Tentaciones 2. Capítulo 2: Desayunando amor
Un buen desayuno siempre puede ser culminado en la ducha por un buen polvo en pareja. Abdullah y Florián lo llevan a la práctica ... ¿Cómo terminará este ardiente encuentro?
Al entrar en el cuarto de baño, Florián se quitó la bata con precaución. Sabiendo como era Abdullah, no le extrañaría que si lo viera así, follarían allí en el mismo suelo.
Pero sonrió para sus adentros. Sí, le daría a su marido la oportunidad de empotrarle bien, pero él ya se encargaría de `` cobrársela´´ en otro momento y sin previo aviso.
Tras cerrar la cortina, se relajó enseguida en cuanto el agua de la ducha le empezó a caer encima a chorros, y lentamente se enjabonó el cuerpo. Pronto escuchó unos pasos de sobra conocidos, y en cuestión de segundos Abdullah estaba a su lado en igualdad de condiciones.
Sólo tenía que mirarle directo a los ojos como para saber que su moreno estaba ardiendo de ganas de pasarselo bien por un rato.
- Por Alá, como me encanta verte así - Abdullah ya se estaba masturbando -. Necesito que me pongas muy, muy cachondo.
Florián simplemente se dio la vuelta y le dijo:
- ¿Te apetecería seguir enjabonándome como a tí te gusta ?
Ese fue el pistoletazo de salida a un nuevo episodio de lujuria desinhibida. Abdullah se acercó más a su marido y empezó a acariciarle lentamente, a la vez que le repartía varios besos por el cuello y los hombros, provocándole unos gemidos que Florián tuvo que ahogar, aunque por él lo hubiese hecho a pleno pulmón, tal era el inmenso placer que estaba sintiendo.
Pero Florián quería recibir más, y lo iba a recibir. Eso lo tenía muy claro.
Pídeme que te folle - Abdullah no podía más.
Hazlo, amor mío. Quiero que me folles muy fuerte - le pidió su asistente mientras le robaba un beso.
Tus deseos son ordenes.
Florián cerró los ojos. Sólo deseaba sentir como recibía el amor y la pasión del hombre que más amaba. Enseguida Abdullah le lubricó su entrada y le penetró, haciendo que gimiera de cuenta nueva.
¿Cuántas veces hemos follado aquí, Florián? - le preguntó.
No sabría decírtelo.
Pues tendré que recordártelo.
Empezó a embestirle bien duro. Florián tuvo que taparse la boca para ahogar sus más que fuertes gemidos. Abdullah se hallaba más que excitado viendo a su esposo retorcerse del más puro placer, y eso le encendía muchísimo. Las embestidas aumentaron el nivel de intensidad, más y más ligero, hasta que los dos liberaron su semilla con sendos gemidos. Se separaron y quedaron abrazados.
Abdullah . . .
¿Sí ?
¿Sabes que quiero repetir este tipo de encuentro otro día ?
Lo sé. ¿Te he dicho que te amo?
Lo haces todos los días, cariño - Florián salió y empezó a secarse con una toalla. Pero tuvo que detenerse cuando su marido le abrazó por la espalda.
Te amo, Florián El Hakim - le volvió a repetir.
Pero Florián se alarmó mentalmente. Percibió que Abdullah estaba tembloroso, estrechando su abrazo con evidentes signos de angustia. Pero decidió no preguntarle, y se alejó mientras se ponía de nuevo su bata y le miraba con una mezcla de dulzura y seriedad.
- Abdullah, sabes que hoy tenemos una reunión importante en el Corporativo, ¿ no?
Su esposo asintió, mientras empezaba a notar como unas gotas de sangre empezaban a bajarle por dentro de la nariz. Se llevó la mano a la cara y tampoco le dijo nada.
Ya tendría la oportunidad de hacerlo, si es que reunía el valor suficiente.
Pero los dos se amaban intensamente, y querían a su hija, y eso les bastaba.