Te odio por hacerme amarte tanto (17) FINAL
Claudia y Silvia llegan al final de.... Harán el amor?... Silvia besa a.... Mary....
De 15 000Hola, antes que nada me presento oficialmente con todos y cada uno de mis lectores, soy Claudia. Quiero agradecer por todos su comentarios a lo largo del desarrollo de “Te odio por hacerme amarte tanto (1)…(17)”. También por sus valoraciones y sus aportaciones, todos los comentarios los leí y tomé en cuenta, traté de mejorar en lo que me fue posible, el final ya fue decidido sólo me resta pedir que disfruten en final, con el entendido de que no siempre se puede tener un final feliz en el amor. No me juzguen por el final, esta historia, mi historia fue así, y así la quiero plasmar, prometo que si vuelvo a relatar en esta web, el final no será de esta manera, pero por ahora disfrútenlo, y gracias nuevamente a todos mis lectores, más que lectores se han convertido en amigos, sólo me queda agradecer por lo bien aceptada que ha sido mi historia. Un beso, Clauxs.
Algunos días a la semana iba a casa de Silvia, pues su madre tenía que “hacer tareas” (o al menos eso le inventaba a su hija, pero siempre supe que iba a verse con hombres, y no precisamente a hacer la tarea de la maestría). Cierto día estando en su casa, llegó Yessenia mientras le ayudaba a hacer la tarea.
Yessenia: Hola Silvia, hay Clau tu todo el día con Chivis ¿verdad?- exclamó al entrar, riendo. El apodo de Chivis se lo pusimos porque en México así les llaman a las Silvia’s, además yo quería siempre hablarle con cariño.
Claudia: ja-ja-ja- le respondí algo molesta, y es que quería estar a solas con mi niña -¿Celos?-
Yessenia: Jajaja!! Para nada, y ¿Qué hacen?-
Claudia: Pues le ayudo a MI Chivis a hacer la tarea- le di un beso fugaz, tratando de que Yessenia no lo notara.
Silvia: Siéntate, tu ¿Ya hiciste el proyecto de civismo?
Yessenia: Sí, lo hice muy sencillo.
Claudia: Mi princesa lo quería hacer así, pero por suerte me tiene a mí.
Silvia: bueno es que Clau le da más seriedad a todo, los documentos los ha redactado como si los escribiera un abogado ya muy estudiado, le da espacios, palabras que yo aun no entiendo muy bien jijiji-
Claudia: Hay mi amor no exageres princesita- la abracé, estábamos sentadas a la mesa, yo al lado de mi princesa, y Yessenia frente a Silvia.
Silvia: no es exagerar mi cielo, pero por algo mi mamá prefería que tú hicieras los documentos de la escuela, y cosas de índole legal.
Yessenia: Es que deberías ser abogada…
Claudia: ¿Están locas? ¡¡Jajaja!! Jamás optaría por la abogacía, a los cinco años dije eso porque me gustaba escuchar que a mi padre le dicen “Lic.”, pero nop, no quiero ser Licenciada en derecho, mejor stripper…
Silvia: oyeee!!! ¿Qué te pasa??
Claudia: Jajaja!! Hay niña hermosa tú sabes que no,
Yessenia: Jajaja!! Pues no te dejan-
Claudia: ¿Yyyyy??- le dije riendo –Si ella no quiere que lo sea, no lo seré…
Silvia: Bueno, si lo puedes ser, pero mi stripper personal, sólo para mí… sólo mía.- la posesiva de mi novia me besó dulcemente-
Claudia: Bueno mi amor, eso ni lo pidas, porque sabes que así será mi cielo, por ti y tu felicidad yo hago lo que sea. Te amo bebé- la besé sin importarme que Yessenia nos observaba…
Yessenia: Si quieren me voy…- siempre que nos besábamos decía eso entre risas, mi princesa y yo no la tomábamos en cuenta, sólo con concentrábamos la una en la otra.
Seguí dictando a mi princesa los documentos, mientras decíamos algo gracioso alguna de las tres, de la mano tenía a mi princesa, con la otra mano la tenía rodeada de la cintura, y su cara recargada en mi pecho, mientras escribía en un cuaderno, tenía pensado pasarlos a la PC mientras llegaba su madre, ya entrada la noche.
Claudia: a ver, mi amor si tú estás de este lado- le dije al oído a Silvia- entonces ¿quién deslizó su pierna por la mía?-
Yessenia: hay perdón- estaba muy avergonzada y reía conmigo- fui yo
Silvia: Y ¿Qué sentiste con su pierna?- la cara de mi niña intentando enojarse era sensacional, mi teléfono estaba descargado, de lo contrario hubiera capturado su hermosa carita de enojo como muchas más lo hice.
Claudia: Uyyy amor ¿te cuento que sentí?- Aún no sé cómo expresarlo, pero siento tanta satisfacción al ver a una mujer enojada, es irresistible su carita hermosa, y más si era la de mi princesita tratando de molestarse conmigo, aunque yo sé que eso no es posible…
Silvia: Mira Claudia Angélica dime de una vez qué fue lo que sentiste- esa era mi hembra, enojada y celándome, hay como me fascinaban sus celos.
Claudia: Mi amor tranquila- traté de ser dulce mientras le acariciaba la mejilla con la yema de mi dedo. Mi princesa se levantó de la mesa, fue a la cocina y se recargó en la barra con su carita de enojada. Enseguida me levanté y la seguí.
Silvia: No puedo evitar celarte- Parecía molesta consigo misma.
Claudia: mi amor, te amo, a ti y sólo a ti, y no siento en lo absoluto nada si otras mujeres me tocan, esa magia, esas corrientes eléctricas que recorren mi columna vertebral- le hablaba al oído mientas pasaba mi mano por su espalda- sólo contigo las he sentido, y sé que sólo tú las provocarás mi vida.
Silvia: Te amo- apenas y alcancé a oírlo, pues ya estaba besándola.
Una tensión hermosa comenzó a crecer entre nosotras, nuevamente las corrientes eléctricas regresaban a mi cuerpo, nos entregamos completamente al beso, sin pensar en nada más, pasé mis dos manos por su espalda y las bajé lentamente hasta su cintura, ahí las detuve un rato, mientras sentía sus dedos tocar mi cabellara, desesperada quería acariciar todo mi cuerpo, bajaba sus manos hasta mis senos, parecía como un delicioso manjar, el cual la hacía disfrutar al tenerlo entre las manos, era mi niña tocándome, disfrutando de mi cuerpo y yo del suyo sin preocupación alguna.
Poco a poco fue bajando sus manos y las caricias subían de tono, yo era inmensa ternura y ella fuego, una pasión desbordante, yo solo disfrutaba la pelea contundente que mi lengua tenía con la suya, mientras ella tocaba sin pudor alguno cada parte de mi piel.
Me besaba con tal intensidad que no pude resistir las ganas de besar su labio inferior, no pensaba en nada más que el amor de mi vida, porque para mí eso era ya, el amor de mi vida y la persona con la que deseaba estar por el resto de mi vida, a pesar de mis catorce años tenía bien claro mi objetivo, estar con ella, hacerla feliz, ser su motivo de vida, llenas de alegría cada minuto que viva a mi lado.
Las caricias cada vez iban más subidas de tono, la ternura pasó a segundo plano, la pasión reinaba entre mi princesa y yo, cuando ya no podía más metí entre sus piernas mi mano, deseaba penetrarla ahí mismo, esa pasión me tenía poseída de pies a cabeza, sólo pensaba en su sexo y en lo mojada que estaba ya su ropa. De repente se escuchó un grito de ó un grito de Yesseniaa, al instante entró Andrea, mi cuñada. Miró aquella escena, su hermana y yo besándonos, mi mano entre sus piernas y las suyas en mis senos, de inmediato me separé de Silvia.
Claudia: Andy mira yo…- trataba de hablar, pero estaba muy nerviosa.
Silvia: Andrea ven, necesito hablar contigo.-
La tomó de la mano y se la llevó fuera de la casa, miré que se sentaron en el escalón que estaba a unos setenta centímetros de la puerta, Andrea se sentó al lado de Silvia, pero luego se incorporó y se fue a sentar a el pequeño jardín que estaba fuera de se casa, Silvia desde ahí sentada y con su hermana a no más de dos metros habló con ella, no sé qué le diría pero unos siete minutos después entró Andrea, me saludó y se fue a su habitación, detrás de ella entró Silvia.
Claudia: ¿Qué pasó?
Silvia: Pues al parecer no le va a decir nada a mi mamá, pero no sé… creo que mi madre le paga para que le diga si te he visto, o tan sólo si te he nombrado.
Claudia: Bien, si ese es el problema, que me diga la cantidad que le da su madre y le doy el triple, sabemos que es fácil comprar a un niño- No quería separarme de ella, debía impedir que mi suegra se enterara, aunque lo sospechaba no estaba segura al cien por ciento que su hija y yo andábamos.
Silvia: Es que no es sólo eso, ya intenté comprar a Andrea, pero mi mamá la presiona psicológicamente, la hace llorar y la maltrata hasta que le dice- Hija de la chingada, no hay otra forma de describir a mi suegra, eso pensaba de ella, como que torturar a una nena de tan sólo 8 años, que maldita la vieja.
Claudia: Mi amor, no quiero que esto te cause problemas, mejor me voy, habla con Andy y luego nos vemos.
Silvia: Está bien, te amo- nos besamos nuevamente.
Yessenia: Yo también me voy, Clau me voy contigo. Adiós Chivis.
Silvia: Adiós, se cuidan.
Claudia: Tú también mi amor, te amo.
Salimos de la casa de mi peque, mientras íbamos a nuestras casas, Yessenia y yo hablábamos sobre lo sucedido y sobre qué le podía haber dicho Silvia a Andrea.
Compré un celular, con cámara de 3 mpx. Memoria interna de 4 Gb. Reproductor de MP3, cámara de vídeo, con un muy elegante manos libres por bluetooth, llené de su música favorita la memoria, y un poco de fotografías de ella y mías, en algunas estábamos las dos, en situaciones un tanto vergonzosas, como besándonos, y acciones así. Hice una inyección de saldo, por mil pesos (mexicanos), y lo llevé a la escuela, sólo llevé el celular y el cargador, le pedí que lo usara, porque lo compré para ella.
Tres o cuatro días después, mi princesita y yo conversábamos mientras preparaba un delicioso frappe para mi niña.
Silvia: pero ¿nuestros hijos serán como tu?- se hacía la preocupada
Claudia: Claro mi vida, porque serán mis hijos y claro los tuyos- le dije sonriendo, aún sin entender el comentario.
Silvia: mi vida, no me refiero a la genética, sino a su forma de ser…
Claudia: Bueno, leí que eso depende de los genes, es decir, lo que predomine más entre tú y yo, pero ¿Por qué te preocupa eso mi amor?-
Silvia: Pues, ¿serán así de loquitos como tú?- sonaba inocente pero sé que quería jugar-
Claudia: Pues…- “si quieres jugar, hagámoslo”, pensé -creo que sí… aunque lo que a mí me preocupa es otra cosa- Traté de estar seria y que mi voz sonara preocupada
Silvia: ¿Qué te preocupa bebé?
Claudia: Pues que serán así de caprichosos, latosos, y fresas como tú- Jajaja!!! Me la cobré
Silvia: Oyeee!!- sacó la lengua como los emoticones del Messenger –yo no soy así…
Claudia: Sí lo eres mi niña- le dije con una amble sonrisa
Silvia: Claro que no- decía riendo, sabía que era cierto, pero se empeñaba en decir que no.
Claudia: amorcito, sí lo eres…
Silvia: pero ¿así me amas?
Claudia: pues ya que- su carita reflejaba enojo, algo así “¬¬”-Jajaja!! Mi amor- me acerqué a ella, que estaba recargada en la barra de la cocina- te amo- tomé su cara entre mis manos y pegué mi nariz a la suya –Te amo demasiado, te amo como eres, amo todo de ti, tus defectos y virtudes, tus caprichos y tus debilidades- besé su frente –amo tu esencia, tus caricias, tu boca, tu cuerpo, amo todo de ti-
No me respondió con palabras, expresó una gran sonrisa, la tomé de las manos y comenzamos a jugar tocándonos, nos besábamos desesperadas, sin parar de tocarnos y como esperando llegar más lejos esta vez. Estaba completamente segura de querer estar con ella.
Claudia: Vamos a mi habitación mi amor- Me la llevé de la mano, subimos al segundo piso y nos metimos en mi alcoba.
Silvia se giró hacia mí, ya que entró primero, la tomé de la cintura y nos besamos nuevamente, cerré la puerta con seguro, y me la llevé hasta el borde de la cama, la hice caer y yo sobre ella. Esta vez el momento había llegado. Me levanté de la cama y fui hacia la ventana, cerré las cortinas mientras mi niña me esperaba en la cama, recostada sobre mis cojines.
La observé algunos instantes, tan hermosa, tan inocente y a la vez tan pasional que me enloquece, esa era mi mujer, la única que yo podía amar de verdad. Me acerqué lentamente, subí a la cama y me posicioné sobre ella, de inmediato subió las manitas y las posó sobre mis mejillas, así me acercó a ella, nos besamos dulcemente para después continuar el beso de una forma más pasional.
Metí una de mis piernas entre las suyas para así separarlas, pasé mis manos por su costado, desde sus piernas hasta sus senos, dejé su boca para después y besé su cuello que estaba ya muy húmedo por el sudor que mis caricias le propiciaron. Daba pequeñas mordidas sólo con los labios en la piel de su cuello, su sabor era exquisito, único e inigualable.
No aguanté más y levanté su playera, pasé mis manos por su abdomen, seguí descubriendo su piel con mis dedos, llegué hasta sus senos, fue exquisito sentir el calor de su piel. Con cuidado me incorporé y la tomé de las manos, la hice levantar y la pegué a mi cuerpo. Lentamente levanté su playerita y la quité por completo de su cuerpo, desabroché su brassiere y también me deshice de él.
Claudia: mi amor eres lo mejor de mi vida, te amo princesita, nunca lo dudes mi amor- Susurré a su oído.
Silvia: Te amo…
Nos besamos nuevamente, la abracé y disfruté del aroma de su piel desnuda en mis manos.
Pero tampoco ese día hicimos el amor, no arruinaría los momentos de romanticismo con la pasión que me hace desbordar esa hermosura de mujer.
Semanas después, luego de las vacaciones de fin de curso en las que mi princesa y yo pasábamos las horas mandándonos mensajes de texto y llamadas clandestinas durante la noche, llegó el día de clases del nuevo ciclo escolar. Ese día en que más que nunca deseaba mirar a mi princesa, llevaba tiempo mirándola sólo en las mañanas antes de que llegara su mamá y sólo por espacios de tiempo muy pequeños por fin estría cerca de mi princesa.
Días después mientras planeábamos una exposición acerca de la sexualidad y todo lo relacionado a ésta, mientras aportábamos ideas para la exposición, comíamos una pizza en forma de Mickey Mouse que yo le preparé a mi princesa. Al terminar de planearla después de varios días, un viernes por la tarde Silvia y yo estábamos abrazadas en el sillón de la casa de Yessenia y hablábamos sobre cuántos bebés deseábamos y nuestros planes a futuro. Para ese entonces, Silvia llevaba guarda espaldas a la escuela.
Nunca me imaginé que ese viernes sería el último en que besaría a mi princesa. La semana transcurrió de maravilla, el viernes mí princesa no encendió su teléfono, pero el sábado fue fatal, el primer mensaje lo recibí a las 6:43 a.m. que decía “hola estás enojada?” y el segundo que fue cuando desperté a las 6:47 a.m. decía “Perdóname” de inmediato le respondí y le dije que no estaba enojada, al leer el segundo mensaje comenzaron una serie de taquicardias presentía algo, pero aún no sabía qué era.
Me confesó que un día antes (el viernes 11 de septiembre) había salido con unos amigos, entre los cuales estaba su ex novio Ricardo y que la besó, me dijo que sintió asco de ese beso, algo que no quise creer. El teléfono fue apagado en medio de la conversación, por lo que de inmediato me levanté para ir a buscarla, pero en su casa no estaba, Jessica me comentó que su abuela se puso mal y que justo a esa hora se fue al hospital. Traté de calmarme, en la tarde habló mi primo con ella, él estaba realmente molesto por lo que pasó.
Silvia me pidió perdón, la perdoné porque mi amor era más fuerte que todo eso, pero me seguía doliendo en el alma. Se llegó el 15 de septiembre, cuando recibí un mensaje donde me decía que su mamá le cachó el celular y que estaba sumamente molesta, además leyó todos los mensajes que teníamos, miró las fotos y las llamadas nocturnas. Ese día por la noche nos vimos, lloró demasiado, me dijo que tenía miedo y para colmo cuando miró a Ricardo, fue y lo abrazó, eso me destrozó el alma.
Dejé que hiciera lo que deseaba, luego me fui a mi casa, prácticamente no pude dormir, al día siguiente fue el desfile por la celebración de la Independencia de México. Luego del desfile le exigí que habláramos, pero sólo me dijo “ve por tu celular con mi mamá” y se fue. Y así lo hice, fui a buscar a su madre para enfrentar contra lo que fuera e intentar recuperar a mi niña. Su madre me dio el teléfono y me pidió que dejara en paz a su hija, no pude responder lo que hubiese querido porque enseguida se fue y me dejó ahí en medio de la calle.
Lloré toda la tarde, pensando en que realmente eso se había terminado. Lloré y lloré hasta que mi alma se sintió limpia, cuando por fin logré dejar de llorar me decidí a buscarla, planee un encuentro en la casa de Yessenia, quien accedió a “mi último” favor, no sabía que en verdad sería el último. Nos vimos, preparé una pizza y la comimos, nos besamos por última vez ese día y la acompañé a unos metros cerca de su casa.
Busqué a la madre de Silvia, y me dijo que tenía que alejar a su hija de mí, accedí a eso porque no soportaría ver sufrir a mi niña. María prometió retirar los guardaespaldas a silvia, si yo hacía que ella por su propia voluntad y sin culpar a su madre, se alejara de mí. Enseguida fui y la busqué. Subió a la moto y paré en un lugar solo y alejado.
Silvia: qué pasa amor?-
Claudia: bájate-Silvia se bajó de la moto.
Silvia: qué vamos a hacer mi amor?- me preguntaba, sabía que quería ser mía, lo deseábamos tanto.
Claudia: mira niñita –no sé de donde diablos saqué la fortaleza para hablarle así- ya no quiero estar contigo, no te amo, ni te quiero, sólo eres un juego en mi vida- silvia rompió en llanto.
Silvia: no juegues amor, yo sé que tú me amas- me apretó hacia ella.
Claudia: suéltame- me alejé de ella, aunque me dolía en el alma- crees que te amo? Crees en verdad que yo puedo amar a una niña como tú? Que mal estás-
Silvia: bésame, bésame y luego me dices que no me amas-
Claudia: no- sabía perfecto que si me besaba, sería el fin de mi mentira- me das asco, sabes? Tengo una chica a mi lado, alguien que si es capaz de provocar amor, una mujer de verdad y no una niñita como tú.
Subí a la moto y la dejé ahí, solo y desprotegida, mis lágrimas comenzaron a caer sin control
El lunes en la mañana en la escuela Silvia ni sus amigas me hablaron, pregunte qué pasaba y la respuesta me dolió en el alma. Me dijo que no quería saber nada más de mí, que yo sólo le hacía daño y que no me amaba. Pero yo provoqué eso y tenía que ser fuerte. Nunca más volvimos a hablar.
Durante Las clases, cuando yo preguntaba algo, o decía algo, ella enseguida e apresuraba a responder, a los que yo correspondía de la forma más grosera con algo así como “tú no et metas que contigo no estoy hablando”. Me alejé de ella a pesar de que me dolía en el alma. Silvia terminó odiándome, como su madre lo deseaba.
2 años después…
Hola soy Clauxs. Actualmente estudio Informática y diseño gráfico, he tenido algunas parejas sentimentales. Con la última terminé hace menos de una semana, en verdad la amaba. De Silvia sólo sé que anda con un chico bisexual, hijo de un político. (Por obvias razones está con él).
Muchas gracias a todos mis lectores por haberme seguido a lo largo de este tiempo, en verdad gracias. Por medio de esta página conocí a una que otra de mis parejas, y la verdad gracias por existir TR.
Quiero aclarar que no se si vuelva a relatar en línea, por ahora estoy muy ocupada en mi negocio y en mi carrera. Gracias.
Un beso enorme.
CLAUX’S