Te perdí y te encontré (8)

Faltaban tres días para el cumpleaños de mi hija… Un año ya de la muerte de Fernanda, tantas cosas han pasado, y aún me parece como que fue ayer cuando decidimos tener una hija… Y ahora aquí estoy, con uno de los mayores anhelos de mi vida y sin la mujer que más he amado.

Sin excusas ni pretextos…

Faltaban tres días para el cumpleaños de mi hija… Un año ya de la muerte de Fernanda, tantas cosas han pasado, y aún me parece como que fue ayer cuando decidimos tener una hija…

Y ahora aquí estoy, con uno de los mayores anhelos de mi vida y sin la mujer que más he amado.

Julieta y yo desayunamos ese día para ultimar detalles de una campaña publicitaria, le comenté del aniversario luctuoso de mi esposa… de m ex esposa y se ofreció a cuidar de mi hija, dijo que un panteón no era un lugar adecuado para un bebé, y tenía razón, era un ambiente muy tenso para ella. Accedí a que cuidara de mi hija el día de su cumpleaños.

Prometí también reunirme con ella después de eso para “celebrar” el primer año de vida de mi hija, Julieta se había convertido en una gran amiga y gran apoyo para mí, sobre todo por la extraña tranquilidad que tenía mi hija al estar en sus brazos.

Terminamos el desayuno y regresamos a la empresa para mostrarle el diseño ya terminado, di la orden de impresión y Fernanda llegó en brazos del tío Alonso, enojada –para variar- y su expresión cambió cuando miró a Julieta, quien solo extendió sus brazos y sin decir nada la niña se impulsó para ir hasta ahí.

-Espero que algún día se alegre la mitad de lo que se alegra con usted licenciada- esbozó Alonso entregándole la niña a Julieta.

-En realidad que no sé que me pasa con Fernandita y parece que es mutuo –se disculpa- tutéame Alonso por favor

-Está bien Julieta, voy a terminar algunas cosas, permiso- y se retira

Amaba la imagen de mi hija con Julieta… Me pregunto cómo sería si mi hija hubiese conocido a su madre… mi garganta se hace nudo y Julieta lo nota, rápido hace algo para cambiar mi expresión.

-Mañana te esperamos Fernandita y yo a comer en casa- dice abrazando a mi hija

-¿Me esperan?-

-Pues yo la voy a cuidar- hace un intento por no sonar sarcástica

-Cierto, muchas gracias-

Sigo perdida en mis pensamientos. Observo el comportamiento de mi hija, con gran naturalidad hacia Julieta… eso me asusta. Me encantaría que mi hija llevara una vida común, con dos personas a su cuidado, con sus dos mamás. Quizá sea por eso que es tan dependiente, tan frágil, me gustaría tanto que hablara ya.

-Camila…- un susurro de saca de mi trance.

-Disculpa Jul, estaba pensando que sería bueno estimular a Fernanda para que comience a hablar…- digo sin ánimo

-Puedo ayudar a eso-

-Gracias, aún no sé por qué haces todo esto… Pareces un ángel que mandó mi Fernanda…- Mis ojos se llenan de lágrimas, de inmediato me incorporo, tomo un pañuelo y seco lo que empezaba a ser llanto.

-Me tengo que ir- dice Julieta sin ánimo- te dejo a la niña ya dormida, bajo tu responsabilidad si despierta- bromea- las espero mañana en mi casa-

-Gracias Jul, no sabría que hacer…-me interrumpe analizando

-Que bonito suena…

-¿Qué?- pregunto sin entender

-Jul… nadie me había llamado así

-¿Te molesta?- dudo

-Me gusta- se acerca y deposita un beso en mi mejilla, deja a Fernandita en el porta bebé y abre la puerta- hasta mañana señoritas-

-Linda tarde Jul- alcanzo a decir.

Me dispongo a trabajar mientras mi hija duerme en el porta bebé sobre el sofá, espero que el día termine pronto.

Claux’s