¿Te gusta mirar?

Una habitación de hotel está ocupada, pero la orden de trabajo dice que está vacía

Aquel mes de junio de hace ya 20 años fue muy especial.

Acababa de terminar la carrera de Turismo con (porqué no decirlo), bastantes buenas notas y a través de uno de los profesores que tuve en la carrera, conseguí una estancia de verano como becario en uno de los hoteles de Mallorca.

-Plantéatelo,hijo- me dijo mi madre al comentárselo. Es una muy buena opción para tí, una primera línea en tu curriculum…¡¡y nada menos que en Mallorca ,en verano!!  Te va a servir mucho para tu carrera profesional

-Es perfecto para ti, Alex- me decía mi novia Sara aquella tarde delante de una cerveza. Acabas de terminar la carrera y la estancia en Mallorca en verano te puede abrir las puertas de esa cadena hotelera.

Así que entre mi madre y mi novia, me convencieron un 28 de junio (nunca se me olvidará aquella fecha) para estar disponible y en mi puesto el 1 de julio ,en la isla de Mallorca.

Creo que todos los que habéis pasado por el estatus de becario, sabréis que la mejor definición es la de “chico para todo” y eso lo pude comprobar en primera persona con los peores horarios,fines de semana,festivos…pero realmente estaba contento puesto que me adapté bastante rápidamente al hotel en cuestión y la época estival y los turistas hizo que no olvidase los principales idiomas del turista en Mallorca (inglés y alemán).

Mi trabajo consistía en ir rotando por diferentes puestos dentro de la organización (recepción,animación,etc) que me permitirían ir teniendo una idea global del trabajo, hasta que una idea me llamó Tomás -mi jefe directo-

-Alex, necesitamos que hoy eches una mano en habitaciones, estamos en la segunda quincena de julio y la gente encargada no da abasto. Sabes que los clientes deben tener sus habitaciones preparadas para su check-in antes de las 12h y ésta segunda quincena vamos a estar al 100%-

-Por supuesto, cuenta conmigo-y se lo dije de manera natural…aunque me gustase o no me lo estaba ordenando y un becario no podía negarse, claro…-

Así que Tomás reordenó mi planning diario y las mañanas las debía pasar hasta nueva orden ayudando a la gente de Habitaciones a limpiarlas, ordenarlas y dejarlas obviamente para la entrada del cliente…como diría mi abuela “Como los chorros del oro”

Yo simplemente debía presentarme al briefing de las 8h dónde se me daría una planta (normalmente 14habitaciones por planta) y junto al compañero/a del día nos deberíamos poner de acuerdo en cómo hacerlo (era fácil….7 habitaciones cada uno que deberían estar limpias y ordenadas antes de las 12h, justo para la entrada de los nuevos clientes)

Aquél día me tocó junto a Susana -una risueña onubense que también había estudiado Turismo (ella en Sevilla)-y que sí o sí también había pasado por el “reordenamiento” de funciones de nuestro jefe

-Bueno Alex,edificio sur,planta 4ª, me dijo Susana-

-Cuánto antes empezemos,antes acabamos,mi arma-le dije, guasón

-¡¡Olee ese espíritu!! Pues mira, no sé si alguien se ha equivocado al darnos la orden de trabajo, pero sólo tenemos 1 planta.Yo no me voy a quejar,¿y tú? Me dijo riéndose mientras guiñaba un ojo

-Pues mira, yo cuando acabemos igual voy a Tomás y se lo chivo, para que nos ponga más curro…le dije divertido-

-Venga ,que ya estamos en el edificio -dijo Susana-yo me encargo de las habitaciones pares y tú de las impares

-Hecho-le dije-

La orden de trabajo indicaba las habitaciones que a esa hora ya estaban libres y había que limpiar y ordenar para ser ocupadas por los nuevos clientes, así que me puso los cascos con la música y empecé a trabajar hasta llegar a la habitación 407

Aquella habitación figuraba como libre,así que sin más preámbulos metí la llave y accedí con el carrito - dónde teníamos los productos de limpieza y la lencería limpia para cambiar (sábanas y toallas de baño)-.Ví 1 maleta y ropa tirada, me quedé algo parado a la entrada de la habitación. Volví a mirar la orden de trabajo y, efectivamente, esa habitación se indicaba que había que arreglarla para el siguiente cliente

La tonta de Susana me está gastando una broma -me dije-,pero algo no cuadraba, me quité los cascos y volví a dar un rápido vistazo a la habitación. En la maleta había ropa de mujer. Entonces lo oí….

…Era el ruido de la ducha.

No sabía bien cómo reaccionar. Me quedé allí, a la entrada de la habitación, petrificado. Apagué la música y ví luz en el baño…….¡¡¡joder, había alguien en la habitación, la orden de trabajo era incorrecta, esa habitación estaba ocupada!!!!

Me disponía a salir para avisar a Recepción cuando me dí cuenta que la puerta del baño estaba medio cerrada, debía salir ya y avisar ,pero mi yo morboso me obligó a…..

…Mirar.

No había nadie más en la habitación, la única persona -mujer por la ropa que estaba mal doblada encima de la maleta- estaba duchándose y, como un fogonazo ,mi imaginación se puso a trabajar. Me acerqué y  abrí un poco más la mal cerrada puerta del baño y allí estaba ella -efectivamente una mujer porque tarareaba una canción-La cortinilla de la ducha no estaba bien cerrada y su silueta se adivinaba. Me quedé petrificado. Si alguien me pillaba, estaba en un lío, pero el morbazo de ver sin ser visto me impedía irme

Mis ojos se acostumbraron a aquella luz y observé que a través del espejo y la mal cerrada cortinilla de baño, podía hacer el juego y verla a ella. Era una chica morena, no supe calcular su estatura, pero mi mente me decía que su físico era más o menos como Sara-mi novia-a la que echaba de menos y con la que algunas pajas habían caído con la última foto erótica que me mandó tras probarse un vaporoso vestido veraniego en un centro comercial

Mi erección era más que evidente, sabía que debía salir de allí y dar parte del error, pero imaginarme que mi novia podía haber organizado todo esto -o que no lo hubiera hecho y que un error, afortunado error, podía hacer que estuviera mirando desnuda a una clienta del hotel-

Así que sin saber cómo ni pensar en las consecuencias y sólo obedeciendo a mi instinto desabroché mi pantalón dejando salir mi polla dura y me hice una grandiosa paja mirando a la chica que se reflejaba en el espejo entre el vapor de la ducha del baño de aquella habitación.

Salí al pasillo, donde me recompuse como pude y tras descansar dos minutos, me fui de allí -aquella en teoría y según la orden de trabajo-era la última habitación que quedaba por arreglar.

Al día siguiente, en el casillero que teníamos los empleados, encontré una nota:

“ Habitación 407. ¿Te gusta mirar? ”