Tentaciones 2. Capítulo 4: Amienemigos (II)

Aparte de que Florián tiene sus dudas respecto a lo que Abdullah le oculta, tendrá que enfrentarse ¡¡¡a su primer encuentro con Sandro!!! ¿Saltarán las chispas de la rivalidad?

Podía percibir su angustia mientras caminaban por el pasillo en dirección a la sala de juntas del Corporativo El Hakim, sentir su desesperación con sólo oírle respirar, observar su sufrimiento a través de esos ojos en los que le gustaba reflejarse todas las mañanas, todas las noches, todos los días. Pero no le decía nada. No le confiaba aquello que la atormentaba por dentro. Y eso le dolía.

Le dolía, y mucho.

¿Por qué Abdullah no se le mostraba tan sincero y directo como solía ser? Florián no atinaba a descubrir qué era lo que su marido estaba callando con tanto énfasis. En otra coyuntura, si estuvieran bien peleados, podría sospechar lo peor. Y eso que ya no podía albergar las dudas que había tenido hasta no hacía mucho tiempo con respecto a su relación.

Su moreno le amaba, así se lo decía y se lo demostraba. Estaban casados. Tenían una hija maravillosa. ¿Qué estaba pasando entre ellos, como si fuese un fantasma incordioso que no se dignaba a irse?

Prefirió no dar a entender sus pensamientos cuando entraron en la sala. Alí y Rosa les estaban esperando, aunque faltaban algunos socios de la empresa que se hallaban en camino.

  • ¿ Qué te pasa?- le dijo Rosa con discreción. Conocía a Florián como si lo hubiese parido.

  • Te lo contaré en otro momento- le dijo su mejor amigo. A Rosa no le gustó ese ``te lo contaré en otro momento´´. Había algo más. Es lo que tienen los radares femeninos y los de friends forever.

No les dio tiempo a conversar nada más cuando entró por la puerta un tío que bien pudiera haber salido del elenco de una película porno gay. Buenorro. Musculoso. Con unos ojos tan expresivos como profundos, al igual que lo que no se le veía por delante y por detrás. Trajeado impecablemente. Moreno también.

Nada más verle, a los dos se les encendieron las presuntas alarmas.

  • ¡ Sandro ! ¡ Cuánto tiempo sin verte! - Abdullah lo abrazó-. Sigues como siempre.

  • También estás bello, Abdullah- le respondió el recién llegado.

Bello. Qué término más propio para unos amigos que se acababan de volver a ver tras un tiempo. Rosa le lanzó a Florián una mirada de `` Cuidado con ese que te quita el macho´´. Y Florián se quedó un tanto mosca, así que no se pudo aguantar.

  • ¿Nos presentas, amor?- le dijo a su marido enfatizando el ``amor´´. Para que el otro supiera que Abdullah estaba con él y con ningún otro tío.

  • Esto... Florián, éste es Sandro Martirelli, un viejo amigo. Sandro, él es Florián El Hakim, mi marido.

Los dos se estrecharon la mano. A Florián le pareció que el tacto era el de un enemigo que se le presentaba para batallar.

  • Abdullah, no sabía que tuvieras un esposo tan divino- Rosa soltó una tos disimulada al oir eso.

  • Tengo una suerte maravillosa- Abdullah cogió a Florián de la mano, con esa fuerza que da el amor verdadero, como antes-. Estamos muy felices. Tenemos una hija...

  • Don Alí me lo había comentado el otro día- afirmó Sandro con una sonrisa.

Florián sintió que algo se le escapaba, y Alí lo percibió, así que tomó la palabra.

  • Florián, Sandro es nuestro nuevo socio y accionista. Desde hace unos días. Pero no había podido venir hasta ahora.

  • En efecto. Me encontraba cerrando unos negocios en Holanda- añadió Sandro.

`` Qué mal suena eso´´, pensó Rosa.

  • Y hoy es su primer día en el Corporativo. Espero que todo te resulte más familiar a medida que trabajes con nosotros, Sandro.

  • Así lo espero, don Alí - Sandro miró a Abdullah de ese modo. Como buscando algo más que una simple amistad.

Y eso no le gustó para nada a Florián.

  • ¿ Nos disculpan unos minutos, por favor?- sonrió educadamente y se llevó a Abdulah al pasillo.

Ahí le miró directo, con evidente mosqueo.

  • ¿ Qué tienes, Florián?- su moreno se veía incómodo.

  • La pregunta sería qué tienes tú. ¿ Quién es ese Sandro de las narices?

  • Amor...

  • Dimelo o te monto un pollo delante de don Alí. Creo que Rosa me apoyaría.

  • Bueno, Sandro no es un amigo mío cualquiera. Fue... fue mi novio hace muchos años. Con él yo... yo perdí la virginidad.

  • ¿ Qué perdiste con él el qué?

Ahora el cabreo de Florián era mayor.