Thalia, la puta

Mi nombre es Thalia, esta es mi historia. Estoy a punto de casarme, pero quiero que conozcan mi historia

Mi nombre es Thalia. Tengo 28 años y tengo una enorme adicción al sexo. Eso es lo que más importa sobre mí ¿Qué estoy haciendo aquí? Estoy a cinco meses de casarme y quiero que conozcas mi historia. Mi prometido se llama Diego, es un amor de persona, pero yo no lo soy. Pase muy rápido de ser una niña a ser la puta de la colonia, en esta serie de relatos te mostraré mis historia y mis encuentros más significativos.

Yo siempre fui una estudiante excelente, eso me llevaría a estudiar economía después y era lo que se podría decir una niña santa. A mis nueve o tal vez diez años, incluso deseaba ser monja, lo bueno es que uno crece. Me mantuve Virgen por mucho tiempo, idealizando al amor y al sexo después del matrimonio, pero las cosas cambian entrando a la universidad.

Buscaba cambiar mi vida a cómo diera lugar, así que aprovechando mi nueva mayoría de edad, salí de antro con unas amigas. Nunca había sido mi ambiente, pero fui de todas formas. Mis amigas y yo bailábamos, tomábamos cerveza y, aunque no me sabía ni una sola canción, disfrutaba el momento. Yo llevaba un vestido azul muy corto, de la espalda descubierta y unas zapatillas sin tacón, lo cual podía ser incómodo porque el vestido se me subía mucho. El lugar era muy caliente y algo se empezó a despertar dentro de mí, un deseo de sólo querer divertirme, de querer seguí y seguir bebiendo y ver que ocurría, me pedí algo más fuerte, un tequila no me vendría nada mal a estas alturas, cuando volví con mis amigas, ellas ya hablaban con un grupo de chicos, eran agradables, y pasamos un buen rato conversando hasta que invitaron a mis amigas a bailar, ellos eran sólo tres, nosotras 4 y yo me quedé sin una pareja.

Algo incómoda, decidí irme a la barra por un caballito más de tequila.

  • Ese lo invito yo- dijo un joven alto y de cabello negro- A tu salud preciosa- yo lo mire y sólo le sonreí

  • Te lo agradezco, mi nombre es Thalia- me presenté con él

  • Mi nombre es Daniel- me respondió acercándose más

Así fue como mi noche comenzó a mejorar. Después de 3 caballitos de tequila y 3 cervezas yo estaba bastante relajada. He de decir que Daniel era muy atractivo, tenía una especie de magnetísmo así que cuando me invitó a bailar no lo dudé ni un segundo. Comenzamos a bailar de una forma normal, muy casual, pero poco a poco nuestros cuerpos se pegaban más y más. Me tomó por la cintura y comenzó a pasar sus manos por ella, yo comencé a sentir incluso más calor, lo veía tontamente mientras sonreía. Tal vez y después de todo, había encontrado a mi primer gran amor.

  • Eres hermosa- me dijo él de pronto- me gustaría que nos sigamos viendo, eres alguien muy interesante

Esas fueron las únicas palabras que necesitó para ganarse mi corazón. Yo le sonreí con el corazón derretido. Seguimos bailando y hubo un momento en el que él me tomó de la cintura y me giró quedando yo de espaldas a él y siguió sujetándome de la cadera, yo me sorprendí un poco porque no sabía que hacer. Pero pronto miré a todas partes y vi lo que ocurría, lo que tenía que hacer. No me giré de regreso, sino que incliné mi cuerpo un poco para adelante, levanté el trasero y comencé a moverlo. Senrí sus dedos enterrarse un poco más en mí y muy pronto el pegó su pelvis a mis nalgas. Yo me estaba excitando demasiado y no dejaba de moverme, él comenzó a hacer un pequeño movimiento qué tal vez no se veía, pero vaya que se sentía. Comenzó a empujarme y jalarme hacia él para después volver a pegarse todo contra mí. Repitió el proceso varias veces hasta que yo sentí algo más. Sentí como su pene se ponía muy duro y me comenzaba a gustar sentirlo contra mí, era muy excitante lo que ocurría y para mí eso era un juego, uno que me hacía comenzar a mojarme.

Una vez que la tenía parada estuvimos así unos minutos hasta que el me susurró al oido que lo acompañara, que conocía un lugar. Mi excitacion no me dejó pensar, así que lo seguí afuera del antro, ni siquiera avisé a mis amigas, menos a mis padres. Íbamos caminando por la calle, estaba oscuro y no había mucha gente, en un momento él tomó mi mano y la llevo a su entrepierna.

  • Mira como me la pones- me dijo. Esa era la primera vez que yo agarraba un pene, pero aún así supe que quería acariciarlo- Eso es, perra, tócalo

  • ¿Perra?- pregunté ofendida alejando mi mano y separándome de él

El se disculpó y me convenció de ir con él diciendo que era la mujer más hermosa que hubiera visto y que hoy había comenzado a creer en el amor a primera vista. Yo me sonrojé y dejé pasar todo. Las calles estaban cada vez más oscuras, en un punto, él me pidió entrar a un callejón diciendo que su casa estaba por ese rumbo. Sin dudarlo, yo entré, para ello me pidió mi celular para prender la linterna, ya que él no llevaba el suyo y cuando íbamos a la mitad apagó la linterna y guardo mi teléfono en su bolsa

  • ¿Qué haces?- le pregunté

  • Ya sabes que quiero, perra

  • ¡Ey! No me gusta que me llames así

  • Desde hoy te va a gustar- me dijo empujándome contra la pared.

Yo me traté de resistir, pero tenía orgullo, no le iba a rogar por nada. Me puso de espaldas a él, me tomó de la cadera y comenzó a darme unas embestidas fuertes figurando como me penetraría.

  • Estás rica. Hoy te voy a coger como me plazca- me dijo tomándome de las nalgas ahora

  • Eres un idiota- le dije tratando de zafarme

  • Lo soy, pero soy más cabrón

Diciendo eso me soltó una gran nalgada que me hizo gritar, él rió a carcajadas.

  • Aquí nadie nos escucha, es al camino entre unas escuelas, sólo de día hay gente. Y es aquí donde te voy a coger.

El seguía fingiendo embestirme. Yo tenía las manos contra la pared, el me jaló del cabello y con su otra mano me comenzó a ahorcar un poco, extrañamente, esa situación me excitaba y aunque mi mente quería salir, mi cuerpo me pedía quedarme. Hizo sus movimientos más duros mientras no paraba de hablarme.

  • Eres muy puta. Hoy te vas a ir a casa rellena como pavo de navidad.

Me soltó otra nalgada, era muy fuerte, pero esta vez gemí. Él rió una vez más

  • Vaya, vaya, una puta a la que le gusta que le peguen.  Es perfecto corazón.

Me dio muchas otras, yo sentí mis nalgas ponerse rojas y de la nada sus manos las puso sobre mis senos y comenzó jalarlos, a sobarlos y a estrujarlos. Sentía su pene aún por debajo de su ropa, pero mi vestido ya se había subido, lo sentía muy arriba.

  • Te la voy a meter toda y aún así, me vas a pedir más. Estas bien rica, y toda mi verga va a estar dentro de ti, porque eres una puta, eres mi perra.- me dijo y sin advertencia me comenzó a acariciar con rudeza mi coño- Vaya, muy mojada que estas. Será mejor metertela hasta adentro, metértela toda.

Me arrojó al suelo, yo me sorprendía de mí misma y mi poca reacción. El se encontraba ya sobre mí, haciendo mi calzón blanco a un lado, se sacó el pene y lo acaricio un poco, estaba muy parado y lo llevó a mi entrada, no lo metio, sólo lo movía de arriba a abajo.

  • Espera- le pedí- soy Virgen

  • Oh- dijo él como si fuera un premio- no se nota. Después de esto, vas a ser más puta incluso. Vamos a hacerte el favor, entre más rápido, será mejor.

Dijo y sin más, me lo metió todo, yo grité del dolor, el no tuvo compasión y me lo metía una y otra vez hasta que después de unos minutos comenzó a sentirse bien.

  • Eres una perra- me dijo- nunca olvides eso. Desde hoy eres una perra. Siempre vas a serlo. Que te quede algo muy en claro, tú naciste para ser puta y a las putas se les coge como uno quiere. Te gusta la verga no? Te gusta sentirla hasta el fondo

Me decía mientras me embestía. Se esforzó en recordarme que era una perra. Cuando se cansó de cogerme así me giró a cuatro patas y siguió con las embestidas. El me siguió nalgueando mientras me decía más cosas y yo no dejaba de gemir.

  • Eres una perra en celo, mira como gimes, gimes como puta mi amor, te gusta tener la verga hasta adentro. Escucha como gimes, como una perra sucia. Te gusta ser una perrita, no?- no respondí, el se enojó y me dio una nalgada más fuerte- Las buenas perras, responden. Dime que te gustar ser una perrita. Dime que te gusta mi verga, dame las gracias por cogerte,

  • No

  • Ah no?- dijo enojándose. Él aplastó mi cara contra el sucio suelo, quedando yo muy empinada, tomó mi celular y comenzó a grabarme mientras hablaba- Di hola perrita, se te olvida que tengo la contraseña de tu celular, no? Que pensarían tus papás si les envío este video tuyo? Mira tú culo parado, mira como entra y sale mi verga- me dijo sin dejar de cogerme, yo tenía miedo de que fuera a enviarlo, pero no respondí aun así- solo a las perras se les coge en el suelo, y más en la calle,  ira cómo está de mojado tu coñó, podría cogerte todo el día. Ay mami, estás bien rica y escúchate gemir, cómo toda una perra- él tenía razón, no podía dejar de gemir, sus palabras me excitaban mucho, me estaba sintiendo usada y eso me estaba encantando.- sentí que estaba a punto de correrme, todo mi cuerpo vibras y de la nada sacó su verga y la comenzó a pasar por mí coño.

  • Porque te detienes?- pregunté y a si me muerdo la lengua al decirlo. Él rió

  • Si quieres verga, pídela. Convénceme de cogerte, me estás aburriendo

  • Yo...

  • ¿Sí?

  • Métemela

  • No es suficiente

  • Méteme tu verga

  • Tanto te he enseñado de hablar como para que digas eso, puedes hacerlo mejor- había un gran deseo en mí, necesitaba que me la metiera así que ahí se fue todo mi orgullo

  • Por favor, méteme la verga. La quiero toda hasta adentro, me encanta sentirla, me encanta tu verga

  • Y eso en que te convierte

  • En tú puta, puedes usarme como quieras, solo metemela, haré lo que sea. Por favor, Daniel, méteme tu verga hasta adentro una y otra vez...

Lo hizo, me dolió incluso después de que me había corrido. Me cogio de muchas formas mientras me seguía grabando mientras le pedía más y más verga, yo me sentí puta, me senrí sucia, y me encantó. Como lo prometió se corrió en mí, su semen era caliente, se siento muy bien. Me dejo muy rellena del coño, me dejó así. Con la cara contra el suelo, el culo parado, se llevó mis calzones y me dejó mi celular al lado

  • Adiós perra, nunca olvides tu lugar y si te vuelvo a ver, mas te vale que lo primero que me digas es que quieres mas verga. Me gusta como se ve mi semen en tu coño, tal vez después de todo si te llame.- me dijo y me dio una ultima nalgada.- Casi lo olvido- dijo sacando un dildo de su chamarra- esto es para ti, me dijo metiéndomelo de un golpe, volví a gemir y me dio otra nalgada más- Que perra eres Thalia, yo que tú no borraba el video, usa el dildo cuando lo veas.

me dijo y se fue. Yo no me moví, lo vi irse aún en esa posición, me sentía muy bien, lo siguiente que hice fue sacarme y meterme el dildo, me daba morbo que alguien me viera en ese estado, y una parte de mi esperaba que alguien llegara a cogerme de nuevo, Daniel me había escotado como nadie, habia tomado como un ladrón mi virginidas y me había dejado como una puta mal pagada, pero muy bien cogida tirada en un callejón con el coño parado, lleno de semen y un dildo en él, yo tomé mi celular después de unos minutos y vi el video, pensé en borrarlo, pero si que había disfrutado de esa verga, para mi fortuna, no sería la última vez.