¡Te odio hermana!

Entre el amor y el odio. El incesto.

Te odio hermana

Daniel se sentía arto, fatigado por la situación familiar hasta tal punto que decidió irse de su casa. A sus 25 años ya era autosuficiente para mantenerse solo y en su casa no necesitaban de el. La posición familiar era de clase media alta por lo que en cuestiones económicas no había problemas. El problema eran las relaciones familiares. Su insoportable hermana Patricia de 21 años que sentía que el mundo no la merecía y el despego de sus padres que vivían su propia vida, ella en sociedad y el con sus amantes mientras la familia se desmoronaba.

-¡Me largo de esta casa!- grito durante la cena.

Nadie le hizo caso, ni siquiera voltearon a verlo, Patricia solo levantó la ceja diciéndole.

-Pues date prisa y así podré poner mi estudio en tu recamara.

Eso fue todo, ni un "adonde vas" o "que vas a hacer" nadie le dijo nada mas, como si desearan que se largara de una vez. Subió a su recamara, empaco su ropa y enceres necesarios, salio y se subió a su carro largándose para siempre de la casa familiar.

Durante tres años no tuvo comunicación con ellos, hasta que su padre murió de un infarto que le dio en casa de una de sus amantes, fue la comidilla de la sociedad por un par de días, pero su madre lo supero rápidamente para dedicarse a sus placeres, pero Patricia se sintió mas afectada. De pronto se dio cuenta que estaba sola, que su hermano y ella se odiaban, que no le importaba a su madre.

Daniel en estos tres años había tenido dos relaciones pero no habían llegado muy lejos y ahora a los 28 años empezaba a tener necesidad de alguien a su lado. Durante su estancia se la paso peleando con su hermana, como era siempre.

-¿Qué, pudiste dejar a tus putas para venir a enterrar a tu padre?- le dijo Patricia.

-¿Y tu ya encontraste un pendejo que te desvirgue? Le contesto Daniel.

-¡Yo no soy como las putas con las que tratas!

-Pues ya quisieras parecerte a ellas.

En el entierro de su padre casi no cruzo palabra con su madre y su hermana, en cuanto pudo se regreso a Veracruz que era donde lo había destinado la compañía donde trabajaba. El puerto bullanguero y fiestero le permitía correr aventuras constantemente, por lo que se la pasaba de fiesta en fiesta. Tenia dos "amigas de planta" con las que tenia mas relación, pero se sentía solo, algo le faltaba y no sabia que.

Así pasaron dos años mas en los que Daniel escaló un par de niveles llegando a sus treinta años a un puesto ejecutivo. Mas dinero, mas lujos, mas amantes, no podía quejarse. De pronto un día, sin esperarlo ni desearlo sonó el teléfono.

-¡¡Rinng, rinng!!

  • ¡Si, bueno, quien habla!

Al otro lado de la linia se hizo el silencio por unos segundos.

-¡¡Puta madre!!- se dijo Daniel- han de ser los putos que se hacen pasar por los zetas y te amenazan de secuestro.

Unos segundos después se escucho la voz de Patricia, lejana, quejumbrosa, distante.

-Soy yo Daniel, Patricia, tu hermana.

-¡¿Pasa algo, están bien madre y tu?!

-Nada Daniel, estamos bien. Solo hablaba porque quiero pedirte permiso para ir a visitarte, quiero hablar contigo.

Daniel pensó en mandarla al carajo, pero algo dentro le dijo que no, que era su hermana y aunque se odiaran tenia que escucharla.

-¿Cuando vendrías?

  • El viernes en la noche y me regresaría el domingo en la tarde.

Daniel pensó "puta madre un fin de semana perdido" pero no se atrevió a expresarlo.

-Está bien, el viernes te espero.

A pesar de que era martes a Daniel le pico la curiosidad por la visita de su hermana y el viernes en la tarde ahí estaba en la estación de autobuses esperándola y a las 18:00 horas patricia bajo del A.D.O. que la traía de la ciudad de México. No se abrasaron ni se besaron en la mejilla, Daniel solo tomo su equipaje y lo subió al coche para ir a su departamento en el bulevar M. Alemán V. Llegando Daniel bajo las maletas y le dijo a su hermana.

-Tendrás que dormir en el sofá-cama de la sala pues solo tengo una recamara, la otra la tengo como oficina para cuando trabajo aquí.

Daniel esperaba una respuesta agresiva pero para su sorpresa Patricia le dijo.

-Está bien, estaré cómoda.

Patricia se instaló y después Daniel le propuso ir por la cena, por lo que fueron por unos tamales de hoja en plátano que a Patricia le encantaron, después de la cena Daniel le preguntó.

-Bueno, ¿Qué querías decirme?

-Este…….bueno………pues, mamá se va a casar de nuevo.

-¡Vaya! ¿Ya encontró otro pendejo?

-Pues si, ya lo encontró, pero el caso es que yo ya no quiero vivir con ella.

-Ahh si, y tu que dijiste, ahora me le cargo al pendejo de mi hermano.

-Daniel……por favor…..solo seria un tiempo mientras encuentro trabajo.

De pronto Daniel sintió un extraño placer en humillarla, en sentirla desvalida, en tenerla en su poder.

-Pues el tiempo que estuvieras aquí serias la que limpie la casa, haga la comida, lave la ropa.

Patricia con los ojos bajos le contesto.

-Seré tu esclava.

Daniel no supo por que, pero de pronto le pregunto.

-¿Aun eres virgen?

Patricia cambio de colores, bajó mas la mirada y le dijo.

-Si, aun lo soy.

-Pues en estos tiempos a los 26 años es casi una vergüenza.

Patricia no contestó nada.

-Bueno, trato hecho, ¿Cuándo te vienes en definitiva?

-Mañana llegan mis cosas, ayer las mande por Estafeta.

-Hombre, estabas muy segura de que aceptaría.

  • Al fin a al cabo eres mi hermano ¿O no?

A partir de esa noche se organizaron para vivir juntos, Daniel puso reglas que ella no objetó, siempre a su favor. A que hora se apagaba la televisión, a que hora se comía, turnos para el baño, etc. Las cosas de Patricia llegaron tres días después y las recogieron. Sin darse cuenta entraron en una rutina de vida y Daniel cada que podía la humillaba disfrutando al hacerlo.

  • Si no cambias tu carácter te vas a quedar virgen toda la vida, nadie se te va a acercar, deberías vestirte mas atrevido.

Día a día era lo mismo durante dos semanas y Patricia solo bajaba la cabeza o cambiaba de color soportándolo todo. Al segundo viernes que pasaba ella ya instalada Daniel andaba de un humor de los mil diablos pues se le había caído un plan con una de sus amantes, por lo que la tomo contra su hermana.

-Yo creo que en el fondo eres lesbiana. No es posible que a tu edad seas virgen aun.

Esta vez Patricia se sintió indignada y se abalanzó contra su hermano con las uñas al frente para arañarlo, pero Daniel la agarro de las muñecas deteniéndola y doblándole los brazos.

-¡Quieta fiera! ¿Acaso crees que puedes conmigo?

Sus cuerpos quedaron unidos y Daniel respiró el aroma del cuerpo de su hermana lo que lo excitó sobremanera y tomándola por los cabellos de la nuca la atrajo hacia si y la beso en la boca. Patricia se sorprendió ante la situación, pero no rechazo la caricia. El la soltó con la misma rudeza con que la había atraído diciéndole.

-Tu lo que necesitas es un macho que te haga mujer, que te haga conocer los placeres del sexo.

Patricia había descubierto que dentro de la humillación de que era objeto había encontrado placer en un beso prohibido y decidió llegar más lejos sin imaginar hasta donde.

-Pues a ver si me presentas uno de verdad y no como tú que solo presumes de tal.

Daniel nunca había sido violento en sus relaciones, al contrario era un hombre dulce y considerado con sus amantes, pero su hermana lo sacaba de quicio y algo dentro de el brotó, algo maligno, brutal, sucio y degenerado. Tomo a su hermana por los hombros diciéndole.

-¿Así que quieres conocer un hombre, a un macho que te domine? Pues lo vas a conocer hermanita.

La tomo nuevamente por los cabellos de la nuca y la obligó a hincarse ante el, se abrió la cremallera del pantalón y se saco la verga que estaba medio morcillona diciéndole a su hermana.

-¡Mámamela, mámamela como la puta mas barata, quiero venirme en tu boca!

Y ante la sorpresa de ambos Patricia se metió la verga de su hermano en la boca y comenzó a mamarsela. Primero lentamente y después con fruición, a tal grado era su placer que los líquidos seminales de su hermano le parecieron deliciosos. Lo que tanto había leído y visto en libros y filmes pornográficos ahora ella lo experimentaba.

-¡Ugg hermanita! Para no tener experiencia lo haces muy bien……….síguele que me gusta mucho……..eres mi esclava y harás lo que te mande.

Patricia no bajo el ritmo, sentía que si se ponían a pensar lo que estaban haciendo el momento se rompería y quería llegar al final, probar el sabor del semen de un hombre por primera vez, no importaba que fuera su hermano, al contrario, lo hacia mas excitante.

-¡Siiiii……..paty……así…..ahora los huevos hermanita……..siiiii……..Ufff….que rico lo haces.!

De pronto Patricia sintió en su vagina un escurrimiento y una deliciosa sensación como cuando se masturbaba, fue tal su placer que acelero sus movimientos provocando que su hermano derramara su semen en su boca en tremendos chorros de esperma que ella tragó con placer infinito. Nunca pensó que llegaría tan lejos, pero ya que había llegado quiso disfrutarlo. Durante unos segundos los dos estuvieron en la gloria hasta que recobraron el sentido. Entonces Daniel decidió que no dejaría que ella meditara sobre lo que había pasado y decidió actuar a su vez. La levanto de su posición y la beso en la boca, la recostó sobre el sofá-cama y le levanto la falda bajándole los calzones. Ella se dejó hacer entre sorprendida y gozosa y su sorpresa fue mayo cuando su hermano con ternura la beso en la boca, el cuello, le abrió la blusa y le chupo los pezones y lentamente llego a su vagina dándole la primera mamada de su vida. Ella se elevo al infinito arañando el sofá, acariciando la cabeza de su hermano y gimiendo en voz alta.

-¡Ayyy Daniel que rico siento, seré tu esclava si me sigues haciendo esto….Ufff que placer!

Daniel con maestría atacó el clítoris, los labios vaginales y las paredes internas de la vulva de su hermana, ella ya no sabia de si y el clímax llego cuando su hermano delicadamente introdujo su dedo medio en su ano. Ya no soportó más y dejo correr sus jugos que su hermano recibió en la boca. Continuo un par de minutos mas con la caricia hasta que ella bajo de las alturas.

-Como comprenderás esto no puede volver a suceder- le dijo a su hermana.

-¿Por qué no? Yo lo disfrute mucho y creo que tu también.

-Si, pero somos hermanos.

-¿Y eso te preocupa? Tu, el rompe esquemas, el rebelde, al que nada ni nadie detienen, ¿ahora le tienes miedo a la palabra incesto?, se me hace que todo en ti es mentira.

Ella se dio cuenta de que lo estaba provocando, que disfrutaba en hacerlo estallar, que deseaba que el la poseyera pero no tiernamente, sino en un arrebato de furia y pasión.

-No me provoques Patricia, ya llegamos demasiado lejos.

-Pues con que poco te conformas, ahora resulta que yo, la virgen impoluta soy mas atrevida que tu, el galán de pacotilla. Tendré que buscarme un macho que me enseñe en verdad como gozar y disfrute de mi virginidad ya que mi hermanito me salio medio marica.

Daniel llego a su límite, al ver a su hermana sentada en el sofá con la falda remangada hasta la cintura, la blusa abierta, con las tetas al aire y la vagina aun húmeda de las secreciones recientes, no lo soporto más. La tomo reciamente y la llevó a la recamara donde termino de desnudarle, se desnudo el mismo y la tiro sobre la cama, le abrió las piernas y reinicio una mamada en la vagina de su herma, la volteo boca abajo y le beso el culo dándole lengua por el ano. Patricia esta descontrolada de placer.

-¡Demuéstrame que tan macho eres!…….. ¡Desvírgame!……… ¡rompeme el culo!……… ¡hazme tuya cabrón!

Daniel llego al paroxismo de la lujuria, todo el odio que durante años le tuvo a su hermana se convirtieron en deseo salvaje, en pasión, en ganas de estar dentro de su cuerpo, continuo tres o cuatro minutos mas dándole lengua en la vagina y de pronto se irguió con la verga en toda su dureza. Se coloco entre las piernas de su hermana y apuntó la punta de su pene a la entrada vaginal. Ella esperaba un ataque violento pero el muy suavemente introdujo los primeros centímetros, después le dijo al oído.

-Relájate.

Ella aflojo el cuerpo y el empujo rompiendo el himen de su hermana, unas gotas de sangre escurrieron por lo largo del pene de Daniel pero esto no lo detuvo. Completó la penetración y le concedió unos instantes para que ella se relajara por completo y después inicio un ritmo de mete y saca que llevaron a Patricia a las alturas del placer.

-¡Te odio hermano! ¡Te odio porque me haces gozar!

-¡Yo también te odio, te crees lo mejor del mundo no eres mas que otra puta deseosa de verga, de la verga de tu hermano!

-¡Siii…….me gusta tu verga…..tu odiosa verga!

Continuaron la cúpula por varios minutos entre ofensas y retorcijones de placer, ella tuvo un orgasmo más y Daniel se reservaba. Cuando consideró que ya estaba lista entonces se salio de ella y la volteo boca abajo, le abrió los globos de sus nalgas y apunto su tolete al rosado orificio anal de Patricia.

-¡Que haces, bastardo!

-¡Te voy a romper el culo! ¡Ese culo que tú presumes inmaculado será mío a partir de hoy!

-¡Eres un hijo de puta! ¡De nuestra puta madre!

-¡Y tu una perra cachonda igual que ella!

Al sentir que la cabeza del pene de su hermano entraba en su orificio anal Patricia empezó a quejarse en voz alta.

-¡Ugg….ayyyy….uffff……me duele cabron!

Pero Daniel descubrió que ella no hacia por deshacer el contacto, sino al contrario, poco a poco ella sola se fue empalando en la verga de su hermano, hasta que entro por completo. El sin dejar de ofenderla le dio tiempo para que se acostumbrara a la sodomisación y cuando la sintió lista empezó a atacar con fuerza.

-¡Que rico culo tienes pinche puta barata! ¡Aprietas muy sabroso!

-¡Cabron, hijo de puta, padrote de tres al cuarto!

  • ¡Siéntela hermanita, siente esta verga que te hace gozar, a partir de ahora te entrara por todos lados porque eres una puta caliente!

-¡Pues tu goza mi culo porque ha de ser el primero virgen que te coges! ¡Nadie te dará mas placer que yo a pesar que nos odiemos!

El placer en los dos era enorme, el sentía como el conducto rectal de su hermana le apretaba el cilindro de carne y ella no distinguía donde sentía mas placer, si en la vagina o en el ano. Fueron elevando cada vez más sus sensaciones hasta que los dos estallaron en un mar de semen que su hermano depositó completo en su culito recién desvirgado, ella sintió como si fuera una lavativa y el sintió una inmensa calidez en la actitud de su hermana que recibió todo su esperma sin demostrar rechazo, dándole tiempo a que descargara todo lo que traía adentro. Después de esto dejaron pasar un tiempo y se quedaron acostados, abrazados uno al otro, besándose tiernamente como los amantes que ya eran.

-Te odio hermana, te odio

-Yo también te odio hermanito.

-Te voy a odiar toda la vida.

-Yo también hermanito……………..y también voy a odiar los hijos que tendré de ti.

  • ¿A cuantos crees qué odiemos?

  • Dos o tres

-Bueno, entonces odiémoslos.

Se quedaron dormidos abrazados y odiándose mutuamente.

Pacosuarez.