The Simpson Dark Stories 03
Paralelamente a Bart aprendiendo sobre sexo con su madre, Lisa tiene sus propios maestros en la escuela: Edna Krabappel y Seymour Skinner.
THE SIMPSON DARK STORIES 03
Mientras Bart se quedaba dormido para ir a la escuela, Lisa ya se había levantado y estaba totalmente lista. Tomó el autobús de Otto, llegó sana y salva al colegio, y fue la primera en entrar a su salón. La maestra Hoover daría su aburrida clase como siempre.
-Niños, presten mucha atención. Parece que la cantidad de embarazos adolescentes está en aumento, y eso le preocupa a nuestro presidente y esos del gobierno. Por lo tanto, el Superintendente Chalmers le ha pedido a los profesores que integren una nueva materia: Educación Sexual -todo esto lo decía con un desgano aún mayor que el común de la profesora.
La mayoría de los estudiantes, especialmente las chicas, tenían vastos conocimientos sobre sexualidad, aún a su corta edad, gracias a películas y revistas eróticas. Lisa, sin embargo, solo había tenido sexo con Bart una vez (quien en este momento está espiando a los matones de la escuela, como se ve en THE SIMPSON DARK STORIES 02) de forma instintiva y tradicional, no tenía muchos conocimientos, solo se había dejado llevar por el ají picante y el poder de seducción de su hermano. Así que Lisa supuso que sería una clase bastante interesante para aprender y, tal vez, volver a estar otra noche con su hermano sabiendo un poco más.
La profesora empezó hablando sobre el ciclo menstrual, ya que a algunas niñas tal vez ya les habría llegado su primera menstruación. Los niños estaban muy aburridos hasta que la profesora, claramente sin conocimientos profundos sobre pedagogía, dibujaba una pareja en posición de perrito haciéndolo en la pizarra. Todos los chicos se entusiasmaron, además que la maestra dibujaba bastante bien, incluyendo muchos detalles. Dibujó también un pene eyaculando, lo que hizo reír a las chicas, y que Ralph Gorgory comentara que deseaba probar “eyacujugo”. Pronto, llegó el recreo, y no se alcanzó a profundizar sobre las propiedades del semen y esas cosas de que la maestra quería hablar. Se vería la próxima semana.
Durante la clase, Lisa se había entusiasmado mucho con la idea de saber sobre la eyaculación, el sexo oral del que había escuchado a sus compañeras, y no podía esperar hasta la otra semana. Fue al salón de maestros para preguntarle más a la maestra Hoover, pero ésta, sin siquiera mirarla, y sin soltar una botella de curioso olor, aunque sonriendo pícaramente, le dijo que la clase había terminado, y que la experta en la materia debía estar en el salón del Director. De mala gana, Lisa fue hacia allá, preguntándose quién sería esa experta, y por qué la maestra Hoover, aunque algo ebria, la había mandado allá con una sonrisa tan curiosa.
-Director Skinner, ¿Puedo pasar? -preguntó Lisa tocando la puerta.
-Eh... Lisa... ah... ve a disfrutar con tus amigas del recreo... ahhh... no puedo atenderte ahora -se escuchaba al director entre cortadamente.
-Pero Director, la maestra Hoover me envió aquí. Tengo algunas preguntas sobre la nueva asignatura, y me dijo que había una experta en su oficina.
-Esa puta, sabía que nos delataría con alguien... -pudo escuchar Lisa una voz, pero aunque le sonó conocida, no pudo identificarla de inmediato.
-Bueno Lisa... oh, sigue no más... Lisa, los horarios de la asignatura están en el calendario del pasillo, y supongo que la... ahhhh... maestra ya les dijo también.
-Sí, pero no quiero saber sobre la asignatura en sí. Quiero saber más sobre sexo.
Hubo un silencio de algunos segundos. Lisa intentó agudizar su audición para escuchar si hablaban algo las dos personas adentro, pero solo podía oír el chirrido de un mueble moviéndose rítmicamente. Luego, unos pasos rápidos, y el sonido característico de alguien poniéndose pantalones. Finalmente la puerta se abrió.
-Lisa, adelante -le hizo pasar Edna Krabappel, la profesora de Bart, mientras se arreglaba el cabello. Sudaba bastante y no tenía puesta su chaqueta verde, que estaba en un rincón.
-¿Usted es la experta? -preguntó Lisa, algo escéptica.
-Bueno, si es sobre sexualidad sana y protegida, lo que toda joven como tú debe saber, sí, la profesora Krabappel es una experta, jeje -compartió una sonrisa cómplice con Edna.
-¿Cuáles son las preguntas que tienes Lisa?
-Tengo varias. La primera es si no tiene una oficina propia lejos del Director, la segunda es saber qué estaban haciendo -la mirada seria e inquietante de la rubia se incrustó en ambos adultos. El Director se arregló la corbata que estaba suelta, y sonrió nuevamente.
-Buenas preguntas, aunque no sé si tengan que ver con sexualidad. Estamos eh... construyendo la oficina para la experta en sexualidad, y estábamos... estábamos revisando el presupuesto escolar.
-Ay, Seymour, es una de las chicas más inteligentes del Estado... Lisa, se la estaba chupando a tu profesor. Él y yo estamos en una relación, y si dices una sola palabra de esto yo... -iba a amenazar la profesora, pero fue rápidamente interrumpida.
-¿Chupando? ¿Es el sexo oral, cierto? Esa era una de mis preguntas, quiero saber qué es -preguntó Lisa sin tomar atención a la amenaza de la profesora de su hermano.
-¿Puedo saber por qué una chica tan joven quiere saber eso tan pronto? -preguntó de vuelta el Director Skinner, abrochándose sutilmente el cinturón.
-Solo... solo quiero saber. Bueno, podría iniciar mi vida sexual quién sabe cuándo, y si usted es una experta, quiero saber todo sobre eso para tener un eficiente desempeño, y estar protegida, y preparara correctamente, y... -enumeraba con los dedos, pero fue interrumpida.
-¡Ja! Siempre tan rígida y correcta. Lisa, el sexo se disfruta, no son necesarias leyes estrictas o esa clase de cosas. Solo hay que dejarse llevar, como estaba mostrándole a Seymour con la lengua antes de que llegaras.
-¿Puede enseñarme... ahora? -preguntó Lisa, con una placentera sensación recorriendo repentinamente su cuerpo.
Ambos amantes se miraron seriamente, preocupados por las posibles consecuencias de lo que ambos estaban pensando. Pero, al mismo tiempo, luego sonrieron pícaramente, y se acercaron a Lisa.
-Está bien, como Director de esta escuela, es mi deber que los niños aprendan lo mejor para la vida que les viene por delante, y más aún la mejor de nuestra escuela.
-Y como profesora, aunque no seas estrictamente mi alumna, es mi deber el enseñar y mostrar todos mis conocimientos y experiencia a los que lo piden tan amablemente como tú. Pero primero quiero saber si estás totalmente dispuesta a aprender esto.
-Sí, maestra -Lisa sintió como por primera vez una profesora mostraba tal preocupación por ella en particular, y se alegró, además de excitarse, sabiendo lo que iba a suceder en esa oficina. El Director se acercó al micrófono e hizo un comunicado.
-A toda la escuela se le informa que por ciertas situaciones que no les interesan pero que son por su bien, el descanso durará 15 minutos más de lo normal, sin influir en el horario de salida. Excepto para Willy -todos, menos el conserje celebraron la noticia. Si solo Bart hubiera estado ahí, pero estaba ocupado espiando a sus compañeros en la casa de Laura Powells.
-Bien Lisa, por ahora déjanos terminar lo que estábamos haciendo el Director y yo. Después de clase, vienes aquí de nuevo, y te enseñaré todo... TODO... lo que sé -la maestra se acercó a Lisa y le besó en la mejilla, muy cerca de los labios. La chica se ruborizó y salió corriendo, mientras ambos adultos se reían.
Las clases pasaron normalmente, y la campana de salida sonó. Los chicos y los profesores salieron como cohetes hacia sus hogares. A Lisa se le había hecho eterno el tiempo, además de que había estado muy incómoda. ¿La razón? Sus braguitas estaban empapadas, y no se habían secado en todo ese tiempo.
Corrió hacia la oficina del Director, y abrió la puerta sin llamar. Estaba realmente entusiasmada. Se encontró con la profesora, sentada en el escritorio, besándose apasionadamente con Skinner. Ella lo tenía agarrado de la corbata, y él tenía una mano metida bajo su blusa.
-Eh... Ejem -tosió Lisa, y los adultos se dieron cuenta de su presencia.
-¡Ah, Lisa! Menos mal que llegaste, ya no podíamos esperar más.
-Sí, la espera me tenía vuelta tan loca que casi violo a tu Director antes de que llegaras, pero había que protegerse -diciendo esto, cerró con seguro la puerta de la oficina.
-¿Qué me va a enseñar profesora?
-Lo que querías, una mamada, o chupada, o felattio, o sexo oral, o... -enumeró la maestra cuando fue interrumpida por su Director.
-Esto Lisa. Espero que sea un correcto aprendizaje -el Director se bajó el cierre del pantalón y dejó sobre la mesa una tremenda verga, que ambas mujeres miraron con los ojos abiertos como platos.
-Vaya Seymour, realmente estabas deseoso de esto, ¿Cierto? ¡Ja! Lisa, siéntate en esa silla, observa, y la clase comienza -la profesora se acercó a su Director y se sentó en el escritorio dándole la espalda, mirando a la chica, que se sentó frente a ellos.
-No necesitas apuntes pequeña, es algo práctico -le indicó Skinner cuando vio a la chica sacar una libreta, que después guardó.
-Esto es una verga, Lisa. Un pene, la cosa más hermosa del mundo. Grande, gorda, dura, siempre querrás más y más de esto...
-He visto la de mi hermano, una vez la vi muy grande, pero normalmente son pequeñas, también en algunas fotos de mis compañeras que tomaron en el baño de niños. ¿Por qué se ponen tan grandes? -preguntó Lisa con cara de inocente.
-Eso es cuando el hombre se excita. La sangre se agolpa en esta comida de los dioses -diciendo esto, la mujer agarró el pene de su hombre con su mano, provocándole que soltara un gemido- se llenan, y se endurecen, agarrando este tamaño considerable. Pero lo importante no es tanto la sangre, sino el otro líquido que está aquí, en las bolas o testículos.
-Ah... Edna...
-¿El semen? -preguntó Lisa.
-Sí, el semen se guarda aquí, y sale por la punta de la verga -la maestra tocaba con la otra mano los testículos del profesor, empezando a pajear sutilmente con la primera.
-¿Y cómo se hace para que salga?
-Eso es lo mejor de todo. No hay nada en el mundo, NADA, más delicioso que la leche de hombre. Para sacarlo, para darle un orgasmo a tu hombre, debes excitarlo más y ejercer fricción sobre la verga.
-¿Y cómo se excita?
-Te mostraré como excitarlo, sin siquiera tocarlo -la maestra soltó al Director, y se sacó seductoramente la parte superior de su ropa. Quedó solo en un sexy sujetador negro. Luego, con un sensual bailecito, que estaba provocando incluso en Lisa que sus calzones se mojaran aún más, se quitó la falda, y quedó totalmente en ropa interior. Skinner babeaba viendo a esa mujer, que aunque no lo parecía por la ropa, tenía un cuerpo espectacular, especialmente por unas enormes tetas, que incluso hicieron que Lisa quisiera tocarlas.
-Maestra, se ve... muy bien... ji ji -rió Lisa, ruborizada.
-Ahora vamos a tratar de hacer que se corra de placer. Hay que agarrarle la verga, y mover la piel así, de adelante hacia atrás, de nuevo y otra vez, aumentando la velocidad -todo lo decía mientras pajeaba a Skinner con delicadeza y sensualidad, sin dejar de mirar directamente a la estudiante, que no perdía detalle.
-Ah, sí, Edna, qué bien lo haces... Lisa, esto es una paja. Los hombres hacemos esto solos de vez en cuando, pero es mucho más placentero cuando lo hace una mujer por ti... Ah...
-Así es, especialmente cuando el hombre sabe que esa mujer es una apasionada por las vergas, y una experta en todo lo relacionado a este tesoro de los dioses... Veo que te gusta lo que ves Lisa -la maestra miró seductoramente a la chica, quien sin saberlo, había estado apretando sus piernas desde que la masturbación había empezado, intentando calmar su creciente excitación.
-Oh, bueno... es que siento... eh... tal vez quiero ir al baño -Lisa miró hacia abajo, muy apenada por lo que creía que le pasaba.
-¿Estás húmeda Lisa? -preguntó la maestra, a lo que la chica asintió -Eso es normal, no es orina como piensas. Las mujeres nos excitamos así, empapando nuestras bragas, cuando estamos calientes por lo que hacemos o vemos. Derramamos ese líquido a grandes cantidades cuando nos corremos también, y son una delicia.
-¿Ha probado... esa cosa... de la mujer?
-Por supuesto, ¿Quieres probar? -la maestra se quitó sus bragas mostrando un firme y redondo trasero, y una humedecida entrepierna. Arrojó sus calzones a Lisa, que los tomó al vuelo- aunque tengo que decir que prefiero por mucho el sabor de una buena verga.
-¡Ahhhhh Edna, necesitaba eso! -exclamó el Director cuando la profesora se metió su rabo al interior de su garganta, provocando que Lisa también se olvidara por un momento de las bragas mojadas que tenía en las manos, y se mojara más la suya.
-¿Eso es una chupada? -preguntó Lisa, bajando inconscientemente su mano a su entrepierna, por sobre su faldita.
-Sí, Lisa. ¿Lo ves? Esto es líquido pre seminal, también es una delicia, a los hombres les encanta que mientras los masturbemos, demos unos cuantos lametones a la punta para probar ese juguito, que es como un aperitivo al plato fuerte -la maestra empezó a dar lamidas delicadas al Director que se moría de placer.
-Luego, nos vuelve locos que ellas hagan lo mismo que con las manos, pero con la boca, metiéndose la verga a su garganta y chuparlo.
-También se puede mover la lengua alrededor de la base mientras se tiene adentro, obviamente se pueden agregar caricias, por ejemplo, en las bolas -la maestra procedió a hacer lo que dijo, engullendo el tremendo trozo de carne del Director.
Lisa no perdía detalle, estaba totalmente excitada. No lo decía, pero tenía la potente necesidad de hacer lo que hacía su maestra. Su boca se remojaba con el deseo de comerse la verga de su Director, y eso se notaba porque su mano ya estaba a punto de meterse bajo la falda.
-Lisa, se ve que te está gustando mucho. Te he enseñado varias cosas así que... ¿Por qué no vienes y me muestras lo que has aprendido en este rato? -pidió la maestra con una mirada lujuriosa, los labios empapados de líquido pre seminal.
La niña dudó un momento. Finalmente se levantó, y los tres notaron como unas gotas de líquido cayeron desde su entrepierna al suelo. Ella se ruborizó, pero antes de volver a sentarse, la maestra la tomó de la mano, la acercó a ella, y le dio un repentino beso en los labios. Ella trató de soltarse, nunca había pensado en besar a una mujer y su primera reacción fue de asco. Pero la profesora la tenía bien sujeta y estaba intentando meter su lengua en el interior de su garganta. Edna puso su mano derecha bajo la falda de Lisa, y palpó su empapado calzoncito. Comenzó a sobarlo, a acariciarlo, y pronto, Lisa se relajó. Abrió la boca dejando que la lengua de Edna pasara, y la situación verdaderamente la excitó. Besar a una mujer era distinto a besar a un hombre, y era bastante placentero cuando se acostumbraba.
-Lisa, lamento haber hecho eso sin avisarte, pero me moría de ganas. Además, los besos entre chicas son algo que excita de sobremanera a los hombres, ¿No, Seymour? -ambas observaron como el Director se masturbaba frenéticamente ante la escena lésbica.
-¿Los besos entre chicas provocan eso? Pero... ¿es normal? ¿Usted lo ha hecho antes? -preguntó Lisa, entre caliente y curiosa.
-Claro que es normal. No solo he besado, sino que me he acostado con casi tantas mujeres como hombres, además de orgías mixtas. El sabor que emana de la entrepierna de una chica es diferente al de un hombre, pero también es sumamente excitante. Algún día aprenderás el placer del sexo lésbico también Lisa, y quizás... yo misma podría enseñarte, me encantaría. Pero no hoy. Acércate al Director, y hazle lo mismo que yo hice -ordenó la maestra y la chica obedeció dudando unos segundos.
Tomó el enorme rabo de Skinner con su manita, lo olió, no era desagradable, y empezó a moverlo, a pajearlo como había visto a la maestra de su hermano (Quien a estas alturas ya estaba realizándole sexo oral a su propia madre en casa).
-Muy bien Lisa, aprendes rápido... ah... eso... más rápido preciosa... -gemía el Director.
-Eso Lisa, eres buena en esto, vas a hacer una buena putita. Ahora métetelo en la boca, cómete ese rico filete, saboréalo, degústate con su riquísimo sabor, para sacarle el dulce néctar blanco y pegajoso... eso Lisa, muy bien, chúpalo.
La chica abrió la boca, pero le costó un poco al principio meterse todo el pene adentro. La profesora le dijo que con el tiempo y experiencia aprendería a abrir más la boca y metérselo más adentro, e incluso...
-Incluso más de una a la vez, je je...
-¿Más de una? Edna, se nota que estás calentando a esta muchacha, porque dijiste eso y está... ah, ah.... ahhhhhhhh... chupándolo más rápido y mejor...
Lisa se lo tragó hasta donde pudo. El sabor era, para su sorpresa, tremendamente agradable, y sus braguitas estaban hechas agua. Tenía la necesidad de tocarse, ya que solo quería la verga de su hermano, pero al menos quería que la tocaran ahí. Movía su cabeza de adelante hacia atrás, y acariciaba las bolas llenas de leche de su Director.
-¿De verdad lo hago bien... señor Director? -dijo al sacarse el pene para tomar aire, sin dejar de pajearlo.
-Sí, como ves, Edna es una excelente maestra en estos temas.
-Lisa, veo que estás chorreando. Como lo has hecho tan bien, voy a darte una recompensa. Solo déjate llevar, y no dejes de comérsela a Seymour, ¿trato hecho? -dijo esto a la espalda de la niña, poniéndose de rodillas, con la nariz a centímetros de falda naranja.
-Sí, maestra, lo que diga, Gulp -Lisa volvió a tragarse la polla, y comenzó a chupar. Esta vez pudo metérsela un poquito más adentro. La sensación en su entrepierna la estaba volviendo loca, necesitaba tocarse, pero Edna Krabappel llegó al rescate. Muy obediente, dejándose llevar, Lisa no se resistió cuando la profesora le bajó las braguitas, le subió la falda, y empezó a chuparle la rajita a la segunda de los Simpson. El placer que recorrió su cuerpo fue algo que nuca había sentido, casi se corre de inmediato.
-Lisa, aumentaste mucho más la velocidad, ¿Acaso te guste lo que te hace tu profesora? Porque a mí me encanta ver a esa puta haciéndole sexo oral a una alumna... ¡Ahh... estoy cerca!
-Ah... maestra, lo que hace... ahhhh... es increíble, nunca había sentido algo así... pero ambas somos mujeres... ¿Cómo puede ser tan...? ¡Ohhh...! -gemía a punto de correrse Lisa.
-Esta concha... oh Dios, sabe delicioso. Una vagina chorreando, un clítoris joven, qué rico, que cosa más exquisita, no puedo parar de saborear esto... Lisa, cuando quieras, córrete, y entre ambas haremos que el Director se vaya. ¡Vamos, córrete en mi boca! -ordenó la profesora, y Lisa, con obediencia, ya no pudo aguantarse más.
-¡Ah...! ¡Ah! ¡Esto es...! ¡¡¡Ahhhhhhhh!!! -la chica se corrió, y empapó la cara de su profesora. Era el orgasmo más fuerte que había tenido, electricidad recorrió todo su cuerpo, y volvió a meterse la polla de su Director en la boca, quien también estaba a punto de estallar.
-Lisa, déjame. Abre la boca, así, saca la lengua. Voy a pajear a Seymour, toda la leche va a salir, y te la tragarás, ¿Bueno? Créeme, no hay nada mejor -dijo Edna, y empezó rápidamente a pajear a Skinner, poniendo la lengua en el capullo, dando pequeños lametones.
La velocidad de su mano era increíble, Lisa quedó sorprendida, mientras hacía lo que pedían. Abrió su boquita, expectante ante el semen que quería tragar. Ya había probado el de Bart, pero la situación aquí era mucho más excitante.
-¡Vamos, Seymour! ¡Córrete para nosotras, vente para tus putas que estás hambrientas de tu leche! Ah, Lisa lo olvidaba. Si hay algo que les encanta a los hombres, que ADORAN, es que nos comportemos como putas frente a ellos, que hablemos cochinadas y mostremos cuán hambrientas estamos de su semen.
-Entiendo, maestra, lo recordaré...
-¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! -exclamó Skinner, viniéndose violentamente en la garganta de Lisa. El semen salió como proyectiles mayormente a su objetivo, aunque muchos restos cayeron en la cara y pelo de Lisa, así como también en Edna. A pedido de la maestra, la chica se tragó todo lo que entró a su garganta, y la verdad es que el sabor le pareció una delicia.
Edna le pasó pañuelos a Lisa para que se limpiara los restos, y le dijo que era tarde y debía irse. La chica agradeció a ambos sus enseñanzas y se puso las braguitas aún empapadas. Antes de irse, recibió un excitante e inesperado beso en los labios de su Director y de su profesora (éste último estaba con el agregado de semen y jugos de Lisa también) y partió ruborizada otra vez. Edna y Seymour comentaron que debían haberle dicho a la chica que no dijera nada de lo que pasó, ya que podían mandarlos presos, pero luego de pensarlo se dieron cuenta que lo único que querría Lisa era repetir. No se equivocaban. Lisa no contaría nada, sabía que no era correcto después de lo bien que lo pasó. Además, quería seguir aprendiendo más cosas.
Los aprendizajes de Lisa se unirán a los que Bart aprendió de su madre en THE SIMPSON DARK STORIES 04, cuando ambos se encuentren con Laura Powells, en el plan del mayor de los Simpson. No se lo pierdan.