Teorema de Emociones 05

“Teorema de emociones” narra la historia de Rebeca una joven de dieciséis años única hija de un solvente pero roto matrimonio que, debido a su carácter tímido e introvertido vive aislada tranquila en su propio mundo construido entre redes sociales y pantallas que la protegen alejada de cualquier contacto humano. Y de cómo esta aparente seguridad de Rebeca se derrumba bruscamente cuando la profesora Jenny Espinoza mujer de clase media y de aspecto agradable entra en su vida como la nueva sustituta del elitista instituto de señoritas al que asiste y repara en esta delgada pero bella joven con la intención de saciar sus más bajos y egoístas deseos. Con años de experiencia a sus espaldas decide hacer uso de su gran habilidad de seducción para manipular sin ningún escrúpulo los sentimientos y emociones de Rebeca que, poco a poco es atrapada en el astuto juego de placeres y castigos de su profesora con la clara intención de iniciar a esta introvertida joven en el oscuro mundo de los juegos eróticos lésbicos con tintes de sado masoquismo. Precipitando a la joven dentro de un convulsionado mar de sentimientos que la obligaran a decidir a sucumbir a las emociones de su cuerpo y mente aceptando convertirse en la esclava sexual de su profesora o abandonar su carácter dócil e introvertido y enfrentar a esta seductora mujer. Debiendo para ello abandonar su propia personalidad débil y frágil, tomando decisiones impensables en su vida anterior que no solo la afectaran directamente a ella sino que, también a las personas que la rodean convirtiéndose en alguien que nunca e imagino llegar a ser. Desde ahora estas invitado a acompañar a Rebeca en este viaje atreves del difícil camino de los sentimientos encontrados en donde se verá obligada a experimentar el placer, dolor, amor y odio. Acepta este oscuro desafío y ayuda a resolver a la joven Rebeca este complejo “Teorema de emociones “.

Capitulo 5

Después de una mala noche la mañana de sueño entrecortado a causa de pesadillas llenas de peleas y portazos, el día de la joven no parecía mejorar. Al haber sido incapaz de tomar la decisión de aceptar o no la propuesta, la señorita Moreno ahora sentía como su mente, su corazón y su cuerpo, como si de una batalla se tratara,  luchaban dentro de ella.

Su mente le decía que no era ni bueno ni correcto intimar  de esa manera; Su cuerpo con desesperación exigía sentir el tacto de las manos de su profesora y por último y no menos importante su corazón que con cada latido cambiaba su opinión dando a cada segundo un ganador  diferente.

El día termino finalmente como empezó sin un claro ganador, un montón de garabatos por apuntes y su merienda sin tocar. Al llegar a su casa la situación no mejoro ya que es imposible estando consciente desconectar mente, corazón y no escuchar lo que tu propio cuerpo te pide y más si la tensión familiar dentro de la casa se puede cortar con un cuchillo

Se tomó un analgésico para su migraña y se recostó abrazando su almohada hasta que el sueño cerró sus ojos.

El toc-toc contra su puerta la trajo de vuelta a la realidad, su madre preocupada al ver que no había merendado subió a ver si todo iba bien, la joven le comento la mala noche que había pasado y que el dolor de su cabeza era muy fuerte.

La madre después de ofrecer otro analgésico le dijo que de seguir así al día siguiente llamaría al médico para que la revisara. Y que de amanecer  igual el día siguiente se quedaría  en casa.

-“¿Moreno?” pregunto la profesora Espinoza.

-“No ha venido hoy al instituto “, respondió su compañera de banco más cercana y agregó: -”Parece que está enferma”.

Mientras la profesora Espinoza dictaba su segunda hora de clase, el médico de la familia Moreno después de examinar  a la joven Rebeca, le comentaba a la Sra. Moreno el resultado del examen.

-“Física mente se encuentra en perfecto estado”, dijo el médico,-” Lo más probable que su cansancio y dolor de cabeza se haya debido a un cuadro de estrés, muy normal en los jóvenes de estas edades”.

Más tranquila ya la madre en un momento de lucidez provocado por la preocupación de su hija, le dijo:- “Me han llamado  del instituto”, dijo mientras ataba las cortinas.

-“¿Del instituto, quien ha llamado? “, pregunto enseguida la joven sorprendida por el deseo de conversar de su madre...

-“Tranquila hija que no es nada malo, llamo la vice directora la Señorita Martínez llamo interesándose por ti y nos recordó que aún hay plazas libres para las clases de refuerzo con las mismas profesoras del instituto”.

-“¿Te dijo mamá que profesoras son las que dictan las clases extras?, pregunto la joven mientras se sentaba en su cama y agrego:- “porque hay unas que explican mejor que otras.”

-“¿Porque lo preguntas hija, crees que necesitas ayuda en alguna materia?”.

-“Podría ser mamá pero, solo si la profesora que las dicte las clases, es de las que me gustan como explican”, dijo poniendo su tono más maduro.

-“Y sabes que si se trata de tu futuro haremos todo lo que esté a nuestro alcance hijita mía”, dijo la madre.

Y agregó:- “Ahora mismo llamo y pregunto qué profesoras están disponibles y me dices cual prefieres cariño”.

-“Vale mama “, dijo sonriendo después de casi dos días sin hacerlo.

Parecía ser que al fin había encontrado una  manera de estar con su profesora sin tener que tomar una decisión que la mantenía dividida.

A la media hora aproximadamente su madre regreso con una hoja y le dijo:       -“Vida mía este es el listado de profesoras disponibles”, dándole la hoja.

Sus ojos saltaron de nombre en nombre hasta que leyó: - Profesora: J. Espinoza – Teléfono: 645 032 200 .

Luego dijo a su madre evitando parecer muy entusiasmada: -“Esta explica bien”, señalando el segundo nombre de la lista  y agrego,-“Si quieres la llamas y le preguntas si me puede ayudar así  no voy tan agobiada mamá “,  recostándose de nuevo sobre su almohada.

Mientras su madre se encargaba de la llamada la joven agitaba sus pequeños  pies por debajo de las delicadas sábanas de algodón egipcio,  en silenciosa celebración.

Esa misma tarde su madre ya se había encargado de todo, a partir del siguiente día la profesora Espinoza vendría a su casa una hora y media por las tardes tres veces a la semana.

Al día siguiente al fin se escuchó responder a la señorita Moreno,- “Presente profesora “, a lo que la profesora dijo: -“Nos alegramos que ya esté mejor“, y continuo tomando la asistencia.

Las diferentes materias se fueron consumiendo hasta que la última hora llego a su fin. De camino a la salida del aula la joven Moreno aprovecho y acercándose a la profesora le dijo “Hasta la tarde profesora”.

La profesora veterana de muchas guerras resoplo aire por su nariz a la vez que en su mente decía:-”Mira a la gatita como saca sus uñas.”

Puntualmente la profesora llego a la lujosa casa de la familia Moreno y una mujer con aire asiático la recibió en la puerta y la acompaño hasta el living donde estaban madre e hija mirando cómodamente sentadas la televisión en un impecable sofá de tres cuerpos con apoya pies .

La profesora mientras saludaba a la madre de la joven, reparo en la belleza natural de esta mujer, perfectamente conservada para sus cuarenta y largos años, delicados movimientos y refinada habla pero, de mirada triste y apagada.

Después de unos minutos de conversación entre ambas la Sra. Moreno dijo:     -“No la entretengo más Srta. Espinoza, hijita acompaña por favor a tu profesora al  estudio así trabajan tranquilas “, marchándose elegantemente.

El estudio era en realidad una especie de mini biblioteca con un escritorio con  ordenador e impresora, y una mesa de madera natural  con cuatro sillas y dos ventiladores de techo todo a  juego y  en una de sus esquinas uno de esos sofás eléctricos que te masajean todo el cuerpo, distribuidos cómodamente en una superficie que lejos era más de la mitad del piso que alquilaba la profesora.

Como era de esperarse ambas se sentaron juntas del mismo lado de la mesa y sin más se pusieron en faena. Los noventa minutos pasaron entre ejercicios y explicación en un tono de conversación agradable cien por ciento profesional y uno que otro roce casual entre sus codos.

Antes de marcharse la Sra. Moreno se acercó a despedirla y le pregunto cómo  la veía a su hija, que había subido a su cuarto a dejar las cosas. La profesora dijo que no estaba tan mal y que con la ayuda de las clases de apoyo en poco tiempo estaría al máximo rendimiento. Se despidieron con un elegante apretón de manos y la profesora se marchó.

En el piso de arriba la joven alumna mirando se en el espejo del baño de su dormitorio seguía sin entender como a pesar de haber estado con la profesora continuaba sintiendo se igual de vacía y aun de pie en este planeta y no en donde querría estar.

Encima de no haber obtenido lo que buscaba con su profesora llegaba ahora la peor parte del día, la noche. En donde su casa se convertía en un campo de guerra sin ningún vencedor. Gracias a su imaginación logro escapar de aquel lugar y se durmió pensando en cómo le gustarían que fueran las cosas.

Sobre las once y treinta y cinco  de la mañana siguiente y de regreso del patio los ojos de muchas alumnas del 3º B se pusieron grandes como platos cuando la profesora pidió que guardaran todos los libros y cuadernos de apuntes debajo del pupitre y sacaran una hoja en blanco para un examen sorpresa.

A pesar de las suplicas y por favor profesora, dicto las preguntas y dijo tienen una hora para contestar el examen, y dirigiendo a su escritorio, se puso a corregir trabajos pendientes. El desconcierto de las alumnas ante aquellas preguntas de difícil respuesta se palpaba en el aire del aula y los gestos de impotencia y frustración no tardaron verse reflejados en sus rostros.

Por su parte, como gato que espera a que el pequeño ratón se confíe antes de atacar lo, la profesora esperaba paciente a que la numero dos o tres de su lista VIPA o lo que era lo mismo: Vulnerables, Inseguras y de Poca Autoestima cometiera el error de querer copiar.

Faltando menos de diez minutos la numero tres de la lista desesperada y con las respuestas aún en blanco animada por el aparente éxito de algunas otras jóvenes  que copiaban descaradamente aposto todo a ganar o perder, abriendo con disimulados movimientos su libro de texto; Ignorando que su suerte estaba echada.

Con un seco;-”Señorita Puyol entrégueme su hoja, salga de la clase y espere afuera”, por parte de la profesora Espinoza, la joven cerrando sus ojos en señal de su gran desacierto se levantó y cabizbaja salió al pasillo.

A la joven Moreno le bastaron milésimas de segundos para ver claramente lo que estaba sucediendo, su profesora estaba buscando llenar la vacante para la búsqueda de esa “alumna especial” con quien compartir sus tardes, lugar que ella hasta ahora no había decido aceptar. Recriminando se así misma: -Porque, porque  no la acepte”, “Soy una estúpida”.

El plazo del examen expiro  cada joven depositó el suyo sobre el escritorio y fueron saliendo rumbo al polideportivo techado del instituto para su clase de educación física. La profesora llamo entonces a la joven Puyol que esperaba afuera.

Mientras trotaba por  en derredor a las canchas del polideportivo junto al resto de las otras jóvenes,  la alumna Moreno miraba fijamente la puerta esperando  impaciente a que su compañera entrara para saber que le había pasado. Alentando se así misma con la idea de que quizás esta vez la profesora se limitara a castigar con un parte o le pusiera un cero en sus notas.  Su ideal castillo de arena se vino abajo,  sin necesidad de siquiera habar con su compañera, cuando la vio entrar al polideportivo sonriendo aliviada.

Continuara…