Telemarketing

Mi primera llamada especial.

¡qué emoción! Mi primer trabajo, bueno, ser telefonista de una empresa de telemarketing no es mucho, pero por algo se empieza.

Paso por las oficinas y me enseñan mi cuarto, esta insonorizado para que el ruido de fondo no afectase mis intentos de negociación con el cliente, yo pensaba que me podrían en uno de esos cubos tan estrechos que tanto salen en las películas de oficinas.

El sitio no es muy grande, suerte que no sea claustrofóbica, me estiró bien y empiezo a hacer las llamadas, según mis compañeras he de terminar mi cuota de llamadas antes de irme, ¡pues yo haré el doble! No tendrán más remedio que ascenderme.

Empiezo a hacer mi primera llamada.

Tuuuuuuu tuuuuuuuuu.

-¿dígame?

-¡felicidades! Le llamo para ofrecerle una promoción que.

-¡felicidades una leche! ¡Me acabas de estropear el polvo! Hija de la grandisima puta.

¡Joder! Mi primera llamada y ya hay alguien molesto.

-un momento ¡Marta! ¡Marta por favor! ¡Espera! Por, por ¡joder!.

Esto no pintaba nada bien.

-¡muy bien maldita puta! ¡Has visto lo que has hecho! ¡Se ha largado! ¡Y yo con mi hermanito pequeño en "firmes"!

-lo lamento mucho señor, pero si escuchase mi.

-¡cállate putita! Necesito que mis 23 centímetros se desahoguen y la única tía que hay esta al otro lado del jodido hilo telefónico.

-lo lamento pero yo.

-escucha bien nena, ya que me has estropeado el kiki tu me harás de línea erótica.

-¡c-comooooo!

-lo que oyes, haz de teleputa y depende de lo bien que lo hagas te compre algo.

Primera llamada, primera compra, seguro que impresionaría a la gente, puede que no sea usual, pero.

-d-de acuerdo ¿qué quiere que haga señor?.

-primero dime como eres, encanto.

-s-soy pelirroja, pelo largo hasta la cintura, ojos azules, algo pecosa, mis pechos son medianos y mis labios carnosos.

-¿cómo vas vestida?

-c-con el uniforme de la empresa, una camisa a rayas y una falda corta con unas medias negras, llevo sujetador y bragas.

La conversación empezaba a turbarme, pero tenia que cerrar esa venta.

-muy bien teleputita, ¡quítate la camisa!.

-si señor, ahora me la quito

-¡he dicho que te la quites de verdad, no intentes engañarme o cuelgo!

Eso si que me cogió por sorpresa, nerviosa miré por la puerta de cristal, mis manos temblaban al tocar los botones de mi camisa, no podía, podían verme.

-n-no puedo señor.

-¡hazlo o cuelgo!

Hice un esfuerzo, me quité los botones, uno a uno y me deshice de la camisa.

-¿cómo te la has quitado? Zorra, quiero detalles.

-e-empece a quitarme el primer botón del cuello, l-luego el segundo, m-me empezaba a ver el sujetador, me quité el tercer botón, mi escote sé hacia más visible, al quitarme los últimos botones, me abrí despacio la camisa, mostrando mis, mis.....encantos, luego, dejé caer la camisa resbalándola por mis hombros.

-Excelente, cógete el sujetador.

Pensaba que quería que me lo quitase con suavidad, pero la siguiente orden era bastante violenta.

-¡arráncatelo!.

Suerte que no era mi sujetador favorito, lo arranqué con fuerza, dejando libres mis pechos.

-ahora nena, juguetea con ellos, ¿cómo crees que te los tocaría yo?.

-me los cojo con mis manos y-y los muevo de arriba abajo, me pellizco con suavidad mis pezones mmmm, acaricio despacio mis, mis aureolas, con movimientos circulares.

¡Dios mío!, que excitada estaba, tenia los pezones tan erectos que podrían clavarse en un muro y me mojaba las bragas, pero, ¿qué me pasaría si alguien me viese?.

-¿qué sientes? Encanto.

-s-soy muy sensible en los pechos, de hecho me suelo correrme cuando me los tocan.

No podía creer que le confesara eso ¡a un desconocido!.

-bien nena, yo me estoy tocando, haz como si me la chuparas.

-¡pero!

-cuelgo en 5 4 3...

-te acaricio la entrepierna con mi mano mientras apoyo mis pechos en tu viril torso.

-¿cómo la notas?

-mu-muy dura, deseando salir, me agacho para olértela, snnnnif, tiene un olor muy excitante.

-sigue nena, vas bien.

-con mis dientes te cojo la cremallera, la bajo muy despacio.

No me daba cuenta de que mis manos estaban bajando las bragas de forma inconsciente.

-con la punta de mi lengua te acaricio la punta, recorro todo tu capullo con ella mientras mis manos acarician tus huevos.

-si, encanto, sigue.

-dejo de chupártela y me la coloco entre mis tetas, la aprieto con suavidad mientras te pajeo despacio con ellas.

-así nena, sigue así, quiero llenarte esa cara de puta de leche.

-si, leche rica y calentita, dame, dame.

-ahhhhhhhh.

-mmmmm, si,SIIIIIIII.

Ambos recobrábamos la respiración, si me viesen ahora se me caería el mundo encima, ahí, con los pechos fuera, las bragas en mis tobillos, abierta de piernas y aún con dos dedos en mi coño.

-me has gustado mucho, háblame de tu producto

Al final acepto la oferta, las siguientes llamadas fueron más normalitas, pero mis resultados superaban ampliamente a la media de los demás, todos me felicitaron.

Llegué a mi casa, me tomé una ducha larga y calentita, pero aún recuerdo esa llamada, necesitaba oír su voz, necesitaba ¡que coño! Debería olvidarme de el.

Pero en medio de la ducha escuché el móvil, no falla, siempre en el peor momento.

Al coger el móvil oí la misma voz.

-¿preparada para otra sesión?

Yo...... sonreí