THE LIST OF FUCKS (12) N.9 Isaac, Emilio y Eloy

Se le aceleró la respiración mientras hablaba, y comenzó a sudar descontroladamente como un cerdo hasta al punto de quitarse la camiseta toda mojada que llevaba puesta. Parecía un potrillo desbocado resoplando del calentón y el subidón tan fuerte que le había pegado el brebaje en la mollera, y se le veía sobrepasado y al límite.

THE LIST OF FUCKS (12)

(Núm. 9. Isaac, Emilio y Eloy)

Marcell: Haber Eloy, explícamelo bien que yo me entere... ¿Qué quieres, montar una fiesta en el local de intercambios de parejas?

Eloy: No Marcell, lo que te quiero decir es que ya nos lo hemos follado Isaac y yo, jajaja.

Marcell: ¡No jodas cabrón!... ¿Si?... ¿Cómo?

Eloy: Es que todavía no he terminado de contarte colega... A ver, ve haciéndote un peta y te lo cuento tío, y ponte cómodo que esto para largo, y además te va a encantar.

Volviendo al relato anterior en casa de Isaac.

Isaac: Espero que te haya gustado colega, porque yo estoy todavía alucinando y el séptimo cielo cabrón.

Eloy: ¿Gustado dices tío?… Ya sabes perfectamente que me ha encantado... Ha sido un polvazo bestial macho mío, como siempre, y todavía no se ha terminado el tema que hasta el lunes no entras a trabajar, jajaja.

Isaac: Pero que viciocillo eres cabrón, jejeje... Y ahora cuéntame tío, haber... ¿Cómo vas a hacerlo para poder follarme a mi compañero Emilio?

Eloy: Pues verás colega, vamos a probar una cosa a ver si sale, y si no, probaremos otra cosa. Hay que aprovechar hoy, ahora que estamos súper agusto bien calientes y cachondos, y puestos de todo hasta el culo... ¡Uffff!... ¿Qué hora es ahora?

Isaac: Son las 23:55... ¿Y?

Eloy: Mándale un WhatsApp y pregúntale si tiene algún plan ahora mismo, y si te dice que no, dile que si quiere venirse aquí a tu casa, que estás con un colega muy amigo tuyo, súper agusto drogándote hasta las trancas y poniéndote hasta el culo de todo... A ver, que te traíste para casa un costo muy bueno de la última incautación, y que además tu colega se ha traído un cristal líquido que es la ostia de bueno... ¿Lo has escrito todo?

Isaac: Si, todo como me lo has dicho... ¿Se lo mando ya?

Eloy: Espera tío... ¿Me dijiste que a este compañero tuyo le iba todo, no?

Isaac: Que siiiii... Si Emilio se lleva costo también de las decomisadas como yo, he incluso más que yo el cabrón. Además tío, no te conté ya, que me dijo el colega que cuando va a esos intercambios de pareja a follar y se droga, y este se droga a tope, incluso más que yo si te digo. Pues eso, que cuando se cuelga y pierde los papeles ya no sabe el tío ni quién le come la polla o que culo se folla... Así me lo dijo en privado, palabras textuales y literales... "Macho llega un momento que miro a mi alrededor y está todo el mundo jodiendo con todos, una puta orgía de cojones, y muchas veces colega del colocón que llevo encima me da por mirarme la polla, y se la estoy metiendo en el culo a un puto tío. Con eso te lo digo todo Isaac. Un día te tienes que venir con una piba, yo te invito tío, ya verás el vicio y el gustazo que te vas a pegar compañero"... ¿Te has enterado ya Eloy?

Eloy: Mándaselo, mándaselo pero ya cabrón, que se me ha puesto el pollón otra vez como un puto bate de beisbol.

Isaac: Enviado ya tío... A ver que contesta.

Emilio le contestó que si, claro que contestó el cabronazo, le dijo que no tenía ningún plan, que estaba libre como los taxis, y encima le preguntó a Isaac que si llevaba algo más de costo que él tenía muy bueno.

Isaac: Le he dicho que traiga lo que él vea y le apetezca, y dice que en media hora está aquí.

Eloy: Pues andando, vamos a vestirnos y recojamos un poco todo esto.

Yo conocía solo a Emilio por fotos que Isaac me había enseñado de su móvil, fotos hechas con los compañeros del cuerpo y algunas con Isaac en plan colegas, y las que yo me preocupé de buscar y ver detenidamente en su facebook e instagram. Llevaba razón Isaac cuando decía que el tío estaba bueno, se le veía en las fotografías bastante bien y guapetón, y en algunas que había subido a instagram en bañador se le podía observar un cuerpazo, y advertir que estaba bien armado por la delantera, vamos, que tenía un señor paquetón.

Emilio tiene 26 años, es alto de 1´80 cm, y como ya os he dicho tiene un cuerpazo. Bronceado de piel y totalmente depilado, y musculoso muy parecido a Isaac, con unos brazos fuertes y unas piernas potentes. Lo que más cachondo me ponía de él era las pintas de macarra chulesco que tiene, la forma de hablar y expresarse como los tíos machos, los movimientos que hacía con sus manazas, las expresiones que soltaba por la boca sin cortarse con esa cara morbosa que ponía al decirte las cosas, y con esos labios carnosos y la mirada súper provocadora. Estaba bien dotado de un delicioso culo exuberante e imponente, con unas nalgas grandes y redondas, como si las tuviera esculpidas el cabrón, y un paquete exagerado y bastante notable que guardaba un cipote gordo, grande, y largo de 25cm ó más, bajo la tela de los pantalones.

Llegó antes de la media hora que dijo, cuando entró, después de abrirle Isaac, ya venía fumándose un porro trompetero, me saludó en plan colega pasándome él peta para que fumara, y se sentó en el sofá totalmente espatarrado. Su actitud nada más llegar y sentarse fue como la de un macho alfa, como si fuera el rey del cotarro pidiéndole a Isaac que le pusiera un copazo bien cargado, y soltando una bolsa llena de costo en la mesita para ir preparando el tema, mientras su compañero le servía y traía la copa. Yo estaba sentado en el sillón de enfrente, admirando ese monumento de hombre, viendo cada movimiento que hacía, cada gesto, cada mueca de su cara, y sobre todo observando detenidamente esa abultada montaña que coronaba su entrepierna. Me tenía malo el cabrón, enfermo de morbo, también era porque Isaac y yo llevábamos horas de fiesta y drogándonos, y ya era más que evidente que el colocón hacía mella en mí y en mi FollAmigo que tampoco se quedaba atrás.

Después de meterse cuatro tiritos por la nariz, dos por cada fosa nasal de nieve blanca, cogió el cubata que le había servido Isaac y se bebió más de la mitad de un solo trago.

Emilio: Joder tío, vengo sequito, que sed colega... ¿Entonces tú eres amigo y un buen coleguita de mi compi Isaac?

Eloy: Si tío, Isaac y yo nos conocemos desde hace años, y tenemos muy buen royo los dos... ¿Y tú también eres guardia civil, no?

Emilio: Si, los dos somos del cuerpo de la benemérita, jajaja, y menudo dos. Anda, que si los mandos nos vieran ahora metiéndonos coca, no veas macho el paquete que nos caía encima, aún que algunos que conocemos son peores que nosotros dos. De todas manera Isaac me ha dicho que puedo confiar en ti, y que de aquí no puede salir nada... ¿Vale tío?

Isaac: No te preocupes Emilio, Eloy es un tío legal y lo conozco de hace años tu tranquilo y sin problemas tío. Además, si yo te contara colega, la de fiestorros y los colocones hasta el culo que nos hemos pillado los dos, y menudas juergas nos hemos corrido juntos... Vamos de todo lo que te puedas imaginar.

Emilio: Jajaja... ¿Todo lo que me pueda imaginar?... Ya estás con tus palabritas de doble intención cabrón... ¡Joder, como sube esta farlopa que he traído!... Es buena, buena tío y pura... ¿La habéis probado ya vosotros?

Eloy: Si tío, si es buena joder... No veas que rápido, y como te sube el pelotazo... ¡Wau!

Isaac: Esta es mucho mejor que la que nos hemos metido antes Eloy... ¡Joder, pedazo subidón tengo más guapo!

Estuvimos largo rato bebiendo, inhalando, fumando, y entre medias hablando de todo un poco, de trabajo, compañeros, amigos, chicas, tíos, hasta que salió el tema del intercambio de parejas y las orgías que me había contado Isaac que hacía Emilio en aquel chalet.

Emilio: Pues si colegas, allí se forman auténticas bacanales de vicio y perversión. Aquello es como Sodoma y Gomorra, pero a lo bestia, vaya, que lo que te cuente es poco para lo que sucede verdaderamente en el chalet de Samir, que así se llama el maromo... ¿Oye Eloy, tú no habías traído cristal líquido?... Pásalo tío, y enróllate.

Eloy: Si, ahí la tengo, pero te advierto que es bastante fuerte colega... Eso te pega un subidón multiplicado por siete, pero es súper buena tío, toma, echátela en el cubata y ya verás como vas a estar en los mundos de yupi a los dos segundos.

Yo le advertí al colega de los efectos, pero en realidad estaba loco porque se lo echara en la copa y se lo bebiera, porque sabía perfectamente que a los pocos segundos de ingerirlo se iba a poner como una moto y caliente como una perra en celo. Saqué el tarrito de una bandolera que yo llevaba y le eché en el cubata medio tarro, mientras él charlaba distraído con Isaac. Tengo que decir que el tarro no solo contenía cristal líquido, además llevaba, Coca, Opio, Polvo de Angel, Éxtasis, LSD, y GHB, todo mexclado con sus medidas exactas para no dañar a la pernona, y sin olvidar una porción de burundanga para quitarle al sujeto la voluntad. Antes de terminarse el tío el cubata, ya se le podía ver perfectamente el cipote empalmado queriérndo romper la tela del pantalón vaquero corto que llevaba, y suplicando sin palabras solo con los movimientos que se percibian bajo su bragueta que lo liberaran cuanto antes.

Se le aceleró la respiración mientras hablaba, y comenzó a sudar descontroladamente como un cerdo hasta al punto de quitarse la camiseta toda mojada que llevaba puesta. Parecía un potrillo desbocado resoplando del calentón y el subidón tan fuerte que le había pegado el brebaje en la mollera, y se le veía sobrepasado y al límite.

Emilio: ¡Esto es la polla!... ¡Uffff, pedazo subidón colega!... Es buena tío, buenísimo de cojones... Y ahora voy a mear tío, que ya no me aguanta más la vejiga y le tengo que cambiar el agua al canario.

Isaac: Pero cuando vengas compañero sigues contando lo del chalet, que está muy interesante y bastante morboso.

Del salón al baño no había ni dos metros, bueno, pues a medio camino ya se había desabrochado el botón del pantalón el cabrón, bajado la cremallera y llevaba la polla por fuera ya lista para echar la meada. Desde el váter me llama el tío y me dice que vaya, para preguntarme donde podía él conseguir lo que le había dado, mi brebaje, mientras yo lo escuchaba mirando como soltaba la orina por esa raja amplia de su capullo inflado, dejando escapar la orina a caños y como sonaba al golpear contra la taza del inodoro, a la vez que Emilio se agarraba con la mano la polla por la base y pagada a sus cojones. Le dije que no se preocupara que yo le conseguiría cuando él quisiera y cuanto necesitara, mientras desviaba la mirada y no ser descarado y para que no se diera cuenta de que le estaba comiendo la polla con los ojos. En ese momento se me pasó por la mente una guarrada de las mías, me vi arrodillado con la cara debajo de ese caño de orina duchándome la cara y cuando hubo terminado el cabrón meterme su pollón hasta la garganta y limpiarle todo el meado restante.

Regresamos al salón otra vez y Emilio se volvió a sentar en el sofá al lado de Isaac, pero sin abrocharse el pantalón para estar más cómodo según dijo él. Con la bragueta abierta podía divisar desde donde yo estaba todo el paquetón bien marcado en los calzoncillos blancos que llevaba puestos, y algunas gotas de orina que humedecían la tela por la parte que reposaba el cabezón de su cipote. Emilio siguió contando lo de las orgías en el chalet por donde lo dejó, y continuó explicando las folladas con todo lujo de detalles. Tanto Isaac como yo lo escuchábamos contar con la boca hecha agua, mirándonos el uno al otro disimuladamente mientras nos lo comíamos con los ojos llenos de vicio, inmoralidad, y depravación. Y no era por lo que contaba, porque la verdad eso de comer tetas y follar coños, como que nos daba igual, era por la forma que tenía el cabronazo de explicarlo y vivirlo, cómo si estuviera allí ahora, en ese mismo momento.

No paraba el mamón de esnifar y de beber ron cola mientras hablaba sin descanso, aturullándose con las palabras y las frases, con la lengua enredada hecha un lío muchas veces. Los tres nos reíamos de buen rollo cada vez que se liaba y Emilio se equivocaba con las palabras. Del subidón que ya tenía en lo alto el tío, no se percató ni se dio cuenta, que se le había salido el cabezón de la polla por fuera del elástico del calzoncillo y el pre-cum le había mojado un poco el abdomen.

Emilio: Pues eso tíos que ese día que os digo al final terminé follándole el culo a un tal Fran, amigo de otro tal Jesús, y lo que nunca en mi vida he hecho, terminé chupándole el rabo a uno que no sé ni como se llamaba el cabrón... ¡Ufffff, colega!... No veas macho como me ha puesto eso que me has echado en el cubata... ¡Joder macho!... Tengo un calentón de mil demonios colegas.

Isaac: Yo estoy igual tío, mírame el cipote, que parece que me va a estallar en los pantalones joder... Y este, mi colega Eloy, no se queda atrás el cabrón, jajaja.

Eloy: Y que lo digas mamón... ¡Uffff!... Estoy que ardo tío.

Emilio: No veas tío si hubiera ahora una tía aquí, me la follaba y le estaba metiendo la polla hasta que le sangrara el coño... ¡Wauuu!... ¡Mmmmm!... ¿O no, colegas?

Eloy: Sí, estaría bien, pero volviendo a lo que te follaste a los tíos ese día que dices... ¿Te gustó la experiencia?

Emilio: Pues... Es que estaba muy excitado, cachondo, y muy calentón tío, y además súper colocado y de subidón a tope... Pero si colega, me gustó y disfruté muchísimo. Isaac: Entonces te pregunto tío. ¿Para qué quieres el coño de una guarra si tienes aquí y ahora dos bocas mamonas, y dos culos hambrientos y locos por tragarse tu pollón?... Jejeje.

Emilio: ¿Sinceramente compañero, tal y como estoy ahora mismo?... ¡Uffff!... Me importa un carajo y una mierda si hay un coño o no, si queréis comerme la polla, aquí estoy, serviros vosotros mismos putos mamones.

Emilio ya estaba listo de papeles con un subidón de cojones y dispuesto a hacer lo que le pidiéramos, y como le prometí a Isaac, hoy me había propuesto ver como su compañero y mi guardia civil particular era bien enculado por el pedazo de pollón de aquel machote. El puto depravado seguía espatarrado sentado en el sofá, con el paquetón súper marcado en los calzoncillos, tocándoselo, agarrándolo con su mano, poniéndose la polla más dura aún de lo que ya la tenía y toda empalmada. Isaac que estaba sentado a su lado bajó la cabeza hasta la entrepierna de su compañero, y sin pedirle permiso comenzó a comerle la polla por encima de los calzoncillos. Se encontró con la tela totalmente mojada por el pre-cum baboso que segregaba su capullo, y un olorcito realmente exquisito era una mezcla a polla de macho sudada, pre-cum, y orina. Se veía que el tío mojaba bastante por la polla, se le ponía chorreando por la excitación, cuando se calentaba, y eso daba paso al vicio y al guarreo. Le pasó la lengua a todo lo largo del pollón, terminando por mojarle por completo los calzoncillos con su saliva, hasta que el cipote se le transparentaba, y se le podía ver la forma del capullo y hasta la vena más fina de su tronco.

Eloy: Así, chupa Isaac, chupale la polla al buenorro de tu compañero... ¡Mmmm!... Disfruta de ese manjar tan delicioso y tan deseado por ti... ¡Máma cabró!... Hazle gozar como me haces gozar a mi.

Emilio: ¡Ohhhh!... ¡Siiiiii!... ¡Que gustazo de boca maricón!… Es que lo sabía tío, sabía que te yo y no me equivocaba que te gusta comer rabo... ¡Uffff!... ¡Que mamada joder!

Eloy: Dime cabrón... ¿Te gusta como te chupa la polla tu colega y compañero?

Emilio: ¡Joder!... Me encanta, me encanta, me encanta tío, sigue así, no pares mamón y sigue tragando.

Me desnudé y me acerqué a Isaac y lo desnudé entero también, y de camino le dí un buen repaso con mi lengua en su rico ojete. Después de comerle un poco el culo quise unirme a él, y ayudarle con la chupada de polla que tan ocupado lo tenía. Antes de nada dejé que Isaac le quitara los calzoncillos a mordiscos, sabía que le hacía mucha ilusión y le daba morbo arrancarle la tela a bocados, rompérsela con los dientes y liberarle la polla empalmada del puto macho de su compi. Acto seguido acercó su lengua al glande y lo lamió como una gata en celo.

Después me arrodillé al lado de Isaac los dos juntitos, pegando boca con boca besándonos con el tronco en medio, lamiendo de arriba abajo con nuestras lenguas, y dándonos el turno el uno al otro para encájarnos en la puta boca el pollón tan enorme y sabroso de Emulio. El tío estaba como loco chillando a voces del gusto que le estábamos dando mi amigo y yo en la polla, "así mamones, así a mamar", decía mientras el cabrón se abría de piernas, levantando la pelvis hacía arriba, dándonos sacudidas en la cara y en la boca de turno, mientras nosotros dos gozabamos como perras. Le chupamos el cipote entero, metiéndonoslo hasta lo más profundo de nuestras gargantas y tragando cada uno en su boca la más mínima e ínfima gotita salada de pre-cum, que salía del capullo de Emilio mezclada con la saliva del otro.

Fue inclinando el cuerpo hasta que el colega se tumbó a lo largo del sofá apoyando la cabeza en el reposabrazos y manteniendo las patorras bien abiertas. Isaac siguió trabajándose con su mamona boca las partes bajas del compañero, estirarando aún más con sus manos los muslos del tío y sujetándolos fuerte, y abriendo a tope para contemplar en condiciones el pastelón que se estaba devorando. Yo me desplacé hasta colocarme de pie con mis huevazos colgando encima de su cabeza, al mismo tiempo que me sobaba el pollón muy suavemente sobre su frente y le miraba la cara que ponía de alegría el cabronazo. Comencé a darle golpecitos dejándole caer mi cipote sobre la frente, a pasearle mi capullo bien mojado de pre-cum y esparcirle el líquido por la frente, los ojos, por la nariz para que notara su aroma y terminé en los labios con un buen restregado a la vez que le frotaba el tronco entre el labio superior e inferior.

La cara de Emilio era de goce total, su cuerpo se retorcía de disfrute con cada chupazo que le daba Isaac en la polla, sus manos se aferraban fuertemente a sus pelos agarrándolos con fuerza, sin dejar que el compañero se escapara, mientras él continuaba como un puto animal follándole la boca con su pedazo de pollón. Esa mamada era brutal, Isaac se volvía loco chupándole la polla, dándole placer y llevándolo hasta el límite del vicio más grande. De repente me fijé en la cara de Isaac toda colorada, con la cabeza apresada con fuerza entre los muslos del tío y la boca hundida en su entrepierna, tragando sin que pudiera escapar con los ojos cerrados y apretándolos, los mofletes totalmente inflados, e intentando escapar para respirar mientras se le escapaba un líquido amarillo por los labios. El hijo de puta se había meado dentro de su boca como si fuera un puto váter, como su urinario particular y personal, y en ese momento pensé, si la meada era igual que la que yo ví cuando estaba en el baño, menudo riego y desparrame de orina ácida y caliente le habría dejado dentro del boquino al vicioso de Isaac.

Emilio: ¡Traga mamón!... ¿No buscabas vicio del bueno y a un puto degenerado?... Pues aquí lo tienes pedazo de maricón... ¡Ahhhh!... Bébete mi meada entera, la puerca y cochina meada del macho de tu compañero... ¡Asiiii!... Me encanta cabrón.

Isaac: ¡Mmmmm!... Slurp, glug glu glu glu... ¡Riquísimo cabronazo!... ¡Wauuuu!

Emilio: ¡Que gustzo de tío eres cabrón!... ¡Uffff!... Nunca te lo había dicho compañero, pero es lo que más vicio y gustazo me da, no tienes ni puta idea de la gozada que me hace sentir esto que acabas de hacer, beberte y tragarte toda mi meada... Se me escapa solo tío, sin poder controlar la vejiga del gusto y del placer tan enorme... ¿Te ha molestado compañero?... Si es así dímelo tío, que hay confianza y no quiero malos royos ni nada de eso.

Isaac: Para nada colega, todo lo contrario, esto es el vicio, el sadismo, y la perversión que me gusta, bueno que nos gusta a mi colega Eloy y a mi, y cuanto más degenerada y libertina sea la situación, muchísimo mejor.

Emilio: Pues agarraos bien los dos para disfrutar conmigo, porque yo para eso soy un puto cerdo depravado y supersádico... Cabrones habéis dado con la horma de vuestro zapato.

Eloy: Si no hay más que decir... ¿Emilio?... Aquí tienes mi cipote, que te está pidiendo a gritos que le des una buena chupada y te lo tragues a tope, putón... Y tú, Isaac, dale una buena lametada de las tuyas en el ojete y devóraselo como solo tú sabes, y que se retuerza el cabrón de gozo.

Lo levanté del sofá ordenándole y colocándolo a mi antojo, ahora el que mandaba era yo, y los dos guardias civiles machos iban a hacer lo que les pidiera durante el tiempo que me saliera de los cojones. Boca abajo con el abdomen apoyado en el reposabrazos, espatarrado de piernas y el culo bien abierto con el boquete a la vista, y preparado para recibir los regalazos en forma de lamidas por parte de Isaac. Tenía la polla estirada hacía abajo haciendo presión contra el sofá, totalmente empalmada, dura, gruesa, babeando pre-cum por el capullo que se le resbalaba cayendo al suelo, e iba formando un pequeño charco de líquido espeso y blanquecino. Isaac rápidamente se situó agachado detrás de Emilio, con la boca a la altura de su ojete al mismo tiempo que lo sababa y tocaba con los dedos el delicioso manjar que pronto iba a tener el gusto de saborear, y yo me arrodillé en el sofá con mi pelvis frente a su careto de chulo apuntando mi polla a su hocico y esperando que el mamón abriera esa guarra boca y empezara a chupar como un puto marica.

Cuando notó los lametazos de la lengua de su compañero, ensalivándole y empapando a base de bien el boquete de su culo, y sentir ese inmenso gustazo, ahí fue cuando el tío abrió su boca de animal y atrapó mi cipote entre sus fauces y comenzó a chupar a lo bestia. Desde mi posición veía a Emilio bastante ocupado con mi polla haciéndome un pedazo de mamada de manual, mientras lo sometía cogiéndolo por la cabeza, tirándole de los pelos con fuerza, envergándolo, y follándomelo sin piedad por la boca. Como buen empalador que soy y harto de follarme innumerables bocas de tíos, me agachaba para coger impulso y embestirlo con más fuerza cada vez, empotrando mi miembro con rabia mientras el tío babeaba sin parar, dejando escapar la saliva al meterse por completo todo mi pollón, aguantando el maltrato y los insultos que le soltaba por mi boca. Se lo merecía el cabrón de mierda por ser tan chulo, guarro sádico e ir de macho por la vida rompiendo coños como él decía, si, claro, y después se tragaba las pollas a pares que era en realidad lo que a él le gustaba. "Los calo enseguida colegas".

Eloy: ¡Asíiiii!... ¡Traga puto maricón come vergas!... ¡Siiiii!... ¡Cabrón chupa pollas!... ¡Ohhhh, que boca joder, que gustazo puto!... Te he calado desde el principio tío, si, si, si, tú vas a esas fistas para follarte a las pibas por el coño, pero como disfrutas más y te pones más cachondo y calentón, es cuando te comes un buen rabo gordo y duro... ¡Mmmm!... Y estoy segurísimo que te encanta que te den por detrás cabrón, y te metan un buen pollón por el puto culo.

El tío no podía hablar porque su boca estaba súper ocupada y saturada a tope por mi cipote, que no paraba de embestir y empotrarse en lo más hondo de su hocico, pero aun así, el colega asentía con la cabeza de arriba abajo y emitía balbuceos confirmándomelo. Al mismo tiempo y por la retaguardia, Isaac se saciaba de comida como un animal hambriento, lamiendo y chupando sin descanso aquél ojete que tan riquísimo le regalaba sin reparos su compañero Emilio. Mientras devoraba su presa sintiendo en su lengua la calidez de aquél boquete, le metía mano por todas las partes de su cuerpo, le agarraba apretándole los huevos, le acariciaba la polla, después recoría su torso hasta llegar a los pezones y se los estrujaba con furia, para luego bajar otra vez hasta su trasero y abrirle las nalgas a tope con sus manazas.

El ardiente culo de Emilio se encontró con la lengua insaciable de su amigo, ni él mismo podía imaginar como ese tío, su compañero Isaac, le gustaba comerse un buen culo y darle un placer que jamás había sentido en su vida. Le chupó el boquete del ano bañándoselo en saliva caliente, notando como el esfinter se le aflojaba y se le abría ante aquella lengua invasora y peleona, y sintiendo como la saliva se extendía por todas las paredes de su conducto anal. El mamonazo de Isaac chupaba, y chupaba sin pausa ese culo cada vez más dilatado, y ya no solo se lo follaba con la lengua, si no que también le hurgaba el boquete metiéndole los dedos uno tras otro, de dos en dos, al mismo tiempo que le introducía a presión el lengüetón dentro del ojete.

Eloy: Cómo te gusta ese culo... ¿Eh cabrón?... Fóllatelo tío, métele todo el pollón y reviéntale el ojete al puto maricón éste... ¿No lo ves colega, que lo está deseando como una perra?... Métesela de una puta vez.

Isaac: ¡Uffff, tío!... Es que ya no aguanto más, estoy al puto límite colega, y tengo unas ganas de follarle el culazo al chulo de mierda éste, que ni te lo imaginas... ¡Joder!… Mira al drogata de mierda como disfruta el cabronazo... Emilio, te voy a reventar por dentro hijoputa y partirte el virgo de este culo, si aún lo tienes.

Sin sacar mi cipote de su boca me incliné posando mi pecho sobre su espalda, mientras mis manos separaban las nalgas de Emilio, abriendo de par en par la raja de su culo, y ayudando a mi amante para facilitarle la entrada de su monstruosa polla. Isaac apuntó en el centro del boquete y se la metió entera de una sola embestida. Del colosal dolor que sintió por la cornada tan bestial que el compañero le metió, el cabronazo me mordió hasta la polla, y no paraba de gemir y jadear con gritos ahogados. Disfruté muchísimo ese momento al torcer la cabeza hacía abajo y verle la cara descompuesta y toda roja al machote traga rabos, y también gocé como un loco al ver el sueño de Isaac cumplido, que no era otro que violarle el culo a su compañero Emilio. A pollazos se la clavaba hasta el fondo del recto, sin contemplaciones y sin piedad ninguna Isaac le cogía de las caderas con las manazas grandes, se las apretaba fuerte haciendo presión contra su pelvis al mismo tiempo que le pegaba una follada descomunal por detrás, metiendo y sacando ese pedazo de cipotón, que era aún más grande y grueso que el Emilio.

Isaac: ¡Que gozada cabrón!… ¡Siiiii!... ¡Que culo y que agujero tan apretado tío!… ¡Joder Emilio, me tienes en la gloria maricón!… ¡Tomaaaa!… ¡Asiiiiiiii!… Muévete putón, y trágate, jódeme, y fóllame bien este pollón

Eloy: ¿Le tenías ganas a ese culazo, eh cabrón?... ¡Wauuuu!... Me encanta verte así colega.

Isaac: ¿Que si le tenía ganas?... Eso es decir poco tío... ¡Ufffff!... Estoy flipando... Es un sueño hecho realidad cabrones.

Eloy: ¡Joder, puto mamón!... ¡Ohhhh!... Cómo sigas mamándome la polla así, tan rápido y tan fuerte, me voy a correr de gusto en tu puta boca cabrón... ¿Quieres que me corra en tu boca, y te la llene de lefa?

Emilio lanzó un gemido sin sacarse mi polla de la boca, y me miró a la cara dándome a entender que quería que me corriera, y que le escupiera dentro de su boca toda mi leche caliente. El tío vicioso estaba enloquecido y fuera de sí, movía la cabeza freneticamente sin descanso, una y otra vez sin parar, cómo deseando sentir mi semen en su mamona boca, y verme jadear de gusto mientras le inundaba de esperma cremoso todo el boquino. No dejaba de mirarme a la cara de placer que yo ponía mientras succionaba con su boquita aceleradamente, al igual que yo contemplaba la suya, y veía en su rostro como se reflejaba lo guarro y sádico que era el colega, y como disfrutaba la maricona reprimida con mi cipote dentro de su garganta. Y comenzó a salir lo que él tanto deseaba, y estaba como loco esperando, mi esperma calentito, el cual solté por la raja del capullo a borbotones llenándole entero el hocico y dejándoselo bien mojado y cremoso. Se lo tragó todo el mamón, todo el semen bajó por su garganta acabando en su estomago, y eso me puso, "Wauuu", a tope, al límite del vicio más puerco y depravado que podía imaginarme en ese momento.

Eloy: ¡Ahhhhh!... ¡Me corroooo!... ¡Siiiii!... Cómetela toda y trágatela, putón chupa pollas… ¡Ufffff!... Cabrón como la comes, que gustazoooo... ¡Cómo traga mi lefa tú amigo Isaac!... ¡Wauuuu!

Isaac: Ahora voy yoooo... ¡Toma puta marica!… Toma mi leche, toda para ti compañero y para tú culazo bien abierto… ¡Me corrooooooo!… ¡Ohhh,siiii!... Dentro de tu boquete de tío macho… ¡Siiiiiii!… ¡Ahhhhh!... Esto es un buen culo, joder… ¡Asi traga, traga, tragaaaa!

Después como siempre y cómo a mí me gusta, me lancé hasta ese culo bien follado con el ojete repleto de exquisita lefa de Isaac, y enterrando mi boca en ese boquetón me dispuse a chupar, lamer, absorber, y tragar crema espesa como una perra sedienta. No tengo ni que decir que antes de todo esto que he dicho, Emilio me hizo un buen limpiado en el cipote y me lo dejó súper reluciente, muy seco.

Nos pasamos a la cama del dormitorio de Isaac para continuar la fiesta, y como era de esperar teníamos los tres los pollones tiesos y duros como mástiles de barco. Era normal con la que llevábamos en cima los tres, entre todas las drogas que tomamos, el alcohol que habíamos bebido y el calentón que nos quemaba el cuerpo, pues ya me diréis, no es que estábamos ciegos y cachondos, es que nos subíamos por las paredes. Pero aún así tío, Emilio era peor que nosotros, no paraba de meterse narcóticos, todos y cada uno que antes os he mencionado, y bebía como un cosaco el cabrón, él solo terminó con dos botellas enteras de ron en menos de una hora. Llevaba razón Isaac cuando me dijo que su compañero Emilio era incluso peor que nosotros dos juntos.

Emilio: ¿Y ahora a que juego quereís jugar pedazo de maricones?... Porque yo estoy a full, y veo que vosotros también, jejeje... Que colocón más guapo llevo encima cabrones... Soís la ostia colegas.

Eloy: Verás, macho pollón de mierda, que estás como un tren de bueno, joder, jajaja, ahora te vas a follar el culo de tú compañero que está deseándolo y mientras le metes todo ese pollón gordo, largo y grande, yo te voy a violar con un consolador que tiene Isaac escondido en un cajón de la mesita de noche... ¿Que te parece la idea tío?

Emilio: ¡Uffff!... Genial putón, me mola la idea... A mi ya me importa todo un carajo a estas alturas, así que hacedme lo que os de la gana colegas, pero tened en cuenta que yo soy muy putañero y perverso, y haré también de las mias, jajaja.

Isaac: Yaaaa... Ya me dí cuenta cuando me usaste como retrete mamonazo, y me tuve que tragar toda tu orina.

Emilio: ¿Pero no me digas que no te gustó perra?... Beberte toda mi meada calentita y tragartela entera como un campeón... Por eso no te enfades tío.

Isaac: Para nada tío... ¡Uffff!... Claro que me ha encantado y lo volvería a hacer contigo y con Eloy mil veces más... ¡Joder!

Emilio: A mi me encanta eso tíos, que se orinen en lo alto mia me pone a cien, me da igual que sean tíos, tías, o todos juntos, pufff, pero cagadas y cosas de esas raras no, para nada.

Eloy: A nosotros eso último tampoco tío... ¿Eh, Isaac?... Pero por lo demás, estoy abierto a todos los juegos perversos que me hagan gozar.

Isaac: Lo secundo y lo apoyo tío. Por lo demás, contra más pervertida y viciosa sea la follada, mejor que mejor.

Eloy: ¿Sabes lo que realmente deseo y me apetece ahora, antes de nada de lo que te he dicho Emilio?

Emilio: Dime tío.

Eloy: Besarte colega, comerte esa boca que tienes tan morbosa y meterte la lengua hasta la garganta... ¡Mmmm!... Y chuparte todo el cuerpo a lametazos cabrón, y paladear disfrutando como un loco ese sabor que tienes... ¡Wauuu!

Emilio: ¿Y a que esperas cabrón?... Ven y cómeme entero.

Y diciendo, "Ven y cómeme", me agarró con su mano por la nuca atrayéndome hasta él y me besó con sus labios juntándolos con los míos. Fue un beso largo e intenso con lengua incluida que me pareció en ese momento eterno, estaba en el paraíso, en la gloria, mientras ese pedazo de tío bueno presionaba su boca contra la mía, y sentía su lengua toda dentro restregándose y jugando con la mía. Estuvimos comiéndonos el boquino varios minutos al mismo tiempo que mi mano agarraba su cipote bien duro, y mis dedos jugaban con su capullo haciéndole redondeles y circulitos con el pulgar, mientras lo resbalaba por encima de su rajita ayudado por el pre-cum que iba emanando de ella. Después de un buen rato besándole la boca bajé con mi lengua y empecé a lamerle con mucha delicadeza y entusiasmo el cuello, el pecho, los pezones, uno y luego el otro con mordisquitos incluido, cosa que le dio mucho placer porque comenzó a gemir y a jadear acaloradamente de gozo.

Continué bajando sin dejar de lamer hasta su abdomen, el pubis, donde me detuve además de relamer a percibir y olfatear también el olor que desprendía a hombre. Luego proseguí hasta el capullo donde saboreé su salado pre-cum, descendí por el tronco de su pollón notando mientras lamía cada vena marcada en él, y cuando mi lengüetón aterrizó en sus huevos me quedé un buen rato comiéndoselos con agonía, y cómo antes hice con los pezones, también me los tragué de uno en uno primero, para terminar al final con los dos juntos dentro saturándome la boca.

Emilio: ¡Joder tío, que gustazo!... ¡Siiii!... ¡Asiiii!... Estrujámelos con tu boca, tira fuerte de ellos que me encanta colega, hazme daño... ¡Sígueee!... Empuja cabrón, empujaaaa... ¡Uffff!

Mientras yo seguía con mi jueguecito de lamidas por su cuerpo y que ahora ya estaba por sus piernas, Isaac no quiso sentirse excluido y levantando el culo de la cama se sentó de nuevo, pero esta vez puso su trasero encima de la boca de su compañero Emilio para que se entretuviera con su ojete y así no aburrirse. Desde donde yo estaba chupándole con mi lengua los dedos de los pies al colega, podía ver perfectamente a Isaac de cara a mí, con las piernas flexionadas y los pies encima del colchón y a cada lado de la cabeza de Emilio, con todo el cipote duro y empalmado apuntando al techo, y su culo cubriendo totalmente la cara del tío mientras veía como el colega sacaba su lengua y le follaba el ojete con ella.

Cuando Isaac tuvo el boquete del culo bien jodido a lametazos y bastante dilatado, recorrió un par de pasos hasta la polla de Emilio y se sentó encima de esa tranca metiéndosela hasta el fondo del ano de una sola estocada. Emilio gritó e Isaac chilló, pero no de dolor si no de puro gusto, uno porque la sintió gorda, rígida, y caliente rellenándole todo el recto, y el otro, porque percibió el gustazo que le daba en la polla cada vez que su compañero contraía el ano y le estrangulaba la estaca. Yo acerqué mi boca hasta el culo de Isaac y el pollón de Emilio, o sea, a la follada, y metí mi lengua para relamer con placer, mientras miraba muy de cerca aquella cabalgada. Introduje como pude mi lengüetón entre el ano y la polla, en el hueco que quedaba y yo veía que podía penetrar, atrapando con las pupilas gustativas los fluidos que soltaban tanto uno como el otro cabrón.

Yo flipaba mirando muy de cerca la jodienda, cómo su compañero Emilio le agarraba a Isaac los glúteos con las manazas grandes, y se los apretaba haciendo presión al mismo tiempo que se lo follaba, metiendo y sacando ese pedazo de cipotón, que era aún mas grande y grueso que el de Isaac, y ya era decir. El tío maricón traga rabos solo podía someterse y recibir con gusto las embestidas brutales, feroces, y violentas del cipotón que tanto había deseado, el de su compañero guardia civil y colega Emilio. Cómo le había dicho a Emilio antes, el consolador se lo iba a meter por su culazo si, o si, así que lo cogí del cajón, lo lubriqué con una buena cantidad de crema y acercándolo a su boquete se lo inserte despacio pero con precisión, y directo hasta el fondo.

Emilio: ¡Ayyyy!... ¡Joder, joder, joder que gustazo cabrón!... Cabrón me acabas de partir el culo... ¡Ufffff!... Puto maricón.

Eloy: Chilla maricona... ¡Asiiiii!... Grita de placer que sé que te gusta cabronazo... ¡Wauuu, que boquetazo joder!... Te voy a dejar el ojete como un bostezo... Total y completamente abierto tío.

Isaac: ¡Ufffff!... Dále, dále fuerte colega, que cada vez que se lo clavas hasta el fondo me destroza con más potencia el ojete, y me lo desgarra dándome un gustazo increíble... ¡Ohhhh!... ¡Asiiii!... Méteseloooo.

Eloy: Poneros los dos a cuatro patas, tú Isaac delante y tú Emilio detrás de él, pero no dejes de follárle el culo al colega, que quiero tener a mi disposición tu ano y darte placer con el dildo.

Obedecer era fundamental si querían vicio, placer, y sobre todo disfrutar como guarros, así que los dos sabían perfectamente que yo era el que me encargaba de llevar las riendas del cotarro y tenían que acatar mis órdenes fueran las que fueran. De todas maneras en las condiciones que estábamos tanto ellos como yo, cada postura, cada juego, o cada cosa que se nos pasara por la mente que fuera súper viciosa y perversa, estaba más que permitida y sin límites ninguno. Dicho esto, se colocaron en la postura que les ordené, Emilio seguía empalándose con el pollón el ano de Isaac con su pecho echado encima de su espalda, mientras le agarraba y pajeaba reposadamente con la mano el cipote rígido de su compañero.

Ya tenía el culo de Emilio en pompa, abierto, y a mi entera disposición, como yo quería. Le volví a meter el dildo monstruoso por el ojete bruscamente de un solo golpe, provocando que el cabrón se la clavara cruelmente a Isaac con violencia por el movimiento de la clavada, y sacándole a los dos un grito de inmenso y grandioso placer. Lo que más morbazo me daba, y me ponía súper cachondo, no era que le estuviera follando el culo al tío con el consolador, que también, era más el pensar lo putón, lo maricón mamona, las pollas que se habría follado y los cipotes que le habrían metido por ese culo, y el cabrón iba de tío macho, dándosela de machote rompe coños, y la verdad era que se las tragaba por la boca y el culo de dos en dos las buenas pollas.

Llegados a ese punto ya me daba igual 8 que 80, y se me pasó por la mente una tremenda guarrada, una perversión descomunal, así que le dejé el dildo embutido dentro del ojete, me puse de pie en la cama delante de ellos apuntando con mi cipote encima de sus cuerpos, y comencé a bañarlos de meados, mientras me orinaba a caños en lo alto de los dos cabrones. Los duché a conciencia llenándolos de meados a los dos cerdos, con copiosa abundancia mientras alucinaban de gozo y extrema excitación. No me dio tiempo a terminar la meada, cuando el mamonazo y vicioso de Emilio se acercó atrapándome la polla con su boca de guarra, y empezó a succionar fuerte para sus adentro y se tragó la orina que faltaba por salir de mi vejiga.

Eloy: Eres un puto cerdo mamón... ¡Mmmm!... Es que te lo tragas todo cabrón... ¡Uffff!... Da gusto follar contigo tío, con los dos colegas, porque mi Isaac, mi macho, es un puto crac, y no se queda atrás en cuestión de vicio guarro y perverso... ¡Wauuuu!

Emilio: Si tío, soy un guarro, un puto cerdo que disfruta con estas cochinadas... ¡Mmmm, que ricoooo!... Mira a tu macho como dices, a mi compañero Isaac, que es otro puto cerdo, míralo tío, mira cómo lame el meado a lametazos que se me resbala y me chorrea por el cuerpo... ¡Uffff, flipando!

Dejé a Isaac a su bola que se saciara a tope lamiendo y chupando el cuerpazo del buenorro de su compañero, mientras yo volvía a ocuparme del culo de Emilio, sacándole el consolador del boquete bien abierto y enrojecido. Me subí de rodillas encima de la cama y colocándome detrás de su ojete bien amplio le metí entero mi cipote, empitonándolo como un toro y clavándoselo de una sola cornada.

El movimiento al clavar mi pollón, hizo que se tragara de un golpe el cipote de Isaac que estaba arrodillado e inclinado delante del colega lamiéndole la espalda y con la entrepierna pegada a su boca, lo cual le resultó bastate facíl atraparlo con sus fauces. Me eché en lo alto de Emilio, mientras me lo follaba por el culo, acercando mi boca también al apetitoso pollón que se estaba devorando, el de Isaac, y comenzamos una lucha de lenguas, de salivas, de bocas por capturar aquel prisionero tan sabroso. Isaac se situó de lado a nosotros, de forma que su verga quedaba a la altura de nuestras caras y bocas, al mismo tiempo que nos agarraba de los pelos con sus manazas obligándonos a sujetarla en medio. Le pajeamos el pollón con nuestros labios, uno a cada lado del tronco, subiéndole y bajándole la piel brillante por nuestras babas. Cada vez que bajabamos la piel hasta abajo, el capullazo granate de su cipote se descubría grandote, hinchado, mórvido y muy mojado de pre-cum, mientras Isaac nos apretaba fuertemente contra su dura polla y nos hacía pajeársela con nuestros morros.

Fue como un volcán, una explosión de lefa lo que emanó de aquél capullo, a borbotones salió disparada la lechada del pollón de Isaac del gustazo tan tremendo que le habíamos pegado con nuestra paja de cara, labios, y lengua, mientras presionábamos los dos dándole placer. Emilio se me adelantó el cabrón, apresando el cipote de su compañero con el boquino para limpiarle el semen a lametazos y paladear el sabor del líquido viscoso. Mientras la chupaba en su boca empezó a retorcerse como un loco acelerando los movimientos y las embestidas que él mismo me daba en la polla con su ano, y a contraerse apretando cada vez más el boquete de su culo, y es que el hijoputa se estaba corriendo de gusto, solo, sin ayuda de pajas, y sin tocarse siquiera el cipote. Al ver la situación y la escena, yo fuí detrás de los dos, corriéndome y vaciando todo mi esperma dentro de su delicioso culo.

Marcell: ¡Joder cabrón, que follada más descomunal!... ¿Y ahí terminó la cuestión?

Eloy: Bueno, hicimos varias posturas más, pero ya estábamos tan ciegos y colocados que al final hablamos más que follamos la verdad... ¡Ufff, colega!... Fue bestial Marcell, y un placer como nunca... ¿Y tú que tal con Valerio?

Marcell: Calla tío, calla, que al final estuve follando con su amigo Amadi, el compañero de piso, y menuda follada cabrón... ¡Wau!

Eloy: No jodas cabrón... ¿Amadi el negrito? Jajaja. Pués nada Marcell cuenta, que ahora te toca a ti, y ya sabes colega, como yo te he contado mi follada, con detalles.