THE LIST OF FUCKS (7) N.23. Fernán y el Mecánico

Mientras fumaba del porro, el colega me miraba fijamente de arriba a abajo, parándose con la mirada muy detenidamente en el marcado y abultado paquete que se me pronunciaba entre las piernas. De pronto el colega se agacha hasta mi bragueta y pegó una oliscada tremenda y profunda, que me dejó un poco descolocado.

THE LIST OF FUCKS (7)

(Núm. 23. Fernán y Tony el Mecánico)

Fernán: Yo me he quedado a cuadros con tu primo bro, joder, que sorpresas te da la puta vida... Jajaja.

Eloy: ¿Y tu que, Fernán?... ¿Que nos vas a contar?

Fernán: Allá voy... ¡Ufff!... Como parece que estamos todos super sinceros, tan honrados, y abiertos a todo y a decirlo todo tan abiertamente, no sé porque, pero nos salen las palabras solas tíos y las verdades como puños y sin poder remediarlo... La verdad es que estoy tan fogoso, tan frenético, y tan excitado, "Joder", que me importa un puto carajo... ¿Os acordaís colegas de Tony el bujías?

Nadir: ¡No jodas tío!... Jajaja... ¿Tony el bujías, el mecánico del taller del barrio?

Fernán: Si colegas... Pues al bujías le van los tíos, vamos, que es maricón aúnque no lo parezca, y encima todo encoñado conmigo, tirándome caña a saco, y loco por verme la polla.

Eloy: ¿Él te lo dijo tío, y te dijo que quería follar contigo y comerte la polla?

Fernán: Si tío, y más de una vez... Por la amistad tan grande que tenía con él, me reía y no le echaba cuentas y lo fui bandeando como pude, pero macho, la carne es débil, yo soy muy puto cuando me drogo y Tony lo sabía perfectamente, y un boquete para follar es un boquete aquí y en pekin.

Abel: ¡Joder, joder, joder!... Esto se va a poner superinteresante y muy cachondo... A ver, cuenta tío.

Relato de Fernán.

El padre de Tony tiene un taller de coches en nuestro barrio, él trabaja allí con el padre y su hermano pedro que es mayor que él, y por eso le llamamos el bujías. Esto que os voy a contar pasó el verano pasado, yo me estaba sacando la formación profesional en el instituto y el padre de Tony que es un buen hombre, me dijo que si quería aprovechar esos meses haciendo allí las practicas y de camino ganarme un dinerillo, ya que le faltaba una persona más por el volumen de trabajo que tenían. Tony es mayor que yo dos años, es más bajito, mide como 1´75cm, y de cuerpo corpulento y potente. La verdad es que tiene unos brazos musculosos y una piernas muy robustas, que ya quisiéra yo tenerlas, de estas fornidas, voluminosas, y atléticas. Él tío se cuida bastante, y estos dos que lo conocen lo saben... ¿Eh?

Rápidamente nos hicimos muy coleguitas y muy amigos para todo, y me refiero al tema de petas, de priva, y de esnifar farlopa a saco. Tony me ayudaba muchísimo en el taller explicándome lo que no sabía, me corregía las cosas que hacía mal, y lo mejor de todo era que aunque lo hiciera mal, nunca se lo chivaba ni al padre ni al hermano. Él es muy guarrillo y chabacano hablando sobre sexo, (y digo él es, en presente, porque todavía nos seguimos viendo de vez en cuando), el tío no se corta ni un pelo cuando me explicaba alguna follada que había visto en una peli porno y me hablaba de coños, de tetas, de tíos, y de los pollnes que tenían, y de como los cabrones se los clavaban a las putas por el culo. De bromitas de manos también íbamos bien servido tanto Tony como yo..., que si te pago en culo con la bayeta..., que si te cojo el paquete con toda la mano en plan coña..., que si te meto el sobaco restregándotelo por la cara... Etc... Y cuando digo "te", me refiero tanto a él como a mi.

Un Viernes, serían ya las once de la noche, después de terminar en el taller, el padre le dijo que arreglara un poco aquello y que cerrara Tony la persiana, que él se iba ya para casa. Ese día había sido criminal de trabajo, de entrada y salida de coches, de clientes recogiéndolos, de cambio de neumáticos sin parar, y para colmo los tres solos, porque el hermano estaba de casa rural con la mujer y los niños. Así que ya os podeís imaginar, los monos azules de trabajo los teníamos sucios de grasa y chorreando de sudor. Desde las siete de la tarde más o menos, ya empezamos a pegarnos tiritos por la nariz de farlopa, Tony siempre llevaba encima un par de gramitos pero ese día como íbamos a salir de marcha después del trabajo llevaba el doble, así que a las once de la noche ya estabamos agusto, super felices, y ciegos hasta el culo.

Estabamos ya solos, la corredera cerrada a cal y canto, y sentado dentro de uno de los coches fumándonos un peta y tragándonos un litro de cerveza bien fresquito. Yo estaba sentado en el asiento del conductor y él de copiloto mio, recuerdo que hacía un calor tremendo, teníamos los monos bajados hasta la cintura con el pecho descubierto los dos y sudando como cerdos por el puto aire acondicionado que no funcionaba. Mientras fumaba del porro, el colega me miraba fijamente de arriba a abajo, parándose con la mirada muy detenidamente en el marcado y abultado paquete que se me pronunciaba entre las piernas. De pronto el colega se agacha hasta mi bragueta y pegó una oliscada tremenda y profunda, que me dejó un poco descolocado.

Fernán: Pero... ¿Que haces tío?... Jajaja.

Tony: Si, es tu polla la que huele colega. Es que llevo un rato notando un olor muy fuerte a sudor de genitales, y pensaba que era la mia, pero no tío, definitivamente es la tuya la que huele... ¡Que peste bro!... Jajaja.

Fernán: No jodas tío... ¿Si?... Jajaja.

Incliné todo lo que pude la cabeza hasta acercarme a mi bragueta, y me abrí con la mano la ropa destapando mi polla aún morcillona e intentando percibir el tufo que según Tony decía notar.

Fernán: Pues si bro, que me apesta un poco... ¡Wauuu!... Pero es normal tío, hoy hemos sudado como cerdos, y tu no es que huelas mejor que digamos tío.

No dejaba de mirarme el rabo el mamón con la boca hecha agua, yo parecía que le estaba hablando al volante del coche en vez a él, mientras Tony aceleraba la respiración y la boca desencajada le comenzaba a salivar.

Tony: ¿Me dejas que te la lave tío?

Fernán: Tú mismo tío... Haz lo que quieras de una puta vez colega.

Como le dije en ese momento a Tony, me dejé llevar de una puta vez y darle el placer a mi amigo de tenerme por fin. Se tío se agachó sin pensárselo dos veces y empezó a lavarme con la lengua mi cipote aún morcillona. La verdad es que no tardó mucho en ponermela dura, pasaba la lengua el mamón suavemente por mi capullo, haciendo redondeles y atrapando con la punta del lengüetón las gotas de sudor que lo mojaba. Recorrió todo el tronco ya empalmado hasta abajo, hasta llegar a los huevazos y allí se detuvo no se cuanto tiempo lamiéndolos, chupándolos, y tragándose uno, después el otro, y al final los dos juntos, llenándole toda la mamona boca.

Subió otra vez lameteando mi polla hasta el capullo, pero esta vez la atrapó con los labios y se la metió entera en la boca. Mis 22cm de rabo gordo le saturaba el boquino por completo, pero él no paró de engullir y tragar hasta que tuvo la barbilla pegada a mis cojones. Estaba en la gloria colegas, estaba flipando con su boca, era alucinante como se trabajaba el hijoputa mi pollón chupa que te chupa, y se le notaba perfectamente al cabrón que me tenía ganas, le tenía ganas a mi cipote. Por el placer y el gusto tan grande que me daba, descubrí que no era la primera polla que chupaba el tío, esa forma de mover la lengua por el prepucio, de succionando con fuerza el puto tronco apretando con toda la boca, adsorbiendo el jugo que me sacaba del capullo, al mismo tiempo que agachaba la cabeza tragándose y engullendo entero mi pollón de una manera tan placentera, que no paraba de lubricar su boca con mi pre-cum.

Asi estuvo el bujías dale que te pego sin parar hartándose de buena polla, la mia, y no me volvió a hablar hasta que se empachó, se hartó, y se sació a tope el colega.

Tony: ¿Te gusta Fernán?

Fernán: ¡Uffff!... Estoy flipando contigo Tony... Es que me tengo que contener para no correrme tío... Eres bestial.

Tony: ¿Quieres probar el otro boquete que tengo?... Ven, no digas nada colega, solo ven.

Me cogió de la mano y me llevó dentro de la oficina del padre, y allí, en un sillón que había al lado de los archivadores, me indicó que me sentara. Salió y volvió a entrar al segundo con un tarro de crema en la mano que usábamos para engrasarnos las mano. Metió la mano como una pala recogiendo una buena plasta y se la restregó por el boquete del culo, e introduciéndose una buena porción con los dedos dentro del ojete. Una vez que el ojal estuvo bien lubricado, mi colega el bujías decidió no demorar más ese momento, así que con la mano pringosa todavía de crema me la pasó por el cipote engrasándomelo, se subió encima de mi pollón frente a mi, y comenzó a metérsela sin condón poquito a poco. Mi cipote se amoldó de lujo a su ano y el tronco fue labrándose camino acompañado de un largo gemido del colega, que notaba cómo se le nublaba la vista y era invadido dentro de su cuerpo por mi pedazo de manubrio.

Tony: ¡Joder cabrón!... Mira que ya me han metido varias pollas grandes tío, pero el machaque que me estás dando por detrás me tiene cerdaco perdido... ¡Uffff!... La siento como un puto bate de beisbol por el culo cabronazo... ¿A ti te gusta?

Fernán: ¡Uffff!... ¿Y me lo preguntas cabrón, o no me escuchas jadear como un puto perro?

Mi colega Tony sólo era consciente, escuchando el sonido de mis cojones impactando en la raja de su culo, de que toda aquella tranca gorda y gigante, ahora le estaba perforando una y otra vez enterita las paredes de su tierno y apretado agujero. Lo mejor que tenía su culazo era que enseguida se amoldó a mi pedazo de pollón, y una vez dentro sin resistencia, llegó el momento perfecto para que el maricón me lo cabálgara como un puto vaquero. Mientras montaba el pollón de su pura sangre, me tenía frente a frente contemplando mi cara de empotrador y mi cuerpazo sudoroso, mientras saltaba sobre mi cipote y se pajeaba el suyo duro y a lo bestia. Pegaba saltitos arriba y abajo sin parar, enculándose entero el ano mientras me escuchaba resoplar de gusto y placer, y cuanto más se la metía hasta el fondo, más gemidos por parte de los dos se escuchaban en el taller.

Tony: ¡Ohhhh!... ¡Siiiii!... Me viene ya cabrón, y lo que más me apetece es cascarme la polla y correrme encima tuya, y ducharte esos fuertes y tremendos pectorales... ¡Ahhhh!... ¿Puedo tío?... ¿Si?

Fernán: Hazlo tío, hazlo de una puta vez y bañame con tu puta lefa, que yo te voy a regar bien este culo cabrón, y te voy a preñar todo el ojete maricón... ¡Ahhhh!... ¡Siiiii!... ¡Tomaaaaaa lechazooooo!

Después del polvazo, nos vestimos, salimos del taller y quedamos para salir de copas más tarde.

Abel: Mirame el rabo colega, se me ha puesto como la un caballo... Ha sido barbaro tío, bestial... ¿Alguién que aquí que me la chupe por favor?... Jajaja.

Marcell: ¿Y esas folladas se han repetido más veces?

Fernán: Si, unas tres veces más después de aquella, pero ahora por lo visto se ha echado un noviete, y es el novio, el que le revienta el ojete... Cuando quiera, que vuelva... Jajaja.

Seguirá con Nadir...