Thai, mi jovencita amiga tailandesa (2)

Continuación del relato sobre mis vivencias en un viaje por Tailandia, en el que conocí a la horma de mi zapato personificada en una jovencita muy especial.

Thai, mi jovencita amiga tailandesa (2).

Continuación del relato sobre mis vivencias en un viaje por Tailandia, en el que conocí a la horma de mi zapato personificada en una jovencita muy especial.

Después de una tranquila noche, al despertar a la mañana siguiente pude observar que Thai seguía dormida a mi lado, con cara de felicidad, no se si sería por el “ajetreo” nocturno o por el hecho de dormir en una cama grande y cómoda.

Me di cuenta que necesitaba una ducha, así que después de desperezarme fui a darme una duchita para eliminar todo el sudor de mi cuerpo (entre otras cosas), la verdad es que me lo estaba tomando con calma cuando escuché como Thai entraba por la puerta, me decía hola con la manita y se ponía a orinar, cuando acabó dijo:

  • “Yo necesita baño, ¿puedo baño?”

Asentí y le ofrecí mi mano para que pasara, la dejé debajo del chorro y cogiendo jabón, fui pasando mis manos por su cuerpo poco a poco, a ella pareció gustarle porque empezó a gemir levemente y cerrar los ojos. A mi la verdad es que también me estaba gustando y mi pene así me lo hacía saber con una gran erección, de pronto ella, se metió dos dedos y empezó a masturbarse de forma veloz sin esperar a que yo colaborara en nada a parte de la limpieza. Fueron apenas treinta segundos masturbándose cuando tuve que sujetarla ya que se caía debido a la flojera de piernas del gran orgasmo que tuvo.

Mientras tanto yo seguía con una erección si cabe mas grande, cuando ella dijo:

  • “Yo agradece tu”

No comprendía muy bien si es que me estaba dando las gracias o que pasaba exactamente cuando ella se puso en cuchillas en frente mío y después de pasar la lengua por debajo del capullo la engulló, solo que esta al contrario que la anterior no llegó hasta el fondo ni me hizo eso con su garganta que me llevó al éxtasis, esta vez fue como un chotillo que mama de la vaca, era como si en cualquier momento fuese a mordérmela y arrancarla de su lugar, hacía cambios de ritmo muy rápidos mientras movía la cabecita haciendo giros.

En ese momento sin poder aguantarlo tuve que sujetarme con una mano a una barra de esas que usan los ancianos ya que me flaqueaban las piernas mientras que con la otra la sujeté por detrás de la cabeza y exploté diciendo:

  • “¿esto es lo que buscabas? Pues ¡toma el desayunooooohhhhhh!”

Mientras ella solo seguía con la succión, la que no paró hasta dejarme completamente limpio.

Me estaba recomponiendo cuando me empezó a entrar hambre cuando recordé que hacía muchas horas que no probaba algo consistente, salí de la ducha y comencé a prepararme para bajar a desayunar.

Al salir Thai del baño, se puso en un momento la ropa y dijo:

  • “yo pasa muy bien, tengo que irme ¿puedo fruta?”

Acto seguido, cogí una bolsa imitación Niké que había comprado por apenas 2€, y volqué todo el cesto de fruta dentro, le pregunté que si podía comer cerdo y al responderme que si, le di varios paquetes de jamón serrano y york, además de un choricillo y unos bollos que tenía por si alguna noche me entraba hambre o ganas de comer “como en casa”.

Al darle la mochila ella puso una sonrisa de oreja a oreja y me dio muchas veces las gracias. Antes de irse me dio un largo beso y me dijo:

  • “espero encontrar tu esta noche”.

La verdad es que a pesar de ir a ver sitios increíbles, la mayor parte del día mis pensamientos eran para ella. Por la tarde, me dediqué a sestear y a descansar por si la noche me deparaba otras “cosas“ mas interesantes.

Al llegar la noche, fui al mismo bar y me puse en el mismo sitio, no tardó mucho en aparecer, como el primer día con una gran sonrisa, le ofrecí una cerveza, ella negó con la cabeza y dijo:

  • “Irnos, yo no quiere nada, por favor, por favor”

No supe como tomarme aquella situación, pero casi sin pensar, dejé un billete para pagar la cuenta y salí del bar siendo remolcado prácticamente por aquella muchachilla.

AL llegar a la habitación del hotel, primero se desnudó ella en un suspiro y a toda prisa me desnudó a mi. Este tratamiento poco habitual me estaba calentando sobremanera, al acabar de quitarme la ropa, me empujo a la cama, se abalanzó sobre mi miembro y empezó a pasar rápidamente la lengua por el capullo, apenas fueron unos segundos, lo suficiente para que alcanzará otra vez una gran erección, entonces ella se puso encima de mi y haciendo ella misma de mamporrera, se la ensartó hasta el fondo.

Como el día anterior lo sentí estrechito y corto, lo que hacía casi molestas las penetraciones muy profundas, aun así, siempre que podía daba un buen empellón para arriba siendo premiado con un gritito mezcla de dolor y placer.

Esta vez me impuse aguantar bastante y aunque me costó muchísimo, la aguanté los tres o cuatro orgasmos que tuvo antes de sujetarla con mis manos de las caderas y dar mis dos últimos, mas profundos y placenteros golpes de cadera, corriéndome como un caballo mientras solo gemía como un león. Todavía era pronto, pero estábamos muy cansados, así que nos quedamos dormitando en la cama.

A eso de las doce de la noche, llamaron a la puerta, fui hacia la puerta mientras me ponía una bata del hotel y al abrir me encontré a una mujer un tanto mas mayor que Thai, la miré con extrañeza y le pregunte que qué quería. Ella solo respondió con un “¿Thai?”.

De pronto, Thai salió hacia la puerta con una camiseta mía algo cortita que apenas le tapaba sus partes intimas, al llegar a mi altura, miro a la mujer y empezó ha discutir con ella en su idioma, yo solo miraba como un tonto mientras ellas discutían.

A poco rato, cuando se me pasó el estado de extrañeza, me di cuenta que podían llamarme la atención por el escándalo, tomé control de la situación, así que girando a Thai le dije: “¿Quién es?”

  • “Es hermana Shi”. Respondió ella.

  • “Pues pasa” la dije mientras le hacía una seña para que pasara.

Tenía que saber que pasaba, así que la dije a Thai, “dile a tu hermana que espere en el servicio”, se lo dijo y ella se fue para el servicio. “Shi, ¡Toma!, para que te entretengas” y le lancé una manzana del cesto, a lo que no hizo ascos.

Cuando ya estaba en el servicio miré a Thai y le dije “¿Qué es lo que pasa?”

Ella empezó a llorar y entre sollozos dijo:

  • “Yo conté cosas de ayer a Shi y gustar mucho, entonces querer que ella venir y yo no, decir que ella ser mas mujer por tener estas mas grandes (mientras se tocaba los pechos), pero yo escapo y vengo …… Tu hacerme muy feliz y yo quiere ser aquí. ¿Tu querer estas mas grandes?”

En ese momento me dio un poco de pena, pero al momento me sentí excitado a la par que un poco rabioso, ¿Quién se pensaba Shi que era yo?, en un momento ideé un plán para sacar provecho de la situación y darle una lección a Shi.

Le pregunté a Thai si quería que castigara a Shi y ella afirmo sonriendo mientras se limpiaba las lagrimas con la mano.

Fui hacia el baño y entré de golpe, ella estaba hurgando en mis cosas, estaba claro que Shi no daba nada por nada. Al verme entrar disimuló poniéndose las manos en la espalda, entonces me fijé que a pesar de tener un cuerpo muy parecido al de Thai, estaba mas rellenita y tenía un par de tetas muy grandes en comparación con lo normal en esas mujeres.

La cojí del brazo y la llevé hacia Thai, al llegar cerca de la cama, la lance dentro de ella y la dije a Thai “Ayúdame y sujétala”, una vez sujeta, le abrí el vestido que se cerraba por delante, Shi tenía cara de no saber que pasaba. “Dila que antes de elegir tengo que probar”, Thai obedeció y se lo dijo, Shi no sabía que hacer, estaba muy extrañada y puede que por eso no puso resistencia ninguna.

Me quité la bata luciendo ya una erección de caballo, me agache y empecé a chuparle el coño de forma rápida, a los pocos segundos empecé a meterle dos dedos y apenas unos minutos después ella se corrió, regando la cama con una gran cantidad de líquido.

Cuando acabaron sus estertores, me subí sobre su pecho y aprisionando sus tetas con mis piernas, metí el nabo entre ellas y empecé a follármelas, estaban blanditas, sudadas y muy calientes, también aproveché y sujetándola por detrás del cuello puse su boca al alcance de mi polla, a pesar de que las primeras veces parecía no comprender, luego abrió y empezó a tragar cuando llegaba.

Casi a punto de correrme, pensé que era una oportunidad única, asi que paré en seco y echándome hacia detrás, al llegar a la altura del chocho, se la metí hasta el fondo empezando una follada brutal, sin duda había sido madre o había estado con muchos mas hombres que su hermana, ya que se notaba mas “usado”, esto mismo fue lo que me llevó a sacarla de golpe, cogerla de los tobillos y subirlos lo suficiente para que el culo quedase a la altura de mi nabo.

Si esperar ningún beneplácito, empecé a horadar aquel agujero que pude comprobar que aunque usado, estaba apretadito, mientras, Shi se quejaba y le decía cosas a Thai que yo no entendía.

Poco aguanté ante esa situación y la llené el culo mientras le decía:

-“¿era esto lo que querías? ¿eh? ¿esto? Pues tooooooooomaaaaaaaaaaa”.

Salí de ella y haciendo gala de una fortaleza que ya no tenía dije, me fui a lavar.

Al regresar, las dos estaban tumbadas como esperando un veredicto. Así que le dije a Thai “Dile a tu hermana que se puede quedar a dormir en el sillón y tu quédate en la cama”. Ella muy feliz se lo dijo y Shi se fue a un sillón con orejeras a dormir, puede ver con agrado que se sentó con cuidado porque le dolía el trasero.

Por su parte Thai me dio las gracias con un masaje y con una fantástica paja que acabó con su boquita. Yo debido al cansancio solo pude compensarla usando los dedos.

Nos quedamos dormidos, pero yo ya pensaba en algo si me despertaba pronto.

Continuará

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