Tenía que probarlo... (2)

Relato real de un hombre hetero que tras más de 5 años con su novia, vuelve a caer en la tentación re-estrenándose con un jovencito tras años de no estar con hombres...

Tenía que probarlo (2)

Yo soy hetero.

Hace años, muchos, tenía morbo por probar el sexo con chicos. Y lo probé. Algún escarceo sexual discreto y puntual, pero eso estaba ya olvidado. O eso creía yo.

Tengo 35 años, vivo con mi novia desde hace 4 y como digo sólo había tenido alguna experiencia con chicos hace mucho tiempo. Siempre con chicos del chat. De hecho, podéis leer mi primera vez en un relato de esta misma página.

Este relato es real, quizá por ello pierda erotismo, pero me apetece contar las cosas tal como han pasado.

Después de años de fantasear con tener sexo con hombres, me estrené cuando tenía 28 o 29 años. Con un chico muy joven, pero más experto que yo. Tras ese primer encuentro quedé con un par de chicos más, un estudiante y un casado, en total no más de 5 o 6 polvos.

Poco después, empecé a salir con una chica y lo que se inició como una relación puntual acabó consolidándose hasta ahora (vivimos juntos desde hace 4 años).

Desde que empecé a salir con ella, me olvidé de los hombres.

Bueno, no del todo

Es difícil olvidar el sexo animal, directo, morboso que he tenido con tíos. Y sobre todo es difícil olvidar la excitación que me produce chupar una buena polla. Pero dejé de plantearme quedar con ellos, sólo recurría de vez en cuando al chat para alguna conversación morbosa y una buena corrida, imaginando que me comía una polla

Hace un par de semanas, empecé a hablar con un chico del chat. Me dijo que era gay, muy joven, 21 años pero que aparentaba menos. Todavía era virgen, aunque había tenido escarceos con varios chicos, muchos besos y algunas pajas y mamadas.

Yo pensaba hablar un rato con él, calentarnos, quizá vernos por cam y correrme pensando en su polla.

Pero algo pasó, una serie de convergencias que hicieron que el tema fuera a más

Yo tengo un físico muy característico, soy alto, muy velludo, calvo, masculino. Mi cuerpo no es especialmente atractivo y más en estos tiempos donde los velludos somos algo antiestéticos según el criterio social imperante. Cuando él describió al hombre que buscaba… ¡simplemente era yo!

Además buscaba a alguien discreto, para sexo puntual pero continuado, sin mayor compromiso, ya que en su entorno no sabían de su condición sexual y quería seguir manteniendo la discreción.

Para colmo, vivía a sólo 5 minutos de mi casa y tenía un compañero de piso que sólo volvía a partir de las nueve de la noche.

Con estas coincidencias, era imposible no despertar de nuevo a la bestia que todos tenemos dentro después de haber probado el sexo con otro hombre.

Como ese día era tarde, estuvimos hablando hasta la 1 de la madrugada, quedamos para vernos al día siguiente sobre las 6 de la tarde en su casa. Yo me masturbé esa noche pensando en él y al correrme, la bestia se tranquilizó y pensé que no quedaría con el chico al día siguiente

Durante la mañana siguiente, en el trabajo, no pude pensar en otra cosa. A las 9 de la mañana tenía claro que no quería quedar con él, a las 2 de la tarde y después de pensar únicamente en esto durante todo el día, me fui a casa diciendo que me encontraba mal con la obsesión de verle esa misma tarde...

Él no pudo conectarse hasta pasadas las 4 y esas dos horas fueron larguísimas.

Cuando por fin conectó su Messenger, me dijo que estaba agotado ya que había sido su primer día en un nuevo trabajo y que prefería quedar otro día.

Me quedé perplejo, pensando en la cantidad de veces que había fantaseado yo con chicos por Internet y finalmente no quedaba con ellos, argumentando alguna excusa… éste era un justo castigo para purgar mis pecados

Le conté que había pensado en quedar con él todo el día, que incluso me había ido del trabajo fingiendo encontrarme mal para poder quedar antes con él. Le puse la cam para que viera mi estado de excitación y con la visión de mi cuerpo y de mis 19 cm en pleno esplendor…, juventud divino tesoro, recuperó fuerzas y me dijo que fuera para su casa, dándome la dirección.

Me pidió que no llegara hasta las 6 para poder ducharse y me dijo que si quería que se afeitara. Yo le pedí que cuanto menos pelo en el cuerpo tuviera mejor, incluso le pedí que se rasurara los genitales si podía. Dijo que lo intentaría, pero que llegara sobre las seis y cuarto para darle tiempo. Me dijo también que después de ver mi cuerpo por cam, el que estaba nervioso ahora era él

Yo estaba tan excitado y nervioso que apenas podía andar. Me duché y me vestí. No podía esperar tanto a salir de casa, ya que mi novia suele volver sobre las 6 y prefería irme antes de que ella llegara. Así que me fui sobre las seis menos cuarto. En unos 10 minutos llegué a su casa. Estuve deambulando por la calle durante los 20 minutos siguientes, esperando a que fuera la hora. Aproveché para comprar condones en una farmacia, tal como había quedado con él. En principio no íbamos a utilizarlos pero era mejor prevenir

Fueron los 20 minutos más largos de mi vida… A la hora en punto llamé al telefonillo y respondió de inmediato. Me abrió. Era una casa antigua, sin ascensor. Entre los nervios y los 4 pisos de escaleras mi corazón estaba disparado. Cuando llegué a su planta vi una puerta abierta y entré de inmediato.

Era un piso pequeño, desordenado, de estudiantes. Nos saludamos, nerviosos. Él llevaba una camiseta y un bañador largo.

¿A que parezco más joven? – dijo él para romper el hielo.

La verdad es que sí – respondí yo de forma refleja, sin meditar realmente la edad que aparentaba. A la vez saqué la caja de condones que había comprado y se la enseñé, dejándola sobre una mesa.

Hubo un silencio incómodo, de unos pocos segundos, que parecieron más. Él parecía estar tan nervioso como yo.

O hacía algo o me entraría el pánico escénico, así que sin pensarlo mucho dije:

Ahora ya no hay vuelta atrás… ¿Nos lanzamos…?

Y como si ese fuera el pistoletazo de salida de una carrera nos avalanzamos el uno hacia el otro juntando nuestras bocas y uniendo nuestras lenguas con urgencia. La primera sensación que recuerdo es que él sabía a menta.

A partir de aquí el resto vino rodado

Nos seguimos morreando mientras nos desnudábamos. Nuestros físicos eran totalmente contrarios. Yo alto, grande y velludo. Él bajo, cuerpo pequeño y totalmente imberbe. El contraste aportaba un morbo especial a la escena. Cuando me quité la camiseta él se quedó mirando mi pecho peludo con una cara mezcla de admiración y deseo.

Eres tal y como me imaginaba… - dijo en un susurro

Nos desnudamos del todo, quedándonos sólo en calzoncillos, los suyos tipo slip, marcando claramente su excitación, los míos tipo boxer.

Fuimos hasta su cama, de tamaño individual. Él se tumbó debajo y yo me puse sobre él. Yo sabía que a él le encantaba sentirse aplastado y abrazado por un hombre varonil, ya que me lo había dicho por el chat. Así lo hice, me tumbé sobre él y lo abracé fuerte, notando su excitación ante mis actos. Estuvimos durante varios minutos así, morreándonos y chupándonos con cierta vehemencia, uniendo salivas por todo la cara y el cuello.

En algún momento del que no tengo consciencia plena, nos quitamos los calzoncillos y nuestras pollas empezaron a jugar entre ellas, chocando y rozándose mientras seguíamos mezclando saliva.

Entonces vi que, efectivamente, se había rasurado totalmente la polla y los huevos. Me excitó muchísimo la visión de aquel cuerpo semiadolescente, si un solo pelo en la cara, ni en el pecho, ni en sus genitales. Dejé de besarle, intuyo que en contra de su deseo, para poder bajar hasta su polla. Necesitaba chuparla con urgencia.

Bajé por su pecho, parándome a lamer sus pezones que también me atraían poderosamente, mientras mi mano masajeaba ya sus huevos.

Finalmente llegué a su polla, la observé un momento. Totalmente depilada, paralela a su vientre, dura como una piedra y apuntando a su cara. La vi muy grande, él me había dicho que medía 17 cm, pero me dio la sensación de que medía más, quizá por estar rasurada. Y gruesa, más que la mía, pensé. La cogí con la mano y empecé a masturbarla, no estaba circuncidada y observé que no descapullaba del todo.

No pude aguantar mucho sin tragármela, ya que siempre que he fantaseado con chicos, el chuparles la polla es lo que más morbo me produce. Me la metí en la boca entera. Bueno, todo lo que pude. Y empecé a chupar con fuerza, con más pasión y morbo que destreza, supongo… Él suspiraba, así que supuse que le estaba gustando y seguí chupando al mismo ritmo mientras me ayudaba de mi mano para abarcar toda su polla.

Me encantó chupársela, era perfecta en tamaño, movilidad y dureza. Y me encantó que no tuviera pelo. Yo abría los ojos y miraba su cuerpo, su cara, su polla y ni un solo pelo y me excitaba aún más. Nunca me he sentido atraído por los chicos físicamente, es más un morbo sexual lo que siento por ellos, pero he de reconocer que en aquel momento me gustó mucho aquel cuerpo imberbe y depilado

Seguí chupándosela hasta que noté que empezaba a tener movimientos cercanos al orgasmo y yo no quería que se corriera en mi boca, al menos de momento. Solté su polla y empecé a lamerle los huevos, estaban duros y pelados. Me los metí en la boca y los masajeé con la lengua mientras el seguía suspirando.

El reclamó que subiera hacia su cara con un movimiento y así lo hice. Volvimos a morrearnos apretados un cuerpo al lado del otro en la estrecha cama.

Mientras me besaba empezó a masturbarme. Yo estaba tan excitado que tuve que pararle para no correrme.

Entonces cogí su polla y empecé a masturbarle yo. Fuerte, rápido, quería ver como se corría. Él se dejaba hacer, suspirando y moviendo su cuerpo con ritmo. Empezó a culear y soltó un chorro tremendo que me pilló por sorpresa. Luego lanzó un par de disparos más de una potencia tal que sólo se puede tener con veintipocos años

Viendo esa explosión, no pude más, y con la misma mano con la que le había masturbado, manchada de su leche, empecé a pajearme bajo su mirada.

Fue rápido, en apenas unos pocos segundos me corrí gritando y apretando los dientes.

Permanecimos un momento en silencio, como esperando la reacción del otro.

Buf, qué fuerte – dije yo para romper cierta incomodidad

Sí… - dijo él mirándome

¿Dónde está el baño? Tengo que limpiarme – le pregunté

Al final del pasillo

Desnudo y con mi cuerpo lleno de leche, fui hasta allí y me lavé.

Volví a la habitación y él me preguntó.

¿Qué tal?

Bien – dije yo – muy morboso

Podemos hablar esta noche por Messenger si quieres – dijo él, supongo que notando cierta tensión en mí en ese momento

Claro.

Me vestí, me despedí de él y volví a mi casa meditando por el camino sobre lo que acababa de hacer.

Tuve cierto remordimiento de conciencia, principalmente por mi novia a la que hasta entonces nunca había sido infiel. Además sin la excitación del momento, la idea de repetir con un chico no me resultaba muy atractiva. Pero era un pensamiento que ya conocía de ocasiones anteriores y sabía que desaparecería rápido… por que realmente me lo había pasado muy bien con él

Hablamos por la noche, por el Messenger. Los dos reconocimos que lo habíamos pasado bien y que nos sentíamos atraídos sexualmente por el cuerpo del otro. Hablamos para ver cuando podíamos volver a quedar, ya que, obviamente, ambos queríamos repetir. Él reconoció que se había quedado con ganas de hacer más cosas, como chupármela, pero que no se atrevió por si lo hacía mal

También me dijo que quería que yo estrenara su culo.

Yo le contesté que habría tiempo para todo, que fuéramos por partes, y que tenía una caja de condones en su casa a la que habría que dar algún uso