Team Hypno Rises 2

Nuestro protagonista continúa en su misión de “reclutar” entrenadoras para su organización criminal. Misty, su primera captura, le guía hacia una prometedora candidata.

NdA: Basado en la adaptación que hizo Jimryu a la idea original de Nabs001

Justo ahora me encuentro sentado entre las ramas de un gran árbol en un solitario bosque en la región de Hoen. La razón para esto es muy simple: gracias al milagroso dispositivo S que replica cualquier ataque Pokémon, Misty, la ex líder de gimnasio de ciudad Ciruela, se ha unido a las filas del naciente Team Hypno y al pedirle sugerencias de poderosas entrenadores que ella conociera para reclutarlas, nos recomendó a una tal May aquí en la región Hoen, a quien se me ordenó capturar de inmediato.

Mientras viajaba hacia acá investigué sobre la víctima pues ese nombre no me sonaba de ningún líder de gimnasio de la zona y lo que descubrí en mi investigación me agradó de sobre manera: May es una coordinadora Pokémon y una con relativa fama, al punto de que incluso se le ha invitado como modelo de trajes de baño y huelga decir que con solo ver ese cuerpo de cabello castaño y piel blanca enfundado en esas pequeñas piezas de tela que apenas dejaban algo a la imaginación… me dieron ganas de darle la follada de su vida a Misty para felicitarla por llevarnos hacia tan magnífica candidata para nuestra organización.

Nada más llegar a Hoen, le pedí a Misty que llamara a May y la citara justo en este bosque donde como ocurrió con esta ardiente pelirroja, nadie me molestará cuando quiera “ver la efectividad” del trance hipnótico. Mientras tanto, Misty se encuentra en la base del árbol, con el dispositivo S en mano y listo para ser ella la que someta a su amiga. Está con el diminuto uniforme femenino de las reclutas del Team Hypno, en una posición de firmes y una expresión vacía en el rostro. Todos estos elementos juntos hacen que me den ganas de bajar del árbol y hacerle un hijo aquí mismo… pero el trabajo es primero y si tengo paciencia, el premio será grande.

Pronto una dulce voz proveniente del bosque me saca de mis pensamientos.

—¿Misty? ¿Misty estás aquí?

—Por aquí May —responde la muñeca en la que hemos convertido a la ex líder de gimnasio. Una sonrisa se dibuja en mi rostro, pues sé que la diversión está por comenzar.

Escucho que unos arbustos se comienzan a mover y pronto de ellos emerge una persona. Es May, puedo ver su cabello castaño largo con esos mechones cayendo sobre sus hombros bajo una pañoleta roja, así como su piel blanca y su cuerpo de buena figura enfundado en ese conjunto de camisa roja, falda blanca y esos shorts de licra. Se me pone dura nada más de imaginar que pronto tendré ese cuerpo bajo mi completo control.

—¿Misty? —dice mientras tanto May mirando a su amiga bajo el árbol donde me encuentro—. ¿Qué pasa con esa ropa? ¿Y por qué me citaste en este lugar tan alejado?

Pero pronto May se da cuenta de que algo está mal, después de todo, que su amiga esté en posición de firmes, con ropa básicamente de puta y sin reflejar una emoción en el rostro da muchas pistas.

May se acerca a Misty y la observa preocupada, luego la toma de los hombros y la sacude un poco, pero obviamente no hay respuesta.

—¿Misty? ¡¿Misty qué te pasa?!

No puedo soportarlo más y de un salto bajo para unirme a la diversión.

—Tu amiga no hablará si no se le ordena —explico mientras asustada por mi repentina aparición, May se pone en guardia al tiempo que instintivamente pone a Misty detrás de ella para protegerla—. Es la directiva de todas las reclutas del Team Hypno.

—¿Team Hypno? —pregunta May sin dejar su posición de guardia que más que intimidarme, encuentro adorable.

—El más reciente equipo criminal del mundo Pokémon —explico levantando las manos al cielo—. Al cual por recomendación de tu amiga, te hacemos una amable invitación.

—¡Jamás me uniré a un equipo criminal! —ruge May en respuesta sacando una pokebola de su mochila, lista para enfrentarme.

Me aguanto soltar una carcajada por lo fútil de la situación de mi víctima y digo:

—No tienes opción. Misty, reclútala.

—Sí amo —responde Misty con su voz monótona y levanta la mano en la que tiene el dispositivo S, apuntándolo al rostro de su amiga.

—¡¿Misty?! ¡¿Qué demo…?! —intenta preguntar May, pero pronto unas ondas de color violeta, que indican que el ataque hipnosis está siendo replicado por el dispositivo, le dan de lleno en la cara.

La coordinadora intenta retroceder, pero pronto Misty le sujeta con su brazo libre para que su cara siga siendo bañada por esas ondas violetas. Con una sonrisa de satisfacción puedo ver como poco a poco la expresión en el rostro de May se va yendo junto con su libre albedrío, convirtiéndola en la más nueva adquisición del Team Hypno.

—Listo Misty,  ya puedes soltarla —ordeno.

—Sí amo —responde Misty soltando a May mientras apaga el dispositivo S y baja los brazos. Entonces me deleito con la vista de dos hermosas chicas en posición de firmes, con la mirada perdida… y listas para obedecer sin cuestionar todas y cada una de mis órdenes.

Con una sonrisa en los labios me acerco a mirar a May y aunque sus ojos azules se encuentran apagados por el trance, puedo constatar que la chiquilla es más bella en persona de lo que se muestra en revistas. No puedo esperar para ver si su cuerpo es igual de bello como insinúan esas fotos de ella en trajes de baño.

—Buen trabajo capturando a tu amiga, Misty —le digo a la esclava pelirroja—. Te has ganado una recompensa. Oral.

Sólo escuchar esa palabra, el rígido cuerpo de Misty recuperó su movilidad. Dio unos pasos hasta ponerse enfrente de mí, se arrodilló y acto seguido comenzó a manipular mi cinturón y el cierre de mi pantalón hasta que mi pene erecto quedó a la vista, enfrente de su cara. Sin ninguna expresión lo tomó con su mano para masturbarlo un poco y sin ningún aviso lo introdujo en su boca para comenzar a chuparlo con un vaivén lento pero conciso.

No puedo evitar soltar una expresión de placer al sentir esa cavidad húmeda y cálida y cómo esos suaves labios suben y bajan por el tronco de mi verga. Sin embargo, no quiero que Misty se quede con toda la diversión.

—May, por favor quítate toda la ropa —ordeno.

—Sí —responde May de forma sumisa contrastando con su ferocidad de antes.

Mientras Misty sigue chupando mi pene como si fuera lo más importante en su vida, veo cómo May comienza a quitarse la ropa: empieza por el pañuelo en su cabeza, luego la camisa, la falda, sus shorts, su ropa interior de color blanco… todo hasta que finalmente queda desnuda ante mí. La observo y veo dos detalles que me llaman la atención: las tetas de la castaña que son significativamente más grandes que las de la pelirroja y que su zona genital se nota afeitada, algo normal considerando que también se desempeña como modelo de trajes de baño.

Ya fuera por los movimientos de Misty, la visión de ese cuerpo desnudo o una combinación de ambas, comienzo a sentir un orgasmo y a los pocos segundos, siento como mi semen empieza a llenar la boca de Misty.

Una vez termino mi orgasmo, saco mi pene del interior de Misty y la imagen me hace sonreír: Un hilo de saliva une mi miembro con los labios de la pelirroja, su boca forma una letra O y puedo ver cómo el interior está a rebosar de mi semen. Misty no se lo tragará a menos que se lo ordene y una idea se formula en mi cabeza aprovechando que tengo dos esclavas a mi disposición.

—Misty, comparte ese dulce con May —ordeno.

Como Misty no puede hablar por tener “la boca ocupada”, se limita a asentir. Se pone de pie y se acerca a May y sin dar ningún aviso comienza a besarla en los labios, jugueteando con sus lenguas para asegurarse de pasar mi semen de boca a boca.

Pronto Misty termina y se separa de May. Puedo ver cómo las bocas y lenguas de ambas están manchadas con mi semen. La escena me vuelve a poner duro, así que es hora de que pase a divertirme con May, ¿pero cómo? Al ver la forma en que se peina la castaña, una idea cruza por mi mente.

—May, ponte en cuatro —ordeno.

—Sí —responde May y procede a obedecer.

La muchacha ahora está en la posición que le he ordenado. Me pongo detrás de ella y puedo ver desprotegidos su ano de color café y sus labios vaginales de color rosa para que yo los use como a mí me dé la gana.

Me arrodillo, tomo mi verga y la paso entre esas firmes nalgas preparándome para lo que viene, apunto ahora entre sus labios vaginales y doy la estocada definitiva, introduciéndome de lleno en May a lo que ella responde con un pequeño gemido que no sé interpretar si es de sorpresa o placer.

Me doy un tiempo para disfrutar la sensación. Su interior es cálido y le falta un poco de lubricación, pero supongo que es porque no la sometí a un juego previo, además de que noto que no ha de coger mucho, ya que aunque se nota que no es virgen, sí puedo sentirla un poco apretada.

Ya hecha la exploración, tomo a May de las caderas y comienzo a envestirla, primero lento para irme acostumbrando a ese agujero así como para permitirle que se lubrique un poco más, hasta que ya un poco más excitado, comienzo a embestirla con más fuerza, siendo el sonido de mis gemidos y el de nuestras carnes chocando el único sonido que se escucha en todo el bosque, además de que tener a Misty frente a nosotros, rígida e inexpresiva, mirándonos, le da un mayor aire sensual a la escena.

Ya emocionado, decido hacer eso por lo que decidí tirarme a May en esa posición. Suelto las caderas de la muchacha y acerco mis manos hasta su cabello, hasta los dos mechones que cuelgan al lado de su cabello. Los enrollo alrededor de las palmas de mi mando y entones, jalo con todas mis fuerzas.

El efecto es inmediato: May suelta un gemido de dolor, levanta la cabeza, arquea la espalda y sorprendentemente, su vagina me aprieta con más fuerza, lo que incrementa el placer que me está dando.

Con todo esto junto, comienzo a volverme loco de placer y decido comenzar a embestir con más fuerza a la coordinadora, lo que suma a los sonidos de antes los gemidos de May, que al principio eran de dolor pero pronto se vuelven jadeos de placer. ¿Será que esta perra era una masoquista natural?

Pronto un nuevo orgasmo comienza a construirse, así que cuando siento que estoy a nada de explotar, jalo el cabello de May con más fuerza, lo que la obliga a levantarse un poco del suelo y entonces… exploto. Siento como la sensación del orgasmo me recorre todo el cuerpo mientras al mismo tiempo siento como lleno el útero de May con mi semilla.

Agotado, suelto el cabello de May y esta, agotada, se deja caer al suelo, jadeando y con lo que me parece una sonrisa.

Me retiro de ella y mientras también jadeo, puedo ver como de entre sus rosados labios vaginales comienza a escurrir mi semen, goteando al suelo.

—Misty… limpia esto —ordeno.

—Sí mi amo —responde Misty y se acerca a May, se arrodilla frente a esa cueva rosada y entierra su cara en el culo de la castaña para comenzar a lamer el semen que escapa de ella.

Aunque todavía estoy cansado, me pongo de pie y me acerco a la cabeza de May. Puedo ver que en efecto está sonriendo. Yo también sonrió, me hinco al lado de ella y mientras acaricio su cabello castaño, le digo:

—Bienvenida al Team Hypno, May.

La sonrisa de May se ensancha un poco y responde:

—Sí… amo.

NOTA DEL AUTOR: Otro de mis relatos ya alcanzó las 10 mil visitas, En la cabeza del amo 1. ¡Muchas gracias a todos!