Te soñé -0 (Introducción)

Cuando has estado soñando con una persona que ni siquiera conoces y de repente aparece en tu vida.

Y ahí estaba yo, con el cabello revuelto y las mejillas rojas sobre mi cama. Acababa de despertar y aún tenía esa excitante sensación. Últimamente he tenido sueños húmedos con un hombre, no lo conozco, ni siquiera sé su nombre, pero me ha hecho sentir mucho más de lo que cualquiera.

Es un lunes y como cada día iré a trabajar a ese laboratorio tan prestigiado. Tomó una ducha, elijo unos jeans y un suéter, paso a la cocina por un café y un panquecito, estoy lista para salir. En el coche rumbo a mi empleo comienzo a recordar partes de ese sueño, un hombre de alrededor de 35 años, alto y varonil, con barba de dos días y cabello rubio, podía sentir su torso rozando el mío desnudo, sus labios paseándose por mi cuello mientras con una de sus manos mantenía mis brazos sobre mi cabeza, me estaba empezando a sentir excitada de nuevo cuando llegué a mi destino. Estoy intrigada, ¿por qué aparece él en mis sueños? Conozco a suficientes hombres, y vamos, que ni siquiera es mi tipo. No me van los mayores. Debí haberlo visto en alguna parte, tal vez en alguna junta, en la calle, en mis tiempos de estudiante, no lo sé pero por más que intentaba no podía recordar dónde o cuándo.

Soy licenciada en biofísica y aunque no era una alumna destacada tengo un muy buen proyecto de tesis. Eso me valió estar a cargo del desarrollo de mi proyecto en un laboratorio. Mi jefe Daniel, tiene plena confianza en mí y practicamente soy yo quien toma las decisiones importantes del proyecto. Trabajando en el desarrollo de las membranas se me ha ido la mañana y cuando menos he pensado es hora de comer. He quedado con Luz, mi amiga de toda la vida para ir a un restaurante italiano, tomo mi cartera y me despido de mis compañeros. Le aviso a Luz que llegaré 20 minutos tarde, el tráfico de las 15:00 horas en insoportable.

Entró en el restaurante y la veo, siempre tan sonriente. A veces me pregunto cómo es que somos tan buenas amigas, la verdad es que somos muy diferentes. Ella tan optimista, yo tan estresada y quejumbrosa, vemos la vida muy diferente. La abrazo, teníamos meses sin vernos, desde que nos graduamos, digamos que no habíamos tenido mucho tiempo para coincidir. Ella estudió relaciones públicas, y laboraba en la empresa de su tío. Después de las preguntas de rigor ordenamos la comida y por qué no una botella de vino también.

-El otro día vi a Joel y me preguntó por ti- dijo Luz con esa mirada de pícara.

  • Sí claro, desde ese día de la graduación ni siquiera se ha dignado en enviar un mensaje para saber cómo he estado, mucho menos para pedir una disculpa.

Joel es un compañero de la facultad con el que tonteamos durante los nueve semestres de la carrera, no es muy atractivo físicamente pero su personalidad tan sencilla es de esas que te atrapan y aunque ninguno se animó a dar un paso más allá, siempre me había gustado. El día de la fiesta de fin de cursos ambos habíamos bebido bastante y una cosa llevó a la otra, el punto es que terminamos en la sala de su casa besándonos desenfrenadamente, él tenía un traje gris y yo un vestido de fiesta color vino. El alcohol hizo efecto deshinibiéndome, me coloqué a horcajadas de Joel mientras él me intentaba desabrochaba el vestido, como la tarea se le tornó un poco complicada, me levanté para ayudarle y desprenderme de una vez por todas del dichoso vestido, me coloqué de espaldas con el afán de ser sexy. Lentamente me deshice de las mangas y luego el vestido se deslizó por mi cuerpo hasta quedar en el piso, para cuando me di la vuelta se había quedado dormido. Lo que me faltaba, con tremendo calentón que yo tenía encima y él roncando como un bebé. Tomé mis cosas, le dejé una nota y me fuí a casa. Desde ese día no volvimos a tener contacto.

-Venga Ady, que siempre me contaste que te gustaba como para intentar algo más.- Dio un sorbo a su copa de vino y continuó- Tal vez deberías mandarle un mensaje tú.

-Ya, ¿qué tal si este fin salimos como en los viejos tiempos? Así nos olvidamos de personas que ya fueron y buscamos algo que podría llegar a ser. Mira que desde esa dichosa noche no he vuelto siquiera a salir.- No soy una chica de fiestas, pero necesitaba despejar la mente, entre el trabajo y que me había ido a vivir sola no había tenido ríe por de relajarme.

-De acuerdo, el sábado temprano nos vamos al spa y en la noche que comience la fiesta.- Luz parecía muy emocionada.

Acabamos la comida entre risas y anécdotas del trabajo, había pensado en contarle lo de mis sueños, pero no quería que volviera con el tema de buscar a Joel para terminar lo que habíamos empezado, así que decidí guardarlo para mí. Nos despedimos con un abrazo y quedamos de vernos el sábado como lo habíamos planeado.

De regreso en casa decido seguir con mi labor de limpieza y acomodo, uno no sabe cuántas cosas tiene hasta que se va a vivir sola. Aún había algunas cajas por acomodar, así que me puse cómoda, unos shorts y playera deportiva. La verdad es que soy una chica simplona, cara agradable a la vista sin llegar a ser bonita, ojos color miel, tez blanca y labios delgados. Mi cuerpo no es nada del otro mundo, ni muy delgada, ni rellenita, digamos que una mujer bastante ordinaria. Estaba demasiado silencio todo así que decido conectar el celular al sonido, Spotify siempre es una buena opción. Elijo una playlist y sigo en lo mío.

Estaba sumergida en mis pensamientos cuando de repente vuelve a mi cabeza ese hombre. Imaginar su aliento sobre mi piel, me hace estremecer, quisiera que fuera realidad, anhelo sus labios en los míos, sentir sus manos acariciando mi espalda. Acaricio mis pechos fantaseando con él, deseando que fuera su lengua la que jugara con mis sensibles pezones. Los pellizco un poco, me fascina esa sensación, ansío que él lo hiciera. Poder ver esos ojos, con una mirada penetrante, tan misteriosa, su respiración agitada producto de la excitación del momento hace que mi temperatura se eleve aún más. Lentamente bajo una de mis manos hasta el resorte de mi pantaloncillo, por encima de mis bragas acaricio mis labios y puedo sentir lo mojada que estoy. Tirada en el piso del estudio con mis manos acariciándome el cuerpo, empiezo a deshacerme de la ropa. Desnuda en el suelo sigo pensando en ti, introduzco uno de mis dedos, estoy tan caliente y la causa eres tú, esas ganas que tengo de que fueran tus dedos, que fueras tú quien me estuviera masturbando. Acelero mis movimientos y en mi mente escucho tu voz, en un susurro me animas a que me corra para ti, aprieto uno de mis pechos mientras froto frenéticamente mi clítoris inflamado de tanto deseo. Te acercas a mi oído y me dices lo mucho que te gusto y la cantidad de cosas que me harás, me dejo llevar por el orgasmo pensando en ti, en ti mi imaginario amante.

Cuando abro los ojos ya se ha oscurecido, me quedé dormida. De nuevo la misma pregunta ¿Quién eres? ¿Por qué fantaseo contigo? Mi estómago me saca de los pensamientos, tengo hambre. Me dirijo a la cocina, sigo desnuda salvo por los calcetines. Mis pechos se bambolean mientras camino, me da un poco de risa pues en casa de mis padres nunca había andado así, me siento libre y más contenta, necesitaba desahogarme y esa corrida había sido fantástica.

Preparo un sándwich y un té, me siento en la barra de la cocina y apago la música. Había olvidado que el jueves tenía que ver a unos proveedores del laboratorio, mañana haré el inventario y anotaré todo lo que necesito, no es que mi memoria sea mala pero últimamente no es muy confiable. Busco entre mis cosas una agenda para anotar las cosas por hacer. Termino de acomodar esa caja que deje a medias y voy a dormir. Hoy dormiré desnuda, esperando que por la noche llegues y me hagas tuya de nuevo, aunque solo sea en mis sueños. Ese hombre me hace estremecer cada que aparece en mis pensamientos

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Ese ruido, ese desesperante ruido de la cortadora de pasto, esperen ¿qué hora es? Abro los ojos un poco asustada buscando desesperada el celular las 7:40 horas, ¡Maldita sea! Me quedé dormida. Tengo veinte minutos para ir a la ducha y llegar corriendo al trabajo. Son las 8:07 y estoy pasando la puerta del edificio donde está el laboratorio, busco mi tarjeta de acceso, siento un golpe y de repente se me cierran los ojos.

Cuando despierto estoy en un sillón,

-¿Te encuentras bien Ady?- Dany me mira angustiado, junto a él están Luis y Diana, algunos compañeros- Te llevaste un buen golpe, y nos preocupaste.- Diana me toma de la mano.

-Sí estoy bien, solo un poco mareada.- Digo intentando sentarme en el sillón.- Gracias por ayudarme.

-Vamos todos a regresar al trabajo,- Dany los apura- yo me encargo de ella. Venga que te llevo a que te revisen.

Me pongo en pie y mi jefe me lleva al médico en su auto. Una revisión de rutina y listo, no pasará del golpe dijo la doctora que nos atendió. Regresamos al trabajo pero antes pasamos por un baguette pues no había desayunado. Para eso de las 10:00 horas estábamos en el laboratorio, yo resolvía algunas cuestiones sobre el diseño de la membrana. Me dediqué a buscar las propiedades adicionales para su elaboración, ya que no era lo mismo en la teoría que en la experimentación y el material con el cual debíamos elaborarlas debía sufrir unas modificaciones, es por eso que veríamos a esos proveedores.

Eran las 15:40 cuando decidí ir a casa, me sentía un poco mareada y ya tenía hambre, compraría una ensalada de camino a casa. Llegué y me fui a la cama a comer, algo que me encanta hacer es poner una serie y quedarme acostada toda la tarde, el día tan ajetreado lo ameritaba. No terminé de ver la temporada pues me quedé dormida.

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Estábamos brindando, di un largo trago a mi copa y tú a la tuya para después dejarla en la pequeña mesita de centro que había en esa sala, quitas de mi mano la mía y te acercas lentamente a mis labios. Me tomaste fuerte del cabello y sentí tu lengua húmeda paseando por mis labios, tu otra mano en mi espalda me acerca a ti. Estamos en un cuarto de hotel, no vestimos formal pero al parecer venimos de una cena, usas un pantalón azul, una camisa beige y zapatos azules. Yo uso un pantalón negro pegado y plataformas de igual color, una blusa rosa pastel sin mangas un poco floja. Me conduces hasta la cama sin dejar de besarnos usando nuestras lenguas, los besos húmedos me encantan y tú pareces conocerme a la perfección, te separas de mí por un instante y me empujas, yo caigo a la cama quedando boca arriba recargada en mis codos. Te arrodillas y desabrochas mis zapatos mientras me besas los pies, trepas por mis piernas hasta llegar al botón de mi pantalón, el cual desabrochas y retiras dejándome con un cachetero color piel, pasas tu lengua sobre mi y todo mi cuerpo se estremece. Me levanto un poco para acercarme, pero no me dejas tocarte y solo dices -Disfruta- yo quiero hacerte disfrutar también, sin embargo me rindo ante tus encantos, ya será después.

Me acaricias suave pero apasionadamente y vas dejando un reguero de besos por mis piernas hasta llegar a mi ombligo, en donde te detienes para mirar mis ojos. Esa mirada, yo sé que la he visto antes. Levantas mi blusa, yo subo mis brazos y me levanto un poco para que sea más fácil quitarla, aprovechas para deshacerte de mi sujetador. Te abalanzas sobre mis pechos, son muy sensibles y recorres uno con la lengua mientras te tomo del cabello y tiro un poco de él, amasas el otro pechos y me haces sentir en la gloria. Cambias de uno a otro y tiras fuerte del que ahora está en tu boca, lo muerdes y succionas como si no hubiera un mañana yo estoy a punto de correrme, mis gemidos y tu respiración acelerada invaden la habitación , mi cuerpo se contrae y no me has quitado el cachetero aún. Paras de repente, no me dejas llegar a mi tan ansiado climax, te desnudas rápidamente y regresas a tu posición de antes, esta vez el contacto de tu piel con la mía le da un plus a todo lo que me haces, retiras el cachetero de un lado y cuando menos me lo espero me penetras, estoy tan mojada y he estado deseándolo desde que te miré que no aguanto más y me dejó ir entre espasmos y gritos. No dejas de penetrarme y aumentas tu ritmo, no sé cuánto tiempo más pueda resistir. Me llenas por completo, te siento hasta el fondo, me entran unas terribles ganas de orinar, -Para, para- es lo único que sale de mi boca, pero no parece importarte al contrario, le imprimes más intensidad a esos movimientos de cadera y yo no puedo más, lo notas y acaricias mi clítoris. Mis contracciones son tan fuertes que te expulso de mi interior y un chorro de líquido sale con potencia, tu semen empieza a caer sobre mi abdomen. Abro los ojos, estoy sola en mi habitación con la respiración agitada, empapada y pareciera que he me orinado, sin embargo cuando logró recuperar un poco el aliento me doy cuenta de que es un líquido inoloro. Estoy empapada y súper sensible, me he frotado el clítoris mientras soñaba con él, estos sueños comienzan a ser más frecuentes y cada vez estoy más segura de que he visto a ese hombre en algún lugar y no sólo es producto de mi imaginación.

Son las 4:00 de la mañana y aún puedo dormir al menos dos horas y media más. Duermo tan profundamente que esta vez no sueño nada.

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Estoy en el laboratorio, todo va viento en popa con el experimento, hoy me siento relajada, llevo un pantalón a la cintura, unos tenis color salmón y una blusa un poco corta pero no deja ver nada gris con rayas color salmón. Tengo mi termo en la mano y reviso unos documentos que me ha dejado Dany. Cuando salgo a llevar los documentos Karla la recepcionista del edificio me llama

  • Ady, alguien ha venido a dejarte este paquete- sacando una caja de unos 30 cm por 30 cm.

-Gracias- dije tomándola en mis manos buscando alguna tarjeta, pero no encontré nada, la caja está envuelta en papel con lunares de colores-¿Sabes quién la envía?- pregunté inspeccionándola. Solo recibí un movimiento de cabeza negativo como respuesta, pues Karla atendía una llamada.

Me retiré a mi oficina con demasiada curiosidad, no soy de muchos amigos, ni mucho menos pretendientes y mi familia no es de esos detalles, cierro la puerta y comienzo a desenvolver el paquete con cuidado, dentro había unos panqués y una nota de Luz recordándome lo del sábado. Mordí uno de ellos, mis favoritos chocolate con nuez. Terminé el reporte pues mañana veremos a los proveedores.

Lo dejé todo listo y salimos a comer Luis, Diana y yo a una cocina que está cerca del edificio y ordenamos. La verdad nos llevamos muy bien los tres y platicamos del proyecto, de las novedades y cosas sin importancia, así se nos fue el tiempo y cada uno debía volver a sus respectivas labores.

Debía ir al centro comercial, hacía tiempo que no surtía la despensa y me pareció un buen momento, así aprovecho para ir a comprar algo para usar el fin de semana, quería verme bien. No soy de follar una sola noche pero mi cuerpo pedía a gritos sentirse entre los brazos de un hombre. Mis relaciones habían sido pocas, para ser precisos solo había tenido dos novios y con ellos había tenido todas mis experiencias sexuales, Alan y Roberto. Casi siempre fue sexo habitual, una mamada y follar en dos o tres posiciones, nada fuera de lo ordinario. Y aunque estaba enamorada de ellos, no sentía ni siquiera la mitad de lo que me hacía sentir ese hombre misterioso en mis sueños. Como todas las relaciones llegó un punto en que se desgastó, por falta de interés de su parte y por la mía. Así que lo dejamos por lo sano.

Compré los vegetales y algo de carne, pagué en la caja y seguí mi camino a las tiendas de ropa. Entré a mi tienda favorita y elegí un conjunto de falda larga pero ceñida y blusa corta, de esos que están de moda, fui al probador para asegurarme que era lo indicado y decidí llevármelo. Ya en casa decidí hablar con mi madre para asegurarle que todo iba bien y que no se preocupara por nada. Con el pretexto de madrugar corto pronto la llamada y me voy a la cama, esperanzada de que mañana consiguiremos lo necesario para el proyecto.

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Me levanto temprano, el día pinta muy bien, un vestido corte 'a' azul claro y sandalias blancas, fruta picada y un café son mi desayuno, tomó el coche y llego pronto al laboratorio. Voy descendiendo en mi lugar de estacionamiento y justo cuando doy la vuelta me encuentro con esos ojos azules, esa mirada tan conocida, la que tantas veces he sentido en mi sueño. ¡Es él! Solo que sin esa barba y claro está, vestido de traje. Me quedo muda y paralizada, me sonríe y comienza su andar hacia la entrada del edificio. No sé cómo reaccionar, quiero seguirlo y preguntarle su nombre, pero mis piernas están fijas al piso, me quedo ahí como una estatua por quién sabe cuánto tiempo. Hasta que mi cuerpo responde y camino a mi oficina. Por mi mente pasan demasiadas imágenes, su sonrisa, sus manos recorriendo mi cuerpo, la forma en que me penetra y yo sé que no es amor, es deseo, pasión lo que veo en sus ojos y lo que estoy segura que reflejan los míos. Si tan solo supiera su nombre.

Debo ir al baño necesito despejarme, la sorpresa fue demasiada. Claro que esperaba verlo alguna vez en la vida, mas no me esperaba que fuera precisamente hoy y mucho menos de esa manera. En fin ahora debía concentrarme pues esto era vital para conseguir se elaborará el material para continuar con nuestro experimento. Salí decidida y justo en la puerta estaban él y otro hombre, de edad similar no tan alto y de tez morena clara, Dany se encontraba charlando con ellos y cuando me vio salir del baño me hizo señas para que me acercara. Tratando de parecer normal y no una gelatina andando, llegue a su lado y mi jefe me presenta con ellos.

-Ella es Ady, nuestra mente maestra detrás de todo el proyecto. Ady ellos son Franco y Noé.

Franco...