Te odio por hacerme amarte tanto (11)

Lo prometido es deuda... no me gusta deber así qué aquí está el capítulo 11... disfrutenlo como yo me deleité escribiendolo =) un beso y gracias pro sus comentarios. mil disculpas pro la ortografía.

Continué tomando mi cooler, mientras Silvia bromeaba con las canciones. De repente sonó el teléfono de la casa, me levanté para mirar el número, la pantalla decía "Martín casa", en ese momento levanté la bocina y hablé.

Claudia: hola, qué pasa?

Martín: ouch! Sorry Clau es que no voy a poder ir –me giré para ver a Silvia, mi mirada irradiaba felicidad- es que tengo que salir con mis papás –enseguida le interrumpí emocionada-

Claudia: claro, está bien. Lo dejamos para después –dije guiñándole el ojo a Silvia quien no entendía cosa alguna-

Martín: un saludo a Silvia

Claudia: claro, de tu parte. Hasta luego.

Martín: nos vemos. Bye.

Colgué y Silvia reía con carita de pregunta

Silvia: quien era?

Claudia: mi primo Martín, lo invité con la esperanza de que no viniera, y así es. No puedo venir –dije eufórica-

Silvia: no quieres a tu primo –dijo sarcástica-

Claudia: ni a ti –dije bromeando- pero pues que más hago- regresé a la cama-

Silvia: ah! Si? –se levantó de golpe y su cooler cayó sobre el teclado de la computadora- perdón alcanzó a decir muy apenada –voy a buscar algo para secar

Claudia: tranquila –no dejé que saliera de la habitación- yo lo limpio –hice que se sentara de nuevo. Fui por una franela para limpiar ese desastre.

Silvia: el teclado quedará pegado por el azúcar que contiene –dijo casi a punto de llorar-

Claudia: hey! –Levanté su carita hermosa y me di cuenta de que estaba a punto de llorar- tranquila, no es tu culpa

Silvia: pero si fuera más cuidadosa no hubiera pasado esto

Claudia: ya cálmate –la abrasé a mí- esto se soluciona

Silvia: y si le pongo perfume al teclado para que no huela a alcohol? –Dijo con su mirada puesta en mí con un rayo de esperanza-

Claudia: jajaja si eso te tranquiliza –tomé un perfume que estaba ahí cerca y se lo ofrecí- adelante- Silvia llenó el teclado con perfume y luego me lo regresó. Parecía más tranquila.

Comenzamos a reír mientras yo seleccioné una canción, "te amo" Alexander Hacha. La puse 2 veces en la lista de reproducción, dejé mi botella en el escritorio, al lado de la computadora. Fui a la cama, y me recosté en la orilla de esta, pegada a la pared, luego Silvia giró en sillón y me dijo "floja" entre risas, y supuestamente me molesté por eso así que tomé un cojín de la cama y se lo aventé a la cara, luego éste cayó al piso. Silvia se levantó "indignada" (riendo), levantó el cojín y me lo aventó, sólo me moví un poco para esquivarlo y burlarme a gritos abiertos de su puntería.

Silvia se estaba doblando de la risa, y yo con ella. Estaba sumamente nerviosa, había gran tensión entre ella y yo en ese momento, al llegar a la cama, Silvia cayó al piso enseguida me acerqué al final de la cama y le ayudé a levantarse, se recostó dándome la espalda, calladas las dos. Yo estaba tras de ella solo observando, de repente un gran miedo me invadía, y en otras ocasiones deseaba abrazarla, todo esas sentimientos pasaron por mí en menos de 15 segundos, hasta que me armé de valor.

Pasé mi brazo izquierdo por su cintura, ella movió el suyo para que el mío quedara bien acomodado, luego entrelazamos nuestras manos. Me pegué completamente a ella, aspiré su aroma, su cabello estaba en mi cara. La respiración de Silvia se aceleró de inmediato, mi corazón palpitaba a más no poder. Mis piernas estaban tras las suyas, estábamos aun muy tensas y no queríamos soltarnos.

Silvia comenzó a acariciar la piel de mi brazo con las yemas de sus dedos, mientras yo jugaba con su mano en la mía. Silvia se movió un poco, haciendo que su trasero quedara más pronunciado y más pegado a mí. Luego de unos instantes comentó.

Silvia: te has enamorado alguna vez? –dijo con voz temblorosa

Claudia: sí –no me di cuenta cuando hablé- de ti

Silvia: por qué nunca me dijiste?

Claudia: por miedo –dije temerosa- creí que me rechazarías

Silvia: qué? Claro que no, nunca hubiera hecho eso –tomó mis dos brazos y se enredó en ellos, los colocó alrededor de su cintura y acomodó su hombro para que yo pusiera mi cara en su cuello, así lo hice.

Claudia: te amo –besé dulcemente su cuello y ella abrazó mi cabeza para que no me separara de ahí-

Silvia: ahh! –Dio un pequeño gemido- eso es muy excitante –luego comencé a succionar levemente su cuello- sé delicada al hacerlo, mi madre está siempre atenta a las marcas de chupetones y cosas así – no hablé, solo escuché y continué con mi labor-

Seguí besando su cuello y jugando con la punta de mi lengua en su piel. Seguí jugando mientras Silvia comía dulcemente sus chocolates, y en ocasiones me besaba con sabor a chocolate; una sensación en verdad única. Comenzó una canción de rock, algo que hizo que el romanticismo se me fuera y llegara la risa.

Claudia: por Dios –dije riendo- esa canción me corta la inspiración

Silvia: ah! No –como me gustaba verla jugar así con las palabras- si te quita la inspiración entonces cámbiala –su sonrisa era demasiado pícara- y por una inspiradora –dijo burlona

Me levanté sin pensarlo, cambié de canción e hice una nueva lista de reproducción con canciones muy románticas. Estaba sumamente nerviosa, giré para verla y estaba recostada en la cama, con los brazos abiertos a mí.

No hice esperar a mi amor, enseguida me abalancé sobre ella, comencé de nuevo a recorrer con mi lengua cada centímetro de su cuello, mientras ella colocaba sus brazos alrededor de mu cuello y abría cada vez un poco más las piernas dejando así pasar libremente mis piernas, y con las suyas enredadas en mi, sus piernas sobre mi trasero, parecía increíblemente aferrada a mí.

Besé hasta donde me fue posible, luego tomé un chocolate, le quité la envoltura y troné con mis dedos, hice que el relleno comenzara a salir suavemente, lo dejé caer sobre la mejilla de Silvia, quien estaba asombrada de lo que hacía.

Aún con el chocolate sin relleno en la mano, comencé a lamer con la punta de mi lengua el delicioso relleno sabor tequila. Luego pasé la yema de mi dedo índice sobre su labio inferior y deposité de golpe el chocolate, mi adorada niña comenzó a lamer el chocolate dentro de su boquita, al ver que el chocolate le estaba fascinando y que el relleno estaba terminado comencé a succionar de su mejilla por lo que aprisioné no solo la piel de su mejilla sino también el chocolate dentro de ella. Silvia rió por unos instantes mientras intentaba quitarme el chocolate, con mis manos acaricié su cabello y su otra mejilla.

Silvia: que quieres? –Dijo quitando mis manos de ella y alejándose de mi-

Claudia: ammm -su actitud me descontroló- que quiero de qué? –comenzó a jugar con mi cabello entre sus dedos

Silvia: no se… -dijo seduciéndome con esa mirada que simplemente me derretía- un beso… -pasó por mis labios su dedo índice- o algo así

Claudia: lo quiero… -acerqué mi cara a ella- lo quiero todo -en cuanto terminé la frase, abrí mis labios dejando salir mi lengua que desesperada quería entrar en su boca.

Silvia abrió de inmediato su boca, recibió muy bien a mi lengua, pero no se movía en lo absoluto por mi beso, no movía ni un musculo de la cara, algo que me preocupó. Intenté separarme de ella para preguntar qué ocurría pero en ese momento comenzó a juguetear con mi lengua con movimientos algo torpes.

Besé intensamente y luego dulce, quería enloquecerla con mis besos permanecimos besándonos más de una hora, sin hablar dejamos que nuestros cuerpos y leguas se entendieran a la perfección como hacía mucho tiempo lo deseábamos. Cuando se nos agotaba el aire y nos faltaba la respiración dejábamos de mover nuestras lenguas para respirar y recuperar la respiración pero sin dejar de tener unidos nuestros labios.

Luego de eso me incorporé, la tomé suavemente de las manos, se levantó y comencé a separarme de ella, luego uní mis manos a sus mejillas, con las yemas de mis dedos hice una suave y dulce caricia mientras Silvia cerraba los ojos. Dejé caer lentamente mis manos por su cuerpo, recorrí su cuello, bajé por sus hombros, acaricié sus brazos, tomé sus manos entre las mías mientras ella sonreía yo besé sus manos, una a una.

Luego tomé sus brazos y los uní rodeando mi cuello mientras mis manos y brazos rodeaban su cintura, Silvia quiso besarme en la boca, no se lo permití, la abracé fuertemente a mí. Luego separé su cara de mi pecho y besé suavemente su frente. Susurré a su oído un "te amo". Luego levanté su cara y le besé sin apenas rosar sus labios con los míos. La volví a abrazar y permanecimos un tiempo en esa posición. Sin soltarnos, comenzamos a platicar.

Claudia: Silvia

Silvia: si

Claudia: nunca pensé poder estar así contigo

Silvia: cómo? .intentó separarse de mí para ver mi rostro pero no se lo permití –no te gusta esto que está pasando?

Claudia: me fascina… -mi voz se tornó muy seria- es sólo que bueno, creí que nunca estaríamos así, creí que no me harías caso… bueno te diré la verdad

Silvia: de qué verdad hablas? –dejé que se separara de mi para vernos a los ojos

Claudia: ven, siéntate aquí conmigo –di una palmadita en la cama-

Silvia: de que hablas? A qué te refieres? –sonaba alterada-

Claudia: tranquila, lo que te quiero decir es esto. Hace seis meses me di cuenta de lo que provocabas en mí, como meta me puse conquistarte antes del 31 de diciembre de este año. Suena absurdo pero todos los días recordaba mi objetivo. Utilicé la ley de la atracción para atraer lo que más he deseado. Aunque había algo que me decía que no estarías conmigo pro completo, más sin embargo nunca dejé de soñar y anhelar esto. Y en mi teléfono tengo tu foto, siempre te veo, y recuerdo cada segundo mi objetivo.

Silvia: siempre consigues lo que quieres verdad?

Claudia: hace algunos meses me preguntaste que como hacía para tener siempre lo que deseo. Ahora te confieso el pequeño "secreto", es tan solo desearlo en verdad con el alma, y el universo hace que las cosas se pongan a tu favor. Pero ojo con la ley de la atracción, pues las cosas malas también se atraen pero son rechazadas

Silvia: explícame eso

Claudia: sí. Por ejemplo si tú piensas "no quiero morir", y lo piensas demasiado el universo rechaza el NO y solo queda el "quiero morir" por lo que sucede. Por eso es que hay que pensar positivo

Silvia: y así fue como llegamos hasta aquí?

Claudia: si… siempre consigo lo que deseo de esa manera

Silvia: podemos platicar después? –me suplicó- es tarde y mi madre… bueno tu sabes

Claudia: claro, te acompaño a la puerta

Tomé a Silvia de la mano, y entes de salir de la habitación la tomé nuevamente de la cintura y la besé dulcemente cerca de diez minutos. Luego la abracé por la espalda y fuimos a la puerta, bajamos las escaleras y antes de salir apagué la luz y la abracé, la besé dulcemente y acariciaba su cabello mientras el beso pasaba de dulce y tierno a erótico y voraz. Comencé a bajar mis manos hasta sus glúteos pero Silvia rió de nervios y subió mis manos hasta su cintura. Luego nos besamos y se fue. Me quedé pensando en lo que pasó algunas horas. Luego cené con mis padres y nos fuimos a nuestra casa que estaba a unos diez minutos de ahí. Después me dormí pensando en Silvia.