Teo
Teo
Lunes por la mañana, 7 A.M.
-¿Mmmmmmmm, que es eso? ¡¡¡Noooooooooooooooo!!!.-
“Hora de levantarse, vamos Nahúm despierta, vamos cuerpo responde, a la una, a las dos, vamos tu puedes, tu puedes”
“Bueno está bien, por lo menos apaga la alarma del celular, vamos, estira la mano izquierda, esa no es la izquierda, es la derecha, vamos, apágalo, apágalo, que lo vas a despertar”
-Listo está apagado.-
“Ahora a levantarse, huuuuuuuuuy que rico abrazo, abrazo, ok, está bien un beso, solo un beso y a levantarse, vamos un besos nada mas vamos, ya suéltalo, suéltalo, he dicho que lo sueltes mierda jejeje”…
“Bueno cuerpo, no reaccionas para levantarte, pero reaccionas para otras cosas, ya tienes una erección padre jejeje”
Vamos, vamos a la ducha, bien, agua bien caliente.
-¡brrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr esta fría!-
“jejeje, jodete”
“Así se te pase la calentura, ahora sí, agua caliente, que lindo es ducharse, no, no, nada de paja, nada de masturbarse, a enjabonarme bien para sacarse el sudor y los restos de semen de mi piel, asearme bien la cola, shhhhhhhhhhhhhhhh!!! Arde y arde mucho, y bueno tu tenias la culpa de pedir cada vez más fuerte, y es hora de pagar las consecuencias, pero estuvo muy bueno jejeje”.
“Listo la ducha a cambiarse, y a salir”.
“Ok, ok, se ve tan tierno cuando duerme, bueno está bien un beso y nos vamos, solo un beso, vamos ya, solo un beso, vamos, vamos, suéltalo, suéltalo, vamos”…
“Si, debó reconocerlo besa muy rico”.
“Ahora a tomar un taxi”…
-Así son todas mis mañanas, mi nombre es Nahúm, soy un chico común, sin penas ni glorias, vivo con mi mamá, y mi chico (mi pareja), soy bastante sociable, trabajo por las mañanas y estudio en la universidad a la tarde, tiendo a distraerme muy fácilmente, y tengo la maldita maña de hablarme a mi mismos, es como tener a otra persona dentro de mí, es como si mi mente estuviera desasociada de mi propio cuerpo, jejeje si lo sé, es bastante raro pero soy así.-
9 AM.
Hora del desayuno en el trabajo.
“mmmmmmmmmm, ¡vibró! ¿Por qué vibró?, jejeje haaaaa, es mi celular, ¿veamos quién es?, mmmmm, es Teo, mi amigo Teo, ¿qué querrá? Mmmm, bueno ya atiende la maldita llamada jejeje.
-¿Hola?-
-Hey Nahúm, ¿qué haces? ¿Como estas?-
-Acá todo bien Teo y ¿tú?-
-Nada. Acá bien, era para saber si nos podemos juntar esta noche en el bar de siempre, ¿si no tienes algún problemas?, claro está…-
-Si no hay problema, a las 9 PM.-
-Ok listo, nos vemos, suerte.-
“Teo, que le sucederá, lo sentí raro, como preocupado”
Teo, es un gran amigo desde hace unos 3 años, es casi de mi contextura física, 1,68 mts. De estatura, 55kg. Cabello castaño claro, y tez morena, ojos marrones oscuros, boca pequeña, tiene mi misma edad, es muy tímido, y siempre te dan unas gana locas de abrazarlo y hacerle muchos mimos, es demasiado tierno, eso sí, desde que esta con Bruno se volvió por demás caprichoso, cuando quiere algo, y no le hacemos caso, se enfada y comienza a hacer puchero, se podría decir que es su arma secreta, ya en mi grupo de amigos, sabemos cómo manejarlo, pero Bruno se derrite, y siempre le da con los gustos, lo mal cría mal, quien podría cree que hace un año y medio que son novios.
9 PM. En el bar…
Como siempre llegue primero, bueno voy a ir buscando una mesa desocupada.
-Hey Teo, ¿como estas?-
-Y acá, Nahúm.-
-Huy esa cara de preocupado, ¿qué te sucede?-
-¿Pedimos algo así conversamos?-
-Ok, ¿una pizza y gaseosas te parece bien?-
-Ok dale-
Hicimos el pedido, y mientras esperamos había un silencio medio incomodo, en la mirada de Teo se veía miedo y preocupación, pero en ningún momento me miraba fijamente, como para saber y darme cuenta de lo que le sucedía, ¿acaso tendrá que ver con Bruno? Tendría que esperar para saber la respuesta…
Al traernos el pedido, estuvimos un rato mas en silencio, mientras intentábamos comer.
Decidí dar el primer paso, apoye el codo de mi brazo derecho en la mesa, extendí mi antebrazo hacia él y apoyando mi mano con la palma hacia arriba le pregunte, ¿me vas a contar que es lo que te sucede o lo averiguo de otra manera? Y lo mire sonriendo, el miro mi mano, me miro fijamente a los ojos, y vi en ellos como se humedecían con las lagrimas, pude notar como un nudo y una angustia se le formaba en la garganta, quede completamente desconcertado.
-Nahúm tengo que contarte algo demasiado delicado, en realidad no sé como decírtelo o como empezar, estoy hecho un lio.-
-¿Tiene que ver con Bruno?- Le pregunte.
-Si Nahúm tiene que ver con él-, se rio nerviosamente.
-¿Recuerdas como fue que lo conocí o mejor dicho como lo conocimos?- Me interrogo, lo mire pensativo.
-obvio que si- le respondí.
-Fue en la facultad, cuando teníamos que sacar unas copias de sociología 1, estábamos amontonados esperando a que nos entregaran las benditas copias, en eso él se acerca y nos pide de favor, si podríamos pedir, que le saquen copia a dos hojas que el tenia en las manos, yo asentí inmediatamente, pero tu Teo, quedaste embobado mal, estabas súper nervioso, te me pegaste más de lo debido, hay me di cuenta que te había gustado de sobre manera, sin hasta habías empezado a sudar como loco jejeje-
-Le dije que bueno, que nos esperara y que cuando estuvieran se las acercábamos, él se alejo de nosotros y de la multitud de gente.-
-Cuando nos entregaron las copias, fuimos a donde él estaba, y le entregamos las hojas de su propiedad, nos saludo presentándose, nos dijo llamarse Bruno.-
-Yo le respondí, mi nombre es Nahúm Zar, estoy en primero y el es mi amigo Teo, en realidad se llama Mateo, pero yo de cariño le digo simplemente Teo, fue cuando me gire a mirarte y te vi extremadamente colorado jejeje, estabas súper nervioso, él te estrecho la mano, y me di cuenta que te miraba con una ternura impresionante, desde ese momento me di cuenta que tenía que estar con vos, jejeje.-
-Sí, Nahúm, recuerdo que hacías todo lo posible para reunirnos con él, y como él estaba más avanzado en la carrera, tu le pedias tutorías, para vos y para mi, aunque siempre me dejabas a solas con él inventando alguna estúpida escusa, en esos momento te odiaba, porque yo me paralizaba completamente, me ponía súper nervioso, no sabía qué hacer y él solo me trataba cada vez mas delicadamente, siempre re tierno y atento conmigo.-
-Jejeje vamos Teo que me funciono y tu deberías de agradecérmelo, recuerdo que al mes coincidimos en una fiesta en la casa ¿de? bueno, ya no me recuerdo de quien, y tú te tomaste un poco de mas, ahí fue cuando Bruno te beso por primera vez.-
-Sí, fue un beso que nunca me olvidare en la vida, fue tan cálido. Suave pero a la vez con fervor, simplemente me deje llevar, sentía su boca devorar lentamente la mía, sus labios tan suaves, y su saliva con un extraño gusto dulce, sabor a vodka con jugo de durazno jejeje.-
-Recuerdo que se habían encerrado en el baño, y tuve que interrumpirlos porque ya varios querían entrar. Tú estabas sumamente colorado, se re notaba la excitación que tenias, si estabas más caliente que una tetera con agua hirviendo, si no los interrumpías, tú te lo follas en el mismo baños, y a la mierda tu virginidad jejeje.-
-No hables así Nahúm, sabes que no me gusta que seas mal hablado.- me reprocho Teo mientras me miraba sonriendo.
-Pero Teo, esa es la pura verdad, tú eras virgen, y si mal no recuerdo por casi dos meses luego de ese primer beso, se te alborotaban las hormonas, a más no poder, si cada vez que los pillaba o los interrumpía en esos momentos hot, tu terminabas súper excitado, colorado, si hasta te tenía que decir que te acomodaras el pantalón porque la erección que tenias era monumental jejeje.-
-Odio que me conozcas tanto Nahúm, hasta que me decidí a tener relaciones con él, fue una noche sumamente espectacular. estuve en el departamento de Bruno, supuestamente estudiando, estaba demasiado nervioso, era una situación que ya no daba para más, mi cuerpo y mi mente me pedía a gritos que tenía que estar con él, necesitaba desesperadamente sentir su piel, su calor, ya los besos que nos dábamos, ya no me eran suficientes, si hasta me da vergüenza contarte que antes de ir a su departamento me bañe como tres veces, me cepille los dientes como nunca, me puse perfume y me vestí con lo mejor que tenia.-
-Cuando llegue el me miraba como sorprendido y anonadado, luego no pusimos a estudiar, y como él no avanzaba, decidí dar el primer paso comencé besándolo tiernamente por el cuello, su olor, el sabor de su piel me embriagaban, me sacaban de este mundo, luego bese sus labios y él me correspondió tiernamente, pero yo quería mas, necesitaba más, lo bese cada vez mas fuerte con pación, con lujuria. Tenía que darle a entender que ya estaba listo, que quería dar el siguiente paso.-
Él se dio cuenta de lo que le estaba pidiendo, y simplemente tomo las riendas de la situación, me recostó de espalda en el sillón, comenzó a besarme lentamente y cada vez con mayor intensidad, su manos me acariciaban con mayor fervor, me desprendió la camisa y no sé en qué momento me la saco completamente.
Comenzó a besarme, a morderme y lamberme todo el cuello, luego fue bajando lentamente hasta mis pectorales, lamio, mordió lentamente mi tetilla izquierda y luego realizo el mismo procedimiento con la derecha, yo no daba más, no resistía mas ese mar de sensaciones, mi pene en ese momento me dolía de tan duro y erecto que lo tenía aprisionado en mi bóxer y pantalón, me sentía sofocado, pero él continuo, bajo por mi abdomen pasando lentamente por mi ombligo llegando hasta mi cintura, desprendió mi pantalón y me lo saco, quede solo en bóxer, en con su mano apretaba lentamente mi pene sobre la tela de mi ropa interior.
Luego fue sublime, comenzó a pasar la lengua por todo lo largo de mi miembro, por sobre la delgada tela, humedeciéndola, todo era completamente nuevo para mí, llegado el momento y de imprevisto, me bajo el bóxer y se introdujo todo mi pene en su boca completamente, fue tan sorpresivo que literalmente me quede sin aire, y mi corazón se detuvo por un instante, mi nivel de excitación rallaba la locura, sentir el calor de su boca, su lengua jugando con mi glande, y toda la base de mi miembro, me succionaba con voracidad como queriendo arrancármelo, yo jadeaba, gemía, hasta casi perder el aliento, una fuerte corriente eléctrica recorría toda mi columna vertebral, mi piel se erizaba completamente, yo simplemente me retorcía perdiendo casi completamente el control sobre mi músculos.
Lo que me sorprendió fue que no resistí más de 5 minutos y casi sin darme cuenta eyacule en su boca, fue totalmente involuntario, él simplemente seguí succionándome el pene y tragándose todo mi semen, por un instante todo mi cuerpo se relajo, y me adormecí un instante, cuando logre reaccionar él simplemente me miraba con esos ojos que me abrazaban, con esa ternura con la que siempre me mira, y con una sonrisa cómplice y llena de picardía, vi saborear sus labios, cuando mi mente se aclaro completamente, me tire sobre él, besándolo con fervor. Ahora él era el sorprendido, yo quería más. Iba al todo, por el todo. Si se le habría cruzado por la mente que haciéndome acabar todo terminaba ahí se equivocaba completamente.
Tome el control torpemente, pero le saque la remera completamente, encontrando lo que estaba buscado, deseaba y necesitaba llegar al final de lo que me habría propuesto, su piel era tan suave, su musculatura levemente marcada y fibrada, el olor. Su olor, ese olor característico que tanto me gustaba, intensificado por su sudor, me enloquecía, a lo bruto bese su cuello, sus pectorales dando pequeños mordiscones haciéndolo gemir de dolor y placer, no tenia paciencia, la paciencia con la que él me trato, baje hasta su cintura desprendí su pantalón, se lo saque a los tirones junto con su slip, por fin pude ver su pene con el que soñé varias noches, era wauuuuuuuuu, largo y grueso. Era hermoso, estaba completamente duro, lo mire con detenimiento, luego simplemente lo acaricie con cuidado casi como adorándolo, me acerque lentamente cuando ya estaba a centímetros del mismo note que el retrocedió un poco.
Pude apreciar el aroma que desprendía y me pareció sublime, cuando me acerque aun mas para llevármelo a la boca y poder saboréalo él me detuvo, por un momento me sorprendo esa actitud y me dio un poco de corte pensé que algo mal había hecho, él me miro y noto mi incertidumbre, me beso tiernamente, se levanto agarro mi mano y me dirigió hacia su dormitorio, me quede un momento de pie estático, soltó mi mano y de un mueble saco varios preservativos y un lubricante intimo, los deposito sobre la cama, luego se acerco a mí. Me beso nuevamente con delicadeza, fue aumentando el ritmo paulatinamente.
Nos sentamos en la cama, las caricias comenzaron de nuevo, los besos con mayor romanticismo, él me miro a los ojos y me pregunto, si estaba seguro de lo que quería, si estaba preparado, a lo que le respondí solo con un gesto afirmativamente.
Lo comencé a besar lentamente, su respiración se hiso cada vez más profunda, bese sus labios, su cuello, su pecho y fui bajando cada vez más, su piel era y es tan cálida, con un sabor que me enloquece, y más aun su olor, su aroma, cuando llegue nuevamente a su pene, con todas las intenciones de descubrir su sabor, él me detuvo un instante, saco un preservativo de esos de sabores, y se lo puso, primero como que me dio un poco de corte, pero comencé a practicar mi primer sexo oral. Primero estaba súper nerviosos, hasta que le agarre la maña, si bien no me gusto para nada el sabor del látex, estuvo muy bueno, él simplemente me dejo que jugar con mi nuevo juguete, el tiempo que yo quisiera. Luego de más de treinta minutos en la que yo me entretuve totalmente en su pene, practicando diferentes formas de succionarla, y disfrutar de cómo gemía.
Él se levantó, me abraso, y me beso de mil formas, me acostó boca arriba en la cama, puso sus piernas entre las mías, que yo abrí al máximo para que su cadera y pubis descansara sobre el mío y nuestros miembros se frotaran.
Bajo lentamente besándome y acariciándome con su lengua, hasta llegar a mi miembro viril, lo succiono con ternura, yo estaba con una erección casi dolorosa, fue bajando hasta mis testículos, a posterior, levanto mis piernas y las sostuvo con sus manos, y llego con su lengua juguetona hasta mi ano, pensé morir, era una sensación inigualable, sentía calor, cosquillas. Me mordía, lambia y penetraba con su incansable lengua, mi esfínter se dilato y humedeció con este asedio.
Él ubico una almohada debajo de mi cintura, tomo el lubricante, deposito gran cantidad en sus dedos, y en mi propia abertura, comenzó con un lento masaje circular, luego paulatinamente introdujo el dedo índice en mis entrañas, este intruso de deslizo con suma facilidad, dado mi nivel de relajación y entrega, luego de unos leves movimiento le siguió otro dedo mas, con el cual hubo un poco mas de resistencia pero no muy significativa, y comenzó a mover de adentro a fuera y en formas circular.
Luego se levanto lentamente hasta llegar a la altura de mi rostro, me beso y en un susurro me pregunto si estaba listo.
Yo simplemente le di un sí y con mis piernas abrace su cintura, él se saco el preservativo, y lo cambio por otro, con mayor lubricación, presento su falo en mi ano, y mientras presionaba y me penetraba lentamente, con una lentitud y pación absoluta, sentía cada milímetro que me penetraba, no sentí dolor alguno, pero si una presión en mis entrañas, un leve ardor y molestia pero nada comparado con el placer que sentía, fue sumamente delicado, cuando llego al tope de mi interior, descanso un momento, se inclino sobre mi y con un leve movimiento comenzó un lento mete y saca, que me llevaba al éxtasis total, sentía mi cuerpo estremecerse completamente, su ritmo se fue acelerando paulatinamente, con mayor fervor pero teniendo absoluto cuidado, su ritmo cada vez era más bestial, mis gemidos y los de él eran cada vez más sonoros, invadían todo el cuarto, simplemente perdí todo raciocinio y me deje llevar, ese ritmo se fue acelerando paulatinamente, llegado el momento del clímax absoluto.
Deje salir todo mi semen, mi pene no dejaba de escupir grandes borbotones de ese viscoso fluido como nunca antes lo había hecho.
Mi cuerpo se relajo completamente, entonces sentí como su pene se contraía y relajaba constantemente, intuí que él estaba eyaculando, los movimientos de su pene en mi interior eran casi dolorosos pero eróticamente inigualable.
El se relajo completamente por unos segundos, luego se levanto rápidamente, se saco el preservativo, vi que lo observo y luego le anudo, corrió al baño. Y a los minutos regreso a mí, se acostó a mi lado y simplemente me beso, acaricio mi cuerpo lentamente, yo hice lo mismos. Mis dedo recorrían su piel que se encontraba completamente sudada, llegue a su pene y lo pude notar húmedo, y percibí el aroma a jabón, él se había aseado el pene y los testículos, pero únicamente esa zona, me abrazo. Me ubicó sobre su pecho acomodando mi cuerpo a todo lo largo de su anatomía, boca abajo hacia él, me prepare para dormir, escondí mi cara en su cuello y simplemente me dormí, súper relajado.
Esa fue la primera vez que tuve relaciones con él, y que también perdí mi virginidad, de ahí en adelante todo fue mejorando, el sexo era fenomenal.
Lo que siempre me parecía un tanto raro, es que él siempre me practicaba sexo oral sin preservativo y amaba tragar mi semen, cuando no teníamos tiempo para tener relaciones como se debía, él simplemente me agarraba y me hacia unas mamadas de campeonato hasta hacerme eyacular en unos cuantos minutos, para él era el mejor manjar, pero cuando yo quería hacérselo, él inmediatamente se ponía un condón, y siempre teníamos relaciones con protección de por medio.
Ya al estar tanto tiempo en pareja pensé que ya tendríamos la suficiente confianza y seguridad para no cuidarnos, nunca se lo dije porque por una cosa u otra el teman nunca lo planteamos.
-Y Nahúm el fin de semana pasado todo cambio.-
-¿Que paso Teo cuéntame?, le decía mientras veía como sus ojos se ponían llorosos, y una lagrima rodo por su mejilla, que él inmediatamente seco, con el dorso de su mano, él me miro a los ojos, aclaro su garganta ya que el nudo que se le atravesaba por contener las ganas de llorar le impedía hablar con claridad.-
-¿Te acuerdas Nahúm que el viernes pasado teníamos la fiesta en la casa de un compañero de facultad, a la que tu no fuiste porque tenias que salir con tu chico?-
-Si obvio que si recuerdo, y que tú con Bruno fueron.- le respondí, y él siguió hablando.
Esa noche Nahúm la pasamos muy bien, baile toda la noche con él y nos tomamos un poco demás, regresamos a el departamento de Bruno muy borrachos, entramos entre besos abrazos y muchas carias, yo estaba excitado al máximo, nos desnudamos completamente, yo me acosté boca abajo en la cama, parando mi cola lo más posible, porque no veía las horas de que me penetrara, lo necesitaba en mi interior inmediatamente.
El se desnudo, busco el lubricante, su pene ya está sumamente erecto, se puso el condón, descargo torpemente y en gran cantidad lubricante en mi ano.
Esparció un buen poco en su miembro por arriba del látex, yo ya no aguantaba y le dije -¡hazlo ahora, por favor!- le pedí para que se apresurara, al instante se ubicó sobre mi puso su pene en mi entrada y simplemente presiono y se deslizo rápidamente en mi interior, yo grite mas de placer que de alguna molestia que me allá causado.
Él al instante comenzó a moverse lo más rápido y salvaje que podía, yo le ayudaba levantando aun mas mi cola para sentir más presión y una penetración cada vez más profunda, al cabo de unos minutos yo eyacule bestialmente por el masaje que el realizaba con su pene en mi próstata atreves de mi recto.
Al segundo el acabo y se relajo un instante pero luego el mismo ritual de siempre se levanto de golpe, se saco el preservativo lo anudo y luego corrió al baño a asearse, y regreso a la cama, me ubique sobre él como siempre y simplemente me dormí.
No sé cuanto abre dormido, me desperté con un leve dolor de cabeza, y note debajo de mis testículos el pene completamente erecto y duro como una roca de Bruno, inmediatamente me excite, lo bese pero, él no despertó. Me levante y me ubique como sentándome sobre su pelvis, agarre con mi mano y ubique su pene a la entrada de mi recto, sentí un escalofríos al sentir la piel de su caliente glande rozando mi ano, sin nada de por medio, ejercí presión hasta que mi esfínteres cedió permitiendo la entra de su instrumento, cuando su glande venció la resistencias de mi ano y se introdujo por completo en mi, respire y me prepare para dar paso a todo lo demás.
En ese momento él se despertó, me miro completamente sorprendido, detuvo mi descenso, una de sus manos se deslizo entre nosotros y toco su pene, al notar que no tenía el preservativo su cara paso del asombro, a un gesto de miedo, preocupación, enojo y él…
Teo enmudeció por un torrente de lagrimas, y el sollozó que emitía, yo sabía que algo grande debe de haber sucedido para que el llorara de esa forma.
Lo mire un momento y lo incentive a que me siguiera relatando la situación.
-Vamos Teo cálmate, respira hondo-, el reaccionó deposito su mano izquierda sobre mi mano derecha que aun se encontraba sobre la mesa con la palma hacia arriba, apretó mi mano, y vi como su cuerpo se estremeció, la típica reacción que siempre se predecía y que sucedía cuando hacíamos ese contacto, inmediatamente sentí el torbellino de emociones que en su interior se encontraba, dolor, angustia, incertidumbre, dudas, pero sobre todo amor, amor puro que estaba siendo opacado por las demás sensaciones.
Esas emociones efímeras que muchas veces eclipsan los verdaderos sentimientos.
Él se calmo, y nuevamente le incentive a seguir ablando, -vamos Teo sigue, cuéntame,- y el prosiguió.
Nahúm. Él me siguió mirando raro, de una rápida reacción, me aparto de encima de él, con un fuerte empujón, que me hiso caer de la cama hacia el piso golpeándome con el mismo.
Quede ahí tirado con miedo, lo mire con miedo, él se levanto rápidamente quedando de pie en frente mío, me miro y percibió mi desconcierto y lo asustado que yo me encontraba, vi su mirada.
No pude entender lo que le sucedía, vi como se le empañaban los ojos, y comenzó a llorar se me acerco casi agachándose y preguntándome si estaba bien, yo solo asentí con la cabeza, note como a él le temblaba la mandíbula inferior conteniendo el llanto lo mas que podía, con su mano rascaba nerviosamente su cabeza, desordenando completamente sus cabellos, comenzó a caminar nerviosamente de un lado para el otro.
Yo me levanté y solo miraba, le pregunte que le sucedía una y otra vez, a lo que él no me respondía, luego me miro fijamente y me grito.
Me grito de tal forma que me volvió a asustar, el me gritaba, -¡¡¡qué haces pelotudo. Nunca, nunca más lo vuelvas a hacer entiendes!!!-
Y me agarro fuertemente por los brazos y sacudiéndome, yo simplemente lloraba, mis lágrimas se derramaban sin control alguno, no entendía a que venía eso, no sabía lo que había pasado, lo que había hecho mal, confusión y temor se dibujaron en mi cara.
Él me miro fijamente y noto lo que me sucedía, me soltó de golpe y retrocedió varios paso, comenzó nuevamente a rascarse la cabeza y caminar de un lado otro y rompió en llanto, me preguntaba constantemente si estaba bien, y me decía –perdóname, Teo, perdóname- y retrocedió hasta dar con su espalda a la pared, repitiendo constantemente que lo perdonara, y que si estaba bien, lentamente se desplomo quedando sentado en el piso y con la espalda contra la pared, llevó sus rodillas a su pecho, tapo su rostro con sus manos, y escondió aun mas su cara entre sus rodillas, y lloraba inconsolablemente, mientras repetía palabras, que yo apenas entendía, solo una que otra descifraba como un constante perdóname, perdóname, perdóname…
Lo mire un instante, nunca me espere verlo así, tan destruido y sí bien no sabía el motivo del porque, me acerque a él, me incline e intente abrazarlo, diciéndole que todo estaba bien…
A lo que no pude terminar de decir ya que él, al sentir el contacto de mis manos, me las aparto de golpe, y me grito, -“Nada está bien boludo, nada”-… me miro, me miro a los ojos, bajo el tono de su voz, y me pidió perdón nuevamente, y volvió a repetir, -“nada está bien, nada”-… su voz se distorsionaba por su llanto, -“nada está bien, nada, entiendes, nada”-…
-Yo…. Yo… estoy enfermo, estoy enfermo- comenzó a decir -estoy enfermo y nada va a estar, bien.-
Lo mire, mi alma se partía, mis ojos derramaban mares de lagrimas, me acerque lo abrace de golpe, lo apreté contra mí, lo contuve en un fuerte abrazo, el seguía hablando… -nada está bien, estoy enfermo, estoy enfermo-… de golpe con sus manos sostuvieron mi rostro me miro fijamente, y sin más libero las palabras que él no quería decir…
Me miro fijamente, y me dijo -Nada va a estar bien, nada va a estar bien… estoy enfermo, estoy enfermo… ten… tengo… tengo…. “¡¡¡TENGO SIDA, ENTENDES… TENGO SIDA!!!”-….
Esas palabras me paralizaron completamente. No podía procesar toda esa información, era demasiado, un remolino de sensaciones, emociones y confusiones me obnubilaron, no sabía qué hacer, no sabía que decir.
Mi corazón latía fuertemente, lo mire, el lloraba a más no poder, me miraba con suplica… buscaba comprensión en mi, buscaba, mi repuesta….
Y volvió a hablar, me decía -perdóname…. Perdóname… tengo sida…. Tengo sida… perdóname-…
-Perd…- No lo deje terminar de hablar simplemente reaccione, lo abrace con todas mis fuerzas, lo apreté a mí a más no poder, con mi boca busque la suya, y lo bese, lo bese con todas mis fuerzas, con mi alma, saboree su angustia a través de sus saladas lagrimas… su boca, su saliva ya no tenían ese dulce sabor, sabían amargas, ese amargo sabor a angustia, a dolor, a culpa…
No me importo, yo estaba ahí para él, lo seguí besando, intenté con mis besos, absorber todo esa amargura, lo bese, lo bese, con mis fuerzas, lo hice poner de pie, mi alma estaba en ese beso, quería darle a entender que estaba con él, yo estaba con él.
Deje de besarlo, lo tome de la mano, el había dejado de llorar su mirada estaba perdida, lo dirigí a la cama, lo acosté, en ella lo mire, me acosté sobre él con mi cuerpo a lo largo de toda su anatomía, lo mire a esos ojos triste y angustiado, con esa mirada perdida, lo bese nuevamente.
Con mis manos dirigí sus manos y brazos para que me abrazaran, deje caer todo mi cuerpo sobre el suyo, escondí mi cara en su cuello, lo abrace fuertemente, en un susurro le hable al oído, le dije, TE AMO, y eso lo sabes.
Podía sentir su calor y en mi pecho su corazón, latir rápidamente, luego lentamente su corazón y el mío se sincronizaron, y latieron paulatinamente en un ritmo lento y continuo, el se durmió y yo también, abrazados, convirtiéndonos en un solo ser, en una sola alma…
-Y dime Teo-, le volví a hablar aun impactado por lo que me contaba, -dime hombre, vamos, cuéntame que sucedió…-
El me miro, y siguió hablando.
-El sábado Nahúm, me desperté porque él se movió en la cama, lo mire a los ojos, no sé cuánto tiempo él había estado despierto, intente besarlo, el aparto su cara, se levanto saliendo debajo mío, camino dirigiéndose al baño, me hablo parcamente dándome la espalda-…
-“Es hora que te vayas, creo que lo mejor que esto se termine”-…
-“No podemos seguir juntos”-…
Y luego con un nudo en la garganta me dijo…
-“Te amo demasiado para condenarte a esto que me está pasando, por favor si me quieres, si me amas. Vete, solo ándate, aunque me duela”- me pidió.
Él se encerró en el baño, yo me vestí, y me prepare para irme, me pegue a la puerta del baño, y le grite con mi alma, para que el me escuchara, -“TE AMO, SABELO, TE AMO”-…. –“Y eso vos lo sabes”-…
Y me fui, el domingo, y hoy lo llame varias veces, y él no respondió, mis llamadas.
No sé qué hacer, fui por la casa, y lo espere como 2 horas, y él no me atendió, no apareció.
-Perdóname Teo por lo que te voy a preguntar, pero es necesario- le dije aun dudando si realmente tenía que hacerle esa pregunta, lo mire, y le dije….
-Teo, con respeto a lo que él te dijo sobre su enfermedad-
No me dejo formular esa pregunta, que ni yo mismos sabía cómo hacerla…
-Nahúm, sé que eso puede cambiar todo, es mas ya lo ha hecho, pero entiéndeme yo lo amo, simplemente lo amo, en un momento tuve dudas, no te voy a mentir, pero… pero lo que siento es mucho más fuerte que eso, yo lo amo simplemente eso.-
-No quiero perderlo, no me imagino estar sin él y esa puta enfermedad me importa una mierda… no me va a separar de él- me lo dijo en un casi grito, mientras sus ojos se humedecía nuevamente.
-Y no sé qué hacer Nahúm, solo quiero hablar con él, decirle, decirle que lo demás no importa, que solo quiero estar con él.-
-Ahora entiendo que desde un primer momento él me cuido, siempre me cuido, tomó todas las precauciones que tenía que tomar. Yo simplemente lo amo. Solo eso, y me duele, me duele, saber que lo puedo perder por esa putada.-
Estuvimos hablando por unos 15 minutos más, en lo que mi celular comenzó a llamar, y era mi chico quien me llamaba, le atendí y solo me pregunto dónde estaba, y le respondí que me encontraba con Teo en un bar, y que habíamos comido, y que pronto iba a ir a casa, le colgué, y mire a Teo…
Él me dijo que era hora de retirarnos, pagamos las cuenta, y cuando salimos del bar, en la puerta le abraces tal cual se abraza a un hermano, y le dije, -no te preocupes, no lo vas a perder, y estoy demasiado orgulloso de ti, estoy orgullosos de ser tu amigo, y que luches por lo que amas, no lo vas a perder, yo sé que no- sentí toda su fuerza en ese abrazo, y nos despedimos.
Camine 5 minutos, tome mi teléfono, y le llame a Bruno, las 2 primeras, llamadas no me las atendió, le mande un mensaje de texto, diciéndole “atiende mi llamada, tenemos que hablar, o voy por tu casa, sabes bien que tienes que hablar conmigo”. Le envié el sms, y a los 2 minutos le llame de nuevo, por fin me atendió.
Solo hablamos un minuto en el que le dije que mañana martes, viniera a mi casa a las 8p.m. Así hablábamos.
Llegue a casa, mi chico me estaba esperando viendo una película, le bese, sus labios, esos labios y esa mirada que me calma, me saca de todo, me relaja, y me permite despejar mi mente para poder pensar mejor las cosas, cuanto lo amo…
Me bañe, mientras conversaba con él, yo estaba debajo de la ducha, mientras, él parado en la puerta de la ducha me escuchaba atentamente, y luego fuimos a dormir.
Día martes.
Todo trascurrió normal, por así decirlo, Teo me llamo a media mañana diciéndome a aun no sabía nada de Bruno, que no atendía sus llamadas, yo no le dije nada de que el iría por mi casa, pensé que así sería mejor para poder hablar con Bruno, en un marco más privado.
Me encontraba en casa acomodando, unas cosas, me encontraba solo, y las 8 p.m. en punto llamaron a mi puerta, atendí y era Bruno, le salude y le hice pasar, se le veía súper demacrado, sus ojos se encontraba perdidos, su alma estaba angustiada, le ofrecí algo de tomar y él solo me dijo que no le apetecía nada.
Nos sentamos en el living, en los sillones uno frente al otro, yo comencé a hablarle.
-Bruno sabes que tenemos que hablar ¿no?-
Él me miro y comenzó a hablarme,
-Nahúm, veo que Teo ya te conto todo- yo asentí -Pues Nahúm no me queda otra de ¿verdad?-
-Voy a comenzar desde un principio.- Bruno se acomodo, entrelazo lo dedos de su manos, respiro profundamente, y comenzó a hablarme…
Cuando era un adolecente, un pendejo inexperto por así decirlo, conocí a un hombre mucho mayor que yo, me gustaba, como que me ofrecía seguridad en ese momento, en el que yo estaba tan confundido por mi sexualidad.
En él vi seguridad, me fascinaba como me hablaba, las cosas que me decía, los consejos que me daba, yo estaba embobado por él, me gustaba y me gustaba mucho.
Me decía que estaba solo por una temporada acá, que en una semana más viajaba de regreso a sus orígenes.
Una cosa llevo a la otra y yo habido de descubrir nuevas experiencias, me decidí a tener relaciones con él, y así perdí mi virginidad.
En ese momento todo me pareció una muy buena idea, jejeje.
Aparte, me trataba súper bien, con delicadeza y seguridad, su pene no era muy grande, y me explicaba como practicarle sexo oral, a chupársela básicamente.
Yo estaba eufórico por estas nuevas sensaciones, no pensaba. Solo quería sexo, en un momento en el que él me la mamaba, bajo con su lengua más abajo, hacia mis testículos, me recostó en la cama, levanto mis piernas hasta dejar que mis rodillas tocaran mi pecho y rápidamente puso su legua en mi ano, fue sublime.
Me lambió y ensalivó a razón de bien, y mi esfínteres ya estaba más que dilatado, en un momento puso su pija en la entrada de mi ano, y empezó penetrarme, por un momento le pregunte si teníamos que usar condón, a lo que él me dijo que para que, si él estaba sano y yo no tenía nada, y confié, maldito el momento en que confié.- dijo Bruno con una sonrisa irónica en sus labios, y prosiguió con su historia.
Me follo a lo bestia, en ese momento como pendejo inexperto me parecía la mejor cogida de la vida, en un momento eyaculo inundando todo mi recto de ese espeso liquido, la cogida fue tan fuerte que cuando fui al baño a asearme, me di cuenta que de mi interior salía el semen con un poco sangre, no le di mayor importancia ya que como toda desvirgada debía de haber sangre de por medio, que pensamiento boludo…
A los dos días viajo, y nunca más supe de él.
-Por una cosa u otra no tuve relaciones con nadie más, no se presentaban las oportunidades, no porque yo no lo quisiera.-
Al año más o menos unos de mis primos, tuvo un grave accidente y necesitaba dadores de sangre, yo como ya tenía 19 años fui al banco de sangre, en donde me hicieron una entrevista, en la que me hicieron varias preguntas, y luego me tomaron una muestra de sangre para estudio para ver si era un donante apto.
A la semana me llamaron para que me presente en el banco de sangre, que deseaban hablar conmigo, pensé que era simplemente para informarme que podía donar sangre. Me equivoque.
Al llegar al banco de sangre me hicieron pasar, a una oficina en el que se encontraban, según como se presentaron ellos un especialista en sangre, una psicóloga, y un especialista en enfermedades de transmisión sexual, la situación me ponía cada vez más nervioso.
Me informaron, que en mi muestra de sangre dio reactivo al virus V.I.H. quede completamente helado, no sabía que decir, en eso la psicóloga me hablo, me dijo, que lo recomendable era realizar un estudio en mayor profundidad, para confirmar o descartar el diagnostico, que ella se iba a encargar de hacerme todo el acompañamiento.
Y me hablaron de un montón de cosas más a las que no le preste atención, maldecía mi suerte, la puta madre solo cogí una vez y me cague la vida, pensaba en mi interior, aun me quedaba un halo de esperanza de que solo sea un error.
Me extrajeron nuevamente sangre, y que cuando estén el informe me llamarían nuevamente, regrese a mi casa, no le comente nada a mi familia, y toda esa semana si bien no soy muy religioso, le rece a DIOS hasta el cansancio.
A la semana me dirigí al banco de sangre, me reuní con los mismos profesionales con los que me había reunido la semana anterior, la psicóloga comenzó a hablarme, diciendo que estuviera tranquilo, que a pesar del resultado podría continuar una vida normal, que con el tratamiento correcto, la prevención y los controles necesarios mi vida no cambiaria significativamente, en eso, me entregaron un informe en el que se me informaba que era portador del virus del V.I.H.
Me sentí morir, ya no escuchaba ni entendía lo que esas personas me decían. Salí de la reunión, con la documentación para que presentara en el centro especialista, para que comenzara el tratamiento, y el acompañamiento necesario.
Camine como perdido, no sentía el suelo bajo mis pies, llegue a mi casa, no hable con nadie, y me encerré en mi dormitorio a llorar, hasta que me dormí, me desperté a la madrugada, entre al baño de mis padres y tome los somníferos de mi madre y tome todas las pastillas que tenia, y me fui a dormir, esperando no despertar nunca más, no podía soportar que mis padres cargaran con esta enfermedad, con este calvario.
En un momento desperté en una habitación blanca, cuando reaccione bien me di cuenta que estaba en el hospital, de ahí en más mis padres se enteraron de todo, ya que encontraron la documentación, me ofrecieron todo su apoyo, recibí los tratamientos correspondientes, y el acompañamiento de psicólogas y demás, pude así, por así decirlo tener una vida normal, me informaron que si bien podía controlar el avance del virus eso no quitaría la posibilidad de infectar a alguien más.
Desde entonces tuve varias relaciones esporádicas, en un momento tuve una relación que iba a más serio, y le conté al chico, lo que me sucedía, y él me rechazo completamente, desde ese momento quedo, en mi el miedo a terminar solo, el miedo a que nadie me aceptaría.
Hasta que conocí a Teo y a ti, me enamore casi instantáneamente de Teo, de esa carita que te dan ganas de abrazarlo, y mimarlo constantemente, te despierta una ternura que te embruja.
Desde el primer beso que tuve con él, tuve intenciones de contarle todo, pero tuve miedo de perderlo, de que me rechazara, es por eso que dilataba cada vez más el decírselo, se que fui completamente egoísta en ese sentido, lo sé y lo reconozco.
Cuando tuvimos relaciones por primera vez, al despertarme lo vi dormir tan serenamente, completamente desnudo, lo vi tan bello, y con las pompas al aire jejeje.
No pude decírselo, no pude permitirme arriesgarme a perderlo, mas aun cuando despertó y me pidió un beso, y luego que le abrace, me mato cuando haciendo pucherito me pidió que lo llevara alzado al baño, porque le dolía mucho la colita, jejeje. Me lo quería comer a besos, y todo ese día lo tuve en mi cama cumpliendo todos sus caprichos, le amaba y lo amo…
Bruno me contaba todo esto con los ojos perdidos en la añoranza recordando todo esos momentos.
Al momento cambio su mirada por dolor, y continúo hablándome.
Nahúm, tengo que alejarme de él, no puedo cargarlo con mis problemas, con esta enfermedad, la puta madre no puedo permitirme dañarlo.
Perdóname Bruno pero ya lo has dañado, por tu puro egoísmo, se lo dije con un tono de enojo y seriamente.
Por tu egoísmo, no le informaste de tu enfermedad.
Por tu egoísmo le estas quitando el derecho a que él decida si quiere o no estar contigo, creo que se lo debes, pero tu egoísmo es el que no te lo permite, por miedo a que te rechace.
Lo estas lastimando Bruno, lo estás haciendo sufrir.
Dime Bruno ¿tu lo amas?
El me miro a los ojos, estiro su mano hacia mí, la sostuve con mi mano derecha, el se estremeció completamente, y solo me respondió, con mi vida Nahúm, con mi alma…
Y pude ver y sentir todo ese amor que dé el salía, también teñido de dolor, angustia y dudas.
Pues tiene que hablar con él. Bruno.
-Pero no sé cómo-, me respondió el, simple le dije solo háblalo con él, y no te preocupes que Teo en 10 minutos esta acá, lo mire pícaramente y no intentes escapar porque no podrás.-
Él me miro resignado, a los pocos minutos llamaron a mi puerta, y el miedo inundo sus ojos, comenzó a llorar nuevamente, abrí la puerta y Teo entro como un viento corriendo, ni me saludo, ni nada, se tiro sobre Bruno y lo beso, se despego un instante de él, y miro a un Bruno completamente desconcertado y sorprendido, lo jalo del cabello fuertemente, y entre dientes y con un tono más que enojado, y le dijo, -nunca más te atrevas a volver a dejarme, porque te mato- y se echo a reír, y lo beso nuevamente…
-Bueno creo que ya está todo resuelto- hable -ahora se me van que tengo cosas que hacer- les dije a los dos, ellos se levantaron, los abrace fuertemente, y los despedí.
Bruno y Teo siguen juntos, fuero y hablaron con el especialista, si Bruno continua con el tratamiento puede vivir un vida plena y larga sin nuca llegar a desarrollar SIDA, siguiendo las precauciones y los cuidados que hasta ahora han tenido al tener relaciones, las posibilidades, de que Teo contraiga el virus son casi nulas.