THE LIST OF FUCKS (1) (Núm. 14. Román de UPS)

Hace algún tiempo monté con mi amigo Eloy una productora de pelis porno que en realidad no existe, solo es una fachada y una mentira, pero de esta forma mi amigo y yo nos hinchamos de follar a toda clase de niñato buenorros... Y os contaré algunas de nuestras folladas.

THE LIST OF FUCKS (1)

(Núm. 14, Roman de UPS)

Ante todo, me llamo Marcell, soy un estafador del sexo y un puto violador, y tengo una lista de más de 200 folladas grabadas y me encantaría contaros alguna de ellas.

Hace algún tiempo monté con mi amigo Eloy una productora de pelis porno que en realidad no existe, solo es una fachada y una mentira, pero de esta forma mi amigo y yo nos hinchamos de follar a toda clase de niñato buenorros, con deliciosos culitos, pollas sabrosas, y además gratis. Esto funciona muy sencillo, tenemos una página de sexo gay en internet anunciando la productora que busca chicos con ganas de hacer porno y ganar dinero... lo que ellos no saben es que dinero no hay, y nunca lo cobran. También los reclutamos en bares, discotecas y sitios de ambiente gay.

Alquilamos una nave en un poligono industrial bastante apartado, por aquello de que no nos molesten, ya me entendeís, y la acondicionamos con algunos muebles, luces, y un par de cámaras con tripode. Aúnque la productora es de pega todo se graba y el niñato se lo tiene que creer desde el principio. Os puedo decir que tenemos más de 200 grabaciones para nuestro disfrute personal, y las que todavía están por grabar... jejeje.

Cuando tenemos alguna victima, ya sea bien por que llamen por teléfono, o lo reclutemos nosotros, la cuestión es muy facil. Si es por teléfono nos tiene que mandar varias fotos desnudo, de cuepo entero, de su polla en erección, de su culo, y sobre todo en posturas insinuantes y provocativas... Y no os podeís ni imaginar las fotos que mandan los cabrones, para ponerles a más de uno la polla más dura que el acero. Si lo reclutamos nosotros en algún antro, es por nos ha gustado bastante, y lo único que hacemos es citarlo directamente en la nave para la grabación.

Eloy y yo nos conocemos desde que éramos chavales, somos como hermanos, más que hermanos diría yo, y siempre nos lo hemos contado todo, hasta el más oscuro secreto que tenemos. Nos gusta el sexo duro, guarro, sin límites, perverso y en el que todo vale. Los dos tenemos 27 años, y estamos tremendos de buenos, por eso tenemos tanto exito con los niñatos y nos lo llevamos de calle. A cada uno nos gusta algo distinto al corrernos, a él le encanta pintarle la cara de lefa al niñato de turno, y a mi me pone a cien soltar toda mi leche caliente en la boca del chaval, mientras escucho como se la traga y me aprieta con su mano la base del troco de la polla.

Os preguntaréis por que no reciben dinero alguno si hacen la grabación de la escena... es muy facil y os lo voy a explicar ahora mismo. Cuando el chaval llega al set de rodaje le servimos algo de beber para los nervios, para que se sienta agusto, y le explicamos de que va ha ir la escena. Antes, Eloy y yo, ya hemos decidido quién va ha ser de los dos el actor que rodará con el niñato, y el otro hace el teatro de ponerse detrás de la cámara, aúnque la verdad es que nos lo vamos a follar los dos, y sin compasión alguna. En la bebida que le damos, ya lleva un buen cóctel de drogas, éxtasis y cristal líquido, coca, y sobre todo burundanga, para que no se acuerde de nada después, que haga todo lo que le pidamos y se someta a todas nuestras perversidades.

La Victima:

Roman era un chaval de 18 años recién cumplidos, que trabajaba como repartidor en UPS, y con muchas ganas de meterse en el mundillo del porno. Alto, de 1´80, pelo corto y negro, cuerpo currado de gimnasio, guapo y morboso de cara, un culito prieto delicioso, y un cipote sobervio de 22cm. Nos había mandado bastantes fotos de él, muy, pero que muy provocativas, en una de ellas se le veía de espaldas con el culazo abierto y metiéndose una berengena por el boquete del ano... ¡Uffff!... Ya os lo podeís imaginar como se nos puso la polla a los dos, solo corría por nuestras mentes un único deseo, meterle por ese culito los dos pollones y taladrarle ese agujero que tenía el cabrón, así que decidimos citarlo y que Eloy fuera el actor que rodaría con el chaval.

Roman venía al principio un poco nervioso, era normal por que nunca sabes que puedes encontrarte con gente que no conoces de nada, así que lo tranquilicé y le dije que se tomara el tiempo que necesitase. Estuvimos hablando con él un buen rato, explicándole todo y como iba ha ser la escena, mientras se bebía un par de cervezas como el agua, y bien cargaditas de nuestro preparado. Al cabo de un rato el niñato ya estaba más que listo para empezar el supuesto rodaje. Se le veían los ojos llenos de lujuría, y sin parar de mirar el paquetón que marcaba Eloy en los apretados gayumbos. La boca la tenía desencajada de deseo, paseando una y otra vez la lengua por los labios sin parar, como pidiéndo y suplicando sin hablar que le regalara mi amigo eso duro y gordo que escondía bajo los boxer.

Marcell: ¿Estás bien Roman?

Roman: ¡Uffffff!... Estoy que me salgo colegas.

Eloy: ¿Pero agusto chaval?

Roman: Agusto, es poco cabrón... Tengo un deseo loco por comerte ese cipote que tienes tío, y que te va aromper los calzoncillos de un momento a otro... ¡Mmmm!... Dámela colega.

Mientras el chaval hablaba, o valvuceaba mejor dicho por el calentón, se sobaba con la mano una y otra vez la entrepierna por encima de los blancos y finos calzoncillos, deleitándose con lo que tenía ahí abajo, después se la metió por debajo colocándose la verga y la volvió a sacar para marcar bien el pollón en la bragueta, hasta que el capullo se le salió por el elastico y tocó el hueso de la cadera. Eloy se acercó hasta él y le puso todo el paquetón durísimo encima de su cara, y sin dudarlo ni un segundo comenzó a restregárselo por ella. Roman se metió la mano a fondo y con ella se sacó la polla y los huevos por un lateral del slip. Aunque jovencito, tenía un pollón que nada tiene que envidiar al de ningún hombre con más edad... Largo, grueso, venoso, con una capucha que de momento recubre en parte su cipote. Fue agarrárselo por la base para empezar a masturbarse y la tranca pegó un último estirón que dejó el capullo al descubierto, mostrando un generoso cipotón brillante y de generosas proporciones... Tal y como era en las fotogrfías que nos mandó.

Yo lo grababa muy de cerca con la cámara de mano, tan cerca de él que casi podía oler con mi nariz el aroma que desprendía ese pedazo de pollón. Me arrimé aún más, y no pude resistirme, no pude reprimir el deseo y lo agarré con mis labios poco a poco hasta que lo engullí por completo y comencé a chupárselo como un poseso. Una puta locura fue cuando noté latir aquél pollón dentro de mi boca, me sentía como un cerdaco con aquél trabuco rozándome la campanilla, y dentro hasta el fondo, hasta los huevos, mientras miraba como le babeaba la bragueta a mi amigo Eloy. Levantó las piernas y se pasó una mano por su culito de melocotón, frotándose con energía por encima de la tela la entrada del ojete, al mismo tiempo que suelta un gemido de placer y sientro dentro de mi hocico como la polla se le pone mucho más dura.

Eloy: Vas ha hacer todo lo que te pidamos, puta perra... ¿A que si?

Roman: Si... Siiiiiiii.

Eloy: Pues saca la putita que llevas dentro, y haz que disfrutemos.

Ya, en ese momento, el niñato estaba caliente como una perra, super éxitado, sudando deseo, drogado a más no poder, y totalmente fuera de si... solo quería gozar y disfrutar con nosotros. Le rompió la braguta de los calzoncillos a Eloy a mordisco, hasta que liberó la deseada polla del tío bueno y del cabronazo que le empotraba la cara con ella. Ni se lo pensó dos veces, se metió el hinchado capullo en la boca, chupándolo como si fuera un puto caramelo. Desde mi posición de chupa pollas, podía ver como la boca del niñato se tragaba una y otra vez, hasta el fondo, el pollón de Eloy, y le pegaba una mamada de vicio. Todo el boquino lo tenía manchado de jugo baboso que soltaba el cipote de mi amigo, Eloy siempre tiene la polla super mojada de precum, y parece que se está corriendo de lo que sale por ese capullo... A mi personalmente me encanta tragarme ese jugo con sabor a tío.

Mientras tanto, le arranqué los calzoncillos a Roman y agarré con mis manos los cachetes de su culo, y separándolos todo lo que pude, comencé a chuparle su deliciosa raja. Que rico y sabroso era ese sabor, ese sabor a culito joven. Se lo follaba sin parar con mi lenguetón, dentro, fuera, dentro, fuera, hasta el fondo, hasta que lo escuchaba gemir de placer mientras la polla de mi colega le rellenaba el hocico por completo. Lo violé con mi lengua, relamiendo todo el contorno de su ano, mordisqueando con los dientes el agujero que tanto deseaba follarme, metiéndole mi lengua en su apretado y tembloroso orificio, tan profundamente como pude, y después la saqué poco a poco. Roman sollozó de puro gozo y su boquete se abrió para mi.

Marcell: ¡Ufffff... Colega!... Cómo me tiene la polla el puto niñato, me va a estallar tío... Te voy a pegar una follada en este culito que te voy a volver loco cabrón... Lo siento Eloy, lo siento colega, pero me lo tengo que follar ya... Me lo tengo que tirar amigo.

Eloy: Sin problema tío... Todo tuyo... Para ti primero el culito del maricón este... ¡Fóllatelo y destrozale todo el boquete!

Me arrodillé en el suelo y con las manos agarrándole los muslos lo atraje hacía a mí. Ensalivé mi cipote de un buen escupitajo y la puse a las puertas de su hambrienta raja. Introduje mi cipote despacio, saboreando el momento, sintiendo poco a poco el calor de su ano, como me apretaba el tronco y me lo estrangulaba a placer, y luego lo volvía a sacar para mojarlo denuevo con mi saliva. Lo repetí varias veces hasta que sentí que su ano se dilataba completamente, y una vez que lo ví holgado ya me descontrolé, y empecé a follárselo como un puto bestia. Mientras le empotraba sin piedad mi pollón, solté sus muslos y le agarré con una mano la polla para pajeársela, y con la otra le hice un regalo a mi colega Eloy, metiéndosela dentro de su puto ano hasta el puño como a él le gustaba y le hacía disfrutar.

Eloy: ¡Jodeeerrrrr!... Cómo me conoces cabronazo... ¡Que gustazoooo!... Cómo sigas así me voy a correr hijoputaaaa.

Y no solo Eloy se corrió. Nos corrimos los tres a la vez. El niñato soltó la leche en mi puta mano poniéndomela blanca de espesa baba, mientras se retorcía de gusto como un salvaje el sofá recibiendo un buen lafazo en el culo regalo y obsequio de mi pollón, y otro en la boca de abundante semen calentito, cortesía de mi amigo y colega Eloy. La escena era esta, para que os hagaís una idea. Eloy agarrándole fuertemente la cabeza con las manos mientras le follaba la boca como un puto animal y se corría en su garganta. Con las piernas flexionadas inclinado hacía a mi, con mi cara pegada a su trasero, el cual tenía todo mi puño dentro taladrándole el boquetón del culazo y dejándoselo super ancho. Y yo soltando esperma a borbotones en lo más profundo de las entrañas de aquél niñato tan bueno, y gozando a gusto de lo que veía mis ojos de vicioso.

Eloy se puso a comerle el culo a Roman con mi lefa incluida... le encanta al mamonazo tragárse y saborear un buen lechazo. El chaval me había sentado en el sofá bien espatarrado, para limpiárme los restos de semen que quedaban en mi cipote, mientras él ahora se había colocado de rodillas con el culito en pompa y mi colega detrás del chaval, como os he dicho antes, catando el sabor del joven culito mexclado con mi lefa.

Roman: Quiero más colegas... Quiero follar... No se que es lo que me pasa pero quiero pollas, culos, y tíos como vosotros... ¡Uffffff!... Estaís buenísimos... Que bueno estaís cabrones.

Marcell: Yo se lo que tu quieres maricón... Tú quieres estos dos pollones dentro de tu culito... ¿A que si chaval?

Roman: Siiiii... Quiero que me folleís los dos a la vez.

Como yo ya estaba sentado en el sofá, él dándome la cara en todo momento, solo tuvo que subirse encima de mi y sin mediar palabra se metió de un puntazo toda mi polla dentro de su ano. Después se pegó a mí juntando su hermoso pecho al mio, dejándose caer como un peso muerto rozando sus duros pezones con los mios, inclinando y elevando el culito atravezado por mi estaca, y comenzó a comerme la boca, metiéndome toda la lengua dentro hasta la garganta. Con esa postura, el puto niñato estaba invitando a mi colega Eloy a que probara él también el tremendo gustazo y los increíbles placeres que le iba a proporcinar en el cipote con su boquete anal.

Mi amigo no le hizo esperar, ya que Eloy también llevaba un colocón del 15, y un ciego tan vicioso que se subía por las paredes el cabrón. Le agarró las caderas bruscamente con sus grande manos, sometiéndolo con violencia y ferocidad, colocó el capullo a las puertas del pequeño hueco que quedaba de ano, que le había dejado mi verga, y fué introduciendo su polla enérgicamente y con desición.

Eloy: Asiiii... Cabrón... De una sola clavada... Ya la tienes toda dentro del culo maricón... ¡Ahhhh!... Trágate las dos pollas, putooo.

Roman gritaba berreando como un cerdo en el matadero, los chillidos de dolor salian de su boca sin remedio, sin control alguno, mientras nuestras pollas hacían estragos en el ano del chaval y nos lo jodiámos por detrás como putos animales, con movimientos duros, fuertes, rápidos, sin la mas mínima delicadeza ni ternura. Con el pollón de cada uno, duro y grandísimo, como bates de béisbol le desgarramos el ano a tope, todo entero y sin importarnos los gritos de dolor del chaval. Todo lo contrario, cuanto mas chillaba el niñatillo, más sádicos y perversos nos poníamos los dos, y más fuertes y brutales eran los pollazos que le metíamos en su ojete. Conjuntamente y al unísono las clavadas en el culito del chaval se repetian una tras otra, era una violación monstruosa, de órdago, super brutal, hasta el punto de dejarle el ojete ensangrentado y partido en dos.

Del grandísimo dolor, Roman no paraba de llorar pidiéndonos clemencia, suplicándonos a gritos que parásemos de empalarlo, que le dolía muchísimo, y que no podía aguantar más aquél suplicio. Pero ni por asomo teníamos intención de parar ninguno de los dos, hasta que nos ordeñara las pollas con su voraz culito y se lo llenáramos de leche bien calentita. El cipote del niñato se pajeaba solo contra mi abdomen, restregándose contra mi caliente piel, notando todo su duro tronco venoso, y dejándomela super mojada de precum que iba soltando por la rajita del capullo. Le miraba fijamente la cara que ponía de dolor, como tenía el rostro rojo y goteando de sudor, con los ojos vueltos hacía arriba, y como se le escapaba la saliva de la boca mientras chillaba como un perro.

Eloy ya estaba a punto otra vez para correrse, así que fue todo un descanso y un alivio cuando le sacó el pollón del culo. Solo quedó el mio empotrado en su ojete mientras mi colega se acercaba hasta su carita con la polla manchada de sangre, sangre de romperle el virgo a saco, y colocándose delante de su rostro comenzó a pintárselo entero de blanco con su espesa lefa. Después de correrse le agarró la cabeza con la mano derecha y con la izquierda la cual cogía su pollón, comenzó a recoger con el capullo los cuajarones de semen esparcidos por toda su cara y se los fue introduciendo en la boca para que los comiera, saboreara, y tragara. Ya os podreís imaginar que todos los goterones se los comió por completo, y de paso le limpió el cipote super afondo, esperma y sangre de su culito incluida.

Noté enseguida como el líquido caliente y espeso de sus huevos salian a borbotones por la rajita de su capullo, corriéndose de gusto, y vaciándose entero del placer que estaba sintiendo en ese mismo momento. Yo no aguanté mucho más viendo y sintiendo aquello, y de una fuerte estocada clavé mi polla hasta lo más profundo de su ano, y le solté toda mi descarga de lefa que tenía almacenada para él en mis gordos huevazos. Cuando saqué mi cipote del culo del chaval ya tenía esperando dos buenas bocas de mamones, Eloy y Roman, para recibir una buena lavada... Y que lavada colegas... A conciencia y con ímpetu se emplearon los dos para dejarme el pollón bien limpito y reluciente como los chorros del oro.

La dinámica de después del polvo es relativamente facíl. Descansamos un rato hasta que se nos pasa el colocón, vestimos al niñato con la ropa que traía y nos ponemos a charlar como si nada. Con la burundanga no se acordará de nada. Solo hay que decirle que no es el perfil de tío que buscamos para esta pelicula.