The Simpson Dark Stories 02

Bart debe aprender todo sobre el sexo para complacer a su vecina Laura Powells, y qué mejor maestra que su propia madre.

THE SIMPSON DARK STORIES 02

Bart Simpson había llegado tarde al colegio. Se había quedado hasta tarde viendo televisión aprovechando que sus padres tuvieron que ir a otro estado para un funeral, y lo habían dejado con su abuelo, que no lo despertó. Corrió hacia la escuela, pero ya era muy tarde, así que se quedó dando vueltas por el centro.

En eso estaba cuando se encontró a Jimbo, Nelson, Dolph y Kearney. Iban muy animados caminando en dirección a Avenida Siempre Viva, la calle de Bart. Se escondió entre unos matorrales para saber de qué hablaban.

-Y eso hermano, de verdad Laura está hecha una puta -decía Jimbo.

-Lo raro aquí es que te haya dejado volver después de haber llorado como una niña frente al cantinero, jaja -se reía Dolph.

-¿Quieres pelear, viejo? La llevé a un motel, le lamí la rajita y le encantó, y volvió conmigo más rápido que lo que dices... eh... bueno, ya saben, alguna palabra corta y fácil.

-¿Y estás seguro que nos dejará estar con ella? ¿De verdad es tan puta? -preguntó Kearney.

-Siempre y cuando le hagan algo que la haga derramarse como un grifo, jajaja -rió Jimbo nuevamente, y los chicos se excitaron ante la idea. Bart podía ver lo extraño que caminaban.

Laura Powell era la vecina de Bart. Él estaba enamorado de ella, y había hecho que terminara con Jimbo. La idea de que estuviera tan suelta agradaba a Bart, y quería aprovecharlo, pero no sabía a qué se referían los chicos con eso del grifo, suponía que era sexo oral, pero no entendía muy bien cómo funcionaba eso. De todas formas, luego de que ellos entraran, se metió por una ventana para espiarlos.

-Bueno chicos. Mi fantasía es hacerlo con muchos a la vez. Pero primero quiero verlos sin ropa... -dijo Laura seductoramente sentada en un sillón.

-Ya vas, putita -respondió Nelson, el más joven, y los chicos se sacaron la ropa rápidamente. Laura se levantó para contemplarlos. Los cuatro ya estaban muy excitados.

-Muy lindo, no tienen cuerpos atléticos ni nada, pero sí tienen buenas herramientas. Eso es lo importante -Laura no tocaba a los chicos, así que Jimbo y Kearney se arrojaron sobre ella, pero los detuvo con la mano.

-¿Qué pasa, amor? -preguntó el novio.

-¿No lo entienden chicos? Necesitan calentar a una chica primero para luego metérsela. ¿Saben que calienta como loca a una mujer?  ¡Sí, sexo homosexual!

Los cuatro chicos quedaron estupefactos. Se meterían con ella solo si se tocaban entre ellos... o tal vez más. Dudaron mucho, aunque Laura no se había quitado la ropa se seguía viendo espectacular. Bart escuchaba atentamente, y estaba a punto de explotar de la risa. Finalmente, Nelson, absolutamente excitado por la idea de follarse a esa mujer, agarró a Jimbo y comenzó a tocarlo. Pronto, todos estaban haciendo lo mismo. A Bart le dio un poco de asco esa escena, pero ponía más atención en la actitud de Laura. Ella miraba el espectáculo con una sonrisa lujuriosa, y cuando ya llevaban un buen rato tocándose y masturbándose entre ellos, ella se acercó. Sin embargo, pasó al lado de ellos y fue hacia su computador. La cámara estaba encendida. Aunque tontos, no tardaron en darse cuenta de lo que pasaba.

-Primero -empezó Laura con una mirada seria- Jimbo, estos tres chicos han tratado de meterse conmigo a tus espaldas. No pasé de masturbación con ninguno de ellos, y supongo que les mentiste, porque tampoco pasé de eso contigo.

Dolph se rió de Jimbo, pero Kearney le hizo una seña, mostrando que seguía desnudo y tocando la verga de su amigo.

-Segundo, la única forma de estar conmigo es que sean buenos con las manos, la lengua, que sepan hacer sexo oral y esas cosas que nos calientan a las chicas. Ninguno de ustedes podría.

Bart escuchó eso y vio su oportunidad. Debía aprender cómo dar placer a una mujer para estar con su amor platónico.

-Y tercero, si intentan hacerme algo ahora, o en un futuro, si se vuelven a acercar a mí, solo tengo que presionar una tecla de mi computador -los chicos se detuvieron al escuchar eso, ya que justamente se dirigían a violar a la chica- y enviaré el video de su actito a todos, TODOS, en Springfield. No creo que mejore su popularidad, ¿Cierto? Ahora que ya saben que están en mis manos... ¡Largo de aquí!

Bart se había quedado pensando en lo que pasó toda la tarde. Él solo había tenido sexo con Lisa, su hermana, la semana anterior, y no pasaron de la penetración y tocarse un poco entre las sábanas. Claramente no era lo que Laura pedía. Tomó valor y fue a pedir consejo de su padre.

-Papá, necesito consejos sobre las chicas. Y sobre lo que hacen los adultos -Homero derramó la cerveza que estaba bebiendo al escuchar la pregunta de su hijo. Se puso nervioso e intentó explicar lo que pudiera.

-Bueno hijo... la mujer es como un refrigerador -dijo mirando el mueble en la cocina, luego se corrigió al ver su lata de cerveza- no, más bien es como una cerveza, huele bien, se ve bien y puedes matar...

-Homero, ya me dijiste lo mismo cuando te pedí consejo sobre Laura -seriamente Bart observó al lerdo de su padre.

-Bueno, entonces eh... la mujer es como... como una mesa... tiene cuatro patas, te apoyas sobre ella... -en cinco segundos, Homero estaba totalmente borracho. A Bart no le quedó otra opción que ir con su madre.

-Mamá, necesito consejos sobre las niñas, y sobre lo que hacen los adultos -Marge soltó las cortinas que estaba lavando al escuchar la pregunta de su hijo.

-Ah... ¿No preferirías preguntarle a tu padre?

-¿Tú crees? -Bart señaló a la ventana, donde Homero cantaba una canción encima de la mesa sobre los chimpancés.

-Bueno, está bien. Soy tu madre, es mejor que aprendas las cosas de mí que de cualquier mujerzuela en la calle -firmemente Marge aceptó, y llevó a su hijo de la mano hacia su habitación.

-La abeja pone la semillita en la flor y...

-Mamá, ya me sé la historia de la abeja. ¡Quiero saber sobre sexo oral! -Bart exclamó impulsivamente al oír la historia de niños de su madre. Se dio cuenta que no debió decir eso.

-Ah... veo que ya sabes algunas cosas. Eh... ¿Por qué quieres saber eso?

Bart vio a su madre con ternura, y no tuvo más opción que contar lo que pasó en la casa de al lado. Marge escuchó atentamente a su hijo, y cuando éste terminó, miró por la ventana.

-Nunca creí que esa chica tan atenta tendría esos gustos...

-¿Quiere decir que a las mujeres normalmente no les gusta el sexo oral?

-Bueno, a todas las mujeres les gusta... y todas agradecemos que nos hagan un buen... cunnilingus, que es el acto de lamer la vagina de la mujer, especialmente su clítoris -Marge se dio cuenta de que debía ser totalmente sincera con su hijo.

-¿Qué es el clítoris?

-Es... una parte muy sensible de las mujeres. Un botoncito en la parte superior de la vagina que...

-¿Me muestras la tuya? -preguntó Bart sin dejar terminar a su mamá. Ya notaba su excitación, y al igual que le pasó con Lisa, no medía las consecuencias morales de que le pasara eso con una familiar.

-Pero Bart, ¡Soy tu madre! -Marge notó rápidamente el bulto en su hijo -Y además, que quieras eso solo por meterte con una chica que quería meterse con cuatro chicos es...

-¿A las mujeres no les gusta eso? ¿Tener varios hombres?

-Bueno... -la peliazul se tranquilizó un poco, empezaba a sentir levemente excitante la curiosidad de su hijo -muchas mujeres tienen la fantasía de estar con varios hombres... ¡Solo fantasía! No significa que tenga que pasar en realidad...

-Laura no se metió con los cuatro a la vez, sino en diferentes ocasiones...

-Sí bueno, eso también es peli...

-¿Tú tienes esa fantasía?

-Sí, tal vez, pero solo me interesa en la realidad tu padre...

-¡Muéstrame tu clítoris, por favor!

-¡Bart!

-Sé que es extraño... pero de verdad amo a Laura mamá, sé que me vas a decir que hay muchas otras mujeres, pero también creo que necesito aprender cosas, y quisiera aprender con ella. ¿No querrías eso, mamá?

La idea de que Bart aprendiera cosas de una chica que al menos conocía no le parecía tan mal como estar con una prostituta. Después de meditarlo unos segundos, decidió enseñarle. Se levantó de la cama, cerró con llave la puerta después de revisar que Homero estaba durmiendo borracho en el patio, se subió el vestido, se bajó el calzón, se volvió a acostar, y con rapidez y una cara sumamente ruborizada, se abrió de piernas ante su hijo. Por lo repentino de la situación, Bart casi se corre solo por ver a su madre haciendo eso.

-Este... este es el clítoris, B... Bart -dijo ella, tocándose tímidamente su parte más sensible, luego de abrir sus labios mayores.

-Vaya... ¿Y solo hay que tocarlo? -preguntó el chico acercando su cara a la entrepierna de su madre para ver mejor.

-Con mucho cuidado, ya que como te dije es una parte muy sen... Bart, cariño, no te acerques tanto... muy sensible. A las mujeres primero se les toca con delicadeza esa parte, también el resto de la vagina o la cara interior de los muslos. Luego... ya se puede hacer sexo oral.

-¿Eso es lamerlo? -preguntó Bart, inconscientemente remojándose los labios, cosa que Marge notó y la puso nerviosa, aunque su excitación empezaba a aumentar.

-S... sí... eso es. Lamer el clítoris, si está muy mojado, hace que una mujer se vuelva loca. Bart, no te acerques tanto, me pones nerviosa...

-Es que tu cosita es muy linda mami, y huele muy bien también -el chico se acercó aún más a la vagina de su madre.

-Gra... gracias hijito -la madre se ruborizó aún más.

-¿Entonces todo lo que hay que tocar y lamer es la entrepierna y el clorito...?

-Clítoris, Bart...

-Eso. ¿Solo hay que saber hacer eso?

-Por supuesto que no. Todo el cuerpo de la mujer es sumamente sensible. Hay que tocar y lamer el cuello, las orejas, las piernas, los dedos, los labios, los pechos...

-¿En serio? ¿También las tetas? Pero las tuyas son muy grandes, ¿Qué parte hay que tocar?

-Ay, mi pequeñín especial, gracias... eh... bueno, los pezones son lo más sensible ahí.

-¿Pezones? No sé cuáles son. He... visto a Lisa desnuda. Y no sé qué parte es.

-Lisa tiene sus tetitas en desarrollo, es normal que no se vean muy grandes y diferencias del resto del pecho. -Viendo que su hijo no entendía bien, y llevada por la excitación de la situación y ver su pene erecto en sus pantalones, se bajó el vestido mostrando sus enorme pechos. Bart no podía evitar la calentura, era demasiado. Se arrojó sobre las tetas de su madre y empezó a lamer lo primero que vio, los puntos colorados y puntiagudos.

-Es muy rico, mamá -decía, hambriento el chico.

-¡Bart, no puedes hacer esto, basta ya! -exclamó Marge, pero en ningún momento detuvo a su hijo más que con unos leves empujones sin intención.

-Es que saben rico mamá. Y tú querías enseñarme para que no aprendiera con putas y todo eso. La maestra dice que la teoría no es lo mismo que la práctica. Ñam, ñam -lamía el chico esta vez el otro pezón, poniendo los dedos sobre el que acaba de dejar para acariciarlos.

-Bueno, eso es cierto Bart, pero esto no está... no deberías tener problemas con Laura, no lo haces mal.

-Sí, supongo, no es tan difícil -diciendo esto, dio un pequeño mordisco a la teta de Marge, que hizo que ésta gimiera de placer -Pero el desafío es lo de abajo.

El chico bajó rápidamente antes que su madre reaccionara a lamer su clítoris. Se encontró con una concha totalmente empapada. Agresivamente lamió la rajita, como si fuera una paleta.

-¡Bart, basta! ¡Bart!... Debes... -el chico se detuvo, pensando que su madre iba a regañarlo, pero ella le sonrió ligeramente en vez- debes ser más suave, amor. Con delicadeza, lame con ternura, y cuando la mujer esté... ah... más excitada... ahhhhh, ahhh.... ahí debes aumentar la velocidad y... ¡Dios, así, más suave, pero rápido!... y ser más agresivo... ¡Eso, sí!

-Tiene un sabor delicioso, es una de las mejores cosas que he bebido...

-Qué bueno que te guste mi pequeñín especial, a mí me gusta también, y supongo que a tu vecina le encantará, tienes la lengua de tu padre... ahora, es el momento de que aumentes la velocidad, puedes usar los dedos también a este punto, acaricia, aprieta, y luego los.... ¡Qué rápido aprendes!... Luego los metes... ¡Así!

-Supongo que ni Jimbo ni Nelson tuvieron una buena maestra...

-Y eso que lo puta que es la mamá de Nel... ah... ahhhh... Bart, ¡Harás correr a tu madre, amor, sigue así! ¡Más, lame más, chúpalo más rápido! Me volveré loca, amor...

-Mamá, mis pantalones aprietan, déjame sacármelos...

-Está bien hijo, te tengo que enseñar otra cosa de todas formas, pero vuelve a lamer por favor... eso, ya estoy, ya estoy lista... ¡¡¡Me corro, ahhhhhhhhhhhhhh!!! -la madre empapó de jugos la cara de su hijito, quien rápidamente se sacó los shorts. Su pinga más empalmada que nunca, era la primera vez que su verga estaba libre y erecta al aire con una mujer, ya que con Lisa estaban ocultos entre las sábanas.

-Mamá ¿Qué ibas a enseñarme?

-En realidad nada, amor -respiraba agitada su madre por el fuerte orgasmo que tuvo, pero antes de que Bart se molestara le explicó -no me malentiendas, hijito. Si haces esto con Laura, y lames y besas de la misma forma, en este orden: labios, orejas, cuello (aquí usa harto tiempo), después las tetas y pezones, baja por la barriguita, sáltate la entrepierna (Eso es muy importante para que ella se moje más), ve a los muslos, las piernas, y luego sube nuevamente. Da unas cuantas vueltas alrededor de su vagina hasta que te suplique que la lamas y ahí, finalmente, haz lo que me mostraste tan... eficientemente. Eso es lo que tenía que enseñarte. Luego, será fácil, solo tienes que metérselo y moverte. Eso es más instintivo que algo que se enseñe.

-Está bien mamá, pero... -Bart señaló su enorme verga. Había guardado todo lo que su madre le dijo en el cerebro, pero no podría recordarlo hasta que la sangre volviera ahí.

-A eso iba amor. Solo que esto no se enseña. Solo se siente -diciendo esto, Marge se acercó a su hijo. En cuatro patas se agachó hasta tocar su nariz con la cabeza de su tremenda verga. -Estás muy bien equipado, hijito.

-Gracias mami, es que... ¡Ahhhhhhhh! -exclamó el mayor de los Simpson cuando su madre engulló el gran trozo de carne lleno de sangre, completo, hasta tocar su garganta. Luego de eso, sin esperar, empezó a mover la cabeza de adelante hacia atrás, haciendo que su hijo se revolcara de placer. Después de unos segundos, se salió.

-Aguantas bien hijo. Ahora, cuando quieras correrte (Y créeme que no pasará mucho tiempo) ¿Dónde quieres hacerlo? -decía Marge seductoramente mientras daba pequeños lametones al glande, sin dejar de mirar al chico.

-¿Dónde? Ah... ¿Cómo es eso? ¡Ahh sí...!

-Si quieres echarlo adentro de mi garganta para que me lo trague todo, o si quieres embarrarme la cara con tu leche, amor... -Marge ya estaba totalmente relajada hablando así con su hijo, volviendo a excitarse pensando que luego se desquitaría con su esposo.

-Oh... eh... qué difícil. Creo que quiero que te lo tragues.

-Tus deseos son órdenes, mi pequeñín. También hubiera sido mi elección. Bueno entonces, continuemos -diciendo esto, agarró el pene con una mano para pajearlo rápidamente, además de meterse nuevamente la verga de su hijo al interior de su garganta.

Pasaron dos o tres minutos así, la mamada de su madre era de expertas, pero Bart estaba decidido a aguantar un buen rato, hasta que ya no pudo más.

-¡¡¡Mamá, no puedo, es demasiado, me saleeee!!! -gritó el chico al tiempo que explotó en la boca de su propia madre. Ella se aferró a la verga como pudo sin salir disparada hacia atrás, y con facilidad, no derramó ninguna gota. Después de soltar a su hijo, quien cayó de espaldas, ella se puso encima de él, y abrió lascivamente la boca. Su lengua estaba blanca, cubierta de semen, que luego se tragó.

-Mmmhhh... Qué delicia Bart. Tu semen es tan delicioso como el de tu padre. Bueno, espero que hayas aprendido, esto no puede repetirse. Te enseñé varias cosas que tienes que desarrollar con muchas mujeres en tu vida, ¿de acuerdo, amor?

-Sí mami, lo haré con gusto -dijo mientras pensaba que su madre definitivamente sería una de esas mujeres.

Marge se fue con su esposo para desahogar sus nuevas ganas, y Bart empezó a planear cómo follarse a Laura.

El resultado de esto, véanlo en THE SIMPSON DARK STORIES 04. Mientras que en DARK STORIES 03, esperen a Lisa paralelamente aprendiendo como Bart.