Temporada 2 mis dias en prision 11

Luli continua con sus aventuras...

TEMPORADA 2

MIS DIAS EN PRISION 11

DIA NOVENTA Y OCHO

Aquella mañana Pedazo me despertó susurrando en mi oreja dormida.

__¡Oye Luli, escucha!!

__¿Qué que pasa Pedazo, que quieres??

__¡Es que estaba pensando!!

__¡Te diré que últimamente tu piensas mucho!

__¡Escucha, tu sales antes que yo!

__¡Es mas me dijeron que empezaría a salir transitoriamente!

__¿Cómo?

__¡Sí me dejaran salir uno de estos días, deberé hacer alguna diligencia y volver en la tarde noche!!

__¡Pero lo que quería decirte!

__¡Dime!

__¡Afuera, quiero decir cuando tu este fuera!¿Me esperarás?

__¡Claro que sí!__ dije casi convencido

__¡No me engañes!__ contestó  desconfiado

__¿Porqué haría eso? Recuerdas que aquí nadie es dueño de nadie…__ miró con su cara incrédulo y sonrío. En eso Aniello viene y me habla

__ ¡Tienes que venir a ver al Pastor Gomez!!

__¡Ya voy!__ contesté yo, en tanto me dirigía a desayunar. Luego pase por los baños y una vez bañado me encaminé a la oficina del Pastor John Gomez.

__¡Buen día Pastor!

__¡Luli, Luli, que bien te ves, humm que rico hueles!!__ dijo con un tono de voz que delataba su grado de calentura. Estaba vestido de impecable traje y se le notaba el rabo duro. Me hice el tonto. Quedando parado delante de su escritorio que es donde se encontraba.

__¿Como has estado?

__¡Bien, bien!

__¡Hacia un tiempo que no te veía!

__¡Es porque se ve no me necesitaba!

__¡Oye no digas eso!¡Sabes que me encantas!__ me rebelo y se puso de pie. Vino a pararse detrás de mi y me apoyó su poronga en la cola, restregándola, sin temores.

__¿Ves como me pones?

__¡Sí veo, siento!!__ beso mi cuello. Acaricio mi pecho por sobre la tela del mameluco.

__¡Ohhh hueles tan rico!!__ besó mi cuello y lo chupo. Su tranca cada vez mas dura se refregaba enloquecidamente por mis nalgas. Lamía mis orejas y yo solo me aferraba a la silla que tenía delante ronroneando como gata en celo.

Bajo el cierre de mi vestimenta. Saltó hacia adelante mi verga alzada. Apretó mis tetillas con fervor y calentura animal, gimiendo y resoplando contra mis oídos. Haciéndome saber lo que deseaba aquel encuentro.

__¡Me gustas tanto!

__¡Sí…a mi también me gustas Pastor!!

__¡Te llevaría a vivir conmigo cuando salgas de aquí!__ dijo y yo pensé "ponte en la fila" pero no dije nada solo gemí, lanzando ayes explosivos que lo ponían a mil.

Su pantalón cayó al piso. Su muñeco se metió en seguida entre mis nalgas. La paso por allí y mi ojete solo se fue abriendo de calentura para recibir aquel caño.

__¿Quieres que la meta?

__¡Oh si Pastor, claro que quiero!!

__¡Estaba deseando esto!

__¡Anda papi me gusta tu pija en mi culo!!__ la poronga se fue metiendo. Lentamente se abrió paso por mi agujero. El se aferraba a mis hombros empujando. Mi anillo no estaba tan mojado pero igual estaba tan receptivo como siempre para una gran estaca. El Pastor gemía y buscaba ensartarme. La cabeza entró. Grité despacio, un leve dolor, por la entrada, ya mis instintos me hicieron abrirme definitivamente y su miembro morcillón fue cavando a la profundidad.

__¡Que delicia!!

__¡Ya estas dentro papito, cógeme, hazlo, si, si!!__ arengaba yo como una putita cualquiera. Me bombeaba gozando de cada centímetro que abría de mi ojete. Golpeando suave con sus bolas, me enterraba su perno sabiamente, sabía hacerlo, y sabía darme placer.

Yo sacaba cada vez mas mi culo clavado, para facilitar la penetración. El miembro iba y venía, me serruchaba placenteramente. El Pastor gemía. Ahora se había agarrado a mis caderas. Me daba sus dedos para que los chupara. Luego esos dedos, me pellizcaban las tetillas haciendo delicias para mi.

__¡Siéntela, es toda tuya!!

__¡Si, la siento, sigue, sigue!!

__¡Vas a hacerme llegar!!

__¡Quiero tu leche Pastor, dámela!!

__¡Sí te la daré!!¡¡Espera!!

__¡Ahhhh sí quiero tu lechita, papi, ay, ay!!__ al decir así, apuro las embestidas. Pero sacó su vara de mi culito.

Giró mi cuerpo y poniéndome de rodillas, me dio a beber su líquido cremoso. Tragué hasta la última gota. Espeso y sabroso néctar. Luego me prendí a su manguera y la deje limpia y brillante, a pesar de los gemidos explosivos de John, pero no se le bajaba aquella hermosa espada, la mamada fue in crescendo y de paso me masturbaba calientemente hasta desagotar mis fluidos en el piso de la oficina.

__¿Quieres penetrarme otra vez??__ pregunté con descaró y sabiendo el efecto que producía en aquel macho.

__¡Sí, dame tu cola otra vez!¡Ven!__ dijo sentándose en la silla que allí había. Me senté lentamente, mientras su mástil apuntaba hacia el cielo. La fui clavando despacio en mi ojete totalmente ardiente y abierto. Subía y bajaba cabalgando aquella chota y arrancando gruñidos del macho que apretaba la mandíbula, aguantando para no largar otra vez sus jugos espesos.

Busqué su boca y nos fundimos en besos sonoros, chupando nuestras lenguas. Chorreando salivas. Aquel macho me hacía sentir su daga taladrando.  Me hacía sentir enfermo de aquella poronga. Saltaba sobre aquel hombre. Gozaba de aquel perno. Lo tragaba gustoso con mi cola.

__¡Ohh papito eres un demonio!

__¡No blasfemes, ahhh, que ojete tienes perrita!!

__¡Es todo para ti, llénalo!!

__¡¡Arghhhh, eres una putita, uyyy, que hermoso culito!¡Bésame!__ nuestras lenguas se cruzaban sin demora. Se regodeaban la una en la otra. Salvaje cabalgaba a aquel macho potente. Nos quedábamos sin aliento pero no importaba. Chocábamos nuestras bocas, en lamentos, en jadeos, en grititos desordenados y desencajados.

__¡Ohh estoy llegando!!

__¡Dámelo en la cola, llénala, papi ohhhh si si si!!__ mientras clamaba por esto me movía mucho mas rápido hasta sentir que los escupitajos del Pastor empezaban a golpear las paredes de mi ojete receptivo. Los gritos  del hombre se fueron acallando a medida que corría su leche dentro de mi canal. Se fue quedando quieto y yo también. Su pija latía aún en mis entrañas. Nos besábamos mucho más tranquilos.

Luego sacó su garrote desinflado. Me puse de pie sintiendo como corrían las pesadas gotas por mis piernas.

__¡Eres una belleza Luli!¿Enloqueces a cualquiera!¡Ese culito tuyo, tu cuerpo!!

__¡Gracias John!!__ su poronga semi dormida descansaba a un costado.  Me fui vistiendo luego de pasar una toallita en mi cola. El Pastor también se acomodó un poco las ropas y fue a sentarse en su lugar.

__¡Mira Luli, no solo te llame para esto!

__¿Qué pasa?__ pregunté.

__¡Vas a salir a hacer un trámite, o sea, podrás irte libre por hoy, tendrás que regresar antes del anochecer!...

__¿Pero adónde iré?

__¡Ya te doy dirección y con quien debes hablar!

__¿Es como una especie de trabajo?

__¡Algo así!¡Debemos chequear tu desempeño en el exterior!¡Una especie de preparación para tu futura liberación!!__ salí de allí con el ánimo por el cielo. Mi sonrisa era de oreja a oreja. Fui a bañarme nuevamente y a vestirme de civil. Aniello me acompaño hasta la salida

__¡Te estaremos esperando!!__ dijo socarronamente.

El taxi surcó por distintas calles. llegamos al centro de la ciudad. Me dejo en la dirección indicada. Era una oficina grande.

Me abrieron las puertas. Una chica joven me saludo y dije a quien venía a ver. Me comunico que ya me atenderían. Al rato me hizo entrar a una oficina amplia. Allí estaba un hombre grande de espaldas anchas, giro y me saludó dándome la mano.

__¡Encantado, llámame Luma!__ dijo aquel macho hermoso.

__¡Luli!

__¡Toma asiento!¡Te comento!¡Iremos a una obra que tengo para que veas el trabajo que hacemos!¡Necesito que tomes apuntes de lo que hace falta en cada obra, materiales, herramientas, etc., etc.!!...

__¡Esta bien!__ me dio una pequeña charla. Al rato salimos en una camioneta de última generación. Dimos unas vueltas y llegamos a la obra en cuestión.

No había nadie. Estaba desierta y aún era temprano.

__¡Hoy no vino nadie porque están atrasados en los pagos de materiales!!

__¡Ah…es grande!!

__¡Sí claro!!__ mientras hablábamos abrió la puerta de una especie de depósito. Enchufo una jarra eléctrica y preparó unos mates. Nos sentamos en una especie de catre que había.

__¡Acá vive el sereno!

__¡Tampoco está!!

__¡Hoy no!¿Quieres?__ me ofreció un cigarrillo. Encendí y empezamos a tirar humo.

__¡Aquí la pasaras bien!__ dijo y yo sonreí.

__¡Yo te cuidare bien!__ se acercó a mi casi pegado. Quedó frente a mi. Sus ojos brillaban. Iluminado su rostro de otra forma que algunos minutos antes. Mire hacia su bragueta y noté su duro fierro amenazante. Entendí todo.

Su aindiado rostro se relamía y me invitaba sin decir palabra a que arremetiera con aquella mercancía que se me ofrecía.

Acarició mi mejilla sin dejar de sonreír y tomando una de mis manos la apoyó en su carne endurecida. Bravíos sus anchos hombros se venían sobre mi. Busco mi boca deseosa de su lengua. La deje entrar hasta el fondo. Tenía una lengua gorda y larga. Nuestras salivas se mezclaban y yo apretaba su poronga contra la tela, Luma gemía y eso enardecía mas las caricias de nuestras lenguas.

Ayudé a que se quitará la remera. Su pecho fuerte y musculoso me brindaron unas tetillas riquísimas que probé de forma urgente. La lengua jugaba con los pezones erectos mientras Luma aullaba como lobo de placer.

Sacó su tremenda pijota, amenazante saltó hacia arriba liberada morcillona y potente. Muy dura. La masajeaba de forma veloz. Eso al hombre le parecía sensual. Mientras nuestras lenguas se amaban indescifrables. Calientes. Un fuego de erupción volcánica nos cubría.

__¡Debes meterla en la boca!!__ pidió Luma, encantado, me arrodillé y metí ese suculento garrote en mi boca, sin demora. La babosee. La abracé con mis labios. Además comencé a propinarle suaves mordiscos, mientras Luma se quejaba. Se retorcía y se quejaba de tanta lujuria que recorría su piel.

Chupaba con fruición y esmero, tratando de que aquel macho se sintiera bien. Por como se movía creía que se sentía muy bien. Lamí sus pelotas muy grandes. Pase la lengua delicadamente por aquellas bolas redondas y bien llenas de semen, que era todo para mi.

El macho se convulsionó y empezó a bramar. Apretaba mi cabeza para que no dejara el preciado instrumento y así, empezó a largar su leche en mi boca. Me rebalsó de inmediato. Tragué lo que pude, pero se escapaba por la comisura de mis labios de tanta leche que escupía aquel ariete feroz.

Al rato me desnudo aquel macho formidable al que se le marcaban los músculos. Su piel cobriza me abrazo y me lleno de besos por doquier. Cuello, tetilla, todo fue arrasado por aquel salvaje lujurioso. Llegó a mi verga y la metió en su boca. Lamió sin descanso acariciando mis bolas llenas. Llegó a mi anillo y hundió su lengua escarbando insaciable. Volvió a meter mi carne en su boca. Me giro y abrió bien mi culo. Su lengua penetró y penetró abriéndome del todo. Yo rogaba que me penetrara de una buena vez.

Su tranca no se había bajado ni un poco luego de la acabada inicial. Levantó mi cola. Apoyó la tranca en mi entrada. Empujó, entró, fue  entrando y poseyéndome sin claudicaciones. Serruchó y bombeó sin parar durante unos cuantos minutos. Tomaba mis caderas para aferrarse. Sentía golpear sus bolas en mis nalgas endurecidas. Apuro sus embestidas y volvió a llenarme abundantemente, pero esta vez mi culo en llamas, a su vez  mi semen  también salía disparado sin control. Gritos. Suspiros.  Sus manos sosteniéndome de los hombros. Mordiscones dulces en mi piel ardiendo.

Aquel día regresé a la prisión después de que Luma me cogió todo el día. Por todas partes de aquella obra en construcción. Me tuvo en una escalera. Mientras miraba por una ventana me cogió otra vez llenando mi ojete.

Así volví a prisión lleno de leche por todo mi cuerpo.-