Teorema de Emociones 04

“Teorema de emociones” narra la historia de Rebeca una joven de dieciséis años única hija de un solvente pero roto matrimonio que, debido a su carácter tímido e introvertido vive aislada tranquila en su propio mundo construido entre redes sociales y pantallas que la protegen alejada de cualquier contacto humano. Y de cómo esta aparente seguridad de Rebeca se derrumba bruscamente cuando la profesora Jenny Espinoza mujer de clase media y de aspecto agradable entra en su vida como la nueva sustituta del elitista instituto de señoritas al que asiste y repara en esta delgada pero bella joven con la intención de saciar sus más bajos y egoístas deseos. Con años de experiencia a sus espaldas decide hacer uso de su gran habilidad de seducción para manipular sin ningún escrúpulo los sentimientos y emociones de Rebeca que, poco a poco es atrapada en el astuto juego de placeres y castigos de su profesora con la clara intención de iniciar a esta introvertida joven en el oscuro mundo de los juegos eróticos lésbicos con tintes de sado masoquismo. Precipitando a la joven dentro de un convulsionado mar de sentimientos que la obligaran a decidir a sucumbir a las emociones de su cuerpo y mente aceptando convertirse en la esclava sexual de su profesora o abandonar su carácter dócil e introvertido y enfrentar a esta seductora mujer. Debiendo para ello abandonar su propia personalidad débil y frágil, tomando decisiones impensables en su vida anterior que no solo la afectaran directamente a ella sino que, también a las personas que la rodean convirtiéndose en alguien que nunca e imagino llegar a ser. Desde ahora estas invitado a acompañar a Rebeca en este viaje atreves del difícil camino de los sentimientos encontrados en donde se verá obligada a experimentar el placer, dolor, amor y odio. Acepta este oscuro desafío y ayuda a resolver a la joven Rebeca este complejo “Teorema de emociones “.

Capítulo 4

Después de la ducha de cada día la joven con un gran “buenos días mamá”, intento subirle la moral y alegrarle el día sin ningún éxito a su madre que seguía en un estado de indiferencia total.

La joven Rebeca completo la rutina del desayuno y salió con destino al instituto. Subió las escaleras de acceso al centro educativo rodeado de cientos de otras jóvenes pero a diferencia de las otras veces hoy,  la señorita Moreno, sentía que era especial en un sentido positivo.

Entro en el aula relajada consciente que ese día tocaba religión en la primera hora, materia que incluso antes de conocer a su nueva profesora, le era totalmente indiferente.

La cosa cambio cuando se produjo el cambio de profesoras y vio entrar a la profesora Espinoza, quien a sus ojos venía más elegante que otros días y durante el resto del día necesito repetirse a sí misma varias veces presta atención Rebeca, ante el deseo insistente de su mente de retroceder a la tarde anterior.

En el recreo se limitó a ir hasta su rincón del patio aparatado de todas las demás alumnas y comer tranquila su barrita de cereales.

Tres horas más tarde al sonar el timbre para irse a casa y después de que la profesora digiera a toda la clase:- “Quiero el trabajo terminado y entregado sin falta para mañana“, agrego:-“Señorita moreno se acerca un minuto antes de irse, por favor”.

La joven al escuchar su nombre, se puso de pie y con paso firme se acercó al escritorio de la profesora, esta al verla llegar le dijo, sin levantar la vista:- “Este ejercicio cinco de aquí no está hecho, quiero que esta misma tarde lo solucione sin falta”.

La joven sin entender el mensaje de su profesora, contesto:- Perdone profesora de que ejercicio me habla”. Esta vez la profesora levanto su vista y mirándola a los ojos repitió:-”Este el número cinco que está pendiente y quiero que lo haga esta misma tarde sin falta”.

Al entenderlo y casi sobreactuando dijo:-”Si hoy sin falta, que dese tranquila”, quedándose ahí de pie inmóvil.

-“Ya se puede retirar”, agrego la profesora.

Durante la comida con la única  compañía de su madre la joven miraba como su madre permanecía distante limitándose a probar un poco de lo que tenía en su plato. Al terminar el  postre la joven dijo que tenía que terminar algunas cosas del instituto y subió a su cuarto.

Faltando una hora para su cita y fue a cambiarse se dio cuenta que a diferencia de las otras veces , en esta ocasión no había dejado seleccionado lo que se pondría para ir, reconociendo cuanto se demoraba en elegir lo que al final se podría se puso nerviosa.

Esa intranquilidad se convierto en pánico cuando al revisar sus cajones vio que sus mejores faldas aún estaban en el cesto de la ropa sucia. Presa del pánico siguió abriendo cajones hasta que en el tercero vio un legins que se había comprado y que estaba aún sin estrenar.

Cuando entro en el  piso de su profesora, desde la puerta del living, la vio ahí sentada como lo recordaba en su mente, en su silla de madera junto al sillón.

Esta vez no fue necesario que su profesora le indicara que guardara silencio, avanzo en completo silencio y se paró al costado del brazo del sillón.

En ese momento vio cómo su profesora desaprobaba con su mirada el que se presentara con sus piernas cubiertas con ese legins. Cuando la profesora vio que la joven se disponía a intento explicar la razón de llegar así vestida, se limitó a decirle:-”Así no, no me gusta” y agregó:-“te vas y vuelves otro día o te los quitas, pero así no”, frunciendo el ceño y desviando su mirada hacia otro lado.

Dejando a la joven la decisión de quedarse en bragas o aguantar privar a su cuerpo de lo que tanto deseaba. Se decantó  por lo primero y dijo:-” Me lo quito”, haciendo el gesto con sus manos de bajarlo.

La profesora la detuvo y le dijo:-” Aquí no, en el baño o el dormitorio donde tu prefieras”. La joven se puso de pie y fue a la habitación de su profesora se descalzo y después de luchar con el legins durante unos minutos que le parecieron eternos se los quito finalmente. Los dejó doblados en dos sobre la cama y regreso al living con la sensación de ir desnuda.

Fue por eso que camino desde el cuarto hasta el sillón en puntitas de pie y con sus dos manos entrelazadas cubriendo su sexo. Decidida a llegar  lo más rápido posible buscando acortar aquella situación embarazosa en la que estaba.

Estaba por llegar al extremo del sillón cuando la profesora le pregunto -” ¿Te importa recostarse sobre mi regazo, en vez del sillón ya que son solo cinco los azotes pendientes?”.

La joven dijo:- “Como usted prefiera, profesora”

La mujer se paró llevo la silla devuelta a su lugar y regreso al sillón, la joven  espero  a su profesora, quien después de sentarse cómodamente con un gesto golpeando sus rodillas invito a la alumna a recostarse.

Calentó las yemas de sus dedos y dejando aún lado los azotes comenzó a estremecer el cuerpo de la joven alternando su rutina entre caricias, suaves arañazos por la parte trasera de sus piernas y juegos de dedos circunscribiendo el borde exterior de su braguita.

La joven se fue dejando envolver por las hábiles manos de su profesora, quien en poco tiempo lograba ejercer un efecto mágico y adictivo en todo su cuerpo.

Cuando la profesora vio que su joven alumna acompañaba con su cuerpo los movimientos de su mano, quitándole sus cabellos castaños de su cara le pregunto:”-¿Te parece bien bonita mía si comenzamos?

Como ya era casi costumbre en la joven respondió:- “Si profesora”.

Y sin dejar la oportunidad de aumentar el poder que ya ejercía en la joven mente de su alumna agrego:- “Confió en que recordaras bien lo que debes decir, sino terminare creyendo que no me quieres nada de nada”.

La joven dijo inmediatamente:-” Si, si claro que lo recuerdo”.

La profesora demostrando su habilidad en este cruel juego de seducción, usando las uñas de su mano derecha subió desde la altura de su gemelo pero, esta vez lo hizo por la cara interna de pierna de la joven, provocando que esta se retorciera y con su voz más sexy le pregunto:- “Estas segura bonita mía”

Obligándola a gastar las pocas fuerzas mentales de la joven condicionándola a que siempre respondiera a sus preguntas con un:-“si profesora”, mientras veía como la alumna retorcía  los dedos de sus pies por  el paso de sus uñas...

Después repitiendo la rutina de ayer colocaba su mano en una de sus nalgas, se la apretaba ligeramente y luego apartaba su mano y esperando paciente a que su cintura se arqueaba intentando subir  al encuentro de su mano, momento en el que la profesora propinaba el suave azote.

Después que la alumna pronunciara el número y agradecía el azote recibido  con un “gracias profesora”, como recompensa la mujer cubría de caricias su enrojecida nalguita.

Cuando los azotes pendientes concluyeron la profesora continuo regalando los sentidos se la joven durante unos minutos más,  hasta que peinando sus cabellos con dedos le dijo:-”Ya está bonita mía, se acabó el castigo que habíamos pactado”, y agrego:-“Ya puedes vestirte e irte”.

La joven sintió caerse de la nube en la que flotaba, le parecía imposible de creer que esa mujer que hasta ahora con tanto cuidado la había mimado, haciéndola sentir  la protagonista de en un cuento mágico, se despidiera para siempre.

Casi en estado de shock se incorporó lentamente  del sillón y se dirigió e silencio a buscar su pantalón al dormitorio de la profesora sintiéndose totalmente abatida.

Cuando estuvo lista salió del cuarto y vio a su profesora la estaba esperando  de pie al lado de la puerta con cara triste, y que cuando la vio salir  le dijo:” Me das un minuto bonita, quiero decirte algo”. La joven aun tratando de asimilar en su cabeza la cruel noticia de que nada de lo vivido y sentido en estos días junto a su profesora se volvería a repetir se limitó a decir un simple :-”Si diga me ”

La profesora dijo:-“Antes que te vayas a tu casa quiero proponerte algo”, a la vez que le enseñaba un sobre cerrado que traía en su mano. Y agregaba:-“Quiero que lo abras cuando llegues a tu casa, lo leas y medites bien tomate todo el tiempo que necesites: un día, o una semana no hay apuro”.

Y decidas lo que decidas quiero que sepas que nunca olvidare estos días que estuviste aquí conmigo, dándole un tierno beso en su frente, sonrió y se despidió  con un simple:-“Hasta mañana.”

La joven se propuso cumplir lo que le pidió su profesora y espero hasta a estar en casa para abrirlo. Subió las escaleras corriendo  y  con un portazo se encero en su habitación, salto sobre su cama y respirando profundo abrió el sobre.

Se trataba de una hoja A4 impresa con letra tipo Arial, que decía:

“HOLA REBECA:

QUIERO QUE SEPAS QUE HE DISFRUTADO ENORMEMENTE ESTOS MOMENTOS CONTIGO Y NO DESEO QUE ESTO QUE HEMOS EMPEZADO TERMINE, ME GUSTARÍA PODER REPETIR LO VIVIDO SIEMPRE QUE TÚ TAMBIÉN LO DESEES Y QUIERAS.

ANSIO PODER JUGAR CONTIGO DICIENDOTE QUE HACER  BONITA MÍA Y OÍR DE TUS LABIOS DECIR SI PROFESORA ACEPTANDO  TODO LO QUE TE PIDO.

HAS ALEGRADO MI VIDA Y CONFIÓ QUE ACEPTES ESTO QUE TE PROPONGO, Y ASÍ QUE CADA VEZ QUE SEA POSIBLE ME DEJES MIMARTE Y DARTE MI CARIÑO COMO HASTA AHORA.

POR FAVOR LEE LO BIEN Y SOLO SI ESTAS SEGURA DE QUERER OBEDECERME EN TODO CUANDO ESTEMOS JUNTAS ME LO DICES. EN CASO CONTRARIO LO ENTENDERÉ Y PROMETO NO MOLESTARTE NUNCA MÁS.

GRACIAS DE NUEVO. TU PROFESORA.

Después que lo hubo leído la joven dejo la hoja sobre la cama, se recostó e intento  entender el trasfondo de la nota y en caso de aceptarlo hasta donde estaría dispuesta a llegar en este juego nuevo que sin dudas le atraía por esa justa combinación de placer y dolor por igual.

Tomo la hoja la metió de nuevo en el sobre y la escondió en uno de sus secretos lugares de su habitación sin saber qué hacer con la propuesta de la profesora que ahora le estaba pidiendo que le diera el control total de las decisiones.

Espero hasta el horario de la cena  y bajo para junto a su callada y cabizbaja madre cenar.  Luego le un beso que casi no parecía ayudar en nada y se despidió hasta el día siguiente deseando que durmiera bien.

En su cuarto espero el triste espectáculo que la venia amargando desde que tenía uso de memoria y probable causa de su incapacidad para relacionarse con las personas y sobre todo con chicos a quienes los imaginaba como adultos discutiendo con ella cada noche.

Con el último portazo dado intento tranquilizarse y una media hora más tarde logro por fin cerrar sus ojos y soñar con una casa sin gritos y feliz.

Continuara…