Te deseo II
Hoy aparentaba ser un día normal. Despertar, trabajar y vuelta a dormir. Mi vida se repetía en ese bucle incesante, hasta que apareciste
Les recomiendo que lean la primera parte, que está situada en la categoría Microrelatos, ya que no es muy extensa. Les agradecería sus comentarios, valoraciones y críticas. Disfruten de la lectura…
- Los requisitos del contrato han sido satisfechos, a partir de este momento soy suya para su disfrute eterno.
- ¿Contrato? Laura, ¿qué dices? Explícate, por favor.
- Si, enseguida señor. Como le expliqué cuando llegué…
- Mejor empieza desde el principio
- Por supuesto señor. Si desea le explicaré la historia completa.
- Si, quiero entender qué está pasando.
- En seguida, señor.
Y empezó a contarme toda la historia, no voy a contárosla completa, no tiene mucho sentido que sepáis lo que les pasó a sus antepasados ni porqué tomaron las decisiones que tomaron. Creo que será suficiente con saber las consecuencias que tiene en ella.
- ¿Me estás diciendo que estás obligada a obedecerme?
- Si, señor. Mientras no tenga propietario, me veré en la obligación de obedecerle al igual que tengo que obedecer a quien hoy día es mi novio.
- Pero si es así, ¿cómo es que has conseguido escaparte de él?
- Porque no le expliqué nada de todo esto, señor. El día que cumplió con los requisitos él iba muy borracho y colocado, por lo que no recuerda qué pasó. Él despertó al día siguiente conmigo en su cama. Para él, mi sometimiento y entrega es cómo soy, nunca le di pie a pensar que había nada más detrás de todo ello e intenté que no notase lo que me afectaban sus órdenes.
- Pero a ver, recapitulemos un momento por favor, quiero saber si lo estoy entendiendo todo bien. ¿Me estás diciendo que por un error que cometieron tus antepasados, toda vuestra familia está maldita? Eso ya de por sí me costaría entenderlo, pero … ¿La maldición te obliga a buscar dueño? Eso se parece más a una película porno que a la realidad… no es que dude de tu palabra, es que me parece inverosímil
- Lo puedo entender señor, pero la maldición no es exactamente así. El primer punto es el que ya ha logrado entender, tengo que obedecer a quien cumple con los requisitos…
- Perdona, pero sigo sin saber cuáles son esos requisitos que yo he cumplido.
- Es muy sencillo señor, las condiciones que debe cumplir son dos, demostrar que es una persona digna de esa responsabilidad y mostrar un intenso deseo sexual por mi
- ¿Y dices que yo las cumplí? Creo que te has confundido… (aunque tenía bien claro que la parte del deseo la había más que cumplido…)
- No es cierto señor, usted me trató con amabilidad, me ayudó cuando lo necesitaba dejándome entrar en su piso, e intentó protegerme para que no me hiciese daño al caer. Y creo que ambos notamos que le atraje bastante sexualmente…
- Pero esas condiciones son bastante laxas… muchísimos hombres las cumplirían…
- Así es señor, y lo hacen, pero cuando las cumplen tengo que arrodillarme y decir la frase … pero no tengo porqué decirla en voz alta, puedo decirla en un suspiro casi inaudible, al igual que puedo disimular el arrodillarme con una torpe caída… pocos hombres piensan más allá de lo que ven y se suelen conformar con poderme ver el escote cuando me ayudan a incorporarme… (eso lo puedo comprender perfectamente…)
- Vale, puedo aceptar que sea así, aunque sea completamente increíble...Ahora bien, habías dicho que seguirá así hasta que tengas propietario…
- Sí señor, en el momento en que tenga propietario solo le obedeceré a él.
- Pero … y ¿te parece bien? No puedo entender cómo es que lo expliques tan tranquila…
- Señor, no tengo opción. Esta tara tiene muchos más efectos. El primero es el que ya conoce. El segundo, es que no podré sentirme completa hasta que encuentre quien me posea. El tercero es que mi placer sexual está influido directamente por el de mi propietario, por lo que mientras no tenga, éste es mínimo. Y, por último, la aceptación completa de estos términos por parte de toda la familia y herederos. Ésta, aunque parece la menos grave, hace que nadie de mi familia se haya planteado siquiera intentar hacer algo respecto a ella …
- Espera espera… ¿me estás diciendo que no sientes nada de placer físico?
- No señor, siento haberme explicado mal. Sí que siento placer, pero no puedo alcanzar el orgasmo a no ser que ese placer provenga de mi dueño.
- ¿Quieres decir que nunca te has corrido?
- Si señor, así es.
- Entonces no puedes hacer nada para cambiar tu destino, ni quieres, ni tampoco puedes tener un orgasmo hasta que tengas dueño…
- Me alegro de que lo haya entendido, señor.
- Oye y lo de señor… ¿lo tienes que decir todo el tiempo? Porque por lo que he podido entender no soy tu propietario.
- Sí señor, mientras no me ordene lo contrario debo seguir mostrándole todo el respeto que pueda.
Mi respuesta a todo esto creo que fue obvia… mi erección no había bajado ni un ápice en toda ella… y el que ella siguiera sujetándola con la mano (aunque sin acariciarla) tampoco ayudaba ahora mismo mucho. Mi nivel de excitación era tal que me hubiese creído que era un ángel caído que venia a llevarme al infierno con tal de llevármela a la cama… lo más pronto posible.
- Y… ¿cuáles son las condiciones que se deben cumplir para poder ser tu propietario?
- Lo primero que debe cumplir es que ya esté subyugada a obedecer, como a usted señor. La segunda que me posea físicamente, pero debe ser consentido por mi parte y no debe de existir ninguna orden previa suya que me obligue a ello. Y por último, deberá depositar su semilla en mi interior…
Es decir, que mientras no follásemos a pelo no pasaría nada. Vale, tengo condones en la mesita… Y ahí terminó todo mi pensamiento racional. Llevé mi mano a la suya y la empecé a mover suavemente de arriba a abajo… cuando la solté siguió ella … Tuve que cerrar los ojos y echar la cabeza hacia atrás, el placer que sentía era demasiado como para poder controlarme. Empecé a gemir y sin darme cuenta a acariciar primero su pelo, luego su cuello, y la fui acercando a mí para poder acariciar su nuca… cuando me quise dar cuenta sentí su caliente aliento sobre mi miembro. Si de por si las sensaciones eran increíbles, cuando conseguí bajar un poco la mirada y verla…a mis pies, con una semisonrisa en su rostro, su mirada fija en los movimientos de su mano… no pude evitar apretar suavemente su nuca hacia abajo los pocos centímetros que la separaban de mí… en ese instante ella me miró a los ojos, sonrió todavía más abiertamente, abrió su boca y… Y me gustaría decir que me estuvo haciendo disfrutar durante horas sin que sucumbiera al placer… pero no fue así, nada más sentir sus labios cerrándose, aprisionándome, me corrí. Me corrí como nunca lo había hecho, con un placer demasiado intenso. Llegando incluso a perder el conocimiento unos minutos…
Cuando volví en mí, ella seguía en la misma posición, con la misma sonrisa… y con mi instrumento descansando de nuevo en su mano.
- Me alegro de que le haya gustado Amo. ¿Desea algo más de su sierva?
- ¿Cómo? ¿Por qué me llamas ahora Amo?
- Porque ahora usted es mi legítimo propietario, todo lo que soy le pertenece, y lo que seré lo decidirá completamente usted. Puede cambiar lo que desee de mí tanto física como psicológicamente.
- Pero no es posible… ni siquiera te he follado…
- No era necesario el sexo convencional Amo, usted mantuvo relaciones consentidas conmigo y depositó su semilla en mi interior.
Mierda, ¿qué coño he hecho? Si es verdad todo lo que me ha contado… ¿en qué me he metido?
- Amo, siento molestarle, pero necesito que tome una decisión.
¿Decisión? ¿Significa que aún estoy a tiempo de deshacerlo? Claro, tiene sentido, tiene que haber una salida de esto…
- Amo, ¿de qué forma prefiere que pueda alcanzar el orgasmo?
- ¿Cómo? No sé qué dices…
- Perdone Amo, la única restricción que existe en las modificaciones que puede hacer conmigo es la forma en la que puedo sentir los orgasmos. Por ejemplo, si decide que será el sexo en la posición del misionero, solo podré sentir el orgasmo cuando usted esté usándome en esa postura en concreto. No se confunda Amo, seguiré disfrutando sea como sea que decida usarme, porque mi placer está eternamente ligado al suyo, es decir, me excita darle placer de cualquier manera que pueda imaginar. Pero mi liberación solo se produciría en esas circunstancias.
Vale, estaba soñando. Eso lo explicaba todo. Todo esto era un sueño, ¿cómo no lo había pensado antes? Uno de estos sueños que parecen reales, y que cuando te despiertas desearías no haberlo hecho. Eso tiene sentido, y también explica cómo es que seguía tan duro después del tremendo orgasmo que había sentido. Siendo así, podía decirle lo que fuese, y disfrutar de lo que me quedase de sueño hasta que sonase el despertador…
- Entonces, ¿puedo decir cualquier cosa y tu orgasmo se ligará a eso? No sé, si decido que sería un plátano… ¿solo podrías correrte cuando vieras uno?
- No Amo, solo podría hacerlo cuando usted disfrutase usando uno en mí, sea cual sea la forma en que decidiese hacerlo.
- Vale entiendo… ¿Y si te dijera que solo podrías hacerlo mediante el sexo vaginal?
- Disfrutaría de mis orgasmos cuando usted disfrutase de mi sexo mediante la penetración.
- Vale, tengo clara mi decisión…