The last orgy

Del Libro 2 (Andanzas de una mujer casada), es el Relato 15 y último

SEXO A PLENO SOL

Con Jorge, Estela y Horacio, habíamos decidido pasar nuestras vacaciones de verano del 2010, en La Escondida, ya que esa primavera, se habían comenzado las obras de construcción del "Tiempo Compartido La Escondida", las que por razones obvias, era menester supervisar a conciencia, máxime que era Horacio, el Ingeniero Responsable y Director de Obras, registrado ante las Autoridades Provinciales y Municipales que la controlaban.-

Trabajábamos y a la vez, disfrutábamos..., porque no perdíamos oportunidad de compartir entre los cuatro, tal como lo veníamos haciendo desde que nos conocimos, de cuanta actividad sexual se nos ocurriera explorar, en conjunto o en pareja (propia o cambiada).- Fue así que un día, Estela acompañó a Jorge a un Remate Feria en Laboylaye (Córdoba), en el que ofrecíamos a la venta, unos novillos recriados en nuestro campo de Vicuña Mackenna; yo por mi parte, habiendo llegado de Villa María esa misma mañana, preferí quedarme en La Escondida para reponerme del cansacio del viaje y descansar un rato dado que a la noche, teníamos planeada una Reunión, cena por medio, con unos amigos en San Luis, con una pasada por el Casino luego, terminando la noche recluídos los cuatro, en el Hotel Dos Venados, de la ciudad de San Luis.-

Fué así que luego de almorzar a solas con Horacio, mientras él se dirigía hacia las construcciones, para continuar supervisándolas, yo me recluí en mi dormitorio para dormir una siesta.- Rato después, al despertarme, sintiéndome acalorada por las altas temperaturas que asolaban el suelo puntano, se me ocurrió dirigirme a los establos para, con la excusa de "refrescar" a Relincho (el caballo preferido de Jorge, -y que a la sazón ya estaba bastante viejito-, al que hacia ya bastante tiempo habíamos trasladado desde Villa María a este campo por ser en el que pasábamos la mayor parte de nuestro tiempo Jorge y yo), refrescarme también yo con el agua de la manguera con que lo mojaría a él..., me gustaba hacerlo, porque en la tarea, terminaba siempre recordando aquella aventura vivida con Ledesma (¿se acuerdan de él?) entre sus patas.-

Luego de concluída la tarea, desnuda y envuelta en una salida de baño cabalgué sobre Relincho, hasta Tres Cascadas y aprovechando que ya el sol sanluiseño menguaba en su plenitud, me deposité sobre una roca del Lago para entregarme a la caricia soleada con la que mantendría en plenitud, mi permanente bronceado.- Estaba así, desnuda y expuesta al sol que me bronceaba, cuando se apareció sobre la orilla del lago, Horacio quien aullando como un lobo, llamó mi atención y a quien, luego de reconocerlo, tras el encandilamiento que me provocó la radiación solar cuando volteé a ver quien era el que aullaba, llamé para que viniera a mi lado a compartir mi baño de sol.- Horacio luego de desnudarse,se acercó a mi..., se extendió a mis espaldas sobre la loneta que yo había extendido sobre la roca en la que me asoleaba, me beso en el cuello mientras que una de sus manos acariciaba mi piel desnuda y terminaba rodeándome la cintura para, presionándome hacia él, hacerme sentir contra mis glúteos su miembro ya extremadamente duro y caliente...; al sentirlo así, suspiré..., mas por los recuerdos que había revivido mientras bañaba a Relincho y que volvieron a asaltarme en ese momento, que por notar la excitación del hombre que me acompañaba...; no obstante, llevé hacia atrás mi mano izquierda, que era la que mas libremente podía mover en la posición en que estábamos y me apropié del falo que el hombre que compartía conmigo la loneta extendida sobre la roca, apoyaba sobre mis glúteos..., lo masturbé enseguida suavemente; mas como una caricia que como una intención a excitarlo, mas de lo que ya estaba excitado.-

Horacio me susurra al oído: "Quiero cojerte así...,¿me dejás?.-"

YO: "Hacelo..., pero mirá que estoy caliente, porque recordé algo que me pasó hace un tiempo atrás..., vas a tener que esmerarte, para que piense en vos mientras me dejo...-"

ÉL: "No importa si pensás en otro, porque sé que soy yo quien te está cojiendo ahora...-"

Entonces, como yo tenía aún tomado su falo con mi mano, lo guié para ubicarlo a las puertas de mi vagina y cuando lo tuve presentado ahí le pedí: "Empujá..., metémelo.-"

Horacio empujó y su pene comenzó a horadar mis labios vaginales, penetrándome lentamente..., comencé a sentirlo y a enardecerme..., moví mis caderas para ayudarlo a acomodarse dentro de mi vulva..., cuando presentí que ya no podía entrarme mas, porque la posición en que estábamos no se lo permitía, crucé mi cuerpo pasando mis piernas entre las suyas y con mi cuerpo casi perpendicular al cuerpo del hombre le pedí: "Ponémelo todo...-" Horacio me obedeció y lo sentí llegarse muy profundo dentro de mi concha..., me exalté..., proferí una exclamación de placer : "AAAaaahhhh... ¡mi amooorrr...!.-" Y me entregué a secundarlo en los compases eróticos con los que me fornicaba arrastrándome al delirio.-

A poco Horacio me dice: "Quiero hacerte el culo..., nunca me lo diste..., me encanta sentirlo golpear contra mi panza ahora y quiero empardar a Jorge que ya se lo cogió a Estela muchas veces...; ¡dámelo ahora...!".-

Yo, que estaba tan excitada por recibirlo en mi concha en la forma en que lo estaba recibiendo, le respondo: "Si mi vida.., te lo doy... hacémelo..., cojeme por el culo..., haceme feliz..., me gusta que me lo rompan..., ¡cojémelo!.-"

Me retiré hacia adelante para sacar la pija de Horacio de mi vulva..., la tomé con mi mano..., la guié hasta mi ano y mientras ubicaba su glande sobre él y movía mis caderas para "acomodarlo" mejor y facilitarle la penetración le pedí: "Empujá... ¡ponémelo!" y Horacio empujó..., sentí el momento, porque no era pavada el pene de Horacio..., pero sufrí en silencio el dolor que me hacía sentir, porque la calentura que me había embargado era superior a cualquier otro sentimiento...; una vez introducido en mí esfinter, hasta donde su largor le permitió llegar y luego de acostumbrarme a sentirme penetrada, comencé a menear mis caderas en círculos primero..., de atrás hacia adelante y de adelante hacia atrás luego..., hasta que presentí que Horacio estaba pronto a derramarse; entonces detuve mis movimientos y comencé a trabajar su pene con los músculos de mi ano y de mi esfinter..., segundos después de recibir mi caricia, Horacio mas exaltado aún..., comienza a bombearme con desesperación..., por lo que lo secundo moviendo mi culo en círculos y apretándole lo mas que podía su pija con los músculos de mi ano, con la intención de retrasar su eyaculación hasta que, sin ya poder contenerme y contenerlo mas, estallamos los dos en un orgasmo conjunto al que arribamos a los gritos:

YO:  "AAAAYYYY....aaaahhhh...., ¡que polvooo...!,... guachooo... ¡como me cojisteee....!.-"

ÉL: "¡Que yegua sosss...!,¡que buena putaaa...!..., ¡Anaaa...., que buena soooossss....!, ¡como me gustóoo....!.-"

Exhaustos y envueltos en la manta que usáramos de lecho, volvimos al casco de la estancia, prometiéndonos que esa noche repetiríamos en la cama, la forma de cojernos que habíamos estrenado en el lago.-

LA ÚLTIMA ORGÍA

A la nochecita, luego que Estela y Jorge volvieran de Laboulaye, tras higienizarnos y vestirnos, partimos los cuatro hacia la ciudad de San Luis.- Tal como lo teníamos previsto, cenamos allí con un grupo de amigos y luego de los bailes y los brindis, en grupo nos fuimos al Casino, cuando nos aburrimos de dilapidar fichas de todos los colores (que representaban los dinerillos que esmeradamente perdíamos a manos de los groupiers del lugar), nos despedimos de nuestros acompañantes y los cuatro nos fuimos al hotel Dos Venados, donde tenemos desde siempre habitaciones reservadas.-

Una vez allí, nos recluímos cada pareja en la suya (era un departamento de dos habitaciones con baño compartido); Horacio y yo, nos habíamos prometido esa tarde, repetir la nueva forma de coito que habíamos inaugurado sobre las rocas, por eso, luego que Jorge se durmiera, sigilosamente, me desplacé hasta la habitación que ocupaban Estela y Horacio y sigilosamente también, me escabullí entre las sábanas de la cama que ellos ocupaban...-

Me acosté al lado de Horacio, quien cuando se percató de mi presencia, se volteó hacia mí, abrazándome por la cintura y aprisionándome con una de sus piernas, apoyó su pene contra mis nalgas, ya que yo lo esperaba dándole la espalda.-

En ese momento Estela se despertó preguntando: "¿Quien está allí?.-" y Horacio le responde: "Es Ana; está a mi lado..., vino por mí.-"

ELLA: "¿Y Jorge?.-"

YO: "Está durmiendo..., andá a despertarlo...-"

Cuando Estela se fue y nos quedamos solos, le pedí a Horacio: "Cojeme como hoy..., haceme la cola..., me gustó.-"

Entonces Horacio, me toma por las caderas y notando que yo lucía una tanga que le dificultaba el asalto a mi cola, me la quita obligándome luego a ponerme de rodillas sobre el lecho...- Estaba decidido a penetrarme sin mas demora..., yo esperaba que tuviéramos antes algunos arrumacos y jueguitos previos, pero era evidente que a él le hurgía volver a sentir las mismas sensaciones experimentadas durante la tarde, porque sin que mediara ninguna actitud previa, se acomodó detrás de mi, desnudo su pene..., lo masturbó un poco para que se enervara..., me lo apoyó a las puertas de mi ano y empujó con fuerzas...- Lo sentí entrar en mi recto con demasiada violencia..., exclamé mi dolor con un fuerte grito..., enseguida y a los tropezones, ingresaron a la habitación Estela y Jorge, ambos desnudos, mientras que yo sollozando, mordía la almohada sobre la que apoyaba mi cabeza y manteniendo aún mi cola en pompa, les dejaba ver como estaba penetrada analmente por la pija de Horacio...,

él, al verlos ingresar arrebatadamente a la habitación, se exaltó mas y tomándome por las caderas, comenzó a menearse dentro de mi culo, casi con saña...; su fornicación me dolía... y me dolía también ver que Jorge nos observaba como no dando crédito a las imágenes que se presentaban ante sus ojos: (Su mujer, su amada mujer, estaba siendo sometida analmente, con brutalidad por un tercero).- No podía intervenir en mi defensa, porque eran las reglas del juego que ambos habíamos elegido jugar.- Era evidente que él sufría... y yo también, no solo por la fornicación brutal a la que voluntariamente me sometía, sino porque veía a mi hombre, cómo desencantado, observaba la escena...-

Luego, Estela se acuesta sobre la cama al lado mío y de su esposo..., arrastra su cuerpo hasta uno de los bordes, alza sus piernas contra su cuerpo y pasando sus manos por debajo de sus nalgas, luego que con ellas se abre los cachetes del traste, le pide a Jorge: "Vení..., vos hacémelo a mí...-" Jorge se acerca a ella, se semiarrodilla sobre el borde de la cama, guía su pene con sus manos acercándolo al ano de Estela y cuando lo tiene presentado ante él, presiona con tanta vehemencia, que Estela no puede menos que proferir un grito desgarrante, mientras que la pija de Jorge le perfora el culo y se aloja lo mas profundo que su largor la permite, dentro de él...- Con Estela aún exclamando a gritos su sufrir y su placer..., Jorge comienza a menearse dentro del culo de Estela, como intentando superar a Horacio en una competencia por saber quien de los dos, hacía sufrir mas a la mujer a la que sometían...-

No sé en verdad, quien de los dos resultó el ganador..., lo que sé que Estela y yo, fuimos las victímas inmoladas bajo los cuerpos de nuestros sendos (e inversos) hombres...- Y lo que sé también, es que después de aquella noche, todos fuimos remisos a repetir nuestras aventuras sexuales compartidas, mas allá que compartiéramos salidas, reuniones y cualquier otro tipo de divertimentos.-

FIN DEL LIBRO 2