The Nanny O Simplemente La Nana, Capítulo 1

Esta historia es una mezcla de fantasía y mi propia experiencia, se trata de un joven viudo con una pequeña hija que debe enfrentar la vida después del desastre que significa la viudez.

The  Nanny O Simplemente La Nana

Introducción:

Hola amigos, realmente no sé como narrarles mi historia, comenzaré con lo básico, me llamo Claudio, teniente de la marina, tengo 24 años y soy viudo,… si aún que parezca imposible, pero lo soy; gran parte de lo que les contaré, se debe a mi desgraciada situación que se produjo de un día para otro. En efecto, el gran amor de mi vida, la única mujer que conocí en todos los aspectos, mi novia desde los 18 años se fue al cielo, dejándome solo a la deriva, mi pena fue demoledora y aún hoy en día me es difícil aceptar su pérdida; todos mis proyectos con ella se esfumaron, dejándome como único consuelo la compañía más maravillosa del mundo, nuestra hija. Pero así como es un gran consuelo de mi trágica pérdida, es también un gran problema para mí; pues por mi profesión y mis actividades, no tengo como cuidarla, dicen que no hay mal que dure 100 años, como también dicen para todo hay remedio menos la muerte, pero mi pena era tan profunda que no veía camino de salida, pese a que por mi personalidad y preparación profesional, siempre he sido capaz de superar todos los entuertos por muy complejos que se presenten, por lo mismo, estoy dispuesto a superar mi pérdida, en especial si consideran que hay una personita que depende de mí.

Terminada mi presentación doy inicio a mi relato, el que espero les pueda servir como experiencia de vida. Como primer punto, les puedo decir que con mi amor llamada Begoña o Bego, éramos el uno para el otro, pese a que su familia era vasca y yo un simple castellano de Soria, siempre estuvimos en sintonía, desde que la conocí a la salida de una iglesia donde coincidimos un domingo cualquiera, al solo verla no resistí la tentación de hablar con ella. El no ser Vasco hizo que nunca fuera muy bien aceptado por mis suegros, pero esta barrera inicial la pudimos superar por mi perseverancia y el amor que nació entre los dos al corto tiempo de conocernos, no sé si fue amor a primera vista o no; para mí sí lo fue, pero para ella no lo tengo tan claro ya que siempre me dijo que yo no le caí en gracia al principio, en su primera impresión me encontró demasiado seguro de mí, e incluso algo vanidoso. Cuidándome de no parecer un acosador, no cejé en darme a conocer en su corazón, después de unos días, ella salía a mi encuentro y conversábamos horas y horas, ya sea en mis visitas a su casa o cuando la llamaba por teléfono desde el siguiente puerto de mis travesías largas travesías, esto último limitado por mis siempre escasos fondos. Volviendo a mis suegros, debo aclarar que pese a ser separatistas, creo que más de boca que de corazón, nunca me pusieron impedimentas o hicieron algún desprecio, incluso aún cuando yo notaba cierto resquemor, siempre nos apoyaron, especialmente el padre de Bego, que creo tenía más una posición más para satisfacer a su familia, que ser realmente separatista; en el fondo él era feliz en cualquier lugar de España donde estuviese con los suyos; así que todos participaron de nuestra felicidad, incluso cuando se espantaron al momento que les anunciamos nuestro compromiso y posterior matrimonio, en fin con mi amada fuimos muy felices.

Pero el aciago destino se presentó de improviso, sin poder hacer nada por evitarlo enviudé, quedé de un momento a otro con una hija prematura recién nacida, mi amor de toda la vida Begoña, murió un poco antes de terminar la cesárea de emergencia que le practicaron por el accidente automovilístico que sufrió cuando iba a control de rutina al hospital en su séptimo mes de embarazo. En efecto, un estúpido criminal que pasó por alto un disco pare, me dejó sin ella, asolado por la pena, casi destrozado anímicamente, es decir, muy pero muy triste, afortunadamente alcanzaron a salvar a mi bebé. Ella con solo 23 años se fue al cielo, pero yo y mi hija quedamos en la tierra, el mundo que había soñado se cayó a pedazos a mi alrededor, mi hija que es lo más valioso que ella me dejó, era también víctima del estúpido alcohólico que se pasó un alto en el camino, Begoñita como la llamé, pasó casi dos meses en el hospital, yo lejos de ella, nada podía hacer, no sé si por mis falencias como padre, o por mi trabajo.

Igual debo agradecer a la Marina que concurrió en mi ayuda, pese a que mi mando hizo todo lo que podía, mi drama no era menor, además doy gracias a mi familia que me apoyó en esos dos primeros meses, hasta que me entregaran a mi hija sana y salva. Pero esa etapa, solo fue la antesala de mi drama, pues con ella en mis brazos me di cuenta lo inútil que era para cuidarla, lo que aumentó mi pena y mi cargo de conciencia, el que ya me acompañaban permanentemente. Esa culpa que sentía creo que se debió que por un zarpe de rutina, no acompañe a control a Begoña ese fatídico día, con todo el dolor de mi corazón, hice lo único que podía hacer en ese momento, entreguar el cuidado de mi hija a otras manos; eso sí que no todo es tan malo, mi bebé ahora se encuentra a cargo de mi hermana en otra ciudad, podrán pensar que eso no es tan malo, pero verán que la solución no era sostenible en el tiempo, para mas remate, mi puerto base donde debo cumplir mis deberes, está a 150 kilómetros de ella, ya que actualmente estoy embarcado en un buque de combate que frecuentemente se hace a la mar para patrullaje contra la piratería, pesca ilegal, como también para entrenamiento avanzado, ¡las típicas rutinas navales!, por más alternativas que he buscado, no sé cómo podremos vivir yo y mi hija Begoña Maite sin su madre, mi ángel.

Como les comenté, creo que Begoñita está en las mejores manos posibles, ya que mi hermana médico de profesión y tiene una hija solos meses mayor que Begoñita, ella se hizo cargo mientras intento asimilar mi pena y veo que será de nosotros, pero sé que la situación no es sostenible en el tiempo ya que Eugenia mi hermana, sufre depresión postparto y apenas puede con su propia hija; más encima ahora debe lidiar con dos pequeñas, claro que mi madre la ayuda en lo que puede, pero mamá también debe cuidar a mi padre que tiene alzhéimer; sí, esa pérfida enfermedad, en cuanto a mis suegros son de mucha edad, ya que Begoña era la menor de siete hermanos, mis suegros decían en broma, que ella había sido la menopausia con piernas de mi suegra, por lo sorpresivo que fue su gestación y nacimiento.

Capítulo 1: Buscando una solución:

Pero como les dije nada es eterno y algo ocurrió un miércoles en la noche, cuando ya habían pasado algo más de cuatro meses de mi pérdida; ese día era uno como cualquier otro en mi pena y mi sufrir, esa congoja permanente que se manifestaba cada atardecer en soledad, era tal mi pena que no tenía ni ganas de cocinarme algo de cenar, en realidad no tenía ganas de nada, aún así tenía hambre, por lo que salí a comer al club de oficiales no muy lejano a mi casa, y me senté a la barra pidiendo unas tapas con una copa de vino, estaba sumergido en mis depresivos pensamientos, cuando en eso se sienta un antiguo jefe que me conocía desde la Escuela Naval, el me comenzó a conversar y a animar diciéndome que la vida siempre da oportunidades al que no se sienta a esperarlas y que el tiempo sana todo; como sea, eran casi las mismas frases de consuelo que mi familia y mis camaradas de armas, las que me repetían desde hace algo más de cuatro meses, hastiado de la misma monserga, le dije

  • Mi Comandante, la muerte de mi Begoña la puedo superar, pero ¿cómo puedo vivir con mi hija siendo marino?, ¿Cree que alguien se casará conmigo mañana o dentro de una semana?
  • Comandante: Nadie obviamente, pero siempre hay alternativas, familiares, Nanas...
  • Claudio: Mi hermana que tiene a mi hija a su vez tiene una propia y sufre depresión, vive a 150 kilómetros de aquí, mis otros parientes tiene sus propios problemas y pensar en una Nana, ¿de dónde puedo sacar una que se dedique solo a mi hija y se quede a su lado día y noche mientras navego por los próximos 25 años?
  • Comandante: Mire Claudio, se me acaba de ocurrir una idea que le puede ayudar a solucionar sus problemas.
  • Claudio: ¿En serio mi Comandante?, ¿cómo?, ¿hace milagros?
  • Comandante: No dude de este viejo lobo de mar “guardiamarina”, (apelándome con el grado del más novel de los oficiales, aún cuando yo soy teniente). El pensar con la mente fría abre nuevos horizontes, y lo que le diré, creo que puede ser una buena solución a su congoja.
  • Claudio; Ojalá, pues no he podido encontrar ninguna.
  • Comandante: Al decirme que no podía confiar en una persona que se desvele por su hija en forma permanente, pues su familia no puede, y una nana local siempre tendrá otras preocupaciones, ya sean familiares o de otra índole, me dio la luz para la solución.
  • Claudio: ¿Cual sería esa solución casi mágica?
  • Comandante: Ampliar su horizonte de búsqueda y seleccionar una persona que no tenga que atender a problemas de su familia o mundanos aquí.
  • Claudio: ¿De donde sacaré a alguien así?, no conozco ángeles en la tierra.
  • Comandante: De la ex Unión Soviética, allí hay desempleo y gente que busca nuevos horizontes, actualmente un compañero de colegio y muy buen amigo se desempeña en la embajada de Alemania y es concurrente a los países que se han independizado de los soviéticos.
  • Claudio: ¿Pero como encontraría a alguien que pueda cumplir con la tarea de cuidar de mi niña?
  • Comandante: Fácil, al igual que los que buscan novia en esos países, debemos definir los requisitos a cumplir, luego contactar a mi amigo, el ubica a la persona que cumpla los requisitos, usted compra pasajes para ella, puede usar el dinero de su seguro de vida militar, ya que le debe haber dado unos fondos para enfrentar su trágica pérdida y listo, ¡tiene una nana!
  • Claudio: ¿Usted cree que es así de fácil?
  • Comandante: Claro que sí, dígame los requisitos que usted cree necesarios y los anotaremos aquí en este vale del club; yo me encargo de hablar con mi amigo.
  • Claudio: ¿Realmente lo cree?
  • Comandante: Sí, muchas veces la primera idea es la mejor.
  • Claudio: Bueno los requisitos que creo necesarios serían:

  • Lo obvio, que sea mujer, no quiero un Cosaco como Nana.

  • Comandante: Claro, jajaja, son feos y huelen mal por los caballos, ¿qué más piensa?

  • Claudio:  Bueno…

  • Que tenga experiencia, o sea una mujer de unos 40 años.

  • Comandante: Bien siga, ¿Qué le parece que no tenga hijos pequeños, para que venga sola?

  • Claudio: Sí, eso…

  • Que sea madre pero que venga sola, sin hijos pequeños

  • ¡Ah!, que hable castellano

  • Comandante: Eso último no es muy fácil, ¿tal vez que hable Inglés?

  • Claudio: Tiene razón,

  • Deseable castellano, después inglés o alemán.

  • Comandante: ¿Alemán?

  • Claudio: Sí, mi mamá es alemana.
  • Comandante: ¿Usted también lo habla?
  • Claudio: Sí, pero el alemán no lo practico hace tiempo, solo a veces con mamá, cuando no quiere que los otros se enteren de algo.
  • Comandante: Veo que habla varios idiomas, eso es bueno. ¿Algo más?
  • Claudio: Aun que no lo crea

  • Que no sea muy bonita para que no la acosen los buitres.

  • Comandante: Jajajaja, ¿Cómo es eso? Jajaja.

  • Claudio: Está claro, si es muy bonita no va a faltar el marino que me la levante y como dije, yo la necesito por los próximos 25 años a lo menos.
  • Comandante: Tiene razón, mañana mismo llamo a mi amigo y camarada, yo sé que encontrará alguien con este perfil, deme sus datos de contacto y escriba una carta de invitación en castellano, inglés y alemán de ser posible

No quiero aburrirlos, pero en concreto mi ex jefe hizo lo que dijo que haría, mandé la carta a su amigo y por los siguientes 20 días me dediqué a sobrevivir sin mucha esperanza en la mágica solución. Me preguntaba ¿quién podría viajar miles de kilómetros a cuidar una cría que no es suya, en un país que hablan un idioma que no se parece en nada al propio?, yo pensaba que era una locura, por mientras mi hermana hacía de mamá sustituta, ayudada por una sobrina de mi cuñado que yo había conocido años atrás, cuando yo tenía 18 años y ella 11 años, la recordaba vagamente como una chiquitita de cabellos y ojos dorados como la miel. Pero no quiero desviarme del tema, como les dije antes, no hay mal que dure 100 años y la solución al parecer venía en camino, pues el Secretario Embajada amigo del Comandante de la solución mágica o sea mí ex jefe, me llamó:

  • ¿Teniente Claudio?
  • Claudio: Sí con él.
  • Secretario Embajada: Por fin lo encuentro.
  • Claudio: ¿Con quién?
  • Secretario Embajada: Con Carlos amigo de Julián
  • Claudio: Ah el amigo de mi Comandante Julián
  • Secretario Embajada: Sí, encontré a la candidata que necesita para el puesto de Nana, es una señora bielorusa que desea tomar el puesto, ella habla alemán, tiene dos hijas grandes que dejará en su país y está dispuesta a viajar para hacerse cargo de su niña.
  • Claudio: ¿En serio, encontró una candidata?
  • Secretario Embajada: Sí y ya conversé con ella, claro que habla ruso y el alemán es como su segunda lengua, pero creo que se da a entender bastante bien.
  • Claudio: Fantástico, ¿Cómo hacemos para traerla?
  • Secretario Embajada: Mire estoy haciendo los trámites a contar de este minuto, transfiéranme los dólares americanos a la cuenta que le daré, le compro el pasaje de ida, le envío a usted el de retorno y luego es problema suyo.
  • Claudio: Por supuesto, se los envío dentro de la mañana.

No lo podía creer, era la solución mágica que necesitaba, llamé a mi hermana y mi madre, les conté mis planes y ellas aún dudosas me dijeron que me apoyarían siempre y cuando aprobaran a la Nana, por lo que primero debía pasar una temporada con ellas, lo que no pude negarles, pues era algo razonable. Pronto me llegó una carta en alemán de Nadja Kuznetsova, en ella me explicaba sus deseos de una nueva vida y agradecía la oportunidad que le daba y que tenía por seguro que cuidaría muy bien de mi bebé, parece que el destino nuevamente me sonreía.

Restando un poco la importancia a  las promisorias noticias, continué con mi vida, dedicando el poco tiempo que tenía en las continuas visitas a mi Begoñita, fue en esa dinámica en la que me reencontré con la sobrina de mi hermana. Para que ustedes sepan, se llama Carla pero todos le dicen Kuky, como una pequeña galleta que es muy sabrosa, debo decir que le hacía honor a su apodo, era una preciosa chica de 17 años, próxima a los 18 años, un verdadero bombón sexy, bajita, diría de 1,63 metros, pero realmente bella, cabellos castaño claro, ojos entre café y verdes, se veían dorados como la miel, con un cuerpo que llama a la lujuria y todo ello acompañado de una simpatía desbordante. Comencé a pasar muchas horas con su compañía y de las dos bebés, pues mi hermana intentaba escapar de su depresión trabajando incansablemente en el hospital, por lo que el sostén de las bebés cada día era su sobrina, la que siempre que salía de clases o estaba libre, incluso los fines de semana, se dedicaba a las niñas, la chica tenía un gran instinto maternal.

Pese al poco tiempo pasado de mi pérdida, ahora solo cinco meses, debo reconocer que estar al lado de tan bella adolescente me ponía mucho, era una constante excitación pues ella de alguna forma que no tengo muy clara aún, me trataba como alguien especial, casi diría que me coqueteaba, yo era viudo pero no de acero y había pasado tiempo desde la última vez que había tenido sexo con Bego, ella me ponía más que nervioso, pero habían dos cosas que pensé antes de actuar. La primera era que Kuky es menor de edad hasta unos meses más; la segunda ella es sobrina de mi hermana y si causo algún lío, todos perdemos, partiendo por ella, luego por mi hermana, claramente yo y tal vez las dos bebés. Por lo tanto pese a tener la tentación tan cerca y ser muy bella, mi conducta con se mantuvo dentro de los cánones razonables de un pariente recientemente viudo, pero en más de alguna oportunidad sin saber cómo, me encontraba tomado de la mano de Kuky, ella claramente me coqueteaba y se sentía feliz teniéndome al pendiente, tuve que pensar en las consecuencias innumerables veces para no liarme con ella. Pese a la bella tentación, seguí con mi rutina normal; por otra parte la hermana de mi mejor amigo y compadre llamada Paula, me comenzó a llamar y visitar para que saliéramos a distraernos, ella es una chica de bandera, castaña casi rubia, de unos preciosos ojos verdes, una delantera digna del Real de Madrid y la mar de simpática, puedo decir que era un bálsamo para mi pena, nuestra amistad se había prolongado incluso tras mi matrimonio, haciéndose amiga de Begoña, ella incansablemente insistía que mi corazón era muy grande como para que no cupiese otro cariño. Desde que la conocí hace años, siempre la encontré atractiva, pero por mi amistad con su hermano y el que es camarada de muchas navegaciones, nunca quise liarme con ella, pero siempre pensé que no le era indiferente.

Antes de que Begoñita cumpliera los seis meses, el Secretario de la Embajada don Carlos me llamó, diciéndome que entregó a Nadja Kuznetsova el pasaje de ida, enviándome el de regreso por valija diplomática, asimismo me deseaba mucha suerte, agregando algo que me quedó dando vueltas en mi mente en las siguientes 24 horas previas a la llegada de la Nana Mágica, “me pareció mucho más joven de lo que dice su pasaporte”. Bueno, pensé finalmente, si se ve joven tendrá las energías para cuidar de Maite.

El día de la llegada, viajé al aeropuerto que queda cerca de la capital, además de la casa de mi familia, como salía de guardia de mi buque, fui de uniforme, cosa poco habitual en mí, sobre todo por las arrugas que se producen en viajes largos. Llegué a la terminal muy a tiempo, pues a los 15 minutos se anunciaba el arribo del vuelo que traía la solución mágica de mis problemas, claro que debía esperar el desembarco de las maletas y reconocer a la mujer en cuestión; se me ocurrió hacer un cartel con mi nombre y apellido, pues en la carta ella lo tenía, facilitando así el encuentro, ¡cuento corto!, pasaron los minutos y ella no aparecía, mi ansiedad crecía cada minuto más y más. Pasada algo así de media hora del arribo, comenzó a salir mucha gente de ese vuelo, pero nadie que se pareciera a una bielorusa de 40 años o que simplemente mirase mi cartel, claro que un par de chicas de unos 18 años se me acercaron para ver si me podían contratar en alguna otra oportunidad, ¿no sé en qué pensaban?. Como a los 45 minutos de aterrizado el vuelo y ya más que algo nervioso, se me acerca un agente de migración del aeropuerto y me dice:

  • ¿Usted es Claudio?
  • Claudio: Sí, era obvio, tenía un cartel con mi nombre.
  • Agente: Puede acompañarme
  • Claudio: ¿Pasa algo oficial?
  • Agente: Sí pero no tema, confío en que no sea nada grave
  • Claudio: ¿Cuál sería el problema?
  • Agente: Una discrepancia entre su carta de invitación a Nadja Kuznetsova y su pasaporte.
  • Claudio: ¿Discrepancia?, ¿Cuál sería esa discrepancia?, dije algo nervioso
  • Agente: Ya lo verá, tranquilo, no se asuste teniente.
  • Claudio: Muy bien, pero no me asusto fácilmente (casi moría de miedo).
  • Agente: Muy bien, vamos.

Seguí al oficial por un largo trecho y puertas vedadas para el público general, deteniéndonos ante una puerta de las oficinas de migración, el ingresó seguido por mí; cuando apenas yo entraba a un saloncito con un escritorio y tres sillas, miré hacia donde estaba sentada una agente de inmigración con una chica muy joven; no sé cómo calificarla, decir linda es poco, era lindísima, rubia de unos ojos tipo eslavos de un verde inigualable, a la que se le adivinaban unas curvas la mar de atractivas, era una chica de ensueños.

  • Agente: Le presento a Nadja Sokolova, que trae la carta de Nadja Kuznetsova, y por lo poco que le podemos entender, es hija de la invitada por su carta.
  • Claudio: Hola Nadja atiné a decirle en alemán,
  • Nadja: Hola señor Claudio contestó en el mismo idioma, con los ojos llorosos.
  • Claudio: Oficial, entendiendo que ella no es la realmente invitada.
  • Agente: Así parece, pero como no habla inglés y nosotros solo algo de alemán y para nada ruso, no pudimos aclarar el punto, por lo que lo fuimos a buscarlo para aclarar esto. Si usted la avala, la dejaremos ingresar al país, de otra forma será retornada.
  • Claudio: Nadja, me puedes explicar lo que sucede aquí, le dije en mi algo olvidado alemán, mientras mi corazón latía debocado ante su bella presencia.
  • Nadja: Yo vengo en reemplazo de mi madre, pues ella me envió para que yo no cayera en manos de la “Rússkaya Máfiya”, que me acosaba casi todos los días, dijo algo avergonzada.
  • Claudio: Agente, su madre la envió para escapar de “Rússkaya Máfiya”, lo que no sé que es.
  • Agente: Mafia Rusa, ellos buscan atrapar en sus redes chicas lindas como ella para prostituirlas o venderlas.
  • Claudio: ¿En serio?
  • Agente: Es bastante común, pero como usted se contactó con su madre y llegó ella, pienso que puede serle útil para lo que fue invitada según su carta.
  • Claudio: Ella no es lo que esperaba, pero….
  • Agente: No sé cuáles son sus planes teniente o como llegó ella aquí, pero debe tomar una decisión al respecto...
  • Claudio: Contacté a su madre por medio de nuestra embajada en Alemania y los planes eran que su madre cuidara de mi hija que es solo un bebé, ya que soy viudo.
  • Agente: La cosa es simple, ¿mantiene la invitación?
  • Claudio: Nadja, cuidaras de mi hija que solo es una bebé.
  • Nadja: Sí, por eso vine, contestó nerviosa.
  • Claudio: Pero te necesito por los próximos 25 años, jejeje, dije intentando aliviar su tensión.
  • Nadja: Si me trata bien, por mi no hay problema, jejejaje
  • Agente: Jajaja, ¡No se de que se ríen!... ¿pero la acepta?
  • Claudio: Me quedo con ella, sí, jajaja.
  • Agente: Que tenga suerte teniente, me dijo y volteo hacia la chica y le pasa su pasaporte luego de timbrarlo, bienvenida al país Nadja.

Recogimos el equipaje de la chica, tres maletas grandes y un bolso de mano, ¡como pesaban!, dirigiéndonos a la salida, afuera ya asaltaba el calor en nuestra cálida primavera, Nadja con sus mejilla rojas se sacó su chaqueta y dejó ver por qué la mafia rusa la quería, no solo era bella, era escultural, tal vez quedaría mejor la definición de una diosa voluptuosa, tenía todo lo que tenía que tener, ¡lo tenía y algo más!, era preciosa y si a eso agregamos que con su a lo menos 1,75 metros, sus abundantes atributos no le quedaban nada de mal, yo estaba entre sorprendido y prendado de tanta belleza, y tal vez algo excitado, pues mi amiguito ya se encontraba algo más grande de lo correcto, pero por otro lado, temía que no fuese a funcionar esta relación inesperada, si su madre hubiese llegado en vez de ella, ya era complicado, la joven Nadja me parecía un riesgo aumentado, así que sabiendo como era mi madre y lo que me esperaba en su casa, una vez en el auto comencé con mi interrogatorio para ir preparado ante la bella sorpresa:

  • Claudio: ¿Nadja, que edad tienes y cuáles son tus estudios?
  • Nadja: Tengo 19 años, estoy por cumplir los 20 y estaba en segundo año de enfermería en la universidad estatal
  • Claudio: Supongo que soltera sin hijos…
  • Nadja: Sin hijos y sin novio, si le preocupa el que haya dejado alguien atrás, solo quedaron mi madre y mi hermana menor de 16 años, la que espero traer cuando tenga dinero suficiente.
  • Claudio: Tendrás que ahorrar casi todo tu sueldo, pues el viaje es largo y caro, dije pensando que ella no cumplía la mayoría de mis requisitos.
  • Nadja: Lo largo lo sé y lo caro lo suponía.
  • Claudio: Por último, sabes algo de bebés.
  • Nadja: Además de cuidar a un sobrino hijo de mi hermano mayor, cuando salía con su esposa, uno de los ramos que se imparten en la universidad es “Kinderbetreuung”
  • Claudio: ¿Qué?
  • Nadja: Mmm creo que es “children care” dijo en inglés.
  • Claudio: Hablas algo de inglés o castellano.
  • Nadja: Niet….

Conversamos mucho de su vida y sobre la persecución y acoso de losmafiosos, como también de lo que yo quería que fuese su vida con mi bebé, claro que no podía dejar de contemplarla en especial su bella mirada y su privilegiado físico, dadas mis preferencias, mis ojos no podían evitar desviarse al canalillo de su busto, debo reiterar que era muy bella, creo que increíblemente bella, pese a que el viaje la tenía cansada, sin maquillaje y sudada, me tenía embrujado con todo su ser, pero asimismo, pensaba que la única forma de que me podría tentar con ella es que se bañara primero. ¿Les mencioné que Nadja era bella, pero muy bella?,.... mientras me dirigía a casa de mamá comenzaron a bajar mis temores, al igual que cuando llegué con Begoña a casa de mamá por primera vez como novia oficial, podrán pensar que soy ridículamente estúpido, pero era como me sentía. Finalmente llegué con el bombón bieloruso a casa de mamá, ella me saludo con mucho afecto pues siempre lo hace, pero al mismo tiempo al ver a la Nana, puso su clásica mirada de reproche cuando algo no le gustaba

  • Mamá: ¿Es la niñera o tu nueva novia?
  • Claudio: Es la niñera mamá, ella cuidará a Begoñita, se llama Nadja y habla alemán, lo último lo dije para avalar mi decisión.
  • Mamá: Hola linda, bienvenida al país, pasa y ponte cómoda en ese asiento.
  • Nadja: Gracias….Frau….
  • Mamá: Frau Berta
  • Mamá: La traes para cuidar a Bego o para cuidarla tú a ella. Esta mocosa no tiene más de 20 años.
  • Claudio: Es cierto tiene 19, pero estudió dos años de enfermería en la universidad y cuidó sobrinos pequeños, así que algo sabe.
  • Mamá: Veremos cómo se porta, por lo pronto se quedará conmigo y la bebé para ver si es capaz de cuidar a mi nieta.
  • Claudio: Como tu digas mamá, contesté casi aterrado.
  • Mamá: Bien Nadja, te quedarás conmigo y la bebé por un tiempo, hasta que yo esté segura de que serás capaz de cuidarla bien.
  • Nadja: Gracias señora, pondré todo mi empeño en hacerlo, no tenga cuidado.
  • Mamá: Eso lo veremos, por lo pronto te instalarás en la antigua habitación de mi hija, que ahora la tenemos habilitada para Bego.
  • Nadja: ¿La Bebé se llama Bego o Begoñita?, preguntó en palabras casi inentendibles.
  • Mamá: Jajaja, se llama Begoña, mi hijo la llama Begoñita y yo la llamo Bego, llámala Bego, te será más fácil…Jajaja..
  • Nadja: Será Bego para mí.
  • Mamá: Creo que necesitas un baño urgente y adaptarte al clima local, vamos a tu cuarto antes de que almorcemos algo.

Bueno, se duchó, salió vestida con algo más liviano, consistente en una blusa algo escotada y una falda corta muy bien combinada, se veía divina, tenía unas piernas preciosas, le sonreí y ella me correspondió, casi me derretí, luego nos sentamos a almorzar, no podía dejar de mirarla, su embrujo me tenía cautivo, ni siquiera Begoña cuando la conocí me había causado tal efecto, al parecer mamá se dio cuenta de algo, al principio me miraba como enfadada, pero a la hora del postre comenzó a reírse, yo no sabía de qué, la conversación o mejor dicho interrogatorio de mamá finalizó y cambió a su castellano aún con fuerte acento alemán:

  • Mamá: Jajaja, la vas a gastar de tanto mirarla, jajaja.
  • Claudio: ¡¿ Mamá, que dices?¡
  • Mamá: Lo que veo, casi te la comes con la mirada, jajaja.
  • Claudio: Bueno,… la miro como te miro a ti.
  • Mamá: No, a mi me podrás mirar con afecto, al igual que a tu hija, pero a ella la miras diferente, yo diría que la miras como mirabas a Begoña cuando llegaste con ella vez por primera a esta casa, jajaja.
  • Claudio: Mamá como puedes decir eso…
  • Nadja: ¿Pasa algo con Bego? Preguntó al no entender lo que hablábamos.
  • Mamá: No, solo con el padre de la criatura, no te preocupes, jejeje.

Mi regreso a mi puerto base o sea a mi casa fue triste, pero lo más preocupante es que mamá vio algo que según yo no era cierto, ¿cómo podía comparar a Nadja con Begoña?, ¡si recién la acababa de conocer! A media semana, se presentó Paula a mi puerta, obviamente la dejé entrar, conversamos de todo y nada en especial, pensé que venía por saber más de mi Nana Mágica, le conté lo sucedido, se rió de buenas ganas, me advirtió que no me tentara, luego cambió de tema y me dijo que me presentaría una amiga de su instituto profesional de idiomas que era muy maja y que ella sería perfecta para mi, le pregunté ¿por qué pensaba así?, ya que no existía mujer más perfecta para mí que mi adorada Begoña, cuando mencioné eso, la imagen de Nadja surgió como un destello en la oscuridad de mi pena; Paula me miró y me dijo que eso era mentira, pero no quería pelear conmigo por mi tozudez, comencé a pensar que podía tener razón.

Se quedó a cenar, que puedo decir, ella cocinó, aún cuando en su casa no es capaz de hacer huevos fritos, la cena no le quedó nada de mal. No sé si era mucho tiempo pasado sin tener sexo o el vino que tomamos con los platos, pero ella cada instante se veía más atractiva y la notaba más coqueta, luego del postre, una simple fruta, nos sentamos en el sofá a tomar un licor digestivo que le invité; ella se acercó a mí, recostando su cabeza en mi hombro y tomando mi brazo, yo la miré y la vi con una visión que no había tenido de ella desde que la vi por primera vez hace muchos años, la encontré tan irresistible que la besé tiernamente, ella respondió a mi beso incursionando con su lengua en mi boca, yo respondí cerrando mis ojos, trabando un singular combate de besos, luego me giré y la abracé, acariciando sus curvas; rápidamente nos trenzamos en un caluroso morreo, mi corazón se agitaba más y más, mi verga adquirió una dimensiones casi colosales, no es que yo sea demasiado bien dotado, pues será de unos 20 centímetros que para mis casi 1,9 metros de altura me parece razonablemente proporcionada, pero así de excitado me sentía. Comencé a amasarle las tetas por sobre su blusa y sujetador; por fin tenía aquellas mamas con las que más de alguna vez había soñado y pajeado, pero que nunca había querido libar por mi amistad con su hermano; ella comenzó a sobar mi confinado amiguito, suspirando con la misma pasión que yo le acariciaba, Paula liberó luego lo liberó y de un solo bocado comenzó a mamarme, de pronto llegué a la luna y las estrellas, pero mi calentura se mezclaba con pensamientos de mi recordada Begoña, por lo que ahora estaba sintiéndome entre culpable y excitado, pero mis contenidas hormonas pudieron más y me dejé llevar por ese regalo del cielo que caía a la tierra, después de casi siete meses de soledad, pensaran que es poco tiempo de soledad espiritual, pero mucho de soledad física.

Con mi calentura a tope, en el silencio de mi sala liberé a Paula de su blusa y de su sujetador, dejando expuestos los exquisitos manjares que yo me había negado desde que la conocí, mientras ella continuaba con la mamaba yo las acariciaba, eran pesadas, mucho más que Begoña, tal vez comparables con las de Nadja, ¿¡esa chica no saldrá nunca más de mi mente!?, pensé. Ahora mi culpabilidad me perseguía más allá de mi pasado con Begoña, de pronto surgía un nuevo personaje que solo había conocido por menos de 12 horas, ¿Cómo podía ser, si no la conozco?, pero mi necesidad de sexo me inducía a seguir y desatender las razones y pensamientos culposos,…. ya notaba los pezones de Paula duros como garbanzos y que mi placer estaba a punto de desbordarse.

  • Paula corazón, si sigues me voy a correr.
  • Paula: Mmmm córrete, dale…mmm
  • Claudio: Pero no es correcto, ah…ah.
  • Paula: Tranquilo…mmmm... córrete…mmm.
  • Claudio: Me...me corro, Paula me corrooo, ah...ah

Así me corrí en su boca, no sé cuantas erupciones de mi leche descargué en su boca, pero fueron varias, ella se levantó y me miró a mis ojos, se tragó toda mi leche, me besó; por primera vez en mi vida sentí el sabor a semen, o sea de mi propia leche, debo reconocer que la encontré asquerosa pero al mismo tiempo excitante, no podía creer que mi amiga de tanto tiempo me mamara mi verga. Ella se separó de mí y se guardó las tetas, para luego decirme:

  • Paula: ¿Te gustó?...¿Más aliviado?
  • Claudio: Sí y sí….pero no me esperaba esto.
  • Paula: Yo tampoco, pero estuvo bueno, nunca había tenido una tan grande en la boca, estás bastante bien dotado, claro que no tengo mucha experiencia, solo he tenido dos novios y nada más.
  • Claudio: Eh….no sabía si estaba bien dotado, aún cuando lo sospechaba dije avergonzado.
  • Paula: Ya no lo sospeches, es una certeza, jajaja
  • Claudio: ¿Pero que fue esto?, pregunté con la culpa viva.
  • Paula: Un regalo de tu amiga, si quieres más podemos hacerlo…
  • Claudio: Gracias por el regalo, pero aún cuando deseo continuar, me siento tan culpable, es como si engañara a Begoña, dije sin pensando también en Nadja.
  • Paula: Tranquilo, no la has engañado, ahora estás solo y tienes tus necesidades corpóreas, tu amor no han cambiado. En todo caso mi oferta no tiene fecha de vencimiento y aún así te presentaré a mi amiga.
  • Claudio: ¿Por qué quieres tanto presentarme a tu amiga?, es un caso perdido o algo así…
  • Paula: Ella es una belleza que está algo acomplejada de sus atributos y conociéndote como te conozco, creo que es la indicada para ti.
  • Claudio: ¿Por qué piensas eso?, ¿es tetona acaso?
  • Paula: Jajaja…veo que te conozco muy bien, jajaja…efectivamente es tetona, incluso más que yo.
  • Claudio: Sí, está claro que me conoces, pero creo que aún es prematuro…
  • Paula: Nadie te pide que te cases con ella, solo conócela y sale con ella, te aseguro que lo pasaras muy bien.
  • Claudio: Está bien, saldré con ella si me la presentas.

El resto de la semana fue de lo más normal, salimos a navegar para validar el sistema de tiro del buque, los dos días de calibraciones y disparos de artillería salieron muy bien, pero en las horas de guardia, especialmente las nocturnas, no dejaba de pensar en Begoña y no puedo negar que también en Nadja, a la última no la podía sacar de mi cabeza, creo que estoy volviéndome loco. Llegando a puerto no pude bajar del buque hasta el domingo en la mañana, pues estaba de guardia, salí algo cansado pero me quedaba todo el resto del día para descansar. Llegando a mi piso, encontré un mensaje de Paula invitándome a almorzar a su casa, pues sabía por su hermano que yo llegaba recién ese día y hora a casa, la llamé y me confirmó la invitación. Al medio día me presenté a su puerta y estaba en pleno casi toda su familia, entre ellos mi amigo y compadre con su hijo, mi pequeño ahijado de solo un año tres meses, todo era cariño y alegría, que se prolongó hasta la tarde, a eso de las 17:00 horas, Paula me invitó a pasear por la playa y tomar un helado; que puedo decir, la vainilla me enloquece y acepté, nos despedimos de todos y salimos, la primera etapa de nuestro paseo fue de lo más inocente, pero en algún momento sin saber cómo, ella me tomó de la mano y me dijo:

  • Paula: Claudio, ya tengo invitada a mi amiga para el próximo fin de semana, puede ser en la ciudad de tus padres, así puedes combinar lo útil con lo más agradable, conocerla a ella y ver a tu bebita.
  • Claudio: Gracias….no sé qué decir….pero gracias.
  • Paula: No digas nada, vamos a tu casa y me lo agrades ahí……
  • Claudio: Pero…
  • Paula: ¡Nada de peros!, tú necesitas relajarte y yo también, así los dos felices.
  • Claudio: ¿Estás segura de todo esto?
  • Paula: Que sí hombre, vamos que somos amigos con ventajas.

No tardamos mucho en llegar a mi casa, yo pese a mis sentimientos de culpa, deseaba a Paula, era una belleza difícil de rechazar, pero a cada instante la sentía más como una hermana o amiga que como una amante o novia, en fin, ella desde la entrada demostró su pasión y calentura, yo casi diría que me dejaba hacer, recorríamos nuestros cuerpos con pasionales caricias, donde podía sentir sus formas femeninas por sobre la ropa, pero pese a la lujuriosa entrada no dejaba de pensar en Begoña y…..nuevamente en Nadja, no entendía ¿por qué maldita razón ella se seguía inmiscuyendo en mis pensamientos?, ¡si solo la había visto unas pocas horas! y a Paula casi la mitad de mi vida, en fin tuve sexo con Paula por primera vez en mi vida, debo confesar que no soy ni un sátiro ni un actor porno, pero si tengo mis truquitos que aprendimos con  Begoña, comencé a desnudarla con la misma velocidad que ella hacía lo propio conmigo, nuevamente sus hermosas y grandes tetas desataron mi calentura por lo que una vez libres las comencé a comer frenéticamente, que lindas areolas y enhiestos pezones se gasta Paula, la sentía disfrutar de cada chupada o lamida, comenzó a pajearme al compas de sus gemidos y suspiros, aún de pie cerca de la entrada, le separé las piernas y bajé mi cabeza a comerle su coñito, el cual descubrí que lo tenía muy bien cuidado, me recordó el bigotito de Chaplin, me reí, pero no quise hacer ningún comentario a pesar que me preguntó.

  • Paula: ¿De qué te ríes?
  • Claudio: De lo lindo que es comer coñito, jejeje
  • Paula: Mmmm…¿te gusta como está?...ahh…mmm
  • Claudio: Me encanta….está deliciosos, mmmmffff.
  • Paula: Dale amor…mmm…así mmmmás….ah ah ah ah

Paula estaba en las nubes, casi no podía hablar, mi comida la tenía loca, tanto que tomó mi cabeza y me obligó a levantarme, arrastrándome a mi cuarto, donde me continué dándole besitos en el cuello mientras mis manos dibujaban su silueta con inusitada pasión, ella me acariciaba con desesperación y me decía cuanto quería que se la metiera, en especial después de que le comiera el coño, me daba vergüenza sus alabanzas, tanto que pensé que estaba algo loca por que le gustaban todas mis caricias:

  • Paula: Ensártame, dame duro, devórame toda, mmmm ahh gimió al ser penetrada por mí.
  • Claudio: ¿Te gusta Paula?, ¿te gusta que te la meta toda, toda?, le decía mientras la cabalgaba y le tomaba sus grandes tetas que sobaba con pasión.
  • Paula: Sí mi amor, me llenas como nadie lo ha hecho jamás, mmm, sí dale mm sí.
  • Claudio: Paula tienes las tetas más increíbles que he visto en mi vida y el coñito delicioso me atreví a decir
  • Paula: Gracias mmm ah,  cómelas son tuyas, toma mis tetas con las dos manos, acarícialas, amásalas y estrújalas, me decía con una voz que denotaba una calentura extrema. Chúpame los pezones, acarícialos con tu lengua…que rico, no pares, no sabes cuánto deseaba que me hicieras feliz.
  • Claudio: ¿Te gusta mi verga?, le pregunté una vez más.
  • Paula: Mmmm…Si está muy buena, no he dejado de pensar en ella desde que te la mamé, quiero que me la metas siempre.

Seguimos dándole duro sobre la cama, ella abría sus piernas más y más, para que mis estocadas fuesen lo más profundas posibles, tomé sus pantorrillas para facilitarle la tarea. Ahora la podía ver desde lo alto; su cara y mirada afiebrada, llena de deseo, su respiración agitada y la oscilación de sus grandes tetas con cada embestida que le daba, era un cuadro que me calentaba mucho. Seguimos así un buen rato hasta que ella lanzó un grito que anunciaba su corrida, no alcancé anotarlo antes, pero junto a él, sentí su vagina convulsionando de placer alrededor de mi verga y como una seguidilla de contracciones espasmódicas la estrujaban.

  • Paula: Ah, me destrozaste, que corrida me has dado cabrón….fue maravillosa
  • Claudio: ¿En serio te gustó?
  • Paula: Sí, me encantó, pero tú no te corriste….
  • Claudio: No es problema Paulita…
  • Paula: Pero quiero verte feliz, trae tu maravilla para acá dijo tomando mi verga y echándosela a la boca
  • Claudio: Ahh, calma, chúpame despacio que me encantan tus labios en ella;…así, mantenla siempre húmeda y yo haré lo mismo con tu conchita.
  • Paula: Mmmmm cochino quieres un 69, ¿Dónde aprendiste eso?
  • Claudio: Con mi Begoña, dije avergonzado.
  • Paula: Bien, vamos dijo sin dejar de tener mi verga en sus manos

Comencé a pasar mi lengua con suavidad por su coño, torturándole con esmero su clítoris, le lamía todo su depilado y cuidado Monte de Venus que se notaba hirviendo por mis caricias, al ver el bigotito tipo Hitler, no pude dejar de sonreír. Amasaba sus tetas y perillaba sus pezones con pasión, ella gemía e intentaba mamar mi verga, pese a su reciente corrida, intentaba complacerme, pero su sensibilidad aumentada le impedía hacer un buen trabajo, pero con gran persistencia siempre volvía a la carga, jadeaba con fuerza intentando tomar aire cada vez más rápido, lo que junto con sus gemidos me anunciaba una nueva e inminente corrida, de pronto comenzó a gritarme en forma desenfrenada:

  • Paula: ¡Métemela, me coorroo…métemela por piedad, me coorrooo!!!!!
  • Claudio: No tan alto, que los vecinos nos puede escuchar.
  • Paula: Que nos escuchen, ah….ahhh .
  • Claudio: Shhiito, le dije tapándole la boca.
  • Paula: Mmmm ¡ayyy!.... ¡me corro….me corrooo!!!

Paula, mi caliente amiga tuvo una nueva y bestial corrida y yo aún no, creo que los nervios y sentimientos de culpa jugaban en mi contra, ella quedó tan agotada que se derrumbó sobre mí, sin dejar de tener mi verga en su mano. Estuvimos un buen rato con caricias esperando que se recuperara, alargando los juegos previos hasta estar seguro que el nuevo asalto fuese inolvidable, finalmente me exigió que la penetrara, abriendo las piernas dejando vía libre a mi verga para que asaltara su divertido coño, me puse frente a ella y comencé a penetrarla suave pero continuamente, estaba en eso cuando sonó mi teléfono, pocos tiene el número, no resistí el impulso de contestar pese a la mirada de reprobación de Paula.

  • Claudio: Hola,¿ con quién?, dije sin dejar de penetrar a mi amiga con ventajas
  • Madre de Paula: Hola Claudito, ¿que sabes de Paula?
  • Claudio: Doña Raquel, la dejé en la heladería con una amiga, me imagino que no tardará en regresar.
  • Madre de Paula: Te noto algo agitado….
  • Claudio: Estaba haciendo ejercicio….
  • Madre de Paula: Bien disfrútalo y pásalo bien, no nos olvides.
  • Claudio: No, los olvidaré, adiós.

El morbo que sentí hizo que profundizara mis estocadas mientras pensaba que a la que penetraba a Paula frente a su madre, y ella nos miraba con deleite, nunca me había sentido más guarro, ahora deseaba llegar hasta mis cojones deseando algo que veía imposible, la realidad era que solo estaba la maravillosa conchita de Paula.

  • Claudio: ¿Estás bien? le pregunté a mientras pensaba en la madre de mi amigo
  • Paula: Si está muy bueno, siiigueee me contestó en voz baja esta vez.

Continué con el mete saca mientras la besaba e intercambiamos nuestras lenguas, sentía como sus trémulas carnes vibraban, tal como lo hace un volcán previo a una erupción, me recosté sobre ella y sentí sus tetas duras contra mi pecho, yo quería meterme dentro de su piel para sentir esa energía encerrada a punto de estallar, se estremecía en cada acometida, me volvía loco, solo deseaba ser parte de ella, quería ser parte de ¿Nadja?....pero que locura, cerré mis ojos y la imaginé a ella, pronto siento un naciente estremecimiento que anunciaba mi corrida, la imagen de Nadja de algún modo hizo que liberara todo, me corrí como un condenado, como nunca lo había hecho,

  • Paula: Fue maravillosos me dijo entre suspiros y gemidos apagados ¡eres una fiera!
  • Claudio: Para mí también, eres fantástica.

Nos quedamos abrazados intentando reponernos, luego de un rato en silencio reiniciamos unas suaves caricias que nos fue encendiendo progresivamente, comencé a recorrer su cuerpo con mi boca, besando y lamiendo toda su exuberante voluptuosidad, le besé y lamí su exquisito culo, su Monte de Venus abultado por la calentura, sus pechos coronados por unos hermosos pezones sonrosados, su cara sus ojos…. toda ella. Paula por su parte me acarició con ternura, intentó nuevamente mamarme la verga, despertándola de su letargo, se puso sobre mí y se la metió con presteza en su coño ayudada por una de sus manos, durante todo el trayecto hacia su interior, me miró a los ojos:

  • Paula: ¿En que pensabas mientras hablabas con mamá so degenerado?
  • Claudio: No lo sé, me lo voy a preguntar, fue mi respuesta acompañada de una risita medio burlesca.
  • Paula: Espero que no te imaginaras tirándotela a ella, que ya tiene sus años.
  • Claudio: No, que va, solo que me hubiese gustado ver su cara mientras te ensarto.
  • Paula: Eres más guarro de lo que imaginé alguna vez.

Comenzó a cabalgarme con fiereza mientras yo aprovechaba de alternar mis caricias de entre sus tetas y culo, que placer era poseer ese cuerpo llamado a provocar las pasiones de los hombres, cada uno de sus poros exudaba lujuria, era ver a la diosa Afrodita personificada en Paula. Me cabalgó a su propio placer anunciando al poco andar que se corría cayendo laxa sobre mí, sin darme la oportunidad de correrme nuevamente, por lo que la tendí nuevamente a mi lado, comencé a pajearme para correrme sobre sus tetas.

  • Paula: ¿Qué haces cochino?
  • Claudio: Me voy a correr sobre tus tetas ya que no me dejaste correrme contigo
  • Paula: No fue mi intención pero si ese es el castigo estoy dispuesta a recibirlo… ¿no sería mejor en mi boca?
  • Claudio: ¿Estás segura?
  • Paula: Sí, no le hago asco a la leche de mi macho.
  • Claudio: ¡Vaya con la zorrita! Le dije instantes antes de correrme.
  • Paula: Tu zorrita, alcanzó a decir antes de que le callera mi leche en su cara y boca

Pasado un rato, ya recuperado de la última corrida, no sé por qué motivo me enfurecí, tal vez fue el silencio entre los dos y mi crudo análisis del comportamiento de Paula y el mío lo ocasionaron, por lo que la levanté y colocándola al borde de de la cama en cuatro patas, con su culo apuntado hacia afuera, me paré a la orilla le ensalivé su orto metiéndole mi verga sin miramientos, le dolió, pero no protestó. Lo hice casi a modo de venganza, comencé a cabalgarla para mi placer, nunca lo había hecho así, aún cuando creo que a Paula le gustó todo, pues ella gritaba:

  • Paula: Que rico, dame más …rápido, dame más rápido
  • Claudio: Si Paula lo que tú quieras, te partiré el culo, que culo te gastas, le decía cada vez más caliente por el sensual compás de mi pelvis golpeando su magnífica cola.
  • Paula: Mi amor sigue…- sigue que me corro- dale fuerte, me decía mientras se “dedeaba” el clítoris con una mano, mientas yo la ensartaba.
  • Claudio: Te voy a dar hasta que te rompa tu culito.
  • Paula: Me corro corazón, me corro… repetía, lo que me hizo estallar en un nuevo orgasmo derramando mi leche en el delicioso orto, quedando finalmente sin fuerzas.

Luego de este último encuentro nos fuimos a duchar juntos, yo guiaba a mi zorrita, perdón mi amiga con ventajas, al baño sin parar de acariciarnos, como para aprendernos de memoria nuestros cuerpos, fue en ese momento que le recordé a su madre preocupada:

  • Claudio: ¡Paula, tu mamá!
  • Paula: Ay eres un aguafiestas,….no te preocupes, le diré que me encontré con Lucía y tomamos helados, ella nos cubrirá,  o sea a mí.
  • Claudio: Paula me encantó esto, pero quiero dejarte claro que solo somos amigos con ventajas o como lo quieras calificar tú.
  • Paula: ¿Por qué dices eso?
  • Claudio: Porque aún tengo los recuerdos de Begoña muy vívidos y en este momento no quisiera compararte con ella.
  • Paula: No hay problema, lo entiendo y nadie se puede comparar a ella, pese a que yo soy muy ardiente y bella, dijo entre avergonzada y vanidosa.

Está de más decir que ella se vistió rápidamente para no dejar en evidencia de nuestra extraña relación, además antes de salir llamó a su amiga Lucia, para que yo también la escuchara como cubrían los rastros de nuestro encuentro ante su familia, nos despedimos como amigos. Al quedar solo, mi pena resurgió con fuerza y me puse a llorar, me sentía como una alimaña rastrera por haber caído en la tentación de tener sexo con Paula, dejando mi luto de lado por aliviar mis más bajas pasiones. Estaba tan acongojado que llamé a mamá por primera vez en varios días:

  • Mamá: ¿Hola con quién?
  • Claudio: Hola mamá, soy yo.
  • Mamá: ¿Mi amor, como has estado, como te fue en tu navegación?
  • Claudio: Bien mamá, ¿Cómo está Begoñita?
  • Mamá: Muy bien, tu chiquilla la cuida muy bien.
  • Claudio: Ay mamá, ¿no te referirás así a Nadja?
  • Mamá: ¡¿Por qué no?!, tú la trajiste y es una chiquilla.
  • Claudio: Sí mamá, la traje pero no es mía y si bien es joven, no es una chiquilla.
  • Mamá: Como todo es relativo, para mí es una chiquilla.
  • Claudio: Bueno mamá, ¿cómo se comporta mi chiquilla?
  • Mira Claudito: “Corazón chico” (así me dice cuando está de buenas), debo decir que es un encanto de chiquilla, claro que no entiende un palote de castellano, dos o tres palabras de inglés, por lo que tenemos que salir juntas a todos lados, pero le estoy enseñando.
  • Claudio: Eso es muy bueno, así sales y socializas…dije buscando el lado positivo
  • Mamá: Sí claro, pero tengo un problema con tu padre y ella.
  • Claudio: ¿Cuál pregunté angustiado?
  • Mamá: Jajaja, te asustaste… bueno tu padre se volvió chiquillo y la persigue como me perseguía a mí en su juventud, jajaja….ni a su enfermera la perseguía tanto cuando llegó.
  • Claudio: Jajaja….gracias a Dios que camina lento….¿si no?
  • Mamá: Sí…Jajaja. La única que sufre es la pobre Nadja que debe pasar lejos de tu padre para no sufrir un piñizco en su culo, jajaja.
  • Claudio: Mamá esas palabra al hablar con tu “Corazón Chico”
  • Mamá: ¿Qué tienen?, tu chiquilla tiene un lindo culo, lo digo por lo que piensa tu papá y creo que tu también, jajaja
  • Claudio: Bueno mamá, ella es linda, pero a mí me interesa si se adapta bien.
  • Mamá: Creo que sí, pero pregúntale tu mismo, te la paso..¡Nadja!!
  • Claudio: Mamá,… hola…estás ahí.
  • Nadja: Hola, no soy yo, Nadja.
  • Claudio: Hola corazón le dije,….perdón, hola Nadja, como te está yendo en el cuidado de Bego (dije casi inconsciente al cambiar de idioma).
  • Nadja: Muy bien Don Claudio, ella es un encanto y desde el primer día nos llevamos muy bien, además Frau Berta es muy buena instructora.
  • Claudio: Sí, esa es mi madre, jejeje. ¿Qué te parece el país y la ciudad?
  • Nadja: Todo muy bueno, lo más peligroso que me he encontrado es su padre, que cree que soy Frau Berta joven y es algo largo de manos.
  • Claudio: Bueno mi padre siempre tuvo buen gusto y te pareces bastante a mi madre de joven, rubia, ojos claros alta y linda.
  • Nadja: Eh…gracias…eh por lo de…. linda.
  • Claudio: Perdón no quise incomodarte
  • Nadja: No para nada…es que…
  • Mamá: Bueno Claudito creo que debes colgar a Nadja, pues tiene que hacerse cargo de Bego, dijo mamá desde la otra extensión de la línea.
  • Claudio: Adiós Nadja, cuida bien de Bego.
  • Nadja: Así lo haré adiós.
  • Mamá: Bueno mi niño cuídese.
  • Claudio: ¿Mamá nos estabas espiando?….. ¡es el colmo!
  • Mamá: Privilegio de madre y abuela, en todo caso cuidado con ella.
  • Claudio: ¿Por qué lo dices?
  • Mamá: Porque soy tu madre, me casé con tu padre y tu eres calcado a él, se de lo que hablo.
  • Claudio: ¿De qué hablas?, no te entiendo.
  • Mamá: Tal vez no me entiendes porque eres hombre.
  • Mamá: Ah se me olvidaba que iré con Bego, Nadja y Kuky a tu casa para que se vaya acostumbrando a viajar, será el fin de semana próximo que no estás de guardia, también te advierto de cuidado con Kuky.
  • Claudio: Ay mamá ahora soy peligroso con todas las mujeres.
  • Mamá: En este caso el peligro creo que es ella, jajaja.
  • Claudio: Sigo sin entenderte…
  • Mamá: Ya me entenderás, jajaja, adiós pardillo mío.
  • Claudio: Adiós mamá

Continuará.....