Temor Excitante (1)

Le puede pasar a más de una.

Mi nombre es Vanessa, tengo 19 años de edad, vivo en la ciudad de Puebla, México, soy de piel blanca y cabello negro, lacio y corto, con una luces de color rojo que me hacen ver muy en onda, delgada en extremo pero bien formada, mis medidas deben andar por el 85 – 55 – 88, así que las curvas de mi cuerpo están bien delineadas, mido 1.76 y por mi estatura mis piernas se tornan largas, pero igual compaginan con el resto de mi cuerpo, tengo ojos color miel, y nariz y boca pequeña; y como dato adicional, hasta el día que les narro era virgen. Mi familia se compone de mis padres y mis dos hermanos, mi hermano es mayor que yo por 3 años y mi hermanita menor por 13 años.

Era un viernes como cualquier otro, con la excepción de que ese día y en el transcurso de la mañana, me sentí más cachonda que nunca, mejor dicho, me hicieron sentir deseada, y no porque fuera la primera vez que salía de antro con mis compañeros del cole o me invitaban, sino porque toda la mañana me piropearon y dijeron todas esas cosas que a nosotras las mujeres nos hacen sonrojar; es de destacarse que al ir yo a un colegio prestigiado en las afueras de esta ciudad, de lunes a jueves debíamos usar el obligatorio uniforme, pero los viernes (yo amo los viernes) nos dejaban ir vestidos casualmente, pero esa ocasión me extralimité, pues me vestí algo provocativa, pues llevaba un pantalón café crema de tela delgada, de esos que se amoldan a la figura y terminando en forma de campana abajo, dejando notar la forma de mi tanga que a su vez levantaba mi trasero, y una blusa cruzada por enfrente, la que hacía resaltar mi diminuto busto, un cinturón ancho a la cadera, unas botas café y el cabello recogido, y por lo mismo, cuando caminaba por las instalaciones del colegio, los chicos me silbaban y me tiraban piropos, me sentía genial, y como no si era la primera vez que asistía vestida de esa forma y no con mi típica falda larga y suéteres, lo que ocasionó que unos compañeros nos invitaran a mis amigas y a mi a salir de antro por la noche, haciendo hincapié en que las mejores discotecas se encuentran también a las afueras de la ciudad. Es así que después de ponernos de acuerdo en que los chicos pasarían primero por mis amigas y al último por mi, ya que vivía de paso a la diversión y muy cerca del colegio, me dirigí a mi casa, que como dije, no quedaba muy lejos; al ir caminando por un momento me puse a pensar en qué ropa usaría por la noche, sin poner atención por dónde caminaba, así que cuando me di cuenta miré que había tomado un camino equivocado y me encontraba andando por un callejón, que igual me llevaba a casa, pero era un camino inseguro, así que me di media vuelta y regresé, teniendo desde ese momento la sensación de ser seguida, pero no pude ver nada y me dije que estaba esquizofrénica o tal vez era por los nervios de esa noche, ya que entre los chicos que irían estaba uno que me gustaba desde hacía mucho tiempo, así que no hice caso y caminé hasta llegar a casa.

Un pequeño cambio de planes se convertiría en un giro de 180º en mi vida, pues cuando entré a casa y les comenté a mis padres que saldría en la noche y que mis amigos pasarían a recogerme, me dijeron que no iba a ser posible, no al menos de la forma planeada, pues como mi hermano salía de práctica esa tarde, mis padres lo irían a dejar a su escuela de donde saldría, aunque antes pasarían a hacer unas compras al supermercado para que llevara, y que, como llevaba equipo de investigación, no cabía mi hermana en el carro, así que tendría que quedarme a cuidar de ella hasta que regresaran de dejar a mi hermano, y cuando eso pasara ellos mismos me irían a dejar a la disco acordada; y sin más remedio, le llamé a una de mis amigas para comentarle lo ocurrido y que no fueran a pasar por mi, que me dijera a dónde irían y se adelantaran que yo los alcanzaría más tarde.

De todas formas me dispuse a pasarla chevere, así que hice mis quehaceres antes de que se fueran, y cuando se hubieron marchado, comencé a cuidar de mi hermana, darle de comer y ayudarle a las tareas, lo que me restó muchísimo tiempo para arreglarme, así que de inmediato la senté a ver t.v. y subí a buscar en mi guardarropa lo que me pondría para la noche, per no me decidía, y encontré un vestido realmente hermoso que tenía ya un buen rato que no me ponía, así que no lo pensé más; me di un baño, me sequé el cabello, me maquillé un poco, y cuando me lo probé noté que me quedaba algo ajustado, imposible – pensé yo – que barbaridad, creo que he subido unas cuantas libras desde aquél entonces -; pero no importaba ya, no tenía tiempo de buscar otra cosa, mis padres no tardarían y la verdad me encantó como se me veía, ajustado y ceñido a mi cuerpo delgado, no cabía duda, me veía bella sin igual, un vestido de una sola pieza en dos colores, café en la parte alta y marfil en la baja, cayendo hasta más abajo de mis rodillas, de tirantes, con un pequeño escote al frente y un gran escote por la espalda, lo que no me permitiría usar sostén, pero por la forma del mismo levantaba mi busto de una forma genial, tanto que parecía más grande que una simple talla 32 B, y en la cadera me quedaba super ceñido, tanto que se alcanzaba a marcar el resorte de la tanga a los costados, y obviamente se notaba, por lo delgado de la tela y el color claro, el triángulo que se forma en la parte de atrás, qué horror!! – pensé de nuevo – mis padres no me dejarán salir así, y se me ocurrió ponerme un abrigo para cubrirlo un poco, complementando mi atuendo con unas sandalias de cintillas muy cheveres.

Así, lista como me encontraba, me dispuse a esperar la llegada de mis padres, sentada en la sala junto a mi pequeña hermana y viendo un poco de t.v., cuando sonó el teléfono, siendo mis padres quienes llamaban para avisar que llegarían más tarde de lo esperado, pues el autobús de mi hermano se había demorado, les dije un tanto molesta que esa noche ya había terminado, que definitivamente ya no iría, pero mi madre me animó y decidí esperarlos, ¿por qué no?, total, ya estaba arreglada y lista para divertirme, así que por la hora llevé a mi hermanita a la cama, y cuando bajé me quité el abrigo, y en mi espera empecé a recordar como me sentí durante la mañana, y pensé que si no tardaban mis padres e iba en busca de la diversión con mis compañeros, podría pasar algo más con el chico que me gustaba y esa idea me calentaba mucho, y con la ayuda del poco frío que se sentía, mis pezones se empezaron a poner duritos, y por lo mismo de la tela del vestido y sin sostén, se marcaban mucho, parecía que iba a reventar, así que para olvidarme un poco de esos malos pensamientos me puse a ver la t.v., y al cambiar de canal había una película un tanto subida de todo, porque las escenas que presentaban en ese momento era el de una pareja teniendo sexo, y yo que quería bajarme la calentura, imposible con ello, pero algo me impidió cambiar de nuevo el canal, y me quedé viendo por un buen rato la película, cuando de pronto sale un tipo de atrás de unas cortinas y comienza a tomarles fotos, dándose cuenta de ello la pareja e invitándolo a participar, qué estaba viendo!!!, a unos minutos de llegar mis padres estaba más cachonda que en la mañana, viendo a una mujer teniendo sexo con dos tipos, y una sensación extraña recorrió todo mi cuerpo, alojándose en mi entrepierna, que calor Dios mío!!

En eso sonó el timbre y me extrañé, ¿quién podría ser a esa hora?, y hablando por el intercomunicador que da a la calle pregunté, eran mis amigos que habían pasado a ver si no había habido cambio de planes y me iría con ellos, así que les abrí en automático y se pasaron, y una vez que llegaron hasta la sala en donde me encontraba, claro, había apagado el televisor, les dije que aún no llegaban mis padres, que no tardarían, que se fueran y que en un rato los alcanzaba, fue cuando una de mis amigas me pidió permiso para entrar a baño, y mientras la esperaban a que saliera para marcharse, el niño que me gustaba me dijo, sin quitar su mirada de mi cuerpo, recorriéndolo casi por completo, desde mis senos con mis pezones erectos, hasta mis caderas y piernas, que me veía guapísima, que esa noche sería especial, que deseaba mucho bailar conmigo una lenta, y yo pensé "definitivamente esta noche me convertiré en toda una mujer", mi amiga salió y se marcharon. Pasaron como 5 minutos y tuve la necesidad de ir al baño, tal vez por los nervios de pensar que mi primera vez se aproximaba, así que entré, y al terminar vi que mi amiga había olvidado su bolso, que tonta – me dije – seguramente no tardan en regresar por él, cuando de pronto sonó de nueva cuenta el timbre y dije – son ellos, quintilla de locos – y les abrí. Qué estupidez más grande había cometido. Escuché como se pasaban a la estancia, la que cubría un muro que había que rodear para llegar a la sala en donde me encontraba, sin poder verlos aún, así que grite:

Que tonta eres Martha, con qué pensabas polvearte en la disco.

Cuando una voz varonil, totalmente desconocida para mi, contestó:

Yo no me polveo la nariz.

¿Qué es esto, quién es usted, qué hace aquí? – las dudas me asaltaban y el miedo más, era un tipo como de 1.90, se veía fornido ya que vestía una camiseta de tirantes y unos vaqueros muy ajustados que dejaban al descubierto unos brazos y piernas enormes, musculosas, pero se veía algo sucio y sudado.

Tranquilícese señorita, somos los mensajeros de la empresa donde trabaja su padre – entrando detrás del primer sujeto otro, más bajito de estatura y delgado, e igual de sucio que el otro.

¿qué quieren?.

Su papá nos citó a esta hora, nos entregará unos documentos que se entregarán por la mañana, pero veo que no está, ¿de casualidad no se los dejaría a usted, señorita ....?

Vanessa, y no, no me dejó nada ni dijo nada, pero no debe tardar, si quieren regresar más tarde – al haber "preguntado mi nombre" supuse que era gente respetable y que en verdad conocían a papá y trabajaban en la compañía, así que me calmé un poco, y sin dejar de ser precavida tomé el teléfono – es más, le llamaré para ver qué me dice.

Señorita Vanessa ¿verdad? – dijo el primero hombre.

Ajá – contesté.

Creo que escuché un auto, debe ser él, saldremos a verlo, gracias por todo, con permiso y disculpe la molestia – me dijo.

Ah, muy bien, pase.

La idea de que mis padres llegaran me calmó por completo y retomé mis ganas de salir a divertirme, colgando el teléfono; escuché como se abría la puerta de la entrada, pero sin cerrarla, y dos segundo después la vos del hombre, gritando, dijo:

Señorita, no es su padre – al oír eso me encaminé para vigilar que se fueran y cerraran, y antes de poder visualizar por completo a los sujetos, dijo uno de ellos - lo esperaremos afuera, gracias por todo.

Uy, que alivio, iba de regreso a la sala a seguir con mi espera si haberme cerciorado que en verdad se hubiesen ido, pero para mi mala fortuna, no fue así, pues alcancé a escuchar que la otra voz le decía a la del aviso:

Te dije que era ella, la sabrosa del callejón, que estaba sola porque sus papás se habían ido, así que tenemos toda la casa para nosotros...

Cuando oí esas palabras el miedo me invadió por completo, pero no por mi, sino por mi hermana que se encontraba durmiendo en la planta alta de la casa, pero como habían dicho que estaba sola por lo tanto no sabían que tenía una hermana, no había forma de que lo supieran, y pensé que si querían robar podían llevarse todo, siempre que no subieran a la habitación de mi hermanita, así que sin pensarlo dos veces, me dirigí sigilosamente hacia la escalera con la intensión de encerrarme con ella; ...

... Continuará...