Te propongo un juego
Te propongo un juego (escrito por mi chica).
Te propongo un juego.
Tirado en la cama con los ojos vendados, no me puedes tocar, si tus manos me rozan, pierdes y el juego concluye.
Es mi juego y mando yo.
Voy quitándote lentamente la ropa, a la vez que te beso con pasión y toco tu cuerpo con deseo, te quito la camisa rompiendo los botones, bajo con mis manos hasta tu pantalón, y sin ellas, te lo voy desabrochando suavemente con la boca para dar paso a tus calzoncillos que guardan tu miembro erecto, y así hasta dejarte completamente desnudo.
No paro de acariciarte con fuerza, recorro con mis manos tu cuerpo que ardiente espera fundirse conmigo, pero recuerdas que no me puedes tocar y eso te excita y te enfada tanto a la vez...
Te beso en la boca, muerdo tus labios, tu lengua, juego con ella. Muerdo tu oreja y siento como te excitas más y más, sé que la oreja es una de tus zonas más sensibles y me gusta jugar con ella y ver como creces de placer y te excitas, como empieza a subir tu temperatura, y voy notando yo el calor de tu cuerpo en mis manos.
Muerdo tu piel, recorro con mi lengua tu cuerpo trazando con ella formas indescriptibles y veo como te erizas de placer, me dices "Eres mala" , y lo sé, pero eso me anima a seguir jugando contigo, a hacer que tu respiración se acelere a cada movimiento mío.
Con mi lengua en tu ombligo, juego, y bajo hasta tu pene completamente erecto, sé que deseas que mis labios lo rodeen y recorran de arriba abajo, pero te hago sufrir, y lo beso, pero no continúo más alla, lo acaricio con mis manos y subo mi boca hasta tu oído y te susurro lo mucho que me excita hacerte sufrir y excitarte y suelto mi aliento en tu oído casi como si gimiera. Deseas tocarme, subir tus manos a mis pechos y bajar hasta mis nalgas, agarrarme fuertemente y penetrarme de forma salvaje, pero te resistes porque sabes que hablo en serio y cuando me toques todo habrá acabado.
No puedo resistirme y decido bajar hasta tu sexo nuevamente, lo beso dulcemente de arriba abajo, voy desde la base hasta la punta una y otra vez, pasando también por tus huevos. Me detengo en la punta, la chupo ligeramente, la lamo, muevo mi lengua rápidamente sobre ella, eso te encanta, con mi lengua chupo tus huevos, y subo hacia arriba, hasta encontrarme de nuevo en la punta de tu sexo y voy lamiendo con dulzura y descaro cada vez de forma más rápida, alternando besos y suaves mordiscos, introduzco tu pene en mi boca, duro, caliente, y me lo trago todo, entero, te follo con mi boca y sé que deseas tenerme entre tus brazos, pero eres consciente de que el juego tocará su fin si lo haces y agarras las sábanas con fuerza mientras dejas escapar gritos de placer, nunca te he oído gritar excitado. Estás a punto de irte, y me detengo, aún no quiero que te vayas.
Pongo mi clítoris sobre tu boca y lo sientes, caliente, húmedo, excitarte de esa forma me hace excitarme mucho más a mí, entonces lo chupas, como sólo tú sabes, me voy moviendo de atrás hacia adelante, para que tu lengua roce fácilmente mi clítoris, y así, voy excitándome y humedeciéndome cada vez más y no puedes resistir quitarte la venda de los ojos, quedando al descubierto una linda perspectiva. Debería parar el juego, pero tal es mi excitación que no puedo parar y tú, me ves, desnuda, con el pelo revuelto y las mejillas sonrosadas, con cara de deseo y de lujuria. Llevo puestas las medias de rejilla que me regalaste, esas que no llegan más allá de medio muslo y los tacones de aguja negros que tanto morbo te dan cuando los combino con mi minifalda plisada de color rosa y la camisa abierta blanca que suelo poner con una corbata mal colocada. Por un momento te sientes desconcertado, querrías hacerme tantas cosas a la vez... Optas por despegarme de ti y ser malo ahora tú conmigo, o al menos intentarlo.
Me pones contra la pared, apoyando mis manos en ella, inclinándome levemente hacia ti. Me agarras, y puedo sentir por detrás tu sexo caliente y grande, erecto, espero que me penetres, cuando decides bajar hacia abajo y besarme toda, besas mis piernas, adentrándote en la zona interna de mis muslos y dejando escapar algún que otro lametón en mi clítoris. Tiemblo. Subes, sigues subiendo, besas mis nalgas, las muerdes ligeramente y sigues por mi espalda, recorriendo a besos y lametazos el camino de la columna vertebral, soltando mordiscos en mis costados, unas veces más fuerte, otras más suave. Vuelvo la cara y te miro, estoy pidiéndote con la mirada que me penetres, pero no es lo que quieres aún, estás decidido a hacerme pagar por tanto placer acumulado.
Estás completamente de pie, tras de mi, y noto tu pene rozándome por detrás, me besas en el cuello con desenfreno, con una de tus manos agarras mi pecho mientras con la otra acaricias mi fuente de placer, tan húmeda y caliente, introduces un dedo, dos, tres, los metes y los sacas una y otra vez y siento que me voy a ir, que no puedo más, tus mordiscos, tu aliento en mi nuca, tu pene rozándome continuamente... siento que voy a estallar, doy palmadas en la pared, estoy gimiendo con fuerza "Ahhh, ahhhhhhh, fóllame" y me haces caso. Vuelves mi cuerpo hacia ti, me besas nuevamente, y yo a ti, nos besamos con pasión y desenfreno y me haces rodear tu cintura con mis piernas a la vez que me penetras. Tu miembro dentro de mi es una gozada, entra y sale suavemente, pero estoy ansiosa de sexo salvaje y sé que tú también, paramos y te empujo a la cama, introduzco tu pene en mi vagina con suavidad y voy contoneando mi cintura encima tuya, aumentando de ritmo cada vez. Me arañas y mis pechos botan en conjunto con mis movimientos, es como una danza completamente coordinada, te veo embelesado gritándome con fuerza "¡¡¡¡¡¡¡NO PARES, SIGUE, SIGUE, ASÍ!!!!!!!" y yo grito contigo, hasta que llegamos al orgasmo totalmente coordinados y te corres dentro de mí, descargando todo tu placer en mi interior, como una fuente.
Pero no podemos parar y seguimos, yo sigo tan excitada como tú, que pareces de erección interminable. Me haces poner a cuatro patas y me embistes con tu polla tan erecta como antes, tu ritmo es increíble, las embestidas son fuertes y mi cuerpo suena contra el tuyo. Siento tu polla más dentro de mí que nunca, me pegas en el culo, plas, plas, plas, "¿Te gusta?", me preguntas, y te contesto con un grito que interpretas como un sí y sigues embistiéndome con fuerza, sin parar el ritmo, manteniéndolo constante, mientras tocas con tu mano mi clítoris caliente y mis pechos redondos y perfectos que cuelgan con los pezones completamente erectos de placer, me voy, me voy, no puedo aguantar más y al escucharme gritar de esa forma, también tú te vas, "¡¡¡Uhm, sí, sí, sí, así, síiiiiiiiiiiiii, siiiiiiiiii, ahh, ahhhhhhh, siiiiiiiiii!!!!!!!!!" y volteándome y sacando tu miembro de mi vagina, haces caer tu lluvia caliente sobre mi cara y mis pechos, y te recuestas junto a mí con un beso, no sabes que aún tengo fuerzas para seguir agotándote de placer...