Te follaré hasta dejarte preñado

Recién salido de una relación caigo en las manos de Luis, mi vecino gitano.

TE FOLLARÉ HASTA DEJARTE PREÑADO

Tengo 26 años. Vivía con mi novio desde hacía cuatro pero esta vez se marchó definitivamente. Nuestra relación ya se había agotado, cada vez teníamos menos cosas de qué hablar y hacía semanas que follábamos poco y mal. "Ya no más novios, algún rollete de acuerdo, pero ahora necesito mi tiempo" , eso me dije la primera noche que pasé solo.

Al cabo de una semana me encontré a Luis, mi vecino del rellano, tomando un café y nos pusimos a hablar. Me preguntó por mi compañero porque lo había visto haciendo el traslado y le expliqué que habíamos cortado. Él aun no se había enterado de qué iba la película:

Así que erais novios… ya lo decía mi mujer pero yo le decía que tu no tenías pinta de eso –yo no tengo nada de pluma, soy delgado, mido 170, bastante velludo, tengo el pelo rizado y negro, y las nenas pierden el culo por mí.

Pues ya ves, desde los 16 que empecé a descubrir esto del sexo solo me liado con chicos.

Yo en cambio lo he probado todo.

Pero te quedaste con ellas.

No respondió, pero su mirada decía muchas cosas, hablaba de secretos que no se podían contar así como así. Luis tiene 42 años, agitanado, muy masculino, algo más alto que yo, delgado pero fortachón, muy moreno, muy velludo, de esos que los pelos del pecho le salen por encima de la camiseta, casi siempre lleva barba de tres días, nada calvo, piel morena y con las facciones de la cara muy marcadas. No es guapo ni está bueno, pero tiene un morbo que te cagas. Nunca me había imaginado que a ese machito le gustaran los tíos. Su mujer, gordísima, debe tener su misma edad y tiene dos hijas de 13 y 9 años, más o menos.

Yo me quedé sin saber qué decir así que le hablé de la fiesta mayor que empezaba el fin de semana y que nos impediría dormir durante seis noches. Pero al cabo de un rato volvió al tema:

Así que ahora tendrás que matarte a pajas –dijo.

Ya hace semanas que lo hago

Mala cosa, es mejor que te las hagan

O que te la chupen, no te jode –no me corto al hablar de sexo.

¿Tú lo haces bien? –el cabrón estaba hurgando mucho ya.

Esta vez fui yo quien no respondió pero me acabé el café sin mirarle. Él sí me miraba y se relamía los labios. Empecé a sopesar qué tal sería follar con él, parecía rudo y muy caliente… pero aun no había acabado mi reflexión cuando me dijo que tenía que irse para casa, que Juani le esperaba para comer. Le acompañé.

Seguimos hablando hasta el portal de cosas intrascendentes. Pero cuando entramos en el ascensor se abalanzó sobre mi, me agarró la cara y me pegó un morreo que te cagas hasta que se abrió la puerta. Me quedé pasmado, pero él se dirigió tan tranquilo hacía su puerta. Antes de entrar me miró fijamente a los ojos pero no dijo nada.

Alelado estaba, sentado en mi sofá, pensando en sus manos fuertes agarrándome la cara. ¿Hasta dónde quiere llegar? ¿Hasta dónde estoy dispuesto a llegar yo? Ese beso con pelos de barba pinchando me había dado ganas de más. Nunca he estado con un tío dieciséis años mayor que yo, pero este está muy bien conservado y es velludo, y eso a mi me da mucho morbo. Tampoco he sido nunca el amante de alguien casado, mis rollos son solo míos y de nadie más… y eso también me daba morbo. Aunque si Juani nos pillaba… a él no sé, pero a mi me mata. Es mucho más fuerte que yo, seguro!

Esa misma noche me hice una paja pensando en su polla. En la cama soy versátil pero como mi novio era pasivo 100% hace más de cuatro años que ejerzo de activo, aunque lo que más he practicado siempre es el sexo oral. Esos días en mis sueños Luis se corrió muchas veces en mi boca y yo en la suya. Imaginaba ese tío macho tragando todo mi semen.

Pasaron los días y no coincidimos ni una sola vez, solo me encontré a Juani en la carnicería y oí como le explicaba a otra mujer que no soportaba las fiestas y que ella emigraba para no tener que aguantarlo. Se iba a Granada a ver a sus padres. La cara de su hija mayor era un poema, de sus ojos salían rayos de odio.

Ascensor estropeado. Subiendo las escaleras me pegué un susto de muerte al notar que me metían una mano en el culo, entre las piernas:

Joder Luis, vaya cabrón, me has pegado un susto de muerte –se puso enfrente de mi medio acorralándome contra la pared.

Es que estás muy bueno y no he podido reprimirme.

Ya he oído que os vais a Granada.

Éllas se van. Yo tengo que quedarme porque me toca guardia en el curro –apoyó su mano en la pared por encima de mi hombro- quizá podríamos celebrar juntos la fiesta mayor.

Quizá.

A mi me apetece –dijo eso y me besó en los labios.

Como aparezca alguien ahora fliparás –le decía eso mientras metía su mano por debajo de mi camiseta.

Fliparé si puedo comerte enterito –el cabrón me estaba poniendo a cien. Me sentí algo ridículo cargado con mis bolsas de la compra, yo que siempre había ligado, ahora me estaban ligando.

Eres un cabrón, por tu culpa tendré que hacerme una paja cuando llegue a casa.

No lo hagas, guárdate para pasado mañana –y se fue para arriba.

Otra vez alelado en mi sofá. Pasado mañana empezaban las fiestas. Yo había quedado con mis colegas para salir a cenar, pero no tuve tiempo de decírselo. Llamaron al timbre:

El jueves vengo a las 7.

He quedado para cenar a las nueve.

Pues diles que quizá llegues tarde –lo dijo con voz imperativa, volví a quedarme sin respuesta y se fue.

El hijo de puta dominaba completamente la situación. Eso nunca me había pasado.

El miércoles a las ocho y cuarto aun no había llegado. Había estado todo el día esperando ese momento, casi me dolían los huevos de lo excitado que estaba y el muy cabrón me daba plantón. A las ocho y media llamaron al timbre.

Abrí y casi no me dio tiempo de verlo: se me echó encima, me dio la vuelta para cerrar la puerta y me abrazó y morreó de manera que parecía que quería comerme. Me agarré a sus hombros y noté que el tío estaba más cachas de lo que parecía, sus músculos eran duros de su trabajo como pintor. Me abrazaba fuerte, me acariciaba toda la espalda y el culo. Su lengua era gruesa y caliente y se metía en mi boca jugando con la mía.

Me mordió el cuello mientras me metía sus manos por debajo de mi camiseta y acariciaba mi piel con sus manos rudas. Me susurró:

¿Dónde está tu habitación?

Me tumbó en la cama y se echó encima mío, morreándome otra vez y apretando su paquete contra el mío. Le desabotoné la camisa, mi mayor deseo era acariciar su pecho velludo, lo hice con las dos manos, sus pelos eran duros y sus tetillas también. Gemía cuando se las tocaba así que se las chupé. Apretó mi cara contra su pecho y gemía como un poseso cuando se las mordía. Agarré su paquete por encima de los tejanos y se notaba su polla dura y apretada. Se la saqué y flipé al tenerla en mi mano: estaba ardiendo, no muy larga pero sí muy gruesa y ya bastante dura.

Se echó de espaldas y me arrastró encima suyo. Le quité la camisa y vi sus brazos fuertes y su cuerpo moreno. Le besé las tetillas, le acaricié el vientre, y me fui lentamente para abajo. Le lamí el capullo y lo dejé completamente desnudo. Metí la cabeza entre sus muslos desnudos y le lamí los huevos que eran grandes y colgaban. Lo oía gemir y decía cosas que no entendía con su voz profunda. Subí a comerle la polla y vi que era más grande de lo que había pensado y realmente gruesa. Me encantan las pollas que me llenan la boca y él lo supo enseguida: - Que bien la chupas cabrón hijo de puta –me decía. Con mis lamidas seguía creciendo, era la polla más grande que jamás había chupado. Me atrajo hacia él, me besó y me solté para arrodillarme encima de su pecho para que me la chupara, pero me tumbó y se puso encima mío y entre mis piernas. Me las abrió con las suyas – ábrete bien que yo también quiero chupar .

Me babeó todo desde la boca hasta los huevos pero no me chupó la polla y eso que su comida de huevos me la puso a mil. Me dolían las piernas de tan abiertas como me obligaba a tenerlas. De pronto me las levantó y lamió por debajo de los huevos hasta el ojete.

Jodeeeeer, con los años que hacía que no me lo comían. Luis lo notó:

¿Hace mucho que no te lo comían verdad?

Años

¿Que pasa, a tu muñequito le daba asco?

Pues si, le encantaba que se lo comiera pero él no me lo hacía a mi.

Ahora verás

Lanzó un sonoro escupitajo y vi las estrellas. Era n cerdo… estuvo mucho rato babeándome el culo y metiendo lengua hasta que fui perdiendo el mundo de vista. Casi no me di ni cuenta de que me había dado la vuelta y estaba con el culo en pompa. Paró de chupar y noté cierta presión. Luis quería encularme. Hacía por lo menos cinco años que no me lo hacían y sentí un poco de miedo:

Despacio que hace años que no recibe visita.

Pues la que viene ahora compensará todo este tiempo.

La entrada del capullo fue tan dolorosa que grité y me aparté.

¡Joder! ¡Mierda! Que daño… ah.

mmmm para que dé gusto al principio tiene que doler. Respira hondo.

Espera un segundo –el dolor llegó a todos los rincones de mi cuerpo, notaba mi pulso palpitar en la punta de todos los dedos y en la sien.

Me puse en posición otra vez y consiguió entrar la punta aunque yo mordía muy fuerte la almohada para aguantarlo, casi lloraba.

A mi niñito le duele mi polla. Tranquilo, respira hondo –me la metía despacio pero ahora me tenía bien agarrado para que no me saliera otra vez– que culo tienes chaval, ábrete bien que aún queda un trocito.

No se acababa nunca hasta que dijo:

Ya está toda dentro... como me gusta tu culo, y qué bueno estás... y como te voy a follar.

Empezó a entrar y salir suanvemente sin dejar de decir guarradas. Sus palabras, sus manos magreándome y su polla bombeando cara vez más rápido me hacían gemir.

Gime puta, tienes una polla enorme en tu culo y eso te encanta. Que apretado lo tienes cabrón.

Yo no podía hablar, solo jadeaba como un perro porque me faltaba el aire, notaba todos mis poros abiertos. Luis se tumbó encima mío, me aplastaba y empezó a empalarme a lo bestia. Si no fuera porque el roce de todo su cuerpo me puso muy caliente y eso me dilató aun más, creo que me habría destrozado el culo. Me comía la oreja y me susurraba guarradas y me metía mano por todas partes.

Me puso a cuatro patas, abrazándome… me cubría con su cuerpo y sentía su pecho velludo en mi espalda y sus jadeos en el cogote. Cada vez me follaba más fuerte. Podía sentir su polla entrando y saliendo de mi culo que ya estaba totalmente abierto para él. Jadeaba cada vez más fuerte:

Como aprieta tu culo, te lo voy a reventar… abre el culo perra, mira como te monto… Me encanta tu cuerpo… te lo llenaré de lefa… -el muy guarro me tenía dominado y yo me sentía completamente poseído, en sus manos.

Ya no jadeaba, gruñía como una bestia y de pronto se puso a gritar… se estaba corriendo dentro de mi. Notaba su polla palpitar y sin sacarla me agarró la polla y con dos sacudidas consiguió que escupiera dejando pringado toda la cama hasta la pared. Todos los cristales estaban empañados.

Que culo tienes chaval, me encantará follarte otra vez.

No te diré que no, pero la próxima vez te la meto yo.

Ni hablar, mi culo seguirá virgen. Y espabílate que llegas tarde.

Eran las diez menos diez ¡Llevábamos casi una hora y media follando!

Salí con mis amigos, con el culo dolorido y la cabeza en las nubes, hasta las cinco de la madrugada. A esa hora estábamos en el último tenderete abierto cuando vi llegar a Luis con sus amigotes. Tenían una pinta a brutos que daba miedo. A la hora de cerrar me despedí de mis amigos y fui con él hacia casa. Me preguntó qué tal llevaba el culo y le dije que destrozado pero bien. Al llegar al rellano me agarró el culo:

¿Me invitas a dormir en tu casa?

Vale, pero solo dormir que ya he tenido suficiente marcha por hoy –tenía ganas de dormir abrazado a alguien, más si tenía el torso velludo como él.

De acuerdo.

Nos desnudamos y nos metimos en la cama. Me besó y dormimos abrazados. Soñé que me metían mano y que me besaban. Hasta que medio me desperté y noté la polla de Luis dura entre mis piernas.

Joder tío, no me digas que ya estás caliente

Te voy a follar –no daba opción a réplica y la verdad, mi polla volvía a estar dura.

Me folló de lado, suavemente al principio, algo más a lo bestia hacia el final. Y esta vez sí que dormimos los dos.

Me desperté a la hora de comer porque ese día era fiesta local y nadie trabajaba. Notaba el cuerpo de Luis muy caliente pegado a mi. Empecé a moverme y él se despertó:

¿Dónde vas con tanta prisa?

Me estoy meando

Pues ve y vuelve

Así lo hice y me abrazó y besó. Acabé bocabajo con Luis encima mío restregando su polla por la raja de mi culo:

¡que cabrón, vuelves a tener ganas!

Pues si, te voy a dar los buenos días

Se metió entre las sábanas y me comió el ojete. Lo tenía aun dolorido y su masaje con la lengua me fue de maravillas. Con sus manazas me estrujaba y abría las nalgas y su lengua esparcía saliva por toda la raja. Me abrió mucho las piernas y me la volvió a meter, todo él encima mío, aplastándome contra el colchón. No le costó demasiado entrar y me folló a lo bestia y sin parar de decir guarradas:

Este culo me encanta… eres una puta… te vas a tragar mi leche… mira como te follo… te voy a dejar petao… te voy a follar tanto que te dejaré preñado.

Yo no lo podía creer, estaba entregado a mi vecino casado, con las piernas bien abiertas y dejándome follar el culo por tercera vez en menos de 24 horas cuando hacía años que no me lo petaban.

Cuando por fin nos duchamos y nos sentamos a desayunar le pregunté a quien se follaba antes de conocerme a mi.

Cuando quiero chocho me follo a Juani, cuando quiero culo me tiro a Ahmed, el hijo del frutero

¡Pero si es un niño!

Eh… que ya ha cumplido los 18, y te aseguro que su culo bien aguanta una polla… jajaja… al principio no digo que fuera fácil, pero ahora ya le entra, ya.

Ahmed está buenísimo, y no me importaría tirármelo yo también, o chuparle la polla mientras lo enculas.

Se lo propondré… porque a mi me encantará follarte mientras te lo tiras, será como follaros a los dos a la vez.

Pero durante las fiestas le dio vacaciones y solo me folló a mi ¡En los seis días de fiesta mayor mi culo recibió más semen que en toda su vida!

miguel24bandoler@yahoo.es