Tercera fantasia

Continuamos con las citas y las fantasias

TERCERA FANTASIA

Se había propuesto hacer realidad todas sus fantasías, y el había pedido que las escribiera para poder hacerlas tal como ella quería, pero esta vez, se centraría en el, en satisfacer su deseo, en satisfacer su fantasía, o intentarlo por lo menos…

La iniciativa la llevo Marta, busco el sitio, un hotel especial cerca de donde vivian, reservó la suite, con piscina dentro de la habitación, contrato a una masajista un tanto especial y algunas sorpresas mas…

La cita era a las 10 de la mañana, pero iría el solo, antes le mandaría el número de habitación, a las 9,30 Carlos recibió el mensaje con el número de habitación y solo de pensar donde era ya se había excitado.

Llegó pasadas las 10 y llamo a la puerta de la habitación, le abrió la masajista y se quedo parado, no esperaba visita en la habitación, pero antes de que se diera la vuelta, la masajista le invito a pasar.

Marta estaba en la piscina, desnuda, con una copa de cava fría en la mano y sonriéndole:

-          Por favor ponte cómodo, tenemos todo el dia por delante

La masajista le ayudo a desnudarse, y le pidió que se tumbara boca abajo en la camilla, desde allí podía ver perfectamente lo que Marta hacia, y lo que veía le excitaba mucho, la masajista se desnudo también y comenzó a darle un masaje, corporal, cuerpo a cuerpo, con aceite, desde el cuello hasta las piernas, podía sentir sus senos, y su cuerpo subiendo y bajando, mientras Marta, se acariciaba despacio, disfrutando de lo que estaba viendo y de lo que sabia que sentiría después.

Poco después la masajista le pidió que se diera la vuelta y continuo con su masaje cuerpo a cuerpo, la excitación de Carlos era visible e iba en aumento, sabia que no podía tocar a la masajista, aunque no era a ella a la que quería acariciar.

Cuando la masajista termino, le pidió que se levantara y que la acompañara a la piscina, entraron los dos, y entre Marta y la masajista, con sus manos limpiaron el aceite del cuerpo, empezó a besar a Marta, y nuevamente sus temperaturas volvieron a subir, por un momento no sabia que manos estaban sobre Marta o sobre él, pero si que las caricias que recibía le excitaban y le gustaban.

Poco después la masajista salió del agua y con ella Marta, se lio en una toalla, y mientras que la masajista se vestia en el baño, Marta lleno una copa de cava y se la acerco a Carlos con un bombom.

Marta despidió a la masajista, se acerco a las toallas, cogió una e invito a Carlos a salir de la piscina, lo seco con la toalla  y con su boca y se volvieron a besar y ya no dejaron de hacerlo, Carlos recorría el cuerpo de Marta, buscaba la humedad de su vagina,  ella se estremecía,  sabia como acariciarla, conocía su cuerpo, sus gustos, sus debilidades y el era su debilidad.

Marta se aparto de Carlos y cogiéndole de la mano lo llevo a la cama, en un lateral había un dosel, ella lo retiró y dejo a la vista un espejo grande, en el que el podía ver los cuerpos desnudos, Marta se arrodillo en la cama frente al espejo y pidió a Carlos que se pusiera detrás, sus cuerpos pegados y ella empezó a acariciarse, podía ver como abria sus labios en el espejo, como deslizaba sus dedos y como se estremecía de placer, no pudo resistirlo y empezó a hacerlo el, tumbándola un poco mas hacia atrás para dejar mas expuesto ese coño que le volvia loco.

Pasaba de sus pechos a su coño y las dos cosas  a la vez, veía como se iba excitando cada vez mas, como iba subiendo al cielo poco a poco, pero no quería terminar, ni el ni ella, la tumbo boca abajo con las rodillas dobladas, y se puso debajo, deslizando su lengua por su coño húmedo y dilatado, rodeando su vagina y penetrándola con la lengua. Marta temblaba, no podía aguantar. Carlos notando su excitación decidió parar, quería penetrarla, y sin dejar que se moviera la penetro, despacio, hasta dentro, para luego seguir con movimientos suaves y embestidas fuertes.

Paró, porque si no paraba iba a correrse dentro de ella. Marta le dijo que se tumbara, y comenzó a besarle desde el pecho hasta el pene, lo rozo con la lengua, y se lo metió entero en la boca, de rodillas con todo su sexo expuesto frente al espejo, disfrutaba de la vista, y empezó a acariciarla nuevamente.

Estaban disfrutando de sus cuerpos, hasta un extremo increíble, ella se subió sobre el, y abrazandose, uno frente al otro, llegaron juntos al orgasmo.

Exaustos y plenamente satisfechos, se tumbaron uno junto a otro en la cama, no podían ni hablar, Carlos se levanto, sirvió dos copas de cava, alcanzo una a Marta y brindaron en silencio por lo que habían sentido.

Marta le dijo:

-          No he terminado, te quedan algunas sorpresas mas, descansa un poquito aquí, a mi lado en la cama.

Carlos se tumbo junto a ella, abrazandola, pegado a su cuerpo como le gustaba y Marta cogió un mando que había junto a la cama, el espejo se ilumino, empezó a sonar música y poco después apareció la imagen de sus cuerpos desde que entro en la habitación hasta que el momento en el que los dos se fundían en un abrazo y alcanzaban juntos el orgasmo.

Esa imagen le gusto y le excito nuevamente, podía ver todo lo que habían estado haciendo y deseaba volver a repetirlo, seguía tumbado junto a ella y empezó a acariciarla, recorriendo todo su cuerpo solo con la yema de los dedos, Marta respondió a sus caricias, y dándose la vuelta le beso suavemente, con pasión y dulzura, y acercándose a su oído le dijo…

-          Recuerdas la ultima fantasía????

Carlos miro a su alrededor y vio unas cintas en cada extremo de la cama, y un antifaz bajo la almohada, le puso el antifaz, y la tumbo boca abajo, atándola de pies y manos, la tenia a su merced, y sabia que le gustaba, que sus sentidos se intensificaban cuando le tapaba los ojos.

Ahora le tocaban a él las sorpresas, y en su bolsa tenia algunas, se levanto de la cama y sacó un consolador un tanto especial, y lubricante, Marta no podía verle, se estaba excitando solo de oírle. Carlos se acerco a ella, por detrás y paso las manos por su coño, estaba húmedo abierto, solo para el, tenia los pezones duros aunque el no los veía.

Puso lubricante en su coño, el lubricante estaba frio y el cambio de temperatura lo agradeció, después, poco a poco fue introduciendo el vibrador por su vagina, mientras que acariciaba su clítoris dilatado por la excitación, empezó a masturbarla, dios como le gustaba verla asi, tan excitada, tan abierta. A Marta le gustaba, disfrutaba, gemia y poco a poco su respiración fue subiendo de ritmo, sabia que podía hacer que se corriera, pero quería seguir jugando con su cuerpo, dejo de masturbarla, y la penetro, tenia que sentirla, tenia que sentir la excitación de su coño en poya excitada.

Poco después, la desató y la ato boca arriba,  quería hacerla sentir,  despertar sus sentidos, asi que cogió un poquito de hielo de la cubitera del cava y se lo pasó por los pezones se endurecieron mas, el frio la hizo reaccionar y quejarse, fue bajando por su vientre a su ombligo y después a su coño, buscando el clítoris dilatado y excitado, tras el hielo fue su lengua la que hizo el mismo recorrido, la estaba volviendo loca.

Se tumbo sobre ella, y la volvió a penetrar, no aguanto, hizo que se corriera que sus gemidos se oyeran por toda la habitación, le excito tanto que provoco que el quisiera correrse también, asi que la desató y se puso un preservativo, y sin destaparle los ojos pidió a Marta que le hiciera una felación de las que a el le gustaban, que quería correrse en su boca, y asi lo hizo, disfruto de un orgasmo intenso largo y placentero.

Cuando descansaron un ratito, el servicio de habitaciones subió la comida, y se sentaron uno frente al otro a comer, desnudos, uno frente al otro, disfrutando de cada bocado de comida, y de cada mirada, las piernas de Marta abiertas, a cada lado de las de Carlos, provocando, pidiéndole mas, insinuándole que el postre estaba frente a el, y al acabar de comer volvió a tomar su postre.

Hicieron el amor nuevamente,  con dulzura, con tiempo, dedicándose a sus cuerpos, a recorrerlos, a disfrutarlos sin prisa, hasta la hora de volver a casa.