Thalia la puta 2

Después de perder la virginidad, el deseo de ser una puta crecía más en mí,

Volví a mi casa como si nada hubiera pasado, aún sentía el semen de Daniel dentro de mí. Quería entender lo que acababa de pasar, me sentía sucia al pensar que básicamente había sufrido una violación, pero no me había molestado, al final, había incluso pedido que me cogiera. Llegando a mi casa, mis padres dormían, tenia mensajes de mis amigas preocupadas, yo les mentí, les dije que estaba bien, que me había dolido la cabeza y me había regresado a casa.

La imagen de niña buena que tenía el mundo de mí hacía que me creyeran y no se preocuparan por mí. Me quedé tumbada en mi cama con el dildo en la mano. Había decidido que me gustaba, que me había gustado la forma en que Daniel me había cogido y que tenía que volver a experimentarlo, pero no quería dañar mi reputación. Así que decidí que quería tener aventuras con extraños, gente que no volviera a ver y así, nadie podría dañarme. No voy a mentir, que Daniel sólo haya querido follarme y mentirme sobre todo lo del amor me había dolido. Me había dolido demasiado y estaría llorando de no ser que había descubierto un nuevo mundo que me estaba gustando.

Esa noche decidí que debía dejar mis sentimientos de lado y por ello, los extraños serían perfectos. Quería sentirme dominada nuevamente, quería que me cogieran, y me usaran, quería sentirme deseada. A la mañana siguiente, conseguí una pastilla para el día sigueinte Y recé porque funcionará. Después de varios días de pensar que hacer, encontré una pagina para conocer gente en el ámbito sexual, subí unas fotos, las primeras que me tomaba semidesnuda y pronto recibí solicitudes y comencé a chatear. Algunas conversaciones se volvían a veces lindas, preguntaban por mi día, yo no quería que lo hicieran y dejaba de responder. Nada bueno estaba saliendo de eso, pero a la semana, conocí a alguien. Su nombre era Jorge. Y aunque no tenía ninguna foto, su primer mensaje pintó una sonrisa de satisfacción en mí

  • Como quisiera cogerte

Abrí el chat, era justo lo que estaba buscando. Daniel, ciertamente, me había enseñado a hablar sucio, así que comencé a tener mi primer chat caliente. Comenzamos a hablar todos los días a las 2 de la mañana, hasta que por fin, pregunté por su edad. Él tenía 34 años, casi el doble que yo, era divorciado, le pregunté que es lo que hacía aquí

  • Busco sacarme la leche un rato- me respondió

# Yo puedo ayudarte con eso ;)

  • Donde vives, hermosa?

# Soy de Aguascalientes

  • Yo también. Hay que vernos. Así que sacas la leche y te follo como tanto quieres.

Esa fue la simple propuesta. Acepté. El chat no permitía mandarnos fotos, nunca lo había podido ver, y eso me excitaba, me preguntaba cómo sería él, me pidio que nos viéramos en un parque y de ahí iríamos a un motel, yo acepté. Me di cuenta que no tenía mucha ropa sexy, menos ropa interior, ya después compraría. Faltaban 2 días para nuestro encuentro y cada día me excitaba más. Me masturbaba cada día con los dos regalos de Daniel, el dildo y el video y rápido se me pasaron los días y pronto fue el día de conocer a Jorge. Me puse un short, no tan corto y una blusa un poco holgada, con eso fui a su encuentro.

mientras caminaba por las calles sentía que me mojaba, era increíble lo que estaba por hacer, muy riesgoso, en extremo, pero eso mismo me atraía. Lo vi en el lugar acordado, era un hombre muy moreno, casi calvo y gordo, al verme llevar, porque el sí me reconocía por mis fotos en mi galería, se acercó a mí

  • Thalia, que guapa estás

  • Tú eres Jorge?- le pregunté

  • Sí, quieres hablar un poco antes de irnos?- me preguntó ofreciéndome un paseo

  • No- dije recordando que no quería nada de contacto con ninguno- me gustaría que nos fuéramos a coger- le dije. Él abrió los ojos con sorpresa

  • Vaya, si que eres tan puta cómo presumes en línea y estás igual de rica- un sensación recorrió mi espalda y sonreí

  • Sólo cuando tengo una verga adentro soy feliz- él comenzó a reír

  • Me saque la lotería contigo, sí que eres una puta. Deben de haberte cogido muchos- me preguntó

  • No, sólo uno. Pero creo que mi talento es ser puta- fui sincera, él se sorprendió

  • Tan puta y sólo con uno? Debió de haberte cogido muy bien

  • Si dejáramos de hablar, ya estarías haciéndome gemir- no iba a hablar de mi vida con él

  • Y dime, soy como lo esperabas? Veo que eres muy honesta

  • No no lo eres- admití, al carajo los modales, si no lo volvería a ver no importaba lo que dijera

  • Estás decepcionada?

  • Te imaginaba guapo- admití- pero eso sólo me excita más. Si tienes una verga aquí abajo- dije tocando su entrepierna- no me importa nada más.

  • Niña- me dijo mirando mi cuerpo de arriba abajo- te acabo de conocer y ya me la paraste. Quisiera cogerte aquí mismo.

  • No- le dije decidía, era temprano y había gente que corría en ese parque- No quiero que me reconozcan. Vámonos al motel y ahí me llenas de semen.- Él por fin quitó mi mano de su entrepierna, sentía su verga muy dura

  • Me gusta tu putería. Vámonos, que te voy a llenar de leche.

Así fue. Llegamos al motel, nunca había estado en uno y ese no era el mejor, pero me esforce en no mostrarme sorprendida.

  • Enséñame las chichis- dijo al cerrar la puerta mientras se secaba la verga y comenzaba a pajearse. Yo me levanté la blusa y comencé a amasarlas- Que pinche puta eres- dijo acercándose a mi.

Él me tomó de la espalda y me atrajo a él, su verga estaba dura, la sentía sobre y estómago y el comenzó a lamer mis senos, los lamía con desesperación, me hacia gemir, yo lo agarré del cabello y lo atraía más a mí, una de sus manos bajo a agarrarme de las nalgas. Pronto comenzó a mordarme el pezon, a mi me estaba doliendo, pero me daba placer.

  • Eres una perra- me dijo. Sonreí al darme cuenta que siempre me iban a llamar por ese nombre

  • Sí, soy tu perrita- le dije entre gemidos

El me arrojó a la cama, caí de bruces, él me bajo el short y me levantó el culo, estaba en la misma posición que la vez anterior, pero esta vez, el comenzó a chuparme el coño, me estaba haciendo gemir de sobremanera, sentí que así casi me corría, luego se detuvo.

  • Cómeme la verga- me ordenó- yo me levante, el se sentí en la cama y yo me puse de rodillas frente a él.

Él me tomó del pelo y me guió poco a poco. Me gustaba su sabor, su calidez, él poco a poco me dio instrucciones. Abre más la boca, no uses tus dientes, has succión, ahora lamela. Siempre recordaré a Jorge, porque el me enseñó a chupar vergas.

  • Ay niña- me dijo mientras me penetraba la boca, tenía lágrimas en los ojos y la saliva escurría de los lados de mi boca, sentía cómo raspaba por la garganta y a ratos sentía un poco de arcadas.- Dime cómo quieres que te coja- me dijo soltándome. Yo tomé una bocanada de aire

  • Muy duro- le dije- quiero que me cojas como si me estuvieras violando- estoy mas que segura que vi un destello en sus ojos. Yo me limpie la saliva que había escurrido a mi barbilla. Él me tomó del cabello y me obligó a ponerme de pie.

Me dio la media vuelta y me hizo sentarme sobre su verga. Comenzó a penetrarme asi, muy duro, y poco a poco más rápido.

  • Me encanta como me coges- le dije- Quiero sentir toda tu verga

  • La vas a sentir niña. Toda hasta adentro.

Me puso en cuatro estando de pie, pero apoyada contra la cama y me cogió mientras me tiraba del cabello. Yo gemía y gritaba como una perra, mientras le pedía cada vez más verga y el de vez en cuando se detenía para volver a morderme las tetas y lamerlas, cuando el iba a terminar, me hizo ponerme de rodillas en el suelo y me tiró todo su semen en la cara. Así supe que había terminado, pero yo no lo había hecho, de alguna forma, el sentir que lo había satisfecho me dio mucho más placer. Al acabar me puse de pie, me vi en el espejo llena de semen y lo primero que pensé fue en tomarme una foto.

  • Te gusta verte llena de semen?- me preguntó Jorge

  • Sí. Es para la colección- dije sin pensarlo, ya tenía un video con Daniel, ahora la foto de cómo me había dejado Jorge. Mi maquillaje estaba corrido y el semen se resbalaba por mi cara. Jorge no dijo más

Yo me limpié la cara, incluso el maquillaje que quedaba hasta quedar con la cara lavado, me acerqué a recoger mi ropa por el cuarto, el me dio una leve nalgada cuando pase a su lado, extrañaba las que me había dado Daniel.

  • Que bien coges, y ahora eres una buena mamadora de vergas- me dijo mientras se acostaba a descansar- Cuando nos volveremos a ver?

  • No lo haremos- le dije con sinceridad- Al menos no pronto

  • Porque no?- me preguntó con curiosidad- No te gustó?

  • Sí, me gustó. Pero demos un tiempo

  • Hay niña, vas a hacer que me la jale sólo pensando en ti. No voy a encontrar a nadie tan puta como tú.

  • Tal vez- admití mientras me vestía- debo irme, al rato es el cumpleaños de un primo y tengo que llegar temprano a mi casa.

  • Porque no quieres que volvamos a coger? Te compro algo

  • No es eso. Quiero probar muchas vergas, no sólo una, tal vez algún día. Te seguiré escribiendo.- le dije

  • Dame al menos tú número

  • No, búscame por donde siempre, nos escribimos mañana a las 2, hoy ya hemos tenido suficiente,

  • Qué zorra eres- me dijo riendo- me gusta tu juego

  • A mí me gusta más- dije terminando de vestirme- Ya me voy, tú sal de aquí después.

  • Adiós putita

  • Adiós- me despedí y salí del motel

Me estaba gustando esta política, coger e irme, coger sin amor, sentirme usada y satisfacer hombres y en lo primero que pude pensar era en cómo sería la siguiente verga que probaría. Iba en el camión cuando le mande un mensaje a Daniel, él me había dado su número mucho antes de que me cogiera, decidí no mandarle nuestro video por protección mía, pero le envíe mi foto con el semen de Jorge y un mensaje que decía

# Me has hecho toda una puta

# Quiero de tu verga

Guarde el teléfono, pero al instante sonó una notificación, era él. Me mandaba una foto de su verga

  • Aún recuerdo cómo me pedías que te la metiera

# Lo haría otra vez, quiero que me dejes lleno el coño

# Amo sentir tu verga y que luego me dejes tirada como la puta que soy

  • Y vaya que lo eres

  • Tienes algo que hacer la sigueinte semana en viernes

  • Me gustaría meterte mi verga

# Tú dime dónde y yo iré

El se desconectó, y yo guarde el telefono.

  • Si es verga lo que te falta- me susurró alguien a mi lado, era un muchacho guapo y fornido, había estado leyendo mis mensajes- Puedes llamarme cuando quieras.

  • Desde cuando estás leyendo?

  • Desde que mandaste tu foto- me dijo

Yo saqué mi teléfono y piqué en agregar contactos y se lo entregue. El se sorprendió, pero escribió su número en él y me lo devolvió, se había guardado como Santiago. Mi parada era la sigueinte, así que me puse de pie, el no se levanto para dejarme pasar, así que básicamente le restregué mis nalgas por la cara antes de bajarme.

  • Espera pronto mi mensaje

Le dije antes de bajar del camión