THE LIST OF FUCKS (5) (Núm. 21, Paula. Conclusión)
Paula, quedó con nosotros dos para tomar unas cervezas y hablar sobre una cuestión. Como era ella, y ya la conocemos bien, lo más seguro es que nos iba a pedir un gran favor, y sería un favor sobre sexo. Ose follar y más follar...
THE LIST OF FUCKS (5)
(Núm. 21, Paula la Trans... Conclusión)
Paula, quedó con nosotros dos para tomar unas cervezas y hablar sobre una cuestión. Como era ella, y ya la conocemos bien, lo más seguro es que nos iba a pedir un gran favor, y sería un favor sobre sexo. De todas maneras fuera el favor que fuera se lo ibamos ha hacer, por la gran amistad que nos unía y la devoción que a su vez ella tenía por nosotros. Por lo visto ella ahora estaba trabajando de monitora de zumba en un gimnasio, y no es para menos con el cuerpazo que tiene la cabrona, y cuando llega a su casa a eso de las 23:00 de la noche siempre se encuentra a tres chavales vecinos del barrio, tres niñatillos que se pasan todo el día fumando porritos y bebiendo litronas en un banco del parquesillo que hay allí.
Paula: De primero, me encantan y me gustan los tres una vez que ya los conozco. Al principio me daban miedo, por que me los encontraba a esas horas de la noche, sin nadie en la calle muchas veces, y yo sola, y encima diciéndome cosas. Ya sabeís... Adiós guapa, mueve ese culito nena, ven y prueba nuestra litrona si quieres guapetona, etc... Hasta que un día me armé de valor y me acerqué a ellos, y acepté sus invitaciones como beber de la litrona y fumarme con ellos un porrito.
Marcell: Vale, vale lo entiendo... ¿Y que es lo que quieres Pau?
Paula: Pues follármelos a los tres y que me follen ellos a mi. ¿Que coño crees que quiero?... Hombre, como querer quiero un apartamento en Miami, un mercedes, y collar de diamante, pero en principio me conformo con follarme a estos niñatos.
Eloy: Jajaja, que cabrona eres... ¿Y que tienes en mente?
Paula: Pues vereís. Dentro de poco es mi cumpleaños como ya sabeís, caen 23, pero yo me voy a quedar en 22 si no os importa, así que no digaís nada cuando veaís la tarta con los números y seguirme el rollo. Ya los he invitado a los tres en tu casa Eloy que es más grande y lo tienes todo a mano, tú ya me entiendes, y además, a los tres les va de todo y cuando digo todo es todo... Me han dicho que vienen todos, así que con vosotros dos ya somos seis... ¿Que os parece?
Eloy: Eres tremenda tía, y en mi casa, por que sabes que no te puedo negar nada, jajaja... Vale, por mi no hay problemas y por Marcell ya sabes que tampoco, y sabemos que tus gustos referente a los chavales van en concordancia y en la misma línea que la nuestra... Pero estoy seguro que tienes fotos de ellos, y algún que otro selfie en el movíl, así que ya puedes enseñárnosla.
La verdad es que estaban muy buenorros los tres, eran los típicos niñatos porretas de barrio que van en chandal y la gorrilla puesta en la cabeza. Paula nos siguió contando que dos de ellos tenían 18 años y el otro 19, que eran muy macarrillas y muy chulitos mal hablados... ¡Uffff!... Eso nos ponía a cien.
Cuando llegó el día del cumple, Eloy y yo lo teníamos todo preparado en su casa. Sobre una mesa en el salón estaba la tarta con sus velas, las bebidas alcoholicas y sus refrescos, un pack de 24 cervezas, y en una bandeja como le gustaba a Eloy había pastillas de éxtasis, porritos hechos, y bolsitas con gramitos de coca, y lo que no se veía y vosotros ya sabeís, ya estaba diluido en las botellas de alcohol y dentro de los porritos mexclado con el tabaco... La fiesta prometía.
Sobre las 23:15 llegaron los tres, Paula les había dado la dirección de la casa con la intención de que llegaran antes que ella, para que de este modo nos conociéran a nosotros dos, charláramos un poco y se sintiéran cómodos hasta que ella llegara del trabajo. Abel, Fernán, y Nadir, este último era medio árabe por parte de madre y el que tenía 19 años.
Las Victimas.
Abel, de 18 años recién cumplidos, de complexión normal, alto, delgado pero fibroso, piel morena y culo prieto muy respingón y bien marcado en el pantalón del chandal. Tenía los ojos verdes, pelo corto y negro, y bastante guapo de cara.
Fernán, 18 años también, este chico era muy atractivo de cara, alto, de piernas voluminosas y bien formado de cuerpo, el cual exibía sus buenísimos atributos. Los ojos grandes de color miel, y el pelo corto con el flequillo de punta. Tenía esa pinta de niñato malote, que a mi me da tanto morbo y me calienta la imaginación. Era el único chaval que venía más arreglado, con camisa y pantalón vaqueros, y ceñiditos por cierto, por que se le podía admirar un prominente paquetón bien señalizado y marcando territorio entre las piernas... La boca se me hacía agua, y a Eloy también.
Nadir, con 19 añitos muy bien llevados, el medio árabe si que estaba bueno, el colega estaba para mojar pan y rico de verdad el cabrón. Un cuerpazo super fibroso, alto, ojos marrones, pelo rapado a navaja, un culo prieto para comérselo, y lo que mas caliente me pone de él, es que caminaba con las piernas abiertas, como si el paquete no tuviera espacio entre las piernas. Por eso le encantaba a Paula, por que a ella eso también la pone muy calentorra como ya babeís.
Los niñatos ya venían ciegos de porros, seguramente de estar toda la tarde fumando en el parquecillo que decía Paula, así que no hubo que insistirles mucho para que se sirvieran lo que quisieran y tomaran lo que desearan cada uno. Mientras esperábamos a Paula, se bebieron cada uno dos cubatas y varias cervezas, se tomaron un par de extasis, no se fumaba tabaco solo porros, y de la coca quedaba menos de la mitad. Con esto os quiero decir que para cuando Paula entró en escena, y entró por la puerta de la casa, todos, ellos y nosotros dos, estabamos super estimulados, excitados y calientes como los palos de un churrero.
Sin decir el secreto de Paula, Eloy se había encargado de calentar el ambiente hablándoles de ella, de cuando salían juntos y les contaba anecdotas de sexo mientras ellos escuchaban atentamente. Los chavales aguantaban como podían el tipo manteniendo a raya los instintos sexuales más viciosos, evidentemente no eran gays y por eso se frenaban. También era por que no había una tía entre nosotros, que si no, la hubiéran destrozado allí mismo, aúnque pronto llegaría, pero aún así les era dificil mantener la compostura, y a escondidas y disimulando como el que se arrasca cuando le pica los huevos se tocaban el paquete, creyendo que no nos dábamos cuenta... Pobres ilusos.
Paula: Hola chicos... Bueno, ya me podeís cantar el cumpleaños feliz.
Todos cantamos la cancioncita, la felicitamos con un beso en los morros, primero Eloy y yo para que los niñatos hicieran lo mismo sin cortarse, comimos un poco de tarta después de apagar las velas, y brindamos con un cubata cada uno a la salud de Paula.
Paula: Me doy una ducha rápida y enseguida estoy con vosotros, que no me he querido ni ducharme allí para no haceros mucho de esperar... Esperadme chicos, no os vayaís, que os pego... Jajaja.
La muy puta sabe como calentar un buen cipote, salió de la ducha medio mojada, con una toalla de baño que le tapaba los pechos y solo le llegaba hasta el principio de los muslos. Se colocó frente a ellos, que estaban los tres sentados en el sofá, dándole la espalda, y la muy zorra se agachó para sacudirse el pelo y de camino enseñárles todo el culo en pompa y regordete que tiene. Rápidamente vimos la reacción de los niñatos, solo había que mirar sus paquetes bien hinchados y como habían engordados sus pollas, pidiendo salir al aire libre y suplicando que alguién las liberara de la prisión que les hacían sus pantalones.
Paula: Si quereís no me visto y me dais vuestro regalo ya, si os parece bien.
Nadir: ¿Y que regalo quieres más, si ya te hemos dado el perfume que compramos los tres?
Paula: Ese regalo que teneís entre las pierna y que estaís locos los tres por meterme... Vuestras pollas... Y bien... ¿Me la vais a dar?
Abel: Ven tu y cógelas tu misma... Sirvete agusto tía.
Mientras yo cogía la cámara para grabar aquello, Paula se acercó a mi y me preguntó en el oído si le habíamos dado la burundanga y el cóctel, y evidentemente de dije que si, y asemás doble ración.
Cuando ella llegó hasta ellos, los tres ya estaban desnudos de cintura para abajo y con los cipotes listos para recibir una de las mejores mamadas del mundo, y lo digo por experiencia, la de mi amiga Paula es la mejor. Empezó con la de Abel, siguió con de Fernán, y treminó el recorrido con la de Nadir, saborándolas todas con su boquita de chupa pollas. Mientras Paula chupaba sin parar alternando los rabos, Eloy fue dándole a cada uno de los tres niñatos un frasquito de cristal líquido, para que el calentón y la excitación les subiera en dos segundos y que se desmadraran ya por completo. Es que los dos queríamos también follar, y la verdad es que nos daba más gusto los culitos de los chavales, que el culo de Paula, que ya lo conocíamos bastante.
Así era como yo veía y grababa la escena en primera línea. La puta mamona de Paula chupándole el cipote a Fernán que estaba en medio, las manos ocupadas cada una agarrando una polla, a la derecha la de Nadir, y la izquierda la de Abel, mientras se las pajeaba a los dos al mismo tiempo, y los tres niñatos recostados en el respaldo del sofá con la cabeza echada hacía atrás, y los ojos vueltos del placer que estaban sintiendo. Estaban ciegos como bellotas, colocón no del 15, si no del 100, y ya ni sabían los chavales ni donde estaban y quién les daba placer en la polla.
Eloy, que ya no era hombre, si no un puto animal sediento de sexo duro, no pudo aguantar más el cabronazo, y se puso de rodillas al lado de Paula y se empotró el pollón de Nadir entero en la boca. Empezó a trabajársela suavemente, le engullía el gordo cipote hasta el fondo, notando el capullo rozandole la campanilla, sintiendo como el pre-cum se mexclaba con su saliva, y dejándole un saborcillo salado en el paladar. Al mismo tiempo, la boca de Paula subía apretando los labios por todo el tronco hasta llegar al capullo de Fernán, donde se detenía unos instantes para lamer con destreza, degustando y saboreando el liquido que le regalaba la raja de su glande, y todo esto estremecida mientras escuchaba los gemidos de placer del niñato, y las palabras super guarras que soltaba por la boca el coleguita.
Fernán: ¡Joder tía que gusto! ... ¡Siiii! ... ¡Asiiii!... ¡Que boca tienes cabrona!... ¡Ohhhh!... Que mamada bro... ¿Que eres puta o que, por que no veas como chupas cabrona... ¡Uffff!
Nadir: ¡Que gozada cabrones!... ¡Siiii!... Mira Abel, estoy flipando viendo al maricón éste, al Eloy éste amigo de la Paula, mira como se traga mi pollón, y que gustazo colega, como chupa el tío de bien, esto si que es vicio en estado puro... ¡Uffff!... Ya me da igual todo hermanos, vamos a disfrutar tíos de este momento.
Abel: Eh tío... ¿Marcell?... Mi polla está libre, chupámela colega.
Marcell: (Susurrándole al oído) Pídemelo suplicando pedazo de cabrón y ruégamelo.
Abel: Te lo ruego tío, te lo pido por favor, chúpame la polla y hazme gozar como están gozando mis amigos.
Eso me pone todo cerdaco y super caliente, y más viendo como estaba el niñato de excitado. Me arrodillé delante del cipote de Abel al lado de Paula y comencé a trabajármelo comiéndoselo a bocados, lo cual le encantó al chaval una varbaridad, por que no veas como se retocía de gusto en el sillón y boceaba pidiendo más y más fuerte. Éste niñato cabrón me dió a entender enseguida que le iba el sexo duro, el vicio descontrolado y las perversiones más guarras que le pudiéra hacerle, y en eso yo era un puto experto. A parte tengo que decir, que de los tres me había encaprichado del culito de Abel nada más verlo, y esta loco que llegara el momento adecuado para meterle sin piedad todo mi pollón dentro del culo y hacerle gritar de dolor, de angustia, y sobre todo de placer.
Paula seguía a lo suyo, que era chupar rabos sin parar la muy guarra, le encantaba sentir el suave cipote de Fernán arrastrándose por su lengua hasta alcanzarle la campanilla, y notar el tacto aterciopelado de la piel de su pollón caliente con unos buenos tropezones de venas hinchadas entre sus labios. La cabrona bizqueó los ojos para ver las pelotas gordas del chaval en movimiento mientras se la chupaba.
Lo de Eloy era especial como él. Dejó de chuparle la polla a Nadir y se levantó poniéndose delante del niñato con todo el pollón duro como un mástil y apuntando a su cara.
No tardó mucho Nadir en agarrarle el pedazo de polla con la mano, al tiempo que la acariciaba suavemente bajando y subiéndome la piel. Sin apartar la mirada sucia y viciosa de la cara de Eloy, fue agachándo la cabeza hasta que sus labios se posaron en su capullo, y lo besó varias veces. Lo lamió repetidamente con la lengua, como si estuviera chupando un helado, y recogiendo con ella en forma de cucharita, el pre-cum que segregaba tan abundántemente su rajita. Después apresó la polla con sus labios, succionando muy fuerte hacía dentro, con energía, super intenso, hasta tal punto de hacerle un hematoma de lo ardiente, vigoroso, y tenaz de sus chupadas.
Eloy: ¡Joder... que boca tienes mamón, que gustazo!... Y además cabrón, sabes como chuparla.... Es que lo sabía chaval, nada más verte lo supe... Tú comportamiento conmigo, como me mirabas disimuladamente el rabo, fijándote na más en mi paquetón... ¡Ohhhh!... ¡Asiiiii!... Cóme puto niñato... Es que te calé chaval.
Abel: Nosotros también colega, (mirando a Eloy y a su coleguita mamando), pero como siempre va de machito rompe coños, nunca se ha atrevido a meternos mano, pero se le notaba las ganas mogollón... Ya te digo tío... Siempre hemos sabido que es un puto maricón chupa pollas, jajaja... Miralo, miralo Fernán cómo traga el puto moro.
Su amigo Fernán, se reía de lo que escuchaba mientras seguía disfrutando como un loco de la mamada que le pegaba Paula con su boquita, y al mismo tiempo le magreaba con las manazas las tetorras gordas y jugaba con sus pezones al pellizcarlos con los dedos. Una de sus manos bajó hasta las ingles de Paula, seguro de encontrar un buen coñito fresco y húmedo, pero para sorpresa del niñato lo que encontró cuando llegó hasta la entrepierna, fue un sorpresón de grandes y colosales dimensiones... Un pollón más enorme, largo y gordo, que el de él.
Fernán: ¡Coñooooo!... Eres un puto travelo joder.
Paula: ¿Tienes algún problema con eso cariño?... Y os miro a todos, (los miró a los tres con su cara altiva, y señalándose el cipote con los dedos) ¿Tenéis algún problema, o queréis divertiros y pasároslo muy bien, como nunca en vuestra puta vida lo habéis pasado?... ¿Qué me decís?
Abel: Por mi... Ok brother.
Fernán: Por mi también, para mi eres una tía buenísima aúnque tengas polla, y no me lo hayas dicho antes cabrona... Pero como estoy ahora mismo, que no se ni donde estoy, ni con quién estoy, me importa una mierda que tengas cipote y además más grande que el mio.
Eloy: A Nadir no le preguntes Pau, que ya me está dando a mi en la polla la respuesta que quieres escuchar... ¡Siii!… ¡Asiiiii!… Sigue comiéndotela.
Paula: Haber Fernán, machote mio, yo soy como las mujeres polacas, que tienen el coño por detrás como las vacas... Asi, que fóllame y méteme todo tu cipotón entero en mi CoñoAno, y haber como te comportas cabrón.
Primero la puso de rodillas en lo alto del sofá de espaldas a él, se agachó el cabrón y le folló el ojete con la lengua mientras con su grande y fuerte manaza le cogió el rabazo a Paula, y se lo pasó entre las piernas y se lo masturbó. Ojete, huevos y polla, se lo comió todo el hijoputa. Después le metió un par de dedos por el boquete para que ella dilatara aún más el esfinter, le escupió unos buenos salivazos y engrasó bien la raja del culo antes de ponerse de pie, y penetrarle a fondo el ano sin condón, destrozando ese agujero de puta folla niñatos. No sólo entraba la polla super apretada, es que parecía imposible que algo tan grueso pudiera caber en un agujero tan estrecho, pero entró, como siempre le entraba a la muy perra. Al principio Paula siempre sentía dolor, era como si le estuvieran desgarrando el ojete, pero tener a ese chaval empotrador tan apuesto y varonil dándole por culo hacía que el agujero terminara cediendo por las ganas de tenerle dentro, y el dolor se disipaba y terminaba convirtiéndose en gusto.
Yo había dejado de chupar la polla de Abel para volver a grabar con la cámara, me dió por ahí el colocón, me sentía como Steven Spielberg, así que Abel aprovechó la boquita de Paula que estaba libre para empotrarle el cipote dentro, y pegarle una buena follada. Sublime colegas, viéndolo y grabándolo de todos los planos, y mi pollón tieso super duro y babeando gotitas de pre-cum soltándolas por donde pasaba... ¡Uffff!... El niñato cabrón se puso en modo super burro, cogiéndola por los brazos esposándoselos por la espalda e intentando clavárle el pollón entero hasta los huevos. Paula empezó a sudar como un pollo, con el flequillo pegado a la frente y el pelo en la cara. Me miró estupefacta con los ojos como platos, asombrada, fascinada, sorprendida de que el chaval follara tan bien y tuvíera un cipote tan grande entre las piernas.
Fernán: ¡Ufffff!... Pues si joder, aúnque tengas el coño detrás como tu dices, es un buen coño cabrona, y da gusto follártelo... ¡Mmmm!... Que ganas tenía ya de cogerte y metertela, joder. Te vas a cagar, del gusto que te voy a dar en este boquete que tienes... ¡Que buena estás tía!...
Por su parte Abel estaba ya super descontrolado por todo, la excitación, la calentura, el colocón que llevaba, y el vicio que le salía por los poros de la piel. El niñato le metía la polla a Paula jodiéndole la boca a lo bestia, era realmente un cerdaco, se comportaba como un chulo putas, un cabronazo de mucho cuidado, un vicioso de mierda y bastante perverso... ¡Mmmm, como me gustaba!... Soltaba la cabeza de ella para agarrarle los cachetes del culo, abriéndolos y separándolos del todo a lo bruto, para que su coleguita Fernán pudiéra empotrársela por el ojete con más facilidad. Eloy cogió a Nadir de un puñado y le metió la cabeza debajo de ella, entre sus piernas, pegando su cara a su cipote, y rápidamente el niñato supo lo que tenía que hacer, lo agarró por el tronco con la mano, se la ordeñó un par de veces y se la tragó en la boca de una sola zampada. Y allí estaba ella como una puta reina violada, Fernán dándole por el culo, Abel por la boca, y Nadir comiéndole la polla... ¡Que foto señores!
Fernán había flexionado las piernas mientras se follaba el ojete de Paula, de esta forma su culazo respingón y su apetecible agujero quedaba bien abierto y a la vista de todos, y con cada vaiven, movimiento, y enculada que le metía a la zorra se le abría aún más. Eloy aprovechó la abertura de los cachetes del chaval para pegar su lengua al orificio anal, y proporcionarle suministrándole unos cuantos lametones. Y comenzó a lamer aquel boquete con desesperación, con ansia, y con egoísmo. Quería preparárselo bien al chaval, ensalivarlo a saco, ensancharlo a lametones, y dilatárselo a tope para que le entrara sin dificultad el pedazo de pollón que le iba a incrustar mi colega. Yo quería gozar viendo como le entraba a ese puto macarra, el monstruoso pollón de Eloy en el culito casto, intacto, y todavía virgen. No tardó mucho en notar el cabezón de su polla gordo y duro en la entrada de su ano, poco a poco lo fué introduciendo haciéndole sentir, un dolor completamente angustioso y desgarrador. Su grande y gorda polla estaba desgarrándole entero, el niñato gritaba como jamás he escuchado a nadie gritar de dolor y pena, mientras aquél martillo le perforaba el ano. Eloy no se detuvo hasta que su cipotón estuvo completamente dentro, y aúnque gritara, chillara, y berreara el chaval, no iba a parar, al contrario, eso le ponía más excitado y salvaje, gozaba el cabrón mucho más, y comenzó a taladrárle cada vez más rápido y más fuerte.
Al mismo tiempo que le follaba el culo a Fernán, Eloy le pasó el brazo por el cuello apretándoselo con fuerza y atrayéndolo hacía él, hasta que le puso la boca en la puta oreja.
Eloy: Toma niñato, una polla gorda y buena… ¿A que te gusta mi polla?... Dímelo macarra de mierda.
Fernán: ¡Siiiii!... ¡Ahhhh!... Duele mucho cabronazo... Me estás destrozando por dentro... ¡Joderrrr!
Eloy: Si, duele chaval, pero eso es lo que tiene la diversión... ¡Ohhhh!... Que no hay placer, sin un poco de dolor y sufrimiento... ¡Asiii!… Trágatela entera maricón.
Me fuí a por Nadir y le puse el culazo en el reposabrazos, y me dejó el muy chulito que le penetrara el ojo del culo, mirándole frente a frente, admirando ese cuerpazo tan bueno de machote, las culeadas que le metía con fuerza con mi polla embistiéndole sin descanso, y admirando su alucinante pollón totalmente empalmado rezumando pre-cum por el capullo del gustazo. Éste si, éste niñato ya había probado alguna que otra polla por el culo, lo noté enseguida, nada más que le metí el cipote, sentí como aquél ano se me abrió de par en par para acoger y cobijar mi tranca y comérsela bien agusto. Ese momento fue de lujuría máxima, mirándonos cara a cara el niñato y yo, bien cerquita uno del otro. Nadir me agarró por el cuello susurrándome sus gemidos apagados en la oreja, y cuando él pretendía retirar un poco el culete hacia arriba, iba yo y atraía sus caderas hacia a mi con las manazas, para que mi gigantesca y gordísima polla le entrase entera.
Marcell: ¿Estás disfrutando, verdad cabrón?… Que culazo tienes nadir, "joder", super apretado y estrechito, para dárme más placer a mi en el rabo... ¡Ohhhh!
Nadir: Sigueee... Sigue cabrón... ¡Que pedazo de polla, joder!... Estaba deseando tragarme tu polla tío... ¡Siiiiii!
Marcell: Esta polla no es la primera que te folla el culo... ¿Verdad chaval?... Por que el ojete se te ha abierto entero como una flor tío, nada más que te la he metido dentro, he sentido como se expandía tu ano, y entraba del tirón sin problemas... ¿Quién te ha quitado el virgo cabronazo?
Nadir: (Susurrándome) Mi tío Said, pero no lo sabe nadie, y estos dos tampoco... ¡Ahhh!... ¡Siiii, fóllame!
Marcell: ¿Y te folla bien este culito moro?
Nadir: De vicio colega... A lo primero me hacía daño y me dolía mucho, por que tiene la polla super grande y muy gorda, pero después con el tiempo me acostumbré y me gustó muchísimo... Y me sigue gustando... No pares, tu sigue follándome... Asiiii... Tú sigue, que yo te hablo si quieres, "pero bajito".
Marcell: Sssss... Ok... Y con estos dos... ¿Nunca has hecho nada, unas pajas, o comérles el cipote aúnque sea?
Nadir: ¡Que va tío, nunca!... Para ellos soy un machito folla coños... ¡Jeder, dáme fuerte, asi!... ¡Uffff!
Marcell: Pues me da a mi el palpito que ellos dos, tus coleguitas Abel y Fernán lo sospechan, y yo no suelo equivocarme mucho, y ya te digo por experiencía... ¿Y que te gustaría más, follártelos o que te follen ellos?
Nadir: Que me follaran tío, los dos a la vez, y comérles la polla... ¡Mmmmm!
Marcell: No te preocupes morito mío, que hoy te van a follar los dos por cojones, ya verás chaval, vas a disfrutar con las dos pollas de tus colegas dándote por culo... Te vas a correr de gusto cabrón... ¡Mmmm!... ¡Que placer de culito joder!… Asiii... Siiiiiii… Pídele a tu macho que te folle... Suplicame putita mía.
Nadir: ¡Ahhhh!... Dameeee... Dame más fuerte tío… Fóllame cabrón, y rompeme el culo con tu polla… Asiiii... Más... Fuerteee.
Después de bastate tiempo así, cada uno a su puta bola y sin parar de meter las pollas en caliente, Paula nos puso a los cinco en fila, a cuatro patas de espaldas, y con los culo mirando hacía ella bien en pompa. Nos lo comió a todos por turnos, lamiéndolos y chupándolos con ímpetu y tenacidad, hasta sacar de nuestras bocas los gemidos que tanto le gustaba a la putita. Abel, Eloy, Fernán, Nadir y yo, este era el orden de colocación y el mismo orden por el que empezó a clavarnos uno tras otro su enorme polla. Así pasaba, así sucedía, y era aceptado, admitido, y permitido por todos y cada uno de nosotros sin rechistar, y la única queja, que no era tal, eran jadeos, gruñidos fuertes, resoplidos, y respiraciones de placer. Al final todos acabamos con el agujero del culo abierto a tope, con su gorda tranca metida hasta el fondo, y mientras nos violaba la muy putita, sobre todo a los tres niñatos, les daba unas fuertes palmaditas en las nalgas para que ellos se menearan hacia adelante y atrás, al mismo tiempo que Paula les agarraba la polla con la mano y se la masturbaba vigorosamente.
Acto seguido, cuando ya hubo probado con su cipote cada culo que había en la casa, osea el de los cinco, llegó el turno de ella, así que se subió a la mesa alta, se colocó con la espalda apoyada en ella, el culazo por fuera y las piernas bien abierta agarrándoselas con las manos, y dejando al descubierto y bien despejado el camino, para que empezaran los chavales a taladrárle cuanto ántes su coñoano.
Rápidamente, se levantó Abel poniéndose de pie con el cipote apuntando a su culo, y de un puntazo le metió el pollón reventándole el ojete. El cabrón era el único que todavía no había probado su sabroso boquetón, y se le notaba que le tenía ganas, por que se lo follaba con tanta fuerza y tanta crueldad, que la polla de Paula rebotaba de lado a lado golpeando su abdomen como loca, mientras los otros dos niñatos, Nadir y Fernán, se colocaron a cada lado de ella para sobarla, tocándoles las tetorras con sus manazas, escupiéndoles con sus bocas en la cara, y retregándole sus pollones por los labios mientras esperaban su turno.
El segundo fue Nadir, después Fernán, y luego fueron Nadir y Abel juntos follándose su trasero, y más tarde Fernán y Eloy, y así estuvieron más de media hora turnándose los cuatro mientras yo lo grababa todo. Si los niñatos estaban colocados y ciegos, Paula iba el doble, de superlativo, mucho peor que todos los que estabamos allí, y cuando ella se descontrola hay que temerle, por que se vuelve muy, pero que muy guarra. Cuando se hartó de que la violaran, se bajó de la mesa y se puso de rodillas en el suelo.
Paula: Quiero vuestra orina cabrones... Quiero una pedazo de lluvia dorada encima de mi... Venga niñatos de mierda... ¡Mmmm!... Meáros encima y duchadme... ¡Ohhhh!
A eso me apunté yo también, ese vicio me encanta, y si me invitan no suelo rechazarlo. Todos, completamente todos nos meamos encima de ella bañándola de orina caliente, ácida, y amarilla, mientras ella disfrutaba corriéndose como una puta cerda pajeándose la polla a lo bestia, y se relamía de gusto, de puto vicio. Cuando terminó cayó rendida y desplomada en el suelo. Eso es lo que le pasa a Paula, que cuando se pasa de la raya con la bebida y las drogas, al correrse se queda fuera de juego y ya no sirve para nada. Así que la dejamos tranquila tumbada en el sofá y nosotros cinco nos pasamos al dormitorío de Eloy, no sin antes coger unos cubatas, unos porritos, y unos cuantos gramitos de coca.