Te perdí y te encontré (12)
Primeras palabras
Supongo que la vida, ese misterio del cual pensé nuestra existencia, tiene sorpresas incalculables para una mente humana. Y justo eso era yo, una humana con mil y un sensaciones dentro, con la convicción de merecer sufrir el resto de lo que llamaban vida, una vida a medias.
Dejé que Julieta se fuera, incluso me alegré. Despeje rápido mi mente llenándola con información referente al trabajo, una excesiva carga de trabajo detonó un terrible cansancio.
Decidí tomarme un tiempo, dejé a Fernanda con Solange y me fui por unos tragos, necesitaba distraerme.
Llegue a casa un poco ebria, cerca de media noche. Me recosté sobre mi cama, aún conservaba esa manía de estar siempre del lado que no diera a la ventana. A veces jugábamos Fer y yo, peleábamos por ese lado, al final siempre me lo dejaba.
Recordarla me ponía melancólica, triste, pero aún con eso ya no quería llorar, o más bien ya no podía. Era asfixiante saberme sin ella en el mundo, de hecho era una sensación tan desagradable que al instante rondaban en mí las ideas de desaparecer de ese mundo. Me sentía tan incompleta, tan indefensa.
El alcohol tuvo sus consecuencias por la mañana, parecía que me estuve curtiendo, tenía una enorme resaca. Con pereza me levante de la cama y me dirigí a la ducha, lentamente me desvestí y me introduje a la regadera. Tomé un baño prolongado mientras trataba de pensar lo menos posible.
Al salir de la ducha me recosté en el sofá y me quedé contemplando la nada. Era hermosa la sensación de pe algunos instantes no pensar.
Llegue a trabajar somnolienta, Alonso se encargó de llevarme desayuno y café, mucho café. Me entretuve lo más que pude, casi daban las nueve de la noche cuando fui a recoger a mi hija. Acordé con Solange dejarla al día siguiente por la tarde, al parecer se llevaban bien, a Fer le hacía bien ver más personas.
Mientras preparaba la cena de ambas, Fernanda me observaba desde el porta bebé. Había aprendido a ser más paciente conmigo, supongo que comprendió que era un completo desastre como madre. En los últimos días trataba de hablarle más, quería que socializara, que aprendiera a hablar, hasta me ponía a cantar con ella balbuceando, era buen indicio.
Cuando le estaba dando de comer a Fer, específicamente después de un bocado de fruta, escuché su primera palabra.
-Julleta- la miré confundida y paré en seco.
Un saludo y mil gracias a quienes me leen. A quienes comentan les mando un abrazo enorme, en serio me hacen el día al igual que las personitas que en envían correo. Los invito a pasar por wattpad donde descubrirán más capítulos, de hecho el final de la historia. Así como los nvito a leer más de mi. Aunque en wattpad tengo más histotiras y actualizo más rápido.
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Gracías totales y mil besos.