Tengo 43 años y tengo sexo con mi madre
Sexo entre un hijo maduro y su madre . aporte de Mauricio - Chile
Hola, soy Mauricio, tengo 43 años y mantengo relaciones sexuales con mi madre.
Esta incestuosa historia comenzó más o menos hace 7 años y hasta el día de hoy, no se detiene. Quizás mi relato tenga muchas diferencias con las que salen publicadas acá. Para empezar la protagonista de mi historia, mi querida y caliente madre, no es una mujer espectacular físicamente, muy por el contrario. Tiene en la actualidad 65 años, pelo cano, es gordita, culo grande, rellenita, bajita, pero déjenme decirles que folla mejor que una de 30.
Tampoco lo nuestro comenzó con mi madre estando separada o viuda, no. Mi padre recién falleció hace 3 años y nunca se entero de la barbaridad que pasaba en su casa, mientras el andaba de viaje. El fue un buen hombre, de oficio camionero hasta que un accidente le arrebato la vida.
Estuve un tiempo fuera de mi ciudad natal, conviviendo con una mujer, pero luego de irme mal en mi trabajo y en mi relación, volví a la casa de mis padres con 35 años. De ahí nunca más salí de la casa, ya que a ellos no les molestaba, a mi tampoco me alcanzaba para vivir solo y como yo ayudaba con parte de los gastos, mi padre no ganaba mucho y de paso le servía de compañía a mi madre en los interminables viajes de mi padre que a veces se ausentaba por 15 o 20 días, para llegar estar unos o 5 días en casa y luego volver a trabajar.
Todo comenzó hace unos 7 años como mencioné. Una tarde cualquiera, entré al cuarto de mi madre , ella tiene que haber tenido unos 58 años mas o menos. Mientras ella se cortaba las uñas de los pies, (una escena para nada excitante), sentada en la cama, su pijama corto y suelto, se había subido y corrido, y su peludo sexo, estaba completamente expuesto. Ella estaba tan absorta en su trabajo, que no se había dado cuenta y yo no dije ni hice nada por evitarlo.
Para muchos , ver a una mujer mayor, mas encima mi madre, rellenita , baja de estatura, sin arreglarse , mas encima cortándose las uñas, no hubiese causado ningún efecto, sin embargo para mi , que me encuentro voyerista , fue un momento divino, ver esa vieja concha peluda ante mis ojos, que hasta el día de hoy recuerdo a la perfección. Permanecí el mayor tiempo que pude admirando de reojo la intimidad de mi madre expuesta, hablando de algo cotidiano, hasta que dando fin a mi fisgoneo, partí derecho al baño y me masturbe como un quinceañero, con los ojos cerrados recordando lo vivido. Fue ahí yo creo donde todo empezó, comencé a tener pensamientos pecaminosos con ella, la mire como muejer, hasta que un mes después, estos se hicieron realidad.
Aparte de todo, yo tenia poca vida sexual, no era una persona buena para salir y todos mis amigos estaban casados o se habían cambiado a otras ciudades. Era habitual que me encontrase con mi madre viendo televisión en las noches, casi siempre acompañados de una botella de vino o cervezas. En mi casa siempre hubo alcohol y todos éramos buenos apara tomar y fumar.
Cierta noche no fue la excepción. Estábamos sentados frente al televisor, con la estufa prendida viendo una película hasta altas horas de la noche. Era sábado, ninguno de los dos trabajaba al otro día, y afuera llovía a cantaros. Mi padre como de costumbre andaba de viaje y nosotros solos en casa bebiendo. Ninguno tenía sueño y como no trabajábamos, mi vieja trajo otra botella y vimos otra película mas, abriendo otra botella de vino, la que sin darnos cuenta bajamos por completo.
Ya eran las 2 de la mañana cuando la película termino. Nos levantamos, apagamos la estufa y nos fuimos acostar. Ambos estábamos bastante pasados en el trago. Mi madre entra a su pieza, que como fumábamos, cerrába las puertas para que no se pasara el humo, y comparado con el calor del living, las piezas estaban heladísimas.
Me pidió que me acostara con ella, porque estaba muerta de frio y yo, con tragos de alcohol en mi cuerpo y caliente, no dude en decirle que si. Nos desvestimos cada uno en su cuarto y luego nos metimos a su cama. Las sabanas estaba heladísimas y de inmediato mi madre se apego a mí como una lapa. Su gorda pierna pasó por sobre las mías y se asentó sobre mi verga. Mi mente morbosa y mi cuerpo falta de sexo de inmediato le dieron la orden a mi verga que despertara de su letargo, y en pocos minutos, se encontraba en un 80% de su total magnitud. No me importo que ella la notara, era ella la que había puesto su pierna sobre mi verga y el alcohol que llevaba puesto, me hacia ser más osado.
Al poco rato, mi cuerpo estaba muy caliente, mientras mi madre seguía fría, apegándose mas y mas a mí, haciéndome calentarme aun mas, mientras yo le acariciaba su frio muslo.
En busca de algo más de calor sobre su espalda , se da vuelta y me pide que la abrace por detrás. Se da vuelta y la abrazo por detrás, dejando mi verga descaradamente apoyada entre sus grandes nalgas. Era imposible que ella no lo notara, pero no decía nada. Seguía acomodándose y echándose más atrás, hasta hacerme pensar que le estaba gustando lo que sentía entre sus nalgas.
Ella también estaba pasada de copas y también necesitada de afecto, como me lo confeso más adelante. Me dijo que había sentido mi verga en su culo y que por más que lucho, su cuerpo se lo pedía y no podía evitar querer sentir mas y mas presión contra esa dura verga que la tenia loca. Fingiendo acomodarse para sentir más calor, ella se movía y yo me quedaba quieto, apegándole toda mi virilidad contra sus nalgas, hasta que comenzamos un suave movimiento que poco a poco fue en aumento.
Sin decir nada, mi mano que estaba en su vientre, subió descaradamente y se poso sobre una de sus tetas. Ella, solo coloco su mano sobre la mía, acariciándomela. Aguante como 2 minutos, no mas, hasta que inevitablemente se la comencé a apretar, sintiendo su pezón ponerse duro en clara respuesta que le estaba gustando. Como reacción mi verga se movio , apegándosela para que la sintiera y ella, como respuesta, su mano acarició más fuerte la mía, apretándola mas contra su teta y nuestros suaves movimientos se transformaron en un descarado roce de su culo contra mi verga que ya estaba en su máxima expresión. Estábamos traspasando las fronteras de cariños entre madre e hijo, y no lo podíamos evitar, hasta que sin poderse aguantar más, se dio vuelta y nos besamos apasionadamente.
Lo que paso de ahí, ni en sueños me lo hubiese imaginado. Mi madre , a sus 58 años, era un volcán de pasión contenida e hizo erupción esa noche sobre mí. Nos besábamos como desesperados y nos tocábamos degeneradamente por todos lados.
Su mano se fue directo a mi verga y la apretó con todas sus fuerzas, masturbándome fuertemente, mientras las mías , lograron sacar una de sus tetas de su camisón de dormir, y chupársela con todas mis fuerzas. Ella gemia y me decía las ganas que tenia , mientras yo no soltaba de mi boca esa gorda teta. Se monto sobre mí y me puso sus grandes tetas en la cara pidiéndome que se las chupara fuerte. Mientras mis manos le acariciaban el culo, se las chupe con todas mis fuerzas escuchando sus quejidos , sintiendo su lengua en mi oreja mas su quejidos, causándome un placer divino. Su mano nuevamente se aferro a mi verga y bruscamente la llevo a su sexo. No costo nada para que entrara, ya que su sexo estilaba en jugos y apenas estuvo en posición , levante mi pelvis y se la metí toda , toda , toda, hasta lo ,mas profundo de su ser.
Se la deje enterrada hasta el fondo, apretándola contra mí con todas mis fuerzas, escuchando sus quejidos al sentirse completamente llena de verga. Mi madre comenzó a moverse de una manera exquisita, subiendo y bajando , como disfrutando y sintiendo cada centímetro de la verga de su hijo, llegando hasta el comienzo, casi sacándola, lentamente , para volver enterrársela hasta el fondo una y otra vez, moviéndose de adelante hacia atrás , de lado a lado. No podía ver su rostro , ni su cuerpo , pero sus quejidos inundaron el cuarto.
Follamos como animales. Mi madre llevaba meses sin follar y por lo que después me comento, mi padre , como ambos suponíamos, tenía otra mujeres en el extranjero donde descargaba sus ganas, dejándola a ella con ganas. Aparte que a la edad de mi padre, mas tantos años casado ya tampoco se le paraba tan bien como a mi y mi madre , que era una una viciosa del sexo, lo necesitaba a gritos. Todo eso en conjunto, mas el alcohol, mas el morbo de estar follando con su hijo, la llevo a botar esa noche todas su ganas acumuladas conmigo.
Realmente ella tenía ganas acumuladas y me pedía que la follara en distintas poses. Se coloco en cuatro patas y aferrado a sus caderas se la metí con todas mis fuerzas una y otra vez, haciendo chocar mi cuerpo contra esas grandes nalgas que amortiguaban mis embestidas . Luego en un momento, ella se apodero de mi verga y me dio la mejor mamada de mi vida. Jamás me la habían chupado con tantas ganas, metiéndose por completo a su boca, restregándola contra su cara , chupándome los huevos. Mi madre nunca fue una mujer cariñosa, y por lo mismo eso me llevo a tratarla como mujer y no como madre. Le agarraba la cabeza y se la enterraba en mi verga , la apretaba , la besaba , la chupaba. Termine montándola sobre mi y en un monstruoso 69 le chupe fuertemente todo su sexo por mucho rato, separando sus grandes nalgas y pasándole la lengua por todos lados.
El tiempo pareció detenerse, nada nos importaba, solo sentir y entregar placer el uno al otro. Para que hablar del frio del cuarto, desapareció completamente. Coordinados perfectamente coloque a mi madre en todas las poses imaginables, de boca , de lado , de espalda, mi verga entre sus tetas, entre su nalgas , chupándole el culo y sorpresivamente , ella a mi también. Éramos dos animales entregados al placer.
El tiempo pasaba y pasaba y ninguno de los dos tenía ganas de parar, descubriendo otra faceta de nuestra vida, con un viaje al pecado que ya no tenía vuelta. Solo cuando en cuatro patas, mi madre me pide que se la meta por el culo, todo cambio. Mi resistencia se vio flaqueada, al tener a esa mujer en esa posición, gritando como loca, mientras su hijo, con su verga enterrada hasta el fondo de su ano, luchaba por no acabar , pero no fue posible.
Litros y litros de leche caliente inundaron el estrecho culo de mi madre, entre gritos y jadeos, botando toda la cantidad de leche que en una hora o mas de estar follando se había acumulado. Caímos rendidos, exhaustos, transpirados. Nuestros cuerpos bañados en sudor, nuestras bocas secas, tratando de recuperar el aliento y asimilar lo que había pasado. Una locura . solo eso decíamos.
Ese fue el primer encuentro de muchos, todos ardientes , fogosos y alucinantes. Descubrimos que éramos el uno para el otro en la cama. Nos gustaba hacer de todo y follar durante mucho rato. Las primeras semanas no dejamos de follar ni un solo día, y varias veces en el mismo día, sin ningún tipo de remordimiento. Cada orificio de su cuerpo estuvo siempre ahí cuando lo quise y solo dejábamos de hacerlo cuando mi padre estaba en casa, para que luego de volver a partir, su hijo se metiera en su cama y atendiera a su caliente esposa necesitada de sexo.
Como comenté , mi padre falleció hace 3 años . Alcanzamos a estar dos semanas sin hacer nada, pero nuevamente sucumbimos al pecado. Ha pasado mucho timepo, he tenido otras mujeres, pero no he formalizado nada. Hasta el día de hoy vivo en la casa de mi madre , pasando hacer su amante por años, ocultos de las miradas de la sociedad