero, Marge y Maggie entraron por la puerta abierta, pero volvió a perderse al ver a Lurleen. Ella llevaba el rubio cabello atado pero mucho más corto que antes y con un peinado distinto, la camisa roja desatada arriba, los labios carmesí, una diminuta falda negra, y la guitarra en la espalda. Definitivamente le había mejorado el cambio de look. Iba sonriente, agarrada del brazo de Homero, mientras Marge entraba hecha un bólido, pareciendo quemar la alfombra con cada paso.
Lurleen y Homero vieron a Moe y Tabitha y entraron a la cocina a comer. Las dos sexys muchachas se dieron un húmedo beso en los labios, con una sensual risita, que hizo derretir a Moe (Homero estaba ocupado en el refrigerador). Marge encendió la televisión a Maggie y se sentó en el sofá. A Bart le pareció que era eso lo que se derretía aún más.
-¿Qué pasó, mamá?
-Fui al doctor con Maggie, y al volver me topé en un semáforo con mi fiel marido, quien llevaba a su lado, riéndose como una puta a Lurleen Lumpkin. Resulta que le ofrecieron a tu padre un banquete especial después de cada ensayo, además de una suma de dinero, que debo aceptar, es demasiado tentador. Le dije que ninguna podía tocar a mi Homero, ella lo prometió, pero aún así... Grrr- Marge parecía gruñir, castañeaba los dientes, y salía humo del sillón.
-¿Y qué vas a hacer?
-Lo que toda esposa debería. Seré la ayudante del representante.
-Ah, qué buena idea mamá, serás... oh oh.
-¿Qué?
-Es que...
-¡QUÉ! -rugió su madre.
-Deberías ir a la cocina antes que Moe...
-¡Acepto Moe, serás mi ayudante! -se escuchó la voz de Homero. El resto de la tarde fue una discusión entre esposa y mejor amigo, y al final Homero se decidió por ambos.
Durante la noche, Homero le pidió a su esposa que hiciera una deliciosa cena para celebrar con Moe, Tabitha y Lurleen, y que Marge fuera su ayudante. Él tuvo el suficiente cerebro para agregar eso último a los motivos de festejar.
Fue una cena exquisita, donde Lisa jugueteaba con los pies de Bart bajo la mesa, Homero reía con sus dos clientas, y Moe intentaba sacarle palabras con aburridos chistes a la dueña de casa, que no parecía sonreír ni aunque diez Krustys aparecieran en la sala. Lurleen y Tabitha no comieron mucho, ya que deseaban hacer un primer ensayo ahí, en el living de la casa, para que Homero, como dijeron ellas, “comprobara la mercancía”. Así que ahí estaban, todos sentados, Moe sacando cuentas en una calculadora, junto a Marge -a regañadientes- y Homero en el sofá grande, Lisa en el piano para ayudar si podía, y Bart en el sillón pequeño.
Comenzó con un ritmo lento con la guitarra de Lurleen. Tabitha entonó una voz dulce y melodiosa que relajó incluso a Marge. Pero de pronto, el ritmo de la guitarra aumentó, Tabitha comenzó a hacer un movimiento imitando a una felación con su micrófono de juguete, y el ambiente cambió totalmente. La ex chica campirana se desató la camisa, mostrando un sensual sostén negro, y empezó a acompañar la voz de Tabitha con un rock-pop sexy. Ésta se había apoyado en el piano de Lisa para cantar, empinando bien su redondo culito. Lisa se había quedado perpleja con los senos de Tabitha a la altura de su boca.
En cuanto a la letra, al principio era sobre una pareja que deseaba volver a ver a sus hijos después de que ellos volvieran del paseo de curso, para después desatarse en una tarde rápida de pasión para “ pasar el rato ”. Cuando Lurleen se sentó como pudo, en una pose sensual, entre Homero y Moe y dijo “ Si hay que hacerlo, solo hay que hacerlo ”, Marge se levantó y se dirigió a su habitación, no sin antes ver como Tabitha hacía lo mismo arrodillada frente a Bart. Estaba enfurecida, subió las escaleras y lloró sabiendo que Bart y Homero no perdían detalle. Lisa despertó de su trance, vio que su padre y hermano -y por supuesto el cantinero- babeaban con cada paso que daban las chicas y cada palabra que salía de sus carnosos labios. Lanzó una mirada de reproche que no fue percibida y subió a acompañar a su madre.
-¿Estás bien, mamá?
-Lisa, déjame sola por favor.
-Entiendo por lo que estás pasando -no hizo caso a la orden de su madre y se sentó en la cama a su lado- de seguro dirán que es solo una canción, y que no debes interpretar otra cosa. De todas formas, lo que le pasa a papá y a Bart es el efecto que ellas desean en el público.
Abajo se oía como la música aumentaba su ritmo y volumen. Aparentemente Homero se había sentado en el piano para acompañar.
-Homero, tu padre es solo mío, Lisa -sollozaba la mujer, abrazando a su hija.
-Lo mismo Bart para mí, pero en realidad no han hecho nada así que... ups -Lisa se dio cuenta de lo que acababa de revelar, llorando. Ella no sabía lo que había pasado entre su madre y hermano en el pasado (THE SIMPSON DARK STORIES 02), y no se le había pasado por la mente contarle lo que ella le había estado haciendo desde un poco antes hasta esa misma mañana. Le aterraba saber la opinión de su madre sobre el incesto y el tener sexo a tan temprana edad.
-Lisa... ¿Qué acabas de decir?
-Solo trataba de acompañar tu dolor mamá, yo adoro a Bart, y a mi papá, así que...
-¿Tú y Bart? -la voz sonaba amenazadora, pero no había dejado de abrazarla.
-Mamá...
-¿Sabías que la primera en chupársela fui yo, Lisa? -en ese momento soltó a su hija, y miró directamente hacia la puerta, como si se le acabara de ocurrir algo.
-¿Qué? ¿Tú y...? ¡Pero es tu hijo!
-¡Me convenció! ¿Y a quién no? Es un niño tan especial... Además, ¡Tú eres su hermana menor! -ya no parecía enfadada, sino que seria, con algo en mente.
-Bueno, yo... yo amo a Bart -se sinceró la muchacha.
-Y... ¿Amas a tu padre, amor?
-Por supuesto que lo amo, pero es mi papá, no es lo mis... ¿Qué estás pensando?
Marge le sonrió pícaramente a su hija, se le acercó al oído para contarle su plan.
Homero y Moe bebían cerveza, conversando y riendo con las dos muchachas que sudaban de tanto baile, juntos en el sofá. Ambos ya estaban totalmente ebrios. Bart seguía sentado en el sillón, con la verga empinada sin dejar de mirar el cuerpo de las chicas. Tabitha siempre era así, eso es lo que odiaba su esposo Buck Mitchell, pero Lurleen la había sorprendido... especialmente a la zona inferior de su cuerpo. Ella lo notó, y después de beber litro de cerveza, se había desatado aún más. La tímida chica de música folk había cambiado.
-Oye, Bart, precioso niño. Cuando me quedé aquí no pude conocer toda la casa (Ref. Papá, no me chupes la sangre/No me traiciones ), y tu mamá amenazó con estrangularme, y ellos están muy ebrios. Necesito recostarme en alguna parte.
-Por supuesto que quería estrangularte, querías robarte a papá y todos tus esposos se le parecen -Bart tenía los ojos aún fijos en el sujetador de Lurleen -Aunque la última vez se volvieron amigas, si no mal recuerdo.
-Sí, Bart, lo sé. Amigas, solo si no me acercaba otra vez. Tú también, ahora que lo pienso... te le pareces a Homero, supongo... Bueno, ¿Me llevas a recostarme a alguna parte? -preguntó, pensando en algo repentinamente.
-Bueno... si subimos a mi ha... a las habitaciones, mamá nos matará. Pero hay una cama de repuesto en el sótano -trató de tornarse serio y galante, le tendió la mano- ¿Vamos, señorita?
Mientras tanto, Lisa bajó las escaleras sin notar la presencia de Bart, pero sabía que su madre se encargaría de ello. Homero estaba borracho haciéndole un masaje a Tabitha con grasa de pollo, y Moe se miraba con ella fijamente a los ojos, con la mano al interior de su pantalón, pajeándose sin vergüenza.
-Eso, Homero, mejoraste mucho desde la última vez... sí... ese es el lugar... oh, sí, eso, más... Oh, hola Lisa.
-Ay no, ¿Qué haces aquí niña? -Moe, quien también estaba ebrio, no dejó de pajearse, pero se molestó ante la presencia de la muchacha.
-Papi, a mamá no le gusta mucho que estés aquí -no hizo caso a ninguno de los dos.
-Hooooola Maggie, has crecido mucho, beerp... -eructó, sin dejar de masajear a Tabitha.
-Papi, ¿Estás cómodo?
-Sí, estoy haciéndole un masaje a tu mamá, o a una cantante de prostíbulo, no sé...
-¿Y no prefieres...? -aquí Lisa titubeó un segundo, pero después de todo lo que había hecho con su director y maestra, su vecina, compañeros y compañeras de clase, e innumerables ocasiones con su hermano, ya no podía dudar- ¿...No prefieres hacerme un masaje a mí? Tanto trabajo en la escuela me tiene tan tensa... -sin preguntar, hizo a un lado a Tabitha y se acomodó en la entrepierna de su padre, dándole la espalda y moviendo su creciente cabello rubio para que sus hombros recibieran las grasosas manos de su padre. Sintió inmediatamente la gran verga de su padre tocando su coñito a través de las bragas, pero deseaba ayudar a su mamá, así que hizo como si nada pasara.
-Un momento, no eres Maggie, eres Lisa... ¡Hooola Hija! Oye, ¿no crees que es un poco raro que te...? ¿Qué estaba...? ¿Ah sí, que te sientes ahí?
-No papi, de hecho me siento muuuuuy cómoda- ella se acomodó encima de la polla lo mejor que pudo, y Homero comenzó su masaje. Lisa pensó que así Tabitha se escandalizaría y se iría, pero al verla vio que el plan de su madre no funcionó como pensaba. Estaba encima de Moe, besándolo, él con sus manos agarrando el gran trasero de la sensual chica.
-Ahí, muy bien nena, muy bien, qué buena lengua...
-¡Oye! ¿Qué hay de Buck? -preguntó Lisa. Tabitha la miró con lujuria de reojo.
-¿Buck? Si no fuera porque cuernos tan grandes le harían perder el equilibrio al batear, le sería infiel más de dos veces a la semana.
-Pero... ¿Papá?
Homero babeaba, tenía la cabeza hacia atrás con los ojos en las nubes, al sentir el coñito de su hija golpeado constantemente por la polla cada vez más grande.
-¿Papi? Oye, no hagas esto, no es muy...
-¿Lisa, cierto? Oye niña, no culpes a ese hombre, mírate bien -Tabitha volvió a besar a Moe, quien le agarró las tetas -Ja, nunca había estado con alguien tan feo que me pusiera tan cachonda, pero qué se le va a hacer...
Lisa notó como no era su padre, era ella quien daba saltitos sobre la entrepierna de Homero. Era ella quien tenía las bragas húmedas, empapadas de excitación.
-¿Qué estoy haciendo? Esto no era parte del plan -pensó, pero de su boca salieron palabras totalmente distintas -Papi, jijiji, me haces cosquillas, ¿Te gusta? Yo me siento bieeeen...
-Sí, Lisa-Maggie-Marge, como sea, sigue en lo que sea que... hmmm... hipopótamos azules -el hombre llevó sus manos a las tetitas de su hija, quien pegó un grito pequeño, pero no hizo nada por detenerlo.
En el sótano, lugar donde Lurleen se quedaba antes de reencontrarse con su padre, ella se había recostado en la cama que Bart armó para él. Ante la sorpresa del muchacho -y calentura- se quitó el sujetador, las botas, y solo con la falda se recostó en la cama. Pero no terminaba todo ahí.
-Oye, Mini-Homero... No quiero dormir sola, ¿Por qué no me acompañas y duermes también? -estaba completamente ebria, y después de un largo pestañeo, Bart ya estaba totalmente desnudo, acomodándose a su lado.
-Lisa va a enfadarse... pero ni modo, puedo cambiar en muchas cosas, pero no en esto.
-Vaya, qué osado... ven aquí, bebé. Quédate conmigo esta noche .
Lurleen empezó con una deliciosa chupada en la verga empinada de Bart, quien se recostó y puso los brazos bajo la cabeza, disfrutando con relajo. Ella llevó su mano izquierda a su entrepierna para acariciar su clítoris, y con la mano derecha masajeó los huevos del muchacho.
-Vaya, oh sí... qué bien lo haces, qué gran lengua...
-Tu padre podría haber disfrutado de esto hace mucho, si no fuera por tu mamá... pero ahora eres tú quien tiene la polla que me quiero comer, cariño.
-¡Así los quería atrapar! -exclamó Marge, entrando al sótano. Lurleen, ebria, no dejó de masturbarse ni de chupársela a Bart.
-¡Mamá!
-Bart, tu hermana no está muy contenta con que estés metiendo tu... cosa... en la boca de esa mujer -Marge se quedó mirando la gran verga de su hijo, la cual había chupado también hace un tiempo. Sin quererlo, se le hizo agua la boca.
-Puedo explicarlo... hablaré con ella, lo prometo. Es que Lurleen... ella es tan... Ay Caramba, creo que voy a correrme.
-Eso pequeño, córrete para mí, dame de tu leche.
-¡No hagas eyacular a mi hijo! -Marge trató de detenerlos, agarró el pene de Bart pero ya era tarde, el espeso líquido blanco salpicó a ambas mujeres.
-Papi... papi, sí...
-Hija, veo que en serio estás cómoda.
-Ojalá no solo la hija, sino que la madre sea igual de puta -murmuró Moe.
-Ah... tienes una polla horrible, sucia, ahora deja de hablar y sigue follándome con ella -gimió Tabitha, montada encima del cantinero, a centímetros de Lisa, quien se meneaba con sensualidad sobre la verga de su padre, la cual ya había sacado del pantalón.
-Papá, tu pene es... ¡Enorme!
-Y tu lapdance es delicioso, Liggie...
-¿Qué es un lapdance?
-Lo que estás haciéndole niña, ¿pero no será mejor metértelo que solo sobarte con eso?
-Ehm... es que es mi padre y... ¡Papi! -Homero le corrió el calzón rápidamente, y trató de meter la enorme verga en el coñito mojado de su hija.
-¿Ves? Estás mojada...
-¡No cabe! Papi, por favor...
-Va a entrar muy fácil, estás demasiado caliente -Tabitha le dio un húmedo beso con lengua a Lisa, y eso permitió que la verga de Homero entrara con facilidad en su entrada delantera. La chica se sintió complacida.
-Apuesto que te morías de ganas de meterte la verga de tu padre, ¡Muack!, apuesto que tenías el coño húmedo viendo mis tetas bailar ¡Muack!, Apuesto también que te sientes llena al tener un pene adentro ¡Muack! -con cada apuesta, Tabitha besaba a Lisa en los labios, los cuales ella respondía sacando la lengua, fuera de sí.
-Bart va a matarme... tendré que hablar con él después. ¡Ah! ¡Ah! Ah... creo que me vengo... ¡Es muy pronto!
-Sí que lo disfrutas, ¿Eh, nena? -bufó Moe, girando a Tabitha, poniéndola en cuatro y lanzando saliva en su entrada trasera.
-Así que quieres darme por culo, ¿Es es lo que deseas, ogro? -preguntó Tabitha, mirando con lascivia al cantinero.
-Sí, solo lo he hecho con putas, ahora será...
-¿Diferente? No lo creo, solo le permito que me follen el culo a... bueno, todos menos Buck, así que soy una puta también, aunque no te preocupes, solo cobro en los conciertos. ¡Ahhhhh, sí! Más adentro, más... Lisa, ¿Te lo han hecho?
-No, espero hacerlo pronto con mi hermano, Uf, uf, ahhhhhhhhhh... me vine otra vez.
-Es grandioso, tan apretado -suspiró Moe.
-Sí, tu padre tal vez querría hacértelo, pero dudo que nos oiga... ¡Y aquí viene el primer orgasmo de la noche! -anunció Tabitha. Por otro lado, tenía razón, el cerebro de Homero estaba totalmente apagado excepto por la sección de mover la pelvis y sobar las tetas de Lisa. Derramaba saliva en su espalda, pero a ella no le desagradó.
Cuando Bart abrió los ojos después de correrse se encontró con Lurleen y su mamá peleándose por su leche. Estaban ambas manchadas y la forma de tocarse y chuparse el semen del otro le dio una idea diferente a la que tenían ellas.
-Señoritas, damas... ¡PUTAS! -gritó Bart, recién ahí ambas le tomaron atención -no hay por qué pelear... soy de Lisa, pero creo que puedo dejar un poco para que ambas compartan.
Marge se quedó estupefacta, pero Lurleen se demoró menos en meditar y se abalanzó sobre la otra mujer. Le arrancó la ropa con fuerza y luego la puso en cuatro.
-¿Qué haces? Espera... Bart, ¡Bart! No te atrevas, una cosa fue mamártela, pero esto es muy distinto...
-No tiene nada de malo mamá, me correré afuera. Lo prometo -aunque Lurleen sujetaba a Marge para que no se escapara, la verdad es que la peliazul no hacía mucho esfuerzo. Estaba caliente, su hijo siempre lo ponía cachondo, y parece que no quería perder la oportunidad aunque se quejaba débilmente. Pero cuando el muchacho se la metió, cambió su forma de pensar.
-¡¡¡Ah, Bart, mi pequeñín especial!!!
-¿Te gusta mamá?
-No me digas mamá... no puedo... trátame de cualquier otra forma, por favor. No seas mi hijo por ahora... y tú, ven aquí.
Marge recostó a Lurleen y se montó encima. Sus pezones se tocaban, y la ama de casa metió los dedos en el coño de la cantante.
-Oh... qué habilidad tienes para ser mujer de un solo hombre.
-Parece que has tenido muchos Homeros aquí adentro.
-¿Crees todavía que mis ex esposos se parecen a tu marido?
-Por favor damas... no hablen, follen. Putas de mierda...
Bart aumentó la velocidad, y de cuando en cuando, iba cambiando entre su madre y Lurleen, las cuales se besaban y pellizcaban los pezones para aumentar el placer, por supuesto intercambiando los dedos en el coño que quedara vacío.
- Dáselo en la puerta de atrás, dame a mí también, miel de amor, y yo te esperaré -Lurleen entonó una canción al tiempo que se puso en cuatro al lado de Marge en la misma posición.
-¡Ay Baaaaaaart! -exclamó la peliazul al recibir la verga en su culo -Solo lo hice con tu padre una vez... y aún así me estoy acostumbrando...
-Está tan apretado ma... puta. No puedo esperar a hacer esto con Lis.
- Entra, y sale, y entra otra vez, la puerta se abre y cierra, las cuerdas se tensan, dámelo también en la puerta de a... ¡Ahhhhh sí! -siguió cantando Lurleen, le tocó a ella esta vez. Como si tocara su guitarra, puso los dedos en posición al interior del ano de Marge, y ésta hacía lo mismo cuando le tocaba recibir polla en sus entrañas.
De alguna forma, Bart empezó a aumentar la velocidad, realizaba dos embestidas a cada una y cambiaba, pero a ellas les parecía que nunca salía de su interior.
-En verdad eres hiperactivo, chiquitín -murmuró Marge, sonriendo.
-Sí, es el verso final, El premio espera al cerrar la puerta, también lo recibiré, en la puerta de atrás, la suave miel blanca... se lo diste en la entrada, es hora de cerrar, te espero para que me des también, la suave miel de amor.
-¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhh! -Bart eyaculó a medio camino entre pasar de un culo a otro, así que la primera carga la recibieran ambas mujeres en sus rostros al mirar hacia atrás. La parte más grande, Bart la derramó sobre los traseros empinados de Marge Simpson y Lurleen Lumpkin, quienes terminaban de disfrutar de una tarde rápida pero sumamente satisfactoria.
Tabitha también cantaba, de pie apoyada en el sofá, mientras Moe detrás de ella se la metía por atrás, y ella se contoneaba con movimientos sexuales, como bailando.
-Soy una chica que ama de esas...
-Papi, dame más duro, me gusta.
-De esas largas, duras y firmes de la Tierra Sexy...
-Homero, ¿Me prestas a Lisa un momento? Quiero saber cómo lo chupa.
-En el estacionamiento, la plaza, el teatro, el mar, las amo...
-¿Eh? Claro, llévatela, solo cuando yo me... ah... ah... -Homero estaba a punto de correrse, y Tabitha lo supo. Sin dejar de cantar, le indicó a Lisa que había que intercambiar y hacer que ambos se corrieran. La pequeña se desmontó de su padre, y la bailarina puso la verga entre sus enormes tetas para pajearlo.
-Tengo la urgencia de ir a la Tierra Sexy, donde puedo encontrar más de una...
-Eh, no sé -Lisa se quedó mirando la polla sucia de Moe que acababa de estar en el trasero de Tabitha, y le dio un poco de asco, pero él estaba deseoso de explotar.
-Vamos, chúpamela guarra.
-Tiene comida tradicional, lo pones en naranjas, en un par de melones, y lo degustas en cualquier lado, el baño, la arena, el auto o un avión. ¡Oh, la Tierra Sexy!
Lisa no podía usar sus tetas como Tabitha por un tema de tamaño, pero pensó en algo. Untó la grasa de pollo para los masajes de la cantante sobre la larga y delgada polla de Moe, y luego se lo metió a la boca. Por alguna razón, de inmediato, le resultó extrañamente agradable.
-¡Oh Tierra Sexy!
-Ah... monos con sombrero...
-Oh, dulce Tierra Sexy
-Eso es putita, mámasela más rápido al tío Moe
-¡Más, más!
-Ay sí, eso... ¡Ahhhhhhhhhh! -exclamó el cantinero.
-Soy la chica que ama esas largas y deliciosas de Tierra Sexy, ¡¡¡Sí!!! -terminó Tabitha, con la cara comenzando a llenarse de la leche tibia de Homero, que salía a borbotones.
-No puedo creer que yo provocara que mi papá tuviera placer sexual -murmuró Lisa, pajeando la verga de Moe que soltaba litros de semen en su carita, también -¡Moe! ¡Es demasiada!
-¡Acostúmbrate!
-Esto no volverá a pasar, eres demasiado asqueroso -advirtió Lisa. Tabitha solo se relamía en el sillón los restos de leche.
-¡¿Qué dices?! -Moe parecía enfadarse, enfurecerse ahora que se había corrido y seguía ebrio, pero una llamada lo detuvo. Lisa contestó, alguien le habló, sonrió, y le pasó el teléfono a Moe. Éste, con normalidad producto de la borrachera, contestó como si fuera su teléfono.
Lisa se recostó en las piernas de su padre quien dormía profundamente, y Tabitha le lamió la carita, lo cual hizo que la muchacha se sonrojara y volviera a quedarse mirando las tetas gigantes de la bailarina.
-¿Qué? Un momento... ¿Está John? Se apellida... ¿Cómo? Apellido raro... Omelabo, ¿Está el señor Omelabo? ¡John Omelabo! -gritó, provocando que tanto Lisa como Tabitha rieran. -Un momento, eres tú otra vez, ¡Cuando te ponga las manos encima, te sacaré el miembro, lo meteré en ácido y te lo haré tragar por la nariz!... ¿Qué? ¿Qué estás dónde? ¿En la Taberna de Moe? ¡Por supuesto que la conozco, gusano, he ido muchas veces allá! ¡Te atraparé, prepárate!
Moe tomó un cuchillo de la cocina y corrió borracho hacia su propia taberna. Lisa y Tabitha vieron entonces como Marge y Lurleen subían semi vestidas, cubiertas de sudor, riendo, y finalmente Bart, con mirada ganadora y un teléfono celular en la mano.
Ambas artistas se vistieron y se fueron en una limosina que llamaron, Marge actuaría como su representante junto a Homero, con la condición de que no lo tocaran sin su permiso, a menos que estuviera totalmente ebrio, durmiendo o con ella presente... Y un aumento en el porcentaje de regalías. Ellas aceptaron, con la condición de hacer “ensayos” constantemente, y que tanto Bart como Lisa participaran.
-En el saxofón, piano, guitarra, nuestros coños... -dijeron como si nada.
Lisa y Bart se pidieron disculpas mutuas por estar con otras personas, pero ninguno estaba enfadado. De todas formas, ya era hora de ir a la cama... Marge guardó silencio sobre todo.
Y después, THE SIMPSON DARK STORIES 09... Presentando... a la familia NAHASAPEEMAPETILLON. No se lo pierdan.