Terraza caliente (3)
Siguen las aventuras calientes de Kharine, a las que se suma un tercer hombre.
3ª parte
No me extraña que os enganche, yo acabo de releerla y me he puesto calentita. Tanto que mi chumino ha empezado hacer circulitos sobre la silla y ya me noto algo mojada. No os preocupéis sigo ya mismo.
El observador descorrió la cortina para entrar en la terraza y se quedó de pie mirándonos.
B le dijo: ¿Qué te gusta el espectáculo?
-Sí, me encanta, nunca mejor dicho. La tengo ya a punto de caramelo.
Era S un hombre amigo de P y B muy campechano y marchoso. Baila la salsa de manera divina y yo me le imaginando moviendo su pelvis de una forma espectacular.
B añadió: Pues, .... creo que aún estás a tiempo de unirte a la fiesta, vete desvistiendo.
Yo le dije: Si, hombre sí, quiero más marcha, hasta que el cuerpo aguante.
La verga de P aún estaba en mi culo. B animado por mi respuesta, saco su pene de mi chumino pero sin apartarlo mucho.
Luego lo acercó lo más posible, pegó un impulso, se insertó en mi chumino y se tumbó sobre mi cuerpo. El sandwich era delicioso, sobre todo gracias al movimiento de B. Allí estaba yo en medio de esos dos hombres sudorosos penetrada por dos de mis orificios.
Yo chorreaba y mis jadeos se hacían cada vez más sonoros. Empecé a temer que las vecinas de al lado nos oyeran. P tenía el peso de dos cuerpos encima y decidió que era hora de cambiar de lugar. Nos pidió que le dejaramos salir. Nos ladeamos, todavía enganchados y su pene, aún tieso, salió causandome un gran alivio.
-¡Rubia! Déjame que te eche la crema por delante. B se separó de mi pecho y P agarrándose la verga, se arrodilló y dejó caer sobre mis tetas su leche caliente. Además, volvió a coger el tubo de crema solar, me echo un chorro y lo frotó junto con su semen, por las tetas y el abdómen, muy despacio....
Mientras tanto B seguía metiendo y sacando su bara de mi chumino. Cambiamos de postura. Él se puso a caballo sobre mi pierna izquierda, metio de nuevo su verga en mi chochete y puso mi pierna derecha sobre su hombro. Me encantó esa postura. Parecía que entraba mejor y eso que ya llevaba un buen rato penetrándome. Me podía mover y retorcerme a placer. Y el me decía: "Cielo, me ponen a mil tus movimientos, no pares" Y él tampoco paraba.
Miré a S. Ya estaba delante, a nuestra izquierda, preparado para entrar en acción.
Su verga estaba ya algo empalmada. El preguntó: Tesoro, ¿Te apetece este helado de dos bolas?
Yo me eché a reir y le dije que sí. B dijo: Oye, espera que me tumbe. El se tumbó pero su bara seguía en pie de guerra. Yo me puse de rodillas a besar los huevos de S. B dijo: Bombón, continúa aquí, puedes darnos placer a los dos.
Así que puse una rodilla a cada lado de los muslos de B y volví a cubrir su pene con mi vagina.
S situó un pie a cada lado de la cintura de B y su porra delante de mí. Como a mis dos amantes de terraza, les había gustado como se la había mamado seguí la misma técnica.
Primero, di un beso a su glande succionando su hermosa fresa. Después puse mi lengua debajo de su glande y con la punta rocé repetidas veces su borde. S gemía y eso hacía que me excitara más y siguiera haciendo círculos con mi chumino sobre la pelvis de B.
Luego rodee su glande con mi lengua, una y otra vez, muy, muy despacio.
S jadeaba y suplicaba: vamos, linda, mete más.
Eso hice pero poquito a poguito, retrocediendo y avanzando.
S estaba cada vez más empalmado y seguía suplicando. Cuando yo ya llegaba hacia la mitad de su polla. El me sujetó la cabeza y su pelvis pegó un empellón hacia delante, consiguiendo insertarla casi entera, yo le miré sorprendida. Me dijo: Perdona, cielo ha sido un impulso y me soltó la cabeza. Su glande casi me llegaba ya a la campanilla así que pegué otro empellón yo y mis labios tocaron sus huevos. Avancé mis labios que hicieron como una ventosa y retrocedí sacando su verga de mi boca.
B decía que no quería ver el culo de S sino mis tetas así que S se apartó. B dijo que quería abrazarme. Me separé de su pene y le ayudé a levantarse. El se sentó y me dijo que estaba a punto de acabar pero que quería terminar dentro de mí. Puse mis muslos sobre los suyos y mis rodillas sobre el suelo. Y mi vagina volvió a cubrir su pene. Yo parecía que estaba montando a caballo, arriba y abajo. Mis tetas bailaban sueltas.
B me abrazó y empezó a besarme en la boca. Metió su lengua y empezó a moverla despacito dentro de mi boca. Luego empezó a rodear la mía. Las dos se enzarzaron como en una pelea, cada vez más deprisa, yo ya casi no podía respirar. Mi lengua dejó de luchar pero nuestros labios seguían juntos. S dijo ¿Porqué no me dais un besito a mi también, pero aquí.
Dijo esto señalando su glande B dijo: "Ven" B volvió a besar mis labios y yo sentí que el glande de S se estaba introduciendo en medio de las dos bocas. No podía creer que B accediera a hacer una cosa así. S ya tenía su glande en el medio y yo noté que B había puesto su lengua entre el glande de S y mi labio inferior. Yo entonces coloqué la mía sobre la parte de arriba de su glande.
Los brazos de B me abrazaron fuerte y sus manos sujetaron mi cabeza yo me quedé paralizada. En ese momento S empezó a mover entre nuestro beso su polla.
La de B estaba bien insertada en mi vagina. El movimiento de S era muy lento. Pero al poco tiempo empezó a tomar cada vez más velocidad.
S gemía cada vez más fuerte hasta que dijo ya viene. B entonces me soltó de su abrazo, Yo me retiré hacia atrás, movimiento que B aprovechó para salir de mí. La leche de S cayó sobre mi cara y mis tetas y la de B sobre mi abdomen. Yo no podía parar el movimiento de mi corazón y me había quedado clavada, aún de rodillas. B me besó en los labios y me dijo: Mi cielo, ¿estás bien?. Sí. Me ayudó a levantarme y me abrazó. S también situándose a mi espalda. El semen todavía estaba sobre mi piel. B me lo retiró con la toalla. P estaba allí en su hamaca. Lo había observado todo y estaba de nuevo empalmado.
Me habían proporcionado un enorme placer, pero mi chumino ya estaba irritado y mi cuerpo chorreando de calor. ¿Qué vas a hacer mi amor? Dijo P. Voy a pegarme una ducha y luego me echaré más crema para tomar el sol.
Vale, aquí te esperamos, mi cielo.