Teresa la maña de Manchester

Pasé una noche de sexo increible con una preciosa maña cuyas curvas nublaron mi mente, ¿o fueron las cervezas?

Vivo en Inglaterra desde hace años, cuando llegué me apunté a un club de baloncesto, deporte que siempre practiqué en España, en parte por seguir haciendo algo de ejercicio, en parte por conocer a gente diferente al entorno de mi mujer que es británica y tener al menos una válvula de salida del día a día, ya que trabajo desde casa, donde tengo un espacio para poder hacer mis tareas.

La realidad es que nunca fui un superjugador de baloncesto, más bien un jugador muy voluntarioso, con un buen físico, no muy alto para la elite, pero que en niveles amateur me defendía, así que la llegar a UK pude jugar en un nivel semidecente ya que no es tan alto como en España.

El caso es que de eso ya hace unos años, y con el tiempo, el trabajo y los hijos, fui dejando el basket en un segundo plano, hasta este año, varios compañeros de los que tuve cuando llegué, junto con otros de la zona, han creado un equipo para jugar en veteranos, con jugadores mayores de 35 años, hemos jugado varios partidos con otros equipos de la zona urbana de Londres, pero el pasado fin de semana fuimos a jugar una especie de torneo a Manchester, y como era un torneo de todo el día y el viaje desde la capital lleva en torno a 4 horas y media, decidimos quedarnos a dormir allí en Manchester...

Reservamos un hotel céntrico, salimos bien pronto de mañana el sábado para llegar al hotel, registrarnos y tener tiempo para desplazarnos al pabellón donde ibamos a jugar. El torneo estuvo bastante bien organizado, el nivel de los equipo era bueno, hicimos un buen papel, quedamos terceros, y la verdad es que fue un día muy divertido con mucha camradería y buen rollo.

Una vez finalizado volvimos al hotel, nos duchamos y cambiamos y fuimos a cenar algo por la divina Manchester, lo pasamos bien cenamos todo el equipo juntos recordando los momentos más divertidos del día, las mejores jugadas,... lo típico de estos viajes, éramos 13 miembros del equipo los que habíamos viajado, dos de ellos lo hicieron acompañados de sus parejas y nada más terminar la cena se retiraron de vuelta al hotel, el resto nos quedamos tomando unas cervezas por algunos pubs cercanos.

Poco a poco según avanzaba la noche, se fueron retirando varios de los jugadores hasta que quedamos solo 4, los más jóvenes, todos muy cerca de los 40... Fuimos preguntando a la gente para encontrar locales más animados que estuvieran abiertos y así llegamos a un bar con buena música, gente más joven y buen rollo... Rick, uno de mis compañeros es americano, negro, un pivot de casi dos metros que hacen pequeños mis 1,85... y yo éramos los que más marcha teníamos, compartíamos la habitación de hotel esa noche y al final nos quedamos los dos solos y en una de las muchas visitas a la barra a recargar nuestras bebidas, me di cuenta que en la barra estaban dos chicas, de unos treintaypocos hablando en español...

Una de ellas era rubia, buen cuerpo, pelo largo y liso y bastante guapa. la otra era una chica más baja, un poco gordita, guapa de cara, ojos claros, en fin no estaban nada mal. Me hice el torpe golpeando ligeramente a una de ellas por detrás y me disculpé rápidamente, ellas comenzaron a hablar en español y yo me identifiqué como tal, les presenté a Rick y les contamos que estábamos por allí por el torneo y todo eso.

Ellas nos contaron que eran de Zaragoza, que la rubia, que se llamaba Alex, estaba trabajando allí, en Manchester en una empresa de auditorías o algo así, la otra, la gordita se llamaba Teresa y estaba pasando unos días visitando a su amiga... En poco tiempo estábamos los dos charlando con ellas, Rick inmediatamente se puso a charlar con Alex, que era la que mejor inglés tenía, así que me tocó a mí con Teresa...

Descubrí que era una chavala encantadora, muy simpática, en un momento determinado, me quise quitar la sudadera que llevaba, ya que dentro del garito hacía calor y al hacerlo golpeé de manera fortuita (lo juro) su culo, me di cuenta y la vacilé al respecto,

  • Pues te he tocado el culo así sin querer...

  • Ya me he dado cuenta - respondió ella.

  • te prometo que no tenía intención

  • ya, ya, dijo haciéndose un poco la ofendida...

Yo para ese momento ya estaba bastante desinhibido por todas las pintas ingeridas, así que decidí dar un pequeño paso más...

  • de verdad que ha sido sin querer, vamos que me encantaría tocarte el culo, y si lo hiciera no sería tan rápido, me recrearía un poco más, pero no era mi intención...

  • Pero que morro tienes - me soltó ella - no solo me lo tocas sino que me dices que lo harías más...

  • Pues si, pero mejor, y a ti te gustaría créeme

La verdad es que me estaba jugando las bazas un poco a lo loco, no suelo ser tan agresivo, pero ese día iba lanzado y además la veía receptiva, me miraba ojos golosos... eso y el par de semanas de abstinencia sexual que llevaba con mi mujer, me daban unas alas que ni el red bull...

El caso es que ella fue entrando al trapo, yo fui subiendo el tono de la conversación, incluso prometiéndole una noche de sexo salvaje, el caso es que ella se dejaba querer y antes de que me diese cuenta estábamos morreándonos en mitad del bar.

Sinceramente os diré es que no me gusta hacer estas cosas en un sitio público, soy un tío casado, pero al estar lejos de casa y habiendo allí solo gente joven y quitando a Rick nadie conocido, estaba tranquilo, Rick es un tipo discreto y de él no iba a salir nada, además ya estaba bastante ocupado por su cuenta... Aún así, en un momento que nos encontramos solos con las chicas en el aseo, hablamos entre nosotros, el tenía buena perspectiva, pero al parecer la chica no quería ir a su casa y dejar a su amiga colgada, porque además solo tenía una habitación, yo vi la luz y le dije que no se preocupase por eso, que yo me llevaría a Teresa al Hotel y así cada uno tendría su oportunidad...

En efecto cuando salieron las chicas, yo convencí a Teresa para irnos a un sitio más tranquilo y le ofrecí mi habitación de hotel, por lo que pude deducir, ellas ya habían hecho un reparto parecido en el baño así que no fue dificil de convencer, pillamos un taxi, y tras una parada en una tienda junto a una gasolinera para comprar unos preservativos nos encaminamos al hotel.

Era un hotel no muy allá, con todo muy básico y además teníamos camas separadas pero en ese momento parecía el paraíso. subimos metiéndonos mano ya en el ascensor y una vez en la habitación empecé a desnudarla sin miramientos mientras ella también dejaba mi torso al aire.

La empujé delicadamente encima de la cama, y comencé a besarla amasando sus tetas con fuerza, bajé por su vientre hasta su sexo, estaba empapada. Durante el trayecto me había dicho que ella no tenía mucha experiencia en estas lides, que había tenido algún novio, un par de follo amigos, pero que era la primera vez que se iba con un chico que había conocido esa misma noche, así que la tuve que prometer una noche memorable para celebrarlo.

Y en esas estaba, deleitándome con sus jugos prohibidos, lamiendo aquel coño sin depilar que os lo juro, en ese momento me sabía como el más delicado néctar. Estaba desbocado, el alcohol me había dotado de una osadía incontenida así que mientras lamía su clítoris y ella se dejaba hacer, gimiendo sin pudor alguno, empecé a jugar con su orificio trasero. Para mi sorpresa, tras el respingo inicial, se dejaba hacer, así que aproveché mi oportunidad, comencé a lamer su agujerito, y con uno de mis dedos lubricados por su abundante flujo, procedí a juguetear introduciéndolo poco  a poco en su interior.

Mientras tanto no paraba de comerla el coño, su excitación era ya salvaje, yo lamía su botón, mientras introducía mis dedos indistintamente por sus dos agujeros hasta que ella no pudo más y explotó en un orgasmo que le hacía estremecerse de placer, yo miraba los espasmos de su pelvis mientras ella se tapaba los ojos con una mano mientras mordía la otra en un intento de apagar sus gritos.

La dejé terminar, mientras la seguía acariciando el vientre y sus grandes pechos, una vez recuperada decidió que era el momento de corresponderme, así que me quitó el pantalón y el calzón, dejando salir a mi hinchado miembro de su prisión. Empezó a masturbarme mirándome a los ojos y besándome, hasta que en un momento se agachó y empezó a besar mi polla, al principio con suma delicadeza, pero poco a poco empezó a introducirla completamente en su bica, yo estaba excitadísimo y con la desinhibición comencé a mover su cabeza para dirigir el tempo, antes de que se diese cuenta estaba violando su boca con furia, de vez en cuando la sacaba para que pudiese respirar pero luego volvía a introducírsela casi con violencia.

No se el tiempo que estuvimos así, no debió ser mucho a pesar de la borrachera, y sentí como  me iba a correr de un momento a otro, en ese momento recuperé un poco de lucidez y la avisé de que me iba a correr liberando su cabeza para que pudiese retirarse, pero ella siguió chupando, casi con más ganas aún, volví a gritar de placer y me corrí como hacía tiempo, ella esperó a que acabase por completo y se levantó al baño.

Entre el efecto de las cervezas y el orgasmo que había experimentado me debí quedar dormido fulminantemente. Cuando me desperté estaba ya amaneciendo. Ella estaba despierta tumbada junto a mi, los dos completamente desnudos, me dio un beso de buenos días y mis manos volvieron a perderse entre sus pechos y sus caderas.

Todavía nos dio tiempo a hacer el amor otras dos veces, una en la cama y otra en la amplia ducha de la habitación donde volví a introducir uno de mis dedos en su ano mientras la follaba.

Después de la ducha se vistió y se marchó no sin despedirse con otros besos húmedos que casi consiguen empalmarme otra vez, qué demonios ni siquiera intercambiamos teléfonos ni me dijo su apellido para poder buscarla en las redes sociales… Ojala leyese esto para saber que estoy dispuesto a repetirlo cuando quiera… Hasta siempre Teresa… la gordita maña encantadora…