Temporada 2 mis dias en prision 10
Luli sigue con sus amantes en prision...
TEMPORADA 2
MIS DIAS EN PRISION 10
DIA NOVENTA Y DOS
Pedazo había atacado a uno de los guardias nuevos y por eso lo habían confinado a encierro solitario. Me sentí triste por él. Creo que le afectaba que yo no le era fiel allí dentro. Se había hecho una imagen de mi que solo veía él, al menos eso es lo que creía yo.
Hablé con Al para ver que podía hacer.
__¡Tal vez pueda bajarle los días, pero no mucho más que eso!
__¡Bueno eso estaría bien, si lo puedes hacer!!
__¡Ese tipo está loco por ti!
__¿Que quieres que haga?
__¡No nada, solo digo!¡Tu culo ha enloquecido a unos cuantos por aquí!__ dijo el director Sanpietri y se acercó a mí. Beso mi cuello y acarició mis hombros. Acercó sutilmente su bragueta a mi hocico rabioso y buscón. Se bajó el cierre. Sacó su pedazo hinchado ya. Acto seguido metió la morcilla en mi boca.
__¡Ahh extrañaba esto!!__ exclamó muy caliente el director Al. Su poronga enseguida se puso rígida y dura como piedra. Dejo caer sus pantalones al suelo. Me aferré a sus nalgas para que la pija entrara al máximo dentro de mi cueva. La besaba y la llenaba de saliva, arrancando suspiros y gemidos de parte de Al, que atronaban la oficina. Su sable iba y venía por mi boca feroz y salvaje.
__¡Sí Luli cómela así, ahh me encanta que buena boca!!__ mamaba como hambriento. Como si hubiese estado en abstinencia y lejos de eso. Era un fuego interior que no podía detener. Era mas fuerte que yo. No me dejaba pensar. Me dejaba arrastrar enseguida por el olor a macho y a pija.
Con un dedo prontamente acaricié el agujero de Al, el comenzó a gemir y resoplar, casi hasta aturdirme. Estaba muy sacado. Sus bolas estaban repletas de líquido. suponía que hacía rato no tenía relaciones con nadie. Volaba de calentura. Su ojete se abrió presto a mi dedo y luego a otro. Iba y venía dentro de mi boca. La saliva mejoraba la mamada.
__¡Ohh si mete tus dedos, ábreme, estoy abierto para ti Luli!!
__¡No acabes!¡No acabes, cógeme primero!!
__¡Sí ven aquí!!__ me tiro sobre el escritorio en un minuto tuve mi ropa por los pies y mi culo estuvo al aire. Aquel macho apoyó su tronco y empujo. Yo estaba abierto, esperando la estocada. Entró en mi sin sobresaltos y un largo gemido se escapo de su garganta. Serruchaba febril.
__¡Despacio, despacio, gózalo, disfruta mi ojete!!!
__¡Estaba necesitando esto!!¡¡Eres tan preciosa Luli!!__ bombeaba en mi culo y mordía mi cuello. Al estaba alzado realmente y a mi me encantaba. Gemía como niñita y eso lo hacía inflamarse aún más. Iba y venía dentro de mi túnel. Las bolas me golpeaban las cachas fibrosas. Empezó a bufar y bramar, se agitó, enfurecido, largo leche en mi interior regocijado.
Me llenó por completo y quedó pegado a mi unos momentos. Chupaba mi oreja y trataba de llegar a mi boca para besarme. Una vez que sacó su espada , me coloco de frente y empezó a besarme en tanto acariciaba mi verga. La misma estaba tan dura que unos masajes fuertes me hicieron acabar dando fuertes espasmos y grititos.
Siguió con besos unos momentos más. Luego fue como que volvió a la realidad.
__¡Debo trabajar!¡Me gustas tanto Luli!__ Subí mis prendas. Quedé parado al lado de Al. Me miró y me sonrió.
__¡Veré que puedo hacer por Pedazo!!
__¡Gracias!__ dije yo y besándolo me retiré.
Por la tarde llegaron los jugadores de Futsal. Venían a jugar con un equipo de la prisión, en forma de exhibición que hacían por todas las prisiones del país.
Jugaron un emocionante partido. Luego del juego, vi reunidos al director de la prisión con el director técnico del equipo, hablaban animadamente. Riendo y bromeando, tal vez se conocían. Cuando Al quedó solo, me vio y me hizo señas, pensé que quería continuar con lo de la mañana, pero no.
__¿Has visto que hablaba con los del equipo?
__¡Si!
__Ahora están en los vestuarios, espera una media hora y luego ve allá
__¿Para qué?
__¡Tu sabes para que!!__ dijo Al.
Me dirigí a los vestuarios luego del tiempo estimado. Entré y estaba casi silencioso. Se escuchaba un ruido como de agua cuando cae al piso. No se veían guardias a la vista. Seguramente estaba todo planeado.
Allí estaba bajo el agua. Era el capitán del equipo de Futsal. Un morocho fornido de gruesos brazos y caderas anchas. Su cuerpo mojado y espumoso, apareció ante mi vista.
__¿Buscabas algo?__ me preguntó mostrando la serpiente entre sus piernas
__¡Nada!¡Tal vez ayudarte!__ dije muy inocentemente
__¡Puede ser!...¡La verdad que necesito me jabonen la espalda!
__¡Puedo hacerlo!
__¿Qué estas esperando?__ no alcanzó a terminar la frase que estaba desnudo y metido bajo el agua. Me dio la espalda. Pasé mis manos con una esponja por aquella ancha espalda. Me detuve un momento allí. Luego baje a su cola pronunciada y fuerte. Enseguida note su respiración agitada.
__¿Pero qué pasa aquí?__ apareció desnudo detrás nuestro otro hombre, un poco mayor. Era el entrenador del equipo.
__¡Nada señor aquí está preciosura se ofreció a ayudarme!
__¡Ya veo!¿Puede ayudarme a mi también?__ preguntó aquel hombre y se metió con nosotros bajo el agua. Quedé entre los dos fuegos. Con la esponja pasé por los genitales del entrenador que ya buscaba levantarse.
__¡Dime cariño!¿Cómo te llamas?__ preguntó el Capitán
__¡Luli!
__¡Yo soy Rody!__ dijo el morocho al tiempo que acariciaba mi verga alzada. Yo también ya me había apoderado de las dos porongas de aquellos machos cabríos. Rody tomo mi cara y me besó con la lengua muy adentro. Luego el entrenador hizo lo propio girando mi cuello busco mis labios y me besó caliente y gimiendo.
Caí de rodillas para tragar aquellos sables exquisitos. Metía una la besaba, pasaba mi lengua por la cabeza y luego buscaba la otra estaca para meterla en la boca. Con las manos las masajeaba pacientemente. Los hombres gemían y se notaban hambrientos.
Alcancé las bolas de Rody, eran de color oscuras y peludas. Las metía en la boca, les pasaba la lengua sin soltar de mi mano las pistolas. Alguien cerró el grifo y el agua dejo de caer sobre nosotros. Los ruidos y suspiros colmaban y retumbaban en aquellos vestuarios.
Me alzaron y nos envolvimos en toallas. Casi arrastrado por esos brazos enormes, llegamos a los bancos anchos de aquel lugar. Sentado como estaba me acercaban sus morcillas para que las chupe. Las saliva de mi boca los bañaba, Primero a uno, luego a otro y volver a empezar.
El hombre maduro, el entrenador, se arrodillo y tragó mi verga dura y caliente. Lancé un suspiro de goce. Seguí baboseando y mamando la poronga de Rody que se estremecía y se quejaba ardorosamente. Acariciando mis cabellos. Tirándome el pelo de vez en cuando.
Rody gozaba también de unos dedos del entrenador que se clavaban en su lindo culo. Hamacaba su cintura y clavaba su tronco en mi boca.
El hombre maduro me ayudó a ponerme de pie. Quedé apoyando una rodilla en el banco. El hombre clavo su lengua en mi ojete que ya despedía fuego y calor. Escarbó en mi interior.
__¡Hermoso agujero!!¡Deja que lo bese!!__ decía el hombre y chupaba mi ojete maravillosamente. Abriéndolo elásticamente. Saboreaba con gusto, gimiendo. Rody se colocó frente a mí y me ofreció el bocado que venía mamando. Volví a meter aquel sable en mi boca. Chupaba con gusto. El macho fornido suspiraba.
__¡Oh papi come mi agujero, ohh, así, así!!__ gemía yo desaforado y salvaje.
__¿Te gusta perrita?__ cuestionó el entrenador maduro metiendo un dedo gordo y precioso. Me retorcí sin dejar el perno malicioso de Rody.
__¡Chúpame, Luli, anda no dejes mi juguete es todo tuyo!!__ jadeaba aquel muchacho ancho. Yo comía el perno delicioso, cada vez mas inflamado. El entrenado metía ya dos dedos en mi anillo.
De pronto el entrenador me tomo de la cintura. Se agarró fuerte a mis caderas. Sentí el rocé de su verga en mi cola. Intentó meter entre mis nalgas su espada. Me acomodé un poco mejor dejando a un lado la poronga en mi boca. Así mejor posicionado la cabeza de la chota del entrenador se fue hundiendo de a poco en mis entrañas. Gemí y tiré mi cola hacia atrás para facilitar la entrada de aquella estaca en mi culo.
No era muy grande pero estaba dura y se sentía bien. La de Rody era mucho mas grande. El muchacho puso sus bolas a mi disposición mientras el entrenador me bombeaba despacio, a buen ritmo. Las bolas de Rody estaban tan redondas y gordas. Llenas de leche para mi. Las mojaba y las besaba muy suave. Los grititos de Rody eran muy calientes. Muy enfurecidos de ardor y fiebre.
__¡Ohhh así, chupa estas naranjas perra, son para ti, no las dejes!!!__ el entrenador acariciaba y pellizcaba mis tetillas alzadas y paraditas.
__¡Ohh has visto Rody no tiene ni un vello!!!
__¡Sí señor parece una nenita!!¡¡Es tan putita!!
__¡Se siente tan bien su ojete!!
__¡Si papito cógeme si te gusta coge este orto que es para ti!!
__¡Me encantas, Luli, como no te encontré antes!!!__ decía serruchándome sin pausa, con calma, pero sin pausa. Mordía mi cuello, lo chupaba.
Mi saliva bañaba ya por completo las pelotas de Rody que gritaba de lujuria.
__¡Come estas bolas, putita, así, así, eres glotona!!¡¡Ahhhh!!!__ las brazas calientes encendían los sentidos de aquellos amantes transitorios. También las mías. La poronga del entrenador serruchaba en mi ojete dilatado. Los jugos húmedos hacían que la empernada fuera liviana y muy mojada.
El entrenador saca su perno de mi cola. Se siente agitado. Respira buscando aire su pijota no se cae, solo bambolea de un lado a otro. Salta con vida propia.
__¡Mira Rody, vamos a hacer los siguiente, si es que Luli quiere!
__¿Qué cosa?__ pregunté.
__¡Me colocaré acostado en el banco!!
__¡Si, sí entrenador!!__ dijo Rody. Alegre.
__¡Luli tu te sientas en mi poronga, quieres!!
__¡Claro, me gusta, se por donde vienes!!
__¡Sí no digas mas!!__ acto seguido, el entrenador se recostó en el banco. Su pija miraba al techo, dura y bella. Me fui sentando, abriendo mis nalgas con las manos, para que la penetración fuera mucho más honda y veloz. La espada entró a fondo. Gemí y mordí la oreja del macho que también resopló fuertemente en mi oído.
__¿Qué esperas Rody?__ pregunté. Rody fue como que se despertó. Abrió sus piernas y el banco quedó en el medio. Apoyó sus manos en mis nalgas. Escupió su estaca, la masajeó y la acercó a mi entrada.
__¡Hazloooo ahhh, entra en mi, anda, vamos, la quiero en mi culo!!!__ Rody lanzó un escupitajo mas. Apoyó la cabeza de su verga. Mi dilatado culo, se fue abriendo elásticamente. Se estiraba mi piel.
__¿Ahhh el roce es increíble, me mata, ahhh, que sensación!!__ gritaba gozando el entrenador al sentir como otra verga se iba adentrando en mi culito agrandado y sediento de verga. Entró Rody gritando como loco al sentir aquel goce.
__¡Ohhh me están reventando!!
__¡¡Toma esta pijas putona, trágalas con tu ojete, trágalas!!
__¡Ahh que bien se siente!!__ gemía Rody con su barra de carne enteramente clavada en mi ojete. Los dos ahora me serruchaban y bombeaban al unisonó. Era un manjar. Un placer. Sabía que mucho no aguantarían. Mi verga estalló lanzando chorros de leche en la panza del entrenador, en el pecho, sobre sus vellos renegridos y grises.
La boca del entrenador me buscaba y se la di, estallamos en besos profundos y Rody mordía mi nuca. La chupaba.
__¡Ahhh entrenador voy a acabar!!!
__¡Vamos, vamos juntos cariño, la bella putita espera nuestro néctar, ahhhhh!!__ así los dos se vaciaron en mi cola completamente abierta. Entre gritos y gemidos. Besos. Mordiscos. Fuimos aflojando nuestro cuerpo un poco mas tranquilos. Sacaron sus estacas de mi ojete. Nos sentamos en el banco. Uno a cada lado y yo en medio. Ellos me besaban alternativamente.
Estuvimos así cogiendo toda la tarde. Cuando se marchaban me metí en la ducha a darme un buen baño.
Llegué a mi celda abierta. Todos dormían. Era silencio en todos lados. Y allí en su cama estaba Pedazo, durmiendo tranquilo.-