THE LIST OF FUCKS (16) Núm. 60. Paco, Pablo y Máx.

Estuvo frotándose la cara en mi bulto hasta que le dio la gana al chaval, después hundió su nariz y olfateó el olor que desprendía mi cipote dentro de mis calzoncillos, percibiendo en sus fosas nasales un poco de sudor, manchitas pegadas en la tela de orina, y un delicioso aroma a pollón del bueno.

THE LIST OF FUCKS (16)

(Núm. 60. Paco, Pablo y Máximo)

Marcell: Entonces tú Pablo, eres el noviete de Paco el dueño del "Fucked Lions". ¿Y qué tal son las folladas con el cabrón, porque Paco tiene fama de ser un auténtico cerdo entre los vips de la sala secreta?

Fran: Jajaja, esto va a ser buenísimo tío, cuéntalo colega, cuéntales a los dos cabrones estos, lo que a Paquito le gusta hacer cuando folla y en lo cerdo y maricona en que se convierte, jajaja, cuenta.

Pablo: ¡Ufff!... Os lo voy a contar por qué estoy de puta madre y súper agustísimo colega, con un calentón que me subo por las paredes. Vamos que soy capaz de salir ahora a la calle y follarme a cualquier tío que me guste. ¡Waooo!... Bueno, lo primero de todo es que no soy su noviete cómo tú dices, lo que pasa es que Paco tiene una fijación enfermiza conmigo, soy cómo su nene, su debilidad si se puede decir así, y yo que soy muy hijoputa y cabroncete, pues me aprovecho de eso y hago con él lo que me da la gana. Es más, si se enterara de que estamos los cuatro follando cómo ahora estamos aquí, no veas macho, se pondría endemoniado y a vosotros automáticamente os prohibiría la entrada al pub, así que calladitos todos y esto se queda aquí.

Eloy: Sin problemas chaval, que de aquí no sale y no lo sabrá nunca, además, sabemos cómo es Paco y no se lo tomaría muy bien que digamos, jajaja... Nosotros, Marcell y yo, conocemos a Paco desde hace años, tenemos bastante amistad con él, pero en plan colegueo no de follar, aún que hay que decir que Paco tiene un polvazo el tío y está potente y muy apetecible. Sabemos bastante de sus gustos sexuales, cómo que le gustan los niñatos muy jóvenes para follar, eso le pirra al cabrón, que le encantan las orgías muy viciosas, y de hecho cómo tú sabrás, ha organizado más de una en la sala secreta, con políticos, banqueros, y gente con mucho poder y dinero... Más de ahí, ahora con el colocón que llevo no recuerdo tíos, pero seguro que hay más perversiones que le gustaran al cabronazo.

Pablo: Seguro no, jejeje... ¡Segurísimo colega!... Yo os voy a contar por encima algunas de las depravaciones y vicios que tiene Paco, algunas las sabreís y otras no, y después os contaré una de nuestras folladas. ¿Vale?... Pues allá voy colegas.

Paco el dueño del "Fucked Lions".

El tío tiene 35 años y está de muy buen ver. Es de complexión fuerte, al colega le gusta machacarse el cuerpo en el gimnasio y tenerlo siempre en forma, y más si trabajas en un antro gay, que llama más la atención y se liga a tope. Tengo que decir, que se le ve de estos tíos muy machote, sin pluma alguna, vamos que si no lo vieras en un bar gay liado con otro tío, podrías pensar sin equivocarte que es un macho folla tías y empotra coños. Aún que la verdad es otra muy distinta, al cabrón le encanta y se vuelve loco cuando le envergan buenos cipotes gordos, y le destrozan el ojete a pollazo limpio. De cara no es muy guapo, pero la tiene morbosa, con la expresión de malote y golfa, tiene los ojos marrones, los labios gorditos, y una perilla muy bien cuidada. Las nalgas las tiene grandes y gordas como dos montañas, pero proporcionadas a su cuerpo, y un ojete bastante tragón, que lo abre entero muy gustosamente a los pollones enormes que a él más le gusta. Y ya que hablamos de pollas, la de Paco es tremendamente grande, gorda, y capullona cómo un champiñón, y tiene unos huevazos monumentales cómo pelotas de tenis.

Cuenta Pablo el niñato.

Paco es un poco excéntrico y muy particular, sobre todo para la gente que elige para trabajar en el bar, y más aún para los camareros que están en la sala secreta. Esos chicos que veis allí cuando vais, no pueden tener más de 18 años, incluso hubo uno, Máximo, que os acordareis de él porque estaba el niño tremendo de bueno y tenía un culito, "Waooo", para comérselo y follárselo a todas las horas del día y sin parar, pues este niño tenía 18 años cuando entró allí a trabajar. A lo que voy, estos chicos y los de fuera tienen que ser guapos, con buen cuerpo, y sobre todo y lo más importante, tienen que ser muy viciosos y guarrones, de los que le van todo y tienen que hacer de todo en el sexo, si él se lo pide. Todos los camareros que conocéis Paco los ha probado antes de alguna manera, o bien se los folla él o se deja follar por ellos, y te puedo contar sin mentirte porque yo lo he vivido y participado, en buenísimas orgías con todos ellos, y no solo una vez, sino más de una vez. Imaginaros todos, un lunes que el Fucked Lions está cerrado al público, los ocho camareros, los chavales, Paco y yo, y todos en la sala secreta drogados hasta las cejas y follando todos sin parar durante horas... ¡Uffff!... Me acuerdo y me pongo súper cachondo tíos, pollas, culos, bocas tragando, y hasta de dos en dos engullendo, mientras chupas sin descanso y jodes y te joden cómo animales.

En fin, lo que a Fran le hace gracia entre otras cosas, es que a Paco le encanta y le da muchísimo morbo, es que cuando le come el ojete del culo a un chavalín le gusta que el chaval se tire pedos en su boca y en su cara para olerlos, y el tío asqueroso se pone súper caliente y vicioso al máximo. Otra cosa es, que disfruta cómo un loco cuando todos los niñatos se mean encima de él, todos a su alrededor y soltando la orina por todo su cuerpo, en su cara y dentro de su boca.

En la intimidad conmigo cuando follamos en su casa, le gusta vestirse de mujer al maricón, pero no de cualquier manera, sino con toda la parafernalia, vestido, peluca, tacones, bragas, sujetador e incluso se pinta cómo una tía, y le pone cachondo que yo haga el roll de chapero. Jajaja, Paco me pide, bueno, más bien me exige que me meta en el papel, que haga cómo que llego a su casa porque él me ha llamado para que me lo folle, cómo si fuera la señora de la casa, y yo un putito que voy a cobrar por mis servicios. Durante toda la follada Paco es ella o puta, así tengo que llamarle, todo en femenino, y yo soy su hombre, su chulo, y el macho que se la enverga. Pero esto no os lo voy a contar, porque a mí personalmente no me da morbo ni me pone cachondo, solo lo hago porque realmente él me paga, y bastante, y me regala muchas cosas, y me tiene muy mimado dándome todo lo que le pido.

Os voy a contar la vez que follamos con Máximo el camarero jovencito, y que ya no está en el bar. Máximo, si os acordáis era muy parecido a Fran pero más delgado y pelín más bajo. Este chaval estaba súper enamorado de mí y Paco que no es tonto para nada, se dio cuenta enseguida. Un día el niño estaba sirviendo en la sala y yo estaba sentado en la barra tomándome una cerveza, anteriormente ya había habido varias miraditas entre él y yo, bromitas de manos tocándonos el culo y el paquete en plan guasa y algún que otro morreo sin que Paco se diera cuenta. A ver, no es porque le tenga miedo ni nada de eso a Paco, es porque si no le gusta a él la cuestión, me corta el grifo y se acaban los regalos, la sala secreta que me gusta mucho y por supuesto el dinero que me da de vez en cuando.

La cuestión es que ese día, que era Martes por cierto, lo sé por que la sala secreta estaba cerrada y en el bar había tres o cuatro personas nada más, el asunto era que yo estaba muy caliente y tenía muchas ganas de tirarme a Máximo ya, y meterle todo mi cipote por ese culito tan delicioso que tenía el mamón. Paco había salido para hacer alguna gestión e iba a tardar un poco, porque le dijo a Diego al camarero de la barra que él se ocupara de todo, que ya vendría cuando terminara, así que me dije; "Esta es mi oportunidad de entrarle al niño, y follármelo rápido en el váter mismo mientras Paco esta fuera". Unas miradas entre los dos por aquí, un magreo de paquete mirándolo a los ojos por allá, y al final un meneo de cabeza indicándole que me siguiera hasta el váter.

Cuando entramos en el servicio el chaval me apoyó contra la pared y se lanzó directamente a comerme los morros cómo un desesperado. Su lengua dentro de mi boca era una serpiente moviéndose y rectando junto a la mia sin parar Mientras me besaba me llenaba entero el hocico con su saliva y se pasaba mis babas a su boquino para saborearla y luego tragársela garganta abajo. Al mismo tiempo sus manos no paraban de tocarme y sobarme por todos lados, me manoseaba el paquete, me acariciaba las piernas, y me agarraba el culo con fuerza apretándome las nalgas, vamos, el niñato era un puto pulpo el cabrón. Se agachó mientras me tenía contra la pared, me bajó el pantalón del chandal hasta las rodillas que llevaba puesto, y empezó a restregarse todo el rostro contra mi paquetón, el cual ya os podeís imaginar cómo estaba, era el puto pico Mulhacén en todo su esplendor, gordo y grandísimo.

Estuvo frotándose la cara en mi bulto hasta que le dió la gana al chaval, después hundió su nariz y olfateó el olor que desprendía mi cipote dentro de mis calzoncillos, percibiendo en sus fosas nasales un poco de sudor, manchitas pegadas en la tela de orina, y un delicioso aroma a pollón del bueno. Miré hacía abajo y le ví la cara de deseo, de excitación, de querer darme placer con su lengua y hacerme disfrutar cómo un loco. Del sobeteo tan grande que me había pegado con el careto, el capullo lo tenía súper baboso de pre-cum y se me había salido fuera del calzoncillo, todo inflado y enrojecido por la presión que ejercía el elástico sobre el prepucio. Máximo lo lamió suavemente con la lengua tragándome el liquido viscoso que soltaba por la rajita, y que por supuesto no iba a desperdiciar el muy mamón.

Máximo: ¡Mmmm!... Me vuelve loco una polla que moje mucho cómo la tuya Pablo, es síntoma de que he puesto al tío muy cachondo y muy caliente... ¡Ufff, que capullazo más rico!

Bajó mis calzoncillos hasta los muslos y comenzó a introducirse todo mi capullo, y la totalidad de la polla dentro de su boca, notando como me latía el miembro por la sangre que se me agolpaba por la presión y la dureza que tenía, y cómo me engordaba hasta el límite de querer explotar dentro de su boquino. Yo disfrutaba de la mamada del chaval, apoyándo las manos en la pared y dejándole hacer lo que él quisiera con mi pollón, mientras le miraba la cara y veía cómo sacaba la lengua llena de saliva y se la pasaba por los labios provocándome un morbazo aún mayor. Los movimientos de mi pelvis de abajo hacía arriba follándome la boca, lo ponía cada vez mas calentón y cachondo, dejando escapar su saliva que salía sin control manchándome de babas los putos pelos del pubis. De pronto sentí una presión en el ano, no me costó mucho adivinar, que el niñato me estaba empotrándo dos dedos de su mano, metiéndolos muy suavemente y dándome mucho placer en mi apretado culo aún sin dilatar.

Pablo: ¡Joder cómo la comes, niño!… ¡Uffff!... Venga, sigue así putita… ¡Asiii!... ¡Que boquita!... ¡Mmmm!

Máximo: ¿Te gusta chulazo?... ¿Te gusta cómo te chupo la polla Pablo?... ¡Mmmm!

Pablo: ¡Siiiii!... ¡Me encanta putito!

Que le dijera eso lo puso aún más caliente y morboso, y comenzó a chuparme el pollón cómo si no huviéra un mañana, con egoismo, con gozo y mucha gula, cómo lo que realmente era el niñato, un puto maricón chupa pollas y come rebos. Yo estaba en el paraíso, alucinando de placer, que bien me la chupaba el Máximo de los cojones joder, que gustazo de lengua y como trabajaba el cabronazo.

Pablo: Para mamón, para que me corro... ¡Uffff!... Y no quiero todavía, no hasta que te folle el culito tan rico que tienes y me pone tan cachondo... ¡Wauuu!... Dáte la vuelta chaval y dáme tú culito.

Máximo: Lo que tú quieras macho mío, follame si te apetece y méteme el pollón hasta el fondo... ¡Mmmm!

Le di la vuelta y le bajé el pantalón cortito que llevaba puesto, ese que los camareros llevan de uniforme en el Fucked Lions, y que se le ven la mitad de las nalgas y que tan caliente pone a los tíos cuando les miran el trasero a los camareros. Apoyado con las manos en la pared y de espadas a mi, con las piernas separadas y el culo bien levantadito. A lametazos le comí el ojete gozando de lo lindo, sin dejarme ni un solo palmo de piel que no recorriéra mi lengua, metiéndosela por el boquete lo más profundo que podía y llenándoselo de abundante saliva, mientras se lo iba dilatando y preparando para recibir mi cipote. No le hice esperar demasiado, cuando ví que aquél agujero se abría solo, todo enterito, dilatado de gusto y deseo, me puse de pié detrás de él y le metí por el ojete mi enorme pollón tieso y duro. A pesar de estar muy ensalivado y bastante dilatado, al chaval le dolió horrores, lo suficiente para lanzar un grito fuerte de angustia, que rápidamente tuve que acallar tapándole la boca con la mano, para que no lo escucharan los tíos que estaban fuera en el bar.

Aunque la envergada le dolió bastante, se le notaba al cabrón que le encantaba tener mi pollón dentro de su ano, se movía presionando contra mi con gozo y placer, y con un par de movimientos y apretadas de ojete logró acomodarlo súper bien mi enorme trabuco dentro de su culo. Empecé a follármelo por detrás despacio, moviendo la pelvis con suavidad y delicadeza, mientras el niñato buenorro se volvía loco de gusto, notando cómo le perforaba el boquete del culo con mi cipote, muy excitado y saboreando a conciencia la follada que tanto había esperado.

Y de repente sin esperárnoslo se abrió la puerta de par en par, y nos pilló Paco en pleno folleteo, su cara era un poema, o más bien una tragedia griega de cojones, mirando mi careto de sorpresa y a Máximo el camarero con todo el culo embutido por mi cipote.

Paco: ¡Me cago en la puta!... ¿Pero esto que coño es?... ¡Joder!... Te vas a enterar hijo de puta.

Cerrándo la puerta de una patada cogió a Máximo de los pelos sacándole mi polla de su culo del tirón, y le metió la cabeza entera en el orinal de pie que estaba atascado y lleno de meados. Me quedé petrificado al ver su reacción, no podía moverme solo miraba cómo el puto sádico le presionaba la cabeza al chaval con su manaza dentro del orinal para que se ahogara en los meados, mientras con la otra mano le metía cuatro dedos de golpe por el ano, y los empujaba con brutalidad y muy cruel encajándoselos hasta el fondo. El pobre niño no podía respirar, se le había puesto la colorada y se retorcía intentando escapar de aquél berraco despiadado, y lo más curioso era, que al ver aquella escena y lo que le estaba haciendo al chaval indefenso, yo estaba cada vez más excitado y caliente, hasta el punto de que mi pollón no paraba de gotear pre-cum en abundancia del morbazo que me dió.

Paco: ¿Tú que quiers follar, maricón?... Pues vas a follar puta perra, ya verás que si, te voy a dar una follada que te vas a acordar mientras vivas hijoputa, y ya verás niñato de mierda, no te vas a poder sentar en un año... Ven para acá, y tú sigueme Pablo.

Lo cogió de los pelos y se lo llevó arrastras hasta la sala secreta que estaba cerrada y libre. Nada más entrar se fue con hasta la barra donde había una bolsita de coca abierta, cogió un puñado en la palma de la mano y se la puso tapándole con fuerza la nariz y la boca, y no le quitó la mano hasta que el chaval aspiro y lamió de su palma todo el polvo blanco. Después lo llevó hasta la guillotina y le atrapó la cabeza, y las dos manos en los agujeros, apoyándole el pecho en la reducida poltrona, y abriéndole espaciadamente las pierna hasta encadenárselas al suelo y dejándole de esta manera el culito al niñato bien abierto y levantadito.

La guillotina es un artilugio que se compone de una barra vertical de medio metro más o menos, con una pequeña tumbona en diagonal para apoyar solamente el torso del tío, arriba tiene un artefacto de madera con tres agujeros uno grande para meter la cabeza y dos a los lados que te cogen las manos por las muñecas y de esta forma al cerrarlo es cómo su propio nombre lo indica, una guillotina, pero sin la cuchilla, claro está. Y en el suelo hay unos grilletes para apresarte los tobillos, separados de la barra vertical, que es lo que hace que te espatarres sin poder moverte y te deje el culo en pompa y a disposición de lo que te quieran hacer dentro de él.

Máximo era un despojo humano, con la cara llena de orina y blanca de polvo de coca, y apresado cómo un vulgar ladronzuelo esperando las perversiones de mi benefactor. Lo primero que hizo fue colocarme delante de su boca y cogiéndome con su mano el cipote se lo metió en el hocico al chaval para que me lo mamara, y después se colocó detrás del niñato y de una sola estocada le envergó el pedazo de pollón que le cuelga entre las piernas, y que viene a ser el doble que el mio. Máximo en ese momento soltó mi cipote de golpe de su hocico, para vociferar y chillar de dolor. Los gritos del niño salían de su boca sin consuelo, de angustia y de amargura, mientras el sádico cabrón hacía estragos en el ano del camarero, y se lo follaba como un puto animal cabreado, con movimientos duros, fuertes, rápidos, sin la más mínima delicadeza y afecto alguno.

¡Joder que morbazo! Yo cogí al chaval con garra de los pelos volviéndole a insertar de nuevo mi pollón dentro del hocico para que se callase, al mismo tiempo que miraba su boca tragándose mi verga y por encima su boquetón del culo comiéndose sin auxilio ninguno el cipotón monstruoso de Paco. El pre-cum de mi polla era un caudal dentro del boquino de Máximo, la escena era tan caliente que me tenía al límite de la excitación, del morbo, drogado por todo lo que me había tomado hantes de entrar con el niño en el váter, y asustado por las reacciones de Paco tan perversa, crueles y salvajes que tenía hacía el camarero. Aún así, estaba pletórico de adrenalina y fuera de mí, y súper dispuesto a hacer lo que Paco me pidiéra, lo que él deseara hacerle al muchacho, yo quería vicio, quería placer, quería disfrutar de los dos, y gozar del momento.

Paco: ¡Asiiii!... ¡Pedazo de mierda!… ¡Maricona chupa pollas!… ¡Que culito tienes más bueno come rabos cabrón!… ¡Uffff!... Te voy a destrozar este ojete de calienta pollas que tienes hijo de puta, para que aprendas cabrón, que con mi Pablo se folla cuando yo te lo ordene y te lo mande maricona... ¡Tóma pollón!... ¡Tómaaaaaaa!

Jadeábamos y suspirábamos juntos de puro placer, yo por delante y él por detrás, mientras jodiámos al niñato con muchísima violencia y crueldad. Veía cómo Paco le metía la polla cada vez más rápido, violándole el culito a lo salvaje, cómo un perro rabioso e implacable, y eran tan bestiales las empolladas, que sin tocarse la polla el chaval, también porque no podía, se corrió de gustazo el cabrón, llenando de lefa el suelo y formando un abundante charco blanquito. Al mismo tiempo que su capullo escupía los chicates de leche, Paco y yo empujábamos nuestros pollones con más fuerza hasta el fondo de su boca y de su ano, haciéndole sentir una de las corridas más alucinantes y placenteras que ha tenido el niñato en su puta vida.

Paco: ¡Asiiii!... Correte de gusto puto maricón... ¡Wauuu!... Mira Pablo, mira cómo se vacia el cabrón del gustazo que le estamos dándo, puto marica... ¡Mmmm!... No te creas ni por un segundo que esto se acaba aquí cabrón, ahora te voy a partir el recto y te voy a meter el bate de beisbol por el puto culo, Ya verás maricona, te va a encantar.

Al escucharle decir aquello al cabronazo de Paco, e imaginarme lo que le iba a hacer al niñato con el bate, no pude más, y todo lo amable y delicado que había sido con Máximo en el váter se había escapado de mi cuerpo, ya no estaba, no existía, y ahora yo era otro, me había convertido en otro puto vicioso cómo Paco con una lengua perversa y unos movimientos crueles hacía el chaval, aprisionándole fuerte la cabeza con mi mano manteniéndole mi pollón dentro cómo si fuera mi esclavo, mientras soltaba esperma sin parar saliendo de mis cojones a borbotones, y el niñaato, mi esclavo, notando en su labio inferior cómo la vena hinchada de mi tronco latía intensamente una y otra vez, al mismo tiempo que recorría por ella la lefa caliente y se la escupía en la boca por la raja del capullo, llenándosela a ese chaval tan buenísimo de espeso semen.

Pablo: ¡Me corrrooooo!… ¡Ahhhh!… ¡Toma lechazo puto mamón!... ¡Ohhhhhhhhh!…. Trágatela niño, así, cómo tú querías maricona… ¡Me voyyyy!... ¡Siiiiiiiii!

Paco: ¡Joder!... Ese es mi chaval, mi niño campeón, así, llénale la puta boca de leche calentita y que se la trague este puto chupa pollas... ¡Wauuuu!

Después Paco le sacó el cipote del culo a Máximo y se arrodilló en el suelo cómo un perro sediento, comenzando a lamer el esperma derramado en el suelo por el chaval. Tenías que verlo colega. ¡Que morbazo más grande! Era una asquerosa cerda lamiendo, chupando, y recogiendo a lengüetazos el charco de líquido viscoso que había formado los goterones del niño. Cuando terminó de fregar el suelo con la lengua y dejar esa zona bien limpia de lefa, fue hasta el cuartillo que hay en la sala que solo él tiene la llave, donde guarda los juguetes sexuales y algunos utensilios que Paco usa a menudo para sus perversiones con los muchachos. Al regresar llevaba en una mano el bate de beisbol y en la otra el consolador más grande, enorme, y monstruoso que yo había visto en mi puta vida, para que os hagáis una idea, era de gordo cómo el culo de una botella de champán y de largo podría medir tres metros, era algo gigantesco, horripilante, y grotesco.

Cogió un cubo lleno de crema y metío el bate por la punta, embadurnándolo bien con esa pasta viscosa, acto seguido y mientras me indicaba que me pusiera delante del culo del chaval para que lo viéra, le empotró hasta el fondo del recto más de la mitad del bate al niñato, que es lo que le pudo caber en ese momento. Si Máximo antes chillaba por notar el pollón de Paco abriéndole el ano, imaginaros cómo vociferaba y berreaba el pobre chaval, desgañitándose con la voz rota de desconsuelo, de suplicio, de tormento y de un daño atroz, y contra más gritaba protestando, más apretaba hasta el fondo de su culo él cabronazo despiadado de Paco. No os miento y no exagero al deciros, que el niño llegó a tener el bate de beisbol metido por el culo hasta casi la empuñadura, mientras lloraba sin parar pidiéndole al cabrón que parara ya y se lo sacara del culo.

Paco: ¡Siiii!... ¡Asiiii!... A ti te gusta maricona, cómo te lo voy a sacar del culo si a ti lo que te da placer es esto, que te enverguen el puto ojete y te lo abran cómo una plaza de toros mamona... ¡Joder, cómo le entra al cabrón!... ¡Wauuu!... ¡Mmmm!...

Cuando al rato le sacó el bate de beisbol del ano súper destrozado del muchacho, lo cambió por el consolador, repitiendo la misma dinámica y actuando con el mismo instinto cruel e inhumano que a Paco le caracteriza. Tengo que decir que mientras él repetía esta mecánica y esta actividad de meterle sin cesar los artilugios por el ano a Máximo, él continuaba y seguía dándole drogas al niño a tope sin parar, repitiendo lo de la mano llena de coca para que la respirara, le hizo tragar tres pastillas de éxtasis de una vez, y hasta le introdujo un par de veces cristal líquido por el ojete después de sacarle la primera vez la polla de ano, y antes de lo del bate de beisbol. Con esto quiero deciros que el niñato estaba listo de papeles y con un colocón inconcebible y súper, pero súper extraordinario, cómo en otro universo, y espero que fuera de placer cómo el mío, porque yo estaba, wau, cachondo, caliente, y vicioso, no, lo siguiente colega.

Paco: Ven Pablo, niñato mío, dame tu culo, ponme la raja de tu culito y el boquetón en el centro de mi boca, y ya sabes lo que quiero mi amor, tírate pedos en la cara de tu papi... ¡Mmmm!... ¡Dame tus pedos chulo mío!... ¡Uffff!

Y me tuve que peer en su puta y asquerosa boca, porque eso es lo que le pone súper cachondo y vicioso al cabronazo de Paco. Él mientras seguía a lo suyo, metiéndole y sacándole al chaval en el ano de una sola estocada todo lo que podía tragar del monstruoso consolador ya estaba muy dilatado y extraordinariamente abierto. El grandísimo dildo entraba sin ninguna resistencia, el crabrón tenía el culo más abierto que un centro comercial, así que siguió bombeándole a un ritmo bestial mientras Máximo lloraba y gemía babeando y suspirando sin parar. Le podía sacar por completo el consolador del culo al niño, y volvérselo a meter entero de un golpe, sin la mínima piedad y suavidad, todo lo contrario, cada vez era más bárbaro y animal presionando hasta el fondo. Máximo tenía ya tan amplio y hogado el boquete del culo, que le podría caber perfectamente dos pollones al mismo tiempo, y bien juntos envergárselo a la vez, y eso fue lo que se le pasó por la mente a Paco.

Fue quitando al chaval de la guillotina mientras Paco me señalaba que me tumbara en la colchoneta, y una vez que me vio echado subió inmediatamente al niñato encima de mí, colocándomelo de cara, de espaldas y de culo hacía él y envergándole rápidamente mi cipote en su ojete. No me dio tiempo a empezar a cabalgármelo por el culo, cuando ya Paco estaba clavándole su pollón en el ancho hueco que se dejaba ver entre mi verga y su boquete. Sentía el cuerpo caliente de Máximo encima de mí, su boca pegada a la mía y morreándonos sin descanso mientras se retorcía y suspiraba de placer, al notar esos dos enormes pollones taladrándole el boquetón del culo con mucha ferocidad. Nos lo follábamos con fuerza, violándole su pobre culito sin humanidad, bien firme y duro cómo él ya vicioso, lascivo, y lujurioso, nos gritaba de gustazo pidiéndonoslo por favor, mientras yo le agarraba separándole a tope las redondas nalgas tan ricas para no obstaculizar nuestra follada y hacerle temblar de gozo con cada embestida de polla que le dábamos.

Me encantaba ver a Máximo el guapísimo cómo botaba sobre mí, mientras le envergábamos las pollas en el culo, disfrutando mucho mirándole los abdominales, sus pezones tiesos y duros, su cuerpo mojado por el sudor, la cara que ponía de puro vicio, y su polla botando sobre mi vientre segregando pre-cum sin cesar por el placer. Esa imagen me ponía a mil por hora, calentándome a más no poder, y dándome un morbazo de puta madre. En ese para mi momento solo existía para mi Máximo y yo, y lo estaba disfrutando cómo nunca, y Paco no me importaba una mierda aún que estuviera allí con nosotros, yo solo me concentré en ese chaval que tanto había deseado follarme y tomé las riendas de su cuerpo agarrándole con las dos manos sus nalgas dándoles fuertes cachetadas, y empecé a bombearles pollazos a toda velocidad cómo si mi pollón fuera el único que estaba dentro de su culito.

Paco seguía empalándolo por detrás conmigo, al mismo tiempo que no paraba de pegar voces diciéndole marranadas, cosas indecentes, y muchas palabras obscenas, pero yo ya no le hacía caso a lo que iba diciendo e incluso no las escuchaba, porque estaba pendiente de otra cosa, y esa cosa era que Máximo había pegado su boca a mi oído y mientras el pobre era violado por el culo, él solo me hablaba a mí, susurrándome muy bajito para que solo yo lo escuchara.

Máximo: ¡Ohhh!... Te amo Pablo, siempre te he querido desde el primer momento que te vi y me hablantes... ¡Uffff!... Solo siento tu polla dentro de mí, solo quiero que tú me poseas, tú, mi macho, y que me hagas tuyo, tuyo nada más... ¡Siiiii!... Creo que te digo estas cosas porque estoy muy colocado y súper ciego, pero es la pura y puta verdad tío, te amo, te quiero, y quiero ser tuyo para siempre... ¡Ahhhh!... Córrete dentro de mí, quiero sentir de nuevo tu leche caliente, pero ahora en mi culo, llenámelo entero y hazme feliz Pablo mío, córrete ya, córrete antes que el hijo de puta cabrón este... ¡Asiiii, muévete mi amor!... Quiero notar cómo me inundas con tu semilla de macho todo mi ano por dentro, y sentir el ardor de tu leche en mis entrañas... ¡Siiii!... ¡Asiiii!... Mi macho, correteeee.

Indudablemente me corrí al escuchar a Máximo decirme aquellas cosas, a mí él también me gustaba mucho, no tanto cómo para ser su novio, pero sí que sentía algo muy especial por el chaval, y por eso quería a toda costa follármelo y disfrutar con él desde hacía muchísimo tiempo. Le llené todo el ano con mi rica lefa, a lo cual él respondió muy excitadamente moviéndose con meneos rápidos y ágiles con su culo y provocándome un placer inmenso que me hizo eyacular esperma a borbotones y dejarle el ano muy bien satisfecho. A los pocos segundos noté el semen caliente de Paco duchándome la polla y anegándole el culo al chaval, mientras se le escuchaba por toda la sala pegar voces de placer al correrse el cabrón. Después de esa corrida nos limpiamos y salimos de la sala, y pasando página de todo aquello, tanto se pasó la página, que Máximo ese mismo día cogió sus cosas y se fue del bar y no volvió jamás.

De vuelta al local.

Marcell: ¿Y nunca lo has vuelto a ver más, digo a Mázimo?

Pablo: No, jamás. Yo creo que cuando se le pasó el colocón y el efecto de las drogas, se dío cuenta de lo que pasó allí aquél día colega, porque es que lo violamos a saco como animales y lo tratamos cómo un despojo humano... ¡Ufff, joder!... También puede ser por lo que me dijo mientras follábamos, que se puso súper cariñoso y enamoradizo, y creo que le daría corte llamarme después, o vete tú a saber... La verdad es que me importa una mierda, jajaja, ya me olvidé de él y paso a otro tío.

Eloy: ¡Wauuuu!... Ha sido cojonudo el relato colega, bestial, y súper morboso... ¡Mmmm!... A mi es que meterme cosas enormes por el culo es que me flipa tío y me vuelve loco de placer y de vicio... ¡Uffff!

Marcell: ¿Y tú Fran, que follada nos vas a contar puto chapero? Jajaja... Que se a buena. ¿Eh?

Fran: Bueno la....

Continuará con Fran...