Te odio por hacerme amarte tanto (9)

Gracias a todos, muchas gracias. Son gran motor en mis relatos. espero seguir agradando, discupen por la tardanza. Y el escribir hasta aciertas partes es para dejar la incógnita. Antes de despedirme, quiero mandarle un beso a una amuga muy querida mía, que gracias a este blog conocí, Julieta gracias nena por todo. Cuentas con mi amistad por siempre. Gracias a todos, son un amor.

Era mi primo Martín, que estaba un poco ebrio. Llevaba aun un poco de cerveza.

Claudia: qué onda?

Martín: ammm la china (como le decían a Yessenia) está dormida

Silvia: sí –dijo levantándose de la cama, me di cuenta de que estaba completamente roja como un tomate, comenzó a caminar (como un tomate que camina) –metete a las cobijas con ella

Claudia: si, anda –yo solo buscaba que dejaran de vernos-

Martín: bueno –dejó su chamarra y su cerveza en la mesita y se metió en la cama-

Claudia: ven -extendí mi brazo para darle la mano a Silvia, me posicioné tras de ella como hacía mucho lo deseaba, pasé mis manos por su cintura y las de ella me detuvieron ahí, al parecer no quería soltarme –vamos al baño?

Silvia: si, vamos –tomó mis manos entre las suyas y caminamos, su trasero estaba pegado extremamente a mí.

Claudia: qué tienes? –la respiración de Silvia era cada vez más agitada-

Silvia: estoy muy caliente

Claudia: yo estoy igual –dije con la mirada perdida del placer que me provocaba estar tras de ella

Silvia: ah!!

Claudia: que tienes??

Silvia: es que ya no aguanto

Claudia: quieres hacer lo que la china y Martín hacen ahora mismo??

Silvia: contigo?

Claudia: obvio

Silvia: pero donde??

Claudia: en la cama de mis papás

Silvia: no, por favor

Claudia: porqué?

Silvia: me excita más de lo normal el pensar en estar en la cama de tus papás, se sentiría mucha adrenalina, pero nos pueden ver

Claudia: quítame estas ganas que tengo

Silvia: quítamelas tú

Claudia: has estado en una orgía –pregunté a su oído y posando mis manos en sus torneadas nalgas

Silvia: estás loca, ahorita no –trató de retener mis manos-

Claudia: no quieres que te toque??

Silvia: cundo me tocas no responde mi cuerpo a mí, simplemente me pierdo en tus caricias

Claudia: piérdete más –respiré en su cuello haciendo que se estremeciera aun más-

Silvia: yaaa!! Por favor me estas matando

Claudia: te quiero matar de placer

Silvia: si quiero, pero ahora no. Pueden salir de la habitación y ver todo

Claudia: Martín está en lo suyo, no se darán cuenta. Ven –la tomé de las manos, aun estando tras de ella.

Silvia no opuso resistencia alguna, se dejó llevar. Volvimos a mi habitación, antes de entras Silvia dejó caer el celular, sin soltarse de mis manos se agacho muy lento por él, algo que hizo me estremeciera, no contuve mis ganas y puse mi rodilla en su trasero, en medio de sus nalgas, eso hizo que se incorporara de inmediato y gimiera, por mi parte una corriente eléctrica me estaba deshaciendo de placer.

Claudia: siéntate –le señalé un colchón que estaba al lado de mi cama- hazlo

Silvia: siéntate atrás de mi –se sentó y yo hice lo propio-

Claudia: quiero que seas mía

Silvia: contrólate nos van a oír –Yessenia y Martín seguían bajo las cobijas, se escuchaban quejidos de los dos, por lo que presentimos lo que hacían-

Claudia: no nos escuchan –dije al tiempo que pasé las yemas de mis dedos por sus hermosas piernas-

Silvia: ahhhh!! –por favor no, por favor que no me controlo-

Claudia: no te controles –Silvia se incorporó alejándose de mis caricias- ven

Silvia: ya no –suplicó- estoy muy excitada, nos van a oír –decía en murmullo- ya no, después

Claudia: pero

Yessenia salió de las cobijas, detrás de ella Martín. Estaban demasiado agitados, sus caras eran completamente rojas. Además, estaban muy apenados con la situación, por lo que no se percataron de que Silvia y yo andábamos en las mismas.

Claudia: tranquilos, nos salimos para que se vistan –dije riendo y tomando de la mano a Silvia quien aun se burlaba de la penosa situación de nuestra amiga.

No toqué más a Silvia, me dediqué a observar su cara hermosa, su mirada tierna, dulce y angelical, sin hablar rocé delicadamente sus mejillas mientras ella se estremecía y cerraba los ojos. A los pocos minutos, salió Yessenia seguida de Martín. Estaban realmente apenados, por lo que no quise seguir bromeando con eso.

Silvia: y ahora?...

Claudia: nos vamos? –dije soltando a Silvia-

Yessenia: claro, vamos.

Salimos de la casa, Silvia y yo íbamos adelante, sin hablar, aun estábamos excitadas, Yessenia y Martín iban atrás, sin hablar. Luego de unas cuadras, se despidieron, quedando Silvia y yo completamente solas, me dio pánico saber lo que me diría, pasaron unos breves minutos y conversamos.

Silvia: que querías hacer??

Claudia: lo mismo que tú –respondí secante

Silvia: no te enojes, pero no era el momento

Claudia: lo entiendo

Silvia: por favor

Claudia: no me pidas perdón ni explicaciones, olvida eso. Haz de cuenta que nunca pasó

Silvia: tú lo quieres olvidar?

Claudia: yo no olvido.

Silvia: no te enojes

Claudia: no lo estoy.

Silvia: quieres verme mañana?

Claudia: veremos

Silvia: porqué te pones así?

Claudia: no quiero pelear

Silvia: y crees que yo sí? –gritó-

Claudia: baja la voz por favor –le dije tranquila-

Silvia: mira lo que haces, ¿a caso tienen congruencia tus actos con tus palabras? –la voz se le estaba quebrando

Claudia: a qué haces referencia con eso?

Silvia: de qué? Por Dios Claudia, hace menos de 30 minutos me querías hacer tuya, no podía respirar, me tenías extasiada y ahora así de fría.

Claudia: no quiero discutir eso, hasta luego. Que tengas felices vacaciones.

Silvia: cobarde

Claudia: no me llames así –dije retrocediendo hasta donde ella- no lo soy

Silvia: eso demuestras –añadió retándome

Claudia: déjame en paz –la tomé de los brazos con agresividad- no soy cobarde, pero quiero detenerme ante ti, tú eres la cobarde.

Silvia: qué?

Claudia: Silvia ya, por favor. Si no quieres que pase lo de hace rato está bien. No pienso obligarte

Silvia: porqué lo quieres hacer?

Claudia: mira niña –me puse furiosa- comienza a vivir en verdad, deja de lado los prejuicios, deja de buscarle un porqué a todo, hay cosas que simplemente no se pueden explicar, una de ellas es el amor, el deseo, la pasión, celos y algunos sentimientos. Deja de cuestionártela vida, vívela sin saber el "porqué", solo disfruta el "para qué"

Silvia: Claudia pero tú y yo

Claudia: tu y yo?- la interrumpí- el "tú y yo" no existe… que tengas buen día

Me fui furiosa de ahí, faltaba poco para llegar a mi otra casa, así que traté de controlarme. No permitiría que las dudas de una infantil me pusieran así. La tarde pasó sin más relevancia. A la mañana siguiente me levanté sin ánimos. Queriendo verla nunca jamás.