¿Te mola mi trabuco? 2

Después de una noche loca en vez de vestirse e irse a su casa, que era lo que debería haber pasado, Jonatan acabó llamando a Richard y los tres hicieron cosas nunca vistas.

A la mañana siguiente Jonatan tardó en levantarse. Siguió durmiendo hasta tarde en la cama. Habíamos pasado una noche tremenda de sexo. Pero lo que son las costumbres, cuando te haces mayor hasta los sábados te levantas temprano. Así que dejé a mi fierecilla durmiendo y me fui a por churros. Pensé que estaría bien un buen desayuno antes de que volviera con su familia; aunque no tenía muchas ganas de que lo hiciera. Al volver, me encontré con su madre en la escalera, le dije que estaba en mi casa. No le dije nada del sexo, evidentemente, solo que pasó la tarde viendo la tele. En el rellano me dijo que esperase un momento y salió con algo de ropa y su móvil. Me dijo que su padrastro había salido un momento y que le hablase por la ventana de la cocina. Nuestras cocinas dan pared con pared y compartimos el tendedero, así que asomando la cabeza un puede hablar relativamente bien.

Me metí en casa y fui a despertarlo. Después de explicarle todo tres veces, se levantó y se fue al aseo. Todo esto desnudo. Entró en la cocina y se sentó en mi regazo de lado, se me abrazó y me empezó a dar besos por todo el cuerpo. Al mirar la mesa y ver las porras y el chocolate se le iluminó la cara y empezó a comer con ganas. Después del tercero empezó a jugar un poco con una, hacía que lo chupaba y me provocaba mientras seguía sentado encima de mí y su enorme polla se ponía morcillona.

—No comiste bastante porra ayer campeón —le dije con tono socarrón.

—Tu sí que te pusiste las botas con mi trabuco, ¿eh?

—La verdad es que sí, y creo que… —una mano apareció por fuera de la ventana y llamó, como si fuera una puerta. “Coño, la madre” pensé, esperaba que no se hubiera escuchado nada. Pero bueno. Jonatan se levantó con cara de pocos amigos y se fue hacia la ventana. Se apoyó en la encimera, poniéndose de puntillas para asomar la cabeza y empezó a hablar con su madre. La situación era tensa, su madre le decía que volviera que pidiese perdón y él decía que pasaba, que prefería dormir en la calle. Yo no quería moverme, no quería ni escuchar, pero era algo imposible.

De repente me fije en la pose tan provocativa que tenía Jonatan. Tenía el culito en pompa y la polla le caía flácida. Me levanté y me senté en el suelo un poco por detrás de sus piernas de espaldas y dejándome caer, apoyé toda mi espalda contra la puerta de un armario. Su polla me caía por toda la cara, se la cogí con la mano y empecé a pajearla mientras le daba lengüetazos a la punta. Empezó a crecer rápidamente y me metí lo que pude en la boca, no era la mejor de las posiciones, pero estaba bien. Él empezó a decir tonterías y algunas cosas no se le entendían mientras seguía hablando con su madre.

Después de la polla, pasé a mayores con su ano. Estaba rojo, pero era tan apetecible, ni un solo pelo, al separar los cachetes el dulce agujerito pedía a gritos ser lamido, chupado y penetrado por mi lengua. Su polla empezó a chorrear precum sobre la puerta del armario, si no subía era porque en aquella postura no podía; pero si seguía es posible que reventase la puerta del armario.

Comerme aquel ojete me puso a mil, así que me levanté me unté la polla bien con saliva y la encaré en su agujerito. Y empecé a hacer fuerza sobre su culito. No costó mucho entrar y pronto tenía toda la polla hasta los huevos dentro. Su madre seguía parloteando y él ya solo decía sí, claro y poco más. Por fin su madre le dijo que él vería, pero que esta noche lo más tardar tenía que estar en casa y que no se pasara el día dentro de mi casa. Cerró la ventana y se fue. Jonatan se giró rápidamente haciendo que mi polla saliera de su culo con un sonoro ¡Plop!

—Cabrón, hijoeputa, desgraciado —y aún insultándome empezó a morrearme con pasión allí mismo —¡Va chulo! A la cara, que por detrás eres muy valiente, haz lo que me estabas haciendo a la cara —me decía moviendo su polla de lado a lado de forma hipnótica mientras movía las caderas. No me corté un pelo, me arrodillé y volví a comerme esa polla enorme de 25 centímetros y gorda como ninguna. El levantó los brazos y los cruzó sobre su nuca y empezó a mover la cadera nuevamente y me azotaba la cara con su enorme falo. Y me decía: —chupa perra, ¿te mola mi trabuco?

La verdad es que sí me molaba, pero que llevase la voz cantante no. Así que le cogí los huevos con fuerza y echándome hacía atrás me tumbé en el suelo de la cocina con la polla bien dura apuntando hacía arriba y con la mano que sujetaba sus huevos fui guiando su culo hasta que se acoplo en mi polla. Entró con facilidad, su culo ya estaba dilatado y empezó a cabalgar mi polla con ganas.

—¿Quién es la perra ahora? —le dije entre jadeos

—¡Yo, siempre yo!

Y a modo de humillación le dije —ahora después llamas al Richard y que se venga para aquí y le enseñamos lo putita que te has vuelto —la idea pareció excitarle mucho pues se corrió de forma fulminante llenándome de leche. Y yo también me corrí en su culo.

Después de ducharnos llamó al Richard y le dijo que tenía que venir super rápido. Que iba a flipar con lo que iba a ver. Yo no pensé que fuera a tomárselo en serio, pero bueno a lo mejor tenemos orgía y todo, pensé. El tal Richard no tardó mucho y menos mal, porque nos estábamos calentando otra vez. Era rubio con rizos en el flequillo, ojos azules, flaco y cuerpo perfecto, no medía más de metro setenta. Tenía unos labios carnosos y un culo respingón que destacaba bastante. Jonatan no se cortó un pelo y le abrió desnudo y todo. El pobre muchachito de 19 años enamorado como estaba de Jonatan se dejó conducir hasta el dormitorio con los ojos como platos.

—Mira este es mi colega Manue, y mira que flipe de cama. Pues mira, resulta que nos hemos calentado bastante y a él también le mola mi trabuco, como a ti y hemos pensado en hacer una fiesta contigo, ¿qué dices?

—¿Que qué? —fue lo único que el pobre muchachito pudo decir, sin apartar la vista del pollón de su amigo. Jonatan cogió una mano de su amigo y la puso sobre su polla que ya estaba morcillona otra vez

—Richard, joder que te quedas tonto, ¿que si quieres follar?

—Sí —y relamiéndose mientras seguía tocando la polla de su amigo le preguntó —¿tú me vas a follar? ¿Y él también? —dijo señalando en mi dirección

—Pues no sé, Richi, la verdad es que al cabrón parece gustarle mi culo y no sé yo si quiero que la meta en otro lado —Richard lo seguía mirando como en shock, no acababa de comprender la situación, pero por si acaso no soltaba la polla.

Como vi que aquello no avanzaba me levanté y me aproxime a los dos muchachitos y alargando los brazos los cogí por la nuca y suavemente, pero con firmeza los aproxime hasta que nos fundimos en un beso los tres. Estuvimos un buen rato entre lenguas, labios y bocas húmedas y profundas. El deseo se impuso y Richard se relajó bastante, incluso empezó a crecerle algo entre las piernas.

Seguí besando al Richard mientras que con una mano hice fuerza en el hombro de Jonatan indicándole que quería que bajase. Se dejó hacer y solícito se arrodillo delante de nosotros. Mientras me la chupaba saqué la polla de Richard y también se la puse al alcance. Empezó a trabajar con las dos, mucho mejor de lo que yo esperaba. Para calentarlo aún más y entre besos le empecé a decir a Richard: —mira el maricón de tu amigo, ¿tú sabias que era así de cerda?

—No, ummm, sí… joder, si hubiese jurado que era hetero

—¿A que la chupa de vicio?

—Joder…uff

Y Jonatan seguía chupando a base bien las dos pollas. Mientras yo le decía barbaridades en un momento dado se enfadó y se levantó, totalmente empalmado. Así que nos sentamos en la cama y Richard y yo le comimos la polla entre los dos, había polla de sobra para comer. Aquello era más de lo que podía soportar y tuvimos que tumbarlo en la cama porque le temblaban las piernas.

Después de un rato comiendo rabo, tenía la polla dura como una piedra y mientras Richard seguía chupando le levanté las piernas a Jonatan que estaba tumbado boca arriba y con tres rápidos salivazos y le metí un pollazo del quince hasta los huevos. Y empecé a follármelo con ganas.

—Jonatan, te está dando por el culo —dijo Richard al ver como su amigo disfrutaba mientras mi polla bombeaba dentro y fuera y el jadeaba de gusto.

—Sí pero para ti no hay, esa polla es mía y solo mía, ¿vale?

—¡Vale, vale!

—Anda súbete aquí encima de mío y te quito las penas con mi trabuco —al decir esto a Richard se le iluminó la cara y se sentó sobre el abdomen de Jonatan de espaldas a él y encarando su culo a la enorme polla y con un poco de saliva se sentó y empezó a cabalgar aquella enorme polla mientras Jonatan aullaba de placer. Mientras Richard y yo nos besábamos, besaba bien el chaval.

Besándole y pajeando su polla Richard no aguantó mucho y se corrió salvajemente entre nosotros dos. Lo cual provocó que su culo se estrechase y presionara mucho la polla de Jonatan que se corrió en su culo. Y lo mismo me pasó a mí en el de él.

Después de comer volvimos a la carga, pero ni una sola vez dejó Jonatan que le metiera la polla por el culo a Richard, mi polla solo folló un culo, el suyo. Pero no me importó, tuvimos una buena sesión de sexo. Por la noche y para no fastidiar volvió a su casa. Pero diciendo que se iba de marcha se volvió a meter en mi piso. Esta vez los dos solos otra vez. Ahora, Richard solo viene si él está y casi todos los días disfruto de su trabuco, que sigue paseándose desnudo por mi casa y solícito ante mis necesidades

Gracias por vuestros comentarios y apoyo

Saludos